El Eros Cyborg: La Cibercultura del cuerpo (página 2)
Las modificaciones a las que se somete el sujeto actual no son efectuadas, por defecto, desde y para el sistema de dominación bajo el cual se halle inmerso, sino que estas trasformaciones pueden ser diseñadas por el sujeto mismo, haciendo honor a la libertad como rasgo principal del cuerpo posthumano.
Haraway hace eco de lo inevitable que es la ruptura de las fronteras de las formas sociales, "todos somos quimeras, híbridos teorizados y fabricados de máquina y organismo […]un mundo cyborg podría tratar de realidades sociales y corporales vividas en las que la gente no tiene miedo de su parentesco con animales y máquinas ni de identidades permanentemente parciales ni de puntos de vista contradictorios" (HARAWAY, D 1995: 254-263). Algo más que constatable en la representación del sujeto en un mundo post corporal, post sexual y post porno.
El cuerpo, el ritmo, la mirada; el placer que proporciona la contemplación del cuerpo-imagen: el movimiento del ojo contemporáneo posee la cadencia de las Nuevas Tecnologías de la Información y de los recorridos de esos cuerpos en la alta tecnología.
En la imagen proyectada en una pantalla, su sexo, su erótica y la sexualidad que dicho icono corporal puede suscitar, se haya lejos de su condición de cuerpo real y cuerpo sexual real. La noción de sexo, tal y como indica Foucault se agrupa en "una unidad artificial elementos anatómicos, funciones biológicas, conductas, sensaciones, placeres, lo cual permite el funcionamiento como principio casual de esa misma unidad ficticia" (FOUCAULT, Mt, 1992: 187)
III
La nueva percepción del sexo que se da en la imagen proyectada en la pantalla de un ordenador, una imagen que fluye y se diluye a lo largo y ancho del ciberespacio, abre un amplio paréntesis al planteamiento real de lo que se comprende, tradicionalmente, por sexo, así como si éste es realmente un producto natural, anatómico, genético u hormonal, esta visión del sexo permite a Butler llegar a la afirmación de indicar que tanto el género como el sexo carecen de un significado unívoco, en tanto en cuanto que ambos son fenómenos culturales, al igual que la raza, la clase social, la edad o la religión.( BUTLER, J, 1997). El sexo, visto desde este prisma queda enteramente desprovisto de cualquier valor ontológico y prediscursivo "No hay identidad más allá de las expresiones de género y sexo. Esa identidad se construye performativamente"(BUTLER, J, 1997)
El Cybor, la imagen mítica del mismo, un organismo cibernético, hibrido de humano-máquina, imagen que desquebraja las fronteras de lo establecido como cuerpo dejando difusos los límites de dónde empieza la máquina y dónde acaba lo humano, viene a ser ese cuerpo mediado e insertado en el ciberespacio, cuerpos que han sido convertidos en hibridación, fusiones de máquina-tecnología y organismo-cuerpo, inversiones de lo original del cuerpo. " Este es el caso de Motoso Kusumagi, personaje en Ghost In The Shell, su cuerpo ha sido convertido casi totalmente en un robot, solo una sección de su cerebro, pertenece a su cuerpo original. Ghost IN The Shell se basa en un manga ( comic) del popular artista Masamuse Shirow […] combina gráficas computarizadas avanzadas con animación tradicional" ( FIGUEROA, H J: 2001, p 27)
Esta fuerte hibridación de las representaciones corporales Cyborg, se encaminan a ser cuerpos sin género y sexo específicos, puentes hacia un sujeto postgenérico, el cross dressing por ende, dejando al descubierto una confusión entre las barreras de lo comprendido como femenino y lo comprendido como masculino (FIGUEROA, H,J,2002), un monstruo que no dibuje ningún rasgo sexual y genérico a priori, pero que se puede tornar en lo que el sujeto comunicativo quiera que se torne: La sexualidad o hiper-sexualidad de los cuerpos virtuales.
