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Escuela para productividad


  1. Cuadro histórico
  2. Cuadro actual
  3. Medidas de reversión
  4. Actores para la reversión
  5. Asignación de responsabilidades
  6. Financiamiento
  7. Efectos socio económicos

Cuadro histórico

Desde principios del siglo veinte nuestro país fue la meta de muchas personas que huyendo de guerras y miserias económicas de la vieja Europa llegaron y se arraigaron en nuestra tierra.

En ella no solo se asentaron con sus familias, sino también lo hicieron con su conocimiento, cultura, oficios y las artes.

Estos atributos rápidamente fueron transferidos y sumados a la sociedad Argentina de esa época que supo incorporarlos y tomarlos como propios, dándole a la Nación una posición destacada en Sudamérica.

Uno de ellos fue la cultura del trabajo, que se sostuvo en el tiempo y con ella la figura del aprendiz, -hoy totalmente desaparecida como se conoció en esa época-.

Para aquellos que no podían seguir estudios mas avanzados les permitía con una escuela primaria -o no- la posibilidad de un oficio digno.

A mediados del siglo XX a esos conocimientos empíricos se le agregó una formación intelectual, con el mejoramiento de escuelas de educación técnicas públicas, que hizo que nuestro país pasara a ser orgullo en mano de obra calificada.

A principios del siglo XX estábamos entre las "naciones ricas" y las ricas de hoy "entre las pobres".

¿Qué pasó entonces? Que le paso a un país como el nuestro, exportador de materias primas y alimentos, como también pionero en sustitución de importaciones en América Latina.

Después de la segunda guerra mundial los cambios tecnológicos invirtieron los liderazgos, entonces los que apostaron a la educación, economía del conocimiento y la actividad privada y competitiva, hoy están a la cabeza de las economías del mundo.

El Estado en esa época derramó gran parte de las finanzas ganadas anteriormente en fomentar nuestra industria e instruir a la gente para ese nuevo escenario.

Pero instruir y ayudar económicamente no es suficiente, también hay que educar con el compromiso ciudadano, tanto al obrero como a sus empresarios con reglas claras.

Cuadro actual

El asistimiento, así como fue motor de arranque en un principio para las incipientes industrias, se transformó en un salvavidas de plomo, producir no siempre es ser productivo, menos aún para la competitividad de la globalización.

Es interesante tener en cuenta que la globalización en su parte negativa sigue pautas de poder de organismos financieros supranacionales, que poco énfasis ponen en globalizar la tecnología, el conocimiento, y el estado de bienestar por estas latitudes.

Este concepto negativo se puede contrarrestar potenciando los conocimientos tecnológicos de los países emergentes, con la asistencia de todos los actores de la sociedad, sobre todo de los gobiernos.

En este tema vale una reflexión. Es lamentable que la globalización solo se ponga en blanco y negro, nefasta para algunos y la panacea para otros. Hay grises, sobre todo para naciones que geográficamente siempre estuvieron lejos de los grandes centros de consumo y poder adquisitivo.

Hoy la velocidad de las comunicaciones y transporte nos pone cerca de todos los mercados del mundo, lo que puede ser bueno o malo, dependiendo de las políticas que se adopten.

En el caso de la Argentina, Brasil y Chile (las más australes) tenemos un ejemplo válido como las políticas de Estado, influyen en la recepción de la globalización.

En el caso de Chile, históricamente con una economía de baja tecnología y unos pocos comodities, en pocos años gracias a políticas de estado consensuadas por todos los actores, lo transformaron en uno de los más avanzados en comercio exterior del cono sur.

De más está poner de relieve el caso de Brasil.

Por supuesto en este caso le faltó a la Argentina, una política de estado sustentada en el tiempo, capaz de atraer capitales (no capitales para especulación financiera), desarrollar políticas serias de explotación de nuestro suelo y potenciar nuestras exportaciones, con el valor agregado de nuestra mano de obra calificada y productiva.

Para lograr productividad hay que poner el acento en la educación y el conocimiento, así también como reglas claras en todos sus estamentos (la competitividad no se logra solo con tecnología, ni con una moneda devaluada)

La productividad es el único camino a una labor humana y segura, salarios dignos y costos competitivos. Que permite horarios de trabajo racionales en un ambiente técnico actualizado y psicológicamente apto para receptar una sistematización de la producción. Todo lo demás es alquimia.

