2. Medidas Comunitarias (de los años 80 al siglo XXI)
Antes de Lisboa
El empleo se ha convertido, a nivel de discurso, en una prioridad absoluta en la UE al tiempo que en un objetivo económico, político y social. Este interés se ha ido perfilando en los últimos años al tiempo que se instalaba el paro estructural en los países comunitarios.
Ya en el Consejo Europeo de Estrasburgo (diciembre 1989) once de los doce Estados miembros (auto exclusión del Reino Unido) adoptaron la "Carta Comunitaria de los Derechos Fundamentales de los Trabajadores", un conjunto de declaraciones sin fuerza legal vinculante que aspiraban a fijar un mínimo de protección social para los Estados miembros y donde el empleo quedaba priorizado. La centralidad del empleo como objetivo último de la Política social europea ha sido tema recurrente a partir de entonces en la Unión Europea. Vinculadas a este objetivo encontraremos cada vez más recomendaciones y medidas relacionadas con la educación y la formación de los individuos referidas, a su vez, a la nueva realidad ofrecida por la Sociedad de la Información. Simultáneamente notaremos una preocupación creciente sobre el futuro laboral que ofrecen las políticas educativas en los países de la Unión Europea. En la resolución del Consejo y de los ministros de educación reunidos en el seno del Consejo de 19 de septiembre de 1983, y considerando la resolución del Consejo de febrero de 1976, del Consejo de julio de 1982 y el de junio de 1983 sobre la introducción de las nuevas tecnologías de la información en la educación, se planteaba que: "…es cada vez más importante que la escuela familiarice a los jóvenes con las nuevas tecnologías de la información con el fin de asegurar mejores oportunidades a las generaciones futuras". Notamos ya aquí una voluntad firme de conseguir progresos en este sentido. A partir de ese momento y hasta el fin de 1987 se pretenderá poner en práctica un conjunto de iniciativas comunitarias en estrecha relación con las ya existentes para fomentar el paso de los jóvenes de la educación a la vida activa.
Los Consejos Europeos, primero de Maastricht, en 1991, y después de Amsterdam, en junio de 1997 supusieron el lanzamiento de una nueva etapa en la construcción comunitaria. En este período el Libro Blanco sobre "Crecimiento, competitividad y empleo: pistas y retos para entrar en el siglo XXI" (diciembre 1993) marcará un antes y un después reconociendo "problemas estructurales" en la base del desempleo y apelando a una mejora de la competitividad y a políticas activas de empleo. De la misma forma el Libro Blanco sobre "Política Social" (julio 1994) hace hincapié en la importancia del empleo como objetivo comunitario y en la necesidad de mejorar la formación para garantizar su calidad, aunque respetando los compromisos adquiridos en materia macroeconómica en Maastricht. Las directrices marcadas en ambos libros quedarán ratificadas en la cumbre de Essen (diciembre 1994).
En el ámbito educativo las nuevas tendencias se recogerían en el Libro blanco de la educación y la formación "Enseñar y aprender: hacia la sociedad cognitiva", (1995). Se constataban tres "choques motores" que constituían factores determinantes de la realidad del momento: la sociedad de la información, la mundialización, y la civilización científica y técnica. Ésta última, según el Libro Blanco, generaba "en la sociedad temores irracionales y un sentimiento de amenaza". En este contexto se hacía evidente la necesidad de favorecer la adquisición permanente de nuevas competencias exigidas cada vez más por la evolución tecnológica. Aparecería aquí ya una de las demandas más reiteradas de la UE en los años siguientes: la organización de los sistemas de acreditación de estas nuevas competencias. También se requerirían políticas de apoyo a la creación y la utilización de productos y servicios educativos basados en la informática y las telecomunicaciones. El 29 de mayo de 1997 la Comisión adoptó una comunicación relativa a la evaluación de la aplicación del Libro Blanco en la que se recogía un resumen de los principales mensajes políticos de los debates mantenidos con posterioridad a su publicación. Dichos mensajes, afirma la comunicación, sientan las bases de lo que llama la Unión del Conocimiento. En materia de TIC se dice que "… cualquier mejora de la educación y la formación contribuye a reforzar el conocimiento y la competitividad de Europa…" y que "…la construcción de la sociedad de la información (dominio individual de las técnicas de la comunicación) goza de aceptación general." Encontramos ya uno de los que serán los motores de la incorporación de las TIC a los sistemas de enseñanza: la competitividad. A partir de aquí, y basándose en la necesidad de preparar a los europeos ante los profundos cambios que conlleva la sociedad de la información surgirán un conjunto de medidas y planes de acción que pretenderán acelerar el acceso de los centros educativos a dicha sociedad.
