- Introducción
- La tercera hora: un maestro de la vida
- La cuarta hora: un forma de vida
- La quinta hora: no temer la ignorancia
Introducción
Una continuación de la ruta del caminante, que contempla la tercera, cuarta y quinta horas, dentro del proceso de evolución del caminante.
La tercera hora: un maestro de la vida
EL CAMINANTE
Abuelo, todos me dicen que tengo que cambiar y debo cambiar. Eso ya lo sé, pero lo que no puedo saber es cómo hacerlo. Lo veo tan difícil.
Entonces el abuelo terminó el relato de su vida y dijo a su nieto:
Hijo, te voy a contar otra historia que puede darte una respuesta. Se trata del proceso de transformación del Caminante y del cambio que experimenta en su aventura de descubrimientos.
Se podría decir mucho acerca del Caminante. Se podría señalar qué debe seguir y qué obstáculos debe evitar, indicar las características que debe poseer, qué debe hacer, cómo hacerlo y para qué hacerlo. En una palabra se podría mostrar el Camino del Cambio, sabiendo que éste no está terminado y no puede terminarse, pues el Caminante si deja el camino, ya no es caminante. Si en verdad lo hiciéramos, le estaríamos negando la posibilidad de que él fuera el Caminante y tenga que ir descubriendo por y para sí mismo el camino. De ahí que, no agregaremos nada más que pueda entorpecer su camino y solo diremos que aunque lo creas o no, lo quieras o no, tu eres el Caminante y como se dice, "se hace camino al andar".
Bueno hijo, pero la historia es la siguiente:
(I) De cómo el Caminante relata las etapas de su vida.
La primera etapa de mi vida fue como la de todos los niños, aprendiendo cosas sencillas, como andar, hablar, manipular objetos, prestar atención sin ninguna responsabilidad en mis relaciones con los demás.
La siguiente etapa me significó un incremento en la responsabilidad y sacrificio personal, dado que comencé a ampliar mis relaciones con los demás, compartiendo mis sentimientos, emociones y aptitudes físicas con ellos.
En la tercera etapa tuve la oportunidad de volverme más autónomo y desarrollar mi voluntad e inteligencia para resolver por mí mismo los problemas que se me presentaban.
La cuarta etapa de mi vida me hizo más humano, al orientar mi percepción del mundo hacia el interior, trascendiendo con ello toda separación o frontera con lo externo estando a las puertas de la percepción de la unidad sujeto-objeto en el acto de la contemplación.
La última etapa (la quinta), la experimento como trascendencia del ego y la unidad sujeto-objeto ya forma parte de mi vida, sintiéndome identificado con la totalidad del sí mismo humano-divino.
(II) De cómo el Caminante relata las aptitudes psicológicas que debe mantener durante todo el proceso de transformación.
Para que la verdad me sea revelada, debo vivir en la verdad y librarme de la ignorancia que nubla la propia verdad. Debo intentarlo con tesón, firmeza y paciencia, pues sé que no es fácil encontrar la verdad sino que requiere de un poco de esperanza en lograr esa meta.
Todo esto debo hacerlo con inteligencia y pensar por mí mismo durante la investigación y análisis de la búsqueda del Camino.
Debo adquirir un sentimiento de desapego por mis posesiones pues comprendo que son transitorios y por tanto no me dan seguridad alguna.
Llevar a cabo esto requiere de disciplina en mi concentración voluntaria ya que existe la tendencia natural a desviar la atención hacia otros fines. De ahí que, para acrecentar la voluntad de atención, recurro a la meditación y esto permite a su vez la quietud y serenidad para enfrentarme a cualquier sufrimiento o situación inesperada. Entonces, ir mediante la meditación hacia nuestro interior despierta las capacidades creativas propias del genio que vive sumido en el ensueño creador en su constante abstracción del mundo material.
Todas estas aptitudes psicológicas deben enmarcarse con un sentido de desprendimiento de la personalidad o abandono del ego, a fin de permitir percibir la realidad sin preconcepciones ni predilecciones favorables a nuestros juicios, emanados de nuestra experiencia anterior, dificultando con ello el ingreso de nuevas ideas y conceptos que permitan un cambio de paradigma de la realidad. Hay que recordar que siempre andamos en la búsqueda de confirmar y corroborar nuestras creencias y pensamientos, de tal modo que si algo no calza con nuestro modelo, se descarta como inútil al conocimiento, lo que de por sí, dificulta aprehender la verdad.
(III) De cómo el Caminante relata acerca de las características de la experiencia de trascendencia.
