- Introducción
- Contexto histórico y político. La caída de Constantinopla, 1453
- El Corán y el Islam
- El cristianismo y el Islam
- Los ideales en el Tirant lo Blanc
- El Tirant lo Blanc y el arte militar
- La estrategia militar en el Tirant lo Blanc
- Bibliografía
- Webgrafía
-¡Válame Dios! —dijo el cura, dando una gran voz—. ¡Que aquí esté Tirante el Blanco! Dádmele acá, compadre; que hago cuenta que he hallado en él un tesoro de contento y una mina de pasatiempos. Aquí está don Quirieleisón de Montalbán, valeroso caballero, y su hermano Tomás de Montalbán, y el caballero Fonseca, con la batalla que el valiente de Tirante hizo con el alano, y las agudezas de la doncella Placerdemivida, con los amores y embustes de la viuda Reposada, y la señora Emperatriz, enamorada de Hipólito, su escudero. Dígoos verdad, señor compadre, que, por su estilo, es éste el mejor libro del mundo: aquí comen los caballeros, y duermen, y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte, con estas cosas de que todos los demás libros de este género carecen. Con todo eso, os digo que merecía el que le compuso, pues no hizo tantas necedades de industria, que le echaran a galeras por todos los días de su vida. Llevadle a casa y leedle, y veréis que es verdad cuanto dél os he dicho.
Don Quijote de la Mancha, Cap. 6. Miguel de Cervantes "Es éste el mejor libro del mundo", escribió Cervantes de Tirant lo Blanc y la sentencia parece ahora una broma. Pero lo cierto es que se trata de una de las novelas más ambiciosas, y, desde el punto de vista de su construcción, tal vez de la más actual entre las clásicas.
Carta de batalla por Tirant lo Blanc. Mario Vargas Llosa
El autor de Tirant lo Blanc, Joanot Martorell, fue un caballero de la baja nobleza valenciana. Nació, probablemente, en Valencia entre 1405 y 1410 y murió hacia 1465. Nacido en los últimos años del reinado de Martí l 'Humà, fue testigo de la introducción de la dinastía castellana de los Trastámara en la Corona de Aragón con la figura de Fernando de Antequera (1412-1416), después de la extinción de la dinastía de Barcelona tras la muerte de Martí l"Humà en 1410, y de los primeros años del reinado de Joan II (1458-1479). Sin embargo, su vida transcurre sobre todo durante el reinado de Alfonso el Magnánimo (1416- 1458).
Joanot Martorell es heredero de la tradición literaria medieval catalana y la incorpora a la novela de la misma manera que incorpora a sus contemporáneos: resulta muy visible la presencia de Ramon Llull y su Llibre de l'Orde de Cavalleria en la primera parte de la novela.
La caballería nació del oficio de las armas y tal carácter militar nunca se perdió, pero se revistió de un ideal de conducta válido tanto para la paz como para la guerra y basado en virtudes como el coraje, la lealtad, la liberalidad y la cortesía. El ideal caballeresco está plasmado en las novelas corteses de Chrétien de Troyes, en los tratados al estilo del Llibre de l"Orde de Cavalleria de Ramon Llull, e incluso en la concepción eclesiástica de los tres órdenes de la sociedad feudal (oratores, bellatores, laboratores), que combinaron la tradición guerrera con aspiraciones aristocráticas y los valores cristianos.1
En Tirant lo Blanc, Martorell imagina un mundo dominado por el noble juego de las reglas del honor de la caballería: la defensa de la justicia convertida en el principal objetivo de su existencia. El personaje escogido para desarrollar esta concepción del mundo es un joven caballero bretón que entra en escena dormido y cabalgando en su caballo. Es un personaje consciente de que una misión superior le espera: está convencido de que su destino está en su entrada en la caballería.
Así lo confiesa a un ermitaño con el que se encuentra junto a una fuente donde el caballo se acerca para beber agua. La conciencia de querer formar parte de este selecto grupo de hombres se vuelve dramática cuando el ermitaño le explica que todo lo que necesita saber sobre el arte de la caballería ya ha sido escrito. Es decir, el mito de la caballería y su modelo de vida se relacionan con la lectura de libros que hablan sobre la Mesa Redonda del rey Arturo. De la misma manera, el protagonista, el joven Tirant, comprende que la caballería es un camino per alcanzar la fama, una manera de encontrar su lugar en el mundo medieval.
Tirant lo Blanc ofereix un currículum vítae que respon a una realitat del segle XV, on són tan freqüents els casos de joves que feren de cavallers errants i, adquirit així prestigi, esdevingueren capitans que comandaven grans exèrcits de terra o estols de mar.2
Desde ese momento, sus aventuras se convertirán en un ejercicio de interiorización de los valores de la caballería, unos valores que en el siglo XV pronto quedarían relegados a la existencia en los libros como testigos del tiempo pasado. La idea de Martorell es simple: sacar de la literatura estos valores y convertirlos en la base de una nueva vida social. No es exagerado pensar que Martorell escribió su obra basándose en lo que el soñaba con llegar a ser y nunca consiguió.
