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La seguridad en las políticas públicas: problemática de las mujeres y los derechos humanos


    La seguridad en las políticas públicas: problemática de las mujeres y los Derechos HumanosMonografias.com

    La seguridad en las políticas públicas: problemática de las mujeres y los Derechos Humanos[1]

    "La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y la paz."

    Kofi Annan[2]

    En la actualidad todos nos encontramos inmersos en iniciativas de ciudades seguras buscando siempre los contextos más amplios y particularmente apuntando a la construcción de seguridad, pero de un tiempo a esta parte nos hemos dado cuenta que debemos de prescindir de camisetas institucionales para tener mayor libertad en lograr imaginar soluciones posibles que permitan frenar la violencia en que nos encontramos inmersos y a su vez procurar desde todos los confines, reflexiones a las limitaciones que se nos presentan con la finalidad de lograr el bien común para la sociedad y de nosotros mismos.

    Ahora bien, todas las iniciativas que apuntalen al tema de seguridad ciudadana van a tener que encontrarse afianzadas en el tema del respeto a los Derechos Humanos con la finalidad de lograr que el procesamiento de la violencia tenga un marco irrestricto de no vulneración por parte de los agentes del Estado encargados de hacer cumplir la ley.

    Asimismo, es necesario indicar que la parte más vulnerable en una espiral de violencia en el ámbito de la seguridad ciudadana vienen a ser las mujeres, los niños y las personas de la tercera edad, es por ello que dentro de las políticas públicas de seguridad debe de enfocarse primordialmente la problemática de las mujeres, porque hay que construir y concebir que no podemos desde una base principista establecer que existe seguridad, mientras no exista seguridad para las mujeres, por ello podemos colegir que una sociedad es segura en tanto y cuanto sea segura para las mujeres.

    Por ello es bueno recordar lo señalado por Amnistía Internacional[3]en el 2004, donde indica:

    "Que la violencia contra las mujeres no es exclusiva de ningún sistema político o económico; se da en todas las sociedades del mundo y sin distinción de posición económica, raza o cultura. Las estructuras de poder de la sociedad que la perpetúan se caracterizan por su profundo arraigo y su intransigencia. En todo el mundo, la violencia o las amenazas de violencia impiden a las mujeres ejercitar sus derechos humanos y disfrutar de ellos".

    Debemos de comprender, sin temor a equivocarnos que no hablamos sobre las políticas públicas referentes a la seguridad por sí misma, porque estas en la mayoría de los casos ya se encuentran implementadas, diseñadas o plasmadas en alguna norma legal, sino más bien en la manera en la cual estas políticas públicas deben de ser manejadas o abordadas, teniendo en consideración que cada ámbito geográfico difiere de otro, así como de la idiosincrasia de cada zona que es totalmente diferente una de la otra.

    Por ello, la seguridad es una construcción de varios actores que producen efectivamente esta sensación de seguridad, la misma que se encuentra definida dentro de las políticas que se van implementando de acuerdo a las necesidades de la sociedad en su conjunto y a los avances tecnológicos del día a día.

    Las políticas públicas en materia de seguridad ciudadana deben de concebir toda una articulación de tal manera que puedan satisfacer la demanda de los ciudadanos, tal como lo expone Claudia Patricia Gómez Rojas [4]en su ponencia Elementos para la Construcción de Políticas Públicas de Seguridad Ciudadana que un apartado de la misma señala:

    "Una política pública de seguridad ciudadana es un conjunto organizado y estructurado de acciones, que buscan generar situaciones, bienes y servicios públicos para satisfacer las demandas de los ciudadanos, transformar condiciones de vida, modificar comportamientos, generar valores o actitudes que se correspondan con la ley, la moral y la cultura propios de una comunidad. En este sentido toda política pública de seguridad ciudadana debe, por principio, responder a los problemas de inseguridad ciudadana, violencia, delincuencia y crimen que afectan a una comunidad, entendiendo éstos como problemas públicos, que como tal demandan una intervención desde el espacio público.

    Debe tener los criterios orientadores para guiar el accionar de las autoridades, dar a conocer el horizonte estratégico de las estrategias y acciones que se diseñan e implementan, así como los objetivos del Estado en la materia, de forma tal, que se diferencie de las políticas sociales y urbanas".

