Las infecciones respiratorias agudas (IRA) son padecimientos infecciosos de las vías respiratorias con evolución menor a 15 días y en ocasiones se complican con neumonía. Las IRA constituyen un importante problema de salud pública.
Las IRAS son un conjunto de enfermedades que afectan las vías por donde pasa el aire en el cuerpo humano y son causadas tanto por virus como por bacterias.
Este grupo de enfermedades son la principal causa de consulta en los servicios de salud y la que causa más muertes, especialmente en niños menores de 5 años y en personas mayores de 60 años.
La mayoría de las veces, las infecciones respiratorias agudas se presentan en forma leve; pero hay que prestarles mucha atención, especialmente cuando el enfermo es menor de dos meses, tiene bajo peso o presenta problemas de desnutrición; ya que esto favorece el riesgo de complicaciones y con ello se aumenta las posibilidades de muerte.
Las IRAS son más frecuentes cuando se producen cambios bruscos en la temperatura y en ambientes muy contaminados. En promedio en el área urbana un niño presenta entre 5 y 8 episodios de IRA por año, la incidencia en el área rural es menor.
Síntomas
Para reconocer las IRAS usted debe identificar en el enfermo los siguientes síntomas:
- Tos
- Nariz tapada (trancada) y con mocos.
- Dificultad para respirar, lo que obliga a la persona a respirar de manera rápida y agitada. En algunos momentos, el enfermo trata de respirar por la boca.
- Dificultad para tragar.
- Dolor de garganta.
- Dolor de oído.
- Fiebre.
- Ronquido, quejido o silbido en el pecho cuando inhala (toma aire).
Diagnóstico y tratamiento
Para su tratamiento, las IRAS se clasifican en dos grupos:
1- Cuando el paciente tiene tos y dificultad para respirar.
2- Cuando además de tos y dificultad para respirar presenta dolor de oído y garganta.
QUE HACER
En el primer caso, cuando hay tos y dificultad para respirar, el paciente tiene un resfrío común, se puede recuperar en una semana y ser atendido en su propia casa.
La alimentación debe ser la misma a la que está acostumbrado pero en cantidades menores y con mayor frecuencia, principalmente si tiene dificultad para tragar.
El enfermo debe estar en reposo.
Tomar bastante líquido, especialmente jugo de frutas naturales y sin enfriar.
Debe evitar los cambios bruscos de temperatura y las corrientes de aire.
Si tiene tapadas las fosas nasales, se las debe limpiar poniendo dos gotas de suero o de agua con manzanilla en cada orificio nasal y luego limpiar con una gasa o tela suave.
El paciente debe evitar el humo de las cocinas de leña, de los carros, de fábricas y el humo de tabaco, estudios científicos han demostrado que una persona que convive con fumadores tiene mayores problemas respiratorios que los que no conviven con fumadores.
Agentes causales de las IRA
En los menores de 5 años, el 95% de los casos de IRA son de origen viral, a las complicaciones otitis media y neumonía se agrega la etiología bacteriana.
La neumonía
La neumonía, pulmonía o neumonitis es una enfermedad infecciosa e inflamatoria que consiste en la infección de los espacios alveolares de los pulmones .[1] . La neumonía puede afectar a un lóbulo pulmonar completo (neumonía lobular), a un segmento de lóbulo, a los alvéolos próximos a los bronquios (bronconeumonía) o al tejido intersticial (neumonía intersticial). La neumonía hace que el tejido que forma los pulmones, se vea enrojecido, hinchado y se torne doloroso. Muchos pacientes con neumonía son tratados por los médicos de cabecera y no se ingresan en los hospitales; esto es lo que se denomina Neumonía adquirida en la comunidad (NAC) o Extrahospitalaria. La Neumonía nosocomial (NN) es la que se adquiere durante la estancia hospitalaria después de las 48 horas del ingreso del paciente por otra causa.
La neumonía puede ser una enfermedad grave si no se detecta a tiempo y puede llegar a ser mortal, especialmente entre personas de edad avanzada y entre los inmunodeprimidos. En particular los pacientes de SIDA contraen frecuentemente la neumonía por Pneumocystis. Las personas con fibrosis quística tienen también un alto riesgo de padecer neumonía debido a que continuamente se acumula fluido en sus pulmones.
