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Ensayo por Evaluacion de Competencias (página 2)

Enviado por Tania Angélica


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Según Nahum Mont, quien es un fiel defensor y a su vez especialista en el tema de la evaluación por competencias, señala en uno de sus ensayos publicados tocando este punto de la educación, la situación similar que acontece en el sistema educativo en donde existe un fuerte debate entre los que apoyan una u otra tendencia, además de una lluvia de incoherencias al mantener estrategias tradicionales de enseñanza y aprendizaje pero a su vez queriendo evaluar por competencia, dejando una laguna de dudas en la buena ejecución de los nuevos métodos educativos.

Entonces nace esa una pregunta si será un imposible o una oportunidad la evaluación por competencia, sin duda se puede considerar hasta más controversial que el debate mismo, debido a que muchos de los defensores como es el caso anteriormente mencionado dirán que ya en el primer instante donde un docente o facilitador haya puesto en práctica este método evaluativo ya no se puede considerar como imposible, puesto que este ya fue ejecutado satisfactoriamente, pero tal vez otros dirán como es el caso de Van Thuam que algo es calificado como un imposible hasta que la totalidad de los que allí intervengan acepte de manera cierta y posible lo que se desea ejercer.

En vista de esto considero de manera muy personal que esa pregunta es necesaria para poder ver que sucede en este debate pero que la profundidad de la misma no debería encasillarse tan sólo en el sistema sino ir más allá, debería llegar hasta el interior de cada uno de nosotros los que estamos haciendo vida dentro de los sistemas de enseñanza, para así auto evaluarnos y ver sin dudas, sin miedo y sin peros que actitud tengo y que actitud debo tomar para mejorar como alumna, como profesional. Y tener presente que no existe nada imposible si creemos en nosotros y creemos en los que somos capaces de hacer muchas cosas.

La evaluación del aprendizaje y de las competencias no son dos procesos diferentes, pertenecen a un mismo proceso, dado que la construcción de una competencia implica necesariamente de procesos de aprendizaje; así, al evaluar se valora el aprendizaje mediante la evidencia de la competencia adquirida esta frase sencilla implica introducirse en el campo de las competencias profesionales conocer su proceso de adquisición y las formas de evaluación.

Para ubicar los procesos de evaluación por competencias es necesario recordar que la formación de una competencia es resultado de un proceso individual de construcción de aprendizajes que realiza el sujeto, a partir de una necesidad o conjunto de necesidades identificadas en una interacción con el contexto y que se manifiesta mediante los desempeños. Esta construcción evidentemente está influida directa o indirectamente por los actores presentes en el contexto que "moldean" ese proceso. La construcción de competencias necesariamente se encuentra relacionada con aprendizaje y conocimiento por tanto con las áreas de desarrollo de los sujetos.

Si tratamos de imaginar cómo un individuo desarrolla las competencias esperadas, se puede pensar en una serie de estructuras conformadas con unidades integradoras como si fuesen cada una lo que se evalúa este punto coincidente en donde se concentra el núcleo de la competencia, la esencia de cada componente, en un entramado de aprendizajes, ese todo a la vez pone énfasis en algún aspecto determinado, comprendiendo que ese aspecto está interconectado con los demás y que para que surja o se desarrolle, requiere del apoyo de los otros, esta visión integradora implica que evaluar un aspecto, está tocando el resto de todos a la vez. de otro modo se estaría evaluando partes de un todo que no reflejan necesariamente la competencia en su integralidad.

El problema se centra en cómo evaluar el todo integralmente en este punto lo importante es identificar cuál es el peso o el balance que se da a la competencia en su totalidad o al núcleo de interés de la competencia, las competencias requieren de ser precisadas en lo que se busca desarrollar y entonces ese aspecto se pone bajo una lupa de aumento, sin dejar de considerar los demás aspectos, y este proceso de "enfoque y visión en aumento" ayuda a encontrar los criterios de evaluación y a seleccionar las formas o instrumentos idóneos. Difícilmente se puede evaluar una competencia si no se ha manifestado en su totalidad, es decir con todos sus componentes.

