Introducción:
El presente trabajo recorre los caminos transitados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial con dirección hacia la Unificación de Europa, llegar a nuestros días y relacionar la historia con lo que pueda llegar a suceder en el 2002 cuando se concrete el proyecto de la Unificación de la Moneda Europea en el EURO.
Desarrollo:
La II Guerra Mundial (1939-1945) devastó la economía del continente. Algunos europeos esperaban que la reconstrucción de Europa occidental llevaría a un acuerdo para crear un Estado europeo unificado. Pero la idea de una Europa unida se quebró con el comienzo de la guerra fría y la desconfianza que todavía inspiraba Alemania Occidental (hoy parte de la unificada República Federal de Alemania).
Guerra Fría y sus consecuencias en la UE.
En los párrafos que siguen me basaré en algunos aspectos de la Guerra Fría en las interpretaciones de Anne Deighton en su publicación "La Guerra Fría y los Orígenes de la Integración Europea" (revista de Ciencias Sociales 114-115 de 1993.).
El proceso de formación de bloques en Europa comenzó cuando quedó claro que las adquisiciones bélicas de los soviéticos en Europa Oriental formarían el límite de su nueva esfera de influencia. El mismo se caracterizó por una Alemania dividida y una Europa dividida. Los soviéticos ganaron en Europa oriental tras la separación de Alemania, pero fue en Alemania donde la división emergente se puso más de manifiesto. La posición geoestratégica de Alemania, su potencial industrial y su significativa población indicaban que se encontraría en el centro de cualquier posible reconstrucción europea, estuviese o no dividida. El control sobre Alemania se convirtió entonces en el "premio gordo" de Europa tras la contienda, pero tácitamente todos los antiguos aliados de la guerra prefirieron la continuación de la tradicional división de zonas acordada en Postdam en agosto de 1945. Cualquier cosa antes de permitir que Alemania cayera bajo tutela rival. La perspectiva de una Alemania unida e independiente continuaba planteándose como una amenaza para todos los aliados. Francia prefirió una Alemania rota porque aún permanecía vivo el recuerdo de las invasiones alemanas, un miedo este que fue rápidamente percibido por los EE.UU. Para Gran Bretaña, una Alemania dividida con los EE.UU: impulsando una intensa reconstrucción de su parte occidental provocaba un equilibrio de poder favorable hacia Europa en su lucha contra la Unión Soviética mientras, al mismo tiempo restringía la capacidad de las Alemanias para actuar independientemente. Así Alemania Occidental y Oriental se convirtieron en hijos gemelos de la Guerra Fría.
EE.UU. era una fuerza ocupante en Alemania (y Austria), con tropas todavía sobre los territorios y con responsabilidades en la supervivencia de las poblaciones bajo su control. Pero los intereses estadounidenses iban más allá de los límites puramente administrativos. La política emergente de contención requería una Europa occidental segura y próspera, pero la experiencia de 1945-47 había mostrado que los torrentes de dinero enviados sin alguna clase de estructura planificada no eran efectivos. Para cercenar el poder soviético en el era esencial una economía fuerte e integrada, y el mismo modelo americano proporcionaba un ejemplo convincente.como establece el Acta de Seguridad Mutua de 1952: "el Congreso da la bienvenida al nuevo progreso en la federación política, la integración militar y la unificación económica de Europa y reafirma su creencia en la necesidad de un esfuerzo más vigoroso hacia éstos fines como un medio para la construcción intensa, el establecimiento de la seguridad y el mantenimiento de la paz en la zona del Atlántico Norte". Por este motivo, los estadounidenses dieron además un apoyo militar y psicológico crucial a Europa Occidental mediante la OTAN (Organización Tratado Atlántico Norte), mediante la presencia de tropas americanas en Europa Occidental, y con el paraguas nuclear, así como mediante el estímulo diplomático dado a los esfuerzos europeos para la integración. El fin del modelo tradicional de aislacionismo norteamericano es una de las características más obvias del período de la Guerra Fría.
Para estadounidenses y europeos occidentales la amenaza del comunismo en la Unión Soviética, la presencia de partidos comunistas en Europa Occidental, fueron incentivos continuos para los gobiernos en su afán de reconstruir y fortalecer la economía en el Oeste de Europa.
Jean Monnet – francés, funcionario público – sostuvo que esta nueva configuración acerca del problema alemán fue la cuestión clave en Europa. El peligro ya no era la fuerza alemana, sino que Alemania ahora estaba siendo tratada como un bastión en el juego del poder entre Estados.
Tratado de la Comunidad del Carbón y del Acero.
Jean Monnet,, y Robert Schuman, – francés, ministro de Asuntos Exteriores— creían que Francia y Alemania podrían dejar de lado su viejo antagonismo si existían incentivos económicos para la cooperación. En mayo de 1950 Schuman propuso la creación de una autoridad común para regular la industria del carbón y del acero en Alemania Occidental y en Francia; la oferta se extendía también a otros países de Europa occidental. La idea fue bien recibida por el Gobierno de Alemania Occidental y por los de Bélgica, Italia, Luxemburgo y Holanda. Junto con Francia, estos cinco países firmaron en 1951, el Tratado de París y se creó la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA) en agosto de 1952. El Gobierno británico rechazó el carácter supranacional de la CECA y optó por no unirse a esta organización.
Comunidad Económica Europea. Tratado de Roma.
En junio de 1955 los ministros de Asuntos Exteriores de las seis naciones de la CECA decidieron estudiar las posibilidades para una mayor integración económica. Este nuevo esfuerzo desembocó en los dos Tratados de Roma de marzo de 1957, por los que se crearon la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comisión Europea de Energía Atómica (Euratom). Esta última resultó tener poca importancia ya que cada gobierno nacional mantuvo el control sobre su programa de energía nuclear.
