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La gestión patrimonial y el turismo como proceso de desarrollo sostenible

Enviado por darienca2000


    1. Resumen
    2. La representación socializada
    3. Desarrollo cultural sostenible
    4. Una de las soluciones para el desarrollo puede estar en el turismo cultural
    5. Conclusiones
    6. Bibliografía

    Resumen

    El trabajo La gestión patrimonial y el turismo como proceso de desarrollo basa sus criterios en que la sostenibilidad ambiental no solo es suficiente, pues debe tenerse en cuenta la sostenibilidad cultural y la gestión de los recursos que presenta la misma, como una vía posible para el desarrollo y la perpetuación de nuestras historias.

    Una de las rutas es a través del turismo, este como proceso consciente del cuidado y la conservación del patrimonio cultural gestionado, sin otro propósito que elevar la calidad de vida de las poblaciones y la equidad entre el hombre y la diversidad cultural que nos rodea.

    Se consultan para este trabajo diversas bibliografías especializadas las cuales permitieron llegar a conclusiones sobre desarrollo cultural sostenible, cultura, etc.

    Introducción

    Sin dudas el mundo actual se ha sumido en el caos peligroso, tan peligroso como el caos sin desorden, en el desequilibrio de la lucha entre todos, bajo el discurso que acrecienta el miedo y que invita a los pueblos al enervamiento de sus identidades, siendo la vía para resistir, la sobrevivencia. Ya que otros mundos e ideas latentes ante el sueño del ser humano, pueden llegar a existir y no ser solo mera utopía.

    Más ahora donde la defensa de la identidad se convierte cada vez más en el punto de mira de las trasnacionales para borrar nuestra historia y sumirnos en su propio holocausto mercadológico, como fusión de la sociedad y el consumo.

    Las ideas que comparte este trabajo incluyen también un momento de recuento y sistematización de una experiencia que a grosso modo puede situarse dentro de esos mundos posibles a nacer, siguiendo para ello todo lo teóricamente, y metodológicamente planteado, abogando por la compenetración dialéctica de diferentes basamentos teóricos y constructos epistemológicos-metodológicos, ya que la diversidad de prácticas que asume el trabajo comunitario no puede agruparse en un contexto teórico-metodológico único, pues en las comunidades se producen múltiples entrecruzamientos históricos, sociales, culturales y políticos, difíciles de atrapar desde una sola disciplina.

    Debe destacarse que ha sido muy factible el tener en cuenta los planteamientos marxistas sobre la relación economía-sociedad, por lo que ha servido para el estudio y orientación hacia las relaciones económicas-demográficas y sociológicas en su interacción con el medio, así como su desenvolvimiento histórico en pos de la formación de una identidad y un patrimonio cultural y natural aun existente.

    También el haber considerado desde el principio la relación de la unidad y lo múltiple, es decir, la integración en el espacio-tiempo concreto de los elementos del todo y sus interrelaciones, ya que lo estudiado, llevado a la categoría de sujeto y no objeto de la investigación, en cualquiera de las escalas que se analice, contiene y refleja, no solo su singularidad, sino su particularidad (características de la sociedad y del medio más cercano donde se desenvuelve) y su universalidad (características del mundo globalizado).

    Esto facilitó profundizar en el conocimiento de las peculiaridades de la comunidad y su entorno, permitió además penetrar en necesidades posibles a solucionar en beneficio de los espacios más deprimidos del fenómeno estudiado en cuestión, lo que contribuye a romper la inercia en estos nuevos lustros.

    Desarrollo

    1. La representación socializada.

    El mundo siempre ha sido único por su materialidad y al igual que una comunidad o región es diverso, variado, no es algo compacto y como si fuera hecho de una sola pieza (aunque sea una pieza) es infinitamente variado, pero no es caótico, ni una región tampoco, pues su caos ordenado es síndrome de su propia vida y de su envejecimiento, a diferencia del caos humano, marcado por síntomas de destrucción, indiferentes a los elementos organizados del mundo, conformados en una estructura que responde a determinadas actividades y funciones, resultado de su desarrollo acorde a las leyes de la materia. No engendradas en la sobrenaturalidad religiosa o mitológica.

    En el caso del hombre, su apasionada existencia, y la compenetración de ambos caos, interactuando entre sí, han creado en el tiempo, aspiraciones y deseos que terminan convertidos en acciones, que chocan, se traban y entran en diversas contradicciones, derivando en resultados finales, citados como conflictos que se resuelven por el efecto de una variedad de condiciones especiales de vida. Conflictos que desde sus inicios se denominan hechos sociales e históricos. Producto nacido del hombre como sujeto de la historia y como individuo, definido parte substancial de su localidad, su región (tanto histórica como geográfica, económica o cultural) y de la sociedad.