Si las competencias tienen expresión en un saber hacer fundamentado en un saber, la evaluación debe considerar no solo lo que el estudiante sabe si no lo que hace con ese conocimiento en diferentes contextos diseñar diferentes posibilidades de evaluación, con el fin de reflejar la diversidad de posibles contextos, por otro lado también dentro del enfoque de las competencias profesionales también se podría decir que es como Competencia es la "capacidad de actuar de manera eficaz en un tipo definido de situación, capacidad que se apoya en conocimientos pero no se reduce a ellos" (Perrenoud; 2002:7)

El desarrollo de una competencia, va más allá de la simple memorización o aplicación de conocimientos de forma instrumental en situaciones dadas. La competencia implica la comprensión y transferencia de los conocimientos a situaciones de la vida real, exige relacionar, interpretar, inferir, interpolar, inventar, aplicar, transferir los saberes a la resolución de problemas, intervenir en la realidad o actuar previendo la acción y sus contingencias. Es decir, reflexionar sobre la acción y saber actuar ante situaciones imprevistas o contingentes.

El enfoque por competencias, en la actualidad, representa retos importantes para la docencia y el proceso E-A, en virtud de que implica el rompimiento con prácticas, formas de ser, pensar y sentir desde una racionalidad en la que se concibe que la función de la escuela es enseñar acumular saber, para reproducir formas de vida, cultura e ideología de la sociedad dominante, a través de un Sistema Educativo que pondera los programas de estudios cargados de contenidos y la enseñanza de la teoría sin la práctica. Actualmente, en México está cobrando gran auge el desarrollo curricular por competencias el cual, en comparación con los modelos de diseño curricular anteriores, ofrece claras ventajas dado que pone énfasis en la transferencia de los conocimientos, de los mismos, la formación en la alternancia, el manejo de competencias emergentes y el saber hacer como eje rector de la actividad académica.

Entre la descripción de la tarea a realizar y el conocimiento producido en la acción, existe un vacío que sólo puede cubrirse con la reflexión sobre la acción". (Donald Shön. Op. Cit. En: Díaz Barriga, Frida y Hernández Rojas, Gerardo; 2002). Lo importante no es tener más conocimientos, sino el uso que hacemos de los mismos, "No es qué tanto sabes, sino lo que sabes hacer con lo que sabes". Es decir, que las competencias no sólo trabajan sobre la base del saber teórico, además se avocan al saber práctico, técnico, metodológico y social, a través del desarrollo de habilidades, conocimientos, actitudes y valores.

El conocimiento como acumulación de saber no es significativo, su valor radica en el uso que se haga del mismo, por tanto, las escuelas deben, con esta perspectiva, replantear los programas educativos desde "el saber hacer" a partir del desarrollo de competencias y de su aplicación a situaciones de la vida real.

El término competencia aparece inicialmente en los años 70, apoyando la idea de que ni el currículum educativo de las personas, ni los resultados de los test de aptitud y de inteligencia, ni la adaptación eficaz a los problemas de la vida diaria predicen el éxito profesional esto hace referencia a que el desarrollo de competencias no es algo dado, que se obtiene como consecuencia de un proceso formativo en una institución de educación, en virtud de que un estudiante que tiene altos promedios no garantiza que posea las mejores competencias, caso contrario un estudiante de promedios regulares puede tener competencias desarrolladas en altos niveles. Esto como consecuencia de que, en las instituciones de educación, se ha descuidado la vinculación teoría y práctica y con ello, el desarrollo de competencias en la situación real o en procesos de simulación, que pueden ser una alternativa para el desarrollo de competencias y la resolución de problemas.

