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Historia Económica y Social Argentina

Enviado por Sergio


  1. Introducción Histórica Previa al Análisis (1930/1962)
  2. Las empresas MACAR SRL y Opalinas Hurlingham
  3. Fase compleja de la industrialización

Introducción Histórica Previa al Análisis (1930/1962)

La economía Argentina desde sus comienzos, sostenida fundamentalmente por el modelo agro exportador, tubo su vida útil hasta la crisis mundial de 1930, mas allá de crisis anteriores generadas por la primer guerra mundial y los propios ciclos económicos, el modelo había logrado ser eficiente. El quiebre de la bolsa norteamericana de Wall Street el 24 de octubre de 1929 generó una gran recesión a nivel mundial provocando una caída de la producción, de los salarios, aumento de la desocupación y un deterioro importante en las relaciones de intercambio entre países, debido a que cada economía se cerró en si misma aplicando políticas proteccionistas. Si bien en la Argentina algunas industrias venían desarrollándose con anterioridad, no se expandían y eran complementarias al modelo (un ejemplo son los frigoríficos y las industrias alimenticias), siendo su porcentaje de aporte a la economía nacional inferior y poco relevante comparado con el que realmente sostenía la economía Argentina exportadora con base en el sector primario. Esta crisis corto abruptamente con el modelo y dejó un lugar vacío ocupado anteriormente por las importaciones de manufacturas de origen industrial. Poco a poco se fue generando el cambio de modelo a lo que se conoce como industrialización por sustitución de importaciones y las industrias locales existentes empezaron a ocupar ese lugar vacío, comenzando a tener un crecimiento ascendente el sector textil y creándose también nuevas industrias para lograr sustituir los bienes y productos a los que ya no se tenía acceso externo, este proceso en parte se veía favorecido por una gran cantidad de mano de obra barata existente en el mercado. Algunos productos de poca demanda interna se importaban en esa época (como es el caso del vidrio plano a fines de la década del 30), pero hubo una nueva restricción externa a las importaciones provocada por la Segunda Guerra Mundial que originó nuevos cambios estructurales en el sector productivo argentino.

Con la llegada de Perón al gobierno en 1946 se aplicaron políticas expansivas de consumo interno para lograr un crecimiento mas acelerado del sector industrial como lo fue el sector de la construcción con los planes de vivienda, el estado comenzó a intervenir cada vez mas y ser actor económico. Una empresa nacional VASA de capitales extranjeros, que fabricaba vidrio plano, se había instalado con anterioridad en 1938 pero no lograba cubrir la cantidad de vidrio que los planes de vivienda demandaba.

Otra empresa nacional que fue favorecida por los planes de vivienda era la Fabrica Argentina de Vidrios y Revestimientos de Opalinas Hurlingham, que constituida por el aporte de tres socios nacionales, había iniciado sus actividades en 1948 dedicándose solamente a los revestimientos de opalina y luego a mitad de la década siguiente, logró expandirse y reestructar su composición productiva, con el apoyo del Banco Industrial de la Republica Argentina, diversificándola e iniciándose en la producción de vidrio plano para poder cubrir la demanda de los planes de vivienda y del emergente mercado automotriz. También logro poder en el mercado de cerámicas comprando la mayor parte de las acciones de su competidora Vicri S.A. La estructura económica que Perón sostenía, tenía su principal fuente de ingresos en las retenciones agrarias, sector de gran exportación en la época de posguerra, que en pocos años se vio perjudicado al caer la demanda debido a que el sector externo se había recuperado a fines de la década, provocando la primer crisis en el gobierno peronista. Esto genero un nuevo cambio en conjunto con la necesidad de acelerar el proceso de industrialización, pero el país se encontraba con escasez de divisas debido a la caída de las exportaciones del sector primario.

La nueva estrategia para modernizar la estructura industrial consistía en dejar entrar empresas transnacionales en rubros no explotados localmente. Muchas empresas extranjeras que habían llegado a la saturación de sus mercados orientaron sus miras a América Latina en donde el proceso de sustitución de importaciones se había instalado en algunos países como Argentina y Brasil. Durante el gobierno de Aramburu se facilita a algunas empresas extranjeras a instalarse en el país, mediante la importación sin recargo de insumos, maquinarias y todo lo necesario para comenzar su proceso productivo.

