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Sistema de acciones de autoevaluación de la Filial Universitaria Mártires de Chile


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Antecedentes y referentes teóricos del proceso de evaluación y autoevaluación
  4. Fundamentos filosóficos, psicológicos, pedagógicos y sociológicos que sustentan la propuesta
  5. Teorías sobre sistemas de acciones
  6. Análisis de los resultados del diagnóstico
  7. Evaluación de la viabilidad de la propuesta mediante su aplicación parcial
  8. Conclusiones
  9. Recomendaciones
  10. Bibliografía

Resumen

El tema que se propone parte de considerar la enorme importancia que tiene para cada Institución Educativa poseer las herramientas que le posibiliten la autoevaluación de los procesos sustantivos que en ella acontecen, lo cual le permitirá autorregular el proceso de dirección que en ella ocurre para proyectar el desarrollo institucional. El trabajo investigativo que se presenta es el resultado de un estudio realizado desde el curso escolar 2009-2010 en la Filial Universitaria "Mártires de Chile" y tiene como objetivo proponer un sistema de acciones de autoevaluación para contribuir al perfeccionamiento de los Planes de Tiempo de Guerra y de Contingencia de dicha Filial, en función del desarrollo institucional. La propuesta está sustentada en fundamentos filosóficos, pedagógicos, sociológicos y psicológicos. La metodología utilizada constituye una integración de métodos teóricos y empíricos, se sistematiza la información a partir de distintas concepciones y experiencias, se realiza el análisis de los resultados obtenidos por la aplicación de los diferentes métodos, se diseña el sistema de acciones que constituye la respuesta científica al problema planteado y el principal resultado de este trabajo y se valida mediante su aplicación parcial.

Introducción

El siglo XXI se presenta lleno de complejidades; la brecha entre los países ricos y pobres se hace cada vez mayor, se agudizan los problemas globales y aumentan los porcentajes de población que viven en extrema pobreza. Aparejado a ello, el vertiginoso desarrollo de la ciencia y la tecnología y las crecientes exigencias sociales, demandan de los países, el desarrollo de lo mejor de las potencialidades humanas, el crecimiento de la capacidad e inteligencia de hombres y mujeres, como la única vía para la sobrevivencia y el desarrollo sostenible. Se evidencia con marcado énfasis, que el progreso científico – técnico es la base del progreso material, humano y axiológico.

En estas circunstancias la situación de Cuba, caracterizada por el recrudecimiento del bloqueo, se presenta como difícil y compleja. El desafío que enfrenta el país es muy grande, porque lucha ante todo, por preservar las principales conquistas de una formación económica social que sitúa al hombre en el centro de todos sus procesos.

El Sistema Nacional de Educación no ha estado ajeno a las dificultades que en el orden material enfrenta el país y la ausencia de insumos necesarios ha afectado, sobre todo, al Subsistema de la Educación Técnica y Profesional (ETP), al Proceso Pedagógico para la Educación Técnica y Profesional que tiene lugar en estas Instituciones Educativas y al proceso de Universalización de la Educación Superior Pedagógica de la Universidad de Ciencias Pedagógicas "Héctor Alfredo Pineda Zaldívar" que tiene por base la escuela como Microuniversidad.

En este contexto, los procesos educativos que se desarrollan en la Filial Universitaria, de la citada Universidad, adquieren una singular trascendencia y un gran compromiso con implicaciones hacia el futuro.

Esta Institución Social, (Filial Universitaria), que está conformada por un sistema de procesos conscientes: el académico, el investigativo, el de extensión y el de dirección, a través de los cuales se garantiza la función de preservar, desarrollar y promover la cultura de la sociedad, fundamentalmente, mediante la formación de profesionales, en un contexto más estrecho que posibilita la masividad; no es más que la extensión de la Universidad a los territorios, lo cual responde a condiciones, posibilidades y necesidades objetivas, generadas por la sociedad, en un momento histórico determinado; esta Institución debe formar al profesorado capaz de asimilar con creatividad y dinamismo todos los impactos de los cambios que se reciben con singular fuerza producto del desarrollo acelerado de la ciencia y las tecnologías y que repercuten en la economía del país.

