- Presentación
- Introducción
- El medio ambiente
- Cultura, educación y ciudadanía ambiental
- Importancia de la cultura ambiental
- Educación ambiental
- Propósitos de la educación ambiental
- Ciudadania ambiental
- Educación ambiental en el Perú
- Instrumentos
- Conclusiones
- Bibliografia
- Anexos
EPÍGRAFE
"Hay suficiente en el mundo para cubrir las necesidades de todos los hombres, pero no para satisfacer su codicia"
En los últimos años, el Perú viene sintiendo el impacto de los cambios ambientales globales que afectan la calidad de vida.
Es conocida la existencia y el crecimiento de estilos de vida no armoniosos entre la sociedad humana, la cultura y la naturaleza. Algunas manifestaciones de esta realidad son: la deforestación, la contaminación del agua, aire y el suelo, con consecuente pérdida de biodiversidad, incremento de desastres, y otros, que ponen en riesgo nuestra propia existencia. Somos conscientes de la necesidad urgente de cambio de estos estilos de vida, donde la educación, y particularmente, la educación ambiental, juegan un papel protagónico.
Este trabajo se ve plasmado en un libro, donde se ponen a disposición las opiniones, conceptos, conclusiones y recomendaciones sobre cultura, educación y ciudadanía ambienta.
En él encontrarás contenidos de gran importancia, él recoge el esfuerzo de conceptualizar la educación ambiental y describir el proceso evolutivo de la educación ambiental formal; que impulsa el sector educación desde hace varios años y que permite trabajar los grandes propósitos y objetivos de la educación ambiental; Por su contenido, consideramos un material de obligada lectura, que contribuirá a enfrentar la difícil tarea de consolidar la educación y cultura ambiental, aquella que hará posible que nuestros hijos vean realizados sus anhelos de vivir y heredar un ambiente sano, equilibrado y con posibilidades de desarrollo para las futuras generaciones.
El término ciudadanía ambiental busca tender puentes de participación activa y responsable entre la ciudadanía y el Estado a efectos de generar una serie de iniciativas en post del desarrollo, conservación y la gestión del medio ambiente. Ciudadanía Ambiental es el ejercicio de los derechos y deberes ambientales asumidos por los ciudadanos al tomar conciencia de la responsabilidad que tienen por vivir en un ambiente y sociedad determinados, con los que se identifican y desarrollan sentimientos de pertenencia. Se manifiesta a través de la participación activa y responsable en la toma de decisiones en procesos de gestión ambiental en los que cobra especial importancia los derechos de participación, acceso a la información y justicia ambiental, así como por medio de la realización de prácticas ambientales adecuadas a partir de los diferentes roles que desempeñan los distintos actores dentro de la sociedad.
La educación ambiental no es un campo de estudio, como la biología, química o física; es un proceso dinámico y eminentemente participativo que pretende desarrollar conciencia, actitudes, opiniones y creencias para la adopción sostenible de conductas en la población, para identificarse y comprometerse con la problemática ambiental local, regional y global. Esta educación busca promover una relación armónica entre las actividades del ser humano y su entorno, con la finalidad de garantizar la vida con calidad de las generaciones actuales y, sobre todo, futuras.
El medio ambiente son los conjuntos de componentes físicos, químicos, biológicos, sociales, económicos y culturales capaces de ocasionar efectos directos e indirectos, en un plazo corto o largo sobre los seres vivos. Desde el punto de vista humano, se refiere al entorno que afecta y condiciona especialmente las circunstancias de vida de las personas o de la sociedad en su conjunto. Comprende el conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y en un momento determinado, que influyen en la vida del ser humano y en las generaciones futuras. Es decir, no se trata sólo del espacio en el que se desarrolla la vida, sino que también comprende seres vivos, objetos, agua, suelo, aire y las relaciones entre ellos, así como elementos tan intangibles como la cultura.