En el Tratado de Amsterdam (1997) surgirá por primera vez el empleo como una competencia formal de la UE, afirmándose que los Estados miembros lo consideran como "una cuestión de interés común". El artículo 125 del Tratado (Título VIII sobre la política de empleo) establece que los Estados miembros y la Comunidad se esforzarán por desarrollar una estrategia coordinada para el empleo. No obstante, esta estrategia quedará limitada por un lado por el principio de subsidiariedad (lo que se traducirá en una cooperación ? coordinación no directiva de las diversas políticas nacionales en que los Estados miembros aplicarán unas Orientaciones Generales de Política Económica y unas Orientaciones de Políticas de Empleo acordadas anualmente por el Consejo de Ministros, aunque sin ningún sistema de sanciones), y por otro por las disposiciones relativas a política económica y monetaria del título VII del Tratado (en que se establece que las orientaciones en materia de empleo deben ser compatibles con las orientaciones generales de dichas políticas).
En noviembre de 1997 el Consejo Europeo de Luxemburgo sentó las bases de la acción futura de la Unión en materia de empleo. El proceso de Luxemburgo se concretó en unas Directrices (3) para el empleo alrededor de las cuales se deberían coordinar las políticas de empleo de los Estados miembros. La trasposición de estas directrices en las políticas nacionales se materializarían a partir de entonces en los Planes de Acción Nacionales (PAN), elaborados por los Estados miembros, que se someterían al examen de la Comisión y el Consejo. Ese mismo mes la Comisión adoptó la comunicación "Por una Europa del conocimiento", con una serie de propuestas en el sentido dominante de todas las políticas europeas después de la cumbre de Luxemburgo: la promoción del empleo (4). Dentro de los objetivos de acción comunitaria se propuso el desarrollo del acceso de los ciudadanos a los recursos educativos y el fomento en la innovación de estos recursos. Para llevar a cabo estos objetivos se plantearon, entre otras medidas, la promoción del acceso adecuado y la correcta utilización de las tecnologías de la informática y la telecomunicación, y el desarrollo de redes de cooperación en el ámbito europeo al tiempo que se daban acciones de apoyo a la innovación de productos y enfoques pedagógicos.
Las directrices planteadas en Luxemburgo en relación al empleo fueron ratificadas en los Consejos Europeos posteriores (Cardiff, 1998 y Colonia, 1999), si bien se continuaba remarcando la importancia del marco económico aprobado en Maastricht como elemento que delimitaba el espacio de actuación. Esto se vería reflejado en el tipo de medidas propuestas, que no contemplaban, por ejemplo, un aumento del gasto público, sino más bien una mayor dedicación del mismo a políticas activas de formación y promoción del empleo frente a las políticas pasivas de subsidios.
El 27 de enero de 2000 se presentó el Informe de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo "Concebir la educación del futuro: promover la innovación con las nuevas tecnologías". En él se analizaba la situación de las NT en la educación hasta ese momento y, más concretamente, los progresos realizados en el período 1996-1999. El objetivo primordial era proponer recomendaciones de acción prioritarias con vistas a la puesta en marcha de una iniciativa comunitaria en el mismo año 2000. En el contenido del informe encontramos desarrolladas consideraciones críticas que ya se empezaban a apuntar en las últimas comunicaciones respecto al correcto uso de las TIC en la educación, y se reconocen resultados poco satisfactorios hasta el momento, vinculados a la dotación de equipamientos sin el acompañamiento de una reflexión más profunda sobre métodos de enseñanza. Si durante los años 90 se había tendido a desarrollar planes de acción a largo plazo tomando en cuenta sobre todo las iniciativas nacionales, regionales y locales, y especialmente relacionadas con la dotación de infraestructuras y la sensibilización del profesorado, a partir de ahora se van a mantener estos mismos objetivos pero se van a intensificar las acciones a corto y medio plazo y a escala comunitaria. Los principales objetivos que desarrolla el informe se desenvuelven alrededor de tres puntos:
· Una formación sobre las herramientas, de manera que los usuarios potenciales dejen de "tropezar" con la tecnología.
