Preámbulo
No son frecuentes las oportunidades que tenemos para participar, conversar y hasta polemizar – desde puntos de vistas académicos- sobre temas complejos. Desde hace aproximadamente tres años venimos trabajando en uno de esos temas, "Las relaciones Iglesia – Estado en Cuba", asunto considerado – históricamente – como álgido en nuestro país, pero en mi opinión perfectamente abordable.
Con el objetivo anteriormente expresado, me he dado a la tarea de convocar a personalidades estudiosas del tema a compartir un espacio de debate público, de esta manera se han recolectado un número importante de materiales que han ido dando forma a un libro sobre "Las relaciones Iglesia – Estado en Cuba", fundamentalmente al análisis del conflicto ocurrido a partir de 1959. El libro que tiene como título preliminar "El estado y la iglesia católica en Cuba: 1959 – 2016" no es un compendio de conferencia y conversatorios, se sustenta en estos para llevar a vía de hecho un análisis sociológico profundo sobre lo que algunos llaman Desencuentros, otros Disenso pero yo prefiero nombrar como Conflicto.
Quiero presentar a la consideración de los lectores uno de los conversatorios contenidos en el texto – previo acuerdo con su protagonista -, por ser este muy abarcador, ambos estimamos que vale la pena hacerlo como preámbulo de la publicación.
La posibilidad de vivir la experiencia que pongo a la consideración de todos los lectores nos llegó – esta vez – gracias a la gentileza de un hombre considerado – por muchos – como polémico, pero que innegablemente atesora un caudal de conocimientos sobre la Historia general de las religiones, la Historia de la Iglesia Católica Latinoamericana y cubana y sobre las relaciones Iglesia – Estado en Cuba, se trata del periodista, historiador y profesor de la Universidad de La Habana, Enrique López Oliva, consulta obligada en tales asuntos en nuestro país. Todo se organizó dentro del Centro Cultural Calasanz de la villa de Guanabacoa, en La Habana, perteneciente a los Padres Escolapios, dicha institución propició el espacio para un conversatorio sobre: "La historia de las religiones y las relaciones Iglesia – Estado en Cuba", este se efectuó en la tarde del día 9 de marzo de 2015 en la iglesia de Nuestra Señora del Corazón de Jesús – Los Escolapios -, de la antigua villa de Pepe Antonio[1]
Durante dos horas – y por primera vez dentro de un templo católico en nuestro país – el Secretario de CEHILA – Cuba, Enrique López Oliva, transitó sosegadamente por lo que muchos consideran "un terreno escabroso", aunque en esencia se trata solo de un camino más de la historia de nuestro país, que no debe ser relegado – ni obviado – por ninguna razón, aún conociéndose que existen en él aristas complejas y hasta dolorosas. Se hace necesario comprender – y trabajar para que se entienda – la responsabilidad que tenemos – todos – de legarle a las generaciones futuras una historia confiable, posiblemente no haya existido, en más de medio siglo, mejor momento para hacerlo que el que estamos viviendo hoy en Cuba.
El encuentro fluyó como un diálogo entre el ponente y el público – mayoritariamente católico -. Por la riqueza y vigencia de los tópicos tratados, se ha decidido – en este trabajo -, dejar abierta la posibilidad de que cualquiera persona, investigador o no, cubano – de dentro o residente fuera de Cuba – o extranjero, pueda dar su aporte de la manera que desee hacerlo, de la misma forma que ocurrió en el encuentro, eso ayudará a enriquecerlo.
El trabajo del que forma parte este conversatorio que ponemos ahora en sus manos comenzó en un conversatorio, transitó por una transcripción fortuita, posteriormente se ha ido alimentando de otros elementos – a veces contrapuestos, recurso utilizado para que el lector reciba varios puntos de vistas sobre un mismo asunto -, y producto de lo difícil que pudiera resultar acceder a toda la información sobre los acontecimientos que se exponen, se han incluido determinados trabajos colaterales – de manera resumida o íntegra – esto ayuda a comprender mejor todo lo que se plantea, las citas – siempre insertadas por el editor – y las notas, algo raro en las publicaciones de conferencias, conversatorios etc., también han sido iniciativas de edición. Ha primado la intensión de preservar las palabras de los ponentes – en este caso de Enrique – sin que se pierda el aura del conversatorio para que, al ser consultado por estudiantes y personas interesadas en el tema – idea básica que ha motivado el texto -, se sienta igual que los que tuvieron la oportunidad de estar presente en cada momento, solo nos resta esperar que el resultado final sea la plena satisfacción del lector.