És el Tirant lo Blanc un llibre d"heroi del qual ha estat creat copiant un tipus d"home que existia i actuava al voltant de l"escriptor, el qual en més d"un moment de la seva vida visqué el lluït ambient en què situa alguns capítols de la se va novel·la i que, quan havia de lluitar amb els seus de les mateixes característiques que les que vestia Tirant quan junyia. autèntica enemics, els trametia lletres de desafiament idèntiques a les que fa escriure als seus personatges de ficció i cobria el seu cos amb armadures de les mateixes característiques que les que vestia Tirant quan junyia.3
Por eso Tirant es un héroe de ficción de carne y hueso que está rodeado de personajes cotidianos, es decir, personajes con sentimientos y defectos. El joven bretón ejecuta sus acciones bajo la sospecha de vivir una ficción en la que está rodeado de elementos cotidianos: el sexo, la envidia, la crueldad y la ambición. Martorell nos presenta el mundo tal como era en aquella época, creando un mundo literario realista y alejado del mito del Mediterráneo. Así, podemos presenciar la vida de un hombre en lucha consigo mismo, situado en el centro de un grupo de mujeres (Carmesina, la Vídua Reposada, Ricomana y Estefania) que marcarán su existencia.
Tirant se da a conocer en fiestas cortesanas y combates en Inglaterra, se convierte en general de las fuerzas armadas que socorren la isla de Rodas y el imperio griego, que se defiende contra la invasión de los turcos y, después de una larga campaña en el Magreb vuelve a Constantinopla, donde muere.
Tras sus gestas Tirant ya no es un caballero cualquiera, ahora es conocido por todo el mundo. La extensa narración -algunos críticos hablan de la existencia de un conjunto de novelas dentro de una sola novela- ofrece un conjunto de descripciones de procedimientos y recursos militares, armas de guerra y movimientos de tropas propios de la época y que ayudan a comprender la gran pericia de Tirant como estratega, tanto en combates terrestres como marítimos Así es como la novela llega a convertirse en un valioso documento de la época.
Ahora bien, el Tirant ha sido calificado por Vargas Llosa como "novela total" porque puede ser leída desde múltiples claves: como novela de aventuras, novela erótica, histórica, militar, psicológica, etc. En lo referido, por ejemplo, a lo militar, Riquer ha descrito exactamente cómo debía ser el armamento empleado en desafíos reales por el caballero Martorell, lo que viene a encontrar reflejo en determinados momentos de la novela. Este aspecto, junto con la frecuente narración detallada de estratagemas militares, es uno de los que ha inducido a la crítica a hablar tanto del realismo de esta novela4
Tirant lo Blanc es la historia de un caballero que se enfrenta con su destino guerrero y amoroso, un reto que se convertirá en leyenda al conseguir aquello que los reyes de la época fueron incapaces de hacer: defender con éxito Constantinopla de la ofensiva turca.
En definitiva, tanto por su contenido como por su forma expresiva Tirant lo Blanc es una de les grandes novelas europeas de todos los tiempos, como lo afirmó Cervantes en el Quijote cuando salva la obra de la quema de los libros malditos de caballerías que habían enloquecido a su protagonista, y una de las más importantes de la historia de la literatura catalana.
Contexto histórico y político. La caída de Constantinopla, 1453
A comienzos del siglo XV el Imperio bizantino era ya una sombra de lo que había sido. El Imperio turco otomano ocupaba toda Asia Menor y amplios territorios europeos que se extendían hasta Serbia o Valaquia, estados vasallos. Por otro lado, muchas de las islas del mar Jónico y del Egeo pertenecían a los imperios comerciales de Génova y Venecia. En esa época las posesiones bizantinas se reducían a la ciudad de Constantinopla, Tesalónica y a un puñado de enclaves en el mar Negro y algunas islas en el norte del Mar Egeo.
En realidad, el antiguo Imperio Romano había quedado muy reducido. Manuel (II Paleólogo) era el legítimo heredero de Augusto y de Constantino, pero habían pasado muchos siglos ( ) Para Occidente eran simplemente señores de los griegos o de Bizancio, indignos rivales de los emperadores occidentales.5
El sultán turco Mehmet II tenía como una de sus prioridades la conquista de Constantinopla, a la que pretendía convertir en el centro político de su imperio.
A los turcos, la conquista de la antigua ciudad imperial no sólo les proporcionó una nueva capital, sino que les aseguró la persistencia de su imperio en Europa. Hasta que la ciudad, situada como estaba en el centro de sus dominios, en el paso entre Asia y Europa, no estuviese en sus manos, no se sentirían seguros. 6
Una de las bazas del conquistador fue disponer de una poderosa artillería de sitio que incluía armas y cañones de última tecnología. En el sitio de la ciudad fue la primera vez que se emplearon piezas de artillería de diferentes tamaños en baterías combinadas contra objetivos fijos.
La decisión de Mehmet de efectuar el ataque a Constantinopla en la primavera de 1413 se debía en gran parte a los recientes triunfos de sus fundiciones de cañones. Estas armas se habían venido usando en Europa occidental durante más de cien años ( ). Pronto fue evidente el valor del cañón en una guerra de asedio. 7
Cuando el ataque otomano se convirtió en un peligro real, Bizancio pidió ayuda a Occidente y el emperador ofreció la unidad entre ortodoxos y católicos. Pero la ayuda procedente de la Europa católica fue escasa: el Vaticano mandó un solo barco con una compañía de ballesteros napolitanos, a lo que se unieron a comienzos de 1453 varios cientos de hombres entre los que se incluían los genoveses comandados por el condotiero Giustiniani, que desempeñó un papel clave en la posterior resistencia de la ciudad.