Lo anterior plantea nuevas y elevadas exigencias a las personas que dirigen los procesos educativos de la formación de esos profesionales, que deben convertirse en gestores de transformaciones y promotores de innovaciones pedagógicas, tecnológicas y de dirección, de forma tal, que los comprometan con la sociedad que los forma y a la cual contribuyen desde su propio desarrollo y extensión de la cultura que le ha antecedido. Los comprometa a hacer ciencia para la sociedad y desde la sociedad.

En este sentido, es de vital importancia que la Filial Universitaria sea capaz de desarrollar procesos de autoevaluación de sus potencialidades. "Un proceso pedagógico eficientemente dirigido implica procesos de evaluación y autoevaluación caracterizados, al menos, por su organización, objetividad, multilateralidad, capacidad de retroalimentación estimuladora, dirección hacia el perfeccionamiento constante, su dimensión ética, y su enfoque hacia el desarrollo personal"[1]. Lo cual corrobora la relevancia y pertinencia de desarrollar el proceso de autoevaluación institucional de la Filial Universitaria, de manera que se promueva la cultura autoevaluativa en función del desarrollo institucional.

Esta Institución Social requiere de un desarrollo institucional en ascenso, que se promueva a partir del cambio educativo, por lo que se asume la concepción concebida por el Departamento de Dirección Científica de la Universidad de Ciencias Pedagógicas "Héctor Alfredo Pineda Zaldívar", la cual plantea que para que una institución educativa se desarrolle, por su propia dinámica y la de su entorno, debe estar sometida a permanentes transformaciones, por tanto, la filosofía del cambio es la base en que se sustentan los tres pilares del Desarrollo Institucional, estos pilares son:

  • 1- El desarrollo de los recursos humanos.

  • 2- La dirección participativa.

  • 3- La autoevaluación institucional.

El análisis del tercer pilar da lugar a esta investigación, que parte de reconocer la filosofía del cambio. Conocer el estado actual de la institución y proyectar el estado deseado; este cambio debe ser planificado, previsto, participativo, en beneficio del desarrollo de la institución.

Luego de un diagnóstico preliminar que consistió en entrevistas a los directivos de la filial, se pudo determinar que la confección y seguimiento a los Planes de Tiempo de Guerra y de Contingencia, constituyen momentos marcados por desconocimiento y desinterés, lo cual no denota una evolución ascendente, en muchos casos no son caracterizadores de la institución. En el análisis que se efectúa para autoevaluar su concreción, existen discrepancias, que vienen dadas, entre otras razones, por la no existencia de una cultura autoevaluativa; por la tendencia a rechazar el proceso de autoevaluación de estos planes, por su poca implicación en otros procesos que acontecen, que se consideran de mayor relevancia en función del objeto social de la institución.

Todo lo anteriormente expuesto, permite constatar una situación real, caracterizada por la presencia de directivos insuficientemente preparados para llevar a cabo un proceso de autoevaluación de los Planes de Tiempo de Guerra y de Contingencia como profesionales de la educación. Por la consideración de las problemáticas expuestas se asume el siguiente problema científico: ¿cómo contribuir al perfeccionamiento del proceso de autoevaluación de los Planes de Tiempo de Guerra y de Contingencia en la Filial Universitaria "Mártires de Chile", en función del desarrollo institucional?

El objetivo de la investigación es proponer un sistema de acciones de autoevaluación para contribuir al perfeccionamiento del Plan de Tiempo de Guerra y de Contingencia de dicha Filial, en función del desarrollo institucional.

