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Impacto de los residuos orgánicos sobre las propiedades del suelo (página 2)

Enviado por Rosa Peña Garcés


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Al respecto se han realizado varios estudios sobre el uso de los abonos orgánicos y su viabilidad en relación directa con el mejoramiento de las propiedades del suelo así como su productividad en respuesta a la protección del mismo y en la obtención de mejor rendimientos de los cultivos y mayor satisfacción a las necesidades de la sociedad.

La quema de las basuras, de los residuos y desechos entró como una práctica normal para deshacerse de esta carga.

Sin embargo, todas las materias orgánicas siguen en realidad siendo una fuente de vida nueva para los suelos, una fuente de energía y de renovación. Últimamente se puede observar un cambio fundamental en el pensamiento con respecto a los residuos y desechos. Más que una carga, los desechos orgánicos son un recurso.

El suelo cubre la mayor parte de la superficie terrestre con una capa delgada cuyo espesor varía de pocos centímetros a varios metros de profundidad. Están compuestos de partículas rocosas y minerales de tamaño diverso, mezcladas con agua, aire y organismos vivos de origen vegetal, animal, microbiano y de sus restos. Según el concepto del tiempo que tiene el hombre, la formación de los suelos es sumamente lenta. En lugares en que el clima es húmedo y cálido, son menester miles de años para formar unos cuantos centímetros de suelo. En los climas fríos y secos, hace falta más tiempo aún e incluso es posible que no se formen suelos en absoluto. Si bien el suelo es un recurso renovable, su lenta formación lo hace casi irreemplazable (FAO; 1983-a).

Los suelos son una mezcla dinámica, siempre cambiante a medida de que las aguas llegan y se retiran y que los reinos vegetal y animal, y los microorganismos viven y mueren. Las partículas del suelo son desplazadas por el viento, el agua, el hielo y la gravedad, a veces lentamente y otras con rapidez. Pero aún cuando el suelo cambie, las capas de suelo permanecen prácticamente constantes durante la vida de un ser humano, a menos que el hombre las desplace o levante ó are.

Todos los suelos tienen vida y los buenos la tienen abundante. Los organismos vegetales, animales y microbianos contribuyen a la fertilidad del suelo. Las raíces de las plantas se unen en el suelo y lo van rompiendo, al paso que las plantas en descomposición se convierten en humus. Los animales excavadores de madrigueras mezclan los suelos, y sus excrementos aportan nutrientes que mejoran la estructura del suelo.

A parte de los habitantes más evidentes del suelo, tales como roedores, insectos, ácaros, babosas y caracoles, arañas y lombrices de tierra, hay innumerables residentes microscópicos, algunos de los cuales son provechosos para el hombre y los cultivos y otros nocivos. Los microorganismos participan en las transformaciones enzimáticas básicas que propician el crecimiento a las plantas superiores, incluidos nuestros cultivos alimentarios.

En el suelo se producen reacciones químicas a raíz del intercambio de iones positivos o cationes. En los suelos arcillosos se producen más intercambios que en los demás tipos de suelos. Esas reacciones químicas también son esenciales para el desarrollo vegetal y son buen indicio de la fertilidad del suelo.

En consideración, al evaluar el impacto de los abonos orgánicos sobre propiedades del suelo en nuestro municipio, puede plantearse, que este tema es de gran importancia y actualidad, teniendo en cuenta las necesidades que exige la sociedad respecto al abastecimiento de alimentos con altos rendimientos, sin descuidar la protección del medio ambiente.

Todo lo anterior sustenta al planteamiento del siguiente Problema investigativo: ¿Cómo contribuir al mejoramiento de los suelos, el crecimiento y productividad de los cultivos del municipio Contramaestre de la provincia Santiago de Cuba mediante el empleo de los abonos orgánicos?

En consecuencia el Objeto de investigación se enmarca en el aumento de la producción del municipio Contramaestre de la provincia Santiago de Cuba y su campo de acción lo constituye la metodología de desarrollo agropecuario sostenible en el municipio Contramaestre de la provincia Santiago de Cuba.

Para contribuir a la solución del problema se propone como Objetivo de la investigación: Elaborar una metodología que permita potenciar el desarrollo agropecuario sostenible en el municipio Contramaestre en la provincia Santiago de Cuba.

Para el cumplimiento del objetivo general se plantean como objetivos específicos:

  • 1. Conceptuar y caracterizar el objeto de estudio y fundamentar epistemológicamente el proceso producción agropecuaria en el mundo, en Cuba, en Santiago de Cuba y en Contramaestre.

  • 2. Elaborar un modelo, una metodología para el desarrollo agropecuario sostenible en Contramaestre en la provincia Santiago de Cuba.

  • 3. Evaluar los resultados obtenidos en la producción agropecuaria en Contramaestre, mediante la implantación de la metodología elaborada.

