5. Evaluación Constructiva, Orientadora y formativa: Favorece el proceso personal de construcción del saber y promueve recursos adaptados a las diferencias individuales con el fin de evitar conflictos y bloqueos en el aprendizaje y fomentar la formación y el desarrollo personal del alumno/a.
¿A quién, qué y para qué evaluamos?
Siguiendo con las propuestas planteadas en los Cuadernos Para la Reforma Educativa (1997), en el cuaderno correspondiente a los principios y criterios para la evaluación, se destaca el carácter global e integrador de la evaluación del proceso de enseñanza y aprendizaje, donde se plantea desarrollarla en tres ámbitos:
1. Del Proceso de Aprendizaje protagonizado y experimentado por los alumnos.
2. De la intervención de los profesores como protagonistas del proceso de enseñanza y como mediadores y planificadores del de aprendizaje.
3. Del centro escolar entendido como el ámbito y la comunidad educativa en el que se desarrollan, simultáneamente, los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
Seguidamente, se concreta el "qué" y el "para qué" se evalúa en cada uno de estos ámbitos:
La Evaluación de los Aprendizajes en el Estudiante
La evaluación de los aprendizajes se define en el Currículo Básico Nacional (1997), con estos términos:
La evaluación de los aprendizajes es un proceso interactivo de valoración continua de los progresos de los alumnos, fundamentado en objetivos de aprendizaje de etapa y los planteados por los docentes en el proyecto de aula, que toma en cuenta contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales y el nivel de evolución del estudiante.(p.30)
En ese contexto, las finalidades básicas de este proceso de evaluación de acuerdo a lo planteado en este mismo documento, son las siguientes:
Detectar en los alumnos cuáles son sus intereses, actitudes, aptitudes, conocimientos previos, ritmos y estilos de aprendizaje para, a partir de esa información, poder planificar y adecuar el proceso de enseñanza y aprendizaje a sus posibilidades reales e individuales.
Determinar el avance del aprendizaje que van alcanzando los alumnos respecto a su adquisición e interiorización de los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales desarrollados.
Identificar las limitaciones o dificultades que poseen los alumnos – carencias, incomprensiones, errores, etc.- para poder orientarlos, estimularlos y sugerirles propuestas de acción que les puedan servir para la consolidación de sus logros.
Brindar oportunidades para aprender del acierto y del error y, en general, de la experiencia.
Informar a los alumnos sobre sus propios y personales procesos de aprendizaje permitiéndoles así, desde el autoconocimiento, hacer más positivo y eficaz el esfuerzo en la superación de sus posibles lagunas y dificultades.
Fortalecer la interacción entre el docente y el alumno, que permita el intercambio de ideas sobre el trabajo y la responsabilidad que corresponde a cada uno en el proceso de aprendizaje.
Para el logro de las finalidades que se acaban de exponer, El Nuevo Currículo Básico Nacional (1997), señala que la evaluación ha de constituir un proceso continuo de observación atenta y comprensiva, y de permanente interrogación sobre la realidad observada, que se desarrollará a tres niveles:
1. Evaluación inicial.
2. Evaluación del proceso de aprendizaje.
3. Evaluación final.
1. Evaluación Inicial o Explorativa
Se realizará como pórtico, siempre que se plantee un nuevo proceso de enseñanza y aprendizaje. Tiene por objeto explorar y obtener información sobre la situación de cada alumno al iniciar el proceso, para adecuarlo a su realidad y a sus posibilidades. (ob. cit.)
En ese sentido, los aspectos claves a explorar u observar serán los siguientes:
Los conocimientos o ideas previos que los alumnos ya tengan adquiridos e interiorizados respecto a la dimensión o dimensiones del aprendizaje que se vaya a desarrollar.
Los errores o carencias básicas detectadas, para corregirlos y superarlos con el fin de garantizar el éxito en el aprendizaje.
Las actitudes o disposiciones manifestadas ante la nueva situación de aprendizaje.
2. Evaluación del Proceso de Aprendizaje:
Es una evaluación, de carácter formativo y orientador, que va a permitir – en el caso que sea necesario – una permanente corrección del proceso de enseñanza y de aprendizaje a través de la toma de decisiones y de la incorporación de aquellas acciones que se estimen necesarias para estimular y mejorar el rendimientos escolar a todos los niveles. (Ibíd.)