Fisiopatología
Los enfermos de neumonía infecciosa menudo presentan una tos que produce un esputo verdoso o amarillo, o flema y una fiebre alta que puede ir acompañada de escalofríos febriles. La disnea también es habitual, al igual que un dolor torácico pleurítico, un dolor agudo o punzante, que aparece o empeora cuando se respira hondo. Los enfermos de neumonía pueden toser sangre, sufrir dolores de cabeza o presentar una piel sudorosa y húmeda. Otros síntomas posibles son falta de apetito, fatiga, piel azul, náuseas, vómitos, cambios de humor y dolores articulares o musculares. Las formas menos comunes de neumonía pueden causar otros síntomas, por ejemplo, la neumonía causada por Legionella puede causar dolores abdominales y diarrea, mientras que la neumonía provocada por tuberculosis o Pneumocystis puede causar únicamente pérdida de peso y sudores nocturnos. En las personas mayores, la manifestación de la neumonía puede no ser típica. Pueden desarrollar una confusión nueva o más grave, o experimentar desequilibrios, provocando caídas. Los niños con neumonía pueden presentar muchos de los síntomas mencionados, pero en muchos casos simplemente están adormecidos o pierden el apetito.
Los síntomas de la neumonía requieren una evaluación médica inmediata. La exploración física por parte de un asistente sanitario puede revelar fiebre oa veces una temperatura corporal baja, una velocidad de respiración elevada, una presión sanguínea baja, un ritmo cardíaco elevado, o una baja saturación de oxígeno, que es la cantidad de oxígeno en la sangre revelada o bien por pulsioximetría o bien por gasometría arterial. Los enfermos que tienen dificultades para respirar, están confundidos o presentan cianosis (piel azulada) necesitan atención inmediata.
La exploración física de los pulmones puede ser normal, pero a menudo presenta una expansión mermada del tórax en el lado afectado, respiración bronquial auscultada con fonendoscopio (sonidos más ásperos provenientes de las vías respiratorias más grandes, transmitidos a través del pulmón inflamado y consolidado) y estertores perceptibles en el área afectada durante la inspiración. La percusión puede ser apagada sobre el pulmón afectado, pero con una resonancia aumentada y no mermada (lo que la distingue de un embalse pleural). Aunque estos signos son relevantes, resultan insuficientes para diagnosticar o descartar una neumonía; de hecho, en estudios se ha demostrado que dos médicos pueden llegar a diferentes conclusiones sobre el mismo paciente.
Virus
Los virus necesitan invadir las células para su reproducción. Normalmente los virus llegan al pulmón a través del aire siendo inhalados por la boca o la nariz o al ingerir un alimento. Una vez en el pulmón, los virus invaden las células de revestimiento de las vías aéreas y los alvéolos. Esta invasión a menudo conduce a la muerte celular, ya sea directamente o por medio de apoptosis. Cuando el sistema inmune responde a la infección viral provoca más daño pulmonar. Las células blancas, principalmente los linfocitos, activan una variedad de mediadores químicos de inflamación como son las citoquinas que aumentan la permeabilidad de la pared bronquio alveolar permitiendo el paso de fluidos. La combinación de destrucción celular y el paso de fluidos al alvéolo empeoran el intercambio gaseoso.
Además del daño pulmonar, muchos virus favorecen a otros órganos y pueden interferir múltiples funciones. La infección viral también puede hacer más susceptible al huésped a la infección bacteriana.
Las neumonías virales son causadas principalmente por el virus de la gripe, virus sincitial respiratorio, adenovirus. El Herpes es una causa rara de neumonía excepto en recién nacidos. El citomegalovirus puede causar neumonía en inmunodeprimidos.
Clasificación
Las neumonías pueden clasificarse:
En función del agente casual: neumocóccica, neumonía estafilocócica, neumonía por Klebsiella, por Legionella, entre otros. Se trata de una clasificación poco operativa desde el punto de vista clínico.
Por el tipo de afectación anatomopatológica: neumonía lobar, neumonía multifocal, neumonía necrotizante, (absceso pulmonar) y neumonía intersticial.
Las clasificaciones más importantes se hacen en
Función del huésped:
Neumonías en pacientes inmunocompetentes.
Neumonías en pacientes inmunodeprimidos.