El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente
CULTURA, EDUCACIÓN Y CIUDADANÍA AMBIENTAL
Cultura ambiental.- La cultura ambiental, entendida como aquella postura ante la vida que nos permite cuidar y preservar nuestro medio ambiente, es un asunto de interés para todo el mundo.
Se puede definir como el reconocimiento del paso del ser humano por la vida y su ambiente, por lo tanto, está en constante movimiento y cambio. También podemos decir, que es un producto de la acción individual y colectiva de los seres humanos. La cultura ambiental debe ser reconocida como una construcción constante que refleja el uso de los recursos naturales por el ser humano, y su grado de responsabilidad hacia el entorno.
Importancia de la Cultura Ambiental
La cultura ambiental es la cultura sobre cuidar el medio ambiente y la ecología, y es sin duda alguna el combustible para poder vivir mejor ahora y en un futuro, tratando de hacer que el planeta sea un mejor lugar para todos los seres vivos que en el habitan. Es un problema que esto se esté perdiendo, gracias a que las cosas vienen cada vez más sencillas hoy en día y la gente prefiere olvidarse de este tipo de problemas, pensando que la solución a la contaminación y al calentamiento global, si existe, se verá recién dentro de muchos años, pero la verdad es que si la gente no se concientiza al respecto, es posible que nunca se vea esta solución.
Hay problemas muy serios como el calentamiento global, el cambio climático, la contaminación del agua, la contaminación del aire y la destrucción de los ecosistemas, que son problemas que pueden llegar a erradicar la vida de las criaturas vivientes, ya sean plantas, animales o inclusive la misma humanidad.
Adquirir una cultura ambiental no es para nada un proceso difícil y los cambios que hay que hacer son aún más simples, cambios que no influirán de modo notorio en nuestro estilo de vida, pero que garantizan un mejor futuro para todos, por lo que de ser posible, hay que tratar de contagiar este espíritu a toda la gente posible.
Antecedentes históricos:
El término Educación Ambiental, tiene su origen a fines de la década de los años 60 y principios de los años 70, período en que se muestra más claramente una preocupación global por las graves condiciones ambientales en el mundo, por consiguiente, "la educación ambiental es hija del deterioro ambiental".
Sin negar de ninguna manera el surgimiento de la educación ambiental desde la época antigua, situaremos sus orígenes en los años 70, debido a que en este período empieza a ser tomada en cuenta con mayor fuerza en diversos foros a nivel mundial; aunque antes ya se habían dado algunas experiencias de manera aislada y esporádica.
Definición
Es el proceso de reconocer valores y aclarar conceptos para crear habilidades y actitudes necesarias, tendientes a comprender y apreciar la relación mutua entre el hombre, su cultura y el medio biofísico circundante. Su meta es procurar cambios individuales y sociales que provoquen la mejora ambiental y un desarrollo sostenible.
Objetivos
Los objetivos definidos de educación ambiental son:
1. Toma de Conciencia: ayudar a las personas y grupos sociales a adquirir mayor sensibilidad y conciencia del ambiente en general y de sus problemas conexos.
2. Conocimientos: ayudar a las personas y grupos sociales a adquirir una comprensión básica del ambiente en su totalidad, de los problemas conexos y de la presencia y función de la humanidad en él, lo que entraña una responsabilidad crítica.
3. Actitudes: ayudar a las personas y grupos sociales a adquirir valores sociales y un profundo interés por el ambiente, que les impulse a participar activamente en su protección y mejoramiento.
4. Aptitudes: ayudar a las personas y grupos sociales a adquirir las aptitudes necesarias para resolver problemas ambientales.
5. Capacidad de evaluación: ayudar a las personas y grupos sociales a evaluar las medidas y los programas de educación ambiental en función de los factores ecológicos, políticos, económicos, sociales, estéticos y educacionales.