Los nuevos procesos formativos basados en competencias no sólo transmiten saberes y destrezas manuales, sino que toman en cuenta otras dimensiones y contemplan los aspectos culturales, sociales que tienen relación con las capacidades de las personas." (CIDEC; 2004:25). No sólo es importante tener conocimiento y saber transferirlo, es decir, ser competente para el desarrollo de una actividad profesional o para la resolución de un problema; también es importante, el aspecto actitudinal actitudes y valores que se demuestra o se pone en práctica en el proceso de formación y de desempeño laboral o en el desarrollo de la tarea o del trabajo en equipo, porque esto origina y promueve un ambiente de trabajo en el que se ponen de manifiesto aspectos culturales y sociales

La razón es simple, las competencias no se adquieren exclusivamente desde la transferencia educativa de un curso, sino que son el reflejo de un ambiente productivo impregnado de la atmósfera que viven las empresas, de los códigos de conducta y funcionamiento que operan en la realidad productiva, y en la incorporación de las pautas de trabajo y de producción empresarial. En última instancia sólo las propuestas que articulan educación/formación, con trabajo y tecnología, en un ambiente adecuado, pueden ser el mecanismo por el cual se transmitan los valores, hábitos y los comportamientos inherentes a las nuevas competencias requeridas a la población activa, también recordemos que el enfoque por competencias, representa retos importantes para la docencia y el proceso enseñanza y aprendizaje, en virtud de que implica el rompimiento con prácticas, formas de ser, pensar y sentir desde una racionalidad en la que se concibe que la función de la escuela es enseñar acumular saber, para reproducir formas de vida, cultura e ideología de la sociedad dominante, a través de un sistema educativo que pondera los programas de estudios cargados de contenidos y la enseñanza de la teoría sin la práctica. Es un hecho innegable, que en los docentes siguen muy arraigadas las prácticas tradicionales de enseñanza; en algunos otros sigue vigente la tecnología educativa con su referente de planeación por objetivos y uso de cartas descriptivas y, en el mejor de los casos algunos otros se encuentran en una transición de la tecnología educativa a la didáctica crítica y/o el constructivismo, siendo pocos los que realmente se postulan por prácticas docentes sustentados en los nuevos paradigmas educativos en la que existe congruencia entre el discurso y la práctica entre el hecho de decir soy un profesor constructivista y realmente serlo durante el desarrollo cotidiano del trabajo docente.

El enfoque por competencias no es una visión reducida de la educación y de la formación profesional, sino por el contrario, éste no se conforma con el aprendizaje de los elementos en el ámbito teórico enciclopédico o mecánico irreflexivo o al manejo discursivo de los dominios cognitivos de las disciplinas, sino que va más allá al proponer cambios en la metodología didáctica y en el proceso enseñanza y aprendizaje, el enfoque y evaluación por competencias se plantea como una alternativa para el diseño curricular, mismo que involucra aspectos como una metodología en la cual se pondera el saber hacer visto no desde un enfoque conductista que se limita al desarrollo de acciones o tareas, que tengan una evidencia medible, cuantificable y observable, sino que tiene su fundamento en los principios constructivistas y del aprendizaje significativo no es el hacer por hacer o conocer simplemente como acumulación de saberes, es un saber hacer en la práctica, pero motivado en un aprendizaje significativo que se transfiere a situaciones de la vida real y que implica la resolución de problemas en la práctica.

El enfoque de las competencias es clave en el plan de convergencia. Y este es otro reto a considerar en todo plan de Innovación universitario.

En la Universidad Superior entendemos por competencia "el buen desempeño en contextos diversos y auténticos basado en la integración y activación de conocimientos, normas, técnicas, procedimientos, habilidades y destrezas, actitudes y valores".