Normalmente quien no camina, no vive preocupado de la existencia. Su vida transcurre como la de la mayoría, en total separación con la naturaleza. En cambio para el Caminante, la vida la experimenta como un problema que debe resolverse en el transcurso de su propia vida.
Para el Caminante, además de los placeres y alegrías del mundo cotidiano, existen y predominan de preferencia los valores espirituales sobre todos los demás valores. Esto es así, pues el Caminante ante todo busca su transformación interior antes que ser utilizado por los medios externos para otros fines distintos de la persona misma. Todo lo que hace el Caminante está orientado hacia este objetivo y su vida es un fin en sí mismo. También, como tampoco se usa a sí mismo para otros fines distintos a su persona, actúa con un desprendimiento de sus apetitos, de sus deseos egoístas. Al hacerse vacío de su ego, se abre al mundo y recibe la verdad de este. Aquí llegamos a la experiencia de trascendencia del Caminante en el sentido de trascender el yo, del egoísmo, del aislamiento que permite una apertura de amor a la vida.
(IV) De cómo el Caminante relata las etapas de transformación.
Para comenzar a transformarme, debo experimentar un cambio que altere mi percepción del mundo, a tal punto que me motive a seguir más allá de ello y explorar en esta búsqueda , de todos los medios e instrumentos que me permitan formarme una idea de lo que debo encontrar. Entonces, después de mucho buscar, el caminante se da cuenta que todos los medios se integran en un solo método y este consiste en que se busca y encuentra en el interior de uno mismo y se refleja en nuestra forma de ser y vivir.
Por último, el caminante ya no desea caminar solo e intenta entregar a los demás la forma y el modo de caminar hacia el encuentro de sí mismo.
(V) De cómo el Caminante relata las actitudes del proceso creativo.
Para poder estar totalmente presente aquí ahora, renuncio a mi pasado y al futuro a objeto de no tener aprensiones ni angustias por lo que puede o no suceder jamás.
Presentaré una actitud de inocencia, libre de dogmas, hábitos y predisposiciones, a fin de recibir la luz de la creación.
Estaré libre de temores y esperanzas para ser más auténtico, liberándome de los demás, renunciando al afán de impresionar y ser aprobado, sino más bien ser yo mismo y aceptarme tal como soy.
Mi actitud está orientada a suprimir la crítica, al ánimo de corregir, evaluar, juzgar y analizar, con el objeto de formar una actitud de unidad e integfración personal.
(VI) De cómo el Caminante experimenta el proceso de transformación.
Durante la búsqueda del camino, el caminante experimenta un proceso de transformación de su conciencia que termina cuando se encuentra consigo mismo.
En primer lugar, comienza a percatarse que existen diversos caminos (conciencia del camino) con los cuales tiende a identificarse a sí mismo. El camino de transformación persigue un cambio psicológico del caminante que va desde un estado de identificación del camino hasta uno de desidentificación del mismo.
El segundo nivel de identificación (referencia del cambio) intenta integrar los diversos caminos vistos anteriormente como elementos aislados, en un campo más amplio que sirva de referencia del comportamiento del caminante.
Enseguida, liberado de estructuras, esquemas y formas de comportamiento, el caminante empieza a actuar de forma creativa, de comunicación y unión que lo llevan a un conocimiento más amplio de sí mismo y de los demás.
En cuarto lugar, identificándose el caminante como participante en el proceso de transformación, adquiere conciencia de las profundas implicancias que tiene la forma de vida que lleve y de sus relaciones con los demás, llegando a comprender que para que se desarrolle como persona, el cambio debe producirse en su interior.
Por último, en la desidentificación del camino, se encuentra en la fase de conciencia de iluminación, de unidad, en donde ya no existen fronteras ni separaciones. El Caminante ya no se siente solo, sino que es "uno con todo" lo que existe. Comprende la verdad de que solo el amor hacia sí mismo y hacia toda la creación es el camino de la felicidad.
Hijo, antes de continuar esta historia del caminante, te diré lo que alguien dijo respecto del camino:
"Existen muchos caminos hacia la iluminación. Algunos de los que se han expandido hasta la iluminación, han predicado después la certidumbre dogmática de un camino determinado. Pero a la iluminación no le importa la forma como llegues allí".
(VII) De cómo el Caminante recurre a los sabios del camino.