Propósitos de la Educación Ambiental
Un propósito básico de la educación ambiental es lograr que las personas y la colectividad comprendan la naturaleza compleja del ambiente que resulta de la interacción de sus aspectos: físicos, biológicos, sociales, culturales, económicos, etc. y obtener conocimientos, valores y habilidades prácticas para participar activamente en la prevención y solución de los problemas ambientales y en la gestión de la calidad ambiental.
Otro propósito de la educación ambiental es dotar a los individuos con:
a. Conocimientos y habilidades necesarios para investigar y analizar la información disponible y luego comprender los problemas ambientales
b. Capacidades necesarias para involucrarse activamente en la solución de problemas presentes y la prevención de problemas futuros.
c. Habilidades para garantizar un adecuado proceso educativo continuo.
Para el logro de estos propósitos y objetivos, la educación ambiental deberá:
a. Considerar el ambiente en su totalidad, es decir, con sus componentes básicos como son: ambiente natural (proveniente de procesos naturales) y ambiente cultural (creados por el hombre).
b. Constituirse en un proceso continuo y permanente, a todo nivel, a través de la enseñanza formal, no formal e informal.
c. Aplicar un enfoque interdisciplinario, sistemático, aprovechando los conocimientos, capacidades y actitudes, de modo que se adquiera una perspectiva global y equilibrada acorde a nuestra realidad.
d. Priorizar los principales problemas ambientales locales, regionales, nacionales e internacionales; de modo que los educandos y personas interesadas descubran sus causas y consecuencias, y se comprometan con sus soluciones.
e. Lograr que los problemas ambientales se consideren prioritarios o de importancia para la formulación de instrumentos como planes, programas, proyectos, etc. en diversos niveles institucionales y de gobierno.
f. Promover la cooperación local, nacional e internacional para la prevención y solución de los problemas ambientales.
g. Promover que los estudiantes descubran las causas y consecuencias de los problemas ambientales y lograr su participación activa en sus experiencias de aprendizaje, dándoles la oportunidad de tomar decisiones y participar en su solución.
Si un ciudadano es responsable de sus actos, solidario con su grupo, honesto consigo mismo y con los demás, y se compromete con la equidad y la justicia, es porque se identifica con los demás y se siente parte del mismo grupo. Entonces, éste tendrá los elementos básicos para estar en condiciones de Participar en la vida social, dando forma y sentido a sus relaciones y expectativas.
Por lo mismo, educar para la ciudadanía ambiental implica combatir contra una serie de elementos contradictorios que existen en el orden en que nos desempeñamos como sujetos sociales, que nos influye sobre cómo actuar en relación con el ambiente. En esta línea, y con respecto a la crisis ambiental, se alzan voces que advierten que no estamos ante una simple crisis ambiental, sino ante una crisis de sentido de la vida misma, ante una crisis de valores. Dicho de otro modo, es consecuencia de otra enfermedad más profunda, la moral. Analógicamente, podemos decir que son picos de fiebre de una sociedad verdaderamente enferma, con problemas de avaricia, de gente que no se auto controla y busca el interés desmedido a costa de lo que sea. Es innegable que esta modernidad individualista y materialista (no me refiero a la ideología), ha expandido enormemente la capacidad de elección y consumo.
En países desarrollados y en pequeña proporción en nuestro país, vivimos en una era de posibilidades de la mano de nuevas tecnologías, que parecen abrirnos cualquier puerta. ¿Y todo a costa de qué?, ¿acaso no es, a costa de la explotación desmedida de las riquezas de la naturaleza? Sino, miremos nuestros bosques, talados a diestra y siniestra, la contaminación en Raura (Lauricocha), en la Oroya y otros lugares a lo largo y ancho de nuestro país.
Frente a este panorama, ya no sólo se sugiere, sino, se insiste en que es hora de volver a la senda del orden, del ahorro, de la austeridad y en un variado orden de cosas más.