Esta evaluación debe estar estrechamente vinculada con la actividad escolar, y se centrará, básicamente, sobre los siguientes aspectos:
El trabajo concreto que van realizando los alumnos y, en particular, las actitudes personales manifestadas frente a él.
Los niveles de participación en las actividades de gran grupo, o en las desarrolladas en pequeños equipos.
Los progresos experimentados, individual y grupalmente, respecto a las competencias y a los criterios de evaluación previamente establecidos.
Las limitaciones o dificultades experimentadas, a lo largo del proceso de aprendizaje; limitaciones o dificultades, que una vez detectadas, van a requerir la planificación y el desarrollo de actividades de orientación y retroalimentación o complementarias.
3. La Evaluación Final:
Tiene por objeto conocer el grado de aprendizajes adquiridos e interiorizados por cada alumno – conceptos, procedimientos y actitudes – al final del proceso desarrollado. (Ibíd.). Esta evaluación permite:
Tomar conciencia de los resultados obtenidos y determinar si el alumno ha avanzado en el alcance de competencias.
Proporcionar una información al alumnado sobre esos resultados para que pueda asumir la responsabilidad que le corresponde en la continuidad del proceso de aprendizaje.
Planificar o programar actividades de recuperación o de ampliación, según los casos.
Sobre la base de lo anteriormente expuesto, cabe agregar que la aplicación de cada uno de estos niveles de evaluación en los diferentes momentos del aprendizaje debe cumplirse en forma continua y cíclica, ya que cada una proporciona insumos para la replanificación del aprendizaje y por ende, del mejoramiento del mismo.
La interrelación existente entre los niveles de evaluación puede observarse en la siguiente figura:
Interrelación entre los Niveles de Evaluación
Fuente: Ministerio de Educación. Programa y Manual del Docente, (1987)
Formas de participación en la Evaluación
De acuerdo a lo que establece el Ministerio de Educación, en su programa y manual del docente de la tercera etapa de educación básica, específicamente en el área de educación para el trabajo; sub-área comercial, (1987); el docente debe promover la participación de los alumnos a través de:
La autoevaluación.
La coevaluación.
La evaluación externa.
La Autoevaluación:
Es la evaluación que cada alumno hace de su trabajo escolar. Mediante ella, el alumno reconoce sus logros y deficiencias, analiza y considera su actuación individual y en grupo y desarrolla una actitud de autocrítica. (ob. cit.)
La Coevaluación:
Es la evaluación que hacen recíprocamente los alumnos de la actuación de cada uno y del grupo como un todo. Esta evaluación incluye también al docente. (Ibíd.)
La coevaluación permite:
Determinar los logros personales y grupales.
Poner en práctica la convivencia en grupo.
Asumir actitudes y expresar opiniones como resultado de la reflexión y la crítica ante las diferentes situaciones de aprendizaje.
Aportar soluciones para el mejoramiento individual y colectivo.
En este orden de ideas, el programa y manual del docente anteriormente citado, ofrece al docente una serie de sugerencias que debe tomar en cuenta durante la realización de la autoevaluación y coevaluación, las cuales se describen a continuación:
Dé oportunidades para que todos los alumnos expresen sus opiniones.
Oriente a los alumnos, para que expresen el por qué de sus respuestas.
Dé el estímulo respectivo con el propósito de incentivar el aprendizaje.
Corrija las deficiencias.
Oriente a los alumnos para que no se subestimen o sobreestimen, sino, que sean justos en sus apreciaciones.
Dadas las consideraciones anteriores, es evidente entonces que la autoevaluación y la coevaluación no deben confundirse con la asignación de calificaciones por parte de los alumnos, ya que el propósito de éstas es formar y no calificar. Los resultados servirán para orientar el proceso de aprendizaje. No se tomarán en cuenta para calificar cuantitativamente al alumno. No obstante, tanto el docente como el alumno (de acuerdo con el grado), deben llevar un registro de estas actividades.
Evaluación de los Rasgos de la Personalidad
Según el programa y el manual del docente elaborado por el Ministerio de Educación (1987), el sistema exige que se valoren, además de los aspectos cognoscitivos, otros rasgos de la actuación general del alumno que de una u otra forma influyen en su rendimiento.