En el Tratado de la Comunidad Económica Europea (CEE), también conocida como Mercado Común, favorecía la unión económica de los países europeos occidentales firmantes. Los primeros en hacerlo fueron Francia, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Italia y la República Federal de Alemania. En enero de 1973 se adhirieron el Reino Unido, Dinamarca e Irlanda. Tras la restauración del régimen democrático fueron admitidos en la CEE Grecia en 1981, y en 1986 España y Portugal.
Los objetivos originales del Tratado de Roma eran: la supresión de las barreras comerciales entre los países miembros; el establecimiento de una política comercial común con respecto a terceros países, no pertenecientes a la Comunidad; la coordinación de las políticas agrícolas, económicas y de transportes; la eliminación de aquellas medidas, públicas o privadas, que restringieran la libre competencia, y asegurar la libertad de movimiento de capitales, trabajo y mano de obra entre los países firmantes.
El Tratado de Roma entró en vigencia el 1 de enero de 1958. La CEE consta de cuatro organismos fundamentales creados por el Tratado de Bruselas (1965):
- La Comisión,
- El Consejo de Ministros,
- El Tribunal de Justicia y
- El Parlamento Europeo.
Estos dos últimos ya estaban presentes en la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) y en la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom). El Tratado de Bruselas integró a la Comisión y el Consejo de Ministros con los organismos de la CECA y el Euratom. El Tratado de Roma establecía un periodo de transición (antes de la plena unión económica) que fue fijado el 31 de diciembre de 1969. La política agrícola quedó establecida en 1962: la Política Agraria Común (PAC) establecía un sistema de precios comunes garantizados para proteger la producción comunitaria contra las importaciones procedentes de mercados con costes más bajos y, de este modo, asegurar el nivel de vida de los agricultores comunitarios. Pero este costoso sistema, por el cual los sectores industriales sufragan de hecho una agricultura poco productiva, ha sido tema de constantes discusiones desde entonces.
Como resultado de las disposiciones generales del Tratado de Roma para lograr la unión económica, se decidió implantar en 1967 un impuesto común: el impuesto sobre el valor añadido (IVA), que empezó a aplicarse en 1972.
A lo largo de 1994 Suecia, Finlandia y Austria celebraron referendos populares que aprobaron su integración en la Unión Europea, que en 1995 se hizo efectiva.
Entre los nuevos candidatos para integrarse en los próximos años en la Unión Europea están Turquía y la mayor parte de los países que antiguamente formaron parte del bloque comunista del Este. En 1994 Noruega celebró un segundo referéndum que rechazó su ingreso.
En términos económicos, el Tratado de la CEE estableció un plazo de doce años para la eliminación de las barreras comerciales entre los miembros, la implantación de un arancel común para las importaciones del resto del mundo y la creación de una política agrícola conjunta. Políticamente, el tratado otorgó a los gobiernos nacionales un papel mayor que el del Tratado de la CECA, aunque también determinó que la CEE fuera más supranacional conforme progresaba la integración económica.
Como respuesta a la CE, Gran Bretaña y otros seis países no comunitarios formaron la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) en 1960. En 1961, tras el evidente éxito económico de la CEE, Gran Bretaña inició negociaciones para su ingreso. Pero en enero de 1963, el presidente francés Charles de Gaulle vetó la candidatura británica, especialmente por sus estrechos lazos con Estados Unidos. De Gaulle volvió a vetar la entrada británica en 1967.
Las características económicas básicas del Tratado de la CEE se fueron cumpliendo gradualmente y las tres comunidades (la CEE, la CECA y el Euratom) se unieron en julio de 1967 en la Comunidad Europea. Sin embargo, no se hizo ningún progreso sobre ampliación o cualquier otra propuesta hasta que De Gaulle hubo dimitido como presidente de Francia en mayo de 1969. El siguiente presidente francés, George Pompidou estaba más abierto a nuevas iniciativas dentro de la CE.
Reunión de Líderes de los Estados Miembros 1969.
En diciembre de 1969 y a propuesta de Francia, se celebró una reunión de los líderes de los Estados miembros en La Haya, Holanda. Esta cumbre preparó el terreno para la creación de una forma de financiación permanente de la CE, el desarrollo de un marco de cooperación en política exterior y la apertura de negociaciones para el ingreso de Gran Bretaña, Irlanda, Dinamarca y Noruega.
Tratados de Adhesión
En enero 1972, casi después de dos años de negociaciones, se firmaron los tratados para la adhesión de los cuatro países aspirantes el 1 de enero 1973. Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca se adhirieron como estaba previsto; sin embargo, en un referéndum los noruegos votaron en contra del ingreso.
En Gran Bretaña continuó la oposición a la pertenencia a la CE. Después de que el Partido Laborista volviera a detentar el poder en 1974, llevó a cabo su promesa electoral de renegociar las condiciones de la pertenencia británica (especialmente las financieras); la renegociación acabó en cambios marginales, pero creó un periodo de incertidumbre en el interior de la CE. Un gobierno laborista dividido confirmó la pertenencia a la CE y convocó un referéndum nacional sobre el tema en junio de 1975. A pesar de la fuerte oposición de algunos grupos, el pueblo británico votó a favor de la permanencia.
En 1979 y 1980, el Gobierno británico, que afirmaba que el valor de su contribución superaba con mucho el valor de los beneficios recibidos, intentó una vez más cambiar los términos de su pertenencia. El conflicto se resolvió en la primavera de 1980 cuando varios países miembros aceptaron pagar una mayor contribución a los costes de la CE. En 1984 se acordó que Gran Bretaña recibiría una disminución parcial de su contribución anual neta a la CE, comenzando con una rebaja de 800 millones de dólares para ese año.