Lic. Lázaro Numa Aguila.[2]
Las creencias religiosas y el proceso revolucionario cubano
Por: Enrique López Oliva.
La Habana, 9 de marzo de 2015.
Conversatorio
"¿Cuándo cree usted que se podrá restablecer las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, dos países tan lejanos a pesar de la cercanía geográfica?
Fidel Castro lo miró fijo y respondió para todos los que estaban en la sala:
-Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano" (Castro Ruz, Fidel, 1973). [3]
Las creencias religiosas y el proceso revolucionario cubano
Estamos ante una temática que es en sí compleja, sobre la que se han vertido distintos criterios en diferentes momentos históricos, está muy ideologizada. Creo que uno de los grandes problemas que presenta la academia cubana en estos tiempos es la gran politización e ideologización que tiene. Es muy complicado, algunas veces, movernos con objetividad científica en el campo académico cubano, sin chocar con determinados esquemas y condicionamientos que, en diferentes periodos, se han ido imponiendo, estos limitan, en mi criterio muy personal, el poder abordar seriamente, desapasionadamente, las distintas problemáticas que se dan en nuestra sociedad. Si hay una temática que ha resultado difícil en tal sentido, esa es la de las creencias religiosas – de manera general – y su relación con la política del estado.
En principio pensábamos hablar solamente de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, pero no me gusta caer en sectarismos, eso sería ignorar que en nuestro país existen otras manifestaciones religiosas también respetables, podemos encontrar un conglomerado de denominaciones protestantes y evangélicas, creencias cubanas de origen africano, corrientes espiritualistas, creencias cristianas judías e incluso, pequeños grupos islámicos. No tengo inconveniente en decirlo – ustedes lo saben -, en Cuba dentro del campo religioso, se han producido "enfrentamientos", se han generado profundas diferencias etc., y no quisiera que nadie se sintiera subvalorado, estimo necesario precisar esto previamente, es más justo abordar el tema de manera general, aunque supongo que por encontrarnos aquí, se hable más de las cuestiones relacionadas con la Iglesia Católica, pero quiero puntualizar que estamos abiertos a hablar de manera plural en este conversatorio, no se limiten.
El triunfo de la revolución cubana de enero de 1959.
El año 1959 marcó el inicio de una etapa que tiene múltiples antecedentes históricos. Precisamente hoy el Papa Francisco señalaba en Radio Vaticano: "no podemos borrar el pasado, porque sin referirnos a él, no vamos a entender el presente y seremos incapaces de proyectarnos hacia el futuro con criterios sólidos".
En Cuba hubo una religiosidad primaria – si se quiere entender así – de origen autóctono – pudo haber sido de carácter animista o totémica -, practicada por la población aborigen, de lo que prácticamente no ha quedado nada, solo pequeñas reminiscencias arqueológicas.
En los estudios sobre las religiones – de entrada -, existe una gran discusión, la disciplina[4]es relativamente reciente, surge a mediados del siglo pasado. Hay que tener en cuenta – primero – que el cristianismo marcó los estudios históricos en Europa, por tanto, todos los trabajos están influenciados por una profunda europeización, pero es innegable que las nuevas vertientes de la Historia de las Religiones surgieron a partir del conocimiento de las distintas regiones geográficas – Asia, África, América Latina, Oceanía etc. -, aparecen nuevas formas de abordar la temática religiosa, independientemente de lo que serían las historias de las iglesias. Una cosa es la historia de una iglesia – como institución – y otra el estudio de las religiones.
La historia de la iglesia sería – en cierta forma – la historia oficial de una institución religiosa, pero hay que tener en consideración que en materia de religión tenemos también, creencias[5]que casi siempre es difícil aproximarnos a ellas, porque son algo individual y muy personal.
El Papa Juan Pablo II durante su visita a La Habana junto a Fidel Castro.
A raíz de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba[6]que yo cubrí como periodista para el canal hispano CBS desde un balcón del hotel Habana Libre, cuando su Santidad estaba en la misa de la Plaza de la Revolución y Fidel se encontraba presente, sentado en primera fila, una periodista me preguntó: ¿qué opina usted sobre la religiosidad de Fidel Castro?
El colegio de Belén, actual Instituto Técnico Militar ITM "José Martí".
Yo le contesté, mire, lo que puedo decirle es que estudié con los mismos profesores que Fidel Castro, coincidí con él en el colegio de Belén de los padres jesuitas, yo estaba en los primeros grados y él se encontraba terminando los estudios de bachillerato, entré en Belén en el año 1941 y él se graduó en 1945.