La imagen o imaginario Cyborg dirige su mirada en un primer momento hacia los mecanismos que producen la feminidad como mascarada, como código programable, como acto performativo, a consecuencia de ello la imagen Cyborg se constituye en una línea de discusión que no erradica el género, sino que lo sitúa en un artificio discursivo.
"Su inserción en el cruce del capital–estado, históricamente también ha sido conflictiva. El cuerpo orgánico del trabajador / a resulta necesario y al mismo tiempo representa un obstáculo dentro del proceso productivo y de gobierno de las sociedades. Por ejemplo los cuerpos que se resisten a ser secuestrados sobre sus actividades sexuales o se fatigan y accidentan en el escenario del trabajo, parecen ser un problema para la gestión del capital y la administración de lo social" ( FIGUEROA, H J: 2002. p 27).
El cuerpo se hace un elemento de carga desde la sociedad binaria, marca el trabajo, marca la sexualidad, marca la posición del sujeto en el marco del sistema de género, se torna en una carga más que en una condición propia del sujeto, un elemento secundario identificado por lo material inmanejable, lo que no cambia por ser natural, lo biológico del sujeto, lo perecedero o, siguiendo el dualismo cartesiano, lo secundario del sujeto sobre el que primará el conocimiento, el alma, lo racional frente lo natural que ha marcado la posición de los sujetos en las relaciones sociales y cómo no las de sexo y género.
El cuerpo del Cyborg es el cuerpo en el Ciberespacio, un cuerpo postgenérico que pretende eliminar todo sesgo de diferenciación de género y sexual, un cuerpo híbrido y monstruoso, y como tal constituye un espacio semántico temible y seductor, lo monstruoso como toda figura híbrida tiene un aura de atracción, por el hecho de ser monstruoso está atravesado de violencia en tanto que desestabiliza el cerco semántico, las fronteras del significante que permite la discriminación adentro-afuera, masculino-femenino, normal-anormal, "una práctica representacional que anida lo femenino con lo monstruoso" ( CRESCENT, 1974: 72). Si lo monstruoso esta del lado de la seducción, la perversión y la violencia, se tiene que efectuar un puente que una dichos significantes para que reviertan en una práctica política y asertiva de lo femenino. Un ejemplo claro de cómo efectuar dicha conexión es expresado por el movimiento ciberfeminista, más concretamente por el grupo ciberfeminista Guerrilla Girls, en cuanto a que estas net artistas hacen uso de la Red para subvertir la identidad tradicional de lo femenino a través de sus trabajos de arte en la Red, en los que hacen uso de determinadas estrategias entre las que se encuentran en primer lugar el uso de la parodia a modo de práctica política que juega con las formas de representación para facilitar una imagen de las mujeres de formas más afirmativas, como segunda estrategia hacen uso de las máscaras con el fin de mantener la atención sobre los asuntos que están planteando en sus creaciones y no en sus personalidades y la tercera estrategia de la que hacen uso muestra cómo este grupo de net artistas generan una serie de practicas con tintes violentos como respuesta a la hostilidad del tejido social y que a su vez generan una fuerza productiva en la construcción de discursos alternos a los que imperan en los distintos escenarios sociales.
El cuerpo en la Red, es el cuerpo y la corporalidad actual de las teorías Queer, es el cuerpo que se habla en términos de encarnaciones o embodiment ( Ver Braidotti, R: 1996), un término que hace sugerencia a la existencia de múltiples cuerpos o múltiples posiciones encarnadas, los sujetos y los cuerpos en el complejo societario de la Red se tornan en sujetos situados como sujetos capaces de ejecutar múltiples interacciones diferentes en diferentes contextos y tiempos, paradojas de sujeto y de cuerpo que permiten engullir lo viejo con el fin de acceder a otras y múltiples opciones cargadas de nuevas intensidades.