Un buen ejemplo de esto es la fabrica de guarniciones para maquinas cardas Macar, de origen Belga, que se ve muy favorecida por el auge de la industria textil (con una leve caída en 1958), por encontrar un mercado domestico ocupado solamente por la Compañía Argentina de Cardas y por las políticas arancelarias proteccionistas de bajos costos a la importación de insumos y altos costos a la importación de productos terminados.

Durante esta década en la economía argentina se había instalado lo que se denominaba ciclos de stop and go, en donde la expansión industrial requería cada vez de mayor volumen de materias primas importadas y al no poder sostener el mismo ritmo en las exportaciones se producía un desequilibrio en el balance de pagos y un estrangulamiento del sector externo. Entonces la economía debía parar el proceso expansivo para volver a retomarlo una vez logrado el equilibrio de balance. Esto ocurrió en 1961, en un momento de restricción crediticia, altas tasas de interés y reducción de liquidez, disminuyendo la demanda agregada y llegando a la crisis que enfrento el país en 1962 con el derrocamiento de Frondizi.

Las empresas MACAR SRL y Opalinas Hurlingham

Compare el desempeño que tuvieron las empresas MACAR SRL y Opalinas Hurlingham durante el período 1962/4 – 1975/6, extendiendo el análisis al momento y las causas principales que causaron la crisis y quiebra de cada una de ellas.

El período de inicio del análisis de las empresas Macar y Opalinas además de coincidir con la crisis de 1962, también coincide con dos momentos antagónicos entre estas empresas, una se encontraba en su mejor momento y la otra comenzaba a atravesar una crisis financiera de la cual no llegaría a reponerse hasta el cierre de la misma décadas después. En cuanto a Opalinas la intención de lograr hegemonía en el mercado del vidrio al igual que lo había hecho en el de cerámicos años anteriores, llevo a la empresa a invertir fuertemente antes de la crisis, al caer la demanda por suspensión de los planes de vivienda y otras políticas restrictivas aplicadas por el gobierno, la empresa entraría en una crisis financiera difícil de revertir, el aumento de tarifas y el congelamiento de los precios no le dejaba margen de trasladar el aumento de los costos a los precios de venta.

El caso de Macar al inicio de este período era completamente diferente, la empresa ya venía ascendiendo productivamente, mientras siguieran vigentes las políticas proteccionistas, la demanda sostenida y el poder de mercado compartido solamente con una empresa local, la empresa seguiría manteniendo su alto nivel productivo, logrando también algunas exportaciones a países latinoamericanos de baja proporción, pero que permitían costear gastos fijos.

En 1963 Opalinas comienza a reactivarse lentamente respaldada por el Banco Industrial pero encuentra un panorama muy débil en la demanda, el mercado constructor se retrae manteniéndose solamente la construcción de viviendas de mas recursos que utilizan otro tipo de productos, también fracasa su intento de acercarse al mercado automotriz que es absorbido por su competidora VASA, que utiliza un método en la producción de vidrio mas avanzado y moderno, de mejor calidad, mayor productividad y a mas bajo costo. En 1965 se reactiva un poco pero la alta carga financiera que viene arrastrando impide que las mejoras se logren, dos años después se mantiene en la misma situación y se dispone a vender a Vicri, empresa que había logrado absorber años atrás cuando la situación de la empresa permitía la expansión de la misma. La propuesta entonces sería la de racionalizar el proceso productivo y diversificar el mercado de productos para poder entrar en el Plan de Rehabilitación que llevaba a cabo el gobierno de Ongania.

