El Estilo de Comunicación como una dimensión de la Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica
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Indice1. Introducción 2. Desarrollo 3. Fuentes consultadas 4. Anexo
La problemática del estilo de comunicación ha sido estudiada por varias generaciones de investigadores, los cuales han aportado innumerables criterios desde diversos ángulos de análisis; uno de los más difundidos y polémicos tiene que ver con la clasificación de estos. La literatura científica revela algunos enfoques, teorías y modelos muy vinculados con la problemática del estilo de comunicación. Los primeros aportes se centran en el estudio sobre liderazgo realizado por Lewin, Lippit y White en 1939. En las experiencias desarrolladas por estos autores se proponían tres tipos de liderazgos: el autocrático, el democrático y el permisivo; muy consistentes en el tiempo llegando a nuestros días como los llamados estilos de comunicación clásicos, y más difundidos por la literatura especializada y en los círculos académicos en diferentes épocas. Esta clasificación de estilos ha sido asumida no por pocos autores, estudiosos y entendidos en la materia, en la actualidad forman parte inseparable de la teoría de la comunicación. En cuanto a la influencia de estos estilos en la productividad del proceso sentencia Kraftchenko, O (1989) en su trabajo sobre "Los estilos de la comunicación educativa" que no siempre son claras las diferencias, ni todos los autores han encontrado el mismo resultado, aspecto en el cual concordamos con la autora. El modelo de contingencia propuesto por Fiedler (1964) plantea que la efectividad del estilo de liderazgo depende de lo favorable de la situación de trabajo del líder, en particular de las percepciones interpersonales que condicionan determinadas actitudes entre las personas que interactúan en dicha situación. De ahí que podemos inferir dos tendencias opuestas: los líderes que se preocupan más por el estado de las relaciones interpersonales que por el éxito en la realización de la tarea y los líderes que se preocupan más por el éxito en la realización de la tarea que por el estado de las relaciones interpersonales. Hay autores que consideran a la tarea como líder en la comunicación ya que a partir de ella se establecen las relaciones y estrategias comunicacionales. González Rey, F. (1996) en su obra "Comunicación, Personalidad y Desarrollo" hace referencia a este particular. En la Teoría de Grupos operativos del psicoanalista Pichón Riviere se refuerza esta consideración. El ya mencinado modelo de contingencia aporta un procedimiento para el entrenamiento de líderes cuyos objetivos convergen en la determinación de un estilo propio por parte del líder y la modificación de las situaciones para que estos se adapten a este estilo propio en la medida en que el estilo es considerado como algo inherente a la personalidad del líder. Otra de las teorías que aborda este problema según Kraftchenko, O (1989) es la propuesta por Hollander sobre el liderazgo como proceso de transación entre el líder y el grupo, donde cada una de las partes da y recibe beneficios y recompensas. Según la mencionada autora otros enfoques sobre el problema que junto a las teorías transacionales y el modelo de contingencias ponen en evidencia, que la eficacia del líder no solo depende de su estilo sino que existe una gama de factores personales y situacionales que condicionan este fenómeno, por lo que el problema del estilo y su relación con la eficacia del proceso de dirección tienen que ser analizadas en el marco de otros factores objetivos y subjetivos que matizan dicha relación. Dentro del enfoque humanista de la teoría organizacional, Rensis Likert estudió los estilos de administración. Este autor propone una gama de estilos caracterizados por una forma particular-personal de comunicación entre el jefe y los subordinados. Estos estilos que se mueven desde una posición extrema favorable a otra poco favorable conforman niveles progresivos de desarrollo de indicadores tales como: la participación en la toma de decisiones; la apertura de los canales de comunicación ascendente, descendente y horizontal, la retroalimentación y los cuestionamientos sobre las políticas organizacionales y las decisiones. Señala Kraftchenko, O (1989) que algunos autores consideran que en la realidad es difícil encontrar estilos puros, tal y como se describen en las clasificaciones, ya que como se ha constatado una y otra vez en el proceso de dirección influyen toda una variedad de factores que condicionan la forma particular en que se combinan los distintos parámetros que conforman uno u otro estilo. Los estudiosos de la comunicación en el colectivo laboral (Casañas, A. Y L. Domínguez , 1988) proponen otra nueva clasificación de estilos, más amplia donde se encuentran combinaciones de los estilos directivo, colegiado y liberal y llegan a considerar que lo óptimo es que se adopte un estilo dinámico, sin embargo, no precisan estrategias, modelos, condiciones y parámetros.