Así como la competitividad es un concepto más complejo que una moneda devaluada.

Sobrados casos hay (Japón, Alemania, etc.) que mientras sus monedas se revaluaban en la década el 80 y 90 sus productos industriales bajaban sus costos.

La magia fue su productividad frente a la competencia, con una relación sana y transparente entre Estado, Empresarios y obreros.

En el caso Argentino, así como frustrantes vaivenes políticos y económicos deterioraron nuestra sociedad no pudo escapar nuestro contrato social histórico de la posibilidad de un trabajo digno y el derecho de aprender y enseñar.

El desamparo de un estado que dejó la obligación de proteger la escuela pública, produciendo cambios en la educación que ya se sabían nefastos en otras latitudes.

Así fue el cierre de numerosas escuelas técnicas que sirvieron de base históricamente a la formación de técnicos calificados.

En lo económico, en ciertos momentos las empresas debieron afrontar reglas de juego compulsivas, donde solo las que podían acceder a la macroeconomía se podían sostener.

A ello también se debe mencionar a mediocres leyes laborales que en aras de la protección de los jóvenes (razonables en algunos casos pero muy indiscriminada) desalienta la incorporación de jóvenes a las empresas por mas bien intencionadas que sean a formarlos en el nuevo concepto tecnológico.

Como resultado, hoy tenemos los jóvenes en las calles, con pobre formación escolar y victimas potenciales de cuanta adicción indeseable le propongan.

Dan como un hecho que ese debe ser su destino, formar parte de una masa crítica de presión política para sobrevivir.

Enrolados en esta cultura se alejan cada vez más de la cultura del trabajo.

Medidas de reversión

Ya en ninguna parte del mundo se conforma la idea que el estado es el único que educa e instruye. Si es el responsable de darle la mejor escuela posible.

Son las familias, la escuela y luego las empresas las que perfeccionan para darle el mejor rédito posible a esa nueva inversión que llamamos capital humano.

Se puede revertir, de un año para otro, una mala cosecha agrícola en una buena pero la educación laboral es otra cosa.

Educación, esa fue la gran palanca que transformó la pobreza en riqueza a la mayoría de los pueblos que se dieron cuenta que solo las materias primas debajo de su suelo no garantizaban un futuro próspero, la que hizo que potenciaran el beneficio de su trabajo.

Educación para un ciudadano común, no significa necesariamente erudición literaria y técnica, modales de la diplomacia, lenguaje académico etc.

Esa exigencia debería ser en este caso para nuestros mandatarios y funcionarios de primer nivel, de los que pocos casos hubo en nuestra historia reciente lamentablemente.

Educación es lo que le permite a un ser humano desde que nace, evolucionar por las primeras tres etapas biológicas y cronológicas ineludibles.

*El yo quiero: En su primera etapa de vida, liberando sus necesidades a su naturaleza e instinto, sin inhibiciones.

*El yo puedo: De niño, cuando comienza la comprensión e interacción con los adultos que los educan y la Inserción de reglas de convivencia que lo hacen dudar (que esta bien, que esta mal) que antes no hubiera podido aceptar.

*El yo debo: Es la actitud de un adulto educado que ya tiene incorporado las reglas y puede discernir sobre la decisión a tomar en base a esos conceptos, buenos o malos, de acuerdo a la calidad de educación que recibió.

Educación significa ir superando las etapas mencionadas, el no hacerlo o hacerlo mal puede dejarnos en una de las dos primeras etapas.

En el primer caso como adultos nos daría una actitud anarquista y desprejuiciada

(Aceptable en un bebé pero inadmisible como ciudadanos)

En el segundo caso como adulto, daría una actitud adolescente, con inseguridad para adoptar decisiones o decisiones erróneas de manera caprichosa, sin tener en cuenta el daño en su propia persona y a su entorno.

Educación significa desde temprana edad, el respeto por sus propios derechos y el de los demás, la racionalidad de sus conductas en todas las formas.

De no ser así nos quedaría un adulto instruido, pero sin los elementos éticos para interactuar racionalmente dentro de cualquier actividad ciudadana.

Los inmigrantes que llegaron en su mayoría no eran muy instruidos, pero tenían esa educación, el respeto a esas reglas.

Vivir de la capacidad de crear su propia riqueza, sus ahorros, respetar los pactos, la dignidad de aprender con humildad y ejecutar sus tareas con responsabilidad.