· una adecuación a las prácticas pedagógicas
· la adaptación de las TIC a cada disciplina
La Nueva Economía – Lisboa 2000
Durante el Consejo Europeo de Lisboa celebrado los días 23 y 24 de marzo de 2000 se estableció el objetivo de "convertir a Europa en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social." Bajo el título "Más y mejores empleos para Europa: desarrollo de una política activa de empleo" el Consejo de Lisboa recogía las directrices surgidas del proceso de Luxemburgo y reconocía la necesidad de intensificar los esfuerzos en este sentido para lograr en 2010 una tasa de empleo media del 70% (un 60% en el caso del empleo femenino). A este respecto se reconoció la necesidad urgente de que Europa explotase las posibilidades que le brindaban la llamada Nueva Economía, y las TIC. La presidencia del Consejo expuso en el punto 25 de sus conclusiones, bajo el subtítulo de "Educación y formación para la vida y el trabajo en la sociedad del conocimiento" que, "los sistemas de educación y formación europeos necesitan adaptarse tanto a las demandas de la sociedad del conocimiento como a la necesidad de mejorar el nivel y calidad del empleo." Uno de los componentes principales para conseguir llevar a cabo este planteamiento sería el "…fomento de la adquisición de nuevas competencias básicas, en particular en la tecnología de la información." En el punto 26 el Consejo instaba a los estados miembros a que, de acuerdo con sus respectivas normas constitucionales, adoptasen las medidas necesarias para conseguir, entre otros objetivos, que todas las escuelas y centros de formación estuvieran conectados a Internet y se convirtieran en "centros locales de aprendizaje polivalentes". Igualmente se les instaba a colaborar para conseguir un marco europeo capaz de definir cualificaciones en materia de:
"… tecnologías de la Información, idiomas extranjeros, cultura tecnológica, espíritu empresarial y habilidades de socialización." En el punto 27 el Consejo Europeo pedía al Consejo de Educación una reflexión sobre la necesidad de priorizar intereses comunes sobre los sistemas educativos, respetando al mismo tiempo la diversidad nacional. Para alcanzar estos objetivos, los jefes de Estado y de Gobierno "invitaron" al Consejo y a la Comisión a preparar un plan de acción sobre la base de la eEurope, iniciativa lanzada por la Comisión Europea en diciembre de 1999 con el objetivo de "poner a Europa en línea".
El Plan de acción eEurope, elaborado posteriormente, fue presentado para su refrendo en el Consejo Europeo celebrado en Santa Maria da Feira los días 19 y 20 de junio de 2000 todavía bajo presidencia portuguesa. Las distintas acciones del Plan eEurope se agruparon en torno a tres objetivos fundamentales:
· 1. Una Internet más rápida, barata y segura
· 2. Invertir en las personas y en la formación
· 3. Estimular el uso de Internet
Los métodos principales mediante los cuales se pretendían conseguir los objetivos eEurope eran:
· 1. Acelerar la creación de un entorno legislativo adecuado.
· 2. Apoyar nuevas infraestructuras y servicios en toda Europa, apoyándose principalmente en la financiación del sector privado.
· 3. Aplicar el método abierto de coordinación y evaluación comparativa.
Uno de los factores clave establecidos en la Cumbre de Lisboa que tomará forma en la iniciativa "eEurope 2002: Una sociedad de la Información para todos" es la necesidad de llevar a cabo "acciones urgentes dentro de plazos muy justos en campos críticos para la nueva economía". Se establece la fecha clave de 2002 para la consecución de todo lo planteado. De lo contrario se afirma que "… será demasiado tarde para alcanzar los ambiciosos objetivos de la cumbre de Lisboa". A este respecto se requiere la implicación del Parlamento Europeo, la Comisión Europea y en especial de todos los Estados miembros: "Ningún Estado puede permitirse un relajamiento, por muy avanzado que esté en relación a otros (…) todos tendrán que lograr que la atención de los ciudadanos se centre en las nuevas posibilidades de las tecnologías digitales…"Pese a todos estos planteamientos, la magnitud de las acciones a realizar a nivel educativo conllevaría la necesidad de desarrollar una nueva medida de acción exclusiva para este ámbito. Esta medida será presentada en mayo de 2000 como "eLearnin: concebir la educación del futuro" como una forma de articular "las acciones eEurope, el proceso de Luxemburgo y las actividades de investigación para movilizar al mundo de la educación y la formación". La iniciativa eLearning formará parte de la estrategia global eEurope y pretenderá crear un marco en el que las comunidades educativas y culturales puedan desempeñar el papel clave para el desarrollo de la Sociedad de la Información que se les asigna a raíz de la Cumbre de Lisboa. La iniciativa eLearning planteará en su objetivo general la voluntad de movilizar a las comunidades educativas así como a los agentes implicados con el fin de que Europa pueda: "… recuperar su retraso y acelerar la instauración de la sociedad del conocimiento." Volvemos a ver aquí la necesidad inminente que parece representar para la UE la introducción de las TIC en la educación. Esta urgencia se reitera más adelante concretando que el importante desfase de la UE en materia de tecnologías de la información se da sobre todo respecto a los EEUU: "Es precisa una movilización europea urgente para eliminar las deficiencias y recuperar los importantes retrasos en la utilización de las nuevas tecnologías en comparación con Estados Unidos…" La iniciativa eLearning plantea tres tipos de objetivos ya apuntados en el plan de acción eEurope: objetivos en cuanto a infraestructuras, objetivos en cuanto al incremento del nivel de conocimientos de la población y objetivos en cuanto a la adaptación de los sistemas de educación y de formación a la sociedad del conocimiento. Una vez alcanzados, todos estos objetivos serán, según anuncia la iniciativa eLearning, los que permitan "…a los ciudadanos europeos participar activamente en la construcción de la sociedad más dinámica y cohesionada del mundo."