La presente investigación parte del supuesto hipotético de que la implantación de una metodología sustentada en la organización de los actores y la planeación estratégica contribuirá al desarrollo agropecuario sostenible en el municipio Contramaestre de la provincia Santiago de Cuba.

La hipótesis quedará demostrada en la investigación si se comprueba que la metodología propuesta:

– Es factible de aplicación en el campo de investigación.

– Es posible su generalización a otros municipios de la provincia.

– Posibilita el incremento de la producción agropecuaria del municipio Contramaestre.

Para guiar el curso de la investigación se proponen las siguientes tareas de Investigación:

  • 1. Búsqueda y recopilación de la información existente sobre la producción agropecuaria sostenible.

  • 2. Diagnosticar y caracterizar el objeto de estudio.

  • 3. Conceptuar y caracterizar la producción agropecuaria sostenible.

  • 4. Elaborar una metodología de aplicación de residuos orgánicos a la producción agropecuaria sostenible en los municipios cubanos.

  • 5. Implementar la metodología elaborada para la producción agropecuaria sostenible en la CPA "Mario Muñoz Monroy" de Contramaestre.

  • 6. Evaluar los resultados obtenidos mediante la implementación de la metodología elaborada para la producción agropecuaria sostenible.

DESARROLLO.

Capitulo I:

LOS RESIDUOS ORGÁNICOS, SU RECICLAJE COMO MÉTODO DE DESCONTAMINACIÓN.

El medio natural es una condición imprescindible y fuente de origen de la vida del hombre y la producción social. La creciente carga industrial que recae sobre el medio natural y los rápidos cambios que este experimenta inquietan al hombre, surgiéndole la pregunta ¿qué ocurrirá con este medio dentro de varios decenios y sobre todo dentro de uno o dos siglos? (Cruz et al., 2005)

En la tierra se encuentra una gran cantidad de ecosistemas, los cuales a su vez están compuestos por elementos bióticos y abióticos que están en constante interacción. Cuando estos ecosistemas son intervenidos por el hombre y reemplazados por cultivos de plantas domesticadas, pasan a ser agroecosistemas con sus respectivos subsistemas, conservándose la interacción entre lo biótico y lo abiótico (Ramírez, 1998).

Según Arens (1983) alrededor de los años 1850 Lubwig demostró que las plantas utilizaban elementos inorgánicos principalmente NPK; este hecho fomentó el desarrollo de la industria de fertilizantes químicos, dando inicio entonces a problemas de desechos y residuos que afectan actualmente al ecosistema; pero ahora, señala Claverón (1996), en los últimos 25 años se observa un gran incremento de la práctica orgánica en la agricultura, no sólo por el deterioro ambiental, sino también por los daños en la salud humana.

Los rendimientos altos obtenidos inicialmente declinan rápidamente y la aplicación de dosis altas de fertilizantes no produce el efecto esperado llevando a la errónea conclusión de que no es necesaria la utilización de fertilizantes en dosis adecuadas, aún cuando es evidente que los rendimientos son bajos.

En el mundo de hoy, tanto en los países en vías de desarrollo como en los países desarrollados, no hay otra alternativa que la utilización de todos los residuos orgánicos disponibles. La quema de las cosechas y residuos es una doble pérdida: se quema un recurso utilizable con otro recurso en vía de agotamiento. Aún cuando se han obtenido excelentes respuestas y se ha demostrado la utilidad del uso de altas dosis de fertilizantes para obtener rendimientos altos, la producción comercial en campos de agricultores decrece con el tiempo, en algunos casos sustancialmente. Los rendimientos altos obtenidos inicialmente declinan rápidamente y la aplicación de dosis altas de fertilizantes no produce el efecto esperado llevando a la errónea conclusión de que no es necesaria la utilización de fertilizantes en dosis adecuadas, aún cuando es evidente que los rendimientos son bajos.

La materia nutritiva de los abonos orgánicos y de los fertilizantes minerales que se aplican en cantidad equivalente, es en la mayoría de los casos de igual valor para la cosecha de los cultivos agrícolas.

Altas cosechas de cultivos agrícolas se pueden obtener lo mismo aplicando fertilizantes minerales solos, que abonos orgánicos solos. Sin embargo, con su correcta combinación se liquidan las desventajas específicas de las dos clases de abonos, creándose así las condiciones de su aprovechamiento más racional (Yágodin, 1986).

Capitulo II:

LA MATERIA ORGÁNICA Y LOS ORGANISMOS DEL SUELO.

La materia orgánica del suelo está compuesta por todos los materiales orgánicos muertos, de origen animal o vegetal, junto con los productos orgánicos producidos en su transformación. Una pequeña fracción de la materia orgánica incluye materiales ligeramente transformados y productos que han sido completamente transformados, de color oscuro y de alto peso molecular, llamados compuestos húmicos.