Un análisis de lo expresado permite apuntar algunas ideas básicas La influencia de los estilos en la productividad del proceso no siempre son claras en cuanto a sus diferencias, ni todos los autores han encontrado el mismo resultado (Kraftchenko, O, 1989). El procedimiento aportado por el modelo de contingencia para el entrenamiento del líder tiene por objetivo converger en la determinación de un estilo propio en la medida en que el estilo es considerado como algo inherente a la personalidad del líder (Chemers-Mahar, 1976). El problema del estilo y su relación con la eficacia del proceso de dirección tienen que ser analizadas en el marco de los factores objetivos y subjetivos que matizan dicha relación (Fiedler, F.M, 1964). La existencia de una gama de estilos caracterizados por una forma particular-personal de comunicación entre el jefe y los subordinados conforman niveles progresivos de desarrollo de indicadores (ver indicadores en p.2) (Resis Likert, 1939). La realidad es que es difícil encontrar estilos puros, por lo que en el proceso de dirección influyen toda una variedad de factores que condicionan los distintos parámetros que conforman uno u otro estilo (Jablín, F.M, 1979) Al analizar estos cincos aspectos cabría afirmar que el estilo de comunicación de cada persona en cualquier situación de comunicación es único y diferente como único y diferente es cada persona en el sentir, pensar y actuar en el acto mismo de la comunicación; de ahí que cualquiera de las clasificaciones que se asuma va a estar permeada por el natural reduccionismo teórico, metodológico y práctico que los caracteriza, lo que lo hace dependiente únicamente del componente personológico que lo matiza, le da sentido y argumentación. En el proceso pedagógico el maestro o profesor constituye el líder de cuyo estilo depende en gran medida las características de la actividad docente, del aprendizaje de los estudiantes, así como del sistema interactivo que se produce en dicho proceso. Son muchos los autores que se han referido al estilo de dirección del maestro o profesor y en esa misma medida al estilo de comunicación. En el área de la Psicología y la Pedagogía podemos citar a Kan- Kaliks, V.A (1987); Leontiev, A.A. (1979); Kraftchenko, O, (1989); González Rey, F. (1996); Fernández González; A.M, (1997); Ortiz, E. (1998), entre otros. En esencia todos coinciden más o menos significativamente con las clasificaciones de los estilos de comunicación del maestro o profesor en su actividad docente. En esta dirección Bennett, N. (1979) en su obra "Estilos de enseñanza y progreso de los alumnos" (citado por Kraftchenko, O) propone doce estilos docentes; al respecto Fernández, M (1991) comenta que esta clasificación de estilo pone una vez más en evidencia la necesidad de contar con medios refinados que permitan constatar con objetividad la variedad y complejidad de estilos docentes, donde estén implicados no solo la forma en que el profesor conduce el proceso sino también el tipo de alumnos, las situaciones didácticas, el contexto en que se desarrolla la actividad docente y otros factores. De acuerdo con el comentario realizado por Fernández, M (1991) hacemos la propuesta de un medio que sin pretender ser refinado nos aproxima con bastante prudencia a la objetividad de un proceso matizado por la subjetividad, por lo pronto compartimos sus comentarios y ponemos a nuestra disposición el modelo, el cual consiste en una matriz de doble entrada, con indicadores y categorías. Más adelante en este trabajo podrá acceder a ella. El investigador Ortiz, E (1996) ha hecho aportes considerables con su tesis sobre el estilo de comunicación del maestro, proponiendo algunas exigencias para su labor a partir de la realidad educacional. Exigencias predominantemente socio psicológico: comunicarse con los alumnos ininterrumpidamente en la clase o fuera de ella; poseer capacidad perceptiva para detectar las imágenes que se forman los alumnos de él; valorar acertadamente las características psicológicas de sus alumnos y