Por eso pudieron en poco tiempo aprovechar el contexto económico y social de esa época y posicionarse favorablemente.

Educación es lo que permite incorporar racionalmente sin sentirse obligado La cultura del trabajo, que lo diferencia de lo que podría ser un oportunista instruido.

Solo en la educación se puede instalar la moral imprescindible, para luego aceptar la disciplina que implica la instrucción de artes, oficios o profesiones.

Sarmiento lo sabía y ahí puso el énfasis, fue la escuela para una nueva Nación, para dejar de ser solo un país.

Sabía que educando lograría ciudadanos con dignidad para crear las instituciones de una verdadera democracia, (educar al ciudadano) que no doblarían sus rodillas frente a una dádiva o un favor del poderoso de turno que lo masificaría.

También nuestros sabios constitucionalistas de 1853 conocían y temían la oclocracia (gobierno de la muchedumbre o de la masa).

"El pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes" sentenciaron.

Claro, Alberdi no pensó jamás en un congreso como el de las últimas décadas, hoy desbordado y devaluado, por discutir en el recinto la solución de sus internas políticas y no los graves problemas de nuestra política interna y externa.

Mientras en la calle, se grita con pasiones las urgentes soluciones, que deberían darse dentro del recinto.

Dando a muchos nostálgicos de la masificación la oportunidad de reeditar épocas que tanto sufrieron las sociedades del siglo XX.

Recordemos que decían respecto a la masificación social los grandes genios de la psiquis humana:

"Se sabe que las masas no razonan ni piensan con objetividad. Pierden la diferenciación del individuo, que es la más alta conquista del hombre; se les desvanece el pensamiento lógico y quedan a merced de la emotividad primaria. Son capaces de acciones heroicas o abyectas según lo ordene la sugestión del líder."

Sobre el comportamiento de las masas sociales

De los estudios de Jacques Le Bon y Sigmund Freud

Solo los pueblos con educación tendrán las herramientas que corregirán esos errores.

Es sabio que a la gente no hay que regalarle el pescado, hay que enseñarle a pescar.

Es justo también, si queremos buenos pescadores, comenzar ya a educarlos y disciplinarlos, enseñarle donde está (darle un trabajo digno) y como debe administrarse para vivir con dignidad.

Es injusto regalar parte del pescado que alguien logró, a quien nada hace por el y los demás.

Actores para la reversión

Reconstruir la cultura del trabajo. Ha llegado el momento en que todos los actores sociales dejen de discutir de quien fue la culpa.

Es hora que las empresas cumplan ese rol social que le deben a sus conciudadanos, como también los funcionarios y el poder político.

El Estado:

Probado está que en la actualidad tuvieron pobre solución para la gran cantidad de jóvenes entre dieciséis y veintiséis años que prácticamente viven en la calle mucho más agredidos que lo que estaría en una empresa con adecuados controles.

El Estado debería implementar nuevas leyes, simples y concretas, consensuadas con los actores arriba mencionados, que permitieran un seguimiento de esos jóvenes dentro del circuito productivo, para asegurarles un trato digno y justo durante su reeducación y aprendizaje técnico.

Una formación adecuada constituye el mejor seguro de desempleo.

Es lamentable que no se hable con propiedad y sin hipocresía, la mayoría de los desocupados, fueron transformados en in-ocupables, (a la mayoría de ellos le fueron negadas las condiciones sociales y técnicas para la industria de hoy).

Masificándolos, negando a estos jóvenes la posibilidad de un trabajo digno en una empresa digna (que también fueron castigadas).

Las Empresas: Es hora de crear dentro de su personal el concepto de transferencia de conocimiento en todas sus jerarquías, considerar que la capacitación es una inversión y no un gasto inútil.

Durante años (salvo honrosas excepciones) las empresas grandes o pequeñas poco hicieron al respecto.

Cabe reconocer en este caso dos factores importantes.

Uno, la recesión moral –producto de pésima gestión educativa y económica -fruto de incapacidad política que todos padecimos– que mantuvo sometida a la sociedad Argentina, económica e intelectualmente. Otro y no menor, es el altísimo costo financiero e impositivo para reponer tanto bienes de capital como capital de trabajo.

Las leyes laborales exageradamente punitivas y presión tributaria fuera de realidad desalientan a las industrias a tomar operarios, mas aun sin conocimientos ni experiencia.

