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El humor negro y la ironía en tres obras de Enrique Buenaventura.

Enviado por magally_sanchez


    1. Justificación.
    2. Objetivos
    3. Marco Teórico.
    4. Marco metodológico
    5. Análisis del Trabajo
    6. Conclusiones
    7. Cronograma de Trabajo
    8. Bibliografía consultada

    Introducción.

    Hablar de Enrique Buenaventura (Cali, Colombia, 1925) es referirse esencialmente a un hombre de teatro. Director escénico, maestro y formador de actores, actor, dramaturgo y promotor cultural, entre otras habilidades que conciernen al espíritu; este caleño de pura cepa, aventurero desde su más temprana juventud, ha consolidado su prestigio luego de más de cuatro largas décadas de denodado trabajo, a través de las cuales sus dotes de investigador, escritor, versionista y experimentador, le han hecho brillar con luz propia en el inmenso espectro de las Artes; particularmente en el ámbito teatral.

    Sin embargo, pese a lo profuso de su obra, existe escasa información en el país sobre un aspecto puntual de la misma, léase el humor negro y la ironía; es el objetivo de este trabajo brindar, a quienes tengan la disposición de escudriñar el teatro de Enrique Buenaventura, algunas consideraciones al respecto.

    De allí, que sea éste el leit motiv de esta investigación, a efectos de optar al título de Licenciada en Artes Escénicas; el trabajo de Grado por tanto versará sobre este elemento constante, sin obviar, por supuesto, ningún otro de los que en la infinita gama de recursos que ofrece el arte escénico, ha echado mano Enrique Buenaventura, más que como fórmula liberadora de sus propias necesidades expresivas, sí como propuesta estética que propenda, además, a influir en sus espectadores con el objetivo de alcanzar los cambios sociales que tanto urgen en América Latina.

    Se intentará precisar cómo la sátira ingeniosa es una recurrencia en la obra de este dramaturgo; cómo se desprende a través de los diálogos esa disposición del espíritu que comprueba el buen o mal talante que eventualmente caracteriza nuestra idiosincrasia (la latinoamericana); cómo, sin menoscabo en defectos y virtudes, Buenaventura inteligentemente retrata las realidades, los sinsabores, las alegrías, en fin, la cotidianidad.

    Asimismo se procurará precisar cómo por vía de la burla o el sarcasmo Enrique Buenaventura nos da a entender lo contrario de lo que nos dice, y cómo exprofesamente determina a través de su obra, y no como contraste fortuito, ese carácter tan particular de los latinoamericanos.

    En este orden de ideas se revisarán específicamente tres obras representativas de la fórmula dramatúrgica propuesta por el Teatro Experimental de Cali (TEC), hechura del personaje en cuestión, en el entendido de que a Buenaventura se le reconoce el mérito de ser uno de los grandes impulsores del género dramático en Colombia, gracias a la labor desarrollada al frente del TEC.

    Justificación.

    El presente trabajo de grado, surge de una inquietud que se manifiesta por la carencia informativa que existe en el país, de uno de los exponentes más conspicuos de la dramaturgia latinoamericana y específicamente del teatro colombiano, como lo es Enrique Buenaventura.

    Se considera que este autor, a lo largo de su trayectoria artística, es un ejemplo viviente de madurez en el ámbito social, teatral y literario, en cuanto a expresión, práctica y propuesta dramática se refiere y que su conocimiento es de vital importancia para comprender al teatro contemporáneo latinoamericano.

    La investigación se centrará en los elementos que propone el autor colombiano como lo son: la injusticia social, la violencia, las masacres de los campesinos, la falsa moral por parte del gobierno etc.; los cuales utiliza para configurar obras tales como: El Menú, La Orgía y A la diestra de Dios padre.

    Dichas obras serán analizadas desde el punto de vista del humor negro y la ironía, lo que se constituye como el objeto principal de este estudio.

    Objetivo general.

