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Concepción filosófica del magisterio peruano (página 2)


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2. Historia del Magisterio Peruano:

  • i. Situación del magisterio previa a la creación del SUTEP

Las primeras organizaciones magisteriales se remontan a 1885. A partir de 1930, se observa una presencia importante de partidos políticos en el magisterio, específicamente resalta la del Partido Aprista Peruano (PAP). Las células magisteriales apristas se organizaron en los Sindicatos de Maestros Apristas; las del Partido Comunista del Perú (PCP), en la Asociación Nacional de Maestros Primarios. Tanto en el gobierno de Óscar R. Benavides como en el de Manuel A. Odría se reprimió el movimiento popular, liderado por apristas y comunistas, y se intervino las asociaciones de maestros con el argumento de que se habían convertido en un espacio de hegemonía y sectarismo político del PAP. Durante la convivencia apro-pradista, se presenta una hegemonía de los gremios magisteriales apristas, expresada en la creación de la Federación Nacional de Educadores del Perú (FENEP). La hegemonía del PAP se deteriora a inicios de los años 60, lo que provoca que, desde 1964, la alianza Acción Popular (AP) – Democracia Cristiana (DC), con el apoyo del Partido Comunista Unidad, desplace al PAP y gane la dirección de los sindicatos magisteriales. Entonces, a partir de la huelga de 1967, la FENEP quedó en manos del PC Unidad. Hasta entonces, el magisterio estaba organizado en diversos gremios, por niveles y especialidades. Sin embargo, esta atomización del movimiento magisterial tuvo su punto final en la formación del SUTEP en 1972.

  • ii. La unificación de los gremios magisteriales: La formación del SUTEP

Hasta inicios de la década de 1970, el magisterio había sido tradicionalmente controlado, primero por el PAP y luego por el PCP, y tenía una posición radical y contraria al gobierno que, sin embargo, no tenía un carácter uniforme. La postura oscilante que mostró el PCP se hizo bastante evidente cuando la dirigencia de la FENEP, a contracorriente del sentir de las bases, levantó la huelga magisterial de 1971. A ello se suma la presencia de nuevas generaciones de maestros formados en las universidades que, desde la década del 60, asistían al nacimiento de nuevas fuerzas de izquierda marxista. Tales razones hicieron que los maestros empezaran a fijar la mirada en corrientes distintas, en tanto las restantes tendencias en el seno del magisterio (AP, DC, etc.) eran también dejadas de lado.

Ya en octubre de 1970 había hecho su aparición el Comité Magisterial de Unificación y Lucha (COMUL) como un intento orgánico de distintos sectores de la izquierda marxista dentro del magisterio para oponerse a las dirigencias tradicionales. También en esa época empezaban a cobrar importancia otras fuerzas como Vanguardia Revolucionaria (VR), el Partido Comunista del Perú Bandera Roja y el PCP-SL.

En el Congreso de 1972, llevado a cabo en el Cuzco, se tomó como acuerdo el cambio de nombre de la antigua FENEP por el de SUTEP1 y se abandonó así la antigua división basada en niveles educativos. La unificación sindical del magisterio contó con alguna oposición, especialmente del PAP, aunque no hay acuerdo entre diversos autores con respecto al peso de la oposición aprista

También cabe afirmar que, en el Congreso de 1972, las diversas fuerzas políticas que confluían en el magisterio se manifestaron explícitamente y desarrollaron un debate ideológico entre los diversos sectores. El punto de partida común era la colocación de la lucha magisterial dentro del marco de una lucha política mayor: la lucha por la revolución. Sin embargo, al momento de la elección del responsable del SUTEP, el PCP Patria Roja se alió con el PAP, AP, la DC y los remanentes del PCP y triunfó sobre el COMUL. De esa manera, consiguió la dirección del sindicato, cuya secretaría general recayó en Horacio Zeballos Gámez

Zevallos Gámez, profesor de educación primaria moqueguano, era militante del PCP Patria Roja, partido que mantuvo su hegemonía en la dirigencia del SUTEP por décadas, terminando así con la preeminencia del PAP y del PCP en la dirigencia magisterial. Desde entonces, el SUTEP se convirtió en importante pieza del juego político del PCP Patria Roja.