tenerlas en cuenta en el trato individual; responder de forma sincera y adecuada a sus estados de ánimo y comprometerse con los alumnos, brindarles confianza y seguridad. Exigencias predominantemente didácticas: estimular en los alumnos la reflexión individual; el ejercicio de criterios personales y la búsqueda de lo novedoso; desarrollar la creatividad en los alumnos por diferentes vías; promover el desarrollo de clases que motiven el diálogo, la polémica en estrecha relación con su experiencia personal; plantearse interrogantes en el transcurso de la clase que exigen respuestas con argumentos, que hagan pensar y el rigor del razonamiento lógico del contenido con la anécdota para disminuir las tensiones del auditorio. Exigencias predominantemente de oratoria: explorar óptimamente los recursos del lenguaje oral en la búsqueda de la originalidad, lo interesante, lo que mantenga la atención en el contenido (Corriele, W. 1981); utilizar los recursos no verbales en función del contenido que se expone, de modo que las inflexiones de la voz, el contacto visual, el movimiento de las manos y el cuerpo, la expresión del rostro, el desplazamiento por el aula se emplee con sabiduría y oportunidad. Esta breve presentación del estudio realizado sobre el estilo de comunicación es suficiente para comprender cuan complejo y polémico es este asunto. Tanto unos como otros autores admiten la existencia de variadas formas de implicación del sujeto en el acto comunicativo. No obstante, en ellos se observan matices interesantes que convergen con nuestras apreciaciones al considerar que el estilo de comunicación parte de una concepción personológica que refleja la concreción en la individualidad de cada sujeto; es decir, que se manifiesta en los recursos psicológicos (motivacional-afectivo-volitivo) interactivos del sujeto con las demás personas; coincidiendo con Fernández González, A.M (2002) el mismo tiende a ser consistente en el tiempo y en diferentes situaciones. A nuestro juicio de lo que se trata es de trascender las clasificaciones ya existentes, en profundizar en los criterios teóricos que las sustentan; en integrar en una plataforma teórica única el contenido del estilo de comunicación como algo inherente a la personalidad de cada sujeto en su actuación personal, independientemente al contexto donde este realiza su actividad y de las condiciones y situaciones existentes.
Ponemos a consideración de los lectores nuestras apreciaciones en torno a esta aproximación al estudio del estilo de comunicación a la luz del enfoque por competencias como cuestión que se abre paso frente a la mirada de la comunidad científica contemporánea. Desde esta visión crítica planteamos que el estilo de comunicación y la competencia comunicativa precisan ser tratados en la íntima e indisoluble relación que los une y les da sentido y complementación; advertimos sobre la necesidad de que parece razonable afirmar que es improbable lograr una verdadera competencia comunicativa al margen de un apropiado estilo de comunicación. Ponemos a consideración de los lectores nuestras apreciaciones en torno a esta aproximación al estudio del estilo de comunicación a la luz del enfoque por competencias como cuestión que se abre paso frente a la mirada de la comunidad científica contemporánea. Otro elemento que prueba dicha afirmación es lo planteado por Ortiz, E (1996) " el estilo de comunicación del maestro, su modificación y desarrollo es un indicador fundamental cuando se valora su competencia comunicativa" Para nosotros la Competencia Comunicativa va más allá del aspecto puramente lingüístico o puramente psicológico como lo defienden muchos autores; es el resultado de la integración de ambos aspectos. En el plano profesional se revela en la eficiencia del proceso. Si este proceso está ligado a la esfera educacional, entonces nos estamos refiriendo al proceso pedagógico; de ahí, la necesidad de defender y argumentar este tipo de competencia, es decir, la Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica.