A modo de comentario, en la Década de los 40' cuando se introdujeron los fertilizantes en la agricultura, se vendió la idea, de que se terminaba el hambre sobre la faz de la tierra; 70 años después, caemos en la cuenta de lo mucho que hemos envenado nuestro planeta y de lo sano que es comer un producto con abono orgánico. Es cierto, hay que volver al orden. La cuestión es cómo. Porque, si es cierto que estamos ante una crisis de valores, lo lógico es que vayamos a buscarlos a los depósitos de sentido, al lugar donde surgen. Si se puede decir que esta crisis ambiental, es provocada por el mismo hombre, por individuos avariciosos, ávidos de bienes exclusivos, se puede afirmar que la resolverán personas íntegras, sobrias responsables, capaces de compartir. Un líder religioso actual decía: "Quizás nunca como ahora la sociedad civil comprende que sólo con estilos de vida inspirados en la sobriedad, en la solidaridad y en la responsabilidad es posible construir una sociedad más justa y un futuro mejor para todos" Pero la duda persiste. ¿En qué mercado se compra sobriedad?, ¿Dónde cotiza la solidaridad? ¿A qué precio está la responsabilidad? Un libro de texto, como el que reparte el gobierno, ¿puede formar en la adhesión a una causa noble? ¿Una asignatura puede lograr que alguien asuma responsabilidades o sea honesto? No hay mercado para estos bienes. Entonces, ¿dónde?, en la familia, que es célula básica de la sociedad, es la fábrica de valores. Es la familia la que enseña responsabilidad, esfuerzo, austeridad, solidaridad con los demás y con nuestro planeta, en el hogar de todos. No son políticos los que hacen ciudadanos morales, honestos, trabajadores; es la familia. Es en el seno familiar donde aprendemos a amar, proteger y conservar nuestro mundo.
Hemos seleccionado algunos principios básicos de la educación ambiental, que consideramos tener en cuenta:
1. Considerar el ambiente en forma integral, es decir, lo natural y lo construido, no sólo los aspectos naturales sino los tecnológicos, sociales, económicos, políticos, morales, culturales, históricos y estéticos.
2. Asumir un enfoque interdisciplinario para el tratamiento de la dimensión ambiental, (no es patrimonio del área de CTA, ni ella la única responsable de velar por el cuidado del planeta) que se inspira en el contenido específico en cada disciplina para posibilitar una perspectiva holística y equilibrada.
3. Tratar la temática ambiental desde lo particular a lo general; (es decir, observando y accionando desde su realidad para conocer otras realidades) para que los estudiantes se formen una idea de las condiciones ambientales de otras áreas, que identifiquen las condiciones que prevalecen en las distintas regiones geográficas y políticas, además de reflexionar sobre las dimensiones mundiales del problema ambiental, para que los sujetos se involucren en los diferentes niveles de participación y responsabilidad.
4. Promover el conocimiento, la habilidad para resolver problemas, la clasificación de valores, la investigación y evaluación de situaciones en los estudiantes y en la población.
5. Evaluar las implicaciones ambientales en proyectos de desarrollo.
6. Gestionar la cooperación local, nacional e internacional, para la prevención y la solución de los problemas ambientales.
Por otro lado, es necesario promover una "cultura de resistencia" (sin violencia), es decir, la educación ambiental debe cuestionar los actuales modelos de desarrollo, pues éstos son los responsables del deterioro ecológico y social que viven los países como el nuestro, en vías de desarrollo.
EDUCACIÓN AMBIENTAL EN EL PERU
Para hablar de educación ambiental en el Perú, es necesario promover el compromiso de las instituciones, pero fundamentalmente de las personas, pues el asumir una actitud ambientalista, permitirá a los individuos y grupos sociales; una acción informada y decidida a favor de entorno y hacia una sociedad sostenible, basada en los contextos vitales de la persona: hogar, trabajo, escuela, diversión y comunidad… La calidad de vida es el objetivo común de gobiernos y poblaciones. A inicios del siglo XXI, se reconoce que uno de los obstáculos más importantes para el mantenimiento o la mejora dela calidad de vida es el deterioro de los sistemas vitales, de los que depende la existencia de la especie humana en el planeta, tales como: mares, lagos, lagunas, pastizales, nevados, ríos, aire, suelo, etc.