Debiera hacer una síntesis de lo que significa recorrer el camino, pero creo que quienes mejor reflejan a mi juicio este proceso son los puntos de vista de los sabios del camino que nos dicen:
"El hombre se identifica con todo: con lo que dice, con lo que siente, con lo que cree, con lo que desea, con lo que no desea, con lo que lo atrae, con lo que no lo atrae. Todo lo absorbe, y no puede desprenderse de la idea, el sentimiento o el objeto que lo absorbió. Esto significa que, en el estado de identificación, el hombre es incapaz de observar de manera imparcial el objeto de su identificación. Es difícil hallar algo, por pequeño que sea, con lo cual el hombre no pueda "identificarse". Al mismo tiempo, en un estado de identificación, el hombre tiene aún menos control que nunca sobre sus reacciones mecánicas. Manifestaciones, tales como la mentira, la imaginación, la expresión de emociones negativas y la charla constante, necesitan identificación. No pueden existir sin identificación. Si el hombre pudiera liberarse de la identificación, podría liberarse de muchas manifestaciones inútiles y descabelladas". (Psicología de la posible evolución del hombre. P.D. Ouspensky).
"Una de las formas de condicionamiento que las disciplinas orientales han estudiado en detalle es el apego. El apego no se limita a los objetos o personas externos. Además de las formas familiares de apego a las posesiones materiales, a determinadas relaciones y al status quo dominante, puede haber apegos igualmente intensos a una determinada imagen de sí mismo, a un modelo de comportamiento o a un proceso psicológico. La identificación de la conciencia con el contenido mental hace que el individuo no llegue a percatarse del contexto más amplio de la conciencia que abarca este contenido. Si la conciencia se identifica con el contenido mental, este contenido se convierte en el contexto a partir del cual se contempla cualquier otro contenido y experiencia mental. Así, el contenido convertido en contexto interpreta ahora otro contenido y determina el significado, la percepción, la creencia, la motivación y el comportamiento, todo de manera que sea congruente con ese contexto y lo refuerce. Además el contexto moviliza procesos psicológicos que a su vez lo refuerzan. La tarea del despertar puede considerarse, pues, desde cierta perspectiva, como una desidentificación progresiva respecto del contenido mentalón progresiva respecto del contenido mental en general y de los pensamientos en particular. Finalmente, la percatación ya no se identifica exclusivamente con nada. Esto representa un cambio de conciencia radical y duradero conocido con diversos nombres, como iluminación o liberación. Como ya no existe ninguna identificación exclusiva con nada, queda trascendida la dicotomía yo/no yo, y la persona se autovivencia a la vez como nada y todo. Es a la vez pura percatación (nada) y el universo entero (todo). Al estar identificada al mismo tiempo con ningún sitio y con todos los sitios, en ninguna parte y en todas partes, su vivencia es la de haber trascendido el espacio y la ubicación". (Más allá del ego. Editada por Roger Walsh, Frances Vaughan).
"Con la liberación de las necesidades del ego se observa algo como una apertura de corazón. El amor parece menos condicionado. El hombre transformado principia a sentir un amor espontáneo por todas las creaturas y todas las cosas. Un amor como éste es un tema recurrente en muchas religiones; sobre todo, es un aspecto principal de la tradición cristiana. Es éste un amor mucho más profundo y abarcador que la mera amigabilidad, buena disposición o amistad. Un amor genuino hacia el resto de la creación proviene de la experiencia personal de unidad con la creación. Se adquiere así conciencia del hecho de que en el plano más profundo, el Yo y el Mundo somos uno. Como resultado de esta experiencia se produce espontáneamente una profunda afinidad con cada ser humano y con cada cosa". (Psicopedagogía del desarrollo. Vladimir Serrano Pérez).
"Cuando uno empieza a desidentificarse del ego y a identificarse en cambio con el sí mismo transpersonal o con el observador desapegado de sus propios procesos psicológicos, se pone en movimiento el proceso de liberación interior. Cuando se reconoce que el sí mismo transpersonal es el contexto de toda experiencia o vivencia, se puede establecer una distinción entre la conciencia y los objetos o contenidos de la conciencia. Así, los pensamientos y emociones cambiantes pueden ser observados como contenidos de la conciencia y toda experiencia o vivencia puede ser considerada como el contenido de la percatación transpersonal, pura e inalterable. Cuando esto sucede se alcanza la etapa de la autotrascendencia, en la cual todo melodrama personal pierde importancia. En este punto uno ya no se sigue vivenciando como totalmente aislado, sino como parte de algo más amplio, inherentemente conectado y relacionado con todo. Paradójicamente, la vivencia de desidentificación y la apertura hacia lo transpersonal tiende también a ir acompañadas por un sentimiento de libertad personal y por una renovada sensación de estar dirigido desde dentro y de ser responsable". (Más allá del ego. Editada por Roger Walsh, Frances Vaughan).