Tal y como marcaba el plan de acción eEurope, el esfuerzo por llevar a cabo todas estas acciones lo deben desarrollar principalmente los Estados, y esa es su responsabilidad. Por ello se destaca la necesidad de que éstos aporten más recursos económicos, y si es el caso hagan esfuerzos suplementarios sin recortar presupuesto de otras necesidades educativas. En este contexto, la labor de la Comisión será ayudar a los Estados a coordinar la puesta en marcha de las acciones y financiar la difusión de las mejores prácticas y la creación de redes transfronterizas de escuelas. También se prevé que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) pueda financiar infraestructuras y equipamientos para la utilización de las TIC (5) .Igualmente, la Comisión llevará a cabo un seguimiento de todas las acciones para analizar los progresos y la eficacia de las medidas de cara a una futura toma de decisiones. El principal sistema utilizado a ese respecto será el de evaluación comparativa mediante los 23 indicadores consensuados en noviembre de 2000 referidos a todos los campos de acción definidos en el plan eEurope.
El Plan de acción eLearning presentado por la Comisión el 28 de marzo de 2001 plantea los medios de aplicación de la iniciativa eLearning (mayo 2000) dentro del contexto del Plan de acción global eEurope para el período 2001-2004. A él se unirán otros programas de acción paralela que servirán de instrumentos de aplicación del eLearning: Programa IST (Information Society Technologies), Ten-Telecom, eContent, GoDigital (6), programas Sócrates, Leonardo da Vinci, eSchola y Netd[arroba]ys (7)
Después de Lisboa
Entre enero y junio de 2002, le tocó el turno a la presidencia española de la Unión Europea. En este período las elaboraciones que relacionan TIC y educación las encontraremos de nuevo vinculadas al tema del empleo y de la economía. En las conclusiones de la Cumbre celebrada en Barcelona el 15 y 16 de marzo bajo el título "Promover la cualificación profesional y la movilidad en la Unión Europea" veremos el pleno empleo como "objetivo esencial de las políticas económicas y sociales", siendo indispensable para conseguirlo "promover políticas activas de empleo, manteniendo el enfoque preventivo…". A este fin se reitera la importancia del plan eEurope y la formación enTIC en las escuelas, al tiempo que se solicita el desarrollo de una "cultura digital", la generalización de un título de informática e Internet para los alumnos de secundaria y una garantía de que todos los ciudadanos estén "formados con cualificaciones básicas, especialmente relacionadas con las tecnologías de la información y de las comunicaciones". Todo ello pretende que los sistemas educativos y de formación se conviertan en una referencia de calidad mundial para 2010.
En mayo de 2002 la Comisión adoptará un nuevo Plan de Acción: "eEurope 2005. Una Sociedad de la Información al servicio de todos", refrendada en la cumbre de Sevilla celebrada los días 21 y 22 de junio. Este nuevo plan de acción tiene entre sus objetivos principales "crear un entorno favorable para la inversión privada y la creación de nuevos puestos de trabajo al tiempo que se da un impulso a la productividad". Otros objetivos serán obtener servicios públicos on-line modernos, un entorno dinámico de comercio electrónico, disponibilidad general de banda ancha a precios competitivos y una infraestructura de la información segura. Se plantea como continuación del anterior eEurope y busca reforzar el trabajo de cara a conseguir el ambicioso objetivo planteado en Lisboa dos años antes.
