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Impacto de los residuos orgánicos sobre las propiedades del suelo

Enviado por Rosa Peña Garcés


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Los residuos orgánicos, su reciclaje como método de descontaminación
  4. La materia orgánica y los organismos del suelo
  5. Materia orgánica, humus, y la cadena alimenticia del suelo
  6. Materia orgánica y productividad de las plantas
  7. Cultivos de cobertura y abonos verdes
  8. Conclusiones
  9. Bibliografía
  10. Anexos

RESUMEN

El trabajo tuvo como objeto de estudio la utilización de residuos orgánicos en la producción agropecuaria, debido a que la producción de alimentos en los momentos actuales es de vital importancia para el bienestar humano. La mayoría de las unidades agropecuarias no han implementado un uso adecuado de estos residuos a escala local y no existen modelos y metodologías para su implementación. En él se hizo un profundo estudio del estado del objeto de investigación en Cuba, todo lo cual constituye un instrumento de inapreciable valor para los estudios históricos, lógicos y prospectivos relacionados con esta temática. La investigación tuvo como objetivo elaborar una metodología que permita potenciar el desarrollo agropecuario sostenible a partir de la utilización de residuos orgánicos. Se propone el empleo de los residuos orgánicos en toda la agricultura del municipio y la provincia en general como forma de mantener y mejorar el estado del suelo, el crecimiento y la productividad de los cultivos.

INTRODUCCIÓN

Para alimentar a la población mundial la producción agrícola tendrá que aumentar, para lo cual habrá que: Intensificar la agricultura en las tierras que ya se están cultivando. Ampliar la superficie cultivada, pero contrarrestando su degradación. Invertir el proceso constante de degradación de los suelos del mundo y manejar el suelo para asegurar una producción sostenida.

Sin dudas, como parte de la Agricultura Orgánica o Biológica pueden y deben emplearse diferentes fuentes alternativas tanto de origen animal (estiércol, orina y subproductos), vegetal (restos de plantas, abonos verdes) o microbiano (metabolitos, biomasa) para la nutrición de las plantas; propiciando su uso combinado y evitando su agotamiento y empleo indiscriminado (Rodríguez, 2005).

Las fuentes orgánicas a emplearse estarán en dependencia de su abundancia y asequibilidad; pero deben conducirse experimentos sobre dosis, modo y momento de aplicación en dependencia del tipo de suelo y planta y acompañarse de estudios sobre impacto ecológico para corroborar sus efectos sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo; así como la cuantía y calidad de las cosechas, pues también resulta de interés el valor nutritivo de los productos agrícolas y su inocuidad. En todos los casos deben observarse el valor de los productos orgánicos no sólo como biofertilizantes sino además, su posible acción bioestimulante y/o bioplaguicida; seleccionándose los de mayor espectro de acción (Rodríguez, 2006).

Como parte de la agricultura orgánica también juega un rol importante los programas de rotaciones o cultivos asociados, debiendo tenerse en cuenta: tipos de plantas, profundidad de las raíces y excreciones radicales, velocidad de crecimiento vegetal, plagas y enfermedades, demandas nutricionales e hídricas.

El suelo es el medio fundamental o imprescindible de la producción agropecuaria, es la base de las cosechas, la fuente eterna del bienestar del hombre, cuyo verdadero nivel de vida está determinado con frecuencia, por la calidad de éstos, por la explotación que pase por elevar universalmente su fertilidad.

El suelo es un recurso natural no renovable, es un sistema biológico o ecosistema donde hay vida y se genera vida, hay entrada y salida de energía; bajo esta óptica cualquier introducción artificial no controlada, como los fertilizantes y plaguicidas químicos dentro del sistema pueden causar daños irreversibles en la salud del suelo, las plantas, los animales y el hombre.

Corresponde al hombre y a la mujer ir al establecimiento de las medidas de todo tipo, para que las futuras generaciones no nos juzguen por descuidar tan importante actividad como es la conservación y el mejoramiento de los suelos. En este sentido, en nuestro país, se han dado pasos acertados y contamos con un apoyo legal como es la Ley de Protección del Medio Ambiente y el Uso Racional de los Recursos Naturales.

El hombre vive en la tierra transformándola con su trabajo y a su vez se ha convertido en el transcurso de los años, en uno de los principales depredadores del medio ambiente, por lo que la causa principal de la contaminación no radica ni en la técnica ni en la tecnología, sino en el propio hombre. En consecuencia, en primer término, habría que hablar de la contaminación de la conciencia humana. El hombre es parte de la naturaleza. Por tanto nuestra actitud hacia ella, es también hacia nosotros mismos.

La incorporación de residuos orgánicos al suelo es una práctica milenaria dejada de lado con el surgimiento de los fertilizantes sintéticos, sin embargo ha resurgido debido a las múltiples evidencias de su efecto benéfico sobre el suelo (Rivas y Arends, 1990; Rivero y Paolini, 1995).

Con la marginación y el desplazamiento progresivo de los abonos orgánicos, en favor de los abonos químicos, entró el problema del manejo de los desechos y residuos. Poco a poco éstos se convirtieron más bien en un peligro ambiental que en un recurso.

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