Grecia ingresó en la CE en 1981 y, tras ocho años de negociaciones, en 1986 se adhirieron España y Portugal. Otros acontecimientos importantes en los años setenta y ochenta fueron la ampliación de la ayuda de la CE a países menos desarrollados (especialmente a antiguas colonias de los países miembros) la institución del Sistema Monetario Europeos para dar una cierta estabilidad a las relaciones entre las monedas de los Estados miembros y los avances para eliminar las barreras comerciales interiores y el establecimiento de un mercado único.
EL ECU
Los planes iniciales para alcanzar la total UEM en 1980 habían sido demasiado optimistas; las monedas de los Estados miembros fluctuaban unas contra otras, y la devaluación de algunas limitaba el crecimiento económico y favorecía una subida de la inflación. El SME establecido en marzo de 1919, pretendía estabilizar los tipos de cambio y frenar la inflación al limitar el margen de fluctuación de cada moneda miembro en una pequeña desviación desde un tipo de cambio central. Se introdujo una unidad de cuenta europea común (ECU) mediante la cual se podía establecer el tipo de cambio central. El ECU se compone de todas las monedas de la CE con un peso acorde con la importancia económica de cada país.
EL SME también exige a los gobiernos que adopten políticas económicas apropiadas para prevenir la continua desviación del tipo de cambio central. El SME ayudó a mantener tasas de inflación más bajas en la CE y aligeró el impacto económico de las fluctuaciones monetarias durante los años ochenta.
Mercado Unico Europeo.
El avance más significativo en la CE durante los años ochenta fue la marcha hacia la puesta en práctica de un mercado único europeo. La campaña hacia el mercado único fue promovida por Jacques Delors, ex Ministro de Finanzas Francés, que se convirtió en presidente de la Comisión Europea en 1985. En la cumbre de Milán la Comisión propuso un plazo de siete años para eliminar prácticamente todas las barreras comerciales que aún existían entre los Estados miembros. El Consejo Europeo aprobó el plan y el propósito de alcanzar un mercado único europeo el 31 de diciembre de 1993 aceleró las reformas en la CE e incrementó la cooperación y la integración entre los Estados miembros. Finalmente, todo ello llevó a la formación de la Unión Europea.
Un obstáculo para la total integración económica era la Política Agraria Común (PAC). Durante los años ochenta la PAC recibía las dos terceras partes del desembolso anual de la CE (los ingresos se obtenían de impuestos sobre las importaciones por encima del 2% de la tasa sobre el valor añadido recaudado por los Estados miembros). La PAC alentaba la producción de grandes excedentes de algunos productos que la CE tenía el compromiso de comprar, lo que era un modo de conceder subsidios para unos países a expensas de otros. En una cumbre de emergencia celebrada en 1988, los líderes de la CE establecieron unos mecanismos para limitar esos pagos; en el presupuesto de 1989 y por primera vez desde los años sesenta las ayudas a la agricultura representaron menos del 60 % del gasto total de la CE.
El calendario fijado para alcanzar el mercado único puso al descubierto la necesidad de un poder mayor de la CE para resolver las cuestiones ajenas a la eliminación de las barreras comerciales antes de la fecha tope. El Consejo de Ministros tenía que alcanzar acuerdos unánimes sobre cada decisión, con lo que, de hecho, se daba a los Estados miembros poder de veto y se demoraba el proceso político.
El Acta Unica.
El Acta Única Europea, introducida en diciembre de 1985 y aprobada por los doce miembros en julio de 1987, introdujo los mayores cambios en la estructura de la CE desde los Tratados de Roma de 1957. Entre las modificaciones figuró la introducción del sistema de mayoría calificada que ayudó a acelerar el proceso de creación del mercado único.
El Acta Única Europea introdujo también otros cambios importantes, el Consejo Europeo, que había aportado el impulso principal para la consecución del mercado único, consiguió personalidad jurídica; el Parlamento Europeo logró tener mayor voz e influencia, y los Estados miembros acordaron unificar normas fiscales, sanitarias y del medio ambiente. Además, se estableció el Tribunal de Primera Instancia para atender las apelaciones a las decisiones de la CE que presentaran personas, organizaciones o empresas; y cada Estado miembro decidió alinear su política económica y monetaria con la de sus vecinos, utilizando el SME como modelo.
Tratado de la Unión Europea o Tratado de Maastrich.
Los partidarios de una unión económica y monetaria argumentaban que no habría mercado único mientras que las restricciones sobre las transferencias de dinero y las primas de cambio limitaran el flujo libre de capitales. Se sugirió un plan en tres etapas para alcanzar la unión económica y monetaria (UEM). Al mismo tiempo la Comisión Europea propuso una carta social sobre derechos humanos. Gran Bretaña se opuso a ambas propuestas, manifestando su preocupación de que su soberanía se vería amenazada si se incrementaba el poder de la CE. Sin embargo, se sumó al proyecto de la UEM cuando los cambios operados por toda Europa provocaron la necesidad de una respuesta rápida unida de la CE.
Cuando el comunismo se desplomó en Europa del Este, muchos de los países de su órbita buscaron en la CE ayuda política y económica. La CE aceptó concertar acuerdos de ayuda militar y de asociación con muchos de esos países pero descartó adhesiones inmediatas. Una cumbre de emergencia, en abril de 1990, hizo una excepción con la Alemania oriental permitiendo que este país fuera automáticamente incorporado a la CE tras la reunificación alemana. En la misma cumbre, la República Federal alemana y Francia propusieron una conferencia intergubernamental para conseguir alcanzar una mayor unidad europea después de los grandes cambios políticos sobrevenidos. La primera ministra británica Margaret Thatcher se opuso a una mayor unidad, pero en 1990 John Major se convirtió en primer ministro y adoptó una actitud más conciliadora hacia la idea de la unidad europea. La Conferencia Intergubernamental, junto con una conferencia similar que preparaba la Unión Económica y Monetaria, comenzó a trabajar en una serie de acuerdos que desembocaron en el Tratado de la Unión Europea.