"En definitiva, el "yo" es, pues, una ilusión. Es una red concéntrica tejida de deseos, temores, ansiedades y obsesiones. Es un centro imaginario al que acoplamos y atribuimos, agregamos y referimos todas las vivencias, sean sensaciones o impresiones, recuerdos o proyectos. La tranquilidad mental es un estado en que el hombre deja de referirse y agarrarse a esa imagen ilusoria. La liberación consiste en vaciarse de sí mismo, en extinguir la llama, en despertar y tomar conciencia de que estabas abrazado a una sombra cuando te aferrabas tan apasionadamente al "yo". Sí, es necesario despertar a ese engaño: el de suponer que era real lo que de verdad era irreal. La tarea de la liberación consiste, pues, en ejercitarse intensamente en la práctica del vacío mental, para convencerse experimentalmente de que el supuesto "yo" no existe. Así como el origen de todo dolor, insistimos, está en el error de considerar la imagen del "yo" como entidad real, la liberación del sufrimiento consiste en salir de ese error. Y desde ese momento, así como, caído del árbol, caen las ramas; así como, consumido el aceite, se extingue la lámpara, de la misma manera, yugulado el "yo", se quedan cercenados los sentimientos que estaban adheridos al centro imaginario. Con otras palabras: extinguido el "yo", se apagan también aquellas emociones que eran, al mismo tiempo, "madres" e "hijas" del "yo": temores, deseos, ansiedades, obsesiones, prevenciones, angustias… Y, apagadas las llamas, nace en el interior un profundo descanso, una gran serenidad. Muere el "yo" con sus adherencias, y nace la libertad. Quien se ha vaciado de sí mismo es un sabio". (Del sufrimiento a la paz. Ignacio Larrañaga).
(VIII) De cómo el Caminante relata el origen de su genio.
El Caminante busca la solución de un problema dado. Esto afecta su vida pues se angustia y preocupa, esforzándose en pensar y repensar en su problema hasta que emerja la solución, problema que le absorbe totalmente al punto de olvidarse de sí mismo y de su entorno; se olvida de comer y de sus necesidades primarias, buscando el aislamiento necesario para el acceso al acto creativo. Para descubrir la verdad, la absorción debe ser total, como un estado meditativo que aparenta un hedonismo, pero la realidad es que se trasciende el "yo", olvidándose de sí mismo y fundiéndose en su problema. Una vez encontrada la solución después de tiempo de esfuerzo, vuelve al estado de la presencia egoica, olvidando el estado anterior de abandono de sí mismo. De ahí que, para acceder al acto creador baste y sobre con levantar el muro del ego hacia una actitud y sentido de trascendencia.
(IX) De cómo el Caminante cuenta del significado de la trascendencia.
El Caminante debe olvidarse de la sensación de ser observado en su comportamiento.
El Caminante es un miembro de la especie humana, por lo cual trasciende y es independiente de toda cultura, moviéndose hacia lo universal.
El caminante trasciende su ego y sus necesidades elementales para el cumplimiento del deber.
El caminante forma parte del todo, trasciende la polaridad de yo-ellos, ganar-perder. Actúa sinérgicamente.
El Caminante trasciende las necesidades básicas vía satisfaciéndolas o renunciando a ellas.
El Caminante se identifica con toda la especie humana.
El Caminante es autónomo y decide por sí mismo, no es manipulado ni seducido. Trasciende los roles.
El Caminante trasciende las dicotomías e integra lo que está separado. Tiene una percepción holística del universo como unidad.
El Caminante vive en el modo de Ser, en paz y tranquilidad del mundo cotidiano.
(X) De cómo el Caminante evoluciona hacia la unidad suprema del Ser.
El Caminante comenzó el camino efectuando una fragmentación de la conciencia al dividirla en estados del Ser; continuó el camino con diversas formas de educación; participó de un modo creativo desechando los esquemas rígidos y estructurados; por último el Caminante se percata que el desarrollo personal requiere de un camino de cambios con etapas del proceso de transformación. Pareciera que la búsqueda de sí mismo requiere experimentar una fragmentación de la conciencia. Sin embargo, la conciencia de unidad, es la conciencia de la totalidad del Ser o conciencia universal en donde no existe separación alguna, ya sea de estados de conciencia, de formas de educación, de medios de actuación grupal y de los procesos de cambio; no existe división espacio-temporal; el Ser en conciencia de unidad trasciende todo lugar y todo tiempo, toda persona y toda cosa, por lo tanto, no se siente identificado y separado en diversos egos. De ahí que tampoco buscan reconocimientos, ya que al aceptarlos implicaría de por sí una separación de egos. De todo esto puede concluirse, que para alcanzar la plena expresión de sí mismo, debe buscarse la desidentificación del ego, es decir, experimentar la vida no como un fragmento de la conciencia, ni satisfacer las necesidades del ego, externas e internas al individuo, sino que por sobre todo deberá percatarse de que él forma parte de la totalidad de la conciencia. Por lo tanto, intentar desidentificarse del ego en todas sus formas y características, es una condición para acceder a una experiencia de iluminación, creación y trascendencia.