La devaluación efectuada por Krieger Vasena logro un aumento de la protección pero fue compensada por una baja en los aranceles a la importación, por lo que Macar no se ve muy afectada, debido a que sigue manteniendo una demanda sostenida, pero la realidad de Opalinas es diferente porque no puede trasladar el aumento de los costos a los precios que están congelados y en 1972 su situación financiera es realmente terrible. La empresa Macar en conjunto con su competidora inicia gestiones con la comisión de aranceles para negociar en las sucesivas devaluaciones de 1967 y 1970 pero no logra resultados, produciéndose una tensión con la Federación Textil, comienza a notarse una baja en la tendencia mundial hacia la tela reemplazada por sintético y por el algodón procesado por guarniciones rígidas, sin embargo su nivel de producción sigue siendo eficiente, a pesar de no perfeccionarse en este tipo de maquinas y que sus productos se siguieran basando en distintos tipos de guarniciones flexibles utilizadas para el proceso de telas. Una nueva crisis mundial afectaría a la economía en 1973 provocada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo que en un período de tres meses cuadruplican el precio de venta del crudo, un mes antes Perón vuelve a ser elegido presidente por tercera vez.

La empresa Opalinas fue estatizada ese mismo año antes de las elecciones a través de la capitalización de deudas, quedando mayoritariamente en poder del estado que cumplía su función de cogestor. El Estado en conjunto con el Banco Nacional de Desarrollo implementaron el Plan Integral de Rehabilitación de Perón, encontrando en Opalinas un panorama desolador entre los problemas tecnológicos, productivos y financieros, pero logrando revertir levemente la situación de la empresa que arrojó perdidas menores en 1974, amplió su producción al año siguiente y esperaba dar el ultimo salto que lograría recuperarla con el proyecto de Rehabilitación definitivo de 1976.

La muerte de Perón el 1 de julio de 1974 dejó la banca ocupada por su señora vicepresidente María Estela Martínez de Perón derrocada por el Golpe de Estado el 24 de marzo de 1976. El gobierno militar tomaría medidas completamente antagónicas a las que venían utilizando los gobiernos anteriores, mas de corte neoliberal con el agregado de la supresión de los conflictos sociales por medio de la represión, siendo éste el primer año en común con respecto a lo perjudicial que fue para ambas empresas.

Los años de prosperidad de la empresa Macar se terminaron abruptamente al liberarse los mercados debilitando el proteccionismo y abriendo las puertas a la competencia de empresas extranjeras. En cuanto a Opalinas su rehabilitación fue interrumpida también abruptamente volviendo a privatizarse dejando la idea de expansión y concentrándose en la reestructuración y diversificación de la misma.

En este período se cuadriplicaron las importaciones de manufacturas textiles con lo que muchas empresas quebraron, Macar se fusiono con su competidora formando la Compañía Argentina de Cardas Macar como una estrategia para unir fuerzas entre las dos empresas ante el sector externo, intentando mejorar la producción de guarniciones rígidas que empezaba a tener mayor auge por el cambio de la demanda hacia los productos de algodón, sin embargo no lograron mejorar rápidamente esa tecnología. Tanto Macar como Opalinas debieron reestructurarse restringiendo gastos, personal y hasta la misma producción.

El proceso desindustrializador del gobierno militar hizo desaparecer gran parte del tramado industrial que se había creado en la Argentina, quedando los grandes grupos empresarios y algunas pocas empresas que lograban mantenerse ante los vaivenes de la economía. Enfrentando los años siguientes períodos recesivos y de expansión, con la vuelta a la democracia en 1983 de la mano de Alfonsín, ambas empresas lograron mantenerse hasta la década del 90, en donde la hiperinflación galopante a fines de la década y el fracaso del Plan Austral logró ponerlas en crisis.

El cambio de gobierno tampoco les sería favorable visto que Menem volvió a aplicar políticas neoliberales, se privatizaron muchas empresas estatales, se abrieron y desregularon los mercados y se aplico el Plan de Convertibilidad, iniciándose un proceso de desindustrialización regresiva. Ya en condiciones muy frágiles de tecnología, ante la fuerte adversidad comparativa del sector externo, Opalinas cerro definitivamente. Macar logro extenderse unos años mas reestructurándose pero la suba de los aranceles a la importación volvió a afectarla, el panorama era muy adverso y la empresa decidió vender sus maquinarias y su fabrica, comprando un local mas pequeño y dedicándose solamente a actividades comerciales de importación de manufacturas.

