Acciones teórico-prácticas para la enseñanza del hockey (página 2)
Enviado por Yagnelis Drikes Torres
De igual manera debemos tener en cuenta que la comunidad no cuenta en estos momentos con un terreno adecuado para la práctica de este deporte pero teniendo en cuenta el interés mostrado por los activistas y los niños de la comunidad, se acondicionó un terreno en la cancha de futbolito de la comunidad que nos permite comenzar la enseñanza del mismo.
Al analizar y valorar las condiciones que presenta este deporte en la comunidad de San José pudimos apreciar a partir de la encuesta y la guía de observación realizadas las siguientes deficiencias:
Existe diversidad de criterios entre los activistas acerca del objetivo del Hockey.
Existe falta de preparación metodológica por parte de los activistas para la enseñanza de este deporte
Pobre análisis de las potencialidades de los atletas que se encuentran practicando este deporte en la comunidad.
Desmotivación y falta de concentración de los jugadores y activistas por el pobre conocimiento que presentan.
No existe un terreno con las condiciones adecuadas para la práctica de este deporte
Teniendo en cuenta los aspectos antes señalados nos planteamos el siguiente
PROBLEMA CIENTÍFICO:
Como solucionar las irregularidades existentes en cuanto a las acciones teórico prácticas a desarrollar para la enseñanza del hockey en los activistas del la comunidad San José.
OBJETO DE INVESTIGACIÓN:
El conjunto de acciones teórico prácticas para el mejoramiento de la enseñanza del hockey en la comunidad San José.
CAMPO DE ACCIÓN:
Preparación de los activistas de la comunidad San para la enseñanza del hockey
OBJETIVO GENERAL:
Diseñar un conjunto de acciones teóricos practicas, que ayuden a la enseñanza del hockey s/c a los activistas del sector san José..
PREGUNTAS CIENTÍFICAS:
¿Cuáles son los antecedentes teórico prácticos que sustentan la enseñanza del hockey?
¿Qué necesidades presentan los activistas de la comunidad San José en cuanto a la enseñanza del hockey?
¿Qué requisitos, actividades y acciones exigirá el conjunto de acciones teórico prácticas para la enseñanza del hockey en la comunidad San José?
¿Cómo valoran los especialistas el conjunto de acciones teórico práctico para el mejoramiento del proceso del hockey que se presenta en el presente trabajo?
¿Qué resultados se lograrán mediante la puesta en práctica del conjunto de acciones teórico prácticas para el mejoramiento del proceso de enseñanza en los activistas de la comunidad San José?
TAREAS CIENTÍFICAS:
1. Determinación de los elementos científicos, técnicos, psicológicos y metodológicos del proceso de enseñanza.
2. Determinación de las necesidades educativas para conocer el estado actual en que se encuentra la enseñanza del hockey en los activistas de la comunidad San José.
3. Elaboración de las acciones teórico prácticas para el mejoramiento del proceso de enseñanza en los activistas de la comunidad San José
4. Valoración de las acciones teórico por los especialistas para certificar la puesta en práctica de la misma.
5. Aplicación de las acciones teórico prácticas a la muestra seleccionada.
NOVEDAD CIENTÍFICA
Según el análisis realizado del conjunto de acciones que se propone, pudimos constatar que no existe un documento que norme el trabajo de los activistas acerca del proceso de enseñanza del hockey, por lo que lo aportado facilitará el trabajo de los activistas, posibilitará adecuarlo según las particularidades del juego y de los atletas y elevará los conocimientos de los activistas mejorando los resultados competitivos.
De igual manera se beneficiaran los atletas de esta categoría que practican el hockey en esta comunidad nutriéndose de estos conocimientos.
El sistema aportado permite aplicarlo a otros deportes de equipo adecuándolo según sus características, y no presenta costo económico para los activistas ya que se realiza de forma gratuita.
CAPITULO 2
La mejora de la calidad de la enseñanza está relacionada entre otras cosas con la capacidad de los centros de prolongar su intervención educativa más allá del horario estrictamente lectivo, poniendo al servicio del conjunto de la comunidad escolar todos sus recursos, tanto humanos como materiales. El "Programa de apertura" que desde el año 1994 viene impulsando el Ministerio de Educación y Ciencia tiene como objetivo ir incorporando a los Colegios e Institutos a este proceso innovador.
Toda innovación exige una serie de medidas de apoyo entre las que destacan especialmente la formación de quienes vayan a intervenir en el proyecto y la disponibilidad de materiales didácticos. Y es por ello por lo que el Ministerio de Educación y Ciencia ha puesto en marcha una colección de libros sobre las actividades físicos-deportivas, que de hecho son las que mayor presencia tienen dentro de la oferta extraescolar.
Esta colección se fundamenta en la consideración del valor del deporte en nuestra sociedad como un fenómeno sociocultural de primer orden claramente vinculado al mundo de la educación. Desde esta perspectiva, el contenido de las publicaciones aborda la reflexión acerca de la educación física escolar, del deporte y de las relaciones entre ambos.
Los libros van dirigidos tanto a las instituciones escolares y a las personas responsables de este tipo de actividades en los centros, como los restantes sectores de las comunidades educativas con objeto de impulsar y consolidar la práctica de una variada gama de actividades físicas y deportivas que tengan en cuenta su dimensión educativa, saludable y de disfrute. Asimismo, se hace hincapié en estas actividades como vía de potenciar la participación de la comunidad y de fomentar las relaciones con el entorno.
La edición y difusión de estos materiales es fruto de la colaboración entre el Ministerio de Educación y Ciencia, a través de la Secretaría de Estado de Educación y del Consejo Superior de Deportes, y las diversas Federaciones vinculadas con el deporte o actividad que en cada libro se aborda , que han mostrado con su apoyo a esta colección una clara sensibilidad hacia los temas educativos.
El primer libro de la colección establece el marco en el deberían desarrollarse este tipo de actividades extraescolares y reflexiona acerca de su papel en relación con la educación física escolar. Los restantes volúmenes se corresponden con diferentes modalidades de actividades físicos-deportivas acerca de cada una de las cuales los autores y autoras de los libros dan a conocer las características de la actividad o el deporte que da título a cada material y presentan estrategias para su aprendizaje y prácticas a través de las correspondientes etapas.
Las publicaciones pretenden servir de ayuda para la puesta en práctica de las actividades y por ello no sólo exponen los principios teóricos básicos en cada caso sino que descienden a propuestas concretas de actividades que pueden desarrollarse en los centros. No obstante, es importante resaltar que se trata de propuestas que deben ser interpretadas por los responsables de cada centro.
Todos aquellos que han trabajado en esta colección, a quienes el Ministerio de Educación y Ciencia quiere agradecer sinceramente su esfuerzo, lo han hecho desde el convencimiento de que estos libros podrían resultar un apoyo para el desarrollo de las actividades físico-deportivas dentro del "Programa de apertura de los centros docentes". Confiamos en que este objetivo se haya realmente alcanzado.
El hockey: una concepción educativa
La práctica deportiva ha suscitado en los últimos años todo tipo de debates que han enfrentado entre sí a los profesionales que se dedican a la organización, gestión, investigación, enseñanza o entrenamiento deportivo. La clave reside en la consideración de la práctica deportiva desde la propuesta que ofrecen las federaciones deportivas como única referencia válida. En ellas todo gira alrededor de la búsqueda del modelo de campeón y la práctica puramente competitiva para conseguirlo.
De esta manera la enseñanza deportiva viene marcada por dos aspectos fundamentales:
1. La orientación hacia el máximo rendimiento.
2. La estructura de la competición en categorías según edad y sexo.
Sobre estas bases, las categorías inferiores se ven salpicadas tanto en objetivos como en metodología por un afán desmedido en alcanzar cuanto antes los máximos resultados deportivos. Por otro lado los parámetros de sexo y edad asegurarán la posibilidad de alcanzar el éxito(ser campeón) en cada categoría con un juego que, salvo pequeñas modificaciones de terreno y participantes, obligarán a los niños y niñas más pequeños a adaptarse a la estructura y a la lógica del juego del adulto.
Y es precisamente en este punto, al considerar la práctica deportiva en los niños, cuando surgen las mayores discrepancias en relación al tratamiento de la iniciación. El análisis de la metodología tradicional, orientada fundamentalmente hacia el máximo rendimiento en cualquier edad, muestra una desconexión total con las características, objetivos e intereses de una gran mayoría de niños que, tras los primeros pasos, se ven forzados a abandonar.
La metodología tradicional vendría caracterizada por:
Tomar como punto de partida el juego del adulto, con reglas rígidas que no llegan a ser comprendidas, un nivel técnico elevado y una estructura de equipo que se nos antoja difícilmente aplicable por los principiantes.