Representantes de cada país de la CE negociaron el Tratado de la Unión Europea en 1991, y en diciembre el Consejo Europeo se reunió en Maastricht, Holanda, para examinar un borrador. Tras intensas negociaciones entre los miembros, el tratado final fue firmado por el Consejo Europeo el 7 de febrero 1992. Una disposición del tratado establecía que los electores de cada Estado miembro tenían que aprobar la Unión Europea por referéndum; el tratado fue ratificado en octubre de 1993. La Unión Europea se estableció el 1 de noviembre, cuando el tratado entró en vigor.
El Tratado estableció una política exterior y otra monetaria comunes, y proyectó la creación de un banco central para el año 1999. En general reflejó la intención de la Unión Europea de ampliar la escala de la unión económica y monetaria y de iniciar una seria consideración sobre unas políticas comunes de defensa, de ciudadanía y de protección del medio ambiente. Pero antes de que fuera plenamente efectivo, el Tratado tenía que ser ratificado por todos los estados miembros.
Maastricht representa un gran desarrollo y, a la vez, una modificación del Tratado de Roma, por lo que se refiere a la estructura organizativa de la Unión Europea; su aprobación originó numerosos conflictos económicos y políticos dentro de los estados de la Unión Europea así como entre unos y otros.
Algunos países se mostraron muy poco dispuestos a renunciar al control nacional de sus respectivas políticas monetarias, en especial Dinamarca y el Reino Unido en 1992. Como consecuencia, se reconsideraron los objetivos más ambiciosos del Tratado y se amplió la fecha límite para la unión monetaria
La Unión Económica y Monetaria (UEM)
La Unión Económica y Monetaria Europea (UEM) fue el proceso de integración económica que pretende crear una única unidad monetaria y un único banco central en la Unión Europea (UE). La UEM constituye un paso esencial en el proceso de integración económica y política en Europa.
La idea de crear una Unión Económica y Monetaria se formuló por primera vez en el Informe Werner, (1970) que proponía la integración monetaria antes de 1980.
Poco a poco, se fueron reduciendo los márgenes de intervención de los gobiernos pero el proceso se detuvo a causa del aumento de los precios del petróleo y de la inflación mundial que tuvo lugar desde mediados de la década de los setenta y provocó una divergencia de los tipos de cambio.
El mecanismo de tipos de cambio del Sistema Monetario Europeo se creó en 1979 pero guardaba poca relación con el objetivo de la integración económica y monetaria, al menos al principio, ya que permitía el reajuste de los tipos de cambio. Las propuestas tendientes a crear una unión monetaria reaparecieron en 1988 y fueron avanzando.
El informe Delors, (1989), del entonces presidente de la Comunidad Europea (CE) Jacques Delors, incluía un plan detallado para alcanzar la unión monetaria.
Con algunas modificaciones, los 12 países miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE) aceptaron este plan al firmar el Tratado de Maastricht en marzo de 1992. Sin embargo, Dinamarca y Gran Bretaña lograron una prerrogativa para posponer su adhesión a la unión monetaria.
El Tratado de Maastricht establecía un proceso en tres etapas para alcanzar la plena integración económica y monetaria, que implicaba una creciente convergencia de las economías de todos los países miembros.
- En la primera etapa había que fortalecer la cooperación económica y monetaria entre los Estados miembros, en el marco de las instituciones existentes.
- La segunda etapa, que empezó, tal y como se había acordado, el uno de enero de 1994, implicaba reforzar la cooperación lograda durante la primera para lo que se fundaría un Instituto Monetario Europeo (IME) que sería el embrión del futuro Banco Central Europeo (BCE) y que se encargaría de coordinar la cooperación en materia de política monetaria de los gobernadores de cada banco central, aunque cada uno de ellos seguiría diseñando la política monetaria de su país respectivo.
- En la tercera etapa se congelarían de forma irrevocable los tipos de cambio de cada moneda, el BCE se haría cargo de controlar la cantidad de dinero de todos los países y llevaría a cabo una única política monetaria que afectara a toda la Unión Europea (EURO).
El principal objetivo del Banco Central Europeo será el control de la estabilidad de precios en los países miembros, y se constituirá como una institución independiente de cualquier poder político. El Consejo de Administración del BCE estará formado por todos los gobernadores de los antiguos bancos centrales y de un Consejo Ejecutivo cuyos miembros serán nombrados por los países de la Unión. Sin embargo, el BCE compartirá con el Consejo de Ministros de Economía de la Unión Europea la responsabilidad de determinar el tipo de cambio de la nueva moneda, denominada euro, con el resto de divisas. Como la política monetaria está vinculada a la política de tipos de cambio, algunos analistas piensan que esta cooperación creará tensiones entre ambos organismos. Otro de los aspectos esenciales del Tratado de Maastricht es que no sólo prevé una única política monetaria, sino que también limita y vigila las distintas políticas fiscales. Los tres principios básicos que controlan la política fiscal son los siguientes:
- No se podrá incurrir en déficits fiscales excesivos,
- No se podrá financiar desde una perspectiva monetaria el déficit fiscal y
- No se podrán subvencionar los déficits acudiendo a préstamos de otros gobiernos o de organismos públicos.