El Tirant és una novel·la que bàsicament narra no la reconquesta de Constantinoble, sinó com evitar la seva caiguda, partint significativament de Nàpols, i no deixa de ser curiós -cosa que ha passat per alt- que l"únic personatge històric que gosa socórrer l"imperi contra el càlcul de les potències europees, com Tirant, sigui un genovès: Giovanni Giustiniani Longo.8
Las murallas de Constantinopla habían sido reforzadas y con su foso y sus tres líneas defensivas consecutivas eran la principal baza de los bizantinos. De todos modos, la resistencia tenía un límite y a medio plazo solo un improbable ejército cruzado de socorro podría salvar la ciudad.
El fracaso de las potencias cristianas en acudir en auxilio de Constantinopla le había demostrado (a Mehmet) lo poco dispuestas que éstas estaban en luchar por su fe, a no ser que estuvieran comprometidos sus intereses inmediatos.9
A finales de mayo de 1453, aunque corrió el rumor de la cercanía de un posible ejército de socorro y los sectores de la corte otomana contrarios a la guerra presionaron al Sultán, este estaba decidido. El día 29 de mayo comenzó el ataque final. El comandante genovés Giustiniani, que había sido un símbolo de la resistencia, fue gravemente herido y la desmoralización cundió entre los defensores. Al atardecer de ese día los jenízaros se abrieron paso a través de los muros destruidos por la artillería junto a la puerta de San Romano y la bandera turca ondeó en las hasta entonces inexpugnables murallas de Constantinopla.
Hay algo en la historia de un asedio, como en la de un ejército aislado lejos de casa, que parece hallar un eco en nuestros miedos más atávicos y crear una extraordinaria empatía.
Secretamente, nos preguntamos si habríamos seguido el cobarde ejemplo de los setecientos italianos que huyeron por mar al empezar el asedio, abandonando a sus camaradas o si habríamos sido como ( ) Don Francisco de Toledo, quien invocando su lejano parentesco con el Emperador, acudió desde Castilla para morir a su lado. 10
Aunque en los momentos inmediatamente posteriores a la conquista hubo saqueo y pillaje, el día 31 de mayo el Sultán prohibió los actos vandálicos y se aseguró de que se preservara su autoridad y la seguridad de la ciudadanía griega. De hecho, el grado de destrucción fue limitado, al contrario de lo que escribieron después las fuentes cristianas: el sultán mantuvo en sus hogares a muchos cristianos e incluso pagó los rescates de muchos que habían caído prisioneros en manos de sus hombres.
El sultán ordenó que lo que quedaba de la población permaneciera en la ciudad bajo el dominio otomano y organizó el traslado de otras cinco mil familias más a la urbe iniciando con ello el proceso de islamización. 11
Tampoco destruyó Santa Sofía, la convirtió en mezquita y conservó sus frescos bajo una capa de yeso. Mehmet pretendía convertir la ciudad en su nueva y esplendorosa capital y para ello necesitaba también lo que los vencidos podían aportar, necesitaba una ciudad cosmopolita y rica en culturas.
En Occidente la caída de Constantinopla fue recibida con pesar, aunque el mundo cristiano no hizo verdaderos esfuerzos por evitarla. Por su parte el mundo islámico aplaudió la hazaña, aunque muchos soberanos musulmanes rivales de los otomanos vieron con disgusto una conquista que abrió el paso a la hegemonía otomana sobre el Islam que se prolongó hasta comienzos del siglo XX.
El Sultán Mehmet tenía otras preocupaciones más inmediatas. La conquista de Constantinopla lo había convertido (al imperio Otomano) en una de las potencias europeas y tenía que desempeñar su papel en la política de esas potencias. Sabía que todos los cristianos eran sus enemigos, pero tenía que procurar que no se unieran contra él.12
La palabra arábiga islam significa sumisión a Dios y paz. El Corán, libro de las revelaciones a Mahoma, designa islam a la religión de los musulmanes. La persona que practica el islam se llama musulmán es decir "el que se entrega a Dios". Para ellos todo el mundo sería musulmán. Para los seres humanos que pueden escoger seguir la práctica de la religión, esta no consiste en cumplir la ley sino en la aceptación de las leyes divinas.
La religión islámica puede dividirse en dos partes: una, teórica o relativa a los artículos de fe y otra, práctica o comprensiva de las ordenanzas y reglas. Una persona puede entrar en el islam con sólo creer en la unidad de Dios y en el apostolado de Mahoma, pero la aceptación de la fe le obligaría a creer en Alá, en la vida del Más Allá, en los Ángeles, en los Libros y en los Profetas.