3. Las Nuevas Prioridades
La Nueva Economía
Como hemos ido viendo, el progresivo desarrollo de la llamada Sociedad de la Información, impulsado a su vez por el desarrollo de las TIC, ha ido ganando terreno en el discurso político de la UE. El talante general en el que se desenvuelve este discurso es en el de la necesidad de "subirse al tren", de no perder la oportunidad que la Sociedad de la Información nos brinda. Para ello se insiste en la necesidad de superar miedos y recelos. Se habla de "temores irracionales" y de un "sentimiento de amenaza" de la sociedad versus la utilización de las TIC. Una sociedad que, entrado el siglo XXI, parece seguir "tropezando" con la tecnología. Esta falta de sensibilización, y sobre todo, esa falta de cultura tecnológica será objeto de constante preocupación de las medidas comunitarias.
La Nueva Economía se presenta oficialmente como el camino a seguir a partir de marzo de 2000. Ésta se basa en el conocimiento y en la capacidad de innovar de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación. Es también la economía de la liberalización de los mercados y de un nuevo tipo de empleo (basado en la flexibilidad, adaptabilidad, evolución controlada de los salarios, productividad…). Esta economía demanda nuevas credenciales y, sobre todo, una gran capacidad de reciclaje y formación continuada. El factor humano aparece aquí como un importante factor competitivo. De esta forma el mundo laboral quedará confirmado como tercer elemento del triángulo en que se convierte la estrecha relación existente entre educación y TIC.
Pero veremos cómo la educación en TIC no aparece sólo como un tránsito necesario para mejorar la empleabilidad en la Sociedad de la Información, sino también como un filón empresarial en expansión cuando se plantea, por ejemplo, conseguir el desarrollo de un mercado del aprendizaje electrónico en Europa. Para alcanzar este objetivo contenido en el plan eLearning 2004-2006 será necesario analizar "la problemática jurídica, económica y social con vistas a detectar los obstáculos que se oponen (…) y cuando sea necesario, proponer la manera de allanarlos".
Los nuevos indicadores
El impulso que la Nueva Economía tomó a partir de la cumbre de Lisboa va de la mano de un discurso que apremia a que ésta ponga en marcha todo su potencial para salvar las distancias con los que considera sus principales competidores: Japón, y especialmente los EE.UU. Se insistirá de forma recurrente en el "retraso" y las carencias de Europa sobre todo con respecto a este último y se utilizará como uno de los principales incentivos para avanzar en este terreno. Y es que las NTIC aparecen como elemento potencial para mejorar la competitividad empresarial europea y para acercarse así al objetivo marcado en Lisboa: ser la zona económica basada en el conocimiento más competitiva del mundo (8). Tal y como se expresó en la Cumbre de Barcelona, se defenderá pues, que el estímulo a la competitividad en la UE necesite del desarrollo del "espíritu empresarial", que junto con el correcto funcionamiento del mercado interior "constituyen la clave del crecimiento y de la creación de empleo". Por tanto "el contexto regulador debería fomentar la actividad empresarial y hacer tan simple como sea posible la creación de nuevas empresas, en concreto mediante la utilización plena de las posibilidades de Internet". A fin de seguir los progresos anuales de la UE en este sentido se creó el "Cuadro de indicadores de la innovación" La evaluación de los indicadores para 2002 confirmaría que los resultados de la innovación en la UE "siguen siendo flojos en comparación con los de sus principales competidores globales" (9). Pese a esto también se afirmará que la tendencia comunitaria es, en general, positiva. Estos indicadores hacen referencia a cuatro grandes ámbitos susceptibles de incidir sobre la innovación: recursos humanos; producción del conocimiento; transmisión y aplicación de conocimientos; y mercados, resultados y financiación de la innovación. Se presta especial atención al papel que pueden desarrollar las PYME ligadas a las TIC como manifestación del desarrollo de ese espíritu empresarial, y también como parte importante de la mano de obra europea que debe adaptarse a la innovación. Por otro lado parece destacado también el seguimiento que se hace a la evolución de los recursos humanos en relación al empleo, la educación y la formación. Y es que las NTIC se presentan más que nunca como un espacio potencial para el empleo. Así, ya el 25 de noviembre de 1998, en un informe de la Comisión sobre las "Oportunidades de empleo en la sociedad de la información: explotar el potencial de la revolución de la información", se afirmaba que la Sociedad de la Información representaba el 5% del PIB de la UE y su ritmo de crecimiento era superior en más de 5 puntos (en términos reales) a los demás sectores de la economía. Por otro lado, el sector de las "actividades informáticas y actividades relacionadas", con tasas de crecimiento muy elevadas, ha llevado a la creación de alrededor de 1,2 millones de empleos en la UE entre 1995-2001, y la UE espera que en 2010 la mitad de los empleos que se creen en Europa procedan de manera más o menos directa de las tecnologías de la información.