    Analizar la dramaturgia de Enrique Buenaventura a través de tres obras representativas, para demostrar y reconocer que entre sus constantes se manifiesta el humor negro y la ironía.

    Objetivos específicos.

    1. Ejemplificar esa demostración y reconocimiento a través de tres obras representativas del dramaturgo.
    1. Reconocer y precisar el humor negro y la ironía como principales constantes en la obra de Enrique Buenaventura.
    2. Detectar las otras constantes presentes en las obras de este autor.
    3. Estudiar la producción dramatúrgica de Enrique Buenaventura.

    (Se hace oportuno aquí, señalar que una de las limitaciones para la presente investigación ha sido la escasa bibliografía disponible en el país tanto sobre la obra del autor como sobre el tema a abordar. Sin embargo, es el propósito de este Trabajo de Grado abrir una brecha que permita un acercamiento mas acucioso al Teatro tal y como lo concibe Enrique Buenaventura).

    6.- Marco Teórico.

    Previamente se ha indicado la escasa existencia de textos o estudios que enfoquen específicamente el tema del humor negro y la ironía, en lo que se refiere a su disponibilidad a efectos investigativos. Sin embargo, se ha logrado dar con algunos textos antológicos, que ofrecen algunas luces al respecto. Asimismo, haciendo uso de la también casi inexistente bibliografía que se dispone sobre el conjunto de la obra de Enrique Buenaventura, se procederá a elaborar una aproximación a tan interesante tema.

    Por lo pronto, se considera necesario hacer algunas precisiones respecto a qué es humor, qué se entiende por humor, y cómo distinguir humor negro de ironía. Valga entonces señalar que figurativamente se entiende por humor a la disposición del espíritu o del carácter; así se le relaciona con humorada, de tal manera que se entiende como tal al chiste, la acción graciosa, más familiarmente las bromas. De allí el verbo bromear, que según la mayoría de los diccionarios equivale a hacer bromas o chanzas.

    Mas, ¿tan escuetas acepciones pueden servir para abordar de un modo más profundo al humor negro y la ironía? Definitivamente no.

    El presente proyecto de Trabajo de Grado no tiene otra ambición que la de establecer con suficiente claridad que el humor, con todas sus variantes – valga recalcar principalmente: humor negro e ironía – como condición sine qua non de la idiosincrasia del latinoamericano va a resultar una constante, un elemento subyacente, en el sistema creativo del artista nativo de estos lares. Sólo se debe reiterar que la investigación propuesta se reducirá a la dramaturgia (tres obras seleccionadas) de Enrique Buenaventura.

    En este orden de ideas se quiere establecer, sin mayores presunciones, que Enrique Buenaventura se ocupa de su espacio y de su tiempo, entiéndase de nuestra contemporaneidad, con la independencia que le corresponde como artista, construyendo, además, un manifiesto en el que se vislumbra un horizonte que posibilita identificar una "estética social":

    (Buenaventura) parte del principio de que en América no existe una conciencia histórica de nuestra vida presente, de ahí que no existan raíces nacionales en la colectividad. Se hace necesario, pues, crear una imagen de esas raíces para que, al asimilarlas, nuestros pueblos adquieran una conciencia de sí. (Carlos José Reyes, citado por Rizk, 1987, p. 25)

    Y una de las herramientas de las que con más asiduidad echa mano Buenaventura para lograr ese propósito es precisamente el humor negro y la ironía.

    En las tres obras escogidas se puede apreciar, incluso de la manera más desprevenida, cómo Buenaventura hace uso reiterado tanto del humor negro como de la ironía para crear esa imagen y semejanza que nos pueda aproximar, entre otras muchas intenciones, a ese trillado concepto de la identidad.