La cuarta hora: un forma de vida
PROYECTO CAMBIO 2000
Entonces el abuelo le dice a su nieto:
Ahora la historia del futuro comencémosla proyectándonos imaginariamente hacia el año 2000…
Ya el cansancio que había experimentado durante todo el tiempo que duró el proceso de transformación de sus amigos, se fue disipando hasta sentirse totalmente en paz y tranquilidad.
Changer, había logrado percibir en ellos cuatro, la finalidad que los mantuvo juntos y que parecía imposible de alcanzar: el encuentro del hombre consigo mismo.
Recordó el rol que le cupo cuando tuvo en sus manos aquel programa de Sociedad, "Proyecto Cambio 2000" en un momento que era prohibida su aplicación por aquella enorme y poderosa red de "educadores de masas" que disponían de todos los medios de difusión de información del planeta. Changer, comprendió lo "peligroso" que era ese proyecto para el sistema de Sociedad imperante, pues para poder aplicarse se debía primero traspasar una serie de vallas aceptadas por la sociedad.
Para enfrentarse a los obstáculos al desarrollo del Ser, Changer empleaba todos sus recursos y poderes. Así, para poder evitar las situaciones burocráticas de la Sociedad, Changer programaba mentalmente sus actividades, de tal modo que se dieran relaciones sinérgicas y de sincronicidad-serendipidad, que facilitaban y agilizaban el proceso de atención personal, como situaciones presentadas bajo coincidencias significativas. De este modo, este factor de entropía tenía poca incidencia en el comportamiento de Changer. Él actuaba con tal seguridad de que no se le dificultaría el camino, que a menudo, sin siquiera programar una actividad, las condiciones se le presentaban favorables a sus necesidades, de tal modo que se convertían en necesidades sinérgicas con las necesidades de las demás personas.
Trascender las tradiciones de la Sociedad, no era mayor problema para Changer, pues éste actuaba de forma plenamente autónoma, sin perturbar ni participar de ellas, dado que su actitud estaba orientada hacia el crecimiento personal más que a mostrar una falsa imagen hacia lo novedoso antes que la rutina de los hábitos, hacia la libertad antes que al control, hacia la cooperación en vez de la competición, hacia lo ecológico más que la explotación, hacia la integración más que a lo dicotómico, hacia lo holístico en vez de la fragmentación, hacia la descentralización en vez de la centralización, hacia lo cualitativo antes que lo cuantitativo, hacia la disolución del poder frente a la jerarquía, hacia la experiencia vivencial antes que el conocimiento intelectual, hacia la diversidad frente a la uniformidad, hacia lo concreto en vez de lo abstracto, hacia el cambio en vez de lo estático.
La tercera valla que plantea que con solo el razonamiento intelectual puede resolver los problemas ha caído en desuso por su propio peso con el avance de la ciencia, que ha aplicado de preferencia el razonamiento cognoscitivo, se reconoce ahora que esta facultad del ser humano no permite por sí sola reconocer toda la verdad del conocimiento, sino que el usar esta facultad limita en parte la percepción de la realidad, pues existen otras formas intuitivas y holísticas que permiten comprender y aprehender la realidad o una aproximación a ella, lo que no se podría obtener solo con el razonamiento intelectual. De ahí que, para Changer este problema no presenta grandes obstáculos para su propio desarrollo, pues él emplea la diversidad de percepciones: intuitiva, racional, estética, corporal, sensorial, holística para la aprehensión del mundo de la realidad.
Cierto obstáculo al desarrollo del Ser, serían los mecanismos de control del comportamiento del individuo aplicados en la Sociedad actual. Para terminar con esta valla, Changer no requiere hacer nada, pues los propios mecanismos de control, en algún momento se darán cuenta de la inutilidad y alienación de esta "sumisión", cuando lleguen a comprender la naturaleza humana y ver la pobreza de esa actitud de control y, que en última instancia, ellos mismos (los que controlan) son los creadores del proceso de control. Entonces, ya no se requerirá de control al ser responsables de sí mismos y experimentar un cambio de paradigma en la educación del Ser. En principio creerán que es una utopía la falta de control, pero cuando perciban la realidad del Ser, comprenderán la falacia de tal afirmación.
Otro obstáculo es el temor al cambio. En principio casi todos tememos al cambio y nadie lo desea. Para Changer, esta valla no tiene mayor fuerza pues su forma de vida es un constante proceso de cambios; ha superado el temor al cambio, más aún busca el cambio; comprende que el cambio cumple una finalidad que si bien en un momento pueda desconocerse, después se aclarará su razón de ser; se da cuenta que la única verdad o constante absoluta es el cambio y que siempre habrá cambios como una danza que permite percibir la figura del fondo. Nos damos cuenta de que si no existiera el cambio, seríamos ciegos para percibir la realidad, pues todo sería la misma cosa uniforme y donde no se daría la diversidad que permite la distinción y el cambio de percepción de la creatividad.
Un obstáculo más para el cambio Changer lo define como que "todos creen tener la razón", despreciando la opinión de los demás. Aquí se encuentran los creyentes y especialistas que se oponen a todo cambio que signifique sacarlos de su modelo cerrado de pensamiento y acción. Lo que ellos dicen "debe ser la verdad", así lo creen y lo divulgan en imágenes o explícitamente. Para Changer estos individuos los observa con tristeza, pues comprende que están cegados por un marco de referencia cerrado que nubla sus pensamientos y no les permite percibir más allá de su campo de acción y por tanto no es posible que puedan aprehender la realidad o una aproximación cercana a ella. Los especialistas, se dice conocen mucho de algo, pero Changer cree que más bien conocen algo de mucho, pues su esquema mental de fragmentación del conocimiento no les permite percibir la realidad en forma intuitiva-holística. Además, por esta visión parcial que desarrollan habitualmente se les dificulta, por no decir se les atrofia la creatividad en el sentido de desarrollar y descubrir cosas nuevas y relacionar elementos que escapan a una visión parcializada. De ahí que también las conferencias que proclaman la participación de "especialistas en la materia" no pueden ni podrán ser jamás un avance verdadero del conocimiento, sino más bien será una presentación quizá profunda de un tema particular del conocimiento disgregado. En cambio, es cosa de ver la historia de grandes inventos y descubrimientos en que los inventores y descubridores destacaron en otros campos, distintos a su especialidad. Otro problema que se percibe es que en las conferencias, libros y artículos del avance de la ciencia y de sus proyecciones se da énfasis solo a los elementos tecnológicos, no considerando los aspectos fundamentales del cambio humano, de su comportamiento futuro y de sus relaciones con los demás, y esto sucede así porque erróneamente se supone que las relaciones humanas se mantendrán similares a como se dan actualmente o se desconoce cómo se presentarán, por lo que se prefiere ignorarlas.
Entonces, también las formas de relacionarse los seres humanos deben experimentar cambios desde una sociedad receptiva, explotadora, acumulativa y mercantil hacia una sociedad productiva.
Changer se encuentra con cuatro personas que conoce muy bien y que aparentemente son distintos en sus pensamientos y actitudes, pero que en general todos ellos están inmersos en un modelo de vida "improductivo", que modela su carácter. Changer les hace ver cómo son para que tomen conciencia que su transformación pasa por un desprendimiento de esas actitudes.
Changer se dirige a Rec:
Todo te viene de fuera y lo obtienes de fuera.
Como recibes amor sin darlo, te alteras al desprecio de tu amor.
Escuchas y prefieres recibir ideas antes que producirlas. Te afecta el abandono de los demás hacia ti.
Buscas encontrar quien te entregue información en vez de generarla.
Agradeces y eres leal y temeroso de perder una fuente de satisfacción de necesidades.
Aumentas tu dependencia por no criticar lo que reconoces incorrecto.
Obtienes ayuda de todos además de las autoridades.
Solo te sientes abandonado por la impotencia de hacer algo sin ayuda.
No asumes responsabilidad y decisión de cambiar a alguien sin consultarle al mismo.
Superas la ansiedad y depresión con la comida en exceso, bebida, fumar, etc.
Aunque eres optimista y cordial y confías en la vida, te desespera la amenaza de la fuente que te surte a tus necesidades.
Intentas ayudar a otros, pero lo haces con un propósito mezquino de obtener algo.
Terminando de retratar a Rec, Changer se volvió a Xlotar, diciéndole a continuación:
También todo te viene de fuera y lo obtienes de fuera, pero quitándoselo a otros por la fuerza o engaño, no intentando producir por ti mismo.
Te atraen quienes quitas o separas del aprecio de los demás y, por tanto, te enamoras de quienes están ligados a otros.
No produces ideas sino quitándoselas abiertamente o alterándolas para parecerlas propias.
Siempre te parece superior lo ajeno a lo propio, subestimando estos y sobrestimando lo que no te pertenece.
Explotas y utilizas todo aquello que te favorece. Aprecias a quienes puedas explotar y te alejas de quien ya no te sirve.
Haces declaraciones nefastas de otros.
Actúas hostilmente con un impulso manipulador.
Te acompañan la envidia, los celos y el cinismo.
Después de escuchar a Changer, Sum y Merco piensan que para ellos no queda nada de malo que decir. La respuesta de Changer no se hace esperar:
En cuanto a ti Sum:
Tu poca fe en lo externo te hace sentir inseguro, lo que intentas reemplazar mediante un afán acumulativo y de ahorro excesivo, con menosprecio a gastar en lo más mínimo.
Te acompaña un sentido de avaricia en el dinero, objetos, sentimientos y pensamientos.
Te apegas al amor sin entregarte en ello, sino te relacionas con un sentido de posesión.
Vives de los recuerdos de amistades lejanas no orientando tus actitudes nuevas y amistosas hacia el presente.
Sabes de todo y acumulas muchos conocimientos pero no produces creativamente cosas nuevas.
Eres rígido y metódico en todos tus actos, pensamientos y sentimientos.
Tienes una actitud programada, excesiva en el orden y tiempo, a tal punto que te produce ansiedad, la alteración de estos factores.
Te aíslas del mundo externo aplicando una permanente operación de limpieza.
Respondes negativamente cualquier intento de intromisión.
No crees en la creatividad que puedan tener otros.
Valoras en exceso el orden y la seguridad.
Te amenaza la relación con los demás, pues afecta tu intimidad y seguridad por lo que mantienes relaciones, que en un primer momento parecieran profundas, en un estado que permita distanciarte de ellas.
Haces la separación tajante de lo propio con lo de los demás.
Merco, se adelantó a Changer y le increpó: ¿Cuál es mi actitud?
Entonces Changer acotó: Tú también eres especial:
Te percibes como una eventual mercancía dispuesta a ofrecerte al mercado.
Te rodeas de caretas y elementos que envuelven tu imagen personal, ya sea mediante factores de representación de la personalidad, de tus contactos, actividades y relaciones sociales y familiares.
Tu autoestima depende de condiciones que escapan a tu control y te valoras solo si obtienes éxito.
Esperas que los demás te levanten la autoestima, lo que provoca que cualquier percance te altere y sufras los sentimientos de inferioridad.
Tus capacidades no te pertenecen, son mercancías puestas al servicio de otros y al criterio de ellos.
Dependes de la opinión ajena y, por lo tanto, actúas siempre como te percibieron ellos en ocasiones anteriores.
Todo lo reduces a la comparación y medición cuantitativa.
No separas los problemas importantes de los superfluos.
El aprender significa para ti obtener un objeto o paquete (mercancía) de conocimiento a utilizar en el mercado de la personalidad, dejando de pensar en vez de memorizar.
No entablas relaciones permanentes sino aquellas que sirven para venderse mejor.
Vives interpretando roles en el mercado antes de ser tu mismo y convertirte en auténtica persona.
Changer terminó, entonces, de retratar la personalidad de sus cuatro amigos y les conmina a modificar sus caracteres y actitudes frente a la vida, recordándoles cómo era él antes de su propia transformación:
Establecía fronteras y una fuerte separación con otras personas, animales y cosas, adoptando una actitud competitiva y de permanente calificación.
Me mostraba poderoso aunque temía fracasar, estableciendo un muro con los demás.
Era formal en exceso. Raramente empleaba el humor, seguramente al predominio del uso de la capacidad cerebral hemisférica izquierda.
Realizaba actividades monótonas y repetitivas, pues tenía temor a lo desconocido.
Percibía los obstáculos como enemigos a los cuales debiera destruirse para sobrevivir. Tenía una mentalidad de guerra.
Mi actitud era de apropiación de las personas o cosas para mi propia satisfacción. Tenía una actitud explotadora, receptiva, acumulativa y mercantil.
Era de la idea de adoptar la uniformidad y especialización a fin de fragmentar el conocimiento con una actitud rutinaria.
Mantenía un comportamiento de control rígido y programado con una delimitación del tiempo y de las tareas sujetas a cantidad.
Percibía al hombre como un medio pues identificaba las relaciones humanas en función de objetos y sujetos, experimentando un sentimiento personal de cosa-autómata.
Creía en una dirección rígida con la absorción del poder jerárquico en una estructura piramidal.
Pensaba que la solución de los problemas solo se podía por medio de la razón y que el aprendizaje debía ser bajo formas autoritarias mediante la instrucción, conferencias o clases y de referencias bibliográficas.
Tenía una visión parcial del contenido reduccionista y de fragmentación del conocimiento.
Buscaba siempre el aprendizaje vía recursos externos.
Incentivaba la competitividad, egoísmo y lucha de poderes.
Obtenía el máximo beneficio con sentido egoísta y con visión del hombre y la naturaleza como objetos a manipular. Creía en una educación por coacción.
Percibía al mundo en términos dicotómicos, de comparación "uno u otro" que inducía a la exclusión.
Todo lo dividía en sus partes componentes mediante el método analítico con una visión mecánica instrumental.
Encuadraba la realidad en un marco de referencia cerrado.
Tratar de superar todas estas formas de comportamiento erróneo significó para Changer encontrar el camino del cambio que pudiese llevarlo hacia el encuentro consigo mismo.
La búsqueda de un camino de cambios significó para él, introducirse en diversas alternativas que lo llevan a tomar conciencia del proceso de transformación. Así se aproximó a caminos de investigadores y místicos de todos los tiempos.
En uno de estos momentos de intensa búsqueda programó al computador Alfa-Omega-Uno, de modo de obtener la variabilidad de caminos de iluminación y una síntesis del modelo de cambio. En una fracción de segundo, Alfa-Omega-Uno entregó un holograma de interferencias y bajo una luz láser proyectó una multifacética imagen de los caminos del Ser.
Changer, después de percibir los diversos caminos de penetración al Ser, comprendió que no era necesario efectuar un programa de educación para el cambio de sociedad, pues ésta misma actúa en ese sentido de cambio sin que se den intromisiones para ello. Pareciera que el proceso de cambio de una persona, sociedad o de cualquier sistema, está inserto en la propia naturaleza del cambio y, de ahí que, de todas formas, el cambio deviene tarde o temprano actuando sinérgicamente la sociedad y el individuo. Entonces, esto se integra al proceso de evolución y finalidad del cambio y que de hecho le da un sentido a la vida.
La evolución significa recorrer todo el camino, experimentar el proceso de cambio durante la travesía.
La finalidad nos indica en lo que nos convertimos durante el desarrollo evolutivo del Ser.
Entonces Changer, dirigiéndose a Rec, Xlotar, Sum y Merco les presenta un desafío de cambio en sus formas de vida:
Si intentas ser lo que llegarás a ser, deberás comprender y aprehender las características del "auténtico ser humano".
A esta altura, ya sabes lo que es, lo que piensa y lo que hace un Maestro de la Vida. Definir y detallar las características del Ser y la forma de vida que debe llevar, puede llevarlos a la comprensión de una identificación y/o desidentificación con las propias cualidades y estilo personal de vivir. Sin embargo, reconociendo la hipótesis de que el hombre "es un proceso" y que aún no está terminado, sino que se encuentra en estado de desarrollo evolutivo, voy a orientaros sobre la forma en que el Ser se perfila en el próximo futuro. Para ello, voy a mostraros lo que el hombre del mañana hace, cómo lo hace y para qué lo hace, y que esto les permita efectuar los cambios de estructura de carácter.
Lo que debes hacer, significa que debes:
Estar dispuesto a renunciar a toda forma de tener.
Tener confianza y seguridad en ti mismo que permita relacionarte con el mundo sin necesidades de posesiones y dominios.
Compartir e interesarte en los demás.
Estar cabalmente presente.
Dar y compartir con alegría sin acumular y explotar a nada ni a nadie.
Amar la vida en toda su magnitud.
Liberarte de la codicia, el odio y engaño.
Liberarte de los ídolos.
Pensar con sentido crítico.
Desprenderte del egoísmo.
Vivir para el desarrollo de sí mismo y de los demás.
Ser disciplinado respetando la realidad.
Desarrollarte en una estructura sin exageración en las reglas de orden de ella.
Emplear la imaginación para la proyección de tus realidades.
Desterrar el engaño en todas sus formas para los otros como para uno mismo.
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