Tabaquismo: Una reflexión desde la psicología clínica de la salud
Enviado por Sandra Zayas de Gutiérrez
- Introducción
- Marco teórico
- El tabaquismo en los sistemas de clasificación de enfermedades
- Tipos de fumadores
- Efectos del tabaquismo pasivo
- Consideraciones generales
- Evaluación y diagnóstico del paciente
- Tratamiento de la dependencia tabáquica
- Diagnóstico de las fases de abandono
- Experiencias en relación a estudios de casos
- Conclusión
- Bibliografía
- Anexos
"El tabaquismo es uno de los más importantes problemas de salud pública,
siendo la causa prevenible más importante de mortalidad,
y provoca, además, una
notable pérdida de calidad de vida"
Introducción
"Dejar de fumar es la cosa más fácil del mundo.
Dígamelo a mí, que lo hago de diez a doce veces al año".
Mark Twain
Famoso escritor y empedernido fumador norteamericano
La ?Dra. Claudia Sánchez, directora del Programa de Control del Tabaquismo del Ministerio de Salud en Paraguay, afirma que en nuestro país se igualó la cantidad de mujeres y hombres que fuman. Según las estadísticas, unas 600 personas mueren al año en Paraguay por cáncer de pulmón, relacionado con el consumo del cigarrillo. "El tabaco es la droga de iniciación para otras adicciones", señaló la profesional.
El tabaquismo en el país se feminizó, es decir que tanto hombres como mujeres están fumando casi a la par, fenómeno que también se observa en los países de la región. "Aunque en Paraguay seguimos teniendo un menor porcentaje de mujeres fumadoras, frente a la población masculina", acotó la especialista.
Asimismo, aclara que el trabajo que involucra el acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene varias aristas, como ser la creación de ambientes libres de humos de tabaco, la prohibición de la publicidad evitando que los niños estén expuestos a mensajes engañosos, procurar que los impuestos se ajusten a fin de que pueda contener lo recaudado, lo que demanda en salud los pacientes que son víctimas de humo de tabaco.
Esta Monografía trata del consumo de tabaco y su incidencia en la calidad de vida de la persona, entre ella en el plano psicológico. La literatura obtenida sirve de apoyo para un análisis pertinente del tema como también para un aporte interesante particularmente para los consumidores y sus familias. Dicha aportación constituyen las técnicas, instrumentos y estrategias para hacer frente a dicha problemática.
Si nos situamos unos años antes, en 1948, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había puesto las bases para que la salud dejara de significar lo que había sido hasta ese momento, es decir, la ausencia de enfermedad. La definición de la OMS propone que la salud constituye "un estado de completo bienestar físico, mental y social y no meramente la ausencia de enfermedad o dolencia". Esta afirmación auguraba la apertura del campo hacia otras disciplinas entre las que necesariamente habría que incluir la Psicología.
De manera conjunta se van produciendo en nuestra sociedad occidental una serie de circunstancias que van a hacer que se acelere este proceso de "psicologización" de la salud.
Entre ellas hay que destacar el cambio en los patrones de enfermedad a lo largo del siglo XX y continúa es este siglo XXI. Se pasa del auge de las enfermedades infecciosas al de las crónicas, que llegan a constituir uno de los problemas socio-médicos más importantes de la actualidad (Lawton, 1991). Como señala Taylor (1991), este auge de las enfermedades crónicas ha contribuido al desarrollo del campo de la Psicología de la salud por dos razones fundamentales: en primer lugar, porque son enfermedades en las que pueden estar implicados a nivel causal factores psicológicos y sociales y, en segundo lugar, porque son enfermedades con las que se puede vivir durante muchos años y en las que, por tanto, pueden concurrir respuestas psicológicas.
En este sentido, dentro del campo de la salud, que tradicionalmente ha sido eminentemente médico, se ha abierto una puerta a la Psicología. Ésta pasa necesariamente por la aceptación del Psicólogo dentro del ámbito médico, que se está dando de hecho (aunque de manera lenta aún), por varios motivos, particularmente en nuestro país.
Uno de ellos es el reconocimiento de que hay factores psicológicos y sociales que son importantes tanto en la salud como en la enfermedad, con lo que se ha reconocido el papel del Psicólogo a la hora de cambiar el hábitat de salud del paciente y contribuir al tratamiento (Nethercut y Piccione, 1984). A esto se unen las contribuciones que la Psicología ha hecho a la salud, como por ejemplo los programas de cambio conductual para mejorar hábitos de salud, y las que puede hacer en el campo de la investigación con su experiencia metodológica (Taylor, 1991).