"Utilizando técnicas analógicas y digitales, la artista Jane Prophet, elabora las formas de alteración del cuerpo por la hibridación humano-máquina. Es una reflexión sobre la inestabilidad de las fronteras corporales. Esta desestabilización cuestiona los entendidos que conforman estas fronteras como son asumidas por el sentido común, el canon estético de la apariencia corporal, el presupuesto de 100% naturaleza del cuerpo todo-auto-contenido…etc. Un corazón híbrido, cuyo único sustento es un artificio que pone de manifiesto la imposibilidad metafísica" ( Figueroa:2002; 29)
IV
El cuerpo es una de las marcas más significativas del sujeto sexual y genérico, este se erige como un elemento de conformación de la identidad de género y sexo, ha sido arma de la biopolítica de Foucault, ha sido lo que se ha debido de normalizar para que la sociedad se hetero-regule y normalice.
El sexo, la sexualidad y el género se hayan íntimamente conexos a la imagen Cyborg, el control por la definición de las fronteras corporales se sitúan en escena a través del interés por las formas de sexualidad, no sólo por su función reproductiva sino también por la posibilidad del contacto social hedonista en sus formas clandestinas que sabotean los regímenes disciplinarios. "nos lanzan irreparablemente en la trampa discursiva de reproducir justamente aquellas categorías que tradicionalmente han servido a los propósitos de la regulación y la normalización de nuestros cuerpos" ( Figueroa, H.J : 211)
En este sentido resulta de gran interés las discusiones en torno a los nuevos artefactos que suponen nuevas formas de subjetividad y de relación social entre los sujetos, estos nuevos artefactos, denominados high tech, que proporcionan la reconstrucción de los cuerpos a partir de su prolongación tecnológica, que abren paso a nuevas sexualidades y posibilidades de género lejanas a lo natural dual o binario. " por ejemplo, la palabra dildonics ( dildo electrónico) fue por primera vez utilizada por Theodor Nelson ( inventor de Hypertext) para describir una máquina capaz de convertir sonido en sensaciones táctiles. El efecto erogénico depende de dónde la persona conecta a la anatomía con el estimulador táctil. Se proyecta el teledildonic-aparato de Realidad Virtual ( RV) con intenciones dildónicas- para mediados del siglo XXI, ya que se requieren computadores muy poderosos para poder procesar y controlar los miles de sensores y efectores; cada segmento de piel requeriría un procesador" ( Rheingold, 1992)
El ámbito cultural que se proyecta en torno a dichos proyectos de ampliación del cuerpo mediado por las tecnologías, se dividen en dos vertientes, la primera vertiente versa en torno al efecto liberador del cuerpo orgánico con el fin de colonizar un espacio diferente ( Ver Figueroa H J; 1998); mientras que la segunda vertiente concibe el medio tecnológico como ampliación del cuerpo a modo de campo de batalla de significaciones, donde las interpretaciones racionales instrumentales masculinas coexisten en tensión con otras interpretaciones que retan los entendidos convencionales de las categorías que ordenan nuestra vida y nuestros cuerpos.