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 Existe convergencia en las características mencionadas por los diferentes autores y expertos en competencias. Este punto de acuerdo ayudará a seleccionar la definición de competencia que mayor significancia y consenso procure. Por otra parte se pueden realizar diferentes agrupaciones con el fin de sistematizarlas y gestionarlas. Las competencias genéricas o transversales de la Universidad Superior se agrupan en una de las caras de la pirámide del modelo según tres grandes categorías:

Aceptando la definición dada de competencia o la que asuma cada comunidad universitaria conviene tener en cuenta los requisitos que debe reunir el concepto (y la realidad) de competencia:

Ledford (1995), propone una lista de características de las competencias

  • Son transferibles de un puesto a otro, de una actividad a otra.

  • Son una consecuencia de la experiencia.

  • Deben ser demostrables mediante evidencias de buenas prácticas.

Para Levy-Leboyer (1997) las características de las competencias son:

  • Están ligadas a una tarea o actividad determinada.

  • Son una consecuencia de la experiencia.

  • Constituyen conocimientos articulados y automatizados.

  • Las competencias indican el nivel de potencial que tiene la persona para el desempeño.

Montebello (2001) muestra un enfoque similar al de Ledford estableciendo que una competencia:

  • Requiere conocimientos, aptitudes y habilidades que afectan al desempeño.

  • Está correlacionada con el desempeño.

  • Puede ser evaluada con medidas estándar.

  • Puede ser mejorada.

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Organización de Competencias

Competencias instrumentales: aquellas que tienen una función de medio o herramienta para obtener un determinado fin. Suponen una combinación de habilidades y capacidades cognitivas que posibilitan la competencia profesional.

Competencias interpersonales: referidas a las diferentes capacidades que hacen que las personas logren una buena interacción con los demás. Se refieren a la capacidad, habilidad o destreza en expresar los propios sentimientos y emociones del modo más adecuado y aceptando los sentimientos de los demás, posibilitando la colaboración en objetivos comunes.

Competencias sistémicas: suponen destrezas y habilidades relacionadas con la comprensión de la totalidad de un sistema o conjunto. Requieren una combinación de imaginación, sensibilidad y habilidad que permite ver cómo se relacionan y conjugan las partes en un todo. Suponen la adquisición previa de competencias instrumentales e interpersonales.

 El análisis de la estrategia de evaluación seguida por cada profesor es una evidencia clara de que el proceso de innovación pedagógica y la aplicación del enfoque de aprendizaje basado en competencias se han implementado adecuadamente. Cuando el sistema de evaluación es simple, es decir, cuando se basa en el examen final o parcial tradicional, se puede afirmar que no se evalúan competencias y, por tanto, que existe un déficit importante en la aplicación del sistema.

El aprendizaje basado en competencias requiere un sistema de evaluación variado, pues cada competencia tiene componentes muy distintos que necesitan procedimientos diversos para ser evaluados correctamente.

La evaluación de competencias requiere distintos procedimientos y técnicas de evaluación según el objeto que se desea evaluar. Puede intentarse evaluar conocimientos, utilizando diversas técnicas: pruebas de respuesta larga, pruebas de respuesta corta, pruebas objetivas, pruebas con preguntas abiertas, etc.

La evaluación de habilidades y destrezas o cómo aplicar los conocimientos a situaciones concretas, requiere pruebas tales como: escribir determinados tipos de escritos, desarrollar diferentes tipos de pensamiento.

David McClellan define las competencias como "Las características subyacentes de una persona que están causalmente relacionadas con los comportamientos y la acción exitosa en su actividad profesional". De acuerdo con esta definición, las competencias se entienden como la combinación de conocimientos, habilidades y actitudes que las personas tienen y despliegan en diversas situaciones reales de trabajo, de acuerdo con los estándares de desempeño satisfactorio propios de cada área profesional.