Y qué es Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica; cuál es la relación existente entre la Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica y el estilo de comunicación; por qué considerar al estilo de comunicación como una dimensión de la Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica; cómo juzgar y evaluar el estilo de comunicación del maestro o profesor en su actividad pedagógica. La Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica es el estado de preparación general del maestro o profesor que garantiza el desarrollo exitoso de las tareas y funciones de la profesión en correspondencia con las exigencias y particularidades de los participantes y de los contextos de actuación escolar. familiar y comunitario (Parra Rodríguez, J y P. Más Sánchez, 2003)
Desde nuestra óptica, entender la Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica como un estado de preparación general del maestro o profesor implica asumirla como un proceso susceptible de ser moldeado, formado y desarrollado a partir de la intervención pedagógica pertinente que se expresa en diferentes niveles; presupone concordar con la idea de que la preparación general hace alusión tanto a la teórica, como a la afectiva y a la práctica; es decir, incluye la preparación psicológica, lingüística y socio-cultural. Por ello, cuando afirmamos que estamos considerando un estado de preparación general nos referimos tanto a la posesión de recursos y conocimientos que son necesarios como a la disposición para realizar eficientemente el acto comunicativo. Se hace evidente entonces que cuando hablamos de preparación general afectiva estamos considerando la forma peculiar en que el maestro o profesor se implica en el acto comunicativo. Reconocemos que esta implicación puede ser de tres maneras diferentas: orientándose con tendencia a lo positivo, a lo contradictorio y a lo negativo. Y cuando hablamos de la disposición del maestro o profesor para realizar eficientemente el acto comunicativo nos referimos exactamente a la manera personal en que este se implica en el mismo, es reconocer, detectar las preferencias y necesidades comunicativas de sus interlocutores y no solo de reconocerlas y detectarlas sino también atenderlas. Por lo tanto, para nosotros es evidente que estamos haciendo referencia al estilo de comunicación y que este es parte indisoluble e inseparable de la Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica; constituye a nuestro juicio una de sus dimensiones más relevantes.
Reconocer y detectar las preferencias comunicativas, atenderlas y hacer intentos por aproximarnos y llegar hasta lograr determinados niveles de satisfacción implica que pueda ser de tres maneras diferentes: orientarse con tendencia a lo positivo, a lo contradictorio y a lo negativo. Para juzgar y evaluar el estilo de comunicación del maestro o profesor se requiere de: Indicadores derivados de la variable estilo de comunicación; Categorías para enjuiciar dichos indicadores; Matriz para recoger la información procedente de este acto. A continuación queremos compartir nuestra propuesta, que en esencia está compuesta por indicadores y categorías provenientes de la dimensión estilo de comunicación.
Indicadores de medida | Categorías | ||
Orientación con tendencia a lo positivo | Orientación con tendencia a lo contradictorio | Orientación con tendencia a lo negativo | |
Implicarse en el acto comunicativo (IAC) | Cuando es capaz de expresar los sentimientos y demandas con claridad; manteniéndose firme, directo y con una expresión social franca, abierta, espontánea, creativa y respetuosa; lograr que se respeten los criterios de los demás. | Cuando en ocasiones se es capaz de expresar los sentimientos y demandas con claridad y en otros momentos no lo hace con la misma nitidez; es decir, a veces se torna firme, directo, franco, abierto, espontáneo, creativo, relajado; mientras en determinadas circunstancias muestra una actitud vacilante, cerrada, evasiva, tensa; viola y no respeta el espacio y criterios de los demás. | Cuando no es capaz de expresar los sentimientos y demandas con claridad; mantiene una actitud vacilante, indirecta, evasiva y tensa; de forma que no tiene de los otros lo que quiere; frecuentemente viola el espacio personal de los otros; poco espontáneo y creativo; por lo que su expresión social es cerrada y con tensiones. |
Detectar las preferencias y necesidades comunicativas (DPNC) | Cuando es capaz de percibir en el otro una expresión franca, abierta, directa; con tono de voz firme; postura relajada; ausencia de tensiones, con una elevada autoestima, en que protege los derechos y respeta a los demás; mantiene una postura corporal adecuada | Cuando en ocasiones percibe en el otro una expresión franca, abierta, con tono de voz firme, postura relajada, ausencia de tensiones, elevada autoestima, que protege sus derechos y respeta los ajenos; manteniendo una postura corporal adecuada; mientras en otras ocasiones se muestra vacilante, cerrado, con tono de voz bajo, difuso, tenso, con una baja autoestima, dejando violar sus derechos y no respetando a los demás; su postura corporal se torna inadecuada. | Cuando es capaz de percibir en el otro una expresión vacilante, cerrada, con tono de voz bajo, difuso, poco relajado, tenso; con una baja autoestima; deja violar sus derechos y no respeta se respeta el derecho de los demás, con una postura corporal inadecuada. |
Atender a las preferencias y necesidades comunicativas (APNC) | Cuando se concentra con facilidad en el tema de conversación; sintetiza e integra ideas; acepta la ambigüedad o ambivalencia de otros; está dispuesto a cambiar sus puntos de vista u opiniones a partir del razonamiento lógico con los demás; capaz de buscar métodos y soluciones innovadoras y diferentes. | Cuando en ocasiones se concentra en el tema de conversación, es capaz de sintetizar ideas, de aceptar la ambigüedad o ambivalencia de otros, mostrándose dispuesto a cambiar sus puntos de vista u opiniones a partir de razonamientos lógicos y a la vez busca métodos y soluciones innovadoras y diferentes; mientras en otras ocasiones no se concentra en el tema de conversación y le es difícil sintetizar e integrar ideas; no acepta la ambigüedad o ambivalencia de otros por lo que no está dispuesto a cambiar sus puntos de vista u opiniones a pesar de que se logra razonamiento lógico, no busca métodos y soluciones innovadoras y diferentes. | Cuando no se concentra en el tema de la conversación, le es difícil sintetizar e integrar ideas, no acepta la ambigüedad o ambivalencia de otros, por lo que no está dispuesto a cambiar sus puntos de vista u opiniones a pesar de que se logra razonamientos lógicos; no busca métodos y soluciones innovadoras y diferentes. |
Para operar con esta matriz usted puede auxiliarse de una guía de observación estructurada y un registro sobre la base de los tres indicadores establecidos y sus correspondientes categorías, en la medida en que el proceso vaya transcurriendo va vaciando la información recogida a partir de las características explicitadas en cada una de las posibles orientaciones. Si usted habilita la matriz, (que puede convertirse en un registro) de esta forma le resultará mucho más cómoda la labor a realizar. P. ej:
indicadores | Categorías | ||
O. T. Positivo | O. T. Contradict | O. T. Negativo | |
IAC | ++++ | ccc | —- |
DPNC | +++ | ccc | — |
APNC | ++ | cc | — |
En cada cuadrícula usted va vaciando los datos obtenidos según el comportamiento explícito o no: Pudiera ser de la siguiente manera; designar una simbología y a medida que vaya observando procede al llenado de la matriz. P. ej: Si decide operar con una simbología como la siguiente; para el positivo (+); para el contradictorio (c) y para el negativo (-). Si en una actividad cualquiera participa una muestra de 25 profesores o estudiantes y la totalidad debe ser ubicada en la matriz, el resultado hipotético puede ser el siguiente (observe las cuadrículas). Se dará cuenta que tiene 11 sujetos ubicados en el primer indicador, 4 en la posición más favorable, 3 en la intermedia y 4 en la más desfavorable. A partir de aquí podría realizar las lecturas correspondientes; fíjese cuantas lecturas pueden efectuarse, por indicador, por categorías, por No. de sujetos ubicados en cada caso, quién avanza más, quién lo hace en menor escala, quién avanza menos, por qué. Si le interesa conocer el nombre y apellidos de los ubicados en cada caso, entonces se auxilia del registro de datos personales. Para procesar e interpretar estos resultados es conveniente utilizar el cuadro lógico de IADOV. Este procesamiento puede hacerse de forma individual y de forma colectiva.
Primero: construye una tabla como esta, en la cual irá consignando lo siguiente:
Números | Posiciones | Letras | Valores |
1 | Orientación con tendencia a lo más positivo | a | 1 |
2 | Orientación con tendencia a lo positivo | b | 0,5 |
3 | Orientación con tendencia a lo contradictorio | c | 0 |
4 | Orientación con tendencia a lo negativo | d | -0,5 |
5 | Orientación con tendencia a lo más negativo | e | -1 |
6 | No se decide | c | 0 |
Segundo: se coloca el cuadro lógico de IADOV, sin alterar ninguno de los números, tal y como se muestra a continuación:
a | 1 | 2 | 6 | 2 | 2 | 6 | 6 | 6 | 6 |
b | 2 | 2 | 3 | 2 | 3 | 3 | 6 | 3 | 6 |
c | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 | 3 |
d | 6 | 3 | 6 | 3 | 4 | 4 | 3 | 4 | 4 |
e | 6 | 6 | 6 | 6 | 4 | 4 | 6 | 4 | 5 |
f | 2 | 3 | 6 | 3 | 3 | 3 | 6 | 3 | 4 |
Tercero: se aplica la fórmula siguiente: a(1) + b(0,5) + c(0) + d(-0,5) + e(-1) IO = IO= Índice de la Orientación N= Número de profesores que hacen la prueba. Cuarto: para realizar las lecturas se tiene en cuenta: Cuando el valor está más cerca de 1 el sujeto o grupo se orienta con tendencia a lo más positivo (OTMP) Cuando el valor está más cerca de 0,5 el sujeto o grupo se orienta con tendencia a lo positivo (OTP) Cuando el valor está más cerca de 0 el sujeto o grupo se orienta con tendencia a lo contradictorio (OTC) Cuando el valor está más cerca de –0,5 el sujeto o grupo se orienta con tendencia a lo negativo (OTN) Cuando el valor está más cerca de –1 sujeto o grupo se orienta con tendencia a lo más negativo (OTMN) Quinto: La matriz se llena y procesa a partir de las preguntas 1, 3 y 5 del cuestionario ( este cuestionario se anexa al artículo). Para su llenado vuelva a habilitar una tabla como esta para las preguntas 1 y 3 respectivamente:
NO | NO SË | SÏ | ||||||
NO | NO SË | SÏ | NO | NO SË | SÏ | NO | NO SË | SÏ |
Sexto: a esta tabla se le añade la tabla con el cuadro lógico de IADOV, con lo que se completa la información deseada para iniciar el procesamiento. Al examinar con detenimiento las aproximaciones hechas al estudio del estilo de comunicación como dimensión de la CCPP llegamos a las siguientes consideraciones generales: El estilo de comunicación del maestro o profesor precisa ser ponderado a partir de un enfoque personológico en intervínculo con la CCPP por considerarlo una de sus dimensiones más relevantes, en donde encuentra sentido y argumentación desde una posición flexible, crítica e integral. La matriz concebida para juzgar y evaluar la CCPP desde una de sus dimensiones más relevantes, el estilo de comunicación constituye una aproximación viable y factible para enjuiciar con prudente objetividad las orientaciones asumidas por los maestros o profesores en el acto de la comunicación pedagógica. El procesamiento de las diferentes orientaciones según sea el estilo de comunicación del maestro o profesor posibilita ubicar a estos desde una posición muy favorable hasta otra muy poco favorable, pasando por posiciones intermedias, lo que da una medida del nivel de implicación del docente en el acto comunicativo. Dicho procesamiento según la adaptación hecha del cuadro lógico de IADOV puede ser individual y grupal.
3. Fuentes consultadas
1-.CASAÑA MATA, A. Y L. DOMÍNGUEZ. Colectivo laboral y comunicación, CIPS- Academia de Ciencias de Cuba,1988. 2-.FERNÁNDEZ GONZÁLEZ y OTROS. Habilidades para la comunicación y la competencia comunicativa.__ p.49-56.__ En Comunicación Educativa.__ La Habana: Ed. Pueblo y Educación, 2002. 3-.FERNÁNDEZ, M. Psicología diferencial de los profesores: la complicación de los estilos docentes en las tareas de la profesión de enseñar.__Madrid: Ed. Siglo XXI, 1991. 4-.KARFTCHENKO, O. Los estilos de la comunicación educativa .__ La Habana: Ed. CEPES (UH), 1988. 5-.ORTIZ TORRES, E. Perfeccionamiento del estilo comunicativo del maestro en la enseñanza media para su labor pedagógica.__Villa Clara, ISPFV, 1997. Tesis doctoral. 6-.PARRA RODRÍGUEZ, J. y P. MÁS SÁNCHEZ. La Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica. Una aproximación al estudio de su definición.__ monografías.com, 2003. 7-.SHAW MARVIN, E. Dinámica de grupo en la comunicación humana, Ciencias Social, Carlos F. Collado y Gordon L. Dahnke, Ed. Mac Grau- Hill.
Resumen El artículo aborda una de las dimensiones más relevantes de la Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica, el estilo de comunicación. En el mismo se exponen nuestras consideraciones acerca de uno de los aspectos que ha suscitado el mayor número de polémicas entre los estudiosos y especialistas en la materia y hoy la comunidad científica se debate en el particular de sus discutidas clasificaciones, a nuestro juicio lo menos sustancial. No se trata de asumir una u otra posición al respecto, lo importante es ser consecuente con lo que se asume. Basamos nuestras apreciaciones en un núcleo teórico dado en que en esencia más que hablar de estilo se habla de la clasificación de estos. Asumimos la idea de que cada persona tiene su estilo propio de comunicarse y que cualquier ubicación que se haga está permeada del natural reduccionismo que la matiza. Defendemos el criterio de que el estilo de comunicación del maestro o profesor es un aspecto indisoluble e inseparable de la Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica. Ofrecemos nuestros argumentos en este plano de análisis; y proponemos los indicadores y las correspondientes categorías mediante las cuales los primeros pueden ser ponderados a partir del comportamiento de los sujetos, una matriz de recogida de datos y sus variantes de procesamiento.