Función del ámbito de adquisición:
Adquiridas en la comunidad (o extra-hospitalarias). Las más típicas son la neumonía neumocóccica, la neumonía por Mycoplasma y la neumonía por Chlamydia. Se da en 3-5 adultos por 1.000/año con una mortalidad entre 5-15 %
Neumonías hospitalarias o nosocomiales. Presentan mayor mortalidad que la neumonía adquirida en la comunidad. En el hospital se da la conjunción de una población con alteración de los mecanismos de defensas, junto a la existencia de unos gérmenes muy resistentes a los antibióticos, lo que crea dificultades en el tratamiento de la infección.
Clasificación pronostica
Existen dos clasificaciones pronosticas de la neumonía o pulmonía:
Clasificación de Fine (pneumonia severity index o PSI).
Clasificación FALTA
Causas
La neumonía puede ser causada por varios agentes etiológicos:
Múltiples bacterias, como Neumococo (Streptococcus pneumoniae), Mycoplasmas y Chlamydias
Distintos Virus
Hongos, como Pneumocystis jiroveci
En recién nacidos las neumonías suelen ser causadas por: Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus y ocasionalmente bacilos gram negativos. En lactantes (niños de 1 mes a 2 años) y preescolares (niños de 2 años a 5 años): el principal patógeno bacteriano es el Streptococcus pneumoniae, además ocasionalmente es causada por la Chlamydia trachomatis y por el Mycoplasma pneumoniae. En niños mayores de 5 años: Streptococcus pneumoniae y Mycloplasma pneumoniae. En inmunocomprometidos: bacterias gram negativas, Pneumocystis jiroveci, citomegalovirus (CMV), hongos, y Micobacterium tuberculosis. En ocasiones se puede presentar neumonías por bacterias anaeróbicas, en el caso de personas que tienen factores de riesgo para aspirar contenido gástrico a los pulmones, existe un riesgo significativo de aparición de abscesos pulmonares. En las neumonías nosocomiales: Pseudomonas aeruginosa, hongos y Staphylococcus aureus. En personas adultas: Streptococcus pneumoniae y virus influenza. en los Casos de neumonía atípica: virus, Mycoplasma pneumoniae y Chlamydia pneumoniae. Diversos agentes infecciosos —virus, bacterias y hongos— causan neumonía, siendo los más comunes los siguientes: Streptococcus pneumoniae: la causa más común de neumonía bacteriana en niños; Haemophilus influenzae de tipo b (Hib): la segunda causa más común de neumonía bacteriana; El virus sincitial respiratorio es la causa más frecuente de neumomía vírica. Pneumocystis jiroveci es una causa importante de neumonía en niños menores de seis meses con VIH/SIDA, responsable de al menos uno de cada cuatro fallecimientos de lactantes seropositivos al VIH.
Signos y Síntomas
Los siguientes síntomas pueden estar relacionados con la enfermedad:
Generalmente, es precedida por una enfermedad como la gripe o el catarro común.
La Fiebre prolongada por más de tres días, en particular si es elevada.
La frecuencia respiratoria aumentada: recién nacidos hasta menos de 3 meses >60 por minuto, lactantes >50 por minuto, preescolares y escolares >40 por minuto, adultos >20 por minuto.
Se produce un hundimiento o retracción de las costillas con la respiración que se puede observar fácilmente con el pecho descubierto.
Las fosas nasales se abren y se cierran como un aleteo rápido con la respiración. (principalmente se da en niños).
Quejido en el pecho como asmático al respirar.
Las personas afectas de neumonía a menudo tienen tos que puede producir una expectoración de tipo muco-purulento (amarillenta), fiebre alta que puede estar acompañada de escalofríos. Limitación respiratoria también es frecuente así como dolor torácico de características pleuríticas (aumenta con la respiración profunda y con la tos). También pueden tener hemoptisis (expectoración de sangre por la boca durante episodios de tos) y disnea. Suele acompañarse de compromiso del estado general (anorexia, astenia y adinamia).
Al examen físico general es probable encontrar taquicardia, taquipnea y baja presión arterial, ya sea sistólica o diastólica.
Al examen físico segmentario, el síndrome de condensación pulmonar es a menudo claro; a la palpación: disminución de la expansión y de la elasticidad torácica y aumento de las vibraciones vocales. A la percusión: matidez. A la auscultación: disminución del murmullo pulmonar, crepitaciones y/o soplo tubario.