    Es bueno señalar, que en la mayoría de los casos las políticas públicas que tienen que ver con el tema de seguridad ciudadana, son derivadas hacia especialistas que provienen de los ámbitos militar o policial y generalmente les dan un enfoque masculino, lo que resta cierta estabilidad hacia la problemática de la violencia hacia la mujer y eso se ve claramente en la incidencia de los delitos de violencia sexual o familiar, no por la acción legal punitiva sino más bien por la forma de cómo encaramos el problema desde el punto de vista del agente encargado de hacer cumplir la ley.

    Expuesto esto, debemos de advertir que en su gran mayoría las políticas macro pueden tener una incidencia especial en nuestras vidas, ya que con el paso del tiempo nos vamos dando cuenta que nuestra sociedad se ve inmersa en una escalada sinfín de violencia, y cada día que transcurre basta con ver los noticieros de televisión para darnos cuenta que lamentablemente la sangre vende, es por ello que debe de incidirse en que las políticas deben de ser puntuales y acordes con la realidad, estableciendo claramente la igualdad de género en todos sus aspectos, porque debemos de tener en cuenta que nos encontramos en una sociedad enteramente machista nos guste o no y que a pesar de los logros realizados por las mujeres en diversos foros internacionales o nacionales no hay una reversión de las acciones violentas hacia ellas, muy por el contrario la violencia cada día es más exponencial y sangrienta.

    Los Estados en general se encuentran inmersos en cambios de gobierno cada cierto tiempo y en un sinfín de reformas a nivel de las estructuras del propio Estado, lo cual los lleva a un debilitamiento en todas sus capacidades porque es común ver que lo bueno que puede haber realizado un gobierno está mal para el siguiente, es por eso que nos encontramos en una constante pelea por reestructuraciones, refundaciones o cualquier cosa que permita destruir lo anterior y presentar algo nuevo que el gobernante de turno pueda indicar que él lo hizo, sin pensar que la sociedad es la que termina perdiendo, al realizar estas acciones se pierde la capacidad redistributiva de garantizar los derechos, cuando en realidad es necesario establecer líneas maestras a lo largo del tiempo que nos permitan avanzar como sociedad hacia un futuro mejor haciendo las correcciones que estimemos pertinentes para lograr una convivencia pacífica.

    Bajo este contexto, los derechos humanos necesitan de la plena vigencia de los Estados, ya que estos son los llamados a garantizarlos, respetarlos y establecer las políticas correspondientes que permitan el cabal cumplimiento de los mismos. Es obligación de los Estados ejercer la vigilancia del respeto irrestricto de los derechos humanos, como compromiso de prevenir, proteger y hacer realidad la plena vigencia de estos derechos, incluidas en este contexto y en otros el de las mujeres, tal como señala Teresa Gonzales Luna Corvera [5]

    "La responsabilidad del Estado y los parámetros de razonabilidad que se aplican al deslindar sus obligaciones, en contraste con el refugio en argumentos teóricos y subterfugios legales a que recurren con frecuencia algunos Estados para evitar los compromisos adquiridos. La aplicación de los mecanismos de protección internacional se basa en el principio de subsidiariedad, por el que se tienen que agotar los recursos internos nacionales antes de asegurar la protección de los derechos en peligro por la vía del sistema internacional. En la práctica, la obligatoriedad de los tratados de derechos humanos resulta insuficiente para garantizar que los Estados cumplan plenamente con los principios y normas establecidos en ellos, en la medida en que éstos pretenden resguardar para sí el mayor ámbito de acción y los mayores parámetros de amplitud posible en su aplicación. Este asunto, que remite a su vez al conflicto jurisdiccional entre el derecho interno y el derecho internacional, es de los que suscita mayores problemas a las y los activistas de derechos humanos".

    Los cambios producidos en la sociedad y los avances tanto en tecnologías como en la información, han logrado en la mayoría de los casos bloquear a los Estados y sustraerlos del papel que deben de asumir como garantes efectivos de estos derechos, las ansias de lograr superar metas económicas y financieras, difieren mucho de invertir en producir entre otras cosas seguridad que es una situación elemental dentro de otras, para que un Estado pueda desarrollarse y avanzar hacia un futuro prometedor.