En esta línea de literatura es importante considerar la problemática del tabaquismo y en definitiva, en esta monografía se pretende aportar un poco de luz sobre un tema que creo fundamental en este milenio, pues a pesar de los grandes avances ocurridos en los últimos tres lustros en cuanto al tratamiento del tabaquismo y de lo mucho que se ha profundizado en los aspectos relacionados con la prevención de esa enfermedad, todavía no ha sido posible eliminarla como primera causa de muerte en los países en vía de desarrollo como desarrollados. Antes al contrario, sus cifras de mortalidad aumentan día tras día. Probablemente sea esta por otra parte la principal razón que avala la necesidad de esta Monografía.
Los problemas de salud relacionados con el consumo de tabaco constituyen un motivo importante de consulta frecuente en la práctica clínica psicológica cotidiana, particularmente de parte de padres de familias con hijos adolescentes, y su magnitud supone un grave problema para la salud pública en el país.
Las autoridades sanitarias han emprendido hace años una lucha contra la epidemia del tabaquismo que ha comenzado a dar sus frutos con resultados dispares en diferentes países. Cada año, el 31 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y asociados de todo el mundo celebran el Día Mundial Sin Tabaco, dedicado a resaltar los riesgos para la salud relacionados al consumo de tabaco, al tiempo de promover políticas eficaces para reducir ese consumo.
El consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo de varias enfermedades crónicas, como el cáncer y las enfermedades pulmonares y cardiovasculares y es ya la principal causa prevenible de defunción en el mundo. Actualmente mata a uno de cada diez adultos en todo el mundo.
Fumar cigarrillos constituye la primera causa evitable de muerte de los países desarrollados. A pesar de que muchas personas han dejado de fumar en los últimos años, facilitado por la disponibilidad de información, el desarrollo de legislaciones restrictivas para hacer más difícil fumar en lugares públicos, y al claro papel de los profesionales de la salud en el control del tabaquismo lo cierto es que muchas personas, siguen fumando. Se han analizado las razones por las que las personas comienzan a fumar, se plantean dejar de fumar y dejan de fumar. Una de las que está apareciendo consistentemente en los últimos años es la asociación que existe entre fumar y distintos trastornos, uno de los cuales son los trastornos de ansiedad.
En todo este contexto, es importante destacar que el 25 de septiembre de 2006, el Gobierno del Paraguay ratificó el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (CMCT OMS), nuevamente como resultado de la gestión del Programa de Control de Tabaquismo, que consiguió hacer prevalecer en el Parlamento, el interés del bien común, por encima de intereses particulares, siendo muy destacable la defensa de esta causa por parte de algunos Parlamentarios.
Paraguay ratificó en 2006 el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco, que contempla esas acciones, pero el Congreso no ha aprobado aun una ley que ponga en práctica sus cláusulas.
Entre ellas destacó el aumento de los impuestos "para que los niños no tengan tanta accesibilidad" a los cigarrillos.
Actualmente la tasa que grava el tabaco en Paraguay es del 13%, la más baja de toda América, según Sánchez. El Ministerio de Hacienda ha propuesto elevarla al 14%, como parte de un plan para aumentar la recaudación.
Según la Dra. Claudia Sánchez, directora del Programa de Control del Tabaquismo del Ministerio de Salud en Paraguay, el Convenio Marco también pide prohibir fumar en lugares públicos cerrados y toda publicidad del tabaco, la cual sigue existiendo en Paraguay, donde se ven grandes carteles publicitarios en algunas carreteras.
Asimismo, el tratado insta a los Estados a promover cultivos sustitutivos del tabaco entre los agricultores.
La Dra. Claudia Sánchez, directora del Programa de Control del Tabaquismo del Ministerio de Salud en Paraguay dijo que no le consta que exista ningún proyecto de ley en el Congreso para trasladar el convenio a la legislación de Paraguay, cuyo presidente, Horacio Cartes, cuenta con negocios de tabaco en el grupo empresarial que posee.
En 2008, fecha del último estudio, un 14% de los adultos paraguayos y un 10% de los menores de 15 años fumaban, explicó Sánchez.
El CMCT OMS es el primer tratado de Salud Pública de la historia de la humanidad, y alienta a los países a elaborar y aplicar planes de acción para incluir las políticas públicas, tales como la prohibición directa e indirecta sobre la publicidad del tabaco, el aumento de impuestos para incidir en la accesibilidad, la promoción e implementación de ambientes 100×100 libres de humo de tabaco en los lugares públicos, transportes y lugares de trabajo, la colocación de etiquetas de advertencia sobre los efectos del tabaco en el empaquetado, la prohibición de venta de tabaco por y a menores de edad, el combate al comercio ilícito de productos de tabaco, y el tratamiento de cesación para los fumadores, por ser esta una medida mucho más económica que el tratamiento de las enfermedades que produce su consumo.
Una de las características importantes del CMCT OMS es el llamamiento a los países para desarrollar, implementar y mantener un sistema eficaz de vigilancia de la epidemia de tabaquismo.