    De allí que el propio Buenaventura sintetice las intenciones fundamentales de su obra, al decir:

    muestra el fracaso de la adaptación a una realidad monstruosa y exalta la afirmación humana que es la desadaptación pero, al mismo tiempo, expone las limitaciones de la desadaptación individual que no logra o no puede integrarse en la desadaptación general. (Enrique Buenaventura, citado por Reyes, 1997, p. .XXVII)

    Y en medio de este drama, que significa la existencia, el autor nos advierte sobre circunstancias como la siguiente:

    …lo nuevo brota por todas partes. El proceso de descolonización no solamente se extiende por toda África, Asia, sino que penetra en Europa y en los Estados Unidos. Los indios, los negros norteamericanos, los chicanos, los vascos, los musulmanes, los descendientes de los aztecas, los quechuas, los guaraníes, todos los pueblos sojuzgados buscan su identidad. Lo nuevo es, pues, esta búsqueda de identidad. (Enrique Buenaventura, citado por Vásquez Zawadzki, s/f, p. s/n)

    Y en medio de esta búsqueda hace su aparición el humor, mejor decir el humorismo, con toda su carga de desasosiego, por contradictorio que ello pueda resultar. Pero no se olvide que referirse al humorismo, cuando se le aborda desde una propuesta artística determinada, configura de algún modo un asunto enojoso. De allí que se encuentren ideas como las que se refieren en el prólogo de la antología "El Humor Negro 1", de Editorial Brújula, que rezan al tenor siguiente:

    El asunto del humorismo suele constituir una incomodidad insalvable en los tratados de estética. Chesterton quiso soslayarla diciendo que "intentar definir el humor demuestra falta de humor", y no es posible culparlo demasiado por esta retirada ingeniosa: desde que Galeno fundó oficialmente la teoría de los humores hasta nuestros días, pocas palabras fueron tan propicias al caos, tan laboriosamente malentendidas.

    Dos equívocos pertinaces protegen la confusión. Uno consiste en suponer que el humorismo consiste en algo así como un género literario. El otro, en confundir humorismo con buen humor.

    Pero el humorismo no es un género, sino una actitud ante el mundo que se encuentra en todos los géneros; no hay verdadera obra de arte que no la incluya de algún modo. Y no se trata de una actitud alegre: los últimos límites del humorismo lindan más con los laberintos de la desesperación que con el decorado de la felicidad convencional. En realidad, el humorismo es malhumorado, un incursor de los mismos territorios que ambicionan la úlcera, la demencia y el suicidio. (p. 9)

    Advertencia que se hace más que válida cuando se pretende analizar la obra teatral de Enrique Buenaventura; obra, además, que en su conjunto le permitirá experimentar tanto en la dramaturgia propiamente dicha como en los diferentes aspectos de la puesta en escena: dirección, actuación, escenografía y demás componentes del hecho teatral; aparte de manifestar, al decir de Patricia González:

    …una toma de conciencia del autor y un compromiso. Se empieza a hacer evidente la necesidad de un trabajo colectivo y el maestro enfrenta su trabajo creador a la crítica de los autores, experimentando en el nivel del mensaje. (Citada por Vásquez Zawadzki,. s/f, p. s/n)

    De donde surge una nueva propuesta, en la que Enrique Buenaventura explorará nuevas posibilidades, elaborando nuevos postulados; a saber:

    …el teatro sería un instrumento estético para cambiar la sociedad; el texto dramatúrgico, en el proceso de montaje del espectáculo escénico un elemento, un lenguaje entre otros; la puesta en escena a su vez se fundamentaría en la creación colectiva y la ruptura de la organización jerárquica del autor, director y actor; y la relación con el público sería una relación polémica como punto de partida para las transformaciones posteriores de las obras. (Vásquez Zawadzki, s/f, p. s/n)

    Bajo estas premisas es que se pretende abordar la dramaturgia escogida de Enrique Buenaventura, precisando que se partirá de los siguientes conceptos:

    HUMOR NEGRO: El primero que aludió a un "humor negro" fue Aristóteles. Hablando de la melancolía, la llamó "bilis negra", y dijo que en dosis adecuada es un ingrediente del genio, pero que poseída en exceso lo es de la locura. En realidad, hablar de humor negro es una redundancia: todo humorismo tiene su negrura, que se diluye o acentúa de acuerdo con el conflicto en cuestión. Tiende al gris en los moralistas al estilo de Chamfort, opuestos a una convención que propone que, en general, los humanos somos buena gente. El mecanismo de su humor podría ser llamada (sic) "realista". Consiste en decir de pronto una verdad, aunque sea parcial, de las que nuestras convenciones –que nunca nos perjudican- disimulan. Por ejemplo: "Hace siglos que la opinión pública es la más malvada de las opiniones".