El paciente infantil tiene la piel fría, tose intensamente, parece decaído, apenas puede llorar y puede tener convulsiones, se pone morado cuando tose, no quiere comer (afagia), apenas reacciona a los estímulos. El cuadro es similar en el paciente adulto.
En adultos sobre 65 años es probable una manifestación sintomática muchísimo más sutil que la encontrada en personas jóvenes.
Tratamiento
La mayoría de los casos de neumonía puede ser tratada sin hospitalización. Normalmente, los antibióticos orales, reposo, líquidos, y cuidados en el hogar son suficientes para completar la resolución. Sin embargo, las personas con neumonía que están teniendo dificultad para respirar, las personas con otros problemas médicos, y las personas mayores pueden necesitar un tratamiento más avanzado. Si los síntomas empeoran, la neumonía no mejora con tratamiento en el hogar, o se producen complicaciones, la persona a menudo tiene que ser hospitalizada.
Los antibióticos se utilizan para tratar la neumonía bacteriana. En contraste, los antibióticos no son útiles para la neumonía viral, aunque a veces se utilizan para tratar o prevenir las infecciones bacterianas que pueden ocurrir en los pulmones dañados por una neumonía viral. La elección de tratamiento antibiótico depende de la naturaleza de la neumonía, los microorganismos más comunes que causan neumonía en el área geográfica local, y el estado inmune subyacente y la salud del individuo. El tratamiento de la neumonía debe estar basada en el microorganismo causal y su sensibilidad a los antibióticos conocidos. Sin embargo, una causa específica para la neumonía se identifica a sólo el 50% de las personas, incluso después de una amplia evaluación. En el Reino Unido, amoxicilina y claritromicina o eritromicina son los antibióticos seleccionados para la mayoría de los pacientes con neumonía adquirida en la comunidad; pacientes alérgicos a penicilinas se dan la eritromicina en vez de amoxicilina. En América del Norte, donde la "atípica" formas de neumonía adquirida en la comunidad son cada vez más común, azitromicina, claritromicina, y las fluoroquinolonas han desplazado a amoxicilina como tratamiento de primera línea. La duración del tratamiento ha sido tradicionalmente de siete a diez días, pero cada vez hay más pruebas de que los cursos más cortos (tan corto como tres días) son suficientes.
Entre los antibióticos para la Neumonía adquirida en el hospital se pueden incluir la vancomicina, tercera y cuarta generación de cefalosporinas, carbapenemas, fluoroquinolonas y aminoglucósidos. Estos antibióticos se suelen administrar por vía intravenosa. Múltiples antibióticos pueden ser administrados en combinación, en un intento de tratar todos los posibles microorganismos causales. La elección de antibióticos varía de un hospital a otro, debido a las diferencias regionales en los microorganismos más probables, y debido a las diferencias en la capacidad de los microorganismos a resistir a diversos tratamientos antibióticos.
Las personas que tienen dificultad para respirar debido a la neumonía puede requerir oxígeno extra. Individuos extremadamente enfermos pueden requerir de cuidados intensivos de tratamiento, a menudo incluyendo intubación y ventilación artificial.
La neumonía viral causada por la influenza A pueden ser tratados con amantadina o rimantadina, mientras que la neumonía viral causada por la influenza A o B puede ser tratado con oseltamivir o zanamivir. Estos tratamientos son beneficiosos sólo si se inició un plazo de 48 horas de la aparición de los síntomas. Muchas cepas de influenza A H5N1, también conocida como influenza aviar o "gripe aviar", han mostrado resistencia a la amantadina y la rimantadina. No se conocen tratamientos eficaces para las neumonías virales causadas por el coronavirus del SRAS, adenovirus, el hantavirus, o parainfluenza virus.
Clasificación de las Neumonías
Clasificación del síndrome clínico de presentación de las neumonías:
Clásicamente la clínica se ha dividido en síndrome típico y síndrome atípico. Sin embargo, se considera actualmente que esta diferenciación es artificial en algunos casos, ya que ciertos microorganismos pueden tener una u otra forma de presentación y en ocasiones, la clínica del paciente no se encuadra en ninguno de los dos síndromes. No obstante, en ocasiones esta diferenciación puede orientar al diagnostico etiológico:
Síndrome típico: cuadro agudo con fiebre elevada, escalofríos, tos productiva y dolor pleurítico. En la auscultación se detectan crepitantes, broncofonía y pectoriloquia. Radiologicamente se aprecia una condensación homogénea y bien delimitada que suele afectar todo un lóbulo. Suele presentar en leucocitosis. Esta es la forma habitual de presentación del Streptococcus pneumoniae.