Después que se han añadido residuos orgánicos frescos al suelo hay un rápido aumento en la población de organismos debido a la abundancia de material fácilmente descompuesto, incluyendo azúcares y proteínas. Estos elementos son transformados en energía, CO2 y H2O y en compuestos sintetizados por los organismos. A medida que la cantidad de materia orgánica de fácil descomposición disminuye, el número de organismos también disminuye. Los sucesores de estos organismos atacan los restos, formados por compuestos más resistentes de celulosa y lignina y también compuestos sintéticos, reduciendo su proporción gradualmente a medida que aumenta el humus. La velocidad de transformación de los residuos orgánicos frescos depende de la naturaleza de la materia orgánica inicial y de las condiciones ambientales del suelo. Después de la aplicación, por ejemplo, de materiales leñosos u otros residuos orgánicos que tienen un alto contenido de carbono y un bajo contenido de nitrógeno –o sea una relación C/N alta- los organismos consumen el nitrógeno disponible en el suelo, inmovilizándolo. Como resultado, durante algún tiempo habrá poco nitrógeno disponible para las plantas. Con la descomposición gradual de la materia orgánica, la población de organismos se reduce y el nitrógeno vuelve a estar disponible para las plantas, estableciendo una relación C/N entre 10 y 12. Para evitar la competencia por el nitrógeno entre los organismos y las plantas, es conveniente esperar que los residuos orgánicos alcancen un estado avanzado de descomposición antes de la siembra de un nuevo cultivo.

La materia orgánica agregada al suelo normalmente incluye hojas, raíces, residuos de los cultivos y compuestos orgánicos correctivos. Como que muchos de los residuos vegetales se aplican en la superficie o en la capa superior del suelo, el contenido de materia orgánica de esta capa tiende a ser más alto y a decrecer con la profundidad.

El contenido de nutrientes de la materia orgánica es importante para las plantas. Por medio de la actividad de la flora y la fauna presentes en el suelo esos nutrientes son transformados en substancias inorgánicas y pasan a estar disponibles para las plantas. A medida que los rendimientos aumentan, el uso correcto de fertilizantes minerales y las masas de las raíces aumentan el contenido de materia orgánica del suelo en razón de la mayor cantidad de residuos que se incorporan. La materia orgánica también puede ser agregada usando abonos verdes o residuos orgánicos como estiércol o compost.

La materia orgánica favorece la formación de una estructura estable de agregados en el suelo por medio de la estrecha asociación de las arcillas con la materia orgánica. Esta asociación incrementa la capacidad de retención de agua ya que puede absorber de tres a cinco veces más de su propio peso, lo cual es especialmente importante en el caso de los suelos arenosos. La materia orgánica incrementa la retención de los nutrientes del suelo disponibles para las plantas debido a su capacidad de intercambio de cationes –la CIC del humus varía entre 1 y 5 meq /g.

Capitulo III:

MATERIA ORGÁNICA, HUMUS, Y LA CADENA ALIMENTICIA DEL SUELO.

Comprender el papel que juegan los organismos del suelo es crítico al manejo de suelos Sustentables. Basado en este entendimiento, el enfoque puede ser dirigido hacia estrategias que aumenten tanto el número como la diversidad de los organismos del suelo. Igual que el ganado y otros animales domésticos, el ganado del suelo requiere alimento apropiado. Este alimento viene en la forma de materia orgánica.

Materia orgánica y humus son términos que describen cosas algo diferentes pero relacionadas entre sí. La materia orgánica se refiere a la fracción del suelo que está compuesta tanto de organismos vivos como de residuos muertos en varios estados de descomposición. Humus es sólo una pequeña porción de la materia orgánica. Es el producto final de la descomposición de la materia orgánica y es relativamente estable. La continuación de la descomposición del humus ocurre muy lentamente en ambientes agrícolas y naturales. En sistemas naturales, se alcanza un balance entre la cantidad de formación de humus y la cantidad de descomposición de este (Jackson, 2003).

Este balance también ocurre en la mayoría de los suelos agrícolas, pero a menudo con un mucho menor nivel de humus en el suelo. El humus contribuye a un suelo bien estructurado que, en su turno, produce plantas de alta calidad. Es claro que el manejo de la materia orgánica y el humus es esencial para sostener el ecosistema total del suelo. (ver anexo I)

Las mejoras a la estructura física del suelo facilitan el labrado, aumentan la capacidad para almacenar el agua, reducen la erosión, mejoran la formación y cosecha de cultivos de tubérculos, y producen sistemas de raíces más profundos y prolíficos en las plantas.