Palabras claves Estilo de comunicación Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica Posibles beneficiarios Profesares, estudiantes e investigadores del área de la comunicación Estudiantes de la carrera de comunicación de las Universidades.
Estimado maestro o profesor estamos realizando una investigación sobre Competencia Comunicativa Profesional Pedagógica y una de sus dimensiones más relevantes tiene que ver con el estilo de comunicación del maestro o profesor. Es propósito conocer sus criterios y consideraciones al respecto, para ello solicitamos que responda este CUESTIONARIO y lo haga de la forma más sincera posible.
Muchas gracias 1.- ¿ Cómo valoras tu estilo de comunicación en relación a las influencias que ejerces en el colectivo laboral y/o estudiantil? Señale con una X las tres alternativas que mejor reflejan la situación. _____ Expresas los sentimientos y demandas con claridad. _____ En ocasiones te tornas firme, directo, franco, abierto, relajado, mientras en otras eres cerrado, indirecto, vacilante, poco creativo y tenso. _____ Violas el espacio personal de los otros, poco espontáneo y creativo con una expresión cerrada y con tensiones. _____ Percibes una expresión franca, abierta, directa, con tono de voz firme, postura relajada, ausencia de tensiones y elevada autoestima. _____ Violas el espacio personal del otro y sus derechos y no respetas los ajenos, con una postura corporal inadecuada. _____ En ocasiones percibes y muestras una expresión franca, abierta, sincera, y relajada, mientras en otras eres cerrado evasivo, distante, y frío, con tono de voz bajo y difuso. _____ Se concentra poco en el tema de conversación, se hace difícil sintetizar e integrar ideas y no está dispuesto a cambiar sus puntos de vista u opiniones a pesar de que logra razonamientos lógicos. _____ En ocasiones es capaz de aceptar la ambigüedad o ambivalencia de otros, busca métodos y soluciones innovadoras y diferentes, mientras en ocasiones no logra tales empeños. _____ Se concentra con facilidad en el tema de conversación, sintetiza e integra ideas y se muestra dispuesto a cambiar sus puntos de vista u opiniones a partir de razonamientos lógicos y fundamentados. 2.- ¿ Quisieras implicarte en el acto comunicativo con un estilo diferenta al tuyo? ______ Sí _____No _____No sé 3.- ¿ Qué es lo que más te agrada del estilo de comunicación empleado en la relación con el colectivo pedagógico y/o estudiantil? 4.- ¿ Qué es lo que menos te agrada del estilo de comunicación empleado en la relación con el colectivo pedagógico y/o estudiantil? 5.- Si pudieras escoger ¿ Tratarías de mantener tu estilo de comunicación en la relación con el colectivo laboral y/o estudiantil? ______ Sí _____No _____No sé 6.- ¿ Te interesaría implicarte en el acto comunicativo con la misma intensidad que lo has hecho hasta ahora una vez concluida las relaciones de trabajo y estudiantil? ______ Sí _____No _____No sé 7.- En caso da respuesta afirmativa en la pregunta anterior ¿ En qué forma y con qué fines te implicarías en el acto comunicativo? 8.- Tu estilo de comunicación te facilita ejercer influencias en el colectivo laboral y/o estudiantil ¿ Cómo te sientes en tal sentido? ____ Me siento muy bien. ____ Me siento más bien que mal ____ No me siento ni bien ni mal ____ Me siento más mal que bien ____ Me siento mal ____ No se que decir. 9.- Exponga tres razones que te hicieron sentir muy bien en la implicación personal e influencias que ejerces en el colectivo laboral y/o estudiantil a partir de tu estilo de comunicación.
Autor:
M.Sc Jorge Félix Parra Rodríguez
M.Sc Sonia Peña Valdés Lic. Pablo Raúl Más Sánchez