Graduados de Bachilleres del Colegio de Belén en el año 1945, Fidel Castro es el que se encuentra dentro del área circulada.
Teníamos en Belén una academia literaria que se nombraba Gertrudis Gómez de Avellaneda, la dirigía el padre José Rubinos Ramos[7]este fue su profesor de Oratoria. Recuerdo perfectamente la foto de Fidel detrás de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, en el lobby del colegio, como presidente de la Academia Literaria, allí fue donde él hizo sus primeros pininos[8]literarios. Era una academia literaria a la usanza de un centro de estudios políticos, se trataba de un lugar donde nos reuníamos luego de la misa dominical, analizábamos los distintos problemas de la sociedad cubana y en general del momento. Había un ponente que presentaba un tema y este se discutía. Todos participábamos, dábamos nuestro criterio y Rubinos actuaba como moderador. De esta academia fue presidente Fidel Castro.
El padre José Rubinos Ramos.
Indiscutiblemente que él tuvo una educación religiosa como todos nosotros – asistía diariamente a misa, comulgaba y se confesaba frecuentemente – y esto forma un carácter, va creando una personalidad de la que será muy difícil poder desprenderse, tomes el camino religioso o no. Yo me eduqué con muchos de sus profesores, hasta hace pocos años algunos vivían todavía, como el padre Llorente, al que una vez Fidel le salvó la vida – según declaraciones propias – durante una excursión, la última vez que lo vi fue en Miami, en los locales de la Agrupación Católica Universitaria. Llorente fue el que hizo el informe que pidió el Vaticano antes del triunfo de la revolución sobre Fidel Castro, subió a la Sierra Maestra, estuvo como dos días hablando con Fidel, luego redactó el informe secreto a la Santa Sede sobre la manera en que Fidel Castro se proyectaba respecto a la Iglesia Católica y los problemas de la religiosidad cubana.
El Padre Amando Llorente.
Yo dije eso, es cierto que él tuvo una educación religiosa, ahora bien, en asuntos de fe, solamente Dios puede juzgar, habría que preguntarle a Fidel Castro sobre su religiosidad [1], porque eso es algo muy íntimo.
El joven Fidel Castro en el colegio de Belén.
Resumiendo sobre el tema, una cosa son las creencias religiosa, y otras las instituciones religiosas. Las instituciones son las iglesias, las denominaciones, otra cosa son los profesionales – el clero -, otra los laicos[9]la teología, la historia. Todo esto hay que tenerlo bien claro para intentar comprender el problema religioso y de la religiosidad.
En el año 1971 participamos en la creación de un Grupo de Estudios sobre la Religión en la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Habana, duró solamente tres años, se cerró en vísperas del Primer Congreso del Partido, lo integramos Aurelio Alonso, actual editor de la revista Casa de las Américas, Eduardo Torres – Cuevas que es hoy el director de la Biblioteca Nacional José Martí y yo. Eduardo Torres – Cuevas investigaba sobre la Iglesia Católica en Cuba, porque él se especializó en Historia de Cuba, principalmente del periodo colonial, tiene publicado el excelente libro titulado "Historia de la Iglesia Católica en Cuba: La iglesia en la patria de los criollos (1516 – 1789)"[10], Aurelio Alonso lo hacía con filosofía socialista y yo me ocupaba de la historia de la Iglesia Católica en América Latina. En un momento creí que tenía vocación religiosa, deseaba ser jesuita e ir a China de misionero.
Aurelio era del partido, yo no, aunque sí dejé que me procesaran a raíz del Primer Congreso del PCC, nunca me dijeron la causa por la que no me aceptaron, pienso que, "pudo ser", por mi pasado anticomunista, ciertamente fui un militante anticomunista de izquierda, de izquierda solo habíamos cuatro gatos, a nosotros realmente se nos podía considerar como socialistas cristianos, pensábamos que los verdaderos comunistas éramos nosotros los cristianos y no los seguidores de las doctrinas de Moscú.
Grupo de estudios de la religión, de izquierda a derecha: Aurelio Alonso, Eduardo Torres – Cuevas y Enrique López Oliva.