El nombre del ser divino es Alá. Es uno en persona, uno en sus atributos y uno en sus obras. El primer concepto significa que no existen ni pluralidad de dioses ni pluralidad de personas en el Dios supremo. El segundo, que ningún otro ser posee todos sus atributos de perfección. El tercero, que nadie puede hacer lo que él ha hecho o hará. La shadada, o profesión de fe islámica, consiste en pronunciar la oración No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta.
El Corán es la palabra de Dios revelada a Mahoma por medio del arcángel Gabriel. El Corán recoge los diferentes pasajes revelados a Mahoma durante casi 22 años de su vida profética. A medida que las revelaciones eran recibidas, o poco después, eran recitadas por el profeta en presencia de sus seguidores, uno de los cuales se encargaba de transcribirlas.
"El Corán consta de tres partes bien diferenciadas. La primera y más antigua ofrece, en un lenguaje de visionario, descripciones del fin del Mundo y del Juicio Final. La segunda, narrativa, reproduce relatos sobre los pueblos antiguos y su conducta con los profetas que Alá les envió. Finalmente, en la tercera parte se exponen las leyes civiles. El Corán anuncia felicidad eterna para los creyentes e infunde alegría para los desheredados, huérfanos y pobres."13
En su conjunto, las revelaciones fueron compiladas después de la muerte de Mahoma por su secretario Zayd-ibn-Thabit, a quien ordenó realizar esta tarea el primer califa Abu Bakr. Unos diecisiete años más tarde Osmán, tercer califa, revisó el texto e hizo la edición definitiva. El Corán original está escrito en árabe y consta de 114 suras o capítulos que varían en longitud, desde unas pocas líneas a muchos versos. La creencia en lo que ha sido revelado a ti (Mahoma) y en lo que fue revelado antes que a ti es artículo de fe para el musulmán.
El Cristianismo y el Islam
Para empezar, conviene recordar las palabras que, referidas a los musulmanes, escribió Tomás de Aquino hacia 1260 en su Suma contra los gentiles:
"Siguieron, en cambio, un camino contrario los fundadores de falsas sectas. Así sucede con Mahoma, que sedujo a los pueblos prometiéndoles los deleites carnales, a cuyo deseo los incita la misma concupiscencia. En conformidad con las promesas, les dio sus preceptos, que los hombres carnales son prontos a obedecer, soltando las riendas al deleite de la carne. No presentó más testimonios de verdad que los que fácilmente y por cualquiera medianamente sabio pueden ser conocidos con sólo la capacidad natural. Introdujo entre lo verdadero muchas fábulas y falsísimas doctrinas. No adujo prodigios sobrenaturales, único testimonio adecuado de inspiración divina, ya que las obras sensibles, que no pueden ser más que divinas, manifiestan que el maestro de la verdad está interiormente inspirado. En cambio, afirmó que era enviado por las armas, señales que no faltan a los ladrones y tiranos."14
El Corán se opone a todos los dogmas cristianos fundamentales. Los versículos contra la Trinidad son muy claros. La figura de Cristo como segunda persona de la Trinidad es condenada. En el Corán se dice de forma explícita a los cristianos:
"¡Gente del Libro! No exageréis en vuestra religión ni digáis, sobre Dios, más que la verdad. Realmente el Mesías, Jesús, hijo de María, es el enviado de Dios, su Verbo, que echó a María un espíritu procedente de Él. Creed en Dios y en sus enviados, pero no digáis "Tres". Dejad, es mejor para vosotros. Realmente, el Dios es un dios único. ¡Loado sea! ¿Tendría un hijo cuando tiene lo que está en los cielos y en la tierra? ¡Dios basta como garante!" Contra el dogma de la trinidad. Sura V, 169.15
Además, el Corán niega la divinidad de Cristo:
"Acordaos de cuando Dios dijo: "Jesús, hijo de María, ¿has dicho acaso a los hombres "Tomadme, junto a mi madre, como dos dioses, prescindiendo de Dios"? Respondió: "¡Loor a Ti! No me incumbe decir lo que no es verdad; si lo hubiese dicho lo sabrías; Tú sabes lo que hay en mi alma, pero yo no sé lo que hay en tu alma. Tú, Tú conoces perfectamente lo oculto". Jesús, simple Profeta. Sura V, 116.16
Por último, en el Corán se niega la redención. Directamente se afirma que Jesucristo no murió en la cruz:
"Ellos dicen: "Ciertamente, nosotros hemos matado al Mesías, Jesús, hijo de María, Enviado de Dios", pero no le mataron ni le crucificaron, pero a ellos se lo pareció. Quienes discuten y están en duda acerca de Jesús, no tienen conocimiento directo de él: siguen una opinión, pues con certitud, no le mataron, al contrario, Dios le elevó hacia Él, pues Dios es poderoso y sabio." Contra los judíos de Medina. Sura IV, 156.17
El Corán cita a Jesús como profeta menor porque probablemente pretende completar la revelación de Cristo para exaltar a Mahoma. Respecto al resto, viendo cuánto Jesús y María hacen en el Corán, nos damos cuenta de que ellos, según los musulmanes, no hacen más que aplicar las oraciones y el ayuno según el Corán. María es ciertamente la figura más bella entre todas las presentadas en el Corán: es la Madre Virgen, que ningún hombre jamás ha tocado. Pero no puede ser la Theotokos, la Madre de Dios. Más bien es una buena musulmana.