Todos los organismos del suelo, excepto las algas, dependen de materia orgánica como fuente de alimento. Por lo tanto, para mantener la población, se debe renovar la materia orgánica de las plantas que crecen en el suelo, con estiércol de animales, abono, u otros materiales importados de fuera del sitio. Cuando los microorganismos se alimentan del suelo, aumenta la fertilidad del suelo y el suelo alimenta a las plantas.

Finalmente, fomentar los niveles de materia orgánica y humus en el suelo significa manejar los organismos vivientes del suelo — algo parecido al manejo de la vida silvestre o la ganadería. Esto significa trabajar para mantener condiciones favorables de humedad, temperatura, estado de nutrientes, pH, y aeración. También requiere proveer una fuente estable de alimento de materia orgánica cruda.

Capítulo IV:

MATERIA ORGÁNICA Y PRODUCTIVIDAD DE LAS PLANTAS.

Hay varios factores que afectan el nivel de materia orgánica que se puede mantener en el suelo. Entre estos están las adiciones de materia orgánica, humedad, temperatura, labrado, niveles de nitrógeno, cultivación, y fertilización. El nivel de materia orgánica presente en el suelo es una función directa de la cantidad de material orgánico que se produce o agrega al suelo contra lo que entra en putrefacción. Los objetivos de este acto de balance implican el nivel de la descomposición de materia orgánica, a la vez que se aumenta el suministro de materiales orgánicos que se producen en sitio y o se agregan fuera del sitio. La humedad y la temperatura también afectan profundamente los niveles de materia orgánica. Mucha lluvia y temperaturas altas promueven el crecimiento rápido de las plantas, pero estas condiciones también son favorables a la rápida descomposición y pérdida de materia orgánica. Poca lluvia y bajas temperaturas disminuyen la rapidez del crecimiento de las plantas y la descomposición de materia orgánica. La rápida descomposición de la materia orgánica devuelve nutrientes al suelo, los que se captan casi inmediatamente por el rápido crecimiento de las plantas. Agregar estiércol y abono orgánico son formas reconocidas para mejorar los niveles de materia orgánica y humus en la tierra. Cuando estos faltan, los pastos perennes son el único cultivo que puede regenerar y aumentar el humus del suelo. Los pastos de estaciones frías fabrican materia orgánica más rápido que los de estaciones cálidas ya que normalmente están en crecimiento por más tiempo durante el año (Nation, 2006). Al agregar materia orgánica se provee más alimento para los microorganismos. Para lograr un aumento de materia orgánica en el suelo, las adiciones deben ser mayores que lo que se retira. En un año cualquiera, bajo condiciones normales, 60 a 70 por ciento del carbono contenido en los residuos orgánicos agregados al suelo se pierde como dióxido de carbono (Sachs, 2005). Cinco a diez por ciento se asimilan en los organismos que descomponen los residuos orgánicos y el resto se convierte en humus "nuevo." La capa arable del suelo es el capital del agricultor y preservarla significa mantener los recursos del suelo. Teniendo el suelo cubierto de cultivos de cobertura, cubierta alcolchamiento, o residuos de cosecha durante la mayor parte de la temporada logra la meta de sostener los recursos del suelo. Cada vez que el suelo se ara y se deja descubierto está susceptible al desgaste. Incluso pequeñas cantidades de erosión de suelo son dañinas a largo plazo.