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Anexo este grafico de competencias de la Universidad Deusto

Hacia un modelo de desarrollo profesional basado en competencias

En primer lugar, consideramos necesario explicitar las fuentes de referencia que sirven de base para la construcción del modelo que se presenta en esta comunicación. Por una parte, este trabajo se inscribe en una línea de desarrollo institucional propia de la organización en que se desarrolla: la Universidad de Deusto y, más concretamente, su Instituto de Ciencias de la Educación. Esta universidad, en el contexto del actual plan estratégico que desarrolla el Proyecto Universitario, ha apostado por un Plan de Innovación Pedagógica que contempla un marco pedagógico, uno de cuyos pilares se asienta en la elaboración y desarrollo de perfiles profesionales para las titulaciones basados en competencias.

Modelo de Innovación pedagógica

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El modelo en forma de pirámide adoptado para aunar y orientar los esfuerzos por la Innovación pedagógica en la Universidad está formado por cuatro caras. La cara que está en la base es el aprendizaje definido como autónomo y significativo que se pretende desarrollar. Las otras tres caras están constituidas por valores, actitudes y competencias. Estas tres variables se apoyan y refuerzan mutuamente, y la cara frontal es la de competencias.

Componentes estructurales y funcionales de la competencia

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Últimamente nos hemos visto inmersos en un arduo proceso de elaboración conceptual a propósito de planear nuestro trabajo como docentes en mi caso seria a futuro de nivel superior, orientándolo a que los estudiantes desarrollen competencias, y encontramos la noción de competencia frecuentemente articulada a otros dos constructos educativos fundamentales como las situaciones de aprendizaje y el aprendizaje significativo. Al mismo tiempo, no pocos de maestros expresan y muestran dificultades para comprender y manejar esas nociones.

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Programa SEP Karamelo 2010

Programa de competencias educativas en e-Learning

El programa Karamelo es una iniciativa para capacitar a los docentes de la República Mexicana en tecnologías de Internet a fin de completar el curriculum de competencias requeridas por la labor magisterial.

Los principales objetivos de este programa son:

Formacion y capacitación de los recursos humanos en el área de las tecnologías educativas. Cada profesor recibirá un curso introductorio al internet 2.0, un curso sobre el uso de karamelo, el manual correspondiente y el acceso a los foros del programa.

Cooperación regional en la investigación y experimentación del contenido de los materiales audiovisuales; producción, difusión y recopilación de materiales audiovisuales como, programas televisivos, diaporamas, CDs, podcasts, multimedia para formar la Red Knet de contenidos educativos conocidos como "EDIs". Cada elemento educativo se integrará a la red global para ser visto, descargado y reutilizado por otros profesores en zonas distintas de la República.

El programa contempla la instalación de Karamelo en un servidor central para ahorrar costos administrativos pero a su vez el software contempla la formación de comunidades y foros en torno a cada escuela existente en la República para colocar a las comunidades ya existentes en línea bajo estrategias, políticas y herramientas de comunicación. A cada comunidad establecida en la Red Karamelo se le conoce como "nodo".

Las poblaciones contempladas para formar la comunidad en cada nodo son:

  • Profesores

  • Alumnos

  • Autoridades escolares

  • Padres de familia

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Competencias profesionales

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Los cambios constantes del contexto, la preocupación por la mejora de la calidad de la formación, los nuevos giros hacia la construcción del Espacio Mexicano para la formación y el trabajo conducen justificadamente a hablar de movilidad laboral y formativa, entre otras. Esta realidad no es posible si no se articulan procesos transparentes, coherentes y viables de evaluación, reconocimiento y acreditación de competencias.

La importancia y la relevancia, hoy día, de los procesos de evaluación de competencias para su posterior certificación se justifica, entre otras razones, por la necesidad de reconocer las competencias profesionales de una manera objetiva y formal, independientemente de cómo se hayan adquirido. Este reconocimiento debe contribuir a facilitar la movilidad laboral y garantizar la igualdad de oportunidades, por obvias razones de justicia social, en el acceso y mantenimiento del empleo sea cual sea el lugar o país de la comunidad en el que se desarrolle el trabajo.

 

 

 

 

Autor:

Tania Angélica Martínez Rosales

2º Cuatrimestre Maestría en Ciencias de la Educación

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