4. Económicas
El estado no debe tener una producción monocultura: Mucho se ha hablado sobre la necesidad imperiosa de no depender económicamente de un solo tipo de producto. Pero parece que se ha creado una cultura que indica que las únicas investigaciones verdaderas y valederas hay que hacerlas en el sector petrolero. Verdaderamente, que es lo que nos prohíbe a los venezolanos producir un chip o diferentes componentes electrónicos. Aquí tenemos silicio que es el conductor por excelencia para elementos electrónicos. O generar programas informáticos de gran relevancia y con prestaciones realmente significativas. El venezolano a demostrado tener, (cuando se dedica a formarse como es debido), un alto grado de intelectualidad, y esto lo demuestran muchos compatriotas que se formaron en el exterior haciendo uso de becas otorgadas por el estado y hoy en día son eminencias en sus áreas, aunque muy pocos hayan vuelto, a devolver en algo, lo que el país les dio. Por una parte esta la poca iniciativa de fomentar la investigación y el poco respaldo que se otorga a las iniciativas de diseño fabricación local. Si bien es cierto que un proyecto de fabricación de chips en sus fases iniciales resultaría costoso, y que el elemento en si, una vez convertido en producto terminado su precio sería bastante elevado en comparación con los precios de los chips que podamos traer de Corea, incluyendo flete y nacionalización, no es menos cierto que si aceptamos pagar los costos de inversión, lo que hoy nos resultaría alto, con el tiempo redundaría en nuevos empleos, eliminar una dependencia tecnología y por consiguiente reducción en el precio del producto final. Esto a manera de ejemplo, de lo que el país puede realizar para diversificar sus áreas de producción, mientras mas tardemos en dar el paso, mas será la cuota de sacrificio que habrá que invertir. Por supuesto que el capital oficial no es suficiente para lograrlo, el capital privado es el llamado a competir y desarrollar esta área. Son los dueños de capitales privados quienes van a orientar este desarrollo. Por supuesto el ente oficial deberá garantizará la seguridad de esta inversión en el ámbito de las leyes con igualdad y sin favoritismos de ninguna clase. (En el pasado se nota como muchos inversionista comprometían sus capitales a cambios de grandes favoritismos: No pagar, impuestos, donaciones de terrenos, contratos exclusivos, etc. Esto es inaceptable y no contribuye con el desarrollo de los pueblos). Si comenzamos a realizar lo anterior, comenzaríamos a abrirnos paso en lo que se ha denominado SEMBRAR EL PETROLEO, y a la vez sentaríamos las bases para establecer un sistema de diversificación de mercados, lo cual ampliaría el compás de posibilidades que requiere el país y exige la nuevas tendencias de un mercado dinámico. Por último se debe apoyar a la organización de las empresas que se necesitan para el mantenimiento de la empresa central: Si voy a fabricar computadoras, necesito la empresa que fabrique los cables, los tornillos, las tuercas, los manuales, el material de empaque, etc. Debo consolidar mi proceso productivo de manera integral y no dejar dependencias, aunque sea en particularidades. Como nota de lo importante de lo anterior cabe destacar que Microsoft en una oportunidad tuvo que retrasar el lanzamiento de Windows 98 porque desde Malasia, no le habían enviado el material de embalaje (cajas), y por consiguiente no podía empaquetar y despachar el producto. Estas empresas de periferia de las grandes empresas representan no solo una fuente de empleo para el venezolano sino que es un engranaje muy importante de la maquinaria productiva del país.
Facilitar el facilismo: La idea de que todo me lo deben facilitar para que yo sea productivo, se ha confundido con lo que en el pasado se identificaba como logros justos de la clase trabajadora. Es cierto, que la consecución de un mejor salario para el trabajador, la consecución de mejores medidas de seguridad en el área de trabajo, el uso de implementos de seguridad, el establecimiento de una jornada de trabajo de ocho horas, el estudio y el mejoramiento de los procesos han logrado un incremento representativo de las áreas productivas de las empresas desde la mitad del siglo 20 hasta ahora, tendemos a exagerar las condiciones, y lo que antes era una solicitud por razones de justicia, hoy se convierte en herramientas que apoyan el facilismo, la mediocridad y perdidas de recursos valiosos. Hoy en día vemos que un contrato colectivo se define, si se incluye la construcción ó no del club de fiestas. Si el contrato no estable los días libre y de juerga popular lo mas seguro es que se genere un conflicto laboral. Y a nivel de empresas, sucede algo parecido: Te construyo la planta procesadora de agua si me cedes el terreno donde construirla. O si me liberas de los aranceles de importación ya que mi proyecto incluyen materiales importados. ¿Por que esta Ideología?, vale la pena pronunciar aquí una frase de Mario Moreno (Cantinflas), en uno de sus películas que aunque cómicas llamaban a la reflexión, en la misma le increpaba a unos compañeros sobre su comportamiento algo amoral.