El efecto invernadero, el agujero en la capa de ozono, la desertificación, el agotamiento de los recursos, la pobreza, el reparto injusto de la riqueza, la desigualdad en las relaciones entre los pueblos, que cada día se expresan en movilizaciones, necesidades no satisfechas, porque las transnacionales se apoderan de los recursos y a los pobladores sólo les queda la migaja; son sólo algunos de los graves problemas que hacen no viable, para muchas personas, o amenazan, el disfrute de una vida digna. La percepción social es que nos enfrentamos a realidades casi incomprensibles y por lo tanto, no manejables. La respuesta más común es el desconcierto, la inhibición, la inacción frente a la realidad, ¿acaso los seres humanos reaccionamos sólo cuando los hechos están consumados? Resolver los problemas ambientales o, mejor aún, prevenirlos, implica la necesidad de ir cambiando cada acción, de manera que se modifiquen los efectos de nuestra actividad individual y colectiva, para obtener un nuevo ordenamiento de fuerzas encaminadas en una dirección distinta: La sostenibilidad.
Tradicionalmente, las instituciones han utilizado instrumentos de carácter normativo, disuasivo y coercitivo como las regulaciones legales, la vigilancia, las sanciones y las penalizaciones económicas para garantizar la protección ambiental y evitar acciones perjudiciales o inadecuadas.
Estos mecanismos resultan necesarios, y debe trabajarse en su desarrollo y mejor aplicación, sin embargo, su uso exclusivo no asegura la adopción informada y aceptada, por parte de la población, de actitudes y comportamientos pro-ambientales.
Por eso, es indispensable el desarrollo de otros métodos basados en el aprendizaje social, la responsabilidad, la participación y la experimentación. De forma general, pueden indicarse cuatro tipologías de instrumentos de educación ambiental:
a) Información y comunicación
b) Formación y capacitación
c) Participación
d) Investigación y evaluación
a) Información y comunicación
A través de la información, se trata de dar a conocer hechos, situaciones o procesos, haciéndolos llegar al público de forma comprensible. Con la comunicación se pretende, además, conseguir una determinada actitud, provocar una reacción o motivar un determinado comportamiento en los receptores, ofreciendo argumentos o valoraciones que apoyen una posición dada. Así, los sistemas informativos son unidireccionales, mientras que los comunicativos son bidireccionales.
La información ambiental debe ofrecerse con suficientes garantías de veracidad y rigor científico. Por ello, una fundamental herramienta de trabajo es la elaboración de información actualizada, fiable, contrastada, accesible, comprensible y utilizable, que sea puesta a disposición de
todos aquellos grupos y personas implicadas o sencillamente interesadas en un determinado asunto.
La información ambiental que disponen las diferentes instituciones, deben ser accesibles al público en aplicación de la Ley N° 27806, Ley de Transparencia y Acceso a la Información.
La comunicación ambiental, por su parte, debe ser un proceso de interacción social que ayude a la población a entender los factores ambientales clave y sus interdependencias, pero que posibilite también la realimentación y la respuesta ciudadana constructiva.
Los medio de comunicación social tradicionales (prensa, radio y televisión) han desempeñado un papel muy importante no sólo en la aproximación del gran público a la información ambiental, sino también en la creación de una cierta conciencia colectiva sobre estos temas
Las posibilidades del internet y las tecnologías multimedia son un gran recurso para la comunicación ambiental, especialmente en determinados sectores de población, por ejemplo, los jóvenes.
Los programas de comunicación tienen que dirigirse a metas con relevancia social y ambiental.