    Volviendo a los avances y los sinsabores de esta vida moderna en la cual todos nos encontramos enfrascados parece que en vez de avanzar nos encontramos retrocediendo, pero en medio de ello surgen discursos elocuentes que no son nuevos sino maquillados y que en muchos de los casos son demoledores en materia de derechos humanos, dentro de los cuales se plantea la necesidad de establecer nuevos valores para la vigencia de estos derechos, es decir debemos de retroceder en dicha materia con la finalidad de avanzar en el tema de seguridad, para todos es conocido que después del 11 de setiembre del 2001 toda la concepción de seguridad cambio y el respeto hacia los derechos humanos de las personas también, llegando en muchos de los casos a una histeria gubernamental inconcebible y aceptada en su gran mayoría por las personas.

    No solo, el 11 de setiembre del 2001 cambio la concepción de seguridad de manera global y nos estrellamos con el concepto de cuan seguros nos encontramos, sino también estableció un nuevo accionar en los gobiernos y su relación con los derechos humanos, en este contexto y en muchos otros las mujeres también se han visto afectadas y pugnan por encontrar seguridad, una seguridad que la sociedad que va rumbo a cambio estructurales en todos sus ámbitos no se lo permite, cuando la realidad de la inseguridad es diferente y lo único que busca esta sociedad o este mundo en el cual vivimos es encontrar un sitio libre de violencia donde podamos convivir de manera pacífica.

    Al margen de los anteriormente expuesto, nos damos claramente cuenta que nuestra sociedad actual ha devenido en una situación donde la violencia se van intensificando, los actores encargados de preservar la armonía de esta sociedad no funcionan como deberían de funcionar, los valores se trastocan y pareciera que una realidad aterradora nos cubre; cuando nos damos cuenta que nos hemos convertido en prisioneros de nuestros temores y miedos, donde consideramos que no hay lugar seguro y que de hecho la sensación que percibimos sobre inseguridad tiene un crecimiento alarmante y cuando nos vemos sobrepasados por estas sensaciones es bueno recordar lo que se señala en el Blog de Inseguridad Ciudadana de la Universidad Católica del Perú[6]

    "Caminar por las calles de Lima ya no es tan fácil como era antes. Ahora, es común que, al despedirnos, nos digamos "ten cuidado". Nadie está exento de ser víctima de un asalto y esto genera un miedo constante. En el siguiente artículo, trataremos las consecuencias de la inseguridad ciudadana.

    La persona o institución que sufre un robo se ve privada de lo que es de su propiedad, lo que causa daño al patrimonio de personas, empresas, instituciones y del propio país. A veces, esto ocurre con violencia. Se genera un clima de desconfianza, desesperanza y desánimo, de manera que la persona que es víctima de un robo se cuida más y toma medidas más estrictas y excluyentes en perjuicio de los que no roban. Esto encarece los costos de la vida, pues obliga a instalar medidas de seguridad que implican contratación de pólizas de seguro, contratación de infraestructura de seguridad (paredes, rejas, cerraduras, etc.), contratación de personal, creación de áreas de seguridad en las instituciones y de instituciones de vigilancia en el país, entre otras medidas de protección".

    Antiguamente, cuando el mundo no se encontraba regulado y solo el poder de la fuerza era lo que prevalecía, las ciudades eran de alguna manera la representación de la protección y seguridad hacia sus habitantes. Hoy en día es todo lo contrario, en las ciudades se respira diariamente una sensación de inseguridad galopante, donde como consecuencia de ello se pretende de alguna manera quitarle espacio a la plena vigencia de los derechos humanos, que de hecho es una tentación muy grande y en la cual se encuentran inmersos muchos actores de los Estados, quienes velan principalmente por sus intereses dejando de lado los de la sociedad en su conjunto.

    En la actualidad debemos de tener en cuenta, que las percepciones sobre la inseguridad se encuentran segmentadas, en vista de que los mayores ven de manera diferente las amenazas, los jóvenes de otra manera, las mujeres de manera diferente y los niños también y es que cada uno tiene una óptica diferente sobre la problemática que se presenta, porque mientras para unos una zona es segura para otros no y viceversa. Por otro lado, la visualización de los hechos dentro de los contextos en la cual se desarrolla marca una serie de vulnerabilidades, que se explican claramente cuando no solo se encuentran expuestos a la violencia, sino principalmente cuando decaen los mecanismos de protección y los Estados abandonan su función primordial de brindar seguridad a sus habitantes.