Decía en su película el famoso actor : "¿COMPAÑEROS NOS COMPORTAMOS COMO DEBEMOS ? ¿O COMO LO QUE SOMOS ?". El comportamiento después de pronunciada la frase fue el esperado por la sociedad presente. Lo mejor que tiene el trabajo y el esfuerzo que se aplica en el mismo, es que moldea personalidades, forja conductas férreas y de alta moral y ética.
Sistema de capitalismo y flojera popular: El capitalismo es un sistema en el que los individuos privados y las empresa de negocios llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante complejas transacciones en la que intervienen los precios y el mercado. El concepto anterior refleja que para que exista, el esfuerzo tiene que estar a la orden del día. La mala costumbre de dejar para después lo que se puede hacer ahora, o de hacer a medias una tarea porque no deseamos invertir tiempo ni esfuerzo por resultar tedioso ó aburrido, aun aunque esa acción genere dividendos. Es cierto que el servicio al turismo en nuestro país esta muy atrasado, pero también esté se debe a que al haber poco turista la inversión para desarrollo luce poco atractiva. Quien va a querer construir un hotel cuando las personas prefieren salir del país. Y quien va a entrenar personal en las artes de atención al turista, cuando en realidad no hay con quién aplicarlo. Muchas Alcaldías cuando van a adquirir patrullas para los entes policiales, prefieren comprarlas directamente en el exterior en vez de favorecer el mercado nacional. Y es que todos los escuchamos cuando dicen: "Tenemos los recursos, y por ellos nuestra decisión es la Mejor" Si Dios nos ha favorecido con riquezas debemos administrarlas con criterios de escasez. Pensar que nunca se va a pagar: En la calle se escucha un decir que reza "En este país nadie va preso por no pagar ". Y es que legalmente mientras no te niegues a pagar no se te puede obligar a cancelar deudas a expensas de poner en peligro la familia y sus bienes. Es increíble como se contraen deudas con el claro e inicial propósito de nunca pagarlas. Se piden prestamos a las tarjetas de Crédito, se juegan BOLSOS, se inician proyectos, se venden soluciones habitacionales, y el fin último es no honrar el compromiso contraído. Esta mentalidad, nos ha logrado una fama de tramposos y embaucadores que ni le hacen bien al país ni a las personas decentes que desean hacer negocios dentro y fuera del mismo. Como queremos integrarnos si generamos esta fama de tracaleros ?.
Recordemos el refrán : "No hagas a otros, lo que no quieres que te hagan a Ti" Honrar nuestros compromisos financieros es demostrar que la honorabilidad, el respeto y la justicia son el norte que ahora nos guían. Aun cuando la negociación en un inicio haya sido en desventaja hacia nosotros, existen mecanismos de renegociación y ajustes, pero nunca hacerlas de vivo y dejar los compromisos adquiridos.