    El moralista (Swift no fue, a pesar de su crueldad, otra cosa que un moralista exaltado, un moralista de la razón) no inspira escalofríos mayores; muchos esperamos que su humorismo perderá algún día la razón de ser. Hay otras víctimas que hacen más tenebroso al humorismo: el de ellas es discurrido en un territorio infernal donde no cabe la cómoda ubicación del moralista, donde el bien y el mal, la vida y la muerte, la lógica y el absurdo, se rozan y se confunden. Es el territorio de los humorismo satánico, macabro y absurdo, los rostros más crueles del humor negro.

    El concepto usual de humor negro se restringe a estas tres variantes, y había comenzado a ganar adeptos antes que el surrealismo, encabezado por Breton, lo incorporara a su cuerpo doctrinario. El humor negro constituye la expresión humorística más audaz, el alzamiento más herético contra la ley del lugar común: extiende la contradicción a los valores más venerados, los trastoca, los identifica y los anula. Tras la batalla, muchas veces es difícil saber qué se ha ganado, y distinguir al triunfador. (Prólogo a la Antología "El Humor Negro 1",1972, p.p. 10 y 11)

    IRONÍA: La ironía consiste en decir algo de tal manera que se entienda o se continúe de forma distinta a la que las primeras palabras parecen indicar: el lector, por tanto, debe efectuar una manipulación semántica que le permita descifrar correctamente el mensaje, ayudado bien por el contexto, bien por una peculiar entonación del discurso. (…) La ironía presupone siempre en el destinatario la capacidad de comprender la desviación entre el nivel superficial y el nivel profundo del enunciado. Particularmente importante es el uso de la ironía en el relato (aplicable también a la dramaturgia), cuando la superioridad del conocimiento del autor y del lector (o espectador) con relación a los personajes y a los acontecimientos en los que se ven mezclados permite disfrutar los subrayados irónicos escondidos entre los pliegues del discurso, los dobles sentidos, los equívocos o malentendidos. (Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria, 1991, p. 221) – (cursivas nuestras).

    7.- Marco metodológico

    De lo dicho anteriormente surge el entendimiento con el que se pretende abordar al humor negro y la ironía en el teatro de Enrique Buenaventura; desde una perspectiva personal, a partir de una investigación documental, así como el análisis de las obras escogidas, determinando preferentemente los elementos alusivos al objetivo en cuestión; debido a la escasa bibliografía existente en el país no se descarta el uso de entrevistas e Internet.

    8.- Análisis del Trabajo

    Se elaborará un análisis argumental e ideológico a cada una de las piezas teatrales escogidas, para establecer diferencias y semejanzas, y a partir de allí elaborar un análisis general que determine la recurrencia del humor negro y la ironía en la dramaturgia de Enrique Buenaventura.

    9.- Conclusiones

    El trabajo concluye con una serie de afirmaciones donde se verifica toda la información previamente bosquejada.

    10.- Cronograma de Trabajo

    Para ello se ha previsto un período lectivo de un semestre, bajo el siguiente esquema de trabajo:

    • Junio 2003: recopilación y revisión del material bibliográfico pertinente; reunión con el tutor.
    • Julio 2003: análisis del material bibliográfico recopilado; reunión con el tutor.
    • Agosto 2003: desarrollo del marco teórico; reunión con el tutor.
    • Septiembre 2003: elaboración del primer capítulo: "El Menú"; reunión con el tutor.
    • Octubre 2003: elaboración del segundo y tercer capítulos: "La Orgía" y "A la diestra de Dios padre", respectivamente; reunión con el tutor.
    • Noviembre 2003: desarrollo de las conclusiones y revisión final del trabajo por parte del tutor.