Hay que destacar que el paso a la tercera etapa no se produce de manera automática. El tratado cita de manera muy concreta los criterios de convergencia para que un país pueda pasar a formar parte de la Moneda Única:
- Durante al menos los dos años anteriores a la unión monetaria no se podrá cambiar el tipo de cambio de la moneda sobrepasando los márgenes de fluctuación establecidos en el Sistema Monetario Europeo (SME);
- La inflación no podrá sobrepasar en más de 1,5 puntos porcentuales la media de los tres países con menor índice;
- El tipo de interés medio a largo plazo no podrá superar la media de los tres países también con menores índices;
- No se podrá tener un déficit fiscal superior al 3% del producto interior bruto (PIB) ni la deuda pública podrá sobrepasar el 60% del mismo.
En Maastricht se acordó que la unión monetaria, es decir, la tercera etapa, empezaría, para aquellos países que cumplieran con las condiciones de convergencia, el uno de enero de 1999. Pero, si una mayoría de países hubieran cumplido los requisitos, se podría haber iniciado el uno de enero de 1997 para los países que cumplan las condiciones, y los demás podrían acceder a la moneda única cuando reunieran todas las condiciones necesarias.
Cuando se firmó el Tratado de Maastricht parecía probable poder alcanzar la tercera etapa en enero de 1999 e incluso antes, aunque en este caso era casi seguro que no podrían participar todos los miembros de la Unión. Pero tras la crisis especulativa en los mercados financieros que se produjo entre mediados de 1992 y mediados de 1993, que obligó a ampliar las bandas de fluctuación de las monedas al 15%, parece difícil que se pueda iniciar antes del siglo XXI. La conveniencia de esta unión plantea serias discrepancias.
Los defensores resaltan las ventajas de la estabilidad del tipo de cambio y afirman que mejorará el comercio, la inversión y las entradas de capital. Pero la mayor ventaja, dicen, se deberá a la estabilidad de los precios, ya que la fijación de un único tipo de cambio servirá de freno a la inflación. Países como Italia y el Reino Unido reconocen que es una buena forma de controlar las reivindicaciones salariales en el mercado de trabajo, en parte debido a que la unión monetaria reduce el margen de maniobra de las autoridades monetarias y políticas nacionales. Sin embargo, los países con menor inflación, como Alemania, temen que el Banco Central Europeo no pueda continuar con la línea conservadora que siguen sus bancos centrales respecto a la política monetaria. Los que se oponen a la unión destacan los enormes costes que habrá que pagar para alcanzar la Moneda Única y mantener la política cambiaria. Estos costos son mayores cuando las diferentes economías no están en la misma fase del ciclo económico, o cuando las fluctuaciones de la actividad económica mundial les afectan de maneras diversas. Una economía en recesión, o una economía perjudicada por una fluctuación económica externa tendría que ajustarse reduciendo los salarios monetarios y los precios. Si éstos no son flexibles, el proceso de ajuste sería más largo y costoso, y crecería el desempleo. En esta situación, una variación del tipo de cambio facilitaría el proceso de ajuste, medida de política económica que no se podría aplicar si se pertenece a la unión monetaria. Estas opiniones llevan implícito el optimismo respecto a la posibilidad de garantizar el control interno de la inflación.
El Sistema Monetario Europeo.
El Sistema Monetario Europeo (SME) aspira a facilitar la cooperación financiera y la estabilidad monetaria en la Unión Europea (UE). Entró en vigencia en marzo de 1979 como respuesta a las alteraciones causadas en las economías europeas por la fluctuación de los tipos de cambio en la crisis del petróleo a principios de 1974. Su objetivo era triple: conseguir la estabilidad económica, superar las repercusiones de la interdependencia de las economías de la UE y ayudar al proceso a largo plazo de la integración monetaria europea.
El componente central del SME es el mecanismo de tipos de cambio (en inglés, ERM), un sistema voluntario de tipos de cambio semi-fijos, basado en la unidad monetaria europea (ECU), la unidad monetaria tipo adoptada en la creación del SME y basada en una valoración cualificada de las monedas de los Estados miembros. Bajo el ERM, las monedas participantes están autorizadas a fluctuar en relación con cada una de las otras y el ECU solamente dentro de una banda fija de valores. El ERM es un instrumento clave de los planes para lograr una moneda europea única administrada por un Banco Central de la UE: el objetivo final del SME, y parte central del Tratado de la Unión Europea de 1992 (Tratado de Maastricht). Fijada en principio la fecha del 1 de enero de 1999, se supone ahora que la unión monetaria completa será un proceso mucho más largo y más complejo. No todos los miembros de la UE pertenecen al ERM; Grecia tiene todavía que unirse, mientras el Reino Unido (que se había adherido en 1990) e Italia fueron forzados por presiones especulativas a renunciar a su condición de integrantes, en septiembre de 1992. Para evitar que otros países se vieran obligados a desligarse de su compromiso, en 1993 la banda del ERM fue ampliada para todas las monedas, excepto el florín holandés y el marco alemán, quedando únicamente Holanda y Alemania dentro del 2,25% de la banda que es una de las condiciones para la adopción de la moneda única. En abril de 1994, Bélgica, Dinamarca, Francia, Irlanda y Luxemburgo volvieron dentro del 2,25% de la banda, pero España y Portugal permanecían bajo una gran presión económica, en marzo de 1995 ambos fueron forzados a depreciar sus monedas frente al ECU.
El EURO
En la reunión del Consejo Europeo concluida en Madrid el 15 de diciembre de 1995, los quince países miembros acordaron que la moneda única se denominará Euro. una vez que se haya finalizado el proceso de integración económica dentro de la Unión Europea (UE). Esta moneda sustituirá al ECU, unidad de cuenta europea utilizada en todas las transacciones económicas realizadas dentro y por la UE. Se ha establecido el calendario de la unión monetaria, en el que el 1 de Enero de 1999 será la fecha de inicio de la misma. Los Jefes de Estado decidirán en 1998 basándose en las estadísticas de 1997, qué estados miembros tomarán parte en la tercera fase de la unión económica y monetaria. El cumplimiento de condiciones de convergencia económica establecidas en el Tratado de Maastricht será la clave del hecho de la unión.