La resolución que contempla las normas para la evaluación de los diferentes niveles del sistema educativo señala que deben considerarse por lo menos tres de los siguientes rasgos de la personalidad: Responsabilidad, hábitos de trabajo y salud, presentación personal y cortesía, creatividad e iniciativa y confianza en sí mismo. Estos aspectos están íntimamente relacionados y para observarlos, el docente debe tomar en cuenta ciertos indicadores o manifestaciones de la conducta, tal como se ejemplifican en los cuadros siguientes:
Rasgos de Personalidad | Indicadores | |
Responsabilidad |
| |
Hábitos de Trabajo y Salud. |
| |
Presentación Personal y Cortesía. |
| |
Creatividad e Iniciativa |
| |
Confianza en si mismo |
|
Fuente: Ministerio de Educación. Programa y Manual del Docente, (1987)
De los anteriores planteamientos se deduce que para evaluar los aspectos de la actuación general del alumno, el docente debe observar y registrar en una lista de cotejo u otro instrumento apropiado, las manifestaciones de la conducta que permitan apreciar estos rasgos. Asimismo, deberá promover situaciones para que estos aspectos puedan presentarse y de esta forma facilitar sus observaciones. La evaluación de estos rasgos será considerada dentro de la evaluación continua.
Plan de Evaluación
El docente debe planificar la evaluación diagnóstica, formativa y sumativa mediante un plan de evaluación, a fin de relacionar los objetivos a evaluar con las técnicas e instrumentos a utilizar, los momentos en los cuales realizará dicha evaluación, y el peso o ponderación que le dará a cada uno de los objetivos. (ob. cit.).
Para elaborar el plan de evaluación se sugieren los siguientes pasos:
Analizar los objetivos del programa.
Seleccionar la(s) técnica(s) e instrumento(s) apropiado(s) para evaluar las conductas establecidas en los objetivos.
Prever los momentos en los cuales realizará la evaluación.
Ponderar los objetivos cuando la evaluación requiera calificación. Se ponderará de acuerdo con la importancia, nivel y grado de dificultad del objetivo.
Técnicas e Instrumentos de Evaluación
La efectividad de la evaluación depende, entre otros aspectos, de la adecuada selección que haga el docente de las técnicas e instrumentos, que le permitan obtener una información válida y confiable acerca del rendimiento del alumno. (Ibíd.)
Un instrumento es válido cuando mide lo que se propone medir y confiable, cuando aplicado en diferentes oportunidades se obtienen resultados similares. El docente deberá seleccionar aquellos instrumentos que resulten apropiados para evaluar cada objetivo o grupo de objetivos.
Las técnicas se refieren al "cómo" evaluar y los instrumentos al "con qué" evaluar.
El siguiente cuadro muestra las técnicas e instrumentos más usados:
Técnicas | Instrumentos | ||
Pruebas |
| ||
Observación |
| ||
Entrevistas Cuestionarios |
|
Fuente: Ministerio de Educación. Programa y Manual del Docente, (1987)
La Técnica de las Pruebas
Para el programa y manual del docente, las pruebas constituyen un instrumento valioso de medición del aprendizaje. Las pruebas pueden ser: Objetivas, de ensayo, prácticas y orales, las cuales se describen seguidamente:
Pruebas Objetivas
Según Fermín (2001), "es un instrumento evaluativo mediante el cual el alumno responde a un conjunto de reactivos referidos a determinar objetivos de aprendizaje a fin de verificar y demostrar el dominio o logro de los mismos" (p. 89), presentan las siguientes características:
Las preguntas son altamente estructuradas con planteamientos muy concretos y opciones fijas.
Las respuestas que los alumnos suministren no requieren de elaboración, sino sólo de señalamiento o mención al seleccionar las respuestas correctas entre varias opciones dadas.
Las pruebas pueden ser corregidas y calificadas sin hacer uso de la apreciación personal del calificador.
Pruebas de Ensayo
El programa y manual del docente (1987), señala que son "pruebas escritas que se utilizan para medir objetivos de aprendizaje que no pueden medirse con los elementos de una prueba objetiva" (p. 75). Se utilizan cuando se desea medir aprendizajes complejos contenidos en objetivos referidos a producción, selección, organización, integración, relación y evaluación de ideas. En tal sentido, el docente utilizará la prueba de ensayo para que el alumno, exprese sus ideas, analice hechos y situaciones, emita opiniones, elabore conclusiones, etc. Presenta las siguientes características:
Los alumnos tienen libertad para elaborar sus respuestas. (Ejemplo: Proponga argumentos a favor o en contra al uso de drogas).
El número de preguntas es reducido. (Ejemplo: Enumere las ventajas de las pruebas tipo ensayo).
No existe un modelo exacto para evaluar las respuestas.