Los planteamientos del partido frente al gobierno y a la situación política nacional, entre otros, fueron asumidos como propios por el sindicato. Así, los militantes del PCP Patria Roja en la dirección del SUTEP llegaron a confundir al sindicato con el partido. Por otra parte, en el seno del magisterio, continuaron

3. Fines y Objetivos del Sutep.

Artículo 5°.- Son objetivos del SUTEP:

  • a) Conquistar, defender y ampliar los derechos económicos, sociales, políticos, profesionales y culturales de los trabajadores en la educación;

  • b) Desarrollar la conciencia de clase y el nivel cultural de los trabajadores en la educación;

  • c) Contribuir en la defensa de los derechos del niño, de la juventud y de la mujer;

  • d) Coadyuvar en la lucha por una educación nacional, científica, democrática y popular;

  • e) Contribuir en la defensa de las libertades democráticas y sindicales, de los derechos humanos y todos los derechos del pueblo;

  • f) Coadyuvar en el proceso de unificación y centralización sindical y popular, en la construcción de los órganos de democracia directa y en la forja del Frente Único del país;

  • g) Contribuir a la lucha por la paz, el progreso social, la liberación y la independencia de las clases oprimidas, pueblos y naciones que luchan por su liberación; contra el imperialismo y toda forma de colonialismo, intervencionismo, racismo y sionismo.

  • h) Participar activamente en los esfuerzos por la coordinación y centralización de los trabajadores en la educación de Latinoamérica.

Artículo 6°.- Son fines del SUTEP:

  • a) Mejoramiento constante y permanente de las condiciones de vida material y espiritual de los trabajadores en la educación;

  • b) Conquista de disposiciones legales y laborales favorables al magisterio, trabajadores y al pueblo;

  • c) Formación de una conciencia democrática, patriótica, solidaria y liberadora de los trabajadores en la educación;

  • d) Formación de un perfil sindical responsable, ligado a las bases, capaz para orientarse con solvencia política, y el desarrollo de la conciencia de clase y nivel cultural de los trabajadores en la educación; obtención de un espíritu de honestidad y disciplina;

  • e) Unificación y centralización del movimiento sindical y popular, y la forja de un frente único en el país;

  • f) Participación activa en el análisis y evaluación de las políticas económicas, educativas y pedagógicas en el país y el mundo, en perspectivas de un Proyecto Educativo Nacional y una educación nacional, científica, democrática y popular;

  • g) Coordinación y centralización de los trabajadores en la educación de Latinoamérica.

Principios del Magisterio Peruano

Los sindicatos tienen su origen en la necesidad de los obreros de conformar organizaciones que les sirvan para su defensa frente a la explotación de las que son objeto por el capital. Surgieron superando formas asistenciales o gremios artesanales como las mutuales, cooperativas, etc. Al superar tales organizaciones, el sindicato no busca la solución de las miserables condiciones materiales de vida de los trabajadores a costa de mayor sacrificio de ellos mismos; por el contrario, plantea la lucha directa contra los explotadores exigiéndoles las soluciones a sus reivindicaciones.

El sindicato cumple dos funciones: la primera organiza y defiende a los trabajadores en sus luchas reivindicativas, principalmente por arrancar a los dueños de los medios de producción (en general a cualquier patronal) «un mejor precio por su fuerza de trabajo» (salario, reposición y producción de la misma»; la segunda, a través de la lucha y la labor de educación en su seno, los trabajadores comprenden que la solución definitiva a sus reivindicaciones sólo se dará con la destrucción del sistema explotador y, la construcción de una sociedad justa sin explotados ni explotadores.

Por la lucha y la educación, los explotados comprenden que ese cambio revolucionario de la sociedad, necesita formas superiores de organización y lucha a las practicadas usualmente por el sindicado.

El Estado reaccionario, aparato burocrático-militar, organizado por las clases explotadoras para mantener la sociedad basada en la explotación del hombre por el hombre, es el obstáculo principal para la solución integral de las reivindicaciones y otros problemas más.