Síndrome atípico: cuadro subagudo con fiebre sin escalofríos, cefalea, mialgias, artralgias, tos seca. La auscultación puede ser normal, aunque a veces pueden detectarse crepitantes y sibilancias. Radiologicamente el patrón es intersticial o con infiltrados múltiples. No suele haber leucocitosis. Esta es la forma de presentación de mycoplasma pneumoniae, chlamydia pneumoniae, C. psittacci y diversos virus.
Clasificación de las neumonías según del ámbito donde se desarrollan en
Neumonía adquirida de la comunidad (NAC)
Se presenta en pacientes no hospitalizados durante los 14 días previos.
Se manifiesta por síntomas y signos de infección respiratoria baja asociados a un infiltrado nuevo en la radiografía de tórax.
Presenta una mayor incidencia en invierno.
La mortalidad promedio es del 4 %. En Argentina es la 6° causa de muerte en general.
Agentes Etiológicos:
Streptococcus pneumoniae es el agente más frecuentemente aislado en las NAC.
Haemophilus influenzae y Staphilococcus aureus.
Micoplasma pneumoniae, frecuente en neumonías de manejo ambulatorio.
Chlamydia pneumoniae, suele producir coinfecciones.
Legionella es endémica es ciertas áreas y esporádicas en otras.
Los virus influenza, parainfluenza, adenovirus, VSR ocasionan el 10 % de las NAC.
El mycobacterium tuberculosis puede presentarse como NAC.
Hantavirus. Se debe considerar en personas expuestas a inhalación de partículas infectantes presentes en la tierra contaminada por deyecciones del ratón que transmite la enfermedad.
En 3-14 % de los pacientes es posible aislar 2 o más patógenos como causa de infección (concurrente o secuencial).
En 20-60 % de los pacientes con NAC no es posible detectar algún agente causal.
Neumonía intrahospitalaria (NIH)
Es una infección nosocomial: comienza después de 48 h. de ingreso hospitalario, es decir, no existía ni se estaba incubando en el momento del ingreso.
El diagnostico no es fácil. Se manifiesta por un infiltrado nuevo en la radiografía de tórax, junto con fiebre y secreciones traqueo-bronquiales purulentas o leucocitosis.
Es la segunda causa de infección nosocomial, luego de las infecciones urinarias y la de mayor mortalidad (50 %).
Grupos de Riesgo: internados en unidad de terapia intensiva (UTI) con intubación endotraqueal, ancianos, pacientes con alteración del nivel de conciencia, portadores de sonda naso-gástrica y los que reciben tratamiento con antiácidos.
Agentes Etiológicos:
Bacilos aerobios gramnegativos, sobre todo las Enterobacteriaceas y la Pseudomonas aeruginosa: justifican casi la mitad de todos los casos.
Staphylococcus aureus y Streptococcus pneumoniae.
Neumonías en pacientes inmunodeprimidos
Posee características especiales debido a la inmunodepresión severa de estos pacientes.
Clasificación de las neumonías desde el punto de vista anatomopatológico
Neumonía alveolar: se afectan múltiples alvéolos y los bronquiolos están bastantes respetados. Puede llegar a afectarse todo el lóbulo dando una "Neumonía Lobar". Germen principal: streptococcus pneumoniae.
Neumonía intersticial: se afecta la zona del intersticio. Gérmenes principales: los denominados atípicos (virus respiratorios y bacterias intracelulares: micoplasma pneumoniae, chlamydia psittacci y pneumonieae).
Bronconeumonía: Se afectan alvéolos y los bronquiolos adyacentes. La afectación suele ser segmentaria y múltiple. Es raro que se afecte un lóbulo completo. Gérmenes principales: gramnegativos y staphilococcus aureus.
Resfriado común
El resfriado común, catarro o resfrío es una enfermedad infecciosa viral leve de la nariz, la garganta y el sistema respiratorio superior. Sus síntomas son estornudos, secreción nasal, dolor de cabeza, goteo/congestión nasal (a menudo ocurren simultáneamente, o uno en cada fosa nasal), ojos llorosos, picor, dolor o flema en la garganta, tos, cefalea y una sensación de malestar general; normalmente dura entre 3 y 10 días. Es una de las enfermedades más comunes.