A pesar de tener diferentes períodos de expansión productiva, se puede notar entre ambas algo en común, en momentos de crisis no ofrecían competitividad debido al atraso tecnológico, las razones en ambas son diferentes visto que Macar al tener hegemonía de mercado y protección del estado, no tenía necesidad de superarse. Opalinas en cambio, se podría decir que era mas conservadora en sus comienzos al utilizar un método de producción de principios de siglo que ya se estaba reemplazando por métodos mas efectivos y modernos. A medida que la industria va desarrollándose y expandiendo sus fronteras, la necesidad de incorporar nuevas tecnologías tanto productivas como de gestión administrativa se hacen evidentes. Esto hacía a las empresas vulnerables ante los cambios adversos del contexto macroeconómico y provocaba en ambas un atraso con respecto al resto de las industrias. La tecnología es clave para el desarrollo y la expansión, es por eso que por mas que nos encontremos en situaciones coyunturales adversas, disponer de la misma e ir actualizándose constantemente, logra fortalecer a la empresa ante los posibles cambios del mercado.

Fase compleja de la industrialización

Resuma las características y momentos centrales de la fase compleja de la industrialización por sustitución de importaciones entre 1950 y 1976 a partir de los enfoques más integradores de Schvarzer, Rougier ("El proceso económico. Argentina 1960-2000") y del artículo de Fiszbein. Realice una breve evaluación acerca del aporte que realizan los dos casos desarrollados a la comprensión de ese proceso.

La fase de la industrialización por sustitución de importaciones comenzó a ser la mejor opción para cubrir la demanda importadora luego de la Segunda Guerra Mundial, ya que los principales países con los que Argentina mantenía el intercambio habían cerrado sus mercados. A través del auge industrial impulsado por el primer Plan Quinquenal (1947-1951) propuesto por la primer presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1951), la industria liviana logró un salto importante orientado al mercado interno hasta la crisis que se enfrentaría en 1949 con la caída de las exportaciones agrarias (principal sostén económico). En este período se crearon varias instituciones con fuerte intervención estatal dedicadas a la planificación económica, obras publicas y al desarrollo del mercado interno, también hubo un gran aumento del consumo a través del aumento de salarios.

En 1950 se replanteo el proceso industrial, habiendo escasez de divisas por la debacle exportadora agraria, era necesario profundizar aún mas el modelo ISI. La falta de crédito externo impedía que el sector industrial se modernizara en maquinas y tecnología, debido a su fuerte dependencia en insumos industriales y bienes de capital provenientes del exterior. En 1952 Perón es reelecto pero la crisis económica pospone el segundo Plan Quinquenal y el gobierno lanza el Plan Económico de Emergencia con el objetivo de reestablecer el equilibrio externo, conteniendo la inflación y tratando de impulsar las exportaciones agropecuarias a través de la mejora de los precios relativos.

El segundo Plan Quinquenal (1953/57) conservo la línea del plan anterior profundizando mas y dedicándose a mantener el equilibrio entre precios y salarios, a restringir el consumo para aumentar la capacidad de ahorro, a incrementar la oferta energética y principalmente a incentivar la inversión directa de capitales extranjeros, provenientes de empresas trasnacionales con el propósito de modernizar la industria. La condición que se imponía al capital extranjero era que se ubicara en sectores de la economía que todavía no habían sido explotados en el país, asegurando de esta forma que no entraran en conflicto con las industrias locales, es por eso que estas inversiones se orientaron al desarrollo de la Industria Pesada: la industria automotriz, de tractores (metal mecánica) y otros sectores modernos no existentes localmente (química y petroquímica).

La ley de inversiones extranjeras derogada en 1953 otorgaba beneficios a sus inversores permitiendo remitir dividendos a sus países de origen, haciendo posible que dos empresas extranjeras (Fiat y Kaisser) se asociaran a la Fabrica Militar de Aviones de Córdoba, utilizando sus maquinarias y personal especializado, logrando así su privatización. Ayudadas también por una fuerte demanda automotriz, otra empresa importante que se sumó al proceso fue Mercedes Benz instalándose en González Catán. Además estaba en tratativas de negociación una concesión a un consorcio estadounidense en la provincia de Neuquen para la explotación de petróleo, pero el conflicto político y el golpe de estado de 1955 suspendió el proyecto, logrando a su vez la proscripción del peronismo y el exilio de su líder.