Al grupo lo acusaron de "revisionistas", pero realmente lo que hacíamos era investigar la religiosidad en Cuba, impartíamos seminarios y cursos. Nos habíamos encontrado antes en el Departamento de Filosofía, que se creó alrededor del año 1965 en la Universidad de La Habana, por iniciativa de Fidel Castro, un grupo de gente joven – no graduados todavía -, que comenzaron a abordar la temática del marxismo desde una forma distinta a la del Partido Comunista. El departamento desaparece en 1971, como desaparece también la revista que se publicaba donde colaboré y conocí a Aurelio, esta era "Pensamiento crítico". (Fornet Jorge, 2013, pp. 254-256) [2].
Revista Pensamiento Crítico.
Estimo que para estudiar esa época, hay que leer "Pensamiento Crítico, la Biblioteca Nacional de Cuba digitalizó la colección de la misma hace muy poco tiempo, allí está plasmado todo el movimiento de los estudiantes franceses del 68 y aquél debate que hubo en la década del 60 que fue muy rico, en ella publiqué un trabajo sobre la crisis del catolicismo y algo sobre los militares en América Latina, porque esas fueron dos líneas que trabajé, después deje a los militares porque habían muchas dificultades con la bibliografía, las revistas militares eran muy difíciles de conseguir etc., me quedé solo con la Historia de la Iglesia Católica en América Latina.
José Antonio Echeverría Presidente del Directorio Estudiantil Revolucionario.
En los años cincuenta, imprimiendo una proclama en una escuelita adjunta al Santuario de San Antonio, en 5ta Avenida, Miramar, ya me había vinculado directamente al Directorio Estudiantil Revolucionario[11]participé en la huelga de abril y era del segundo grupo del asalto al Palacio Presidencial. No llegué a Palacio porque nuestro carro se rompió y no nos recogió, hay una serie de especulaciones sobre ese grupo, pero no quiero meterme en esos detalles ahora, son rumores, pero es cierto que nuestro grupo no llegó a Palacio. Conocí a José Antonio Echeverría – Manzanita -, me lo presentaron en la Escuela de Arquitectura, la persona que lo hizo, lamentablemente, fue condenado a la pena máxima por la revolución, porque nuestro grupo se dividió, una parte no estuvo de acuerdo con la línea socialista que se había asumido y otros la apoyamos, soy fundador de los CDR, de las milicias, fui hasta ideológico de zona, pero la mayoría de mi grupo no, comenzaron a combatir a la revolución y fueron detenidos y procesados por las leyes revolucionarias.
El Santo Padre Juan XXIII.
La revolución triunfó en enero de 1959, unos meses después de que Juan XXIII[12]asumió el papado, de que se efectuara el Primer Congreso Católico Nacional en noviembre de ese propio año y antes que comenzara, en 1962, el Concilio Vaticano II[13]por su iniciativa. El clero en Cuba era predominantemente extranjero – estamos hablando del 75% de ese clero -, la mayoría españoles, muy influenciados por la Guerra Civil Española:
"en el primer CELAM celebrado en 1955 el clero diocesano estaba integrado por 220 sacerdotes, que en su mayoría eran de nacionalidad española con solo 95 cubanos, y un total de 114 seminaristas.
Se comprende por esta estadística que Monseñor Artega, como lo señaló en su primera carta pastoral tuviera entre sus prioridades la formación de un clero nativo, cuya importancia vislumbró ya desde sus años de seminarista, sin desvalorizar la contribución de los sacerdotes no nacionales integrados en las órdenes y congregaciones y gracias a los cuales la iglesia cubana ha podido hasta nuestros días cumplir su misión evangélica pese a la escasez de agentes pastorales.
El sentir de Monseñor Artega por contar con suficiente número de sacerdotes cubanos quedó plasmado en la realidad al construirse en Arroyo Arenas, en las cercanías de La Habana, el edificio del seminario de "El Buen Pastor", con la ayuda de los fieles" (Friguls Juan Emilio, 1996, pp. 26 – 27).[14]
Dentro de esta había distintas tendencias, se ha llegado a plantear que todos eran curas reaccionarios, yo no estoy de acuerdo con esa afirmación. Había un grupo de sacerdotes que tenían la mentalidad del catolicismo nacional falangista, algunos habían participado con la falange, eso es cierto, pero también había aquí un grupo de sacerdotes que se enfrentaron al falangismo en España, sobre todo los franciscanos vascos[15]en Cuba había un clero vasco importante, todos no eran conservadores.