Estiércol de Animales

El estiércol es una mezcla de las camas de los animales con sus deyecciones, que ha sufrido fermentaciones más o menos avanzadas, primero en el establo y luego en el estercolero. Puede ser sólido o diluido en agua (purín). Se trata de un abono compuesto de naturaleza órgano-mineral, con un bajo contenido en elementos minerales. Su nitrógeno se encuentra casi exclusivamente en forma orgánica y el fósforo y el potasio al 50 por 100 en forma orgánica y mineral. Debemos hacer buen uso del estiércol, aportando las cantidades necesarias para el desarrollo de los cultivos, para evitar los problemas de contaminación que producirían aportes excesivos. La composición de los estiércoles varía entre límites muy amplios, dependiendo de la especie animal, la naturaleza de la cama, la alimentación recibida, la elaboración y manejo del estiércol. Atendiendo exclusivamente a la especie animal, podemos establecer que el estiércol de aves es el más rico y concentrado de todos. Entre los mamíferos, el de caballo se encuentra por encima del de oveja, vaca y cerdo. El estiércol se incorporaría al suelo enterrándolo con una labor poco profunda. Uno de los aspectos negativos de los fertilizantes orgánicos es la pérdida de nutrientes, sobretodo nitrógeno, que se puede producir durante su almacenaje, manipulación y aplicación. Estas pérdidas provocan efectos no deseados en el medio ambiente, como la contaminación de la atmósfera y de las aguas. Con una fertilización a base única y exclusivamente de fertilizantes orgánicos se corre el riesgo de acumulación en los suelos de fósforo y algunos metales pesados, como el cobre o el zinc. Es evidente que estos problemas son inaceptables en el contexto de la agricultura ecológica, donde se intenta armonizar la agricultura con el medio en donde se desarrolla, provocando el mínimo impacto sobre éste.El estiércol es una excelente enmienda, proporcionando tanto materia orgánica como nutrientes. La cantidad de materia orgánica y de nitrógeno en el estiércol de animales depende del alimento consumido, tipo de camas usadas (si es que la hay), y si el estiércol se aplica sólido o líquido. Las cantidades típicas para estiércol de lecherías sería 10 a 30 toneladas por acre o 4,000 a 11,000 galones de líquido para el maíz. Al usar estas cantidades el cultivo obtendría entre 50 y 150 libras de nitrógeno disponible por acre. Además, se agregaría mucho carbono al suelo, manteniendo la materia orgánica del suelo. Los residuos de cultivos producidos de esta aplicación de estiércol contribuyen también a la materia orgánica si se dejan en el suelo. Sin embargo, un problema común de usar estiércol como nutrición para cultivos es que las medidas de aplicación están usualmente basadas en la necesidad de nitrógeno de dicho cultivo. Como algunos estiércoles tienen casi tanto fósforo como nitrógeno, esto generalmente lleva a una acumulación de fósforo en la tierra. Un ejemplo clásico es cuando se aplican lechos de estiércol avícola a cultivos que requieren altos niveles de nitrógeno, tales como pastizales y maíz. Los lechos de estiércol de pollo para asar, por ejemplo, contienen aproximadamente 50 libras de nitrógeno y fósforo y cerca de 40 libras de potasio por tonelada. Como un pastizal de cañuela necesita el doble de nitrógeno que de fósforo, una aplicación de fertilizante común sería de alrededor de 50 libras de nitrógeno y 30 de fósforo por acre.

Si se aplicara una tonelada de estiércol de lecho de pollos para suministrar las necesidades de nitrógeno de la cañuela, resultaría en una sobre aplicación de fósforo, ya que el lecho tiene cerca de los mismos niveles de nitrógeno y fósforo. Varios años de aplicación de lechos de estiércol de pollo para lograr las necesidades de nitrógeno pueden acumular el fósforo del suelo a niveles excesivos. Una solución fácil a este dilema es ajustar la medida de estiércol para suplir las necesidades de fósforo del cultivo y suministrar nitrógeno adicional con fertilizante o un cultivo de cobertura de legumbres. En algunos campos esto puede significar que se produce más estiércol que el que se puede usar sin problemas en la tierra. En este caso, los agricultores pueden tratar de encontrar una manera de procesar y vender (o intercambiar) este exceso de estiércol para sacarlo de la granja.

LOMBRICULTURA

El constante incremento del costo de los fertilizantes químicos, el alto nivel de degradación, erosión y envenenamiento que presentan nuestros suelos, sumado a la gigantesca cantidad de desechos orgánicos que hoy se pierden o mal usan, nos obliga a una actitud diametralmente distinta a la adoptada hasta hoy y que nos permita cambiar esta situación pensando en el futuro. Es una biotécnica muy importante para recuperar desechos biodegradables tales como pasto, hojas, papeles, sobrantes de cocina. Queremos que los desechos sean reciclados y que lo natural vuelva a la naturaleza. Son unas lombrices las encargadas del proceso de transformación. La lombricultura es una respuesta simple, racional y económica a este problema. Siendo una biotecnología que utiliza a la lombriz como una herramienta de trabajo, permite reciclar todo recurso orgánico y transformarlo en un fertilizante de primer orden que es el humus y adicionalmente obtener una fuente de proteínas.

La transformación de los residuos orgánicos sólidos, aprovechando la capacidad de las lombrices rojas californianas (Eisenia foetida) al ingerirlos y convertirlos en lombricompost (excretas) de buena calidad, es de gran ayuda en este proceso de convertir desechos sólidos (basura) en materia orgánica útil para mejorar las condiciones del suelo y favorecer una agricultura más amigable con el medio ambiente.

La lombriz roja californiana tiene un peso aproximado de 1 gramo lo que equivale a decir que en 1 kilogramo de lombrices tenemos aproximadamente 1000 lombrices.