Considerar prioritario el resultado de la competición, por lo que el proceso de aprendizaje y entrenamiento solo tiene sentido en la medida en la que pone a punto el engranaje de las piezas que activan el mecanismo de hacer "juego" y de hacer goles. Se hace del juego más competición que juego.
Tratarse de un planteamiento mecanicista y así, en la medida en que el trabajo se distribuya y cada jugador cumpla de la forma más eficaz su función, y solo su función, se economizará tiempo y energía. Cabe hablar, por consiguiente, de una especialización temprana.
Exigir la complicidad entre técnico y jugadores para conquistar los resultados en el menor tiempo posible. Por eso el factor tiempo provocará en el técnico la imperiosa necesidad de enseñar todas y cada una de las soluciones(quizá soluciones estereotipadas) que el juego exigirá en cada situación. La impaciencia de todos hará imposible que el jugador tome su tiempo para decidir la acción, para cometer errores y corregirlos o para intentar respuestas nuevas.
Conceder una importancia excesiva al trabajo del mecanismo de ejecución. La enseñanza pasa por y se planea para el dominio de los diferentes gestos técnicos aislados del resto de los componentes del juego, gestos carentes de significado que los chicos irán asimilando hasta automatizarlos tras numerosas repeticiones. Lógicamente este punto lleva a un acento en el juego individual.
El técnico, figura central en la metodología tradicional, será no solo decisivo en el proceso formativo del niño al permitirle almacenar un gran stock de recursos técnicos, sino que su presencia directa en la competición será imprescindible por cuanto es quien decide e indica a sus jugadores cada una de las acciones que se han de desarrollar.
El niño o la niña hacen o ejecutan sin cuestionarse lo que les dice su entrenador, con el que guardan en todo momento una relación de máxima dependencia.
¿Cómo influye este planteamiento en el niño ?
En función del nivel de competencia técnico tendrá una diferente consideración en el seno del equipo: titular o reserva.
Si el ritmo impuesto en el aprendizaje rebasa sus posibilidades y las expectativas no se ven alcanzables a corto o medio plazo, el abandono de la práctica es muy probable.
Si sus aprendizajes le permiten desenvolverse con un mínimo de eficacia, aunque sea en un juego estereotipado, en una posición concreta y de una forma determinada, es posible que los "progresos" en la competición mantengan su motivación activada.
En cualquier caso, el niño ¿dominó el juego?, ¿se llegó asentir con frecuencia protagonista en la acción?
Con tales consideraciones, no parece que la metodología tradicional se pueda llegar a justificar desde el punto de vista pedagógico en la iniciación deportiva en niños en edad escolar. Y desde el punto de vista deportivo, técnicos y profesionales del deporte hemos observado como la mera mecanización de las diferentes acciones del juego dejan serias limitaciones en aspectos fundamentales como la percepción y la toma de decisión cuando los jugadores llegan a categorías superiores.
La metodología tradicional creó muchos jugadores y jugadoras que hacían verdaderos malabarismos con el palo y la bola hasta que perdían su posesión, pero, entre ellos, muy pocos eran capaces de decidir la acción más eficaz para su equipo. Eran tiempos en que el hockey era un deporta colectivo de grandes jugadas individuales. El nivel de los jugadores era directamente proporcional al tiempo en que trabajaron en contacto directo con la bola.
Por suerte para el hockey, en la actualidad se tiene que interpretar el juego desde el funcionamiento del equipo, en el que cada jugador piense y actúe para tomar una decisión correcta en cada situación del juego. Frente al jugador típicamente habilidoso, se promueve el jugador que hace de su inteligencia motriz, pura habilidad
Parece obligado buscar una metodología diferente que incida fundamentalmente en las características de los principiantes y su nivel deportivo inicial, en el tipo de juego a desarrollar y en el planteamiento pedagógico a seguir.
Consideramos estas premisas fundamentales tanto en el ámbito federativo como en el ámbito escolar, porque en definitiva se trata de chicos y chicas que se encuentran en un proceso de formación deportiva similar.
Esta nueva metodología a la que denominaremos como metodología activa, porque representa una idea más dinámica y participativa en la relación niño-juego, niño-técnico-otros jugadores, o niño-aprendizaje, se diferenciaría de la metodología tradicional fundamentalmente en que:
El punto de referencia en el aprendizaje es un juego sencillo, muy distinto al juego nacional y olímpico en relación con los elementos estructurales, pero similar en atractivo. Esta adaptación de los elementos del juego permite a los principiantes disfrutar la competición desde los inicios de la práctica.
El valor del resultado puede llegar a ser subjetivo si el niño es capaz de valorar el proceso de aprendizaje. La competición en este planteamiento deja de ser el resultado del aprendizaje y pasa a ser un aprendizaje más.
Aunque el aprendizaje centrado en el componente técnico permite un proceso inicial bastante rápido, parece más ventajoso comenzar con el aprendizaje del juego globalizado que integre todos sus componentes. Además, la comprensión de las situaciones del juego llevan directamente a reforzar el aprendizaje de los recursos técnicos necesarios en la solución individual o colectiva.
Lejos de presentar la solución acabada y eficaz, se exige al principiante una respuesta que parta de su propia decisión, sea correcta o no, porque los errores son también experiencias de aprendizaje necesarias.
El técnico juega un papel tanto o más importante que en la metodología tradicional. Como experto debe provocar en el principiante aprendizajes interesantes y facilitar su asimilación y aplicación en el juego. Asegurará en estos niveles de iniciación el placer tanto por jugar como por ganar jugando. Y, por otra parte, tiene que orientar su trabajo para facilitar una nueva relación entre jugador-técnico-juego hasta lograr una cierta autonomía.
El niño, con este planteamiento se verá totalmente implicado en la práctica deportiva, asumirá un mayor protagonismo con la capacidad de tomar decisiones, de controlar sus propios aprendizajes haciéndolos significativos, de diseñar estrategias para conseguirlos, o de generar respuestas diferentes para situaciones también diferenciadas.
Con la metodología activa la práctica puede movilizar la máxima participación por no estar condicionada por un determinado nivel de rendimiento ni por la edad.
Antes de definir como será nuestro hockey recreativo debemos decir que el hockey es un juego institucionalizado que podría integrarse en la clasificación tradicional como un deporte colectivo y de oposición en el que cada equipo intenta conseguir el objetivo –el gol- más veces que su oponente.
En cualquier modalidad de hockey practicada, ya sea el hockey-hierba o el hockey-sala de categoría absoluta o nuestro hockey adaptado, el juego se estructura según unos elementos comunes que definen el marco de acción o el contexto del juego propiamente dicho.
Una primera visión de dichos elementos en el hockey de categoría absoluta se ofrece en el gráfico 4, haciendo referencia a las dos modalidades acogidas por la federación de hockey, la modalidad de hierba y la modalidad de sala. Las diferencias y matices en sus elementos hacen que manifiesten características bien distintas entre sí.
Seguidamente daremos un paseo por dichos elementos, presentando y justificando las modificaciones que introduciremos en el juego de hockey para la actividad extraescolar.
El material de juego. El stick y la bola
El stick o palo
Si tuviéramos que explicar nuestro deporte mediante una sola idea, no dudaríamos en hacerlo mediante una foto o una imagen de uno o varios jugadores con el stick o palo en sus manos. El stick es el elemento más representativo del hockey, siendo además el elemento, como se dijo en el primer capítulo de esta publicación, que nos permitió situar su origen en la historia.
El material específico, en concreto el stick, va a marcar grandes diferencias en la intervención de los jugadores de hockey en relación con otras disciplinas deportivas.
Todos los que hemos practicado reconocemos hasta que punto la habilidad en su manejo condiciona las respuestas motoras.
En hockey el jugador entra en contacto con la bola a través del stick, y por tanto, la bola queda a una distancia de 50 o 70 cm de las manos que controlan el movimiento del stick. De alguna manera el stick pasa a conformar una prolongación de los brazos del jugador de hockey.
Siendo un aspecto importante que todos los principiantes deben trabajar, la necesidad de utilizar un instrumento no es el factor decisivo en el juego. Además, existe una dificultad añadida que viene determinada por la propia constitución del stick. La característica forma curvada en la base del stick, con dos caras diferentes, y la obligación de jugar la bola únicamente con la cara plana, son las que imprimen el toque de "habilidad" y espectacularidad del juego.
La bola
La bola es el elemento del juego que desencadena la lucha entre ambos equipos. La posesión de la bola va a marcar las pautas en el comportamiento individual y colectivo para atacar la portería contraria y defender la propia.
De forma esférica y de tamaño un poco mayor que la de tenis, la bola está constituida por un material plástico que ofrece una superficie totalmente lisa. Su peso permite que sus desplazamientos vayan a ras del suelo, aunque existen técnicas específicas para jugarla por el aire.
Así pues, de una apreciación conjunta del stick y la bola y sus superficies de contacto bastante reducidas, surge la primera aproximación al juego del hockey.
Posibles adaptaciones: La edad y la constitución física aconsejan utilizar sticks y bolas de diferente peso o tamaño en los principiantes. |
El terreno de juego
El juego se practica sobre un terreno de forma rectangular, de dimensiones iguales a las del balonmano en el hockey-sala y un poco más pequeñas que las de fútbol para el hockey-hierba. Se trata de un espacio cerrado, limitado por las líneas laterales o de banda que definen el largo y por las líneas de fondo o portería que definen el ancho.
Estas líneas limitan el espacio de juego de la bola, no el del jugador, quien puede intervenir desde el exterior siempre que, cuando juegue la bola, ésta se encuentre en el interior del campo.
Es un espacio compartido en la intervención simultanea de los jugadores de ambos equipos, en el que las zonas favorables para unos suelen ser las más desfavorables para los jugadores contrarios.
La superficie de juego puede ser de hierba, tierra, parquet, terrazo, etc., aunque la velocidad en el desplazamiento de la bola se verá influenciada de diferente forma por cada una de ellas.
Sobre el terreno cabe destacar la línea central, que divide el campo en dos espacios iguales. Además se dibuja el área de portería, que influye en la penalización de las infracciones y en las posibilidades de obtener un gol
Finalmente, observar las marcas sobre las líneas de fondo y a ambos lados de la portería, que indican la zona de penalty córner y el punto de penalti stroke, situado en el interior del área y de frente a la portería.
Posibles adaptaciones: En nuestro caso, no es imprescindible de hierba. El campo de hockey sala, también de balonmano, permite que la práctica se pueda desarrollar en cualquier cancha de colegio o polideportivo. Además, las dimensiones más reducidas favorecen una atención mantenida de todos y cada uno hacia todos los jugadores que se mueven en el espacio. Se pueden utilizar otros campos de juego según las superficies disponibles. |
El objetivo
El objetivo del juego en el hockey consiste en introducir la bola en la portería que defiende el contrario. La portería, por tanto, pasa a ser el punto de mira de todo el equipo y la mayoría de las acciones del juego se realizarán sin perder de vista este elemento.
Las porterías definen con las dimensiones en ancho y alto un plano vertical sobre el terreno horizontal. Esta nueva superficie hace posible, además del juego raso, el juego aéreo en las acciones de lanzamiento.
Para la consecución del objetivo, el hockey grande está sometido a una normativa estricta, de forma que queda reducida al área de portería la portería la zona válida para el lanzamiento. Y es obligado que el lanzamiento lo realice desde allí un jugador atacante.
Posibles adaptaciones: En nuestro hockey, que la validez del gol se amplíe a cualquier lanzamiento realizado desde el campo del adversario. Con esto se evitan las aglomeraciones en torno al jugador con bola cuando se encuentra en el área, se obliga al lanzador a reconocer su distancia de tiro y se evita que el portero esté de mero observador en muchas fases del juego. |
Los jugadores
Los jugadores se agrupan formando dos equipos enfrentados para conseguir el objetivo. Cada equipo se verá constituido por un número variable de jugadores de campo, según la modalidad, y un portero que vigilará el área de portería.
Los sustitutos o reservas permiten mayores posibilidades de juego y recuperaciones de los compañeros del equipo.
El portero debe llevar una equipación diferente al resto y utilizará los elementos mínimos de protección (guantes, casco y guardas). Estará obligado a utilizar su propio stick.
Posibles adaptaciones: Proponemos un máximo de cinco jugadores, incluido el portero, con lo que se facilita una mejor compenetración colectiva y una mayor participación individual. Los periodos de información quedaran reducidos a breves instantes en que el juego se encuentre interrumpido. Dos o tres sustitutos serán suficientes. |
Las reglas básicas
Este aspecto contempla los elementos del juego en el aspecto de funcionamiento, en la forma de intervenir o en las conductas que deben evitarse.
La duración del juego
El cronómetro no se detiene ante las interrupciones del juego, por lo que el tiempo real, es decir, el tiempo en que la bola está en juego, es menor que el tiempo total de partido.
Posibles adaptaciones: En nuestro juego se propone una estructura temporal de tres tiempos de 10-15 minutos cada uno con un intervalo de descanso de 5 minutos entre ellos. Con ello se pretende mantener la actividad el máximo tiempo de juego, y poder utilizar el tiempo de descanso como un tiempo de recuperación y un "tiempo útil" para buscar estrategias y plantear el juego posterior. |
Intervención del jugador
Desde el punto de vista de las limitaciones en la intervención individual destacaríamos las siguientes:
No se puede golpear la bola con violencia, utilizando un balanceo excesivo del palo.
La bola no puede ser jugada con ninguna parte del stick que no sea la cara plana o su prolongación en el mango.
La bola no puede jugarse con ninguna parte del cuerpo, salvo que se trate del portero en su propia área.
La bola debe ir rasa, salvo en los lanzamientos a portería desde la zona de lanzamiento (área de portería).
No están permitidos los contactos entre los jugadores como cargas o empujes.
Posibles adaptaciones: Para evitar posibles lesiones, se prohíbe el juego elevado. Solo desde el interior del área de portería se permitirá el lanzamiento elevado que no supere la cintura. |
Mecánica del juego
En el aspecto del juego de equipo, las reglas van a determinar la forma en que se puede conseguir el objetivo, las sanciones que se corresponderán con las diferentes infracciones y la forma en que se reanuda el juego tras una interrupción. Las modificaciones propuestas en el hockey recreativo pasan por simplificar fundamentalmente estos puntos. De esta forma en nuestro juego tenemos:
Obtención de un gol: para que el gol sea válido la bola que entra previamente en la portería ha debido ser previamente jugada a ras del suelo por algún jugador del equipo atacante desde el campo contrario. Desde el interior del área de lanzamiento, y solo desde esta zona, se puede elevar la bola.
El saque de centro se realiza después de cada gol o al comenzar el partido y cada uno de los periodos del juego. Se inicia o reanuda el juego con un saque hacia atrás, hacia un compañero. En la primera etapa se puede iniciar con el tradicional saque de bully (tres toques alternativos al suelo y al stick del contrario antes de jugar la bola).
La forma de reanudar el juego cuando sale la bola del campo depende de las diferentes situaciones:
Saque de banda: se produce cuando la bola sale del terreno por las líneas laterales y la pone en juego, desde el punto por donde salió, un jugador del equipo contrario. Los jugadores contrarios al que saca deben respetar una distancia mínima de tres metros en relación a la bola.
Saque de portería : se realiza cuando la bola sale por la línea de fondo y fuera de la portería, impulsada por cualquier jugador atacante. Para reanudar el juego la bola se coloca en cualquier punto del interior del área.
Saque de esquina: se realiza cuando la bola ha sido tocada por un jugador defensor antes de traspasar su línea de portería. Se pone en juego desde la esquina correspondiente al lado de la portería por donde salió la bola.
Las sanciones que se derivan de las infracciones cometidas en el capítulo de la intervención individual, pueden clasificarse en tres categorías:
Golpe franco: cualquier infracción que se cometa en cualquier parte del campo y fuera de la propia área de portería. El equipo contrario al infractor juega la bola desde donde se produjo la infracción. Todos los jugadores deben permanecer a una distancia mínima de 3 metros.
Penalty córner: cuando la infracción se ha cometido en la propia área de portería o cuando se juega la bola de forma intencionada hacia la línea de fondo propia.
Un jugador atacante pone en juego la bola con un pase desde uno de los puntos que existen sobre la línea de fondo, el lado es opcional. El resto de los jugadores atacantes (los otros tres jugadores de campo) se colocan fuera del área de portería, hasta que la bola salga impulsada, e intentan jugarla o lanzar a portería frente a la oposición de un jugador defensor y del portero, que salen desde su portería.
El resto de los jugadores defensores salen desde la línea central en el momento en que se ponga en juego la bola.
Estas adaptaciones son sugerencias aportadas por técnicos de la Oficina Técnica de la R.F.E.H. con el objetivo de mantener una jugada de estrategia tan característica del hockey y evitar su peligrosidad.
Penalty stroke: si se trata de una infracción voluntaria dentro del área o cuando una infracción ha impedido la consecución de un gol claro. Para reanudar el juego, se coloca la bola sobre el punto de penalti que se encuentra en el interior del área y a 7 metros del punto medio de la portería. Un jugador cualquiera del equipo atacante lanza a portería sin tomar más de un paso de impulso. Por el equipo defensor interviene el portero que queda sobre la línea de portería y entre ambos postes hasta el momento en que se lance la bola.
El arbitraje
En la práctica del hockey recreativo la dirección del juego corre a cargo de un jugador o miembro de cada uno de los equipos que se enfrentan, o del propio entrenador. Cada uno será responsable de controlar las interrupciones y sanciones que tengan lugar en su propia mitad, aunque deben ayudar a su compañero en resto del campo.
La conducta antideportiva , si la hubiera, puede y debe modificar la sanción, pasando a otra de mayor gravedad, además, el jugador puede ser expulsado temporalmente por un periodo de dos minutos.
ASPECTOS TÉCNICOS Y TÁCTICOS FUNDAMENTALES
Hasta ahora hemos intentado explicar el hockey desde el conocimiento de los elementos estructurales, pero no basta para poder plantear de una forma seria su enseñanza y entrenamiento. Ordenar todos estos elementos nos lleva a encontrar la lógica interna del juego, la que da significado a los comportamientos individuales y a las interacciones motrices que tienen lugar entre los jugadores. Ahora intentaremos conocer el juego como un sistema en el que todos los elementos se encuentran interrelacionados. Es preciso comprender la relación del jugador con la bola, con el espacio, con los compañeros y con los adversarios y, por supuesto, con el objetivo.
El punto central para analizar este sistema nos viene dado en la propia definición de hockey como juego competitivo o de enfrentamiento entre dos equipos para conseguir un mismo objetivo, de forma que la bola y, concretamente su posesión, establece una dinámica de fuerzas opuestas y de comportamientos diferencia.
El ataque y la defensa
Lógicamente, la estrategia a desarrollar en un momento dado del juego por cada uno de los equipos, cuando solo se dispone de una bola, no puede ser la misma porque las oportunidades para lograr el objetivo son diferentes para cada uno.
Ambos buscan la consecución del gol, pero solo si el equipo en posesión de la bola puede conseguirlo. Por eso, el objetivo prioritario pasa por lograr la posesión de ambos y la posesión de la bola y el esfuerzo de ambos equipos se orienta a la conservación de su posesión o a la recuperación.
En el juego, los conceptos de ataque y defensa de dan de forma simultanea: mientras un equipo ataca, el equipo adversario defiende. Pero en el trabajo de cada equipo las fases de ataque y defensa se suceden de forma consecutiva.
El equipo que desarrolla su juego de ataque pasa automáticamente a defender en el mismo instante que se produce la pérdida de posesión de la bola.
Esta alternancia provoca una fase intermedia de transición, en la que se ajustan en un tiempo tan breve como sea posible los mecanismos y la mentalidad de los jugadores para orientar el trabajo hacia el ataque o la defensa, según corresponda.
Los principios en el trabajo de ataque y defensa fueron descritos por C. Bayer de una forma sencilla y clara:
La cooperación y la oposición
La cooperación y la oposición
El juego colectivo, tanto de ataque como de defensa, define un sistema de relación entre los jugadores del mismo equipo.
Esta relación, en la que cada jugador interpreta los gestos y movimientos de sus compañeros, define la capacidad de cooperación o de "comunicación motriz", término empleado por P. Parlebas para definir la interacción entre los jugadores de un mismo equipo ante un objetivo común.
De forma simultanea, esta fuerza de cooperación se desarrolla frente a la fuerza de cooperación del equipo adversario, dando lugar a otra línea de fuerza de signo contrario, de oposición o de "contramunicación motriz" para definir la interacción entre los jugadores de un equipo con los del otro equipo, con el fin de neutralizar sus opciones.
Así pues, el juego se desarrolla según una doble dimensión; por un lado en la relación ataque-defensa que define las relaciones en relación con el objetivo; y por otro lado, en la relación cooperación-oposición, que marca la relación de comunicación de cada jugador con el resto de sus compañeros y con los adversarios.
Los elementos fundamentales:
El espacio, la comunicación y el jugador
Los elementos fundamentales que se van a trabajar serán aquellos dominios que lleven al equipo a aplicar la estrategia en el juego de ataque y defensa para conseguir la superioridad ante el equipo contrario.
En este sentido, el hockey depende de tres elementos:
El espacio y su numeración.
La comunicación.
El jugador y su comportamiento técnico-táctico.
El espacio y su utilización
El espacio es un elemento fundamental en el juego de equipo. De un espacio reglamentado, fijo y compartido por todos los jugadores, cada uno moldea la superficie según su trabajo de ataque y defensa.
El juego de ataque debe proporcionar suficientes oportunidades para jugar la bola. Para eso, interesa aprovechar el máximo espacio de terreno, creando espacios libres en zonas favorables y ocupándolos posteriormente.
Jugar el ataque en grandes espacios supone aprovechar zonas desprotegidas, pero también aumentar la distancia que mantienen entre sí los jugadores del equipo defensor, evitando sus posibles ayudas.
En el juego de la defensa, el tratamiento del espacio está orientado a dificultar las acciones del equipo atacante. Al contrario de lo que ocurre en el ataque, el equipo defensor debe reducir el espacio de maniobra del atacante.
La defensa marca prioridades en el trabajo de diferentes zonas en función de la peligrosidad, y así el control de las zonas próximas a portería son importantísimas. La defensa también persigue una mayor proximidad entre los jugadores para achicar pasillos de pase o para estar disponibles en ayudas al jugador implicado directamente en la jugada.
La comunicación
Por comunicación entendemos la capacidad de intervenir en conexión con los jugadores que participan en el juego, tanto compañeros como adversarios. Como anteriormente se apuntaba cabe diferenciar dos formas diferentes de relacionarse: con los compañeros, cooperación, y con los adversarios, oposición. La consideración de ambas es imprescindible en el juego.
La calidad de la comunicación entre los miembros de un equipo depende de la capacidad de interpretar de la misma manera los principios y conceptos de ataque y defensa y de considerar en ella la capacidad de oposición en el comportamiento del contrario.
Un indicador de la calidad en la comunicación de un equipo es el ritmo y continuidad de juego. En la medida en que el jugador pueda decodificar las señales de los compañeros, las acciones serán más rápidas y más continuadas. En cada una de las situaciones que se van presentando, el jugador sabe donde colocarse y como actuar para que el equipo acumule el máximo potencial de ataque y defensa.
La comunicación en el juego de ataque parte de la relación entre el jugador en posesión de la bola con cada uno de sus compañeros, para llegar a dominar posteriormente relaciones entre todos los jugadores y no solo con el poseedor de la bola.
Desde el punto de vista defensivo, la comunicación se orienta a la colaboración con el jugador implicado directamente en la acción y a coordinar las acciones individuales para crear un entramado sólido que permita recuperar la posesión de la bola.
El jugador y su comportamiento teórico-táctico
Hay numerosas ocasiones en el juego que se deciden por medio de acciones individuales, es el caso de un lanzamiento que se traduce en gol o la acción de parada de un portero que lo evita. Estas acciones y muchas otras muestran a lo largo de un encuentro la calidad de un jugador, pero tanto el lanzamiento como la parada son acciones que resultan de un trabajo previo más o menos afortunado del equipo, luego el juego se traduce en acciones colectivas, en las que cada jugador interviene de una forma muy continuada.
El trabajo individual se dirige a desarrollar al máximo las posibilidades para dar una respuesta en cualquier situación de juego. Como en cada situación de juego hay que tener en cuenta no solo a la bola y el espacio próximo, sino también a los compañeros y los adversarios que se mueven por otras zonas del terreno, jugar supone intervenir en el contexto de juego y en el seno de un equipo.
El jugador de hockey debe desarrollar sus capacidades físicas, volitivas, socio afectivas como en cualquier otro deporte, y sus capacidades técnico-tácticas como aspectos específicos que condicionan de forma directa la participación en el juego de hockey y, sobre todo su aprendizaje.
Para situar el componente técnico y táctico de la acción individual nos interesa recurrir a lo que hace bastantes años expuso F. Mahlo en el análisis de la acción individual, que transcurre desde que el jugador toma conciencia de la situación en que se encuentra hasta que actúa en ella.
Atendiendo a sus planteamientos exponemos en el esquema del gráfico 11 una visión integradora de los aspectos técnicos y tácticos que refleja la importancia compartida por ambos componentes en el resultado de la acción individual.
La excesiva importancia que se ha concedido al componente técnico de la acción individual ha formulado todo tipo de planteamientos metodológicos eficientistas en busca de conseguir automatismos en las respuestas al juego. Sin embargo, el hockey no presenta situaciones estereotipadas que precisen respuestas automatizadas. El juego, por el contrario, es cambiante, aunque la situaciones sean similares, y esto exige al jugador mecanismos más complejos en la adaptación de sus respuestas.
En el gráfico puede observarse como la solución motriz, la habilidad técnica que se observa en la ejecución de una acción determinada, es el resultado de todo un proceso mental. El jugador que interviene en el juego no solo ejecuta, sino que también piensa y decide.
Lo primero que se tiene que activar es el mecanismo perceptivo para reconocer la naturaleza de una situación de juego dada,
Seleccionando la información más importante; posteriormente tendrá lugar el análisis de la situación en función de la generalización de experiencias más o menos similares que facilitarán la toma de decisión y búsqueda de una solución mental; y, finalmente, el mecanismo de ejecución toma su lugar para dar una respuesta motriz por medio de una habilidad específica de hockey.
La importancia del componente técnico no está justificada per se, sino como un eficaz instrumental en la acción individual. Por eso hablamos del comportamiento técnico-táctico del jugador, intentando recoger una formula integrada en el contexto del juego y de sus principios. En este sentido nos referiremos a las diferentes acciones individuales que tienen significado por y para el equipo y que conectan con los principios de ataque y de defensa.
En lo que se refiere al comportamiento en ataque, los principios del juego se aplican, se hacen operativos, mediante las diferentes acciones individuales, diferenciando las que corresponden al jugador en posesión de la bola, como lanzamientos, regates, pases, desplazamientos, etc. y las del resto de sus compañeros, como los lanzamientos para facilitar la recepción de la bola o las maniobras del jugador para distraer o atraer a un contrario. Al hablar del comportamiento en defensa debemos diferenciar el comportamiento del defensor, que se opone al jugador atacante con bolas mediante acciones que le llevan a recuperar la bola o a dificultar su avance.
Reglas de juego y contexto escolar
Justificación de la regla
Desde los primeros juegos infantiles, los niños necesitan la presencia de la regla, unas veces aplican las que conocen, otras veces las modifican a su gusto o a sus posibilidades y, si no las conocen son capaces de inventarlas. La regla es la que marca el límite entre lo que es juego y el resto de actividades cotidianas.
El deporte justifica por el uso de la regla la dramatización, la expresión, la diversión, la caracterización de todos los participantes en papeles y acciones que, fuera del juego, podrían tener un sentido ridículo.
El reglamento como conjunto de las reglas del juego hace, además, que el juego tal y como se quiere que sea. A simple vista puede parecer un apéndice en el desarrollo del juego que incide fundamentalmente en el respeto a la conducta deportiva, pero profundizando un poco más, podemos apreciar como condiciona al resto de los componentes de juego.
La preparación del aspecto físico y aspecto táctico del hockey sirven a los mismos principios que el fútbol, balonmano o baloncesto, pero su aplicación obliga a considerar el aspecto técnico, que no es otra cosa que la adaptación de la motricidad del jugador al uso del stick para cualquier intervención en el juego. Aquí se aprecia la incidencia de un aspecto reglamentario, el material, en el aspecto técnico que, ajustado a otros elementos reglamentarios como el terreno de juego y la duración del partido, condiciona a su vez la estrategia y la exigencia en las prestaciones físicas.
Como ejemplo podríamos apuntar la influencia del cambio de la superficie de hierba natural por la hierba sintética (más rápida y uniforme), lo que provocó la aparición de nuevas técnicas, nuevas estrategias y diferentes métodos en la preparación física.
La regla define la capacidad de intervención, lo que se puede o no se puede hacer.
El alcance de la regla nos lleva a reconocer su función reguladora en relación con los elementos, los comportamientos y la mecánica del juego; todo está controlado para asegurar la continuidad del juego y, si cabe, potenciar la espectacularidad. Pero además, tiene un papel compensatorio ante las ventajas que aparecen sobre un aspecto concreto. Por poner un ejemplo, la jugada del penalty córner está continuamente evolucionando y es el reglamento el que ajusta los elementos necesarios en el ataque o en la defensa para que responda a su verdadero significado en el juego global.
La adaptación de la regla
De la misma manera que adaptamos la competición para un equipo de principiantes, sea cual sea su edad, también tenemos que modificar las reglas del juego que derivan de la propia adaptación y buscar una interpretación de las mismas que interese a nuestros niveles de iniciación.
Aunque se explicará más adelante, interesa apuntar las ventajas y posibilidades de aprendizaje que resultan no solo de reglas adaptadas, sino de la adaptación progresiva de las diferentes reglas de juego.
Por una parte, usar un reglamento adaptado significa que, del reglamento definitivo, se seleccionan para su conocimiento y aplicación las reglas más sencillas, aquellas que permiten comprender la competición desde el primer día. Quedan al margen todas las que supongan un trabajo especializado, que precisen un alto nivel de exigencia técnica o que puedan resultar relativamente peligrosas, porque no están justificadas en los principiantes. El reglamento adaptado supone una adaptación cuantitativa de la regla para facilitar el aprendizaje del juego.
Por ejemplo, en nuestra primera etapa se propone un hockey 3:3 sin considerar zonas determinadas de lanzamiento, el penalty córner, el puesto de portero o la técnica de golpeo.
Por otro lado, se puede hablar de la adaptación de la regla. Esto significa que su aplicación tiene diferente nivel de exigencia, normalmente acorde al nivel de dominio técnico. Una misma regla puede aparecer en juegos de distinto nivel, pero su aplicación en un caso es más flexible que el otro. Esta flexibilidad puede facilitar la continuidad en el juego de los principiantes, dando menor trascendencia a las interrupciones motivadas por falta de técnica. En este caso nos referimos a una adaptación cualitativa.
En las primeras sesiones de aprendizaje, indicamos a los jugadores el uso correcto del stick con la cara plana. Sin embargo si la bola le da en el pie o al realizar una recepción se eleva un poco la bola, permitimos que el juego continúe.
También podemos adaptar el reglamento desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo dentro de un mismo nivel de juego, en función del progreso de los jugadores. Partiendo de unas reglas básicas y suficientes para comenzar a jugar, en la medida que se vayan dominando, van introduciéndose nuevas reglas o nuevas condiciones en la práctica, que suponen retos importantes en el aprendizaje, y a la vez se va incrementando el nivel de exigencia en el cumplimiento de cada una.
En el último nivel de nuestra propuesta, se da por un lado una normativa más completa en la mecánica del juego (conocimiento de la forma de sacar en cada caso) y se exige un mayor nivel en el correcto uso del stick (consideración de las infracciones).
Un recurso didáctico
En relación con la regla, cabe hablar del interés en la enseñanza o el entrenamiento. Las reglas propias de la competición pueden ser modificadas en todos o en alguno de los elementos y el resultado puede ser interesante y muy eficaz. En estas circunstancias la regla deja de ser contenido de aprendizaje deportivo, para pasar a ser un recurso didáctico que provoque adaptaciones en el comportamiento del jugador. Un jugador que es capaz de conseguir el objetivo, de diferente naturaleza, en condiciones no tan rígidas como en la competición definitiva, a buen seguro aumentará la capacidad de respuesta y desarrollará un alto índice de creatividad, nada despreciable en el juego deportivo.
Se puede utilizar un móvil de diferentes características, como cajas, sacos de arena, pelotas ligeras, etc. el material de unihoc, sticks de hockey de plástico con ambas caras planas, puede representar desde el punto de vista formativo un primer paso y un paso sencillo para aplicar el concepto global de juego desarrollando las bases de habilidad individual, aunque desde el punto de vista puramente técnico se aleje de los gestos específicos.
Finalmente, la regla juega un papel fundamental en la formación de actitudes. Cuando los escolares asuman las diferentes normas en cada juego y sean capaces de encontrar su significado, comprenderán los juegos adaptados con objetivos variados, comprenderán la progresión en esfuerzo y exigencias, pero entenderán que en cada juego y en cada actividad prevalecerá el mismo tipo de conducta, la conducta deportiva.
La disciplina en el juego y en el respeto a las normas establecidas es la base del comportamiento deportivo. La regla aparece para que todos jueguen con idénticas oportunidades y para estimular desde el juego una forma de conducta social positiva.
El análisis del aprendizaje de cualquier deporte nos lleva con cierta frecuencia a destacar una serie de componentes que se orientan al dominio de la práctica del juego. Aspectos fundamentales y específicos para cada modalidad que conforman el entrenamiento o la enseñanza. Sin embargo, hablar de deporte significa también una filosofía en el pensar y actuar a través del mismo juego. No se trata de aprender un determinado juego, sino también de aprender a hacer deporte.
Esta filosofía refleja a través del modelo deportivo, un comportamiento, una actitud que integra valores personales y sociales y que justifica la práctica deportiva como una actividad a tener muy en cuenta desde el punto de vista formativo. Siendo importante a cualquier edad y en cualquier circunstancia, ha sido considerada absolutamente necesaria en los centros escolares; de ahí que la práctica deportiva haya llegado a incrementar su horario en el sistema educativo.
Y ahora que todo juega a favor del desarrollo de la práctica deportiva, con una iniciación más temprana y mayor número de profesionales del deporte y titulaciones deportivas, asistimos en foros especializados a debates en los que se cuestionan los valores del deporte en la práctica escolar y extraescolar.
Analizar el estado de la cuestión nos lleva al último Congreso del Deporte Escolar, celebrado en Madrid (6-9 de octubre de 1994), donde psicólogos, pedagogos y los mismos licenciados en educación física alertaron a los docentes y técnicos del desajuste que venía produciéndose entre los efectos deseados en el aprendizaje deportivo y los que se conseguían realmente en los escolares.
Una práctica más educativa y menos competitiva
El planteamiento más crítico se basa en que la práctica deportiva como tal está derivando en el deporte de alto rendimiento, tanto en sus métodos de trabajo como en sus objetivos. Al desarrollar un trabajo unidireccional, buscando el efecto de la práctica en el rendimiento, se menosprecian los efectos de las otras orientaciones de la práctica.
Cuando la iniciación tiene lugar en edades cada vez más tempranas, el hecho de descuidar los efectos recreativos, los educativos y los referentes a la salud no puede estar justificado ni en el colegio ni fuera de él, ya sea en la práctica de club o en la práctica extraescolar.
Con estas consideraciones no es de extrañar que se reclame para los niños y niñas en edad escolar una práctica más educativa y menos competitiva. La búsqueda de soluciones ha llegado a plantear, incluso, actividades alternativas a los deportes y especialmente a los deportes colectivos. En mi opinión, la solución no debe pasar por erradicar la práctica de deportes de competición, sino desarrollar más sus efectos educativos y recreativos.
La alternativa que puede frenar en mayor medida la desviación excesiva en un trabajo unilateral, y que puede asegurar la participación de todos los efectos que buscamos en el deporte, puede venir de la mano del deporte recreativo.
Nuestra propuesta de hockey recreativo tiene como meta la aproximación hacia esos valores inherentes a la práctica deportiva o, en su caso, a reconducir ciertas desviaciones en las actitudes del jugador consigo mismo o con los compañeros de juego. Nuestro planteamiento toma en consideración los requisitos, condiciones o prioridades que recogemos en los siguientes apartados.
Un juego para todos
Todos los estudios dirigidos a la captación de talentos se apoyan en una serie de parámetros, según la especialidad deportiva, que permiten identificar los jugadores que potencialmente pueden llegar a un alto nivel de rendimiento. Este aspecto, propio de un trabajo totalmente especializado con un grupo selecto de niños en edades tempranas, es que paradójicamente decide en la mayoría de los casos la metodología de la enseñanza o aprendizaje deportivo.
El profesor F. Sánchez Bañuelos, en relación con la didáctica deportiva, indica uno de los tópicos que hay que desechar:
"Los docentes y técnicos plantean su actividad como si en cada niño hubiera un campeón en potencia, mientras la realidad ofrece datos muy distintos. Solo el 1% de los niños que se inician en un deporte llegan a entrar en el deporte de más alto nivel."
Una cifra realmente impactante que obliga a tomar otra filosofía en la enseñanza de la actividad deportiva en edad escolar.
Cuando las cualidades y el potencial del 1% sean advertidas, otras instancias federativas deben tomar la responsabilidad en su formación deportiva.
Con esta filosofía, la práctica recreativa supone un paso fundamental en el derecho a la igualdad de oportunidades entre los mejor dotados y los que cuentan con menos posibilidades.
Un juego apto para todos genera en los niños y niñas una actividad de respeto a las diferencias individuales y asegura un mayor compromiso en la participación individual.
Un juego para ocupar el tiempo de ocio
El hockey recreativo puede ser una alternativa interesante para ocupar el tiempo de ocio.
Desde luego el hockey competitivo, practicado en canchas reglamentarias, con un número abultado de jugadores y con unas reglas bastante complejas en cuanto a exigencias técnicas y factores de organización del juego, difícilmente puede plantearse para que un grupo se inicie en cualquier ambiente y edad.
El hockey recreativo, con la adaptación y flexibilidad en el cumplimiento de las normas y la posibilidad de conjuntar en pocas sesiones a un número reducido para un juego sencillo, puede ofrecer un momento de diversión a cualquier grupo que disponga de una superficie más o menos amplia.
Como la mayor motivación es el juego, hay un doble efecto: en primer lugar, los participantes se divierten en su tiempo libre con la actividad que voluntariamente han elegido y, en segundo lugar, si ha sido una experiencia agradable no dudarán en intentarlo de nuevo en su condición de jóvenes o adultos para compensar el estrés de la jornada laboral.
La práctica del hockey de equipos veteranos es un claro ejemplo de como transformar la práctica competitiva en práctica recreativa, incluso en la competición federada, con el fin de ocupar el tiempo de ocio y mantener el contacto con la actividad física y las relaciones que proporciona. Otro ejemplo de práctica recreativa nos la ofrecen los torneos de hockey 7:7, mixtos, con los que los jugadores federados suelen poner fin a la temporada.
En la práctica recreativa está presente el objetivo esencial de cualquier deporte, se juega por jugar, lo que permite que la práctica pueda proyectarse fuera del colegio, en un grupo de amigos, y bajo una organización sencilla que facilita todo tipo de iniciativas a los mismos escolares.
Un juego de competición
La práctica recreativa extraescolar parece el entorno ideal para retomar los valores educativos del deporte porque la victoria y la derrota, siendo importantes, tienen un valor más subjetivo y no llegan a constituir el único fin de la práctica. Siempre se ha observado la importancia de saber perder, y tan necesario o más es crear en los niños y niñas una actitud positiva hacia la victoria, para saber ganar.
Sin embargo, entrenadores y entrenadoras siempre serán decisivos en el planteamiento de una metodología que potencie esos valores.
El mayor desgaste de la práctica deportiva se debe a la valoración de su alto componente competitivo. Es lógico en cierto modo que, fruto de una sociedad que esgrime la competitividad como estandarte nacional y social, el deporte pueda llegar a aplicar en el ámbito profesional ese mismo elemento de supervivencia. Así, el resultado de la competición condiciona la permanencia de los técnicos, la convocatoria de los jugadores, y la compensación del gasto presupuestado, y la consecución de títulos.
En edades escolares no se dan estos condicionantes y, sin embargo, los jugadores pueden verse sometidos a un nivel de ansiedad similar para conseguir la victoria. Y, paradójicamente, los profesionales de la educación física sabemos el significado del juego y de la competición.
Si el deporte es juego y permite manifestar de forma más espontánea los comportamientos socio afectivos en una actividad gratificante en sí misma…si la competición como concepto es propia del deporte, también del deporte colectivo y, significa la posibilidad de compararse, valorar los recursos propios frente al tiempo, al espacio o a los adversarios… y si además, en los deportes colectivos de oposición, la competición es necesaria en tanto que enfrentamiento entre dos equipos, porque uno necesita superar al adversario para la consecución del objetivo… la competición es necesaria.
Competir desde una práctica recreativa
La competición lleva consigo el esfuerzo, la ambición, afán de superación o conocimiento de las propias posibilidades y limitaciones. Si esto es así, a nuestro entender los valores educativos de la competición deberían de enfatizarse a través de la práctica deportiva, también en la práctica recreativa.
Lo que ocurre con frecuencia es que se confunde la competición con las fórmulas que, justificando el enfrentamiento en juego, lo que desarrollan es ganar al precio que sea faltando al respeto de las normas más elementales. El deseo de machacar y humillar al contrario queda así justificado.
La necesidad de ganar moldea la formación de los jóvenes jugadores y les hace perder objetividad, mostrándoles vulnerables ante cualquier decisión del árbitro o ante la actuación de sus propios compañeros cuando las cosas no salen como se desea. Incluso en el seno del equipo, este enfoque de la competición crea una situación en la que cada jugador trabaja más para ser el mejor que para ser un buen jugador en el equipo.
En la práctica recreativa, donde no es importante la clasificación ni la acumulación de puntos, es posible que la organización y composición de los equipos se establezca para conseguir un nivel parejo que haga el juego más estimulante.
Los niños y niñas aprenden a valorar más el esfuerzo y la tensión de la propia competición que el resultado aplastante frente al otro equipo, a favor o en contra. Modificar la idea de competición en el deporte es función de los técnicos, pero también de los padres, de los medios de comunicación y, en fin, de la sociedad, responsables de transmitir valores éticos y humanos.
Un juego de cooperación
En este tipo de práctica nadie tiene que destacar o ganarse el puesto con acciones individuales brillantes; por esto es más fácil renunciar a ellas en favor del juego colectivo. Se crea, pues, una dinámica en la que cada cual asume su papel dentro del grupo e intenta responsabilizarse de su función.
Es preciso hacer frente a posiciones excesivamente radicales que buscan los juegos cooperativos como alternativa educativa de los deportes colectivos para reconducir las actitudes insolidarias y egoístas que surgen del enfrentamiento con los otros. Terry orlick ofrece en su obra muchos juegos basados en la cooperación y no en la competición, juegos donde no existen perdedores. Pero, ¿es que los deportes colectivos no son verdaderos juegos de cooperación?
Deportes colectivos: competición y cooperación
Ciertamente, el deporte colectivo de competición concluye con la victoria y la derrota y este aspecto, como apuntábamos antes, es muy positivo siempre que los jugadores sepan asumir una y otra, pues teniendo en cuenta que también la vida se desarrolla entre triunfos y fracasos, el juego debe ser la fórmula ideal de aprendizaje no traumático de estas experiencias.
Pero además, el deporte colectivo es evidentemente un deporte de cooperación porque representa la simbiosis entre el jugador y el equipo. Cada jugador aprende a comunicarse con sus compañeros, a interpretar el juego de la misma forma e identificarse con el equipo para conseguir un objetivo común.
Como un simple ejemplo se pueden recordar estrategias básicas como la presión defensiva, el contraataque o el pase, en las que cada uno es decisivo en la acción colectiva. Solo la cohesión del equipo y la voluntad colectiva pueden dar significado al juego.
Así pues, si importantes son los juegos cooperativos para el desarrollo de una serie de actitudes, interesantes son también los deportes colectivos de competición, que reúnen a su vez el factor cooperación, entre los compañeros, y el factor oposición, como una dificultad en la cooperación para la consecución del objetivo.
Un juego de autocontrol
El carácter recreativo de la práctica permite que el hockey sea una actividad que desarrolle en los jugadores la capacidad de autocontrol tanto en sus propios movimientos deportivos como a la hora de asumir las diferentes normas del juego.
El uso de un material auxiliar debe llevar al jugador a considerar el posible riesgo en los contactos con el stick o con la bola. Al principio de la práctica los golpes suelen ser fruto de movimientos incontrolados que pueden ser evitados desde el mismo planteamiento de las situaciones o actividades del entrenamiento. Por eso es preciso que desde los inicios del aprendizaje se ponga una especial atención en la seguridad del juego y el uso correcto del stick. En muchas ocasiones el material o determinados gestos (el golpeo de la bola) pueden ser interpretados como signos de agresividad. El hockey es definido por muchos observadores como un deporte de mucha agresividad e incluso como deporte violento.
Una vez más hay que decir que el deporte no genera agresividad; el hockey, como otras prácticas deportivas, lejos de incrementarla, permite canalizar el exceso de agresividad hacia acciones totalmente controladas bajo las normas de juego y de disciplina deportiva. Pero aún cabe una consideración más: en el juego de hockey no se permite el contacto entre los jugadores, un contacto que hace más difícil que en otras disciplinas por tener que sostener el stick entre ambas manos.
El respeto a las reglas
Otro aspecto importante que define la práctica deportiva y muy especialmente la práctica recreativa es el respeto a la regla. En ausencia de un árbitro, los jugadores suelen ser bastante más estrictos en el cumplimiento de las reglas que establecieron previamente, nunca permitirían la zancadilla a un jugador para evitar su avance a portería, ni darían validez a un gol marcado de forma antirreglamentaria. Sirvan de ejemplo estas situaciones que, sin embargo, se dan con mayor frecuencia en la competición federada, donde lo que impera es el resultado y donde la habilidad para engañar al árbitro podría ser justificada.
El mero hecho de asumir las reglas del juego lleva al niño o niña a tomar una actitud en relación con el uso del material, a respetar la seguridad propia y la de los compañeros de juego, a mantener en todo momento una conducta "deportiva" y a incorporar el concepto de juego limpio. Y lo que es casi más importante, se aprende el significado y la importancia de la regla en cualquier tipo de actividad y no solo en el deporte.
Podemos concluir que la práctica deportiva con un fuerte carácter recreativo refuerza los valores propios de la competición desde su objetivo prioritario, la diversión, y reconduce los aspectos descuidados en las primeras etapas de aprendizaje.
Ello nos conduce a presentar un juego de hockey con componentes tan atractivos como los que se indican en el gráfico 17.
Gráfico. Esquema de los atractivos del hockey recreativo.
La enseñanza del hockey, las 3 etapas de aprendizaje
PRIMERA ETAPA: FAMILIARIZACIÓN
OBJETIVOS, CONTENIDOS Y ACTIVIDADES
Los objetivos prioritarios se establecerán a favor del juego individual como paso hacia el juego colectivo. El jugador debe llegar a sentirse cómodo jugando de la forma más sencilla, debe desplazarse por el campo y prestar un mínimo de atención a lo que sucede en el entorno. Todo ello llevará a mantener un alto nivel de motivación por la práctica en el juego de equipo.
Los contenidos serán en esta etapa muy sencillos; solo se exigirá la aplicación de los principios, conceptos y acciones imprescindibles para participar en el juego. Pretendemos dotarles de los recursos técnicos, tácticos y reglamentarios para saber desenvolverse cuando su equipo ataca y cuando defiende. Puede parecer una tontería, pero conseguir en esta etapa que el jugador se sepa atacante o defensor en relación con la posesión o no de la bola por su equipo, y no según la zona en que se juegue, es un logro importante. En relación a las acciones individuales, se busca prioritariamente su resultado en el juego, lo que posteriormente llevará a mejorar aspectos más concretos de la acción.
Las actividades se orientarán a favorecer en la medida de lo posible la participación individual, fundamentalmente con implicación en el juego de la bola. Situaciones que se desarrollen con pocos participantes pueden ser de gran interés porque sirven para mejorar tanto las respuestas técnicas con bola como la compenetración con otros jugadores. Como interesa que desde el principio los jugadores sean capaces de desarrollar su visión de juego, las actividades aplicarán un nivel de presión que facilite tanto los mecanismos perceptivos como los de ejecución. Y aunque se busquen acciones globales, se precisará también de cierto tiempo para el trabajo analítico en la mejora de las respuestas que se propongan.
Las reglas incidirán básicamente en el uso correcto del stick y la bola, vigilando el juego peligroso.
En la mayoría de los deportes colectivos, la enseñanza parte del propio juego. Los futuros jugadores se enfrentan en la primera sesión al juego total. Esta primera experiencia suele representar el test inicial, el nivel de partida que permitirá al técnico marcar prioridades en el trabajo con sus jugadores.
En el caso del hockey, la situación inicial de juego total, tiene más inconvenientes que ventajas. El control y protección de la bola con el stick ante la presencia de contrarios no es comparable a la acción de protección del balón en baloncesto o en balonmano, o incluso en fútbol.
Se habla de jugador en posesión de la bola y, realmente, en el hockey la bola puede ser disputada por el contrario en todo momento. Estas dificultades para mantener la posesión facilitan la aproximación de jugadores contrarios.
Y como la bola se juega a ras de suelo, el jugador o la jugadora con bola se concentra en su situación y no en los movimientos de otros jugadores, por lo que en breves instantes encuentra bloqueadas las posibles salidas de la bola.
Esta aglomeración en torno a la bola y la dificultad para jugarla, hacen que el juego se mantenga retenido en una zona reducida del campo, sin que ningún equipo tenga opción de buscar el lanzamiento a portería.
Llevar a cabo esta experiencia puede dar una idea muy clara a los chicos y a los técnicos de la necesidad de aprender y trabajar los diferentes componentes del juego, y en este sentido sería positiva. Pero en la situación que hemos descrito, con la bola en el centro, basta imaginar a cada chico con su stick intentando recuperar la posesión o lanzándola a zonas más alejadas y podremos anticipar acciones de cierto riesgo, golpes fortuitos, pero golpes en definitiva.
Por eso, en la primera etapa, proponemos una fase de familiarización con los elementos que nos permite, además de la aproximación al juego, acentuar la necesidad de controlar los movimientos del stick para evitar acciones peligrosas.
CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS
Para completar la enseñanza de esta etapa podríamos resumir las observaciones que nos parecen de mayor interés en las siguientes consideraciones metodológicas:
Por ser una etapa de familiarización, tendrá mayor peso la enseñanza globalizada, tanto a nivel de acciones técnicas como de conceptos tácticos.
Buscaremos que diferencien las situaciones de ataque y defensa como desencadenante de sus acciones.
En el juego individual daremos los recursos suficientes para participar en el enfrentamiento individual y en el enfrentamiento de equipo. Cada acción irá definida por una idea global con dos o tres aspectos clave, nunca el gesto técnico, y en ella se buscarán variantes en función del espacio (pasar a uno y a otro lado ).
Como se persigue el desarrollo de los mecanismos perceptivos, desde el principio se facilitaran las acciones del jugador con bola para que pueda levantar la mirada.
En esta primera etapa se acentuarán las actividades con un número reducido de participantes para que entren en contacto con la bola muchas veces. El espacio de juego será amplio para evitar interrupciones y disponer de suficiente tiempo para dar las respuestas. La oposición facilitará en inferioridad numérica, sobre todo al principio, el juego colectivo hasta que los jugadores reconozcan las ventajas de los apoyos.
Se insistirá en la responsabilidad individual, especialmente en defensa, que es un trabajo menos atractivo, de forma que cada jugador sepa que tiene que hacer algo.
El técnico tendrá que tener mucha paciencia con los errores de apreciación o decisión que puedan surgir en los procedimientos que llevan a cabo los jugadores. Intentará facilitarle posteriormente una respuesta mejor, pero seguirá reforzando su actitud en la búsqueda de posibles soluciones.
SEGUNDA ETAPA: DESARROLLO
OBJETIVOS, CONTENIDOS Y ACTIVIDADES
Esta etapa se caracteriza por afianzar los aprendizajes adquiridos en la etapa anterior y entrar en contacto con otros aprendizajes un poco más complejos.
Los objetivos se centran en el desarrollo de un juego colectivo. Las relaciones con el resto de los compañeros no se establecen en función de la bola, sino también en función del espacio y de los adversarios. Aprender a el juego en cada situación y adaptar una respuesta necesita el desarrollo del juego colectivo, una compenetración marcada por la dependencia de los compañeros y a los adversarios.
El jugador se verá obligado a considerar la colocación de sus compañeros y en cada uno verá una posibilidad de juego de mayor o menor eficacia. Por tanto, estará obligado a recoger mayor información y a seleccionar una respuesta entre varias.
Los contenidos , lógicamente, introducirán un nivel de calidad superior en la ejecución de las diferentes acciones individuales, una variabilidad en la forma de aplicarlas y una conexión directa con la forma de actuar de los compañeros.
Nos trasladamos desde las acciones globales del juego que trabajamos en la etapa anterior a la asimilación de técnicas específicas que posibilitan un abanico enorme de soluciones al juego.
El acento en lo colectivo sugiere un paso forzado hacia la especificidad. La relación que se establece entre todos los jugadores del equipo fuerza una distribución en el espacio más equilibrada, donde cada uno sabe esperar el momento más importante de su intervención. Se dan por igual apoyos directos al jugador con bola, si es atacante, o al defensor que la intenta recuperar.
Como actividades propias de esta etapa surgirán múltiples juegos colectivos que busquen el encadenamiento de las acciones implicadas y que estimulen la colaboración entre los jugadores del equipo.
El desarrollo de la capacidad estratégica pasa por trabajar igualmente los mecanismos de percepción y análisis de la situación de juego.
Las reglas que inciden en el uso del stick y de la bola pueden ser un poco más estrictas siempre que permitan desarrollar el juego con cierta continuidad, pero se vigilará con una atención preferencial la conducta deportiva con los compañeros de juego. La introducción de reglas especiales en los comportamientos, de forma que exijan en cada actividad adaptar las respuestas debe de ser tenida muy en cuenta.
CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS
Desde el punto de vista metodológico incidiremos en los siguientes puntos:
Con apoyo en las experiencias anteriores, se fuerza un trabajo más analítico para conseguir gestos más eficaces, provocando adaptaciones al adversario o al mayor o menor espacio disponible. Posibilidades de explotar el lado débil. Todo para provocar nuevas respuestas.
Queremos que sean capaces de analizar la situación de juego, por lo que no se ejercerá mucha presión sobre el jugador con bola (que no se acerque el defensor a menos de dos metros) y se trabajará con referencias a mayor distancia.
La compenetración colectiva tiene que ser desarrollada desde formas globales, en las que lo más importante se ala actitud de ayudar; luego se analizarán movimientos más específicos. Muchas actividades en grupos de dos o tres jugadores permiten conocer las trayectorias de pase o la colocación adecuada.
La transición de ataque defensa, o viceversa, tiene que desarrollarse como una acción colectiva inmediata localizando la zona , más interesante, sin perder de vista la bola.
Las actividades pueden tener mayor nivel de presión, y así se puede reducir el espacio hábil o el tiempo para actuar.
La organización escalonada sobre el terreno será fácil de asumir como fórmula que integra todos los movimientos de ayuda que han ido aprendiendo
TERCERA ETAPA: ESTRUCTURACIÓN
OBJETIVOS, CONTENIDOS Y ACTIVIDADES
Una disposición positiva por parte de los jugadores y jugadoras en las etapas anteriores tienen que llevarles en condiciones muy favorables a adquirir los últimos retoques en su aprendizaje. La compenetración con los compañeros les permitirá aproximarse a lo que entendemos como un sistema de juego. Este término, más allá de tener un significado espacial y magnético que sirve para situar los jugadores en el campo, permite hablar de la conjunción como equipo para actuar de una forma sincronizada.
Como objetivos podríamos plantear el aprovechamiento de los recursos individuales y colectivos en el uso del espacio, la capacidad para desarrollar un juego con un ritmo continuo, la interpretación conjunta de las sanciones de juego o la movilidad de los jugadores por las diferentes posiciones.
Cada jugador es parte del equipo y su acción debe desembocar en la respuesta más eficaz y no en una respuesta entre las posibles. Para esto no basta solo con observar y analizar, sino que es necesario seleccionar la solución que se corresponda.
Los contenidos suelen orientarse más hacia principios que a movimientos. Estos principios obligarán a incrementar considerablemente la velocidad de ejecución o la precisión de las acciones individuales para que puedan ser operativos.
Serán también contenidos importantes las situaciones de juego que se desarrollan a bola parada, de alto componente estratégico (penalti córner o saque de portería). Y en lo que se refiere al reglamento, el conocimiento de cómo proceder en estas situaciones, todo lo relacionado con la figura del portero y el ajuste de los restantes elementos, será indispensable para jugar.
Deben plantearse actividades que acerquen a los jugadores al nivel de experiencia competitiva, que provoquen respuestas rápidas en espacios más o menos reducidos y juegos que refuercen el sentido de equipo y les obliguen a actuar según objetivos diferentes. Introducir situaciones que permitan disponer de ventaja o desventaja momentánea les ayudará a jugar también con el tiempo.
El último paso en el aprendizaje lleva invariablemente a la adaptación y ajuste de todos los elementos trabajados hasta ahora. El jugador se encontrará en condiciones de actuar con respuestas que se corresponden con los problemas reales de la práctica. Entiende el juego, comprende a los compañeros y decide dentro del equipo aspectos del funcionamiento en el campo.
CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS
Desde el punto de vista metodológico, el técnico:
Fomentará la búsqueda de soluciones dentro de una determinada posición, aplicando conceptos y procedimientos con actividades analíticas y otras más globales.
Facilitará, al principio con consignas, la alternancia entre los dispositivos defensivitos y ofensivos, modificando el ritmo de juego, pero sin perder la continuidad.
Provocará mayor presión competitiva en las actividades, llevando en ocasiones el trabajo en inferioridad numérica o limitando el tiempo para conseguir el objetivo.
Vigilará que todos pasen por los puestos para reconocer las posibilidades y limitaciones de cada uno, lo que ayuda a compenetrarse con los compañeros.
Fomentará el trabajo continuado e intenso como aspecto necesario del trabajo en equipo. La actitud del jugador que pida una sustitución como recuperación, para que pueda salir un compañero a realizar el esfuerzo que el ya no puede realizar, podría ser reforzada.
CAPITULO 3
Para el cumplimiento de los objetivos propuestos, utilizamos un grupo de métodos que nos posibilitaron conocer las deficiencias planteadas anteriormente y poder elaborar la propuesta para la solución del problema. Entre estos métodos se encuentran:
Métodos Teóricos: Son los que permiten obtener conocimientos sobre el tema de la investigación.
1- Análisis-Sintético.
2- Histórico- lógico.
3- Inductivo-Deductivo.
Análisis-Sintético.
Se empleó desde el propio seguimiento de la situación problémica y la confección de los instrumentos para resumir los aspectos más importantes de la bibliografía consultada vinculada con el problema tratado que incluye obras de los clásicos, así como documentos normativos del deporte y otras investigaciones relacionada con el objeto de estudio, incluyendo además los referidos a los diferentes puntos de vista sobre el proceso de dirección.
Histórico-Lógico.
Se utilizó para obtener información y confeccionar la propuesta para conocer el fenómeno que se estudia y sus antecedentes, tendencias actuales lo cual permite establecer las bases teóricas que sustentan la investigación.
Inductivo-Deductivo.
Se utilizó en toda la investigación y especialmente para la concepción de la propuesta y el análisis de los resultados.
Métodos Estadísticos
Análisis Porcentual.
Se aplicó en la interpretación de los datos de forma objetiva para analizarlos y tabularlos.
Métodos Empíricos: Son los que permiten recoger datos aplicando diferentes técnicas.
1- Encuesta Oral.
2- Criterio de Especialistas.
3- Análisis de Documentos.
Encuesta Oral.
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