En síntesis, el Corán y los musulmanes niegan los dogmas esenciales del cristianismo: la Trinidad, la Encarnación y la Redención.
Los ideales en el Tirant lo Blanc
El Tirant lo Blanc es una novela caballeresca que narra las aventuras de armas y de amor del caballero Tirant, al servicio de un ideal magnífico por el que suspiraba la sociedad cristiana del siglo XV: liberar el Imperio Griego, y a Constantinopla, del dominio turco que se había iniciado pocos años antes.
Como dice Francisco Abad:
La idea de reconquista ( ) resulta compleja, y en ella se suman componentes distintos. Está concebida como una exigencia histórica, en cuanto existe en continuidad un mismo enemigo; contra el musulmán ha de asegurarse la propia existencia18
Tirant es el caballero singular en un mundo magnífico que responde a la realidad de la caballería del siglo XV, con todo su formalismo y su magnificencia. Además, en la novela se explica por primera vez en la literatura europea una versión del origen de la Orden de la Jarretera, que Joanot Martorell debió conocer, como el mismo Guy de Warwik, durante su estancia en Inglaterra.
La brodadura era tal com la garrotera, qui stava feta en semblant forma ço és, de una correja de senyir ab cap e ab civella, axí com moltes dones galanes e d"onor porten en les cames per tenir les calçes e, com han encivellada la garrotera, donen una volta de la correja sobre la çivella retent nuu, e lo cap de la correja penja quasi fins a miga cama, e enmig de la garrotera stan scrites aquelles mateixes lletres: Puni soyt qui mal hi pense.19
En el imaginario popular de la Edad Media no había mayor gesta que la liberación de los territorios ocupados por el islam, bien fuera por medio de las Cruzadas a los Santos Lugares -sagrados para las tres grandes religiones– bien en los territorios hispánicos -en una Reconquista que llevaba muchos años en marcha con grandes altibajos por ambas partes-. Novela que interpreta en la figura del héroe y en la contrafigura de los enemigos del héroe los ideales del Reino de Valencia; la hostilidad a los genoveses, la aversión a los franceses, la ilusión de la aventura bizantina, las guerras al infiel, los elementos cardinales de la mentalidad caballeresca de la Cristiandad amenazada de crisis.20 A pesar de que las grandes potencias de la época hicieron muy poco para impedirlo, la pérdida de Constantinopla supuso un duro golpe para el ideario cristiano de la época: representaba el final real de mil años del Imperio Romano de Oriente, que había tomado el testigo del Imperio Romano cuando éste desapareció en el siglo V. Aunque se hallaba en una total decadencia, la ciudad de Constantinopla no dejaba de ser un bastión frente a los ejércitos turcos que se hallaban a las puertas de los reinos cristianos orientales. (
) l"emperador Constantí XI morí en la defensa de la ciutat, sense tenir cap ajuda rellevant de cap regne occidental. Els relats i les anotacions en cròniques i en dietaris i la literatura sobre aquest fet donen compte de la reacció occidental de consternació. 21 En la Baja Edad Media se escribieron obras que llevaban implícita una gran carga de esperanza en la cristianización del mundo por la fuerza de la razón, como el claro ejemplo del Libro del gentil y los tres sabios de Ramon Llull y sus intentos por convertir a los musulmanes de manera más o menos pacífica: Y como para todos ha quedado de manifiesto que existe un solo Dios, un solo Creador y un único Señor, por tanto, tenemos una sola fe, una sola doctrina y una única forma de alabar y honrar al Altísimo Creador, y que nos damos amor y auxilio unos a otros, y que entre nosotros no hay ninguna diferencia, ni contradicción de fe ni de costumbres.22 La otra manera era por la fuerza de las armas, en una nueva cruzada que uniera a todos los reinos cristianos contra el infiel. El Tirant juega con las dos maneras de convertir, y acaba haciéndolo por la fuerza de las armas en la mayor parte de los casos: Un llibre que vol assemblar-se a la historia ha de ser un llibre sobre la guerra, i en particular sobre la guerra del cristianisme contra l"islam, que al segle XV vol dir contra els turcs otomans. En aquest sentit, el Tirant és una novel·la sobre la croada; no hi ha cap papa que la prediqui ni cap rei que la dirigeixi, però l"heroi és un croat que lluita a Rodes, a Llevant, a l"imperi grec i al Magrib per salvar i expandir el cristianisme.23 En la primera parte de la obra, ambientada en Inglaterra, encontramos una mezcla de novela y de tratado de caballería. Se abre con la historia del conde Guillem de Varoic, que proviene de una narración anterior de Martorell que el autor ajustó para poderla incorporar al Tirant, inspirada en el relato anglonormando Guy de Warwik, en lo que respecta al personaje del conde- ermitaño, y en el Llibre de l'Orde de Cavalleria de Ramon Llull en lo que respecta a su encuentro con Tirant y a los consejos que aquel le da al protagonista. (El Guillem de Varoic) És un text fragmentari que conté una primera redacció dels capítols 1-39 del Tirant, datable entorn de 1450: ha de ser posterior al viatge de Martorell a Anglaterra, on devia conèixer el Roman de Gui de Warwick, i anterior al 1460.24 Estamos ante