_ En los párrafos que siguen se intenta explicar el discurso de Xavier Eiffel – Jefe del Gabinete EURO – sacado de Internet – México).
A partir del momento en que empiece a circular el Euro, las emisiones de deuda negociable se lanzarán en Euros. Ese será asimismo el momento en que empiece a funcionar el Banco Central Europeo, encargado de la política económica y monetaria común. La introducción del euro en enero de 1999 implicará la fijación irrevocable de los tipos de cambio entre las monedas de los países participantes. Los nuevos billetes de euros comenzarán a circular el uno de enero del año 2002, coexistiendo con los nacionales como máximo, durante un plazo de seis meses
Coincidiendo con esa reunión se firmó el Acuerdo Marco de cooperación económica entre la Unión Europea y Mercosur como "preparación de las condiciones para una Asociación Interregional". El acuerdo tiene prevista la conclusión de un Protocolo de Cooperación Aduanera y sienta las bases de cooperación "en materias de propiedad intelectual, económica, empresarial, fomento de inversiones, cooperación energética, transporte, ciencia y tecnología, telecomunicaciones, medio ambiente y lucha contra el narcotráfico". En lo que atañe a un acuerdo con Chile y México, los Quince declararon que el objetivo es "una liberalización progresiva y recíproca de intercambios comerciales"
El Euro será la moneda de los países participantes en la Unión Monetaria Europea y reemplazará a las monedas nacionales de estos países.
A comienzos de 1998, los gobiernos de los Estados integrantes de la Unión Europea, de acuerdo con la opinión de las Instituciones Europeas, decidirán qué países participarán en la Unión Monetaria Europea.
El uso de una moneda única hará más fácil viajar y comprar en el extranjero. Habrá únicamente una moneda y no habrá tipo de cambio entre los países del EURO.
Una moneda única fomentará la establidad en los precios y reducirá la especulación financiera y contribuirá en el mantenimiento de la estabilidad económica de los países del Euro respecto a otras zonas fuera del Euro. La moneda única tiende también a reducir los tipos de interés y el coste de los préstamos siempre que los gobiernos adopten políticas económicas de estabilización y/o reducción de la inflación, la deuda pública, los tipos de cambio y los tipos de interés a largo plazo.
El propósito de una moneda única es, asimismo, reforzar la economía europea e incrementar su capacidad de competir internacionalmente.
A partir de 1999, el Banco Central Europeo, los bancos centrales de los Estados miembros y el sistema financiero comenzarán a operar en Euros. Sin embargo, muy probablemente, hasta el año 2002 el Euro no circulará entre el público en forma de billetes y monedas. Será entonces cuando reemplazará a los billetes y monedas nacionales de los países participantes.
Desde 1999 el Euro existirá en forma de anotaciones en cuenta, pero no estará materializado en billetes y monedas.
La mayoría de los ciudadanos no necesitarán una cuenta en Euros en ese momento porque podrán realizar y recibir todos los pagos en su moneda nacional. Las empresas y los comerciantes, por contra, tendrán que tener en cuenta el volumen de sus exportaciones e importaciones antes de tomar una decisión sobre este asunto.
Las transacciones entre las instituciones financieras y sus clientes podrán ser efectuadas en moneda nacional. Cualquier cliente que entre 1999 y 2002 desee abrir una cuenta en Euros, podrá hacerlo.
Hasta el 2002 no se producirá ningún cambio en la vida económica y financiera diaria. No obstante, tendrá lugar un hecho relevante en materia financiera, la fijación irrevocable de los tipos de conversión entre las monedas de los países participantes y el Euro._
(Datos sacados del discurso de Xavier Eiffel – Jefe del Gabinete Euro – México- Internet.)
Se mantienen opiniones dispares sobre la fecha idónea para introducir el Euro. La Comisión todavía no ha alcanzado una posición formal acerca de la fecha para la introducción de billetes y monedas en euros, pero está recibiendo las sugerencias de una serie de grupos que ven diferentes ventajas y desventajas respecto a las diversas fechas sugeridas. Muchos agentes económicos, han expresado que el 1 de enero es un momento poco adecuado para cambiar y que preferirían un período comercial más tranquilo, de menor circulación de efectivo, otros grupos consideran que el 1 de enero es la fecha más sencilla para la introducción de billetes y monedas, ya que así se evitan los problemas de introducirlos en una fecha diferente al cambio legal, o de variar la fecha de éste.
Pero a pesar de que la Comisión escucha sugerencias está previsto (por ahora) que a principios del 2002, el Euro comenzará a circular en forma de billetes y monedas. Durante unos meses, el público tendrá que acostumbrarse a la nueva moneda y dejar progresivamente de recalcular los precios.
Una de las primeras ventajas para los ciudadanos de los países del Euro será la facilidad para comparar precios, salarios e impuestos dentro del área del Euro. Viajar, negociar en el extranjero, o con otros europeos será mucho más fácil y menos caro dentro de la nueva zona del Euro.
Los principales inconvenientes en la vida diaria será el aprendizaje de nuevos precios y acostumbrarse a los redondeos. No obstante, está previsto que los gobiernos, las asociaciones de consumidores y las Cajas de Ahorros apoyen al público a los largo del período de transición.
El Euro tendrá dos decimales, y su denominación será idéntica en todos los países de la Unión Europea "CENT".
El cambio no ocurrirá en un día específico. Habrá un período de varios meses durante el cual los billetes y las monedas se cambiarán con la colaboración de todas las entidades financieras.
En un principió está previsto que, como máximo, el 1 de julio del año 2002 finalice la consideración como moneda de curso legal de las monedas nacionales participantes. A partir de esta fecha serán reemplazadas por el Euro.