El resfriado común pertenece a las infecciones del tracto respiratorio superior. Es distinto de la gripe, una infección viral más grave del tracto respiratorio que muestra síntomas adicionales: fiebre en aumento, temblores y dolores musculares, aun cuando muchas personas confunden ambos términos. Al ser una infección viral, no existe un tratamiento específico más allá del sintomático.
Epidemiología
El resfriado común es una enfermedad de origen viral y la epidemiología es, por lo tanto, la propia de ese tipo de enfermedades.
Algunos factores que influyen en la gravedad de los síntomas son: el estrés psicológico y la fase del ciclo menstrual. Además, una salud débil en general u otras condiciones preexistentes, como las alergias, pueden agravarse debido a una infección.
La mejor forma de evitar los resfriados es mantener el sistema inmunitario en condiciones óptimas: durmiendo lo suficiente para sentirse descansado, reduciendo el estrés, llevando una alimentación adecuada y evitando el exceso de consumo de alcohol.
Exposición a temperaturas frías
Un histórico mito, todavía común hoy en día, afirma que se puede contraer un resfriado por una exposición prolongada al tiempo frío, ya sea refiriéndose a la lluvia o al invierno. Aunque los resfriados comunes son estacionales, con más casos en invierno, la investigación no ha podido dar evidencias de que una exposición corta al frío incremente la susceptibilidad a la infección, lo cual implica que la variación por estaciones viene dada por un cambio en el comportamiento, como por ejemplo el hecho de pasar mayor tiempo en espacios cerrados, en contacto cercano con los demás.
Con respecto a la causa de los síntomas, las investigaciones en el Centro del Resfriado Común de la Universidad de Cardiff condujeron a un estudio para "probar las hipótesis de que un enfriamiento agudo de los pies causa el comienzo de los síntomas del resfriado común". El estudio evidenció que los sujetos se autodiagnosticaron síntomas de resfriado, y creyeron que tenían la enfermedad, pero no sufrían realmente una infección respiratoria. Se concluyó, por tanto, que la causa de los síntomas puede relacionarse con el ataque de frío, no así la auténtica infección. Para entender el desarrollo de los síntomas, se toman como explicaciones posibles: placebo o constricción de los vasos sanguíneos de los orificios nasales que pueden llevar a reducir la capacidad inmunológica. En cualquier caso, según los investigadores "se necesitarían estudios más profundos para determinar la relación entre la generación de los síntomas y la infección respiratoria".
Por otro lado, se sabe que en épocas invernales el movimiento rítmico acelerado de los cilios nasales disminuye en presencia del frío del otoño-invierno, lo que daría más tiempo para que los virus y las bacterias pasen a través del moco y logren infectar células corporales.
Se suma a que las aves migratorias, importantes vectores de los virus desde el otro hemisferio; dejan una estela de virus en el aire, favoreciendo la aparición de epidemias.
Patología
Causado por numerosos virus (principalmente rhinovirus, coronavirus y también ciertos ecovirus y coxsackievirus) que infectan el sistema respiratorio superior. Se han descrito varios cientos de virus causantes del resfriado común. La variedad de agentes causantes hace muy ineficaz cualquier tipo de vacunación. Se transmiten de persona a persona a través de pequeñas gotas de saliva que se expelen al toser, hablar o durante los estornudos. Las gotas son inhaladas directamente o, más frecuentemente, se transmiten de mano en mano mediante apretones de mano u objetos como los pomos de las puertas, y luego se introducen en los conductos nasales cuando la mano toca la nariz, la boca o los ojos.
El virus entra en las células de las paredes de la nariz y la garganta, y se multiplica rápidamente dentro de ellas. Los síntomas comienzan 1 o 2 días después de la infección. Son el resultado de los mecanismos de defensa del cuerpo: estornudos, goteo de la nariz y tos para expeler al invasor, y la inflamación para atraer y activar a las células inmunitarias. El virus se aprovecha de los estornudos y la tos para infectar a la siguiente persona antes de ser eliminado por el sistema inmunitario del cuerpo. Un enfermo es más infeccioso dentro de los tres primeros días de la enfermedad.