La cuestión de quien controla el Estado, quien tiene el poder, es clave. Luego, los proletarios y demás oprimidos deben tomar el poder e instaurar una nueva sociedad justa.

En razón de todo ello, el SINDICATO UNITARIO DE LOS TRABAJADORES EN LA EDUCACIÓN DEL PERÚ (SUTEP) reconoce, se orienta por, y basa su práctica en el PRINCIPIO UNIVERSAL DE LA LUCHA DE CLASES.

El papel del magisterio en las transformaciones de la sociedad peruana

La masificación de la educación ha generado que el Estado tenga presencia en todo el Perú. La presencia de la escuela implica la del maestro en los lugares más remotos del país; maestro que es asalariado estatal no sólo para educar a los jóvenes sino también para transmitir ideas que al Estado le interesa promover: patriotismo, nacionalismo, modernidad y desarrollo. Sin embargo, los maestros pueden, a veces, adoptar causas políticas contrarias a las del Estado o a las de los sectores hegemónicos y convertirse en un sector social poco estable y ambivalente, no siempre promotor de los intereses estatales ni de las hegemonías locales y nacionales, sino, en ocasiones, incluso abiertamente opuesto a ellos

6. Estigmatización del magisterio

Un punto importante a destacar en todo este período es la acentuación de la estigmatización de los maestros como posibles subversivos. Evidentemente, no se está negando la existencia del vínculo entre el magisterio y el PCP-SL, pues realmente sí lo hubo. Lo que se pretende resaltar en este punto es que se efectuó una generalización de este vínculo en muchos medios de comunicación y en declaraciones oficiales, lo que provocó la creación y propagación de estereotipos que generaron no pocos excesos de parte de las fuerzas del orden en sus intentos de combatir la subversión. Un ejemplo de esto lo encontramos en un informe policial de 1981, en el que se sindicaba a Horacio Zeballos Gámez como líder del PCP-SL. La respuesta de éste no se hizo esperar. Afirmó que imputaciones como las contenidas en el mencionado informe policial formaban parte de la política general de un gobierno que se mostraba incapaz de enfrentar la crisis y buscaba «liquidar a los cuadros más representativos de la oposición».

Ésta no sería la única vez en que se afirmaba que la persecución a maestros y dirigentes sobre la base de acusaciones de terrorismo tenía como propósito, más bien, atacar a al movimiento social antes que a la subversión. Un ejemplo de ello es el caso de Elser Elera, secretario general del SUTE en Jaén, detenido en septiembre de 1982 por la Policía Nacional debido a sus presuntas vinculaciones con el PCP-SL. El secretario general del SUTEP, César Barrera Bazán, denunció que la GC de Jaén estaba utilizando de forma indiscriminada y arbitraria la ley antiterrorista para detener a dirigentes gremiales. Agregó que los cargos eran inexistentes, puesto que la GC había calificado de subversivos los libros de estudios del docente, así como documentos del UNIR, un partido político legal.

Condiciones económicas y sociales del maestro

Un indicador del deterioro en el sector educativo lo constituye la disminución de la calidad de vida de los maestros a raíz de una política salarial estatal de bajos sueldos. La situación económica de los maestros los obliga a destinar las horas que deberían dedicar a la preparación de clases y/o capacitación a buscar opciones laborales adicionales (ibíd: op. cit.). Así, por ejemplo, en 1980, el 20% de los maestros a escala nacional tenía una segunda actividad para generar ingresos. Por ejemplo, un estudio realizado en Lima Metropolitana en 1998 revela que el 57% de los maestros varones y el 33% de las mujeres tenían una actividad complementaria en el caso de los colegios públicos. Los porcentajes en los colegios privados eran similares.

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Reflexiones finales

Tradicionalmente, los maestros han sido vistos, desde el gobierno, como quienes trataban de subvertir el orden establecido y, desde los sectores populares, como quienes les abrían los ojos a nuevas posibilidades de desarrollo. Además, el gremio magisterial, por sus reclamos en el campo laboral y económico, su filiación política de izquierda y su actitud de confrontación frente al gobierno ha sido percibido y tratado como potencialmente subversivo. Sobre sus agremiados no sólo recayó la sospecha por ser docentes, de servir como posible correa de transmisión de la ideología del PCP-SL, sino que las consecuencias del mencionado estereotipo se agudizaron por estar organizados en un sindicato y por sus características étnicas y sociales. Ello no debe ser entendido como que el gremio magisterial fue sujeto pasivo de la represión perpetrada por los agentes del Estado. La situación estuvo más matizada: un sector del magisterio y del gremio se involucró con el PCP-SL por convicción o por presión.

Sin embargo, la investigación realizada evidencia que los sucesivos gobiernos no atendieron atendido seriamente los problemas del magisterio, lo cual ocasionó movilizaciones y paros que llegaron a convertirse en grandes huelgas magisteriales. Éstas fueron utilizadas por el PCP-SL como una forma de infiltrarse en el gremio. No obstante, la presencia real del PCP-SL en el gremio era minoritaria, aunque muy bien organizada y efectiva. Los agentes del Estado, lejos de actuar selectivamente para identificarlos, actuaron como si se tratara de un grupo homogéneo y lo reprimieron indiscriminadamente. Incluso llegaron a utilizar pruebas falsas para acusar de subversivos a los contestatarios docentes como ocurrió en la huelga de 1991. En esa oportunidad, el gobierno buscó intencionalmente destruir el gremio; pero quien salió fortalecido del enfrentamiento entre el Estado y el SUTEP fue el PCP-SL. Cabe señalar que éste también buscó destruir las instituciones gremiales, entre éstas el SUTEP, y para ello creó gremios alternativos como el Movimiento Clasista Magisterial.

La investigación también demuestra que los gobiernos, durante el período 1980-2000, al tratar de combatir la presencia del PCP-SL en el espacio escolar, utilizaron estrategias que no hicieron más que incrementar el conflicto y generar más violencia.

En cuanto a la conexión entre el PCP-SL y el magisterio, se puede afirmar que el objetivo de los subversivos fue utilizar al magisterio como medio de transmisión de su ideología y como fuente de militancia. En ese sentido, un actor que requiere de una especial atención son los jóvenes que se están formando en la carrera magisterial. Por ello, es necesario revisar las propuestas metodológicas y pedagógicas de la formación docente y reorientarlas para que brinden herramientas que permitan a los futuros maestros ser productores y constructores de conocimiento y ejercitar su capacidad de reflexión y análisis crítico. Ello implica también un compromiso estatal de aumentar la inversión pública en educación para mejorar su calidad y no sólo para ampliar su cobertura.

Dentro de esta misma línea, se deben mejorar los contenidos curriculares de los programas de estudio. Por ejemplo, introducir temas generales y también otros relacionados con la experiencia local. Tomando como punto de partida la puesta en marcha del proceso de descentralización en el país, se deben limitar los contenidos centralistas y mas bien generar propuestas de diversificación curricular. Atendiendo a la carencia de materiales sobre historia contemporánea y regional y considerando que la CVR ha desarrollado un interesante trabajo de reconstrucción de historias regionales, sería apropiado elaborar documentos de trabajo para los docentes no sólo referidos a lo que sucedió en su localidad durante el conflicto armado interno, sino a lo que sucedió con su gremio durante la época de la violencia de origen político. Ello es fundamental para fomentar una conciencia crítica con respecto al papel que jugaron en la historia reciente.

GRAFICANDO NUESTROS CONOCIMIENTOS

Concepción Filosófica del Magisterio Peruano.

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Bibliografía

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1981 El magisterio y sus luchas 1885-1978. 2ª ed. Lima: DESCO

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Páginas web

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Instituto Nacional de Estadística e Informática. www.inei.gob.pe .Consulta hecha el 1 de Julio de 2009.

 

 

 

 

 

 

Autor:

David Abelardo Ayala Aquice

Elías Chipana Chiquicallata

Jhony Julián Mamani Alarcón

Rita Zaida Mamani Mullisaca

Fredy Edwin Laura Choqueza

Nelly Alanoca Marón

Docente: Genoveva Ramos Cuba

Puno – Perú

2009

UNA

Universidad Nacional del Altiplano

"AÑO NACIONAL FRENTE A LA CRISIS EXTRERNA"

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACION

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