Los nuevos trabajadores
No obstante, el desarrollo de todo este potencial de empleos depende de disponer de una masa de trabajadores cualificados en TIC, tanto en sectores directamente relacionados, como en todos aquellos susceptibles de verse afectados por la expansión de la Sociedad de la Información. La inversión en capital humano es entonces importantísima. Se requieren cualificaciones que acrediten los conocimientos en NT. Las indicaciones de la UE en este sentido son continuadas. (10) Sin embargo, estas cualificaciones van a necesitar de una constante revisión. Como afirma Rodríguez Ortiz "…el nuevo paradigma tecnológico-competitivo contribuye a cuestionar, de forma continua, el concepto de cualificación, que deja de ser un acervo que acompaña al individuo a lo largo de su vida laboral" (RODRÍGUEZ ORTIZ, 2000: 87). Surge aquí el peligro de que queden marginados aquellos individuos que no dispongan de unas cualificaciones básicas en TIC ("brecha digital") (11).
Si bien la promoción del empleo ya se había visto ligada a la introducción de las TIC en el plano educativo (especialmente a partir de 1997 al crearse las bases de la "Unión del conocimiento"), a partir de la cumbre de Lisboa quedará confirmada la necesidad de que la educación y la formación permanente vayan acordes con las competencias que corresponden a los nuevos perfiles profesionales vinculados a la Nueva Economía (12). En este contexto quedan justificadas medidas que incentiven de forma simultánea los conocimientos que permitan al alumno un mayor desarrollo de las competencias para moverse en la Nueva Economía, es decir, se insta a los Estados a que se desarrollen cualificaciones en materia de TIC, pero también de "cultura tecnológica", de "idiomas extranjeros" y "espíritu empresarial" (13). Los conocimientos que cotizan al alza en este entorno son aquellos que garantizan al sector productivo una fuerza de trabajo cualificada y que permitirán al alumno desarrollar ciertas habilidades en su destino profesional.
Siguiendo el esquema de Martin Carnoy sobre las estrategias de reforma educativa podríamos considerar que las medidas que la UE adopta en materia de TIC, especialmente las intensivas a partir de Lisboa, se aproximan al tipo de reformas que Carnoy denomina basadas en la competitividad. "Las reformas basadas en la competitividad, ante todo pretenden aumentar la productividad económica mejorando la calidad de la mano de obra (…) donde la calidad se mide, sobre todo, en función del éxito del alumno, pero también por la pertinencia de la enseñanza en un mundo laboral en plena evolución. Las reformas basadas en la competitividad se centran en la productividad. Dicho de otra manera, su objetivo es aumentar la productividad de la mano de obra y de los centros escolares, incluso si ello requiere unos gastos educativos suplementarios" (CARNOY, 2001: 101-102).
La nueva convergencia
Si bien en virtud del principio de subsidiariedad, en la UE cada Estado miembro es plenamente responsable, tanto de la organización de su sistema educativo como del contenido de sus programas (14), desde el Consejo Europeo de Lisboa de marzo de 2000 se han llevado a la práctica todos los medios existentes para fomentar la cooperación en materia de enseñanza. La finalidad: llevar a cabo el objetivo estratégico europeo para la próxima década, "convertirse en la economía del conocimiento más competitiva y dinámica del mundo." La dificultad de competir, sobre todo con EE.UU (aunque también con Japón), en la utilización y la aplicación de TIC ya se venían apuntando algunos años atrás, en especial dada la diferencia del coste de las telecomunicaciones, mucho más caras en Europa, pero a partir de este momento las medidas se convierten en urgentes y los objetivos pasan a tener plazos concretos de aplicación, la mayoría muy cortos. La importancia del reto marcado para el 2010 en Lisboa insta a los Estados miembros a evitar un "relajamiento" en las acciones. El "método abierto de coordinación" (15), si bien respeta el reparto de poderes previsto en los tratados, y no llega a plantearse como una "política común", aparece como uno de los instrumentos más eficaces destinados a la creación de un "espacio educativo europeo", junto con el Plan eEurope y su equivalente en educación eLearning.