La introducción del Euro no cambiará el valor de las inversiones.
La estabilidad del Euro estará garantizada por la combinación de una serie de factores entre los que destacan:
- El respeto de los países participantes a la estabilidad de los precios, el déficit del Estado, el control de los tipos de interés, la tendencia de los tipos de cambio.
- La independencia del Banco Central Europeo (BCE) respecto a todas las fuerzas políticas, Instituciones Europeas (Consejo, Comisión y Parlamento) y los gobiernos nacionales.
- El papel estabilizador del Banco Central Europeo. El objetivo principal del BCE es mantener la estabilidad de los precios y por tanto conservar la solidez del Euro; este papel está definido claramente en sus estatutos.
El Euro no es como el ECU. El ECU es una cesta de monedas que inicialmente incluía las 12 monedas de la Unión Europea, de acuerdo, en su origen, con el peso económico del país correspondiente.
Por su parte, el Euro será la moneda única utilizada en los países que hayan alcanzado una cierta armonía (convergencia) en el desarrollo económico y/o mejoras en términos de inflación, déficit presupuestario, deuda pública, tipo de cambio y tipos de interés a largo plazo.
Además, el Euro reemplazará a las monedas de los países participantes en la Unión Monetaria Europea.
CALENDARIO DEL EURO
AÑO | ACONTECIMIENTO |
1957 | El tratado de la CEE promueve la coordinación de las políticas nacionales económicas y monetarias. Los Estados miembros de la CE prometen considerar los tipos de cambio como un asunto de interés común. |
1959 | Creación de la convertibilidad de la totalidad de las monedas en diversos Estados europeo. |
1970 | Se propone el "Plan Werner" que promueve la aproximación paso a paso hasta alcanzar la unión económica y monetaria con una moneda única en 1980. Sin embargo, la enorme inestabilidad de la moneda a comienzos de los años 70, así como las políticas económicas divergentes debidas a la primera crisis del petróleo, impide su realización |
1972 | Como consecuencia de la evolución del sistema Bretton-Woods, el Consejo de Ministros de la Comunidad Europea decide limitar la banda de fluctuación entre las seis monedas de la Comunidad Europea a +/- 2.25%. El Reino Unido, Irlanda y Dinamarca acuerdan formar parte de la "serpiente monetaria" anticipándose a su ingreso en la Comunidad Europea en 1973. Sin embargo, la libra irlandesa, el franco francés y la lira italiana pronto se retiran. |
1979 | El Sistema Monetario Europeo (SME) se crea por una iniciativa germano-francesa. Sus elementos principales son mecanismos de tipos de cambio, de intervención y de crédito. Con la excepción del Reino Unido, los ocho Estados miembros participan en el Mecanismo de Tipo de Cambio del Sistema Monetario Europeo con tipos de cambio fijo pero flexibles. |
1987 | El Acta Única Europea para la creación del Mercado Único Europeo entra en vigor el 1 de julio. El objetivo de la unión monetaria es fijado por primera vez en el Tratado de la Comunidad Europea. |
1989 | En la reunión de Junio en Madrid, el Consejo Europeo aprueba el informe Delors que perfila un plan en tres etapas para el establecimiento de la Unión Económica y Monetaria. |
1990 | El 1 de Julio, la UEM entra en la primera fase. En Octubre el Reino Unido ingresa en el Mecanismo de Tipo de Cambio con una banda de fluctuación ampliada. |
1991 | En diciembre los Jefes de Estado y de gobierno de la CE deciden en Maastricht crear la Unión Económica y Monetaria no más tarde de 1999. |
1992 | En Abril el escudo portugués ingresa en el Mecanismo de Tipo de Cambio con una amplia banda de fluctuación, 6%. En Septiembre, la libra inglesa y la lira italiana se retiran del Mecanismo de Tipo de Cambio. |
1993 | Como consecuencia de la crisis monetaria en el SME, los miembros de Finanzas y los presidentes de bancos centrales de la UE deciden en Agosto ampliar las bandas de fluctuación de este sistema al 15% (excepción: el marco alemán y el florín holandés continúan en el 2.25%) |
1994 | El 1 de Enero comienza la segunda etapa de la UME. El Instituto Monetario Europeo (IME) se crea como precursor del Banco Central Europeo (BCE). |
1995 | Austria se une al Mecanismo de Tipo de Cambio a comienzos del año. Como consecuencia de la debilidad del dólar americano, en Febrero y Marzo muchas monedas europeas se encuentran bajo la presión del bloque del marco alemán. En Marzo, la peseta y el escudo son devaluados en el SME. |
1996 | El Consejo Europeo de Ministros de Economía y Finanzas adopta formalmente las decisiones de la Cumbre de Madrid. Todos los Estados miembros comienzan campañas de información a continuación de la Mesa Redonda celebrada en Enero y de la consiguiente puesta en marcha, en el ámbito nacional, de los acuerdos alcanzados en la misma. El IME tendrá que especificar antes de que acabe el año la regulación y estructura logística y organizativa necesarias para que el BCE lleve a cabo su cometido en la tercera fase de la UME. La CE propondrá la legislación necesaria para el cambio de las monedas nacionales al Euro.Los Estados miembros tratarán de hacer convergente su desarrollo económico al objeto de alcanzar los criterios durante el crucial año de 1997. |
1997 | Fecha económica decisiva para que los Estados miembros alcancen los cinco criterios de convergencia (inflación, tipo de cambio, tipo de interés, déficit público y deuda pública) |