    11.- Bibliografía consultada para el presente Anteproyecto de Tesis

    -ARCILA, Gonzalo. Nuevo teatro en Colombia: actividad creadora y política cultural. Ediciones Ceis, Bogotá. 1983.

    -BUENAVENTURA, Enrique. Teatro Inédito. Biblioteca Familiar Presidencia de la República, Bogotá. 1997.

    -BUENAVENTURA, Enrique. TEATRO. Biblioteca Colombiana de Cultura, Bogotá. 1977.

    -BUENAVENTURA, Enrique, El Nuevo Teatro y el movimiento de la liberación cultural: Teatro-PoesíaNovela moderna, Publicaciones Colombiano, Medellín, 1980.

    -BUENAVENTURA, Enrique. Máscaras y ficciones. Cali: Universidad del Valle, 1992.

    – BUENAVENTURA, Enrique. Teatro: Bogotá: Ediciones Tercer Mundo,1963.

    " Ensayo de dramaturgia colectiva". Conjunto.43(1980):18-26.

    " El debate del teatro nacional." Conjunto 47(1981)14-23.

    -" La dramaturgia en el nuevo teatro". Conjunto. 59((1984)32-37.

    -CHESNEY Lawrence, Luis: El teatro del absurdo y el teatro politico en América Latina, Cuadernos de post Grado de la UCV, Caracas, 1994.

    -JARAMILLO, María Mercedes. Nuevo teatro Colombiano: arte y política. Medellín: Universidad de Antioquía, 1991.

    -MEJIA, Alvaro: Nueva historia de Colombia, tomo II y Tomo V. Editorial Planeta, Bogotá. 1989.

    -QUEVEDO y Otros. El Humor Negro 1. Editorial Brújula 1972.

    -RIZK, Beatriz. Buenaventura. La dramaturgia de la creación colectiva. México: Grupo Editorial Gaceta,1991.

    -REYES, Carlos José, Una Historia del Teatro Colombiano, No. 15, México, Abril- Junio 1979.

    -RIZK, Beatriz: El nuevo teatro latinoamericano, una lectura histórica. The Prisma Institute. Minneapolis. U.S.A. 1987.

    -REYES, Carlos José, El teatro de Enrique Buenaventura: El escenario como mesa de trabajo en: Teatro-E.B/v., Instituto Colombiano de Cultura, Santafe Bogotá,1977.

    -VELASCO, María Mercedes, El Nuevo Teatro Colombiano y la Colonización Cultural, Edit. Memoria, Santafe de Bogotá, Dic. 1987.

    -VAZQUEZ Zawadzki, Carlos, El Teatro de Enrique Buenaventura, y la afirmación popular, a publicarse en la revista Poligramas No 10 en Cali, Departamento de Letras, Universidad del Valle.

    -VARGAS Bustamante, Misael, compilador. El teatro colombiano. Bogotá: Ediciones del Alba, 1985.

    Recopilación de textos sobre: El teatro Latinoamericano de creación colectiva. Ediciones Casa de las Américas, La Habana. Cuba. 1978.

    Diccionario del Teatro: PAVIS, Patrice. dramaturgia, estética, semiología, prefacio de Anne Ubelsfeld Editorial Paidós. Barcelona- Aires- México, 1998. Pág 260,261.

    -Diccionario: de retórica, crítica y terminología literaria, MARCHECE Angelo y FORRADELAS Juaquin, Editorial Aiel, Barcelona, 1991.p221.

    UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

    FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACION

    ESCUELA DE ARTES.

    DEPARTAMENTO DE ARTES ESCÉNICAS.

    ANTEPROYECTO DE TESIS.

     

     

    Bertha Gloria S O