Por tanto, pese a que los Estados miembros son responsables del contenido y la organización de sus sistemas de educación y formación, en los últimos años en la UE se está desarrollando un impulso considerable de coordinación de las políticas educativas, especialmente en materia de NTIC encabezado por eEurope, eLearning (con sus cuatro líneas de "acciones de cohesión") y el método abierto de coordinación comparativa con la difusión de las mejores prácticas. Aunque este hecho no tenga una repercusión directa en instrumentos legales como reglamentos o directivas, se vienen desarrollando numerosos planes de acción, resoluciones, definiciones conjuntas de objetivos y programas de trabajo que buscan una fuerte incidencia en todos los Estados miembros (e incluso en los países candidatos) y que "exigen" esfuerzos y resultados en función de las metas fijadas. Tal y como se plantea en el Plan de acción eLearning de 2001: "Deberá evitarse una Europa de dos velocidades. Todos los Estados miembros deben estar dispuestos a establecer nuevas prioridades, proporcionar la financianción necesaria…". Pese a que se insta a los Estados a que destinen los recursos económicos necesarios para alcanzar los objetivos en materia de TIC en educación, la UE pone a disposición de los sus miembros la utilización de Fondos Estructurales cuando proceda, y especialmente cuando se emprendan acciones encaminadas a la formación de adultos en las habilidades básicas de la Sociedad de la Información con el fin de mejorar sus posibilidades de empleo (por ejemplo trabajadores en paro, mujeres que regresan al mundo laboral…) (16). Simultáneamente el Fondo Social Europeo (FSE) se confirmará como un instrumento al servicio de la Estrategia europea para el empleo y contará entre sus principales objetivos acciones de desarrollo de los recursos humanos. Esto viene favorecido por la estrecha relación existente entre las NTIC y su consideración de potencial para creación de empleo en un contexto en el que el desempleo medio de la UE es del 8,1% (17).
El artículo 125 del Tratado CE (Título VIII sobre la política de empleo) establece que los Estados miembros y la Comunidad se esforzarán por desarrollar una estrategia coordinada para el empleo. El artículo 127 dispone a su vez que la Comunidad contribuya mediante la integración del empleo en las políticas y las actividades comunitarias. En virtud de esto último a partir del Tratado de Amsterdam se elaborará una "Estrategia coordinada para el empleo" que se basará en la consideración del empleo en la definición y la aplicación de las políticas y acciones comunitarias. De esta forma la cooperación de los Estados miembros en materia de educación en lo referente a las TIC recibe el impulso de la preocupación por el desempleo. Por tanto cualquier tendencia hacia la convergencia en materia educativa y NTIC podría interpretarse también como una forma de favorecer una acción de cooperación contra el desempleo por parte de la UE. El empleo, por tanto, será tema transversal en las medidas y recomendaciones de la UE (18). Y es que pese a constituirse como el principal objetivo en política social en la actualidad no existe "política laboral común" contra el desempleo, ya que toda estrategia comunitaria en este campo queda delimitada por las disposiciones relativas a la política económica y monetaria del título VII del Tratado (19).
Pero ¿están teniendo éxito las medidas de coordinación puestas en marcha hasta la fecha? ¿Han convergido las tendencias entre los Estados de la UE en materia de innovación? Volviendo a los indicadores de innovación parece ser que los que más convergen son los relacionados con una mayor influencia de la política pública. En la participación en actividades de aprendizaje permanente y en el número de hogares conectados a Internet es donde la convergencia se nota de forma más intensa. En los indicadores referidos al empleo, sin embargo, no encontramos una tendencia clara a la convergencia entre países.
La nueva educación
¿Cómo afecta la inserción de las TIC al contenido del currículum educativo?
En vista del discurso de la UE, la posibilidad de demostrar un nivel educativo elevado en materia de TIC parece ser prioritario al uso que de estas se pueda hacer como herramientas educativas. Así parece indicarlo la constante demanda de credenciales acreditativas de capacitación en TIC (también para profesores), la generalización de un título en informática e Internet para alumnos de secundaria (tal y como se determinó en las conclusiones de la Cumbre de Barcelona), pero también la reiterada voluntad de la UE de dotar a todos los alumnos de una "cultura digital global" todavía por definir.
Si bien en las medidas comunitarias, (y en su traducción en políticas estatales) se han ido introduciendo referencias a lo necesario de reforzar la calidad de la formación de los agentes implicados, de los métodos de enseñanza e incluso de las propias tecnologías, (20) también es cierto que el concepto de calidad ha sido más bien poco explícito en su contenido y en última instancia se ha limitado a reforzar los objetivos marcados por la Nueva Economía. En este contexto las expectativas sobre los profesores siempre se han visto reducidas a conseguir que éstos utilicen de forma regular las TIC y que se sensibilicen con respecto a lo conveniente de su uso. Se nota el interés de la UE por dotar a todos los centros de acceso rápido a Internet y a los recursos multimedia en el menor tiempo posible, pero no se insiste de la misma forma en la adopción de programas y contenidos pedagógicos concretos que doten de uso educativo a las TIC.