    La visión que tenemos sobre seguridad puede abarcar varios campos y en su mayoría nos quedamos en lo abstracto sin avanzar realmente a una construcción de seguridad que nos permita ir hacia un futuro prometedor, porque nos enfrentamos de manera permanente a una lucha de desigualdades que ocasionan vulnerabilidades en todos los aspectos, donde las brechas se hacen cada vez más grandes, donde la riqueza de unos pocos va en desmedro de la pobreza de muchos, donde los hombres y mujeres se encuentran claramente diferenciados por categorías sin importar que a las finales todos somos personas o seres humanos y que la estabilidad de uno también puede ser la estabilidad del otro.

    Todos buscan en el mejor de los casos establecer cuotas de poder, para que se encuentren medianamente representados, es decir participación de mujeres o jóvenes en la clase política, cuando la realidad nos revienta en nuestras propias narices, ya que la violencia no distingue raza, sexo, posición social u otro contraste abstracto que pretendamos establecer para lograr una diferencia, debemos de tender a lograr una sociedad total que sea inclusiva y que no se maneje por estereotipos que a las finales no conducen a ningún lado y hacen que cada día nos olvidemos más y más que somos seres humanos y pensantes. Es por ello bueno recordar lo señalado por Luis Miguel Del Aguila[7]quien indica:

    "El concepto de sociedad tiene que ver con la forma como nos organizamos y por ello tiene que ver con los conceptos de ciudadanía, democracia y participación política. Tiene que ver también con el diseño y el desarrollo de políticas públicas así como con las relaciones entre Sociedad y Estado.

    Cuando hablamos de una "sociedad inclusiva" estamos hablando de una "sociedad para todos". Una sociedad para todos es una sociedad en la cual las características y las necesidades de cada uno de sus ciudadanos constituyen la base para la planificación y las políticas. En este modelo de sociedad el sistema general de la sociedad se hace accesible para todos. Cuando una sociedad organiza su funcionamiento de acuerdo a las necesidades de cada uno de sus integrantes, esa sociedad logra movilizar el potencial de todos sus ciudadanos y, por consiguiente, fortalece su capacidad de desarrollo".

    La violencia que existe hoy en día, está claramente definida como el ataque al más débil del eslabón de la especie humana sea cual fuere su condición, idiosincrasia, cultura o religión y aún así en medio de segmentos socioeconómicos claramente diferenciados existe la violencia del más fuerte hacía el débil, especialmente hacia las mujeres y los niños.

    Como sociedad debemos de incidir en una finalización de la violencia entre nosotros mismos, porque a medida que vamos avanzando pareciera que nos dirigimos claramente y sin remedio alguno a nuestra propia destrucción desde varios ángulos y uno de ellos es sin lugar a dudas la seguridad, pero para no llegar a los extremos del aniquilamiento total, debemos de pensar en una seguridad vista desde un manejo responsable de políticas públicas donde todos seamos iguales y no exista diferenciación de ningún tipo.

    Es necesario articular sociedad y Estado, lograr la conjunción de todos los elementos que permitan la convivencia entre nosotros mismos y nuestras identidades y no arrastrar el punto crítico de lo que es la seguridad, donde indubitablemente tenemos que mencionar a los derechos humanos por que son elementos fundamentales a tenerlos en cuenta para cualquier política pública sobre seguridad, teniendo en consideración que el objetivo de la plena vigencia de estos derechos no son solo aspiraciones que se le ocurrieron a alguien, sino todo lo contrario, son parte de un sistema jurídico que busca principalmente la concepción de que el ser humano es la parte suprema del Estado y que dichos derechos son imperativos y que deben de ser cumplidos.