la parte dedicada a la formación del caballero: formación primero teórica, de la mano del ermitaño y de los consejos que este le proporciona en un manual que Tirant llevará consigo en todas sus aventuras y después práctica, con la narración de los combates individuales que protagoniza ante diversos paladines –reyes, gigantes y caballeros envidiosos-. En el Tirant lo Blanc encontramos todas las fases de la preparación, tanto física como psicológica, que necesita un joven que desea ser armado caballero. Encontramos tanto la brutalidad en la iniciación del joven hijo del conde Guillem de Varoic como todos los detalles del combate a muerte, la máxima escenificación del espíritu caballeresco. Comentari especial mereixen les pàgines del Tirant lo Blanc que narren les quatre formes de batallar a ultrança que, a les festes d"Anglaterra, proposen els reis de Frisa i d"Apol·lònia i els ducs de Bavera i de Burgunya, tots quatre, finalment, morts a mans del protagonista de la novel·la. 25 El combate a muerte representa el símbolo de una época en declive que llegará a desaparecer con la generalización del uso de la artillería: los soldados no se matarán cara a cara, oliendo el sudor y el miedo del contrario, sino a distancia, de manera menos noble. El desafío viene dado por un ideal de justicia -equivocado o no-. Las injurias previas, las cartas de batalla, los padrinos, la elección de las armas -la parte ofendida tendrá derecho a elegir primero-, la elección del lugar y de las condiciones del combate
son las partes de lo que más adelante se configurará como un duelo de honor hasta bien entrado el siglo XIX. (
) a Anglaterra es dóna a conèixer per les seves victòries singulars en camp clos, i aquest prestigi li permet de convertir-se en capità de nombroses gents d"armes.26 Aunque el tono de la obra es fundamentalmente serio, se pueden encontrar ya algunas muestras de su aire divertido y algunas escenas sorprendentes. Por ejemplo, el episodio de Kyrieleison de Muntalbà o el combate con el alano. El primero representa la degradación burlesca del episodio del gigante, típico de la novela de caballerías. Al gigante Kyrieleison, -cuyo nombre ya es una burla-, que había ido a Inglaterra a enfrentarse en combate singular con Tirant para vengar la muerte de su señor, el rey de Frisia, le da un ataque y muere antes de entrar en combate. (
) el Tirant ofereix una enorme varietat de situacions bèl·liques i de formes de combat en camp clos, acompanyada de consideracions teòriques i consells sobre la cavalleria i l"ordenament militar, amb la presencia d"heralds, reis d"armes, missatgers i ambaixadors.27 El episodio del alano, a su vez, representa también la degradación de otro episodio típico de la novela de caballerías: la lucha del caballero con la fiera; sólo que aquí la fiera no es un dragón ni un león –recordemos las historias de San Jorge y del Cid- sino un perro, y el combate es a mordiscos. En la segunda parte la novela llega al Mediterráneo y toma su tono fundamental, militar y caballeresco: el caballero singular se convierte en un estratega militar, seguramente menos espectacular que el caballero que justa en un torneo, pero evidentemente más útil para los propósitos de la cristiandad. La estancia de Tirant en Constantinopla marca la parte más larga, más compleja y más importante de la novela. La novela se desarrolla mediante una sucesión de escenas bélicas, cortesanas, amorosas y eróticas, narradas con el tono que les es propio: grave y serio en la ceremonia y el combate, desvergonzado y divertido en la complicidad y el engaño. Y todo ello situado en un mundo novelesco de ficción que se nos presenta con una gran voluntad de realismo. Respecto al argumento, la novela progresa siguiendo los dos ejes fundamentales: el militar y el amoroso. Respecto al eje militar cabe destacar la campaña de Tirant contra los turcos, trufada de detalles del arte militar de la época. La estancia de Tirant en el norte de África es probablemente la que incluye más detalles sobre el arte de la guerra, ya que el aspecto militar domina completamente sus páginas. En ellas se encuentra mucha información sobre el arte militar de la Edad Media y podemos seguir al detalle la estrategia de una campaña militar de largo alcance. En la abundancia de detalles militares, desde asedios a traiciones, que ya habíamos podido seguir en las anteriores campañas contra genoveses y turcos, estriba la posibilidad de que Joanot Martorell hubiera podido participar en las campañas militares de Alfonso el Magnánimo, aunque no existen informaciones fidedignas que pudieran corroborarlo. Con el paréntesis africano –que dura varios años- Tirant acaba de expiar la falta que había cometido al desconfiar injustamente de Carmesina. Finalmente, el protagonista se dirige nuevamente a Constantinopla y la novela vuelve a seguir los hilos argumentales principales: los amores con Carmesina y la liberación del Imperio. Tirant es, por supuesto, el caballero valiente, hábil en el uso de las armas y experto en el ceremonial caballeresco. Es, al mismo tiempo, invencible. No podemos olvidar que desciende de la familia del rey Arturo y, por lo tanto, está hecho de la madera de los héroes de la materia de Bretaña. Sin embargo, a diferencia de ellos, sólo es un caballero y por ello debe esforzarse para obtener la victoria –siempre en primerísima línea de combate- por lo que es herido innumerables veces. El origen nobiliario, pero no real pone de manifiesto, en efecto, un nuevo recorte de las potencialidades épicas del héroe. A diferencia del caballero castellano Amadís (