    No es deseado que se vea este argumento como una secuencia simple de elementos fácilmente concatenados, sino una continuidad histórica que ha devenido en la sociedad actual, que exige para ser investigada un nivel cognitivo y de praxis superior sobre la dialéctica del proceso y que va más allá de la concepción ingenua y primitiva de Heráclito tomada por Engels como parte de su refutación utilizada ante la nada dinámica idea del señor Dhuring:

    "Todo es y no es, pues todo fluye, se halla en constante transformación, en un incesante nacimiento y caducidad"

    Dicha concepción refleja el carácter general de la imagen pero desconoce la relación de sus partes, y la sociedad es o incluye a la misma vez los dos polos de una antítesis y pese a todo su antagonismo o sus antagonismos se compenetran recíprocamente dando la facilidad de la imagen compuesta, demostrando que la misma es un ente orgánico cumplimentado por diferentes órganos que no son simples partes con funciones aisladas y en la cual la producción y el intercambio de productos es la base de todo el orden social.

    Basta entonces manosear el escenario para no pasar por alto la referencia sitiada de que la sociedad se presenta ante la visión mental del hombre como una red de fenómenos, acontecimientos y procesos concatenados, es una parte del mundo, que obedece la acción de sus propias leyes internas, pero inseparable de la naturaleza hallándose en constante interacción con ella y donde el proceso amerita la existencia de un núcleo de relaciones sociales, materiales e ideológicas, donde las últimas constituyen la superestructura de las primeras formadas al margen de la voluntad y de la conciencia del hombre, creando actividades dirigidas a asegurar su propia existencia y donde sobre su espacio, vida material, a partir de la diversidad de las relaciones sociales y de la actividad de los hombres , nace la conciencia concebida en ideas, concepciones, teorías, representaciones , sentidos sociales, etc, y mediante esta el hombre , los grupos sociales y la sociedad asimilan espiritualmente el mundo circundante, adquieren conciencia de su propio ser, individual y colectivo, y resuelven los problemas que se plantean.

    Sin embargo todos estos problemas y serie de relaciones son resueltos e influidos en ultima estancia existente y definida por las relaciones de producción, surgidas primitivamente en la etapa de deterioro de la comunidad primitiva y la desaparición de su economía de subsistencia o relaciones de subsistencia.

    Esta presencia de una conceptualizacion a nivel macro no desdeña la sociedad o su sentido si la fragmentamos (con el único objetivo de estudiarla) en niveles micros, ya sean células, vacuolas, moléculas, etc., hasta llegar a niveles ínfimos, lo que significaría en nuestro lenguaje social: región, microregión, comunidad, grupo social y familia. Conceptos que expresan el posicionamiento de la sociedad en cualquiera de estos niveles, adaptada de manera recíproca a las características de cada uno de ellos, pero en su contenido sigue siendo la misma sociedad, como es el caso de una localidad y sus pobladores, situados en un espacio-tiempo concreto, devenido dentro de un largo proceso histórico real, manifestándose la concatenación de los diversos fenómenos económicos o no, que implican el mantenimiento vital de la misma. Pero ello no significa que la unidad de la sociedad y menos la unidad local sea homogeneidad o simple repetición de fenómenos, como tampoco lo múltiple constituye un obstáculo insuperable para la obtención del conocimiento infalible de la unidad, en este caso el poblado local y su entorno.

    Heráclito de Efeso una vez dijo:

    El mundo, unidad del todo, no fue creado por ninguno de los dioses o los hombres, sino que fue, es y será fuego eternamente vivo, que se encenderá y se apagará con regularidad.

    El fuego unidad consumidora de oxígeno y leña o algún otro elemento combustionador, pero que a la vez se conforma por diversas lenguas de colores contrarios, pero en una relación recíproca que permite la clave para el automovimiento del mismo y la expansión de las características esenciales de su unidad, calor y luz.

    Por tanto toda divisibilidad real o no existentes a los ojos del ser humano, tiene necesariamente una determinación unificante o unificadora en un fenómeno u objeto dado o existente, pues es la trama infinita de concatenaciones y mutuas influencias, en la que nada permanece en lo que era, cambia, pero donde siempre existe la imagen del conjunto, su materialidad, por que la diversidad es un elemento necesario del desarrollo, del desdoblamiento dialéctico de la unidad y esta no existe sin identidad, núcleo específico y vital del componente grupal y social para cualquiera que se introduzca en el estudio de una localidad con el objetivo de utilizar su patrimonio tangible e intangible en pos del desarrollo local sostenible.

    2. Desarrollo cultural sostenible.

    Hablar de ecosistemas nos recuerda la convivencia generacional de las especies, por solo mencionar un elemento. Decir hombre, ser humano, nos enseña que el mismo se desenvuelve además en otro sistema que logra desarrollarse como un organismo vivo y que nunca ha dejado de estar en mutua relación con el ecosistema donde vive y se multiplica el hombre como especie.