Deben evitarse las campañas intrascendentes, superficiales, sin fines claros o de tipo "propagandístico".
b) Formación y capacitación
Desde una perspectiva abierta, se entiende por educación el trabajo sistemático en torno a hechos, ideas, habilidades, técnicas y valores
que permite a la persona ir configurando una visión del mundo y de su propio lugar en él. Así, es necesario identificar y formalizar el conjunto de conocimientos, capacidades y valores que se consideran esenciales en la educación para un desarrollo sostenible.
Un enfoque educativo integrador debe conciliar lo cognitivo y lo afectivo. El aprendizaje es más que una cuestión intelectiva, es un fenómeno que implica a la persona entera, incluyendo los valores, afectos y emociones que dan sentido a los conocimientos; por eso, la educación no es meramente información, sino formación.
El desarrollo de una acción educativa exitosa requiere tener en cuenta las concepciones, conocimientos, valores y comportamientos previos de las personas. El trabajo con actitudes y valores debe dirigirse a la clarificación e integración de los mismos, de tal modo que se alcance una comprensión adecuada de las consecuencias socio ambiental de las posturas y opciones personales y de las pautas culturales en las que se vive.
Hay que profundizar en el desarrollo de métodos didácticos que fomenten las capacidades de pensamiento y análisis crítico, de observación y experimentación, de investigación, de discusión de alternativas y de participación democrática. Es necesario poner en práctica, tanto en el aula como en el resto de contextos sociales, estrategias de aprendizaje activo, basadas tanto en modelos (simulaciones, juegos de roles, etc.) y en el estudio de casos, como en la aplicación práctica del aprendizaje y en la investigación – acción.
La educación formal constituye un marco estructurado que ofrece oportunidades para un aprendizaje progresivo, que no es posible garantizar en otros contextos. Tienen especial interés las iniciativas educativas que, por su carácter ejemplarizante y dinamizador en su ámbito local, inciden más allá de las propias aulas
Aunque el sistema educativo formal es el ámbito en el que probablemente se han invertido más esfuerzos y durante más tiempo, presenta aún carencias significativas. Es aconsejable ampliar y mejorar la formación ambiental; no puede centrarse sólo en ciertos niveles educativos, como todavía ocurre hoy, sino, debe extenderse desde la educación infantil a la formación universitaria, atravesando todas las disciplinas y ámbitos curriculares.
En la educación no formal queda un enorme trabajo por hacer. La integración de la educación ambiental en los sistemas de formación para el empleo y de formación continua (escuelas taller, casas de oficios, cursos de reciclaje y especialización, etc.) es básica para alcanzar a un importantísimo grupo de población que, además constituye el grueso de los trabajadores manuales o técnicos del país.
Sin embargo, es necesario incidir en la formación de todo profesional, dado que cualquier actividad tiene consecuencias ambientales directas o indirectas.
Debe ser una capacitación adoptada a las posibilidades de un público no especialista, a la vez que rigurosa y relevante.
La construcción del sentido de responsabilidad colectiva hacia el entorno y de un comportamiento social orientado hacia el uso sostenible de los recursos, se hará en buena medida, con las aportaciones personales desde los respectivos puestos de trabajo.
La capacitación debe ser entendida como una formación continua, adaptable a las exigencias que se deriven de los actuales problemas socio ambientales y de los retos que habrá que afrontar en el futuro. Se trata de un "saber hacer" que requiere motivación, concienciación y la adquisición de conocimientos, habilidades y técnicas útiles para actuar.
Participación
La participación es el proceso de compartir decisiones sobre los asuntos que afectan a la vida personal y de la comunidad en la que se vive. De forma específica, la participación ambiental es un proceso que posibilita la implicancia directa en el conocimiento, valoración, prevención y mejora de los problemas ambientales.
La participación pública es un instrumento esencial de la educación ambiental. Posibilita profundos cambios personales y sociales, pero es además, un componente imprescindible para la construcción de un desarrollo sostenible.