) una confirmación novelesca de la natural condición de caballero, dada su identidad real, Tirant habrá de demostrar que merece tal condición. El efecto resultante es un nuevo perfil de caballero: todavía con talante épico, pero ya con fisuras humanas (
)28 En su argumento todos estos capítulos giran alrededor de diversos episodios guerreros que culminan con la cristianización de casi todo el norte de África, gracias a la participación de Tirant. Es la primera de las grandes exageraciones de la novela. Tirant conserva, de estos precedentes, su carácter de caballero virtuoso, valiente y digno de admiración, pero vive en un mundo real y actúa siempre en el marco de lo que es posible. Una vez acabado el período de formación caballeresca, Tirant emprende la gran aventura necesaria para el mundo medieval y se convierte en el estratega militar que vence a los enemigos y cristianiza a los infieles. A pesar de todo. Joanot Martorell no recurre a prodigios para explicar las victorias de su protagonista. Éstas representan el resultado de mezclar valor, decisión, conocimientos en el arte de la guerra y una actitud moderna que consiste en adoptar cualquier medio a su alcance, desde el engaño a la simulación e, incluso, la traición, para conseguir sus objetivos. Por un lado, encontramos en Tirant al cortesano, al hombre educado, hábil e hipócrita cuando conviene, en definitiva, al diplomático eficaz y sin trabas. Por otro lado, la obra nos habla del general pragmático que une a su valor y carisma unas enormes dotes como estratega. Com a bon general (si ens és permès de donar-li aquest nom) coneix no solament l"art de la guerra en terra i mar, ans encara quins són els bons soldats.29 Junto a los aspectos más gloriosos, la novela nos acerca a la cruda realidad de las víctimas de un asedio, del enriquecimiento por medio del botín de guerra -en ello el Duque de Macedonia es un experto- o del rescate de prisioneros y rehenes. Codicia, cobardía y crueldad conviven con los ideales de valentía, respeto y honor. Para Martí de Riquer, que en su Aproximació al Tirant lo Blanc, comenta algunas de las estratagemas militares de la obra, la inclusión de aquéllas en la novela demuestra la base histórica de la misma y que estaríamos ante un documento que reflejaría la realidad militar de los principios de la Edad Moderna. (
) el Tirant lo Blanc és una novel·la fermament fonamentada en una realitat autèntica o, si es vol, que és un ver document d"una època. La figura de Tirant, equivalent al Conestable d" Eiximenis, en posar de relleu el seu geni com a estrateg, es dibuixa acusadament com la d"un gran cavaller. 30 En la primera parte de la obra aparecen ya las primeras manifestaciones de ingenio militar, en la estratagema de las granadas de cal viva con azufre que urde Varoic o en la siembra de clavos metálicos o spinachs. Los barons feren carreguar en carros les bótes de la lavor dels spinachs e portaren-les al camp. (
) E los moros, qui fugir los veÿen, cuytaren lo més que pogueren. Com foren dins lo dit portell, que per altra part passar no podien, ficaven-se aquells grans de coure per les soles dels peus. 31 Más adelante, aparece mencionado que, para conseguir la toma de Rodas, los traidores genoveses habían sustituido las nueces de las ballestas de los defensores de la isla por trozos de jabón y queso. Es una extraña sustitución, afortunadamente descubierta por Tirant, gracias al filósofo prisionero. E aquests traÿdors que tenim dins lo castell an feta una gran maldat, que de la cambra de le armes han llevades totes les nous de les ballestes e han-n"i posades de sabó blanch e de formatge perquè en la necessitat no·ns ne puguam ajudar. 32 Poco más tarde, cuando Tirant viaja en socorro de Rodas, su lucha en el estrecho de Gibraltar es especialmente curiosa. La nao de Tirant, aunque más grande y ligera que las enemigas, ha de enfrentarse allí con muchas fustas de moros, pero salva la situación un marinero de la tripulación de nombre sonoro, Cataquefaràs. Un mariner molt destre que havia en la nau, qui·s nomenava Cataquefaràs, aquest havia molt navegat, era molt subtil e valentíssim mariner: véu que mal anava llur fet, pres moltes cordes que havia en la nau e féu-ne un filat a manera de exàvegua que porten la palla. E del Castell de popa fins a la proha, abraçant lo arbre, posà aquelles cordes e féu-les liguar alt, que los hòmens qui dins la nau combatien, aquelles cordes no·ls fehien gens de enuig a les armes, ans los restauraren de ésser presos, car les canteres que los moros tiraven eren tantes e tan spesses que era una gran admiració de veure. E si aquella exàvegua de cordes no fos stada, tota la cuberta de la nau fóra stada plena de pedres e de barres de ferro. E ab aquell artifici fon restaurada, que jamés una pedra pogué entrar, ans així com la pedra donava les cordes