Durante todo este período hubo un aumento en la industria pesada y un aumento en la construcción a través de los planes de vivienda, pero la escasez de divisas no se resolvía ya que no se lograba aumentar las exportaciones agrarias y las exportaciones industriales no generaban grandes saldos. Si bien, las empresas extranjeras radicadas en el país se dedicaban a ramas de la industria que no interferían con la industria local, poco a poco se empezaría a notar el aumento de su hegemonía.

El golpe de estado de 1955 dio lugar a la llamada Revolución Libertadora a cargo del gobierno militar de Eduardo Lonardi, quien fue sustituido ese mismo año por el teniente general Eugenio Pedro Aramburu durando su mandato hasta 1958. En este período se trato de revertir los cambios sociales y políticos desmantelando los organismos interventores que había creado el peronismo, la industrialización a largo plazo quedo en suspenso.

El secretario de la comisión económica para América latina y el Caribe (CEPAL) Raúl Prebisch, elaboro un plan de medidas a corto plazo para resolver los problemas del balance de pagos deficitario, mediante la devaluación de la moneda y la mejora de los precios relativos agropecuarios, dejando para el largo plazo medidas orientadas a la tecnificación de la agricultura y el impulso de sectores industriales estratégicos (siderurgia, ingeniería mecánica, papel, celulosa, petroquímica y química básica). Se apuntó a mejorar los ferrocarriles, expandir la producción estatal de petróleo y aumentar la capacidad productiva de energía eléctrica, ambas para el autoabastecimiento. Elaboró técnicas de programación moderna como la Matriz de Insumo Producto, a través del ahorro se fomentó la inversión y se siguió apostando al capital extranjero facilitando el ingreso de empresas trasnacionales permitiendo la importación sin recargo de insumos y bienes de capital. A pesar de las medidas tomadas seguiría sin resolverse el problema de balance de pagos caracterizado por los ciclos de stop and go que al parecer eran un problema crónico en la industrialización del país.

En 1958 asume Arturo Frondizi negando toda influencia de las ideas monetaristas de la CEPAL, a pesar de sus criticas, tenía algunos puntos en común con el plan anterior, como sostener el autoabastecimiento de petróleo logrando bajar la importación, la promoción de sectores industriales estratégicos y la cuestión de que la falta de ahorro obstaculizaba el desarrollo. Su estrategia se orientó a atraer capital extranjero mas que nada en la rama petrolera, metal mecánica y química. A través de las inversiones extranjeras se trato de lograr una integración vertical de la industria, desde la pesada "hacia atrás" con respecto al proceso productivo.

Ese mismo año se decretaron dos leyes, la primera de inversiones extranjeras y la segunda a la inversión local. Esta orientación era mas favorable al capital extranjero y menos favorable para los trabajadores, ya que se contenía la inflación congelando los salarios. Los objetivos principales del Plan de Estabilización y Desarrollo eran contener la inflación, mejorar las cuentas externas, restringir la oferta monetaria, liberar y unificar el tipo de cambio, controlar los precios, aplicar retenciones temporarias al agro, proteger a través de aranceles a la industria y ajustar las cuentas fiscales. Esta estabilización vía recesión provocó la caída de los salarios reales, la devaluación del tipo de cambio y la inflación cambiaria, generándose un aumento de las inversiones extranjeras directas pero también un aumento de las huelgas por medio de los trabajadores. En la industria tradicional se notaba el atraso tecnológico lo cual genero una reestructuración que mediante la incorporación de maquinarias ponía en peligro la situación de los trabajadores mediante la reducción del personal, que es lo que sucedió en las ramas fabriles. La tendencia de las empresas en la siguiente década se orientaría a la explotación de las mismas sin cambiar los sistemas productivos. Esta cultura extractiva provocaba el atraso de las industrias tradicionales y la mayor renovación se establecía en nuevas plantas provocando un aumento de las exportaciones industriales en las ramas metal mecánicas y químicas hasta 1974. Entre el 1959 y 1965 la producción creció, específicamente de bienes de consumo y automotor.