Es importante también el uso que se hace en educación de los conceptos de "progreso" e "innovación" ligados a las NT. Se las dota así de un valor añadido, en tanto que suele asimilarse con un proceso de cambio en positivo. Sin embargo, no siempre las TIC implican una innovación didáctica, por ejemplo, la simple dotación de conexión a Internet no garantiza su uso en las escuelas (21). Tampoco la innovación tecnológica implica necesariamente un progreso, ya que a un diseño informático novedoso puede acompañar un talante perfectamente conservador.
- Conclusiones
"Globalización es el nombre dado a la más moderna, avanzada y amplia forma de mercado mundial" (SAMPEDRO, 2002: 59). Se trata, por tanto, de una globalización con un fuerte componente económico. En este contexto, hoy día la necesidad de no quedarse "rezagado" responde, fundamentalmente, a no hacerlo respecto de los imperativos de la Nueva Economía. (22) De esta manera cada vez más se identifican los intereses de la escuela con los de la economía, y los centros educativos se ven como un lugar de tránsito hacia la vida laboral. En este marco el fuerte contenido simbólico de palabras como "innovación" o "progreso" ligadas a "Nuevas Tecnologías" y a "educación", dificultan toda valoración crítica al respecto.
Así, ¿las NTIC han entrado en las aulas por razones "extrapedagógicas"? Parece ser que sí.
Éstas aparecen, por un lado, como una herramienta educativa para plantear las materias curriculares, y por otro como una materia en si misma, con contenido y entidad propia dentro de los planes de estudio (informática, tecnología…). Las NT se plantean en la actualidad en el entorno educativo europeo como un elemento imprescindible y necesario. Pero, ¿cómo se ha llegado a gestar esta intensa relación entre educación y Nuevas Tecnologías? ¿A qué responde el creciente interés por una veloz universalización de la cultura digital en la enseñanza? A partir de la Cumbre de Lisboa (ya conocida como la cumbre "puntocom") el reto del empleo se unió al reto tecnológico de forma más intensa que nunca. Y mientras el primero se convertía en la principal prioridad a nivel de discurso, el segundo se ponía manos a la obra para conseguir crear un "espacio educativo europeo". De esta forma, al margen del ideal de calidad de los sistemas educativos y de formación a los que se apelaba en la Cumbre de Barcelona, los recursos humanos supusieron un requisito básico para las demandas de competitividad y crecimiento de la UE, especialmente frente a los EE.UU. La voluntad de "acelerar la creación de un entorno legislativo adecuado" (objetivo planteado en eEurope 2002) resumía la importancia de intensificar esfuerzos en este ámbito.
No obstante, los esfuerzos parecen no ser suficientes todavía. A la espera de una evaluación del Plan de Acción eEurope 2005, el Informe sobre la acción eEurope 2002 informaba de que sólo aproximadamente un tercio de la fuerza de trabajo de la Unión Europea había recibido formación informática para el trabajo. Para conseguir los objetivos de la Nueva Economía las medidas comunitarias continúan necesitando de una coordinación intensa entre los Estados miembros. La que se ha venido dando en estos últimos años no se puede decir que haya supuesto un avance en la convergencia en materia de política laboral, pero las directrices marcadas sí que han supuesto ciertos apuntes de convergencia en materia educativa, mediatizada por el creciente interés en NTIC. No obstante eso no tiene que suponer una armonización en los resultados. Así, los países "rezagados" (a los que se han añadido la mayor parte de los nuevos países miembros), la llamada "brecha digital", los "miedos" de una sociedad "temerosa" de la tecnología, y el recelo de una parte importante del profesorado (23)serán algunos de los obstáculos que la UE deberá salvar para plantar cara al desempleo y para recuperar el "retraso" frente a sus principales competidores.
4. Bibliografía
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· ESTEFANÍA, Joaquín, 2002, Hij[arroba], ¿qué es la globalización? , Barcelona: Aguilar
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Gema Bejarano Sahuquillo
"Este artículo es obra original de Gema Bejarano Sahuquillo y su publicación inicial procede del II Congreso Online del Observatorio para la CiberSociedad: "
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