En este mismo orden de ideas, Fermín (2001), señala que estas pruebas exigen la utilización de preguntas que miden sólo resultados complejos del aprendizaje. Asimismo, recomienda evitar la ambigüedad al momento de su diseño, sugiere delimitar el alcance deseado, eliminar las preguntas opcionales, calcular previamente la duración aproximada de la prueba y dar instrucciones precisas. (p. 123)
Pruebas Prácticas
Fermín (p. 148), conjuntamente con el Programa y Manual del docente (p. 75), coinciden en que este instrumento es una prueba escrita que presenta las siguientes características:
Evaluar el hacer, de tal manera que el alumno demuestre su capacidad en la realización de actividades propuestas en las áreas o asignaturas de carácter práctico.
Se efectúan en condiciones reales o simuladas.
Son útiles para evaluar el rendimiento escolar en áreas tales como: Educación para el trabajo, ciencias naturales, educación artística.
Permiten evaluar objetivos correspondientes al nivel de aplicación y ejecución del producto final.
Requieren una cuidadosa preparación, ya que en muchos casos se necesitan recursos materiales y espacios físicos adecuados, tales como maquinarias, instrumentos especiales, gimnasios, laboratorios.
Requieren de la observación y por ende del uso de instrumentos tales como lista de cotejo, escala de estimación, guías prácticas y otros.
Pruebas orales
Son pruebas que presentan las siguientes características:
Son de carácter individual.
Exigen la presencia física tanto del evaluador como del evaluado, a fin de establecer una comunicación oral y directa.
Existe un número pequeño de preguntas o ítems.
Se usan para evaluar aspectos que no tienen otra forma de evaluación tales como:
Dicción, pronunciación, pausas para atender a los signos de puntuación, entonación, al realizar una lectura.
Dominio de vocabulario, pronunciación y comprensión del lenguaje hablado en idiomas extranjeros.
Apreciar la capacidad para intervenir en discusiones del grupo.
Para hacer las interrogaciones diarias a fin de determinar el avance de los alumnos.
La Técnica de la Observación
Fermín (2001), define la observación como la "técnica de evaluación que consiste en percibir, reconocer y notar hechos relacionados con la conducta a evaluar". (p. 153)
Como técnica al servicio de la evaluación, resulta oportuno agregar que la observación ha de referirse al conocimiento del alumno, del proceso de aprendizaje y al resultado del mismo. Puede ser utilizada en aquellos objetivos que no son susceptibles de ser evaluados mediante pruebas objetivas o de ensayo.
Este autor señala que para la realización de una buena observación, es necesario determinar claramente qué es lo que se va a observar y con qué propósito, determinar de manera detallada qué aspectos se van a observar y establecer en qué forma, condiciones y cuándo se va a realizar el registro de las observaciones. Para ello, se señalan a continuación los instrumentos de observación más útiles para el docente:
a) Escala de estimación: Es un instrumento que contiene un conjunto de características que van a ser evaluadas mediante algún tipo de escala para indicar el grado en que cada una de éstas está presente. Debe ser construido de acuerdo con las conductas a ser evaluadas y debe usarse cuando hay suficiente oportunidad de realizar la observación que se desea. (ob. cit.)
b) Lista de cotejo: Es un instrumento similar, en apariencia y en la forma de usarlo, a la escala de estimación. La diferencia fundamental consiste en que la escala de estimación indica el grado en el que la característica está presente o la frecuencia con la cual ocurre un hecho, mientras que la lista de cotejo sólo permite un juicio de sí o no, es decir; si las características se encuentran presentes o ausentes o si una acción ha tenido lugar o no. Es muy útil para evaluar aquellos procedimientos que están divididos en una serie de acciones claramente definidas. (Ibíd.)
c) Registro de hechos significativos: son anotaciones de anécdotas, acontecimientos o hechos relevantes que el docente ha observado en la vida de los alumnos. Cada hecho debe anotarse al poco tiempo de ocurrido para evitar distorsiones de la memoria. Un buen registro de hechos significativos describe objetivamente cada suceso sin establecer ningún tipo de interpretación del significado de la conducta del alumno. Es utilizado frecuentemente en el área de ajuste de la conducta social del alumno. (Ibíd.)
La Técnica de la Entrevista
El programa y manual del docente (1987), afirma enfáticamente que la entrevista es una técnica y no un instrumento, la define como "un tipo de cuestionario verbal donde el alumno no escribe las respuestas, sino que proporciona verbalmente la información necesaria" (p. 76). Utilizando la entrevista se puede obtener información de tipo afectivo y de carácter personal. Las entrevistas son especialmente útiles para conocer características que cambian rápidamente, tales como intereses, opiniones, actitudes, etc.