    Este es el sistema cultural, todo lo creado por el hombre, no solo material sino también espiritual y al igual que los ecosistemas, es plural, y se permite nuevos saltos de desarrollo o degradación, atendiendo a la forma en que el hombre lo desarrolle y tenga en cuenta.

    Los procesos de transculturación dados en el mundo, han permitido conocer que algunos aspectos de una cultura especifica perduran como símbolos de la historia de los pueblos, se habla de las tradiciones, de los elementos creados por el hombre, etc.

    Pero una cultura real y posible no sobrevive sola, si el hombre no es capas de lograr la sostenibilidad de la misma. Una sostenibilidad que permita mantener la cultura e identidad de los pueblos y a su vez logre un desarrollo económico que eleve y favorezca la calidad de vida de los pobladores. Solo un desarrollo cultural sostenible podrá permitir la persistencia de la diversidad.

    La gestión y conservación de los recursos culturales, la Reconceptualización del desarrollo como herramienta productiva y progresiva en los asuntos económicos y sociales podrá fomentar la protección del medio cultural. Para lograrlo deben tenerse en cuenta las diversas necesidades existentes, los recursos, la capacidad de carga y de renovación, la persistencia en el tiempo de estos recursos, etc.

    El desarrollo cultural sostenible es aquel que da la posibilidad a cada ser humano a poder consentir el cuidado, la conservación, y la gestión de su patrimonio y el que le rodea, para vivir con cierto decoro. Es un desarrollo encaminado al desafío de los gobiernos locales y nacionales, en la planificación de sus economías y políticas culturales para garantizar un crecimiento económico con equidad y sustentabilidad.

    3. Una de las soluciones para el desarrollo puede estar en el turismo cultural.

    Potenciar el turismo cultural, no quiere decir que su conversión en productos sea factible sin esfuerzos, y sobre todo sin inteligencia. La materia prima, el potencial, por mucho valor intrínseco que posea, no es por si mismo un bien comercializable para que una cueva, una fortaleza antigua, o una fiesta local, sean productos turísticos, hay que volverlos aptos para el mercado, y por ello significa gastos de inversión en infraestructura y servicios, promoción, investigación y formación. Pero la voluntada de transformar debe ser simultánea a la adecuación de la actividad turística con la necesidad de los visitantes y de los anfitriones.

    De ahí el valor que damos a la cultura como parte indisoluble de nuestra identidad y como forma viable de explotar su amplio espectro para mostrar al mundo las especificidades de nuestros pueblos, que es la expresión más genuina de la cultura.

    En este sentido la importancia del Patrimonio Cultural radica en la gente, involucrada con un pasado histórico que se relaciona con nuestro presente común, con sus problemas, con sus respuestas.

    El patrimonio es la fuente del cual la sociedad bebe, para existir y recrear el futuro de la Nación; Planificar realmente nuestra instrucción, siendo analíticos y críticos más que memorísticos y estáticos, con una planificación coherente con nuestras verdaderas necesidades y de hecho con bastante trabajo, es una de las tareas pilares para la construcción de la Identidad Nacional.

    El Patrimonio, muchas veces identificado con la herencia, es en sí mismo un concepto que alude a la historia, que entronca con la esencia misma de la cultura y es asumido directamente por los grupos locales.

    El Patrimonio es la síntesis simbólica de los valores identitarios de una sociedad que los reconoce como propios. Ello implica un proceso de reconocimiento, generalmente intergeneracional, de unos elementos (desde el territorio a la ruina) como parte del bagaje cultural y su vinculación a un sentimiento de grupo. Reconocida en él, la comunidad se presenta a otros. En ese instante el bien concreto estará a salvo momentáneamente. Si bien su conservación no estará garantizada, al menos su destrucción y pérdida será sentida como propia.

    El desarrollo del turismo requiere de un plan de puesta en valor y resguardo de bienes para que estos adquieran carácter público. Existe, en el discurso, acuerdo sobre la importancia del patrimonio y su vinculación con las posibilidades del turismo como herramienta a favor del desarrollo local sostenible.

    Es conocido el hecho de que muchos pobladores locales conviven durante gran parte de su vida con su patrimonio, sin ni siquiera saberlo, por lo cual su conducta de agresión hacia el mismo no puede ser castigada ya que se efectúa sin intención.

    También existen casos de personas que conocen el origen, pero que ignoran su valor, para ellos solo se trata de cosas viejas, que a través de los años tal vez algunos suelen recordar.