Por otra parte, considerando el sistema mundial moderno, la encuesta del Eurobarómetro sobre la actitud de los europeos ante el tabaco (European Comission, 2006), tres cuartas partes son conscientes de que el humo de tabaco presenta un riesgo para la salud de los no fumadores y un 95 % sabe que fumar en presencia de una mujer embarazada puede resultar muy peligroso para el bebé. La encuesta muestra que las políticas para un entorno sin humo reciben el respaldo de los ciudadanos de la UE. Más de cuatro de cada cinco encuestados son favorables a la prohibición de fumaren el lugar de trabajo (86%) y cualquier otro lugar público cerrado (84%). La mayoría de los europeos también es favorable a que esta prohibición se ex-tienda a los bares (61%) y restaurantes (77%). Los Estados miembros que ya aplican esta medida en los establecimientos de hostelería son los que cuentan con mayores índices de aprobación en cuanto a las cafeterías (más del 80%) y restaurantes (más del 90%) sin tabaco.
Las estadísticas nos hablan de que es en la adolescencia particularmente cuando las personas en general se inician en el consumo del tabaco.
La adolescencia se caracteriza por la búsqueda de la identidad, de la autoimagen, de la autoestima y por todos estos comportamientos, es un periodo que definirá futuros comportamientos y estilos de vida. Puede ser para el joven, un momento de inseguridad en el que la pertenencia a un grupo, la identidad y aceptación por el mismo, le puede llevar a comportamientos poco saludables. Entre los diferentes ritos de iniciación con los que los jóvenes se sienten miembros de ese grupo de amigos, que reconoce a sus miembros como persona mayor, independiente y acepta a los nuevos miembros, puede encontrarse el fumar.
La población juvenil ha tenido y tiene, unas características peculiares que conlleva a diferentes problemas de todo tipo, lo que hace de esta época de la vida un periodo extremadamente sensible, trascendente y de consecuencias definitivas para el futuro de los individuos. Es una época de cambios muy acentuados tanto orgánica como psicológicamente, con adopción de hábitos propios y adquisición rápida de nuevos conocimientos.
La aceptación del riesgo en la adolescencia responde a un deseo de independencia y autonomía; la atracción de lo desconocido, de lo prohibido o rechazado por el mundo adulto empuja a experimentar conductas de riesgo; le ofrece la ocasión de desafiar y de comprobar su dominio sobre su cuerpo y sobre los demás.
Específicamente, los estilos de vida saludables incluyen conductas de salud, patrones de conducta, creencias, conocimientos, hábitos y acciones de las personas para mantener, restablecer o mejorar su salud. Son producto de condicionantes personales, ambientales y sociales, que emergen no sólo del presente, sino también de la historia personal del sujeto. Se refieren a formas cotidianas de vivir que se aplican para las distintas esferas o áreas de funcionamiento del campo vital de una persona, satisfaciendo adecuadamente las propias necesidades y optimizando su calidad de vida.
Todas las personas deben conocer claramente los riesgos del consumo del tabaco y de esa forma elegir conscientemente ese hábito.
La mejor manera de prevenir el tabaquismo es evitar que las personas se inicien en el consumo de cigarrillos.
Los jóvenes deben ser críticos y tomar conciencia de la transcendencia que sus comportamientos tendrán para su futuro de salud. En numerosas ocasiones sin embargo, sin darse cuenta pueden estar imitando comportamientos de sus profesores, o de sus padres, por tener estos una importante función modélica y educadora en la vida de las personas, particularmente los adolescentes y jóvenes.
OBJETIVOS DE LA MONOGRAFÍA
OBJETIVO GENERAL
Reflexionar acerca del abordaje del tabaquismo
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Analizar los principales conceptos asociados al tabaquismo como una adicción, caracterizando los principales elementos como sustancia adictiva.
Contribuir al conocimiento del tema proporcionando información y ayudando a la gente a dejar el hábito.
Marco teórico
1- EL TABAQUISMO: DEL HÁBITO A LA DEPENDENCIA.
El Tabaco según la Organización Mundial de la Salud, "Droga" es toda sustancia que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración, produce una alteración, de algún modo, del natural funcionamiento del sistema nervioso central del individuo y es, además, susceptible de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas. Esta definición abarca tanto las legales como las ilegales. De hecho, las drogas más consumidas en nuestra sociedad y que causan un mayor número de problemas (ya sean físicos o psicológicos) son el tabaco y el alcohol cuyo uso está permitido.
Los cigarrillos se venden preparados como unidades mono dosis en paquetes de 20 unidades, están diseñados –tanto en forma como en componentes químicos– para facilitar su uso compulsivo. Las dos presentaciones que contienen el tabaco más puro y, por lo tanto, el que está menos adulterado, son los cigarros puros y el tabaco adquirido en bolsas para ser liado en papel o fumado en pipa.
Se entiende por tabaquismo como la intoxicación crónica producida por el abuso del tabaco. La nicotina, sustancia presente en el humo, es la que causa la dependencia.
Es la causa aislada más importante de enfermedad y muerte en la población de muchas sociedades. Este hecho en muchas ocasiones es banalizado, simplificándolo los fumadores al decir que de algo hay que morir.
El concepto de tabaquismo ha evolucionado mucho en las últimas décadas (Carmo y cols, 2005). De hábito, en los años 60, el consumo pasó a ser considerado como dependencia en los 70, a mediados de los 80 el tabaquismo fue enunciado como una adicción y durante los años 90 se instauraron las clínicas específicas para el tratamiento del fumador (Marín y González, 1998). Desde hace casi medio siglo las evidencias sobre el daño relacionado con el consumo de tabaco han sido señaladas por instituciones de gran prestigio en el ámbito de la salud pública (U.S. Surgeon General, 1964).
El tabaquismo es considerado hoy en día el mayor problema de salud pública prevenible de los países desarrollados (AETS, 2003). En general, las enfermedades crónicas (enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer) son más frecuentes entre población expuesta al tabaco que en la que no lo está (NHS Center for Reviews and Dissemination, 1998). Se puede afirmar sin lugar a dudas, que el tabaco es la principal causa de muerte prematura y de enfermedades prevenibles en nuestro país y en países de nuestro entorno (Bray y cols., 1995).
La nicotina cumple todos los criterios de las definiciones de adicción o de dependencia: consumo compulsivo pese a las evidentes y graves consecuencias negativas derivadas del mismo y a los repetidos intentos de dejar de fumar, deseo intenso, efectos psicoactivos debidos a la acción directa de la sustancia sobre el sistema nervioso central y alteración del comportamiento motivada por los efectos de refuerzo de la nicotina como sustancia psicoactiva. Las bases para considerar el tabaco como un producto que genera dependencia, debido a su contenido en nicotina, que produce una serie de alteraciones fisiológicas y psicológicas de dependencia equiparables a otras drogas legales (alcohol)o ilegales (heroína, cocaína…) han sido claramente establecidas desde hace años (US Department of Health and Human Services, 1988).
Las adicciones se caracterizan por la modificación del comportamiento y otras reacciones, generalmente a causa de un impulso irreprimible por consumir una droga en forma continua o periódica, a fin de experimentar sus efectos psíquicos y, en ocasiones, para aliviar el malestar producido por la privación de éste, es decir, el llamado síndrome de abstinencia. La búsqueda y el consumo compulsivo de sustancias psicotrópicas, aunque, de manera más genérica, se aplica también a diversos hábitos que son nocivos, pero que resultan gratificantes para el sujeto. Usualmente el término se ha vinculado al consumo de sustancias psicoactivas, pero se ha extendido a otras situaciones que no requieren del consumo de ninguna sustancia, como el juego o el uso de Internet. El término ha estado sometido a múltiples discusiones a lo largo del siglo XX y XXI, y ha sido objeto de variadas definiciones que reflejan, más bien, el estado de ánimo social y político más que una discusión netamente científica
Tanto las estrategias generales de lucha contra el tabaco como las directrices para el tratamiento del tabaquismo basadas en consideraciones científicas, han sido motivo de preocupación prioritaria en los últimos años por parte de la Organización Mundial de la Salud que, consciente de la importancia del problema que para la salud pública supone a nivel mundial, ha elaborado y difundido distintas recomendaciones para la actuación (WHO, 2001, 2002).
El nivel de estrés se incrementa en los fumadores adolescentes tiene claras implicaciones para el inicio y para su prevención, para la consolidación del consumo y para el abandono de los cigarrillos. En los estudios realizados con adolescentes aparece consistentemente esta relación entre fumar y estrés, como entre fumar y mayor porcentaje de trastornos de ansiedad respecto a los que no fuman.
La dependencia al tabaco está reconocida como trastorno mental y del comportamiento en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMSICD-10 (WHO, 1992) y en el Manual de Diagnóstico y Estadísticas de la Asociación Americana de Psiquiatría DSM-IV-TR (APA, 2000).
En nuestro país, estos datos nos deben llevar a una reflexión profunda;
– La epidemia mundial de tabaquismo mata cada año a casi seis millones de personas.
– Mueren cada año más de 600.000 personas no fumadoras expuestos a humo de tabaco ajeno.
– El 63 por ciento de las muertes que tuvieron lugar en 2008 se debió a enfermedades no transmisibles, y el tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo.
– El tabaco tiene presencia importante entre los estudiantes, siendo fumadores diarios un importante número de los estudiantes.
El 11 por ciento de las muertes por cardiopatía isquémica, la principal causa mundial de muerte, son atribuibles al consumo de tabaco. Más del 70 por ciento de las muertes por cáncer de pulmón, bronquios y tráquea también son atribuibles al consumo de tabaco.
Si se mantienen las tendencias actuales, el consumo de tabaco matará a más de ocho millones de personas al año en 2030. Está comprobado que la mitad de las personas que fuman actualmente de forma regular eventualmente morirán de forma prematura a causa del tabaco.
El Programa de Control del Tabaquismo viene trabajando en empresas e instituciones para fomentar ambientes libres de humo dentro de los recintos laborales. Con esto se busca generar conciencia y fomentar el respeto del fumador al espacio del no fumador.
Para el efecto, indicó que la cartera sanitaria cuenta con un protocolo para llevar adelante esta iniciativa en las empresas e instituciones, procedimiento que consiste en la sensibilización de los funcionarios del impacto que genera el hábito tabáquico en la salud, los beneficios que aporta contar con un ambiente no viciado con humo de cigarrillo. También se impulsa a la instalación de adhesivos que advierten sobre la prohibición de fumar en la empresa.
El Tabaquismo es en el Paraguay una de las principales causas de muerte evitable, por lo que el Ministerio de Salud y Bienestar Social está adoptando medidas para reducir el consumo de tabaco y la mortalidad asociada a esta adicción.
El Ministerio de Salud pidió elevar los impuestos al tabaco, que son los más bajos de toda América, así como prohibir la publicidad y otras medidas para combatir su consumo, que le cuesta al erario público entre 150 y 200 millones de dólares al año en gastos médicos.
Paraguay ratificó en 2006 el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco, que contempla esas acciones, pero el Congreso no ha aprobado aun una ley que ponga en práctica sus cláusulas.
Entre ellas destacó el aumento de los impuestos "para que los niños no tengan tanta accesibilidad" a los cigarrillos.
Actualmente la tasa que grava el tabaco en Paraguay es del 13%, la más baja de toda América, según Sánchez. El Ministerio de Hacienda ha propuesto elevarla al 14%, como parte de un plan para aumentar la recaudación.
Según Sánchez, el Convenio Marco también pide prohibir fumar en lugares públicos cerrados y toda publicidad del tabaco, la cual sigue existiendo en Paraguay, donde se ven grandes carteles publicitarios en algunas carreteras.
Asimismo, el tratado insta a los Estados a promover cultivos sustitutivos del tabaco entre los agricultores.
Sánchez dijo que no le consta que exista ningún proyecto de ley en el Congreso para trasladar el convenio a la legislación de Paraguay, cuyo presidente, Horacio Cartes, cuenta con negocios de tabaco en el grupo empresarial que posee.
En 2008, fecha del último estudio, un 14% de los adultos paraguayos y un 10% de los menores de 15 años fumaban, explicó Sánchez.
Esa práctica le cuesta al erario público entre 150 y 200 millones de dólares al año en gastos médicos, de acuerdo con un estudio citado por la doctora.
"Son afecciones crónicas. Las personas no mueren en seguida", por lo que su cuidado supone "una sobrecarga económica al sistema". El tabaco contribuye a la aparición de cánceres, afecciones pulmonares y vasculares, hipertensión y diabetes.
A los costos que representan para el Estado se añaden los gastos para las familias y la pérdida de fuerza laboral. "El paciente se enferma en la parte más productiva de su vida".
Ante la falta de acción en el Congreso, el Programa que ella dirige promueve que los municipios emitan ordenanzas para prohibir, por ejemplo, la venta de cigarrillos a menores de edad y al menudeo.
Setenta de las más de 150 alcaldías de Paraguay han adoptado medidas contra el tabaco como parte de esa estrategia, indicó.
Además, el Ministerio lleva a cabo actividades educativas y culturales para evitar que los niños se conviertan en adictos al cigarrillo, y da certificaciones a las empresas por ser libres de tabaco, relató Sánchez.
1.1- QUE ES LA NICOTINA
Es el principal componente químico activo del tabaco. La nicotina se utiliza en agricultura como un insecticida y en química como fuente de ácido nicotínico, el cual se obtiene por oxidación de la nicotina. Los fumadores de tabaco absorben pequeñas cantidades de nicotina a partir del humo inhalado, y experimentan ciertos efectos fisiológicos.
En pequeñas dosis la nicotina es un estimulante nervioso, especialmente del sistema nervioso vegetativo, favoreciendo la liberación de adrenalina y de otras sustancias del organismo.
En grandes dosis, la nicotina paraliza el sistema nervioso autónomo impidiendo la transmisión de impulsos a través de los espacios localizados entre las células nerviosas contiguas (espacios sinápticos).
Dosis aún mayores de nicotina pueden producir convulsiones y muerte.
Los efectos de la nicotina sobre el sistema nervioso varían según los individuos.
En algunas personas la nicotina acelera la formación de úlceras gástricas. En la actualidad, la nicotina se considera una droga que produce adicción física y psíquica.Cada cigarro contiene entre 0,005 a 3,5 miligramos de nicotina.
Los pulmones absorben hasta el 90% de la nicotina cuando se da un jalón al cigarro, mientras que esta cifra se reduce al 35% si el humo sólo pasa por la boca. La nicotina supone la principal causa de dependencia al tabaco y su falta(al dejar de fumar) provoca síntomas de abstinencia (nerviosismo, irritabilidad, tristeza, falta de concentración). También provoca la liberación de adrenalina y noradrenalina, que actúan sobre el sistema nervioso aumentando la frecuencia cardiaca, la presión arterial y el flujo de sangre por las arterias coronarias.
Esto hace que aumente la cantidad de oxígeno que necesita el tejido cardiaco pero no su suministro, lo que favorece las crisis cardiacas.
1.2- LA ADOLESCENCIA Y EL CONSUMO DE TABACO
Según la Lic. Raquel María Kamm Ramír la adolescencia es una etapa determinante para prevenir el consumo de tabaco y sus consecuencias. Es en esta etapa cuando se tiene la primera experiencia con el cigarrillo, se llega a aumentar la frecuencia de consumo y se consolida la adicción.
Los estudios revelan que las tres cuartas partes de los adultos que fuman comenzaron a hacerlo cuando eran adolescentes; de igual forma, se ha encontrado que uno de cada tres fumadores comenzó a fumar antes de los nueve años. De continuar esta tendencia, 20% de los adultos y los adolescentes morirá antes del tiempo promedio, a consecuencia del cigarrillo.
Pero no solo fumar tabaco causa daño y mata; el que respira el humo de segunda mano que proviene de un cigarrillo consumido por otros, (denominado "fumador pasivo"), también resulta afectado, pues el mayor riesgo de contraer enfermedades está en absorber las emanaciones del cigarrillo.
Esto implica respirar las mismas partículas cancerígenas que el fumador. Los familiares de fumadores tienen así mayor posibilidad que el resto de la población de padecer trastornos respiratorios, e incluso cáncer del pulmón, lo cual dependerá del tiempo de exposición al humo.
Para adquirir el hábito de fumar están presentes una serie de actitudes de acercamiento relacionadas con el placer, el manejo del poder, la búsqueda de legitimarse como adulto y la necesidad de ser aceptado por un grupo.Fumar es una conducta aprendida que es inducida por varios medios, tomando en cuenta que el cigarrillo es el producto que ha tenido mayor mercado en la historia.Los mensajes publicitarios resultan altamente persuasivos para promover su consumo. Obviamente la intención no es crear conciencia sobre las normas o consecuencias adversas al hábito, sino vender a toda costa el producto.Igualmente los adultos significantes como los padres, tíos, hermanos y muchas veces los maestros, suelen contradecirse al consumir alcohol y tabaco, sin darle importancia a los efectos que producen y al hecho de que los niños pueden ser posteriores fumadores por imitación. Por otra parte, los hijos de padres no fumadores que fomentan el rechazo al consumo, parecen estar menos propensos al uso del tabaco.
Se ha considerado la existencia de una serie de rasgos de personalidad que hacen más vulnerable a los sujetos para iniciarse y llegar al consumo abusivo de sustancias psicoactivas. Características tales como: inconformismo social, baja motivación para el rendimiento académico, independencia, rebeldía, tendencia a la búsqueda de sensaciones nuevas e intensas, tolerancia a la desviación, tendencias antisociales tempranas. No existiendo una "personalidad" propia del drogodependiente, en general sí se afirma que individuos con problemas de socialización, con un bajo umbral para la frustración, el fracaso y el dolor, que buscan la satisfacción inmediata, que carecen de habilidades comportamentales para enfrentarse a los problemas de la vida y a las demandas de la sociedad, es decir, con retraso en su desarrollo personal, son personas claramente identificables como de "alto riesgo". Jóvenes con retraimiento social, con déficits en habilidades sociales pueden recurrir por ejemplo al alcohol u otras drogas para desinhibir su conducta en una reunión social, siendo el primer paso para una dependencia.
Del mismo modo, jóvenes muy influenciables son más vulnerables cuando las personas significativas que les rodean consumen alcohol u otras drogas. La depresión, el aislamiento social han sido propuestos como variables potencialmente asociadas con el consumo de tabacos u otras drogas.