Asimismo, señala que previa a la utilización de la técnica de la entrevista, es necesario elaborar una guía o plan de entrevista. Señala que si la entrevista es informal o muy corta, no es necesario que esta guía se haga por escrito. De lo contrario; esta guía debe contener entre otros aspectos, los siguientes elementos: Un enunciado del propósito de la entrevista, a quién se va a entrevistar, cuándo y dónde, orientaciones para "romper el hielo" y un conjunto de preguntas cortas, expresadas en forma sencilla. (Ibíd.)
La Técnica del Cuestionario
Esta técnica se utiliza para obtener opiniones y conocer actitudes, por lo tanto no existen "respuestas correctas". Toda respuesta es aceptable porque refleja una opinión o actitud de la persona que la emite.
El cuestionario "consiste en una lista de preguntas escritas que pueden ser respondidas sistemáticamente" (p. 77). Cuando se elabora un cuestionario se debe especificar: Sobre qué tema se recogen las opiniones, a quién se le aplica el cuestionario y el tipo de información que se desea obtener. Las preguntas deben ser claras y precisas y deben ser adecuadas al nivel de las personas que van a responderlas. (ob.cit.)
En el marco de las observaciones anteriores, es preciso acotar que los cuestionarios que resultan más útiles para los docentes son:
a) El inventario: es un medio para conocer los gustos, los intereses y las percepciones de los alumnos. Para construir un inventario se hace una lista de opiniones, intereses, gustos, etc., y se pide al alumno que indique aquellas que son representativas de sus propios gustos o inclinaciones. (Ibíd.)
Escala de actitud: Es un instrumento que tiene como finalidad conocer lo que un individuo siente o su disposición de ánimo, es decir, su actitud. Mediante la formulación de preguntas el docente obtiene una muestra de las opiniones del alumno y a partir de ellas puede deducir su actitud o sentimientos. (Ibid.)
Lista de Referencias
Fermín de García, Carmen. (2001) Módulo de Evaluación de los Aprendizajes, Universidad Nacional Abierta (UNA).
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTES (1997). Currículo Básico Nacional. Caracas.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTES (1999). Resolución sobre el Proceso de Evaluación en la 1ra y 2da Etapa de Educación Básica.
SCOTET (1990). Planificación Escolar. Colección Trillas.
Reseña Biográfica de la Autora:
ROSANNA DEL VALLE SILVA FERNANDEZ, , venezolana, nacida en San Felipe – Estado Yaracuy. Maestrante en Educación Abierta y a Distancia (UNA), Especialista en Gerencia Educacional (UPEL – IMPM), Practitioner en Programación Neurolinguística (Instituto Español de Programación Neurolinguística), con Diplomados en Gerencia Social, Gerencia Pública, Tecnología de la Información y Comunicación (ANUV – UNITEC), Capacitación Docente (UNEFA – UNA), Licenciada en Administración de Empresas Mención: Gerencia (UFT) y Técnico Superior Universitario en Administración Mención: Gerencia de Empresas (IUTY). Desde el año 2005, labora en la UNEFA Núcleo Yaracuy como Profesor Instructor a Dedicación Exclusiva. Es investigadora de las líneas: Gerencia Educacional – Tecnología de la información y Comunicación, adscritas al Núcleo de Investigación Educativa "Orangel Loyo Colmenarez" de la UPEL – IMPM, Núcleo Yaracuy. Tutora de Trabajos de Grado. Ponente y asistente permanente a eventos nacionales e internacionales en el área educativa y gerencial. Facilitadora de cursos de extensión universitaria en el área de evaluación, planificación educativa, metodología de la investigación, estrategias de aprendizaje; así como también en el ámbito gerencial y organizacional (Coaching, PNL, Inteligencia emocional, cooperativismo, liderazgo, formulación de proyectos, entre otros). Es integrante de la Red Docente Kipus para América Latina y el Caribe (UNESCO), la Red Nacional Docente de Informática y Telemática (RENADIT).
Cómo citar este Artículo:
Silva, R. (2009). Concepción De La Evaluación Como Proceso. [Documento en Línea] Disponible: http:://www.monografías.com [Consulta (Mes) del (Año)].
Rosanna Silva Fernández
2009
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |