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Formación del estado colombiano en el siglo XIX y XX


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Estructuras históricas y sociales del orden político en el siglo XIX
  4. El orden político de Colombia en el siglo XX
  5. Conclusiones
  6. Bibliografía

Resumen

El orden político del siglo XIX en Colombia se puede analizar mediante el control social que ejercían las elites en el país a través de la economía, la política y la educación religiosa de tipo dominante. Además de un bipartidismo nocivo para el país, dado que el partido liberal y conservador aumentaron de manera significativa el clientelismo y la corrupción que recibía con facilidad el aval de las leyes y el sistema político de la época. Claro está, en el siglo XX también lograron trascender las acciones autoritarias del Estado central que concentraba el poder en las manos de unos pocos o unas cuantas familias que lo establecían a través de un orden hereditario, aun cuando de tales acciones pudiera surgir la arbitrariedad, el autoritarismo y las dictaduras de carácter legal.

Abstract

The political order of the XIXth century in Colombia it is possible to analyze by means of the social control that the elites were exercising in the country across the economy, the politics and the religious education of domineering type. Besides a bipartisanship harmful to the country, provided that the liberal and conservative party was increased by them in a significant way the clientelismo and the corruption that was receiving with facility the collateral of the laws and the political system of the epoch. Clear it is, in the XXth century also they managed came out the authoritarian actions of the central State that was concentrating the power in the hands of some few ones or a few families that were establishing it you dare of a hereditary order, even if from such actions it could arise the arbitrariness, the authoritarianism and the dictatorships of legal character.

Introducción

Para comprender los aspectos más sobresalientes del orden político que impero durante el siglo XIX y el siglo XX, es importante acudir a la obra de Bernardo Vela Orbegozo denominada Contribución al Debate Sobre la Formación del Estado Colombiano en el siglo XIX. Pues allí se abordan los siguientes análisis categóricos de corte histórico, a saber:

El grito de independencia en 1810 formo el escenario propicio para las ideas políticas y las propuestas de gobierno, por ende, el fundamento de la lucha política era el anticolonialismo. Cuestión que dio lugar a un orden político de dos perspectivas, el liberalismo federalista de Camilo Torres que se hallaba consagrado en casi todas las constituciones provinciales de la Nueva Granada, y el centralismo de Antonio Nariño.

Sin embargo, ya en 1811 las elites solo pudieron afrontar las diferencias con el recurso de la guerra y con el debilitamiento de los principios republicanos. Lo cual demuestra que el orden político del siglo XIX se hallaba inmerso en la guerra, la independencia y el fervor nacional. Desde luego que la guerra de liberación no siempre fue positiva, pues fueron muy altos los costos económicos y humanos, en los primeros años de la república se concentró la propiedad privada en las manos de unos pocos, nació una nueva clase terrateniente y la esclavitud sobrevivió en zonas mineras del Cauca y Choco.

También fueron difíciles las reformas por las guerras de independencia y la oposición de los sectores dominantes, pues durante la república se preservaron los monopolios coloniales, pues en contra de la liberación de la mano de obra como fundamento del capitalismo, el esclavismo, y el tráfico inhumano de personas desde el África por empresas europeas siguió existiendo en la república.

Por otra parte, el orden político del siglo XX se estudia en relación a la ciencia económica, el espacio público social, la racionalidad, la producción, la acumulación capitalista, el Estado social de derecho, el bienestar social, la democracia y los movimientos sociales entre otros. También se puede analizar mediante las políticas de tipo expansionista del capitalismo industrial de los Estados Unidos que marcaron el ritmo económico y político en Colombia, cuestión que ha generado fuertes críticas por parte de políticos, académicos e intelectuales que observaron de que forma la expansión favoreció o desfavoreció al mundo entero. En primer lugar la propiedad de las industrias norteamericanas quedó en las manos de unos pocos. Segundo, después de la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos transformaron la producción para fines bélicos, técnicos y científicos, tercero, abandonaron el patrón-oro y produjeron hiperinflación, cuarto, la gran depresión, y por último el desarrollo nacional e internacional del capitalismo en el resto del mundo. Claro está, el orden político del siglo XX se caracterizó por construir un concepto social y político de la democracia en el Estado social de derecho.

Estructuras históricas y sociales del orden político en el siglo XIX

El siglo XIX en Colombia se encuentra mediado por las tensiones políticas y las guerras civiles, dado que, los grupos dirigentes de la época se encargaban de avivar la confrontación armada. A tal punto que un conflicto local se extendía rápidamente por una región, además de la gestión de los comisionados oficiales que buscaban suspender la guerra a través de la negociación o simplemente emboscar mediante negociaciones falsas a los presuntos rebeldes, cuestión que aumentaba el odio entre las partes involucradas. Claro, algunas veces las estrategias de parlamentar con los insurrectos arrojaban excelentes resultados, otras veces aumentaba las confrontaciones.

Así lo explica Uribe (2003) las comisiones de paz se desplegaban en todos los momentos y acontecimientos de los eventos armados. La suerte de los comisionados era muy aleatoria y no estaba por fuera de las dinámicas bélicas, más bien se correspondía con ellas, lo que quiere decir que a veces lograban su cometido, pero en otras ocasiones, estos acuerdos fueron esgrimidos como nuevas razones para continuar e incrementar las acciones militares. p. 31.

Es decir, la cultura de la violencia en Colombia existe mucho antes de la creación de las guerrillas y los grupos al margen de la ley que se hallan en oposición al gobierno nacional. Ya que esta última se puede evidenciar de forma cruel y conductista en el siglo XIX, puesto que los líderes del partido liberal y conservador impulsaban constantemente a la población civil al confrontamiento físico y verbal cuando se trataba de velar por sus propios intereses.

Realidad expuesta por Sánchez y Días (2003) cuando afirman que la mayor confrontación del siglo XIX ocurre al finalizar el siglo, durante la llamada Guerra de los Mil Días, que se inicia 1899 y termina en 1903. Esta guerra enfrentó a los liberales contra el gobierno conservador y fue para la gran mayoría de los historiadores, la más desastrosa de las guerras civiles en Colombia en términos de pérdida de vidas humanas y daños a la economía. Fue una guerra masiva tanto por el número de hombres levantados (más de 26.000 soldados) como por el amplio apoyo social brindado a los contendientes. p. 3.

Este tipo de acontecimientos históricos demuestran que no solamente la cultura de la violencia es un imaginario colectivo que se gestó y se desarrolló con la lucha narcoterrorista que enfrento el Estado colombiano en la década de los años 80 y 90, cuando los carteles de la droga intentaban tomar el control de la sociedad. Pues la violencia anterior a la formación de las guerrillas y el narcotráfico fue una violencia desatada por las clases políticas que usaban al

pueblo para defender sus ideologías bipartidistas.

Así lo confirma Melo (2013) al estudiar un texto de William Ospina: Ha sido tanta la irresponsabilidad de la política colombiana que los partidos liberal y conservador alentaron el enfrentamiento violento entre los ciudadanos del pueblo por defender una causa que no tenía ninguna razón de cambio o transformación social. Siempre nos dijeron que la Violencia de los años cincuenta fue una violencia entre liberales y conservadores. Eso no es cierto. Fue una violencia entre liberales pobres y conservadores pobres". p. 6.

Este tipo de acontecimientos demuestran el devenir de la construcción política en el siglo XIX, puesto que las ideologías de gobierno se fundamentaban en la guerra como una fuente esperanzadora para imponer un orden social de corte autoritario. Ya que la política en algunos aspectos se concebía como una herramienta armada que permitía destruir a los enemigos o conseguir aliados para gobernar determinados territorios del país que se convertían en puntos estratégicos para recibir insumos, armas, información etc.

Por ello para Gómez (2008) la historia nacional aparece como una historia de guerras y batallas. Guerras y batallas de independencia, por supuesto, pero también, con posterioridad a las luchas liberadoras, las guerras entre caudillos que se afirmaban a nombre del combate contra la anarquía: la Guerra de los Supremos, en 1840; las guerras federales (1860, 1876-77); la Guerra de los Mil Días, al quiebre del siglo; la Batalla de Garrapata (1877), la Batalla de la Humareda (1885), las batallas de Palonegro y Peralonso (Guerra de los Mil Días), para dar sólo algunos ejemplos de una larga lista. p. 15, 16.

Sin embargo, este tipo de acciones centradas en la confrontación armada fueron un detonante negativo para la economía del país, puesto que la crisis a nivel de salud, educación, trabajo y bienestar social, se convirtió en la pobreza y la miseria de los colombianos que pertenecían a las clases bajas de la población.

Para Kalmanovitz (2007) la economía colombiana durante el siglo XIX tuvo un comportamiento muy pobre, especialmente si se le compara con el notable crecimiento que obtuvo durante la segunda mitad del siglo XVIII, donde la minería del oro actuó como sector líder o con el crecimiento más alto que se obtuvo durante el siglo XX. Las luchas por la independencia desarticularon el esclavismo y la minería se contrajo, dejando de impulsar la economía. p. 3.

Otro de los fenómenos sociales que disminuyeron el crecimiento económico en el país y que terminaron de agravar la situación que se había vuelto incontrolable, tiene relación directa con la falta del comercio a nivel nacional e internacional, la lucha económica por mantener las guerras de independencia y la inestabilidad política que intentaba administrar las finanzas sin colocarle un alto a los enfrentamientos armados.

Una de las problemáticas más graves de aquel entonces según Kalmanovitz (2008) fue que la mayor parte de la población disfrutaba de pocas libertades: los mestizos vivían en las haciendas como dependientes y peones o en las fronteras del territorio como colonos, con escasos o inciertos derechos de propiedad; los indígenas eran considerados menores de edad y los esclavos se mantenían en un régimen de trabajo relativamente laxo, alejado del mercado mundial. p. 209.

Como se puede evidenciar las posibilidades de libertad se habían reducido al máximo, características bastante notables en las dictaduras, además de la forma en la cual el sistema de producción se basaba en la servidumbre de los mestizos que se encontraban al azar de las leyes o el antojo de sus gobernantes, y que decir de los indígenas y los esclavos que eran reducidos a herramientas de producción sin vos, ni voto, a no ser que lo ganaran mediante la sublevación. Es decir, este tipo de factores eran los que provocaban la inestabilidad política en el país y alimentaban la cultura de la violencia a través de la venganza.

El orden político de Colombia en el siglo XX

El siglo XX en la historia nacional de Colombia inicia con la finalización de la Guerra civil de los Mil Días, ya que para los historiadores dicha confrontación armada culmino en el año 1902. Por ende, el país se detuvo por un momento para mirar la ruina que había provocado la violencia, la destrucción del campo, la decadencia del sistema financiero, las deudas y otros tantos aspectos que señalaban una realidad que se tenía que transformar de manera inmediata para evitar el atraso socioeconómico frente al sistema mundial que se desarrollaba en Europa y Estados Unidos.

Según Ramírez y Téllez (2006) después de la guerra, se llevó a cabo una política de reconstrucción económica y se emitieron una serie de leyes con el objeto de regular y organizar la administración pública en el país. Dentro de esas leyes se encuentra la número 39 de 1903, reglamentada por el decreto 491 de 1904, referente la educación, la cual dividió la enseñanza oficial en primaria, secundaria, industrial, profesional y artística. La Ley estipuló que la educación pública en el país debía estar regida por los cánones de la religión católica y que la educación primaria debería ser gratuita pero no obligatoria. p. 7.

Este tipo de reformas a nivel económico y social continuaron en manos del bipartidismo oficial, el movimiento político liberal y conservador, puesto que después de la guerra los políticos comprendieron que la nación necesitaba modernizar las políticas públicas, además de usar a la iglesia para guiar al pueblo como un rebaño hacia el lugar que decidieran sus líderes. Por ello, la educación católica funcionaba de manera estratégica como centros ideológicos de adoctrinamiento político, sometimiento voluntario y resignado frente a las leyes del gobierno nacional por injustas que estas fueran para con los pobres.

Sin embargo es importante aclarar que el siglo XX fue el fundamento de las revoluciones a nivel de tecnológico, político, cultural, educativo, social etc. Por ende, en Colombia los estudiantes universitarios comenzaron a exigir que se les ofreciera un sistema educativo que correspondiera con las demandas sociales del mundo moderno para que se les quitara el yugo de la religión conductista.

Patiño (2014) explica que la educación universitaria no fue ajena a los vientos de reforma que soplaron en la Colombia de la década de los años veinte. La ley 57 de 1923 autorizó la contratación de una misión alemana para que realizara un estudio del sistema educativo en al país y formulara las correspondientes recomendaciones. Hartos de la vieja estructura educativa, los estudiantes empezaron a pronunciarse en distintas tribunas. La participación activa del estudiantado en los sucesos del 8 de junio de 1929, que dio al traste con la corrupta administración de Bogotá. p. 20.

Este tipo de acciones sociales permitieron que el gobierno comprendiera que los ciudadanos se hallaban en otra época, no en la era del oscurantismo, ya que las cartillas y los textos religiosos que trataban de enseñar todas las materias se habían vuelto obsoletos y no ayudaban a enfrentar los retos que imponía una sociedad mundial que cambiaba constantemente al ritmo veloz de la producción económica y tecnológica.

Patiño (2014) escribe que la Universidad se abrió a nuevas corrientes del pensamiento y la ciencia. Entre los años de 1948 y 1957, y coincidiendo con un grave período de violencia y represión, la universidad pública fue intervenida por el gobierno nacional suspendido en la práctica del estatuto de 1935. Ese momento se caracteriza por el avance y consolidación de las universidades privadas. p. 21. Cuestión que permite analizar que la educación comenzó a tomar un carácter privado de tipo monetario y capitalista.

Por otra parte, en el siglo XX el desarrollo político y democrático que intentaba ofrecer el Estado colombiano a sus ciudadanos, aún era deficiente en muchos sentidos, ya que las mujeres no eran sujetos de derecho porque hasta la década de los años cincuenta se les había prohibido participar en las votaciones para los cargos de elección popular. Por estas razones, Melo (2010) explica que en el siglo XX a nivel teórico se hacía creer que la mujer recibía los beneficios de su naturaleza como madre, amiga y compañera. Elemento muy contrario a la realidad social de la mujer en Colombia. Puesto que a nivel laboral fue explotada indiscriminadamente, en las esferas académicas era menospreciada y enajenada de su participación intelectual, al interior de la familia ocupaba la posición de sumisión y resignación. Figuras de la realidad social que vivieron las mujeres antes de ser escuchadas e incluidas en el pensamiento político y económico de la nación. p. 1

Este tipo de reivindicaciones sociales, económicas, políticas y culturales que lograron obtener las mujeres en el siglo XX, partieron de ideas socialistas de tipo feminista que llegaron a Latinoamérica en la década de los años treinta. Dado que el movimiento de liberación tenía como finalidad la resistencia social que permitiera acabar con las estructurales patriarcales que habían dominado la historia nacional de Colombia. Por ende, las acciones sindicales y las protestas que se comenzaron a gestar y desarrollar en distintos lugares del país se fueron ampliando con el pasar de los años hasta que en el año 1957 se les permitió a las mujeres participar en las votaciones para los cargos de elección popular. Para el Grupo de Memoria Histórica (2011) En los años 1960, con la aparición de la segunda ola feminista mundial, el discurso contra la violencia volvió a cobrar fuerza. Esta segunda ola, en contraste con la primera, enfocó su lucha contra los dispositivos culturales que hacían que derechos conquistados en el campo jurídico no se tradujeran en un cambio de actitudes y valoraciones hacia lo femenino, y en particular, hacia el cuerpo de las mujeres.

Por otra parte, aun cuando las luchas sociales tuvieron fuerte presencia en Colombia durante el siglo XX, la nación fue capaz de mejorar sus procesos de producción a través de cambios significativos en la industria, el comercio internacional, las políticas financieras, las relaciones políticas etc. Por ende, Ortiz y Vivas (2009) señalan que en base al conocimiento del desarrollo de la industria y la tecnología, a nivel nacional e internacional, Poveda señaló consistentemente que Colombia debía mantenerse en la línea de la industrialización. Sus argumentos, que rememoran los de Kaldor, Hirschman y Leontief, se basan en la estrecha vinculación de la ciencia y la tecnología con el sector industrial manufacturero, y en el papel clave que la industria tiene como motor decisivo del desarrollo de la economía. p. 12.

Sin embargo, el gobierno colombiano no logro corregir las fallas que se presentaron con la propiedad de la tierra, ya que esta última se colocó en las manos de grandes monopolios financieros que las hacían producir en beneficio del crecimiento económico de la nación sin tener en cuenta la pobreza y la miseria de los campesinos que no consiguieron la protección de las reformas agrarias.

Para Ortiz y Vivas (2009) en Colombia se llegó a un equilibrio político que se guía por la siguiente convención: a cambio de respetar la gran propiedad de la tierra, impidiendo el objetivo modernizante de la reforma agraria, el sector terrateniente, fuertemente representado por el partido conservador, accedió a que la burguesía industrial-financiera, más representada por el partido liberal, pusiera la política económica del Estado al servicio de los sectores industriales establecidos. p. 26.

Como se puede evidenciar el siglo XIX y XX se caracterizan por la constante transformación política, económica, social y cultural.

Conclusiones

La economía colombiana y el orden social en el siglo XIX, fue un periodo de guerras oficiales y civiles que marcaron el rumbo de la sociedad, además de extender la cultura de la violencia para lograr el éxito político. Por ello, se dio vía libre a las acciones de los terratenientes que luchaban para que las leyes agrarias siguieran favoreciendo la concentración de la tierra en manos de unos pocos, a fin de seguir conservando el dominio sobre indios, mestizos y esclavos.

El siglo XIX también se caracteriza por las guerras de independencia, enfrentamientos armados de tipo civil y el sectarismo político del bipartidismo oficial que arreglaba las diferencias haciendo enfrentar a las comunidades por ideologías políticas que no mejoraban el crecimiento económico y el bienestar social.

Por otra parte, en el siglo XX el orden político género estrategias que le permitieran enfrentar la crisis económica y social que provoco la Guerra de los Mil Días en toda la nación, a través de una gestión que le permitiera al Estado colombiano adoptar medidas administrativas para reformar la educación, el sistema financiero, el comercio y las relaciones internacionales con otros países.

Este siglo también fue uno de los máximos representantes de la protesta y la resistencia social, ya que los estudiantes exigían que la educación fuera mucho más abierta y crítica frente a la realidad social, además de la lucha sindical y política que emprendieron las mujeres para reivindicar su rol social, posición política y cultural al interior de una sociedad creada por estructuras patriarcales.

Es decir, el siglo XIX y XX se diferencian en aspectos tales como el desarrollo tecnológico, político, cultural y social, pero se parecen por los fenómenos de la injusticia social y la violencia que han marcado la historia nacional de Colombia.

Bibliografía

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ASESOR INTELECTUAL EN COLOMBIA – JOSE ORLANDO MELO NARANJO INVESTIGADOR EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS Y PENSAMIENTO UNIVERSAL EDITORIAL: UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA E INDEPENDIENTE DE MEXICO (UNAD) FACULTAD DE ESTUDIOS A DISTANCIA.

Colombia. 2014.

¿Realidad nacional del siglo XIX y XX en Colombia?

 

 

 

Autor:

Ramón M.