Las instituciones:

Juegan un papel muy importante dentro de dicho proyecto, sobre todo las cámaras empresarias.

En el naufragio Argentino se está perdiendo el capital más lento de recuperar, el capital humano.

Cuando le toca al gobierno hacer su descargo, jamás se habla de impericia, la culpa está fronteras afuera.

Como intervienen los actores

El Estado:

Una legislación al respecto moderna y sin chicanas políticas, que proteja los derechos de estos jóvenes, como así también les haga cumplir sus obligaciones como ciudadanos, (para ello se contaría con los funcionarios entrenados para tal efecto).

Repensar una nueva forma de pasantía para los no estudiantes que quieran integrarse al círculo virtuoso del conocimiento y la producción, con el aporte del correspondiente seguro social.

De cualquier manera, sería un gasto menor en relación con los ineficientes planes que los transforma en actores pasivos, con la considerable pérdida de su autoestima.

Para este seguimiento se podría poner en práctica una libreta de trabajo en la cual el joven tendría documentado sus avances en lo teórico y en las prácticas de planta.

Con una calificación de cada lugar, con sello y firma, también de las respectivas cámaras y el Ministerio de trabajo para darle suficiente crédito de seriedad a dicho documento.

Las Empresas

Es importante en este caso la apertura solidaria de las empresas que deberán ofrecer sus plantas para que pasen estos jóvenes sus prácticas, con todo el apoyo y la dedicación posible y con horarios que sean compatibles con sus clases teóricas.

Estas clases teóricas de reeducación deben contemplar aparte de los conocimientos teóricos técnicos, incentivos en la lectoescritura y matemáticas, como así también en la comprensión de textos.

Las metas laborales de la modernidad no pueden lograrse a través de procesos que revelen a los vetustos esbozos de una formación taylorista.

La profundidad del cambio que debe operarse en las escuelas e instituciones, es la superación del enfoque simplista, no asentado escuetamente en la capacitación instructiva para adquirir conocimientos pobres. Esto implica que las competencias modernas no podrán lograrse solamente en un curso de dos o tres meses.

Corresponden ser el resultado de un entorno productivo, impregnado del contexto de las áreas laborales, de las rutinas de conducta y funcionamiento que operan en la realidad, de las pautas laborales y competitivas.

El concepto de estabilidad laboral comienza a ceder lugar a una visión de trabajadores flexibles, más y mejor calificados, con capacidad para asumir reconversiones rápidas y asegurar de tal modo y por si mismos, la estabilidad, no en un puesto de trabajo sino en el mercado de empleo. Una formación adecuada constituye el mejor seguro contra el desempleo.

Por empleabilidad se entiende a la capacidad que tiene una persona aparte de su oficio o profesión – Disciplina, actitud receptiva, conocimiento del entorno que le tocará actuar, estar actualizado, etc.-

Esta gimnasia de interacción irá poco a poco aumentando su poder cognitivo dañado ahora por inacción y devaluado entorno social.

Este método de integración le permitirá al joven tener una visión de diferentes tareas y el aliento de saber que éstas se ajustan a su capacidad, actuando como mecanismos retroalimentadores del hecho pedagógico en sus diversas facetas.

El tenerlo ya dentro de una disciplina ciudadana, contenido y a la vez contenedor, provocará llevar a su casa no solo un alivio financiero sino también la cultura del trabajo. Que se puede.

Las instituciones:

Hoy en día en poco tiempo se puede actualizar la tecnología en una empresa si la rentabilidad es razonable y si existe apoyo financiero.

Con eso tendríamos el con que producir, pero el con quién, es otra cosa.

Un operario calificado no se puede despachar de aduana en dos días como una máquina.

Llegó el momento de ponerse a la cabeza de crear maneras de entrenar con teoría y práctica a ese gran potencial humano que hoy está fuera de todo contexto social y laboral.

Asignación de responsabilidades

El Estado:

Solo las instituciones de la Nación pueden ejercer el poder de policía para evitar cualquier exceso.

Las instituciones:

Serán las encargadas de la planificación, dirección, administración del presupuesto, ejecución, y fiscalización de todo el circuito de aprendizaje

Controlando a sus miembros asociados que todo se realice de acuerdo a lo establecido.

Los espacios físicos para el aprendizaje (por lo menos el teórico) como el personal docente, los planes de aprendizaje y la selección de los grupos será también responsabilidad de las cámaras, uniones de empresas, etc.