En este sentido ha proliferado el análisis cultural dirigido a las maneras en las que los diseños de los espacios sociales en la Red, o ciberespacio, se hayan íntimamente ligados a nociones de sexualidad. "Se ha reconocido la comunidad entre los ingenieros y los / as trabajadores / as sexuales y los / las empresarios sexuales: todos son expertos en diseñar tokens que son fácilmente reconocidos como objetos de deseo. El componente erótico está definitivamente presente en los debates en torno a estos sistemas" ( Figueroa, H J:)
Las posiciones sobre esta noción de cuerpo y sexo en el ciberespacio oscilan entre dos tendencias, mientras que por un lado la tecnología sirve para expandir las capacidades actuales de los cuerpos orgánicos, reafirmando la recuperación del auto-control sobre el cuerpo y su sexualidad, por otro lado se contempla el espacio tecnológico como la posibilidad de transgredir o desestabilizar los entendidos hegemónicos de la dominación, proporcionando una visión desigual entre los cuerpos, desigualdad que se traduce en marginación y abuso de la imagen sexual del cuerpo femenino: "Cuando los hombres hablan de realidad virtual…a menudo utilizan frases como experiencia fuera del cuerpo y dejando el cuerpo. Estos sujetos no están hablando de experiencias fuera del cuerpo, de la manera en que algunos místicos orientales o indios peruanos lo harían. Están hablando de esto en el sentido de que si usted se coloca una pantalla sobre sus ojos, usted no tiene que ver la contaminación ambiental. Esta es la mentalidad industrial occidental de vamos-a-dominar-la-tierra. Cuando las mujeres hablan sobre RV se refieren a llevar el cuerpo con ellas a otro mundo. La idea es llevar estos órganos sensoriales maravillosos, no de dejar nuestros cuerpos detrás de un teclado mientras nuestro cerebro se desliza en un network. El cuerpo no es un contenedor simplemente de este intelecto glorioso nuestro (FIGUEROA, H,J;1972: 67)
El desplazamiento del cuerpo va acompañado de una revalorización de lo sensorial como un recurso del conocimiento, una revalorización que implica una reapropiación de las formas de placer corporal y de la sexualidad misma.
La reapropiación del cuerpo no puede darse sin la apropiación del ciberespacio, en este sentido se considera la emergencia de una nueva noción de cuerpo más afín al mito político del Cyborg, el hecho de entrar en el espacio discursivo que supone el sujeto y el cuerpo proyectado en la Red, supone entrar en un espacio conjunto de variables y operadores donde el usuario asigna nombres en un entorno creado por los demás, entrar en este espacio supone una doble experiencia, por un lado el usuario se haya sujeto en el complejo de situación de dominio propio y al mismo tiempo se haya entregado a sensaciones de indefensión y dominio por parte del entorno y de los demás usuarios, es por ello por lo que el hecho de nombrar significa apropiarse de las superficies así como incorporar las superficies ajenas que le rodean dentro de su propia superficie y experiencia: "La penetración se traduce en envolvimiento. En otras palabras, entrar al espacio cibernético es físicamente ponerse este espacio, devenir un organismo cibernético ( Cyborg), ponerse en el espacio cibernético peligroso y seductor como una vestimenta, es ponerse lo femenino ( STONE, 1992: 109)
Esta representación del sujeto-cuerpo en el marco del ciberespacio y la Cibersociedad, es una forma de ilustrar cómo la teorización del cuerpo postgenérico ha trasgredido las categorías convencionales, desestabilizando la polaridad dominación y resistencia, adentro-afuera, penetración-invaginación, masculino-femenino.
La vertiente de la discusión cultural, se centra sobre las capacidades comunicacionales, donde las posiciones que giran en torno al ciberespacio como escenario para la creación de nuevas socialidades, dicha orientación abre el espacio para contemplar los aparatos tecnológicos de este tipo de tecnología que expande y posibilita las relaciones con otras personas, " una viabilización del llamado sexo seguro en tanto el contacto sexual no está subordinado al intercambio de los fluidos comporales" ( KROKER, A Y KROKER, M:: 1987) un ejemplo de una instancia donde la mediación tecnológica produce nuevas formas de relaciones intersubjetivas en el área de la sexualidad y por ende una trasformación de esta categoría y sus efectos.