Proporciona un aprendizaje práctico en contacto directo con la realidad, al tiempo que favorece la clasificación y creación de valores, la discusión de alternativas, la adquisición de capacidades y competencias para actuar sobre los problemas y el entrenamiento de hábitos cívicos para la profundización democrática.
Este instrumento es reforzado por la necesidad de elevar las cotas de responsabilidad de las personas como miembros de una comunidad. La construcción de la cultura de la sostenibilidad debe entenderse como un proceso colectivo de integración de múltiples aportaciones de individuos, colectivos, empresas, instituciones y entidades ciudadanas.
Existen diferentes formas y grados de participación, que oscilan desde fórmulas de participación superficial y pasiva como la mera exposición a información pública de los proyectos a la consulta, a través de encuestas o sondeos, de las demandas sociales hasta propuestas de participación profunda y activa, orientadas a la toma de decisiones y el control ciudadano de la gestión pública.
Para una real participación, es necesario desarrollar y mejorar los canales ya existentes, así como crear otros nuevos que faciliten a la ciudadanía su colaboración y le demuestren la utilidad y relevancia de su esfuerzo. Los canales de participación deben permitir opinar, debatir, proponer, disentir, etc. sobre las políticas y planes que hacen posible llevar a cabo, de manera efectiva, las acciones de mejora de la gestión ambiental. La participación tiene, así, una vertiente instrumental que hoy, aún es deficiente, convirtiendo en estériles muchos esfuerzos educativos, que han conseguido crear personas concienciadas, pero frustradas en un impulso de actuar.
La participación supone también un aprendizaje. Probablemente la manera más práctica y directa de conseguirlo es propiciar la implicación de las personas en proyectos de mejora del entorno promovidos preferentemente desde la comunidad, que se conviertan en espacios para el entrenamiento en la acción, suministren criterios de evaluación y constituyan experiencias enriquecedoras.
e) Investigación y evaluación
Uno de los más importantes factores que adolece la educación ambiental en nuestro país es la falta de tradición investigadora. Los principales ámbitos en los que se hace necesaria la investigación son:
La identificación y caracterización de los problemas ambientales y sus causas.
Las relaciones entre las personas y su entorno (aspectos psicológicos y sociológicos).
Las estrategias posibles de intervención
Además de ampliar el conocimiento de los problemas, se necesita mejorar la comprensión sobre la influencia de las acciones humanas en contextos y sobre conflictos socios ambientales concretos. Pero también sobre cómo dichas acciones están influenciadas por la
información disponible, las actitudes y valores personales y las normas sociales. Es especialmente importante dedicar mayores esfuerzos a entender los mecanismos por los cuales las personas, los grupos y las comunidades deciden adoptar comportamientos y estilo de vida pros ambientales y que métodos, recursos e instrumentos son más adecuados para catalizar estos procesos.
Cada vez es más necesario contar con información, científicamente rigurosa y socialmente relevante, que pueda orientar el diseño y la puesta en marcha de intervenciones educativas más eficaces: ayudando a mejorar objetivos, a seleccionar contenidos y mensajes significativos y a elegir estrategias más apropiadas.
El fomento de la investigación en este campo debe convertirse en un objetivo prioritario. Debe ser asumido por las instituciones, como también por las entidades privadas, particularmente por las fundaciones y proyectos y actividades sociales de entidades financieras que apoyan la investigación a través de ayudas y becas.
Es importante poner en marcha la investigación desde una óptica integradora que ayude a superar las aproximaciones disciplinares compartiméntales y con enfoques prácticos. En este sentido, es aconsejable un planteamiento de investigación-acción, abierto a la participación y a la reflexión sobre su propia práctica, que permita generar nuevos conocimientos teóricos al tiempo que se aplica a la resolución de problemas concretos.
Dado que todos los problemas ambientales tienen un importante componente social, deben considerarse prioritarias las líneas de investigación encaminadas a la búsqueda de fórmulas de resolución de conflictos, de métodos de mediación y de nuevos cauces y mecanismos de participación.