El Estado: Demasiado poder en algo que debe servir para todo el pueblo Para situarnos en un contexto adecuado, se transcriben algunos informes de la CEPAL, con respecto Latinoamérica: Aumenta Desempleo En América Latina (25 de septiembre, 2001) El deterioro que han experimentado los mercados de trabajo en el 2001, como resultado del lento crecimiento económico, se enmarca en un contexto de largo plazo que es preocupante, según revela el Panorama Social de América Latina 2000-2001, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). La demanda laboral en América Latina creció en los años noventa a un ritmo del 2.2% anual, inferior al de la oferta laboral, del 2.6% por año. Por ello, la tasa de desocupación aumentó de menos del 6% a cerca del 9%. En 10.5 millones de personas aumentó entre 1990 y 1999 el número de desocupados en América Latina. De 7.6 millones a 18.1 millones de personas. Además, la calidad de los empleos disminuyó: a lo largo de la última década, siete de cada diez nuevos puestos de trabajo en las ciudades se generaron en el sector informal. El incremento de la desocupación en la región durante los años noventa es una de las manifestaciones más preocupantes del desempeño actual del mercado de trabajo, por su fuerte incidencia en la pobreza y en la desigualdad de la distribución del ingreso. El aumento del desempleo a lo largo de la década pasada afectó mayormente a los países sudamericanos. En Argentina, Brasil y Colombia, el desempleo creció persistentemente. También mostró una tendencia al alza en Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Por el contrario, en México y en la mayoría de los países de Centroamérica y el Caribe predominó una tendencia a la reducción de la desocupación. Según la CEPAL, diversos factores inciden en la persistencia del desempleo. La falta de dinamismo del mercado de trabajo se ha visto agravada en muchos países por la reducción del papel del Estado en la generación de puestos de trabajo y por la reestructuración del sistema productivo. Los sectores primario y secundario han registrado una pérdida de participación en el empleo, al tiempo que la generación de nuevos puestos de trabajo se ha concentrado en actividades terciarias. Además, el uso intensivo de nuevas tecnologías hace prever una capacidad cada vez menor de oferta de empleos en el sector formal o estructurado de la economía. El desempleo afecta desproporcionadamente a los estratos de menores ingresos y a los jóvenes. Sin embargo, hacia el final de la década también afectó de manera creciente a los sectores medios. Junto con ello, hubo una prolongación del tiempo de desocupación, de 4.4 a 5.3 meses. Asimismo, hay evidencias de que quienes logran recontratarse después de haber pasado por un período de desocupación lo hacen con salarios entre 23% y 34% más bajos que los del empleo anterior. A lo anterior se agregan indicios sobre la persistencia de un factor de carácter estructural en el desempleo y una mayor lentitud en la recuperación de los niveles de desocupación después de períodos de contracción del crecimiento. La mayor volatilidad del mismo, unida a la vulnerabilidad de los estratos medios y bajos en períodos de destrucción y lenta recuperación de los niveles de empleo pone de relieve la necesidad de establecer mecanismos de protección que cubran dicho riesgo.
Inequidad Se Mantiene En La Región (25 Septiembre 2001) América Latina y el Caribe no logró mejorar su situación distributiva durante los años noventa, y se mantiene como la región más desigual del mundo en cuanto a ingresos, según el Panorama Social 2000-2001, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El 10% de los hogares con más recursos capta una proporción del ingreso total que supera, en promedio, 19 veces la que recibe el 40% de los hogares más pobres. Entre dos tercios y tres cuartas partes de la población, según el país, perciben un ingreso per cápita inferior al promedio general. Sobre la evolución de la distribución del ingreso, la CEPAL concluye que "en la mayoría de los países esta situación no mejoró significativamente – e incluso en algunos casos empeoró – durante los años noventa, pese a la relativa recuperación del crecimiento económico y al aumento del gasto social, de modo que no fue posible contrarrestar el marcado deterioro distributivo experimentado en la década precedente". La distribución del ingreso en América Latina destaca en el contexto internacional especialmente por la elevada fracción de las entradas totales que reúne el 10% de los hogares situados en la parte más alta de la distribución. Con la excepción de Costa Rica y Uruguay, en el resto de los países el 10% de los hogares con más recursos se apropia, al nivel nacional, de más del 30% de los ingresos, y en la mayoría de ellos, exceptuando sólo El Salvador y Venezuela, el porcentaje supera el 35% y en Brasil, el 45%. Esta situación de desigualdad tendió a agudizarse durante el trienio 1997-1999, no obstante la mejora del ingreso medio de los hogares producida en ese período en algunos países. A su vez, en el último trienio en sólo cuatro de los países (Argentina, Brasil, Chile y Panamá) hubo un incremento en el porcentaje de los ingresos recibido por el 40% de los hogares más pobres. En los demás casos, incluidos aquellos de distribución más equitativa, se registraron deterioros o bien cambios de menor significación. La simple comparación entre los ingresos medios de los distintos grupos de hogares revela la gran dimensión que alcanza la inequidad en América Latina. En países como Bolivia, Brasil y Nicaragua, los ingresos per cápita del quintil más rico (20% de los hogares) superan en más de 30 veces el ingreso del quintil más pobre. Particularmente sorprendente es el caso de Bolivia, donde el quintil más rico recibe ingresos casi 50 veces superiores a los del más pobre, mientras que el promedio de los demás países se sitúa en alrededor de 23 veces. El alto grado de concentración del ingreso en América Latina se constata también a partir del porcentaje de población que recibe ingresos per capita inferiores a la mitad de la media. En la mayoría de los países de la región, dicho porcentaje se ubica entre el 40% y el 50%. Uruguay y Costa Rica se reiteran como los países con mejor distribución del ingreso, con un porcentaje inferior a 36%, mientras que Brasil presenta la mayor concentración, con un 55% de personas cuyos ingresos son inferiores a la mitad de la media. Chile, Colombia, Guatemala, Panamá y Paraguay figuran como los países donde este indicador es superior al 46%. La desigualdad a nivel nacional no necesariamente se traduce de manera semejante en las áreas urbanas y rurales. En la mayoría de los países, las primeras tienden a ser más in equitativas que las segundas.