sortia en mar. 33 Ya en Rodas, Tirant rompe el cerco de la escuadra genovesa con la estratagema usual de la falsa huida, que le permite alcanzar el puerto, donde, al ser portadores de alimentos y de esperanzas, son recibidos de manera entusiasta. Y aquí tiene lugar otro famoso ardid, esta vez a cargo de un marinero que logra incendiar la principal nave genovesa, acercándole desde el puerto, mediante un ingenioso sistema de poleas y un brulote de fuego; el incendio siembra el pánico en la escuadra enemiga. Posaren-hi foch e leixaren-lo be ençendre, e posaren-se cent hòmens a l"argue e començaren molt fort a vogir. E ab la força de l"argue fon fet tan prest que escassament fon partit lo balaner que fon peguat al costat de la nau. E ab les grans flames de foch que portava, prrestament se pres lo foch en la nau, ab tan gran fúria que res en lo món no bastara apaguar- lo, sinó que los de la nau no pensaren altra cosa sinó de fogir ab les barques. 34 Con los víveres que trae Tirant, los sitiados hacen un opulento regalo gastronómico al Sultán, dándole a entender que cuentan con sobradas provisiones. El Sultán cae en la trampa y decide levantar el sitio hasta el año siguiente y Tirant aprovecha el desorden en la marcha para provocar destrozos en sus naves. Una vez en Grecia, en la ciudad de Pelidas, Tirant logra que siete de los suyos atrapen en emboscada a varios espías turcos. La captura es nuevamente ingeniosa: camuflados con ramas, esperan a orillas de una fuente a que acudan a beber. Com foren allí, dix lo hu dels crestians qui staven amaguats: -No·s mogua negú fins que sien ben farts d"aygua, car no poran tant córrer. E així u feren. Com agueren ben begut e menjat, los crestians ab grans crits ixqueren e prengueren de continent los III.35 Al día siguiente, Tirant provoca un desbarajuste en el campo enemigo, al conducir centenares de yeguas cerca de los caballos de los sitiadores; éstos, se desbocan y el ejército cristiano aprovecha para hacer una gran matanza en los desorientados enemigos. (La estratagema, consistente en soltar animales para introducir el desorden entre el enemigo, ya había sido utilizada por Sansón contra los filisteos). E los cavalls del camp sentiren les egües: los uns se soltaven, los altres rompien los dogals, los altres arancaven les estaques. Veuríeu anar tots aquells cavalls del camp, uns deçà, altres delà, altres detràs les egües.36 Estando en plena campaña, refugiado en el castillo de Malvehý, Tirant prepara una nueva estrategia, haciendo como que viene de otro lugar para que sus naves parezcan del enemigo. De esa manera consigue abordar los barcos y obtiene un gran botín de grano, bueyes y vino. Tirant logra una nueva victoria, al conseguir quemar un puente de madera mediante un lanchón de madera, construido río arriba y preparado con leña y azufre para que se le prenda fuego. Después, y gracias a la estratagema de un judío, entra Tirant en la ciudad de Bellpuig. Otra estratagema de Tirant que sólo contaba con doce naos y dos galeras, consiste en aparejar muchas barquichuelas de pescadores y lanchones con palos y faroles, de manera que parece que se trata de una gran escuadra. E les barques que no tenien arbre alçaven hun larch bastó o hun rem e ligaven-lo fort, e al cap del bastó posaven una lum dins hun faró. (
) Com totes les lums se mostraren, foren setanta-quatre. (
) (Los enemichs) hagueren son acort de fugir e de tornar-se devers la Turquia.37 Una vez en el Magreb, Tirant consigue liberar al rey de Tremicén y a su hija, asediados en un castillo. Para ello se disfraza con unas pieles y accede al campamento enemigo llevando consigo un extraño preparado con el que untará las bombardas enemigas. Los cañones, oxidados a causa de ese ungüento, estallan en las caras de sus artilleros facilitando la victoria cristiana. E Tirant comprà una fel de balena, la qual era molt vella, e pres argent viu e salmitre e vitriol romà, ab altres materials, e féu de tot ungüent. (
) E l"engüent era compost de tals materials que, ninguna natura de metall que·n sia tocat, torna ferrigible sol que y stiga per spay de tres hores, que al desparar que la bombarda o ballesta fa, per força s"à de rompre.38 Más adelante, tiene lugar la labor de contraespionaje de un albanés, que simula haber escapado de un Tirant cruel y despiadado. El rey enemigo llega a confiar plenamente en el albanés, por lo que éste va y viene entre el castillo y el campamento de Tirant hasta que propicia la toma de la fortaleza. En su lucha contra los infieles, mientras Tirant cura sus graves heridas, ingenia un sistema de contraminas, de manera que pueden atrapar a algunos de los sitiadores. Un genovés que había sido galeote en la galera de Tirant, llamado Almedíxer idea otra nueva estrategia: llena con grasa varias cazuelas y les prende fuego con lo que provoca una estampida de bueyes en el campamento enemigo. E com foren enceses, cerquà que lo vent anàs devers los bous e, com la olor plegà a ells, fogiren ab molt gran fúria e passaren per mig del camp lansant tendes e nafrant hòmens e cavalls, que paria que quants diables havia en infern los encalçaven.39El Tirant lo Blanc y el arte militar
La estrategia militar en el Tirant lo Blanc