1998 | "Tan pronto como sea posible", pero no mas tarde del 1 de Julio, El Consejo Europeo decidirá los Estados miembros participantes. Estos nombrarán el Comité Ejecutivo del BCE (mínimo 4 miembros, máximo 6) por ocho años no renovables. Asimismo fijarán el día para la introducción de los billetes y monedas en Euros. El Sistema Europeo de Bancos centrales comenzará la fabricación de billetes en Euros (5,10,20,50,100,200 y 500 Euros). El Consejo Europeo y los Estados participantes comenzarán la fabricación de monedas en Euros (0,01;0,02;0,05;0,1;0,5;1 y 2 Euros). El BCE será creado y tendrá que definir su política monetaria. El Consejo Europeo tiene que adoptar la legislación secundaria (pautas para la suscripción de capital propio del BCE, recogida de información estadística, reservas mínimas, consultas del BCE). El 31 de Diciembre concluirá la segunda fase de la UEM |
1999-2001 | El 1 de Enero de 1999 comenzará la tercera fase de la UME. Fijación irrevocable de los tipos de conversión entre monedas participantes y el Euro. Un ECU se convertirá en un Euro. Las monedas nacionales de los miembros participantes continúan en circulación como moneda de curso legal. Entrada en vigor de un nuevo status (pendiente de definir) para las monedas de los países de la UE no participantes. El establecimiento por el BCE de la política monetaria, operaciones de cambio exterior, sistema de pago interbancario (TARGET), y medidas de nueva deuda pública negociable en Euros. Últimos preparativos de las economías nacionales con vistas al inicio de las operaciones del sector privado y la administración. |
2002 | Los billetes y monedas en Euros comenzarán a circular a principios de año. Comienza la retirada de los billetes y monedas nacionales participantes. El conjunto de cuentas bancarias será transformado en Euros. Finaliza la consideración como moneda de curso legal de las monedas nacionales participantes (no mas tarde del 1 de Julio). Cambio completo de la administración pública. |
Conclusión:
La UE representa la institucionalización de la cooperación económica entre Estados europeos soberanos.
A través de una cooperación y un crecimiento mayores la UE puede convertirse en un gran rival económico para Norteamérica y Asia. Sin embargo, el objetivo a largo plazo de un único Estado federal europeo, como imaginaron los primeros postuladores de la cooperación económica europea, ha sido ya en gran parte rechazado.
La creación de una moneda única en Europa podrá tener consecuencias positivas incluso fuera de sus fronteras. Además el Euro contribuirá a crear nuevas oportunidades de inversión en Europa.
En este momento hay países que no cumplen los rigurosos requisitos fijados para adoptar la moneda única, incluso entre ellos se encuentra la misma Alemania; hay otros que a pesar de cumplirlos, no desean ingresar en el año 1999, como por ejemplo Suecia y, finalmente existen algunos dudosos como el Reino Unido que vacila entre los cortos plazos fijados por la Unión Europea o, Francia que entre las circunstancias nuevas antepone el empleo a la moneda única ya que duda que éste vaya a disminuir.
Los Gobiernos Europeos sostienen que la estabilidad monetaria es la clave del desarrollo exitoso de una política efectiva de empleos.
Tal vez, los europeos a diferencia de los latinoamericanos no experimentaron, al menos no en esta generación, períodos de fuerte inestabilidad de sus monedas.
La Unión Económica y Monetaria será problablemente, si se lleva efectivamente a buen término, el acontecimiento de mayor importancia para la Unión desde la creación de la Comunidad. Hasta el punto de que un eventual fracaso en la realización de la UEM traería consigo un retroceso de fatales consecuencias para la construcción de la Unión Europea.
Desde el punto de vista político, la UEM es una cuestión capital. Supone la renuncia formal a la soberanía respecto de uno de sus elementos o signos capitales. Aunque con la globalización de las relaciones económicas esa soberanía se encuentra seriamente limitada, en la práctica, la cuestión sigue teniendo una carga política muy grande. De hecho las instituciones políticas que apoyan la UEM son las mismas que sostuvieron e impulsaron los principales avances en la construcción europea, desde el propio Tratado de Roma al Acta Única. Un similar paralelismo puede establecerse entre quienes se oponen a la UEM del mismo modo estuvieron en contra del proceso de construcción europea desde su momento fundacional y en cada una de las posteriores fases de impulso.
En los próximos meses se va a decidir quiénes son los países que participarán desde el comienzo en la Unión Monetaria. Este es el primero de una serie de pasos trascendentales que van a marcar en los años venideros las características de la Europa del siglo XXI.
Pensar qué consecuencias tendría su fracaso supondría una victoria para las tesis neoliberales y escépticas que defienden una Europa que se limite a ser mercado. Pero incluso esto no estaría garantizado, pues el fracaso de la Unión Monetaria no dejaría las cosas como están, sino que podría generar rupturas en el mercado único y en las políticas comunes.
El EURO como moneda común y única y, a pesar de acercarse la fecha, aún está lejos de conquistar a todos los necios socios de la Unión Europea.
" Es necesario prepararse para su llegada."
BIBLIOGRAFIA
- EL UNIVERSAL – El Gran Diario de México (Artículos : – Fuerte respaldo a la moneda única europea, manifiestan los franceses, – Rechazan moneda única europea tanto alemanes como británicos)
- EL NACIONAL – Periodico Mexicano del Junio de 1997 (Artículo: La moneda única europea y el empleo)-
- El Cronista – Diario Argentino – 28 de noviembre de 1997 – Acortar el período transitorio previsto para la implantación de la moneda única.
- Revista Sistema 114-115 – La Unión Europea.
- Páginas Euro – Sumario Ejecutivo – Internet.
- La Moneda Europea – Un Proyecto Europeo de Progreso – Internet.
- Enciclopedia Encarta.
- Enciclopedia Siglo XX de Salvat.
- Cuadro de Convergencia del EURO- Home Page del Euro – Internet.
Autor:
Liliana Canaves
canaves[arroba]inti.gov.ar