Se utiliza una relación de 1 kg de desechos por 1 kg de lombrices para obtener un nivel de rendimiento eficiente en cuanto a tiempo y volumen de desechos a tratar. El manejo de las lombrices puede realizarse de diferentes formas, desde montones de desechos en el suelo hasta estructuras de madera o cemento que alejen las lombrices del suelo. Una de las maneras más utilizadas es la pre-descomposición de los residuos vegetales (hojas de árboles, cáscaras de frutas y verduras, etc.) y estiércoles, para luego ser depositados en las fosas o eras donde estén las lombrices, para su respectiva descomposición completa. La materia orgánica del suelo se puede comparar a una cuenta de ahorro para nutrientes de plantas. Un suelo que contiene 4% de materia orgánica en las 7 pulgadas de su superficie tiene 80,000 libras de materia orgánica por acre. Estas 80,000 libras de materia orgánica pueden contener cerca de 5.25% de nitrógeno, para un total de 4,200 libras de nitrógeno por acre. Si se asume una liberación de 5% durante la estación de crecimiento, la materia orgánica podría suministrar 210 libras de nitrógeno a un cultivo. Sin embargo, si la materia orgánica se deja degradar y se pierde el nitrógeno, será necesario comprar fertilizante para aumentar el rendimiento de la cosecha.

Los abonos orgánicos se han recomendado en aquellas tierras sometidas a cultivo intenso para mejorar la estructura del suelo; con ello, se aumentan la capacidad de retención de agua y la disponibilidad de nutrimentos para las plantas. Los abonos orgánicos se han usado desde tiempos remotos y su influencia sobre la fertilidad de los suelos se ha demostrado, aunque su composición química, el aporte de nutrimentos a los cultivos y su efecto en el suelo varían según su procedencia, edad, manejo y contenido de humedad (Romero et al., 2000).

Además, el valor de la materia orgánica que contiene ofrece grandes ventajas que difícilmente pueden lograrse con los fertilizantes inorgánicos (Castellanos, 1980). En la actualidad, la estructura del suelo es el factor principal que condiciona la fertilidad y productividad de los suelos agrícolas; someter el terreno a un intenso laboreo y compresión mecánica tiende a deteriorar la estructura. Los abonos orgánicos (estiércoles, compost y residuos de cosecha) se han recomendado en aquellas tierras sometidas a cultivo intenso para mantener y mejorar la estructura del suelo, aumentar la capacidad de retención de humedad y facilitar la disponibilidad de nutrimentos para las plantas (Castellanos, 1992). En consideración a lo anterior, los objetivos del trabajo fueron: a) Evaluar el impacto de los abonos orgánicos sobre propiedades físicas y químicas del suelo y b) Seleccionar el abono orgánico con mejor respuesta en rendimiento de grano.

La mal llamada "revolución verde" de los años 50 y 60, y la teoría de Leibig de la nutrición mineral, verdad a medias que reducía la alimentación de las plantas a nitrógeno, fósforo y potasio (N.P.K.), ignorando la importancia de los oligoelementos y a los microorganismos de la tierra, dio pie al desaforado desarrollo de la industria de fertilizantes químicos y al abandono progresivo del abono orgánico.

El desarrollo de la edafología (ciencia que estudia los suelos) ha confirmado que no sólo de

N.P.K. viven las plantas y que en su crecimiento intervienen otros elementos químicos, así como hormonas, vitaminas, etc. La tierra fértil, en lugar de ser un mero soporte físico inerte, es un complejo laboratorio en el que tienen lugar procesos vivos.

"Son hoy ya legión los especialistas que admiten que tal revolución verde no ha podido ofrecer una solución viable al problema de la alimentación a escala planetaria. Más bien y muy por el contrario, los métodos que la propiciaron, como mecanización de labores, fertilización química, control tóxico de plagas y enfermedades, etc. constituyen el desequilibrio económico y ecológico dentro de y entre comarcas, países y continentes".

Las tierras o suelos fértiles constan de 4 componentes: materia mineral, materia orgánica (M.O.) con abundancia de seres vivos y microscópicos, aire y agua. Todos íntimamente ligados entre sí y originando un medio ideal para el crecimiento de las plantas. De estos componentes, la M.O. representa en líneas generales el menor porcentaje, tanto en peso como en volumen. A pesar de ello la importancia de la M.O. es muy grande y no sólo mejora las propiedades físicas y químicas de la tierra sino el desarrollo de los cultivos.

Los aportes de M.O. de plantas y animales, están sometidos a continuo ataque por parte de organismos vivos, microbios y animales, que los utilizan como fuente de energía frente a su propio desgaste. Como resultado de dicho ataque, son devueltos a la tierra los elementos necesarios para la nutrición de las plantas.

La fracción superior de la tierra de color oscuro, con la materia orgánica muy descompuesta es el llamado humus. Un puñado de ella contiene millones de microorganismos.

Cuando hablamos de abonamiento y fertilización en la agricultura, nos referimos a la incorporación de materia orgánica y/o nutrientes minerales. La síntesis de ambos se encuentra en las deyecciones de la lombriz, que produce un fertilizante natural de extraordinaria calidad.

Formado por la fusión de entre sustancias minerales y orgánicas, el suelo es un medio especial, un biotipo extraordinario para numerosos organismos y alberga al grueso de la biomasa del planeta. Dentro de la macro fauna del suelo, el grupo más importante es el de las lombrices de tierra. Las numerosas tareas que cumplen fueron estudiadas por Darwin y luego continuadas y profundizadas desde hace 40 años.

Un residuo orgánico, con el adecuado laboreo, inoculación y compostización, que es puesto como sustrato y hábitat para la lombriz californiana, es transformado por ésta, mediante su ingesta y excreta, en una extraordinaria enmienda fertilizadora.

La acción de la lombriz en su proceso digestivo produce un agregado notable de bacterias que actúan sobre los nutrientes macromoleculares, elevándolo a estados directamente asimilables por las plantas, lo cual se manifiesta en notables respuestas de las cualidades organolépticas de frutos y flores, como así también resistencia a los agentes patógenos.

El humus de lombriz, favoreciendo la formación de micorrizas, acelera el desarrollo radicular y los procesos fisiológicos de brotación, floración, madurez, sabor y color.

Su acción antibiótica aumenta la resistencia de las plantas al ataque de plagas y patógenos como también la resistencia a las heladas.

Así también la acción de la lombriz, en su contacto físico con el sustrato, transmite con su mucosa particulares características que favorecen al estado coloidal del producto final para su acción dinamizadora de los suelos de cultivo.

La acción microbiana emergente del humus de lombriz hace asimilable para las plantas materiales inertes como fósforo, calcio, potasio, magnesio, como también de micro y oligoelementos, fijando además de los microorganismos simbióticos, el nitrógeno atmosférico, como Winogradsky lo descubriera en el llamado Clostridium pasterianum y según lo realizaran especies de Azotobacter.

Entre otras características fisiológicas de la lombriz californiana (Eisenia foetida) sus glándulas reciclan la materia orgánica de la tierra y el humus representa el 85% al 90% del total, por ello, hablar de materia orgánica de la tierra y de la fracción húmica es casi equivalente.

Este proceso debe estar acompañado de un manejo adecuado de la humedad y la luz, factores importantes para lograr un mayor rendimiento de las lombrices. Dando como resultado un lombricompost de mejor calidad.

Se recomienda el secado (hasta un 20%-30% de humedad) y de ser posible el molido del material facilitará su posterior aplicación en el campo.

El humus de lombriz, favoreciendo la formación de micorrizas, acelera el desarrollo radicular y los procesos fisiológicos de brotación, floración, madurez, sabor y color. Su acción antibiótica aumenta la resistencia de las plantas al ataque de plagas y patógenos como también la resistencia a las heladas. Así también la acción de la lombriz, en su contacto físico con el sustrato, transmite con su mucosa particulares características que favorecen al estado coloidal del producto final para su acción dinamizadora de los suelos de cultivo.

En nuestro país la utilización de las lombrices en la descomposición de los subproductos de la industria del café son de gran ayuda para este sector, pues se disminuye el impacto ambiental y se cuenta con una alternativa de reincorporación de desechos en la misma explotación.

Capitulo V:

CULTIVOS DE COBERTURA Y ABONOS VERDES.

Los abonos verdes son cultivos destinados a ser incorporados al suelo, con una serie de objetivos como son: la mejora de la fertilidad y estructura de los suelos, la incorporación de N en caso de que este abono en verde sea una leguminosa, y la protección del suelo contra el riesgo de erosión. Estos cultivos se realizan habitualmente en el periodo de tiempo entre dos cultivos, por ejemplo entre la cosecha de un cultivo de verano y la siembra de uno de primavera para aprovechar las lluvias otoñales. También se realizan cultivos como abono en verde en los pasillos sin cultivar de los cultivos perennes, como la viña, el olivar y los frutales. Desde un punto de vista estrictamente nutritivo, los abonos en verde no aportan al cultivo siguiente nada más que nitrógeno en caso de que éste sea una leguminosa. Las necesidades en fósforo y potasio del cultivo siguiente tendrán que ser aportadas por otras vías, por ejemplo con fertilizantes minerales aptos para agricultura ecológica. Las especies más utilazas para los abonos en verde son las leguminosas (tréboles, altramuz, arveja, guisante forrajero), las gramíneas (normalmente en asociación con las leguminosas) y las crucíferas (capaces de desarrollarse rápidamente y producir gran cantidad de materia seca). (Ver anexo II).

Muchos tipos de plantas se pueden usar como cultivos de cobertura. Algunas de las más comunes incluyen: cebada, trigo alforfón (buckwheat), arveja peluda (hairy vetch), trébol rojo, fríjol de ojo negro (cowpeas), mijo, y sorgos de forraje. Cada una de estas plantas tiene ventajas sobre otras y difiere en su área de adaptabilidad.

Los cultivos de cobertura pueden mantener o aumentar la materia orgánica del suelo si se dejan crecer suficientemente para producir alta vegetación. Con demasiada frecuencia, la gente se apura y saca un buen cultivo de cobertura después de sólo una o dos semanas, antes que haya alcanzado todo su potencial. La arveja peluda o el trébol rojo pueden producir hasta 2.5 toneladas por acre si se dejan llegar a un 25% de florecimiento. Una mezcla de cebada y arveja pueden producir incluso más que esto.

Además de los beneficios de materia orgánica, los cultivos de legumbres proveen considerable nitrógeno a los cultivos que les siguen. Consecuentemente, la cantidad de nitrógeno para agregar puede ser reducida después de que se saca en el tiempo justo un cultivo productivo de legumbres. Por ejemplo, el maíz que se cultiva después de 2 toneladas de arveja peluda debería producir una alta cantidad de grano con sólo la mitad de la cantidad normal de nitrógeno.

Los cultivos de cobertura también suprimen las malezas, ayudan a romper los ciclos de plagas, y a través de su polen y néctar proveen fuentes de alimento a insectos benéficos y abejas. También pueden efectuar el ciclo de otros nutrientes, poniéndolos a disposición de los próximos cultivos cuando se descomponen como abono verde.

De una buena fertilidad de los suelos, depende la obtención de una buena cosecha. Un suelo fértil es un suelo sano y por ende sinónimo de una sana y abundante producción. La aplicación de abonos orgánicos es una alternativa para poder recuperar la fertilidad del suelo ya que los microorganismos que poseen realizan un impotente trabajo el descomponer las sustancias orgánicas y convertirlas en minerales, los cuales pueden ser asimilados por las plantas durante su siclo productivo (IIRR, 1996, Rodríguez, 1988, Rodríguez, 1999).

CONCLUSIONES

Teniendo en cuenta la revisión bibliográfica relacionada con el tema y la consulta de varios autores, puede concluirse, que en nuestro país, cuando se evalúa el impacto de los abonos orgánicos en los suelos y su implicación con el aumento de la productividad, puede plantearse, que para el desarrollo de una agricultura sostenible se hace necesario la aplicación de los Abonos Orgánicos, que se encamine a una agricultura ecológica sostenible donde se minimice el empleo de abonos tóxicos, con la consecuente protección de los agrecosistemas, ya que estos ayudan al equilibrio biológico, mejoran la textura del suelo , se protege el medio ambiente, se protegen los suelos de la erosión y la salinidad, favoreciéndose la microflora de los suelos, la textura e incrementándose su fertilidad a largo plazo.

RECOMENDACIONES

En nuestro entorno la utilización de los residuos orgánicos no es una práctica común, solo es empleada fundamentalmente en organopónicos o cultivos protegidos, por lo que se recomienda el empleo de los residuos orgánicos en toda la agricultura del municipio y la provincia en general, como forma de mantener y mejorar el estado del suelo, el crecimiento y la productividad de los cultivos.

BIBLIOGRAFÍA

  • 1. Arens, P. (1983). Introducción al reciclaje de Materia Orgánica. Boletín de suelos de la FAO. (51), 250.

2. Claveron, R.(1996). Perspectivas de la investigación para la producción orgánica. I Forum Nacional de Agricultura Orgánica, p:1-4.cuba.

3. Cruz, O. Marrero, P. Herrera, M. García, L (2005). Selección de textos sobre Ecología.

4. FAO: Organización de la Naciones Unidas de la Agricultura y la Alimentación (1983-a). Mantenganmos viva la tierra: Causas y Remedios de la Eroción del Suelo. Boletín 50.77p.

5. González , N. (1996). La Aplicación de Productos biológicos microbianos y sus efectos sobre el crecimiento y productividad del pimiento (capsicul Nahum,L). Tesis de maestria.UDG.Cuba.

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7. Rivero, Carmen y J. Paulini (1995). Efecto de la incorporación de residuos orgánicos sobre la evolución del CO2, de los suelos venezolanos.Rev. de la Facultad de Agronomía. 21(1-2): 3749.

8. Rodríguez F. Pedro (2005). Edafología y Agrobiológia. Diplomado en soporte digital.UO, Santiago de Cuba.

9. Rodríguez F. Pedro (2006). Evaluación del impacto ambiental en la producción agrícola. Diplomado en soporte digital. UO, Santiago de cuba.

10. Van der Weid, J.M.(1994). Agroecología y agricultura Sustentable. Agroecología y desarrollo. (7): 9-10.

Anexos

Anexo I.

edu.redResiduos del cultivo previo facilitan la absorción del agua y previene la erosión.

Anexo II

edu.red

En una huerta, cultivos de cobertura fertilizan y conservan el suelo.

 

 

Autor:

Lic. Efrén Menéndez Puig

Lic. Rosa Yanely Peña Garcés

Partes: 1, 2
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