Las cifras de prevalencia de consumo de tabaco particularmente entre jóvenes de13 a 15 años y las cifras sobre la intención de fumar entre quienes todavía no fuman son alarmantes. La suma de ambas nos da una idea del potencial de crecimiento de esta epidemia en el futuro inmediato. Alrededor del 45% de los adolescentes fuman o manifiestan su deseo de fumar. Es cierto que algunos de los fumadores dejarán de fumar, y muy probablemente, no todos los no fumadores que indican su intención de empezar la cumplan. No obstante, no es una utopía afirmar que, si no hacemos nada para impedirlo, la cifra de adolescentes y otros fumadores habituales se pudiera duplicar en un lapso de tiempo corto.
El tabaquismo es un serio problema social y se constituye en un serio problema de salud pública, ya que los daños que produce no son sólo en las personas que lo consumen sino también con quienes conviven, a los que se les llama fumadores pasivos.
La reducción del hábito tabáquico se observa en menores de 15 años.
Por día, tres de cada cinco personas fallecen por patologías asociadas al tabaco.
Cuadros respiratorias se han triplicado a raíz del humo de tabaco
Esto se registra en niños que viven con padres fumadores.
El comienzo del consumo, con el mantenimiento, con el proceso de dejar de fumar y con la recaída. Es claro que en adolescentes hay una interacción entre fumar cigarrillos y trastornos de ansiedad en el sentido de que si fuman cigarrillos tempranamente se les incrementa la probabilidad de tener trastornos de ansiedad en su vida adulta en una proporción superior a la esperable respecto a los que no fumaban cuando jóvenes. De ahí la relevancia añadida de prevenir el consumo de tabaco en la infancia y en la adolescencia, no sólo para evitar los problemas físicos del tabaco en la vida adulta, sino también para prevenir padecer trastornos de ansiedad posteriormente. De modo semejante, el estrés se va incrementando en los adolescentes adultos, conforme incrementan su consumo de tabaco. Y, al dejar de fumar, les disminuye el nivel de estrés así como el de ansiedad.
Aunque para los no fumadores parece increíble que un pequeño cigarro, pueda prácticamente dominar la vida de millones de personas en el mundo, solo quien ha intentado dejar de fumar sabe lo difícil que es y lo mucho que cuesta. A la fuerza de voluntad y la constancia del paciente, se suman ahora nuevos fármacos que hacen su aporte en la lucha contra la adicción al cigarro.A pesar de que es legal y está socialmente aceptado su uso, la nicotina es una droga de efectos altamente perjudiciales en el organismo, que crea dependencia o adicción y crea condiciones orgánicas que disminuyen la calidad de vida de quien la utiliza, y de quienes lo rodean.
Asimismo, el uso del tabaco es la puerta de entrada a muchas otras adicciones, más costosas y más peligrosas, que manejan un importante porcentaje del comercio mundial.
La intervención temprana puede disminuir el consumo de tabacos u otras drogas en adolescentes.
El tabaquismo en los sistemas de clasificación de enfermedades
2.1- CRITERIOS DIAGNÓSTICOS (DSM-IV-TR).
2.1.1- TRASTORNO POR CONSUMO DE NICOTINA
Según la Clasificación Internacional de Enfermedades Mentales DSM-IV-TR
(APA, 2000) la dependencia y la abstinencia de nicotina se pueden presentar con el consumo de cualquier modalidad de tabaco (cigarrillos, chicles, polvo, pipa y puros) y con la toma de medicamentos (parches y chicle de nicotina).
La capacidad relativa de estos productos para provocar dependencia o inducir abstinencia está en función de la rapidez de la vía de administración (fumada, oral o transdérmica) y del contenido en nicotina del producto consumido.
La intoxicación y el abuso de nicotina no se incluyen en el DSM-IV-TR; la intoxicación por nicotina aparece excepcionalmente y no ha sido bien estudiada hasta el momento, y el abuso de nicotina no se observa en ausencia de dependencia.
2.2- DEPENDENCIA DE NICOTINA
2.2.1- CRITERIOS PARA LA DEPENDENCIA DE SUSTANCIAS
Un patrón desadaptativo de consumo de la sustancia que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativos, expresado por tres (o más) de los ítems siguientes en algún momento de un período continuado de 12 meses:
1. Tolerancia, definida por cualquiera de los siguientes ítems:
a) una necesidad de cantidades marcadamente crecientes de la sustancia para conseguir la intoxicación o el efecto deseado.
b) el efecto de las mismas cantidades de sustancia disminuye claramente con su consumo continuado.
2. Abstinencia, definida por cualquiera de los siguientes ítems:
a) el síndrome de abstinencia característico para la sustancia (v. Criterios A y B de los criterios diagnósticos para la abstinencia de sustancias específicas).
b) se toma la misma sustancia (o una muy parecida) para aliviar o evitarlos síntomas de abstinencia.
3. La sustancia es tomada con frecuencia en cantidades mayores o durante un período más largo de lo que inicialmente se pretendía.
4. Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el consumo e la sustancia.
5. Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia (p. ej., visitar a varios médicos o desplazarse largas distancias), en el consumo de la sustancia (p. ej., fumar un pitillo tras otro) o en la recuperación de los efectos de la sustancia.
6. Reducción de importantes actividades sociales, laborales o recreativas debido al consumo de la sustancia.
7. Se continúa tomando la sustancia a pesar de tener conciencia de problemas psicológicos o físicos recidivantes o persistentes, que parecen causados o exacerbados por el consumo de la sustancia (p. ej., consumo de la cocaína a pesar de saber que provoca depresión, o continuada ingesta de alcohol a pesar de que empeora una úlcera).
Especificar si:
Con dependencia fisiológica: signos de tolerancia o abstinencia (p. ej., si se cumplen cualquiera de los puntos 1 ó 2).
Sin dependencia fisiológica: no hay signos de tolerancia o abstinencia (p.ej., si no se cumplen los puntos 1 y 2).
Codificación del curso de la dependencia en el quinto dígito:
0 Remisión total temprana/ Remisión parcial temprana.
0 Remisión total sostenida/ Remisión parcial sostenida.
2 En terapéutica con agonistas.
1 En entorno controlado.
4 Leve/moderado/grave.
Alguno de los criterios diagnósticos generales para la dependencia no se aplican para la nicotina, mientras que otros requieren una mayor explicación.
La tolerancia a la nicotina se manifiesta por la ausencia de náuseas, mareo y otros síntomas característicos a pesar del consumo abundante de nicotina o de la disminución del efecto del consumo continuado de la misma cantidad de nicotina.
Como hemos visto anteriormente, la nicotina tiene poder adictivo muy grande. Una de las características de la adicción a cualquier sustancia es la intensa necesidad de consumirla o hacer lo posible por obtenerla. Esto es fácilmente observable en fumadores que se han quedado sin tabaco, o que no pueden fumar durante algunas horas o días.
La interrupción del consumo de nicotina produce un síndrome de abstinencia bien definido que se describe a continuación. Muchos sujetos que consumen nicotina lo hacen para disminuir o evitar los síntomas de abstinencia cuando se despiertan por la mañana o cuando salen de situaciones donde su consumo está prohibido (p. ej., en el trabajo o en el avión).
Los sujetos que fuman o los que toman nicotina en sus diversas formas consumen más nicotina y con mayor rapidez de lo que ellos mismos inicialmente deseaban. Aunque más del 80 % de los sujetos que fuman expresan el deseo de dejar de fumar y el 35% lo intenta cada año, sólo el 5% lo consigue. La gran cantidad de tiempo que se gasta en el consumo de la sustancia queda muy bien rejado en el hecho de fumar en cadena. Puesto que se dispone con rapidez y facilidad de la nicotina, al estar legalizada, es raro que se gaste mucho tiempo en obtenerla. Los sujetos pueden no asistir a actividades sociales, laborales recreativas cuando se dan en lugares donde está prohibido fumar. El consumo continuado a pesar de conocer los problemas médicos que acarrea, constituye un problema sanitario importante (p. ej., un sujeto que sigue fumando a pesar de padecer una enfermedad médica relacionada con el consumo de tabaco, como una bronquitis o una enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
2.3- TOLERANCIA DE NICOTINA
La nicotina produce tolerancia a los efectos y algo menos en los efectos psíquicos. Como otros estimulantes, produce el efecto paradójico aunque a niveles menos significativos. Fumar relaja a las personas susceptibles al estrés, y activa o estimula a las personas con tendencia a la poca energía.
2.4- TRASTORNOS INDUCIDOS POR NICOTINA.
2.4.1- ABSTINENCIA DE NICOTINA
Los síntomas del síndrome de abstinencia suelen ser muy duraderos (de tres a cuatro semanas) y desagradables.
Los más característicos son una extremada necesidad de fumar (es un pensamiento recurrente), irritabilidad, ansiedad, dificultad de concentrarse, frustración, malestar, insomnio, impaciencia y menor frecuencia cardiaca.
Otra de las consecuencias de estos síntomas es el aumento de peso, que no suele ser por más hambre sino por ansiedad y necesidad de llevarse algo a la boca. Volver a fumar para evitar estas sensaciones aumentará las propiedades reforzadoras del tabaco, y aumentará la dependencia.
Alrededor del 60 ó 65% de las personas consideradas como muy motivadas para dejar de fumar, volvieron a hacerlo en el primer mes después de dejarlo.
2.4.2- CRITERIOS PARA LA ABSTINENCIA DE SUSTANCIAS.
A. Presencia de un síndrome específico de una sustancia debido al cese o reducción de su consumo prolongado y en grandes cantidades.
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