    Los derechos humanos no se encuentran contemplados para ser únicamente aplicados bajo la buena voluntad de los gobiernos o de los Estados, es algo que va más allá de ellos, es algo que trasciende en el tiempo y en nuestro entendimiento. La plena vigencia de estos derechos que nos ha costado un largo camino, debe de alimentarse diariamente por todos los integrantes de la sociedad sin distinción de ningún tipo, debemos de entender que a mayor abundamiento de derechos, de alguna manera nos sentiremos protegidos donde el rol principal se encuentra a cargo del Estado y es su obligación cumplirlos.

    En general, la protección y defensa de los derechos humanos se ve restringido por diversos factores que los Estados esgrimen, en especial hacia los grupos vulnerables, es por ello que en materia de violencia hacia la mujer las políticas decretadas van hacia lugares marginales de diversos programas y se pueden considerar como el apéndice de los mismos, al margen de ello son políticas de corto plazo y no tienen continuidad en el tiempo, generalmente se encuentran asociados a cooperación internacional y no hay partidas dentro de los presupuestos de las instituciones para tal fin.

    La normatividad sobre derechos humanos obliga a los Estados y no a los gobiernos de turno a un cabal cumplimiento de los mismos, es decir no es temporal si no perpetuo, por lo cual es primordial la atención que deben de brindar dichos Estados hacia estos derechos y se deben de rendir cuentas de manera integral, es decir los Estados no pueden sustraerse de algún derecho o implicar alguna acción que según ellos no permita el cabal cumplimiento del mismo, los Estados responden en su totalidad por las violaciones que se cometan en su ámbito geográfico sin distinción de ninguna clase.

    La modernidad y la globalización tienden a minimizar los aparatos estructurales de los Estados, es decir hay una mínima expresión de los mismos para que los países puedan sobresalir, pero ello no implica la implementación de políticas públicas, de tal manera que permitan que el Estado sea pleno garante de los derechos humanos y que esta acción no se vea afectada o restringida. La posible debilidad de los Estados en diversas materias o la transferencia de las mismas a grupos económicos de poder no deben de incidir en que dichos Estados pierdan la preponderancia de ser los garantes de dichos derechos ya que esa es su función principal. Tal y como se describe en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas que señala que el Estado tiene por objeto la tutela de la libertad, la seguridad y la integridad física y moral de la persona y su derecho a participar en la vida pública, como todos los derechos humanos y este Estado debe responder por ellos. Se trata en esencia de derechos que se ejercen frente al Estado y proveen a su titular de los medios para defenderse frente al ejercicio abusivo del poder político. A su vez, es el mismo Estado como garante de los Derechos Humanos, el que debe construir y sostener la estructura que provea de los medios adecuados para garantizar estos derechos.

    Debemos de tener en cuenta que a parte del debilitamiento de los Estados por la transferencia hacia los grupos económicos, se hace presente el crimen organizado donde también se encuentra presente la mujer como parte de él o como víctima del mismo, existe un aumento sustancial en los delitos de trata de personas y explotación sexual, los cuales rebasan la circunscripción geográfica dejando el ámbito nacional hacia el internacional. Según los indicadores de criminalidad ya no estamos hablando únicamente de un incremento de violencia familiar en sus diferentes maneras, en estos momentos nos estrellamos con la espiral de violencia que hay en cada rincón del planeta, la situación que se da, es que necesitamos políticas que permitan estructurar planes de seguridad, pero lo primordial es la necesidad de buscar acciones que permitan de alguna manera abordar la violencia en su conjunto.

    La violencia familiar incide principalmente en el desarrollo de nuestra sociedad, a pesar de todas las políticas que se puedan presentar no existe un cabal conocimiento de los hechos por parte de los actores involucrados en la materia, de tal forma que las soluciones a los mismos se hacen imposibles e inaceptables ya sea por parte de la policía, el ministerio público y los juzgados. La violencia genera más violencia, es decir llegamos a los límites de la impaciencia, porque se debe de tener en cuenta que por cada estadio de violencia que se genera por muy mínimo que sea, perdemos la vigencia de los derechos y lo más importante perdemos vidas humanas ya sean hombres o mujeres, niños o ancianos.