Logros Y Desafios En La Lucha Contra La Pobreza (25 de septiembre, 2001) El porcentaje de hogares y de personas en situación de pobreza, así como también la severidad de este fenómeno se redujo durante la década pasada en América Latina y el Caribe, según el Panorama Social de América Latina 2000-2001, de la CEPAL. Esto revela que "la recuperación del crecimiento económico en los años noventa, junto con los esfuerzos desplegados en el campo de las políticas públicas, tuvo éxito en la mayoría de los países, al menos en cuanto a revertir los retrocesos evidenciados en la década anterior". En América Latina hay 211 millones de personas pobres. De ellas, algo más de 89 millones se encuentran bajo la línea de la indigencia. Hacia 1999, el 43.8% de las personas (35.3% de los hogares) carecía de los recursos para satisfacer sus necesidades básicas y el 18.5% (13.9% de los hogares) se encontraba en una situación de indigencia o pobreza extrema; vale decir, no contaban con un ingreso suficiente que les permitiera adquirir al menos la canasta básica de alimentos. Sin embargo, los logros en la reducción de la pobreza durante los años noventa "no fueron suficientes para contrarrestar por completo el crecimiento demográfico de ese período, ya que de 1990 a 1999 la pobreza aumentó en 11 millones de personas en América Latina. En cambio, en esos años sí se consiguió reducir la población en situación de indigencia o de pobreza extrema, en una magnitud cercana a los 4 millones de personas". Asimismo, el porcentaje de personas pobres en 1999 aún se encontraba por encima del nivel registrado en 1980, en de tres puntos porcentuales, (43.8 vs 40.5%). En la región, la incidencia relativa de la pobreza rural sigue superando ampliamente a la de la urbana (64% y 37% de la población, respectivamente), pese a lo cual en 1999 los pobres urbanos ascendían a cerca de 134 millones y los rurales a 77 millones.
Evolución de la pobreza entre 1997 a 1999 Durante la segunda mitad de los años noventa, México, República Dominicana y la mayoría de los países centroamericanos evidenciaron un sostenido crecimiento económico, y varios de ellos consiguieron avances importantes en la lucha contra la pobreza. En Sudamérica, en tanto, predominó un proceso de desaceleración, estancamiento y posterior recuperación, que en algunos casos se tradujo en manutención o deterioro de las condiciones de vida. No obstante, en un grupo importante de países de esta subregión la recuperación del año 2000 fue débil. En este entorno de bajo crecimiento, los porcentajes de hogares pobres e indigentes mostraron una leve reducción entre 1997 y 1999. En el caso de la pobreza, el porcentaje disminuyó de 35.5% a 35.3% de los hogares, mientras que la indigencia cayó de 14.4% a 13.9%. No obstante, la proporción de personas pobres mostró una evolución distinta, al aumentar de 43.5% a 43.8%. A su vez, el porcentaje de personas indigentes se redujo de 19.0% a 18.5%. En términos del volumen de población en situación de pobreza, éste alcanzaba en 1999 a poco más de 211 millones de personas, de las cuales algo más de 89 millones se encontraban bajo la línea de indigencia. Con respecto a 1997 esta cifra representa un aumento de 7.6 millones de personas pobres, en tanto que el número de indigentes tuvo un pequeño incremento en el trienio, que abarcó a 0.6 millones de personas. Una proyección de las cifras de América Latina al año 2000 (1999 es el año más reciente para el cual se dispone de estimaciones detalladas) supone que podría continuar acentuándose la tendencia a la baja de la pobreza gracias al mayor crecimiento obtenido el 2000, particularmente en México y Brasil, países que representan más de la mitad de la población latinoamericana. Así, para el año 2000 el porcentaje de hogares pobres podría disminuir a alrededor del 34%, mientras que los en situación de indigencia se mantendrían en torno al 14% del total.
Logros de la década Durante el periodo 1990-1999, en la mayoría de los países hubo una disminución significativa de la incidencia de la pobreza. Hacia el final de la década, son por los menos 11 los países en los que se logró reducir los niveles relativos de pobreza en relación con 1990, y ellos comprenden a la mayoría de la población pobre de la región. En cuatro casos aumentó el porcentaje de hogares pobres. Entre los países donde disminuyó la pobreza cabe resaltar los logros alcanzados en Brasil, Chile y Panamá, en los que ésta se redujo en más de 10 puntos porcentuales. En el período 1991-2000 el crecimiento anual del producto por habitante alcanzó en estos países tasas de 1.2%, 5.0% y 2.6% , respectivamente. En Costa Rica, Guatemala y Uruguay también se constató un desempeño favorable en la lucha contra la pobreza, con reducciones en el porcentaje de hogares pobres que oscilan entre 5 y 10 puntos porcentuales. En contraste, resulta preocupante la situación de aquellos países en los que se registró un estancamiento o inclusive un retroceso en los indicadores de pobreza durante los años noventa, ya que con ello serían dos las "décadas perdidas" en términos de avanzar hacia una mayor equidad social. Al respecto, destaca sobre todo el caso de Venezuela, donde el porcentaje de hogares pobres pasó del 22% en 1981 al 34% en 1990, y actualmente alcanza un 44%, en tanto que en Colombia, Ecuador y Paraguay tampoco se consiguieron logros significativos. La mayoría de los hogares pobres en América Latina residen en viviendas que carecen de acceso al agua potable y, en menor medida, en viviendas con hacinamiento (con más de tres personas por cuarto). Además, son hogares con una alta tasa de dependencia demográfica y baja densidad ocupacional, donde el jefe generalmente posee menos de 3 años de estudio y en algunos casos se encuentra desempleado. Los niños y jóvenes de hogares pobres suelen desenvolverse en entornos de bajo clima educacional, se incorporan tempranamente al trabajo, y muchos de ellos no estudian ni trabajan.
Metas regionales de reducción de la pobreza La reducción a la mitad de los actuales índices de pobreza extrema hacia el año 2015 se ha definido como el objetivo central de la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas. Alcanzar esta meta supone un esfuerzo importante pero realizable para muchos países de América Latina. De acuerdo a estimaciones recientes elaboradas por la CEPAL, para ello se requeriría una tasa de aumento sostenido del producto no inferior al 3.8% promedio anual. Si la meta fuese más ambiciosa, como por ejemplo reducir a la mitad para el 2015 la pobreza -y no sólo la indigencia-, el crecimiento requerido sería más alto, del 4.4% por año. La generación de nuevos puesto de trabajo, la erradicación de la pobreza y la redistribución equitativa de la riqueza son elementos cuyas responsabilidad son netamente del estado. En cuanto al primer punto no se lograra creando empresas, sino incentivando a la inversión y generando un clima propicio, reflejado en leyes y acciones que generen confianza para invertir. El capital privado es el que debe prevalecer con la responsabilidad mayor de generar la diversidad de producción, puestos de trabajo y fomentar la investigación y desarrollo y el estado velar porque el libre juego comercial y el desarrollo del mismo sea acorde a las leyes y principios de Justicia. Debe ser el principal impulsor mas no participante, en el juego su papel de regulador no puede estar influenciado por el de participante, ya que por razones obvias no seria parcial ni justo.
Autor:
Gilberto Reyes
Problemática de la Integración Venezolana. Lic. Administración Mención Informática. Sección :Estudio Social.
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