Las múltiples cualidades democratizantes de este medio, no son monolíticas. En las discusiones sobre los espacios cibernéticos se muestra la opción de reflexionar sobre dichos espacios como espacios de posicionamiento, es mediante el análisis de los mismos cómo se visualiza una inexistencia real de lo denominado igualdad en la Red, los sujetos, las marcas de género y sexo, así como la edad y determinadas categorías que permiten diferenciar a los sujetos en la sociedad no virtual se hayan inherentemente constantes en el mundo social de la Red. Dichos espacios sí muestran el poder patriarcal del que el ciberfeminismo huye y desdeña: "las cualidades democratizantes del espacio cibernético a la par que denuncian algunas formas en las que los escritores patriarcales se constituyen en líderes tribales que crean y ejecutan toda suerte de mecanismos para acallar la oposición. Al mismo tiempo, se hace un llamado a la feminización global del espacio cibernético" ( Figueroa, H J; 2002)
Es desde este punto de vista, el contexto Cyborg, el ciberespacio y el cuerpo ampliado por las tecnologías o cuepro Hig techt, funciona a modo de resistencia a los proyectos de dominación, así como a la vez reproduce una visión utópica y mesiánica, que asumiendo la integridad y la centralidad del self, un self postgenérico, que se dispone a realizar su proyecto de "salvación de la humanidad" ( FIGUEROA, 2002: 226).
Es en el contexto que se vive en la nueva asunción del sujeto en la Red, cuando se procede a debatir formas innovadoras de la sexualidad de los sujetos, incidiendo por lo tanto al concepto de género. Una sexualidad mediatizada por la tecnología cibernética que se constituyen como una segunda piel. A pesar de la multiplicidad de perspectivas ciberfeministas, elude a que "esta segunda piel es necesariamente un reto a los entendidos feministas tradicionales, sobre todo en lo que respecta a las vertientes esencialistas, universalizantes que reaparecen una y otra vez bajo interesantes subterfugios camaleónicos" ( FIGUEROS; H J, 1998: 226)
V
A modo de conclusión, visto y analizado el cuerpo Cyborg y su proyección en el ciberespacio, a modo de ampliación o prótesis del cuerpo real, se procede al derrumbe de las diferencias sociales acaecidas por los indicadores o marcas de cuerpo, la principal de esta marca es la del sexo o sexualidad corporal y su derivado cultural, la diferenciación de género.
Sexo y género tienden a disiparse en las proyecciones del cuerpo como Cyborg en Internet, siempre y cuando se mantenga dicho concepto: el Cyborg como sujeto híbrido y erradicador de las fronteras y límites duales convencionales organismo / máquina que han impedido el nacimiento de un cuerpo que aleje de su existir la máxima "biología como destino", máxima que ha sido el detonante de las diferencias sociales por marcación social más considerables de todas.
Si el Cyborg es la criatura en un mundo postgenérico, no posee origen edípico y viene a romper con la lógica del cuerpo natural no modificable y por ello enteramente dual y lineal, la imagen que éste proporciona del cuerpo es una imagen que permite la democratización de los mismos, abriendo paso a una mejor situación de los núcleos sociales, individuos o colectividades desfavorecidas por su designio corporal, entre los que nos encontramos el uso y significado del cuerpo femenino como objeto erótico y de deseo sexual. En este sentido se ha de comentar como la imagen del cuerpo en la Red no solamente es un Cyborg utópico libertador y erradicador de las diferencias corporales, sino que la imagen del cuerpo en la Red se torna en ser un diferenciador, si cabe más, de las desiguales posiciones de las mujeres en cuanto al sexo y disfrute del mismo, y en cuanto a la comercialización sexual de sus cuerpos.
Internet es el mayor "cajón informativo" de pornografía, la mayor parte de la misma es de consumo masculino, es decir cuerpos femeninos en su mayoría, una pornografía que, lejos de intentar efectuar un juicio de valor acerca de la misma, mantiene los descriptores corporales de la imagen del cuerpo en la Red, sigue mostrando cómo el cuerpo se erige en un elemento completamente ligado a una diferenciación por el significado del mismo. El cyborg existe pero también las conejitas de playboy, el cuerpo en el ciberespacio seguirá manteniendo su postura de marcación por condición corporal.
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