Toda investigación debe contemplar una fase de divulgación de los resultados obtenidos, tras realizar las adaptaciones necesarias para
Hacerlos accesibles a diferentes grupos destinatarios. Así, deben habilitarse los medios que faciliten la comunicación y el intercambio entre investigadores, pero sobre todo, entre investigadores, gestores y educadores ambientales.
La evaluación es un elemento fundamental de la acción educativa y debe tenerse en cuenta desde su misma concepción. Consiste en un recojo sistemático de información, cualitativa y cuantitativa, en todas las fases de una intervención: el diseño, la organización, el desarrollo y la finalización. La evaluación alimenta el propio proceso, contribuye a redefinirlo sobre la marcha, y permite valorar sus resultados.
Cualquier aspecto de la intervención educativa es susceptible de ser evaluado: programas, campañas, contenidos curriculares, materiales didácticos y otros recursos, métodos, situaciones promotoras, etc. Para facilitar esta tarea, debe investigarse en el desarrollo de indicadores e instrumentos de evaluación específicos que, tras una fase de experimentación y homologación, puedan ponerse a disposición de los equipos evaluadores.
1. La educación ambiental debe estimular la solidaridad, la igualdad y el respeto a los derechos humanos, valiéndose de estrategias democráticas e interacción entre las culturas"
2. "La educación ambiental no es neutra, sino ideológica. Es un acto político, basado en valores para la transformación social
3. Formar alianzas estratégicas entre los gobiernos de distintos niveles.
4. Adaptación a los cambios previa planificación con la ciudadanía.
5. Que los gobiernos de turno administren mejor los recursos del Estado y direccionar parte de ellos a este tema.
6. Realizar campañas para forestación y reforestación en nuestra región con participación de toda la ciudadanía.
7. Firmar compromisos estratégicos con los candidatos a los gobiernos de turno con respecto al medio ambiente
http://diariolaregion.com/web/2013/08/14/mejorar-la-calidad-de-la-educacion-y-fortalecer-el-enfoque-ambiental-en-comunidades-achuar/
http://culturambiental2012.blogspot.com/2012/11/cultura-ambiental-y-la-educacion.html
Plazas disponibles para el curso «Interpretación y Educación Ambiental» en Orellana la Vieja
http://chulucanasnoticias.com/chulucanas-sera-sede-del-v-congreso-regional-de-educacion-ambiental-crea-2014/
http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Educacion-Ambiental/La_realidad_de_la_Educacion_Ambiental_en_Latinoamerica
http://www.monografias.com/trabajos101/orientaciones-implementacion-politica-nacional-educacion-ambiental/orientaciones-implementacion-politica-nacional-educacion-ambiental
DEDICATORIA
Este trabajo está dedicado a nuestros padres por apoyarnos en todo momento, por sus consejos, sus valores, por la motivación constante que nos han permitido ser personas de bien.
Al Instituto Superior Tecnológico Publico Argentina, alma mater de la Ciencia y tecnología porque nos están formando para un futuro como Técnico de Contabilidad.
AGRADECIMIENTO
Agradecimos a Dios por permitirnos cumplir con nuestras metas en nuestra formación profesional, a nuestros padres que son los pilares importantes que día a día nos demuestran su cariño y apoyo constante y a todos los las personas; quienes con sus aportes contribuyen al cambio de actitud y de conciencia ambiental.
Autor:
Escate Arredondo, Diana Carolina
Aguilar Coris, Magdalena Clecia
EDUCACIÓN AMBIENTAL
APLICANDO EL ENFOQUE AMBIENTAL HACIA UNA EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE
INSTITUTO SUPERIOR TECNOLÒGICO PÚBLICO "ARGENTINA"
"CULTURA, EDUCACIÒN Y CIUDADANIA AMBIENTAL"
TRABAJO QUE EN LA UNIDAD DIDACTICA DE AMBIENTE
III SEMESTRE-C
LIMA 2015