    La modernidad y la tecnología también nos ayudan, es por ello que ahora tenemos nuevas herramientas que permitan de una u otra manera manejar indicadores de violencia y comparar una zona con otra, debemos de incidir en que la violencia cualquiera sea su forma no es buena y debemos hacer hincapié en la que se registra en contra de las mujeres, la cual no solamente es medible por la tasa de criminalidad o algún número frío que revelen los indicadores, también debemos preocuparnos por el entorno que deja esa violencia, que en la mayoría de los casos viene a ser hogares destruidos donde se germina nuevamente violencia que con el pasar del tiempo puede desbocarse, como sociedad debemos centrarnos en minimizar los riesgos de la violencia de manera adecuada.

    Es cierto que en todo el mundo se genera violencia, y se dice que dicha violencia es innata del ser humano, pero no por ello dicha violencia debe de ser aceptada como algo normal, debemos de avanzar hacia la consolidación de una sociedad pacífica en todos sus aspectos, dentro de los cuales los Estados deben de establecer las políticas y procedimientos que permitan erradicarla, asimismo, deben de establecerse indicadores que permitan poner énfasis en el cumplimiento de las obligaciones de dichos Estados con respecto a la protección de los derechos humanos, como punto imprescindible para mirar un futuro más acogedor.

    Por último, la violencia no se va a acabar de la noche a la mañana, va a ser un largo proceso donde deben de trabajar de manera articulada todos los actores que se encuentran inmersos en la problemática, la incidencia principal generalmente se da hacia los grupos vulnerables, en este caso lo hemos enfocado hacia las mujeres, por lo cual deben de desarrollarse capacidades que permitan avanzar en el control y eliminación de cualquier tipo de violencia hacia ellas, debiendo de insistir en las políticas y en la manera como las abordamos.

    Debemos de entender que la mujer es pilar fundamental en el desarrollo de la sociedad, por ello no desperdiciemos las oportunidades que se nos presentan, no agotemos nuestras necesidades si no potencialicemos nuestras expectativas con la finalidad de lograr en el futuro una sociedad con mayor seguridad, un Estado que respete y proteja los derechos humanos de sus ciudadanos, una política coherente y un abordaje de la problemática de manera transversal y multidisciplinaria, buscando soluciones y mirando el futuro con optimismo porque la seguridad es tarea importante y no es función de uno si no de tarea de todos.

     

     

    Autor:

    David Carhuamaca Zereceda

     

    [1] David Carhuamaca Zereceda ? Polic?a Nacional del Per? – Ingeniero en Estad?stica e Inform?tica ? Instructor en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario certificado por el Comit? Internacional de la Cruz Roja. davidcarhuamaca[arroba]yahoo.com dacaze[arroba]gmail.com

    [2] Kofi Atta Annan (n. Kumasi, Ghana, 8 de abril de 1938) fue el s?ptimo Secretario General de las Naciones Unidas, cargo que ocup? entre 1997 y 2006, y fue galardonado, junto a la ONU, con el Premio Nobel de la Paz de 2001.

    [3] Editorial Amnist?a Internacional ? EDAI, 2004, pp. 18 y 19. Amnist?a Internacional, Est? en nuestras manos. No m?s violencia contra las mujeres

    [4] Claudia Patricia GOMEZ ROJAS, Magister en Estudios Latinoamericanos, Asesora en temas de convivencia, Seguridad Ciudadana y Defensa Nacional. Ponencia en el Congreso Internacional de Participaci?n Ciudadana en la Prevenci?n del Delito y la Seguridad P?blica que realizada en Jalisco, M?xico, del 25 al 27 de octubre de 2006.

    [5] Teresa GONZALES LUNA CORVERA, Los derechos humanos de las mujeres en el 50? aniversario de la Declaraci?n Universal de los Derechos Humanos. Una asignatura pendiente. Publicado en la Revista La Ventana en 1998.- 148.202.18.157/sitios/publicacionesite/pperiod/laventan/Ventana8/ventana8-8teresa.pdf

    [6] Blog de Inseguridad Ciudadana.- Pontificia Universidad Cat?lica del Per? ? Consecuencias de la Inseguridad Ciudadana en el Per? – http://blog.pucp.edu.pe/item/6095/consecuencias-de-la-inseguridad-ciudadana-en-el-peru

    [7] Luis Miguel Del Aguila – En pos de una sociedad inclusiva, una sociedad realmente para todos y todas – http://www.riadis.net/en-accion-3/en-pos-de-una-sociedad-inclusiva/