Tras un resfriado común, el enfermo desarrolla inmunidad al virus particular que le ha afectado. No obstante, debido al gran número de virus del resfriado distintos que hay, esta inmunidad es limitada y una persona puede infectarse fácilmente por otro virus del resfriado y comenzar el proceso de nuevo.
Complicaciones
Las bacterias que normalmente están presentes en las vías respiratorias se pueden aprovechar de la debilidad del sistema inmunitario durante un resfriado común y producir una coinfección. La infección del oído medio (en los niños) y la sinusitis bacteriana son coinfecciones comunes. Una posible explicación para estas coinfecciones es que sorberse la nariz con fuerza transporta los fluidos nasales a esas zonas.
Prevención
La mejor manera de evitar un resfriado es evitar el contacto cercano con los enfermos actuales, lavarse meticulosa y regularmente las manos y evitar tocarse la cara. Los jabones antibacterianos no tienen efecto sobre el virus del resfriado -es la propia acción mecánica de lavarse las manos la que elimina las partículas víricas. Se recomiendan gel con alcohol para manos como método efectivo para reducir la concentración de los virus infecciosos en las manos. Sin embargo, al igual que al lavarse las manos, los geles con alcohol no proporcionan ninguna protección residual contra otra infección.
En algunos países como Japón las personas resfriadas se colocan máscaras de cirujano como cortesía hacia los demás. En España, Paraguay, Argentina, Chile, Venezuela, Colombia y México hay personas que al toser se cubren la boca y nariz con su jersey, camiseta, bufanda o pañuelo, para captar las micropartículas emitidas.
Debido a la gran variedad de virus causantes del resfriado común, la vacunación es inviable.
Tratamiento
No existe cura para el resfriado común, es decir, no hay tratamiento que combata directamente al virus. Sólo el sistema inmunologico del organismo puede destruir con efectividad al invasor. Un resfriado puede estar compuesto por varios millones de partículas virales, y normalmente en pocos días el organismo comienza a producir en masa un anticuerpo más adecuado que pueda impedir que el virus infecte más células, además de glóbulos blancos que destruyen el virus mediante la fagocitosis y a las células infectadas para impedir más replicaciones del virus.
Por tanto, los tratamientos disponibles se centran en aliviar los síntomas, y también en ayudar al cuerpo a desarrollar sus defensas.
Para algunas personas, los resfriados son inconveniencias relativamente leves, y pueden continuar con sus actividades cotidianas con una incomodidad tolerable. Se deben ponderar esta incomodidad y el precio y los posibles efectos secundarios de los remedios.
Los tratamientos comunes incluyen: analgésicos como el ácido acetilsalicílico, el acetaminofén o paracetamol, además de versiones localizadas para la garganta (recetadas a menudo en forma de pastillas), descongestionantes nasales que reducen la inflamación de las vías nasales, constriñendo los vasos sanguíneos locales, supresores de la tos (que funcionan como un narcótico, suprimiendo el reflejo cerebral de la tos o diluyendo la mucosidad de los pulmones), y antihistamínicos de primera generación, como la bromfeniramina, la clorfeniramina y la clemastina (que reducen la segregación de mucosa en la glándula correspondiente y combaten así el goteo y la congestión nasal, aunque también provocan somnolencia como efecto secundario). Los antihistamínicos de segunda generación no tienen efectos útiles sobre el resfriado.
Procurarse un ambiente cálido y seco y beber gran cantidad de fluidos, especialmente líquidos calientes, aliviará los síntomas en cierta manera.
Los antibióticos son ineficaces contra el resfriado común y también contra cualquier otra infección viral. Son útiles para tratar cualquier infección bacteriana secundaria, pero el tratamiento con antibióticos antes de que se desarrollen estas coinfecciones es contraproducente, ya que puede generar una resistencia al medicamento.
No hay que olvidar que todos los medicamentos son para el alivio sintomático y no impiden la propagación de la infección a aquellos que nos rodean y hay que pensar en la cantidad de personas que infectaremos si seguimos con nuestro ritmo diario y por lo tanto, sería recomendable que las personas resfriadas usaran máscaras quirúrgicas. Sólo después de reaccionar nuestro cuerpo y generar defensas contra la infección e ilimitados los síntomas de forma natural dejamos de ser portadores de la infección
Autor:
Ricarte Tapia Vitón