Nosotros creamos un grupo de católicos, que nos reuníamos todos los domingos en la tarde para analizar los problemas. Éramos el Dr. Raúl Gómez Treto – abogado – , el último presidente de la Acción Católica[16]Walfredo Piñera – crítico de cine -, Juan Emilio Friguls – periodista -, otro muchacho que era de Matanzas y yo. De esas discusiones salió un ensayo titulado: "La Iglesia Católica durante la construcción del socialismo en Cuba" (Gómez Treto Raúl, 1994)[17], que es de Raúl Gómez Treto, donde – obviamente – participamos todos. Fue un esfuerzo colectivo para tratar de reconstruir un periodo complejo. Gómez Treto incorporó al trabajo, a sugerencia mía, al padre Ignacio Biaín y a la revista "La quincena: una respuesta cristiana a los problemas de hoy" [3], en mi opinión, una de las revistas católicas que, en su momento, era más avanzada desde el punto de vista de la Doctrina Social de la Iglesia.
El padre franciscano Ignacio Biaín y el periodista Juan Emilio Friguls.
Eso propició el desarrollo de una corriente progresista dentro del movimiento laical católico, donde había distintas tendencias. Ignacio Biaín murió en Cuba en 1963, se negó a abandonar el país cuando sus superiores religiosos se lo pidieron, rompió su pasaporte y se quedó. Fue de los que abogó en la década del cincuenta por la necesidad de una revolución radical, habló de una reforma agraria y de una reforma educacional, todo eso está planteado en la revista católica franciscana "La Quincena" desde hace mucho tiempo,
"En julio de 1956, cinco meses antes del histórico desembarco de Fidel Castro y sus hombres, la revista La Quincena, una publicación socio-religiosa editada por los franciscanos españoles de Cuba, dedicó uno de sus jugosos editoriales a enjuiciar la situación política del país y, más concretamente, la solución ofrecida por Batista a la oposición, que consistía, en esencia, en la celebración de elecciones parciales a las que seguiría una convocatoria general". (De Paz – Sánchez, 2001, p. 69)[18]
La misma publicación cita textualmente de la revista "La Quincena"[19].
"El país está frente a un dilema tajante: o elecciones o revolución. Situarse de espaldas a la solución electoral es aceptar o el ostracism0 o la vía conspirativa. El continuismo por elecciones unilaterales signi?ca la guerra civil. Y eso hay que evitarlo de todas maneras, porque los llantos, la sangre y los odios que conlleva no tendrían sino una ridícula compensación, un menguado provecho en el caso de que la revolución triunfara. No se habrán resuelto los problemas fundamentales del país, pero se irrogaría un daño inmenso a la paz ciudadana". (De Paz – Sánchez, 2001, p. 70)[20]
Esta publicación se debe estudiar para poder entender muchas cosas de su momento histórico.
Acuérdense que la Iglesia mantuvo una posición anticomunista muy fuerte, lo que se explica por todo el proceso de la revolución Bolchevique – no voy a hacer aquí esa historia ahora -, pero hay que entender que la revolución rusa impuso el ateísmo como doctrina oficial [4], se calcula que en la Unión Soviética fueron ejecutados más de tres mil sacerdotes y numerosos templos quemados. Es verdad que la Iglesia Ortodoxa Rusa estaba identificada con el régimen zarista, se había opuesto a la revolución bolchevique. Hubo una política ateísta forzosa, que luego trascendió fuera de las fronteras de la URSS y en los países que se fueron ocupando a raíz de la Segunda Guerra Mundial. También recuerden que durante el conflicto bélico Stalin, un antiguo seminarista ortodoxo[21]al terminar la guerra, modifica un poco su política y reconoció a las autoridades de la Iglesia Ortodoxa, les da un espacio. Fue un cambio en la política interna para reforzar la unidad frente al nazismo – fenómeno poco estudiado, recuerden que, nazismo era "Nacionalsocialismo"[22]- y el contexto mundial de la época.
Adolf Hitler, líder del "Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán".
Todo eso influyó en el movimiento socialista mundial, donde existían distintas corrientes dentro del propio socialismo. Una cosa es el socialismo estalinista, el socialismo leninista, otra el marxismo europeo, el socialismo de Kil Il Sung, de Mao, de Fidel Castro o el socialismo en América Latina, como el de José Carlos Mariátegui[23]Yo publiqué en Casa de las Américas un trabajo sobre las referencias que él hace sobre la cuestión religiosa. Mariátegui fue un marxista latinoamericano abierto, muy influenciado por Gramsci[24]trató el problema de la religiosidad y la crítica marxista a la religión en América Latina de manera muy interesante.
Después que desapareció nuestro grupo de trabajo en 1973, también se cierra la Facultad de Humanidades, se fusionaron filosofía con historia, creándose entonces la Facultad de Filosofía e Historia en la Universidad de La Habana. Yo pasé al Departamento de Historia de América, entre otras cosas porque el local en que nos reuníamos el Grupo de Estudio sobre la Religión pasó a Historia de América y yo estaba con los mueble ahí.
Comienzan a impartirse en la facultad especialidades en historia, aunque, ese proceso también se interrumpió porque hubo dificultades con la ubicación laboral de los graduados en las distintas especialidades, lo que provocó que se regresara a la Licenciatura General de Historia. En 1979 logramos que se comenzara a estudiar en la especialidad "Historia de América", la disciplina de Historia de la Iglesia en América.
Enrique Dussel.
En 1980 tengo la oportunidad de viajar a Ciudad de México, CEHILA[25]que se había constituido en los años setenta, por iniciativa del CELAM[26]como una comisión que debía escribir una moderna historia de la Iglesia Católica en América Latina, a la luz del Concilio Vaticano II y de la conferencia de Medellín, de acuerdo con los nuevos parámetros de la historia. Asumió como presupuesto teológico la Teología de la Liberación, el primer presidente de la comisión fue Enrique Dussel, argentino, laico católico, residente en Ciudad de México, profesor de la Universidad Nacional de México (UNAM). Esto provoca un conflicto con los sectores más conservadores de la Iglesia Católica, sobre todo durante el papado de Juan Pablo II, que la consideró influenciada por el marxismo. CEHILA – Cuba, jamás pudo reunirse en un local católico, a pesar de ser CEHILA una comisión surgida y encaminada bajo los preceptos de la Iglesia Católica, nos vimos obligados entonces a hacerlo en locales protestantes y a ser más ecuménica, fue algo contradictorio, pero cierto.
Juan Pablo II, que fue un Papa muy interesante, polaco, sufrió todo el proceso de la ocupación soviética a Polonia, todo un verdadero conflicto, vivió también la ocupación alemana.
Sacerdotes partidarios del nazismo.
Se ordenó sacerdote bajo el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, obviamente estuvo muy impactado por todo eso. Cuando asume el papado toma una posición muy crítica frente a la Teología de la Liberación [5], consideró que ella era, en cierta forma, una influencia marxista dentro de la iglesia.
Gustavo Gutiérrez.
Yo no comparto ese criterio, lo que no quiere decir que los teólogos de la liberación, no asumieran elemento de la metodología marxista para sus análisis de los problemas sociales existentes en general, así como de la participación del clero y la iglesia en los procesos de liberación y en los problemas sociales más complejos, fue una "corriente política", muy radical. El primer libro de la Teología de la Liberación en América Latina, lo escribe Gustavo Gutiérrez[27]un peruano, lamentablemente nunca vino a Cuba, no hubo interés por parte de la jerarquía de la iglesia ni del estado de que viniera a nuestro país, si bien para algunos eran los comunistas dentro de la iglesia, para otros constituían lo contrario, la iglesia dentro de los comunistas.
CEHILA efectuó su primer curso largo de Historia de la Iglesia en el año 1980 en México, nada más fuimos dos cubanos, un pastor metodista y yo, Enrique Dussel se reúne con el que fuera mi párroco Carlos Manuel de Céspedes y le pide que nombren a alguna persona para el curso, pero en ese momento habían reservas hacia la Teología de la liberación, Dussel le dijo que ya tenían a un católico, Carlos – yo creo que con razón – al conocer que era yo le dice: ese es un renegado, yo no me molesté, siempre he sido un poco renegado. El curso fue de seis o siete meses en México, bastante completo, lo impartían personas de los propios países.
A nuestro regreso, nos percatamos de que era muy esquemático reducir la historia, a la de la Iglesia Católica solamente, había que ampliar el espectro, para eso modifiqué el programa inicial y comencé a impartir Historia de las religiones en América, para abrirnos a la religiosidad de los pueblos aborígenes e incorporar el protestantismo y otras corrientes religiosas. A partir del ochenta se comenzó a impartir esa asignatura, cuando se terminó la especialización, pasó a postgrado, como era más limitado el tiempo, entonces comenzamos a dar cursos sobre determinados periodos de la historia, por ejemplo, Religión y política en Estados Unidos. Cuando llega el año 1998 y la visita de Juan Pablo II, me veo obligado a dejar la universidad, en ese año regreso al periodismo, yo soy periodista, llegué a la universidad por determinadas circunstancias.
Entro a la agencia Prensa Latina por un concurso de oposición que se efectuó al principio de la revolución, Jorge Ricardo Masetti deja la agencia y nombran a Fernando Revuelta[28]un español republicano, que trabajaba en la prensa mexicana, en solo ocho meses hay un problema con él, para mí fue que no era comunista, era un español exiliado, progresista y en aquel momento la revolución cubana se va proyectando hacia el socialismo. Nombran entonces como director a José Felipe Carneado (Prensa Latina, 2014, p.83) [6], que era abogado, sindicalista y proveniente del viejo Partido Socialista Popular, Fidel Castro lo había designado – unos meses antes – de Girón para que atendiera las relaciones con la iglesia católica.
Cuando Carneado se entera que yo estoy ahí, me llama a la dirección, pensé que me iba a botar de Prensa Latina pero no, establecimos un diálogo, fue todo muy interesante. Honestamente, yo no fui de los antiguos católicos que sufrió situaciones complejas, a mí no me mandaron a la UMAP[29]me mandaron a Moscú junto con el padre Sardiñas y con el pastor Fernández Ceballos, de la iglesia Presbiteriana. Con Carneado se estableció una relación interesante, él fue el que me mandó a Moscú, también iba con nosotros Juan Marinello como presidente de la delegación.
Juan Marinello
En el mismo avión viajó Raúl Castro, nosotros lo entrevistamos, si buscan el periódico Revolución de la época verán en primera plana mi nombre entrevistando a Raúl, al principio no nos quería dar la entrevista, ellos iban a una reunión militar y nosotros al Congreso Mundial por la Paz.
El padre Sardiñas.
En medio de ese contexto histórico, José Felipe Carneado facilitó la creación de un grupo, nos reuníamos con él en su oficina del Comité Central. Se analizaban los problemas Iglesia – Estado. Tratamos de mediar en el conflicto, tuvimos una serie de reuniones con el Monseñor Cesare Zacchi [7], que era el Nuncio Apostólico[30]teníamos largas reuniones con él, que se extendían – en ocasiones – hasta la madrugada. Era un momento muy difícil, sobre todo después de la invasión a Playa Girón y de la presencia en ella de tres capellanes católicos[31]ninguno era cubano.
Monseñor Cesare Zacchi
Muchos de los que vinieron en Girón eran católicos, eso es cierto, eran católicos que le temían al comunismo, los antiguos compañeros míos que fusilaron iban a mi casa y me decían: mira Enrique, es que esto va a ser comunismo y no podemos permitirlo. Yo en ese momento ya era socialista cristiano, y les decía: creo que debemos participar en el proceso y ver si dentro de él podemos influir en algo. Pienso que uno tiene que participar en las cosas y no retirarse, aunque estas sean difíciles, siempre me ha parecido que es un error la retirada porque dejas el camino libre y pierdes tu derecho a réplica o por lo menos a exponer tus puntos de vistas.
CEHILA – Cuba se crea precisamente con este grupo que nos reuníamos con Carneado y con Cesare Zacchi. El Monseñor Zacchi trató de mediar también en el conflicto iglesia – estado, yo tengo entendido que publicó un libro en Roma, aunque Monseñor Carlos Manuel de Céspedes García – Menocal me dijo que no, yo estoy casi seguro que sí por los informes de una fuente confiable de Roma. Carneado nos dio un espacio para seguir trabajando en la temática, algunas veces con más limitaciones que otras, pero podíamos trabajar.
El padre Camilo Torres.
Soy de los que propicié las jornadas Camilo Torres [8] en Cuba y publiqué un libro que se llama "El camilismo en la América Latina". En la década del setenta, junto con los protestantes, hicimos un grupo de actividades y se publicaba una revista que no circulaba en Cuba, la revista de la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE), en ella escribíamos sobre Teología de la Liberación, el Movimiento Camilista etc. La madre de Camilo Torres está enterrada en La Habana, vino a Cuba invitada por Fidel Castro, vivió en el Habana Libre mucho tiempo, yo me reunía frecuentemente con ella, era una persona muy interesante, ahí conocí a la que fue secretaria de Camilo Torres también y a un sacerdote que fue el que escribió sus obras completas.
Luis Amado Blanco.