     Para este tipo de situación se piensa en la concientización (entendiendo por concientización al trabajo de divulgación y extensión de los conocimientos científicos, por parte de la comunidad universitaria que realiza investigaciones en el territorio que comprende el patrimonio hacia la comunidad local, con el asesoramiento de personal idóneo en tareas de ese tipo) como una forma de contrarrestar el efecto negativo que implica el ejercicio de la ignorancia sobre las potencialidades de desarrollo científico y económico que encierra el patrimonio. En este sentido se necesitan acciones complementarias,  por ejemplo: el trabajo de difusión y extensión del conocimiento adquirido ya mencionado.

    Es por ello que el turismo cultural no es una panacea de todos los problemas, ni tampoco un nuevo mecanismo para atraer nuevos turistas y, por consiguiente, más dinero. Constituyen una oportunidad para que anfitriones y turistas conozcan y entiendan mejor nuestro mundo para convertirlo en un espejo de nosotros mismo, para desarrollar nuestros gustos y emociones … nos lleva a una mejor calidad de vida mediante el alojamiento de nuestra vida cotidiana, paisajes y experiencias turísticas.

    Cierto es que el turismo cultural puede revitalizar las antiguas tradiciones y componentes culturales y adaptarlos a la nueva situación. Sin embargo, una comunidad puede desaparecer en el anonimato si el producto no es notable, y diferenciador, sin contar que la actividad turística puede provocar la inflación de los precios, estimular la competencia en relación con los recursos y la intromisión en la vida privada de los residentes, así como una destrucción paulatina del patrimonio natural y cultural.

    Por ello las estrategias y políticas que alientan el mantenimiento y acrecentamiento de los recursos culturales deben incluir un fuerte comportamiento educacional, participación de la comunidad, directrices de conservación y códigos de ética incluso para el visitante.

    En la comunidad estas políticas sostenibles deben arraigarse entre los principios básicos, ideas y características de una cultura local en particular y no verse como un producto rentable:

    • Deben realizarse diversos programas educacionales para concentrar a la localidad en las particularidades del entorno cultural.
    • Debe formularse una estrategia de intervención de manera democrática y en asociación con la industria turística para promover la conciencia del patrimonio cultural, tanto tangible como intangible.
    • Respetar la integridad y las autenticidades culturales, la conservación de los recursos culturales y la interrelación existente entre patrimonio cultural, natural, y la esencia de la búsqueda de desarrollo, el hombre.

    Por tanto una gestión patrimonial sostenible y responsable a través del turismo debe seguir algunos de los pasos planteados en la agenda 21:

    • Las actividades turísticas deben ser sostenibles ambiental, económica, social y culturalmente. El desarrollo y la gestión de las actividades turísticas debe guiarse por los objetivos, principios y compromisos establecidos en la Convención sobre la Diversidad Biológica
    • Las actividades turísticas que favorecen el uso de transporte pública y no motorizado también deben ser favorecidas, siempre que sea posible.
    • Todos los involucrados, incluyendo gobiernos, organizaciones internacionales, el sector privado y los grupos ambientales, deben reconocer sus responsabilidades comunes para alcanzar formas sostenibles de turismo. Deben desarrollarse políticas y, cuando sea apropiado, legislación, instrumentos e incentivos económicos ambientales para asegurar que las actividades turísticas cumplan con las necesidades de conservación.
    • Las actividades turísticas deben planificarse en los niveles apropiados con vistas a integrar en todos los niveles las consideraciones socio-económicas, culturales y ambientales. Desarrollo, ambiente y planificación turística deben ser procesos integrados. Debe hacerse todos los esfuerzos para asegurar que los planes turísticos integrados sean implementados y observados.
    • El turismo debe desarrollarse de forma que beneficie a las comunidades locales, fortalezca la economía local, emplee fuerza laboral local y, donde quiera que sea ecológicamente sostenible, use materiales locales, productos agrícolas locales y habilidades tradicionales. Deben introducirse mecanismos, incluyendo políticas y legislación, que aseguren el flujo de beneficios hacia las comunidades locales. Las actividades turísticas deben respetar las características ecológicas y la capacidad del ambiente local en el cual ellas se realizan. Debe hacerse todos los esfuerzos para respetar los estilos tradicionales de vida y culturas.

    Conclusiones

    No sin otro logrado propósito el factor que significa gestionar el patrimonio a través de una industria turística netamente sostenible, es uno de los actuales dilemas para nuestra sociedad en pos de mantener los elementos de una sociedad justa, libre, que incluye la formación de un nuevo hombre, sabiendo que la cultura corre el riesgo de contaminarse, deformarse desde el propio paréntesis que indica la acción y el escenario económico actual, doblemente punzante en las regiones y microregiones del globo terráqueo, de la que no escapan muchos, ni geográfica, ni culturalmente.

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    Datos

    Lic. En estudios socioculturales.

    Alian Cárdenas González

    Universidad de Cienfuegos Carlos Rafael Rodríguez

    Prof. De la facultad de ciencias sociales y humanísticas

    Maestrante en desarrollo local