De esta manera se podrá seleccionar los grupos de acuerdo a su nivel para manejar más eficientemente sus capacidades.

Estos grupos comenzarán con un período teórico aproximado de un mes para, concienciación de su nuevo rol.

A partir de estos ítems: moral de trabajo, seguridad en el trabajo, proceso productivo, los que califiquen, ya se integraría al trabajo en planta.

Trabajando en planta, incorporaran como teoría:

Trabajo en equipo, manejo de la tecnología, economía del tiempo de trabajo y tiempo productivo, productividad, recepción y transmisión de conocimientos, circulo de calidad, comprensión de textos, matemática básica y otros.

Con lo que completaría un año de instrucción básica.

Las Empresas:

Nada mejor que una P.Y.M.E. para que un aspirante a operario calificado se inicie.

A diferencia de una gran empresa, tiene un trato más cercano con sus gerentes y/o propietarios que tal vez recuerden sus comienzos y se muestren en un clima más favorable para el iniciado.

En planta seguirá en paralelo sus prácticas con la teoría, de manera que no superponga conceptos.

En esa libreta de trabajo que se menciona anteriormente, la empresa calificará al aspirante en distintas pautas:

Conducta, dedicación, tecnología, asistencia, etc. Con la cual el joven se servirá para documentar ante quien lo requiera, su idoneidad para un puesto de trabajo calificado cuando termine su entrenamiento.

Financiamiento

El estado:

El costo sería mínimo en relación con lo que destina a ciertos planes de dudosa efectividad.

Sería suficiente liberando a las empresas de la carga impositiva laboral y transfiriendo a las instituciones para su desarrollo docente el importe del costo de mantenimiento por cada aprendiz habilitado en dicha escuela.

Este aprendiz ya no dependerá del plan del estado, ya que cobrará su propio salario acordado como contraprestación en planta que obviamente será superior a cualquier dádiva estatal.

Este salario será incrementando bimestralmente de acuerdo al importe pactado en el sistema, de manera que obre de incentivo a su aprendizaje (aproximadamente un año).

A partir de ese momento se supone que ya estaría en condiciones de pasar a ser un obrero regular, pactando con la empresa que elija, su futuro salario.

Las instituciones:

Sin ninguna duda con el tiempo habrá una mejora de productividad, al potenciar los conocimientos, incluso de los operarios regulares que quieran perfeccionarse en estas aulas.

Redundará en una relación favorable entre salario y costo producto que superará esa pequeña inversión.

En cuanto a la remuneración del aprendiz será consensuada de manera tal que sea justa como contraprestación al servicio que le presta a la empresa mientras dure su pasantía en la misma.

La empresa se reservará el derecho de permanencia del aprendiz en su puesto de trabajo (el aprendiz tendrá todos los derechos y deberá cumplir con todas las obligaciones de un obrero regular, con excepción del horario ad-doc).

La empresa podrá removerlo cuando lo considere conveniente mediando las explicaciones del caso y previo pago de sus haberes si los tuviera.

En este caso pasa a la lista de espera para una nueva empresa para continuar el programa.

Con excepción que su aprendizaje, conducta o actitudes sean reprobables por los responsables del programa.

En ese caso quedaría fuera del sistema dando lugar a otro.

Por su parte el aprendiz podrá dejar la empresa avisando fehacientemente con treinta días de anticipación, con el correspondiente motivo y anotarse en lista de espera de la institución para prestar su pasantía en otra que se le designe, con el fin de no estar fuera del sistema.

Efectos socio económicos

Si tenemos en cuenta que los parámetros de vida de este grupo crítico han sido modificados socialmente, seguro nos encontraremos con varias consideraciones a evaluar.

Es desconocimiento pensar que tenemos muy buena mano de obra por que tenemos un porcentaje de buenos operarios.

En el promedio podría mejorarse, si los entrenamos para sacarle el máximo provecho a la nueva tecnología.

Los hay quienes están capacitados técnicamente, pero influidos socialmente por un entorno hostil, con falsas premisas y errores de concepto en cuanto a sus deberes y derechos, les cuesta interactuar con sus pares y sus jefes.

Reeducar. Por que hay que reintegrar.

La marginación y sumisión produce inseguridades de identidad, de historia, y sobre todo de pertenencia aún a los que estaban dentro del sistema.

En esto no hay gran diferencia, si bien puede ser más leve en alguien con mayor educación e instrucción.

El ser humano es lo que hace, y con quienes lo hace, sea su grupo de estudio o trabajo.

Pertenece-a, trabaja-con.

Está incluido no excluido, esta contenido y es a la vez contenedor.

El primer efecto logrado será el cambio de alguien que pasa de ser un habitante pasivo a un ciudadano activo, capaz de incentivarse a medida que la reeducación le permite entender buenos parámetros perdidos.

El simple hecho de comenzar a convivir con sus pares, (jóvenes) que ya tienen la rutina y la cultura del trabajo, con su correspondiente libertad económica para planificar sus necesidades, les irá dando tranquilidad.

En este caso se podría cumplir otra función importantísima, el control médico para los que se integren a este plan, eso permitiría el seguimiento de una gran población en riesgo que no cuenta con la menor atención sanitaria y la posibilidad de evitar con poco costo de prevención males mayores que el estado no podría cubrir en sus sistemas de salud.

Es muy importante aprovechar esta relación (escuela-fábrica) para reeducar.

Explicar que se puede.

Sobrevivir con un subsidio o una dádiva del Estado no es más que perpetuar en el tiempo su dependencia a la pobreza, que será heredada a sus propios hijos.

Hay sobrados ejemplos que aseguran que un buen porcentaje de jóvenes con adecuado apoyo lograron superar metas que ellos mismos no esperaban.

Como también los hay que lucharán para que nada cambie, la politización de este flagelo endémico Argentino sirve de base a muchos mal intencionados, que perderían su predicamento sobre esa masa crítica.

Mucho tiene que ver los mensajes que se dan desde donde se supone tiene que llegar los ejemplos (Estado, Instituciones, Empresas).

Si analizamos la situación actual (Gráfico1) tomando al mercado laboral económicamente, como otro ítem más del mercado en general, se desprende el siguiente análisis aproximado de su oferta a modo de ejemplo:

Buenos técnicamente (BT): 20%

Regulares aptos (RA): 30%

Regulares (R): 50%

edu.red

Grafico 1

edu.red

Grafico 2

Por lo que las empresas pujarán por tener entre sus filas el 100% de sus empleados BT.

Como todo mercado el valor de BT aumentaría.

En ese caso la empresa A le ofrecería a un BT más de lo que le paga la empresa B y así sucesivamente.

Con lo cual se transforma en un círculo vicioso, ya que el porcentaje de BT jamás podrá satisfacer la demanda ideal del 100% (o por lo menos razonable) con su pobre 20%.

Además producirá una rotación de personal que no permitirá a una empresa encarar ningún plan de sistematización y trabajo en equipo.

Esto provoca un proceso de auto defensa de los BT hacia los RA y estos a los R, ya que el reaseguro de su mejor paga dependen que se sostenga las diferencias cualitativas de sus conocimientos.

Este círculo vicioso anula la posibilidad de una transferencia de conocimiento, que nos permitiría igualar hacia arriba los salarios como consecuencia de la nueva productividad.

Si logramos transformar a los RA en BT y los R en RA (Gráfico 2) ganaríamos productividad en promedio-con una considerable mejora salarial y costo producto- sin restar rentabilidad a la empresa.

Reeducar a los ocupados y educar con el nuevo concepto a los iniciados, no es solo trabajo de las empresas, sino de todos los actores aquí mencionados.

Si tenemos en cuenta que con incorporar a las empresas solo un 10 % de aprendices sobre el total de operarios que tiene un puesto de trabajo, no alteraría técnica ni financieramente ninguna empresa y menos aún las arcas del Estado.

Si bajaría a índices razonables la desocupación de estos jóvenes.

En lo económico nada más simple que el círculo virtuoso del trabajo.

Automáticamente ese nuevo grupo comienza a consumir dentro de sus posibilidades que antes no tenía.

Además si consideramos su mayor ingreso y una mayor productividad gracias al sistema, tributando en cada una de sus compras, se autofinanciará.

Paradójico, el estado, será el primero en recuperar la inversión.

Los hijos de tu prójimo, son como tus hijos, si colaboras para educarlos, tus hijos tendrán buenos prójimos, así tal vez un día, la razón prevalecerá.-

c.v. lazzaro -1975

 

 

Autor:

Cecilio Valentin Lazzaro