Cuando voy a Moscú en 1962 para asistir al Congreso Mundial por la Paz y el Desarme, esto fue en el mes de julio, como ya les comenté en compañía del sacerdote Comandante Guillermo Sardiñas y el pastor presbiteriano Raúl Fernández Ceballo, presidió la delegación el antiguo presidente del Partido Socialista Popular, Juan Marinello, con quién tuve la oportunidad de conversar ampliamente, paso por Roma y me encuentro a Luis Amado Blanco, un católico español exiliado aquí, Fidel Castro lo nombró embajador de Cuba ante la Santa Sede, muere en 1975 siendo todavía embajador, llegó a ser el Decano del cuerpo diplomático en el Vaticano[32]una persona muy interesante, yo tuve una reunión con él en la pequeña Embajada de Cuba ante la Santa Sede.
Fidel Castro y Salvador Allende.
En 1964 voy a Santiago de Chile, allí me encontré con dirigentes de la Democracia Cristiana, especialmente con los dirigentes de la Juventud Demócrata de Chile, muchos de los cuales fundarían la "izquierda cristiana" que – posteriormente – se incorporó a la Unidad Popular[33]y apoyó al gobierno socialista de Salvador Allende[34]entrevisté a don Eduardo Frei, una persona sumamente interesante, aún conservo la entrevista, Allende nunca me dio una entrevista.
Fidel Castro durante su visita a Chile.
En Cuba hubo un problema con un muchacho que supuestamente había pertenecido a la juventud del Partido Socialista Popular, aunque en el juicio no pudo demostrar que esto ocurriera en la universidad, se procesó en 1964 por haber denunciado a los mártires de Humboldt 7 (Rosabal, Heriberto y Ventura Novo, Esteban, 2005, pp. 13-17)[35], el hecho se conoció como "el caso marquito"[36].
Revistas Bohemia del 27 de marzo y el 3 de abril de 1964. Juicio a Marcos Rodríguez "Marquitos", delator de los mártires de Humboldt 7. (Revista Bohemia, 1964, p. 28). [37]
Sucesos de Humboldt 7.
Eso le costó el puesto – al salir el caso a la luz pública – al Viceministro del interior Joaquín Ordoqui[38]y a Edith García Buchaca, la primera presidenta del Consejo Nacional de Cultura, casada en primeras nupcias con Carlos Rafael Rodríguez.
Edith García Buchaca y Joaquín Ordoqui.
Cuando esto sucedió yo estaba llegando a Santiago de Chile. Los comunistas – chilenos – me buscaron para que comentara lo que realmente estaba pasando aquí con los comunistas cubanos, ellos no veían bien nuestro proceso, siempre tuvieron sus reservas con respecto a las posiciones nuestras, acuérdense que aquí hubo todo un movimiento al principio, incluso, con Aníbal Escalante[39]que fue el último secretario general del Partido Socialista Popular – que estuvo preso -, fue el que estructuró a las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI)[9], estas, se crearon al principio de la revolución para fundir a las distintas organizaciones que habíamos luchado contra Batista pero que estaban dispersas, que éramos independientes. En la práctica, se trataba de un mecanismo de control político, un número significativo de organizaciones no entraron en las ORI por esta razón. Aníbal Escalante fue uno de los que impulso el ateísmo en Cuba o – por lo menos – era la cara ejecutora de una política oficial, muchos revolucionarios no podían entrar en la ORI si tenían creencias religiosas.
Después hubo problemas y fraccionamientos, Fidel sustituyó a Aníbal Escalante nombró a Ernesto Che Guevara al frente de las ORI, a partir de aquí la organización pasó a llamarse Partido Unido de la Revolución Socialista Cubana, este era el objetivo primario, Aníbal Escalante terminó preso.
Propaganda gráfica alegórica a la creación del Partido Unido de la Revolución Socialista Cubana.
Fidel utilizó a elementos del viejo Partido Socialista Popular para conformar el gobierno. Para mí todo eso tuvo un objetivo político condicionado a las circunstancias del momento histórico, se habla de que Fidel siempre fue comunista, no lo se, esa historia hay que preguntársela también a él, ¿qué fue lo que sucedió posteriormente?, los Estados Unidos no aceptaron a la Revolución, ni tampoco la Iglesia Católica lo hizo, por lo menos un determinado sector de ella.
Antiguos miembros del Partido Socialista Popular.
En la década de los años setenta nos invitaron a Aurelio Alonso y a mí a dar clase en el Seminario, fue un sacerdote que – en mi opinión – se debe estudiar a profundidad – siempre se lo digo a mis alumnos -, la invitación provino del padre francés René David, profesor del Seminario de San Carlos, es el autor de la Teología de la Reconciliación[40]la historia debe rescatar a René David, yo me reuní con sus alumnos, pero violando las disposiciones porque teníamos prohibido entrar en el Seminario.
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