En 1961 se crea el consejo nacional de desarrollo CONADE y en 1962 una nueva crisis afectaría al país por la falta de divisas, el desarrollo industrial seguía dependiendo de la importación de insumos, lo que generaba un fuerte aumento de las importaciones que contrastaba con el bajo nivel de exportaciones, además el crecimiento industrial orientado al mercado interno no permitía desarrollar economías de escala de manera eficiente, por eso se empezó a orientar hacia la integración del sector industrial con vías a la exportación manufacturera y a la apertura externa del mercado.

La crisis de 1962 afecto terriblemente la balanza de pagos y además se notaba el avance hegemónico de las industrias trasnacionales poniendo en peligro la autonomía de la burguesía nacional. Durante el Gobierno de Illia, con el plan Nacional de Desarrollo, que incluía la necesidad de integración de las regiones, se logró que algunas empresas exporten manufacturas a países latinoamericanos.

El análisis de la CEPAL que atribuía los problemas a la falta de ahorro que condicionaba la inversión se diferenciaba de las ideas del CONADE que atribuía la falta de divisas resultante de la diferencia entre importaciones y exportaciones. Los análisis del momento se orientaban a diversificar las exportaciones industriales y agrarias para acortar esa brecha.

Con el golpe de Estado de 1966 de la mano del general Ongania, el ministro de Economía Vasena, creía que para lograr una mejora se debía resolver el problema inflacionario, para ello devaluó la moneda y provoco un encarecimiento de los productos importados, bajo los aranceles a insumos importados y se realizaron inversiones estatales para mejorar la economía. La estrategia de Vasena era desarrollar la producción local de bienes intermedios y de capital, diversificar las exportaciones industriales, abrir los mercados para permitir la expansión de empresas locales y extranjeras, aplicar una devaluación compensada con retenciones, y a través de tipos de cambio diferenciales, otorgar subsidios a las exportaciones industriales y a las importaciones estratégicas. Seguir la línea modernizadora a través de empresas extranjeras, controlar la inflación y reprimir las demandas sociales.

El gobierno de Ongania dividía el plan en tres fases: el tiempo económico dedicado a estabilizar la economía reprimiendo y suprimiendo toda manifestación política, el tiempo social dedicado a la distribución de la riqueza y el tiempo político dedicado a la vuelta a la política una vez lograda la armonía. Las universidades fueron vistas como cuna comunista provocándose lo que se llamo luego la noche de los bastones largos el 29 de julio de 1966, en donde la policía apaleo a estudiantes y profesores de la Universidad de Buenos Aires provocando renuncias y fuga de cerebros hacia el exterior, esta ya había sido provocada durante toda la década gracias a que las empresas tradicionales no incluían en sus planes a los profesionales y técnicos que emergían. Las demandas sociales eran incontenibles lo que provoco un cambio de rumbo a fines de la década. La buena producción y venta del sector automotriz también se vio afectada en 1969 por los reclamos que dieron lugar al Cordobazo.

El cambio de planes estaba orientado a la reconversión de la industria nacional a través de inversiones publicas para aumentar su participación en la estructura económica, con programas de capacitación y mejoras en salud, educación y viviendas, fomentar el progreso científico tecnológico y lograr una distribución mas equitativa del ingreso.

En la década del 70, se implementó el "Plan de rehabilitación" para todas aquellas empresas que tenían dificultades financieras. Donde se otorgaban créditos y se condonaban las deudas fiscales e impositivas. Además muchas empresas pasaron a manos del estado para una mejor administración. Sumado a esto, hay que aclarar que las políticas aplicadas se veían desfavorecidas por el clima político y social que se venía atravesando ya que no se podían cumplir a largo plazo. El agro necesitaba mecanizarse para mejorar la producción, se aumentaron las exportaciones y se bajaron las restricciones externas. La carencia de materias primas impulso la explotación minera y también a la utilización de chatarra para las ramas siderúrgicas que llevo a ver a los ferrocarriles como un fuerte recurso de metal.

Este corto período hasta la vuelta de Perón al poder se vio caracterizado por la poca permanencia de los gobernantes que se sucedieron desde la caída de Ongania, seguida de Levingston (1970-1971), Lanusse (1971-1973) y Campora que renunció el mismo año de asumir (1973). La devaluación compensada fracasó debido al aumento de la carne, bajó el autoritarismo a través de las presiones sociales y el crecimiento desequilibrado de la economía provocaba inflación y desequilibrio externo, con su consecuente estancamiento económico y aumento de la crisis social y política. Lanusse adopto una estrategia defensiva imponiendo ciertas condiciones, la política económica era de carácter ecléctico y sin rumbo definido. Algunas obras se lograron pero la crisis de coyuntura hacía imposible el avance de la economía, además era notorio que las empresas extranjeras no resultaron las portadoras del progreso técnico como se esperaba. En 1973 Perón se inclino a la alianza defensiva integrada por los sectores populares, las pequeñas y medianas empresas, y la adhesión a ésta por parte de la burguesía industrial, en contra de los planes de estabilización y en defensa de políticas expansivas orientadas al mercado interno. El secretario de planificación, programación y coordinación económica Ber Gelbard, inspirado en sugerencias de la CGE (empresarios), dispuso un plan a través del pacto social incitado por Perón en el cual todos los sectores debían restringir un poco sus intereses y apoyar las medidas para lograr la concertación nacional. Intentando contener la inflación, mejorar la redistribución del ingreso y recuperar la independencia económica.

El plan trienal de 1973 además intentaba generar un impulso del capital nacional. La crisis del petróleo un mes después de asumir Perón llevo al congelamiento de precios y salarios, por lo que las empresas fueron fuertemente afectadas, ya que no podían trasladar la suba de los costos a los precios por el congelamiento, por lo que, muchas industrias comenzaron a tener balances negativos y crisis financieras. Luego de la muerte de Perón (1974), el plan estatal de largo plazo se volvió insostenible y no se pudo seguir su desarrollo. En 1975 se desató otra crisis, por la política implementada por el nuevo ministro de Economía: Celestino Rodrigo, para contraer la inflación que azotaba en esos momentos, con una fuerte devaluación, contención salarial y aumento de tarifas, en un país de mucha tensión social y política.

Hasta que el golpe de 1976, fue el principio del fin de muchas empresas. Martínez de Hoz el ministro de economía, entendía que, para mejorar la economía nacional se debía revalorizar el sector financiero, por ello se promovió la apertura de la economía, elimino toda protección y subsidios al sector industrial, y pedía préstamos al exterior que ofrecían una baja tasa de interés. Es decir, que con el golpe de 1976, se llevo a cabo un proceso de desindustrialización, donde la producción industrial quedo estancada. En todo el Período de stop and go la burguesía industrial se mantuvo como sector dominante, realizando un movimiento pendular entre la burguesía pampeana (liberalismo) y la alianza defensiva (populismo), ubicándose de un lado o del otro de acuerdo a sus propios intereses, logrando optimizarlos en el corto plazo, esto explica como resultaba difícil de sostener políticas a largo plazo, ya que la clase dominante del momento era imparcial y no tenía una postura hegemónica sostenida.

En cuanto a las empresas analizadas anteriormente, Opalinas tubo un buen desempeño económico el cual se extendió hasta la crisis de 1962 en donde empezó a tener serios problemas financieros que condicionaron su desarrollo, concomitantemente, Macar empezó su período de éxito económico extendiéndose hasta 1976, en donde el cambio de modelo ISI por el financiero y la apertura económica dejo ver el atraso tecnológico de ambas empresas ante la competencia externa, además de ciertas políticas arancelarias que dificultaron la importación de insumos. De maneras diferentes ambas fueron ayudadas por el Estado, Macar desde sus comienzos por las medidas arancelarias favorables a su desarrollo y Opalinas desde su crisis financiera con prestamos orientados a revertir su situación. Estas empresas en los periodos de mejor producción ocuparon la demanda que no lograban cubrir otras pocas empresas existentes logrando sustituir las importaciones de manera eficiente. Luego de 1976 todos los intentos por revertir sus situaciones lograron mantenerlas hasta la década del 90, en donde una nueva apertura del mercado quebró a Opalinas ocasionando su cierre definitivo, en cambio Macar de ser empresa productora paso a convertirse en empresa importadora de bienes.

 

 

Autor:

Sergio

CÁTEDRA ROUGIER

SEGUNDO CUATRIMESTRE DE 2011