La investigación tiene como sustento filosófico la concepción marxista-leninista y su método general del conocimiento: el dialéctico-materialista. La aplicación del sistema de métodos seleccionados y su interrelación, se apoyan en esa concepción. Los métodos del nivel teórico utilizados fueron: el Histórico–lógico, para determinar los antecedentes y referentes teóricos que sustentan el proceso de evaluación y autoevaluación institucional; el Enfoque sistémico que fue utilizado en el estudio integral del objeto, las interrelaciones entre sus partes, así como el campo de investigación, además en la elaboración de la propuesta de solución al problema; el Análisis – síntesis que permitió establecer la relación parte – todo en el objeto y el campo y formular ideas que den una explicación de los procesos, para interpretar la información obtenida con la aplicación de los métodos; el Inductivo – deductivo utilizado para precisar características y relaciones que permitieron llegar a determinado nivel de generalización, lo cual posibilitará tratar de predecir su comportamiento en condiciones específicas y el Análisis documental que posibilitó recoger información sobre el comportamiento de la evaluación institucional de cursos anteriores, así como los principales señalamientos y recomendaciones contenidos en las mismas y su correspondencia con las autoevaluaciones realizadas.

Se utilizaron métodos del nivel empíricos tales como: la observación la cual se le realizó a actividades de dirección, mediante ella se obtuvo información primaria del problema de investigación y sirvió de punto de partida para la utilización posterior de otros métodos empíricos; la encuesta que se le realizó a directivos, permitió enriquecer, completar y constatar la información obtenida por otros métodos y corroborar los problemas existentes en la utilización de la autoevaluación como herramienta en función del desarrollo institucional; la entrevista que se le realizó a docentes, se utilizó para explorar y diagnosticar el conocimiento que se posee de la autoevaluación, de cómo debe desarrollarse el proceso autoevaluativo en sí y las acciones que puedan contribuir a la calidad de este proceso, en función del desarrollo institucional. Dentro de los métodos estadísticos se utilizó el cálculo porcentual para el procesamiento de la información obtenida tanto en el diagnóstico como en la validación de la propuesta.

Pertinencia de la Investigación:

Está dada porque ofrece una solución científica al problema planteado, la cual consiste en un sistema de acciones de autoevaluación para contribuir al perfeccionamiento del Plan de Tiempo de Guerra y de Contingencia de dicha Filial, en función del desarrollo institucional. Con este trabajo se fomenta el desarrollo de la autoevaluación, aplicando métodos científicos a la labor diaria del personal directivo y docente del centro y se puede obtener una caracterización objetiva de sus necesidades.

DESARROLLO

Antecedentes y referentes teóricos del proceso de evaluación y autoevaluación

El ser humano en el accionar diario constantemente realiza valoraciones y enjuiciamientos de sus actos y de los que realizan los demás, por lo que la evaluación es un término conocido, generalizado y un proceso complejo y multifactorial. Es, además, un proceso social necesario, en el que se realizan valoraciones sobre objetos, fenómenos, interacciones, del propio hombre con la realidad objetiva. "La esencia humana es el conjunto de sus relaciones sociales y por tanto la historia de los hombres es la historia de su propia actividad en la interacción con el mundo material y social"[2].

El Diccionario Cervantes de la Lengua Española plantea que evaluar es valorar. / Fijar valor a una cosa. / Estimar, apreciar el valor de las cosas no materiales[3]La actividad valorativa permite apreciar el mundo no tal y como es, sino como se desea que sea, en correspondencia con las necesidades, intereses, cultura, profesión, etc.

Desde épocas remotas se pueden encontrar referencias a términos semejantes a evaluación, lo cual demuestra que el hombre de alguna forma ha ido valorando cada actividad por él realizada. Se reafirma esta idea con lo planteado por Torres Fernández, P. y Galdós Sotolongo, S. A.:"No son pocas las referencias que al respecto (se refieren al término evaluación) se hacen en documentos tan antiguos como los papiros egipcios, escritos de la mitología griega y romana, la Biblia judaico-cristiana o el Corán."[4]

Por otra parte, en la Tesis de Doctorado "Propuesta metodológica de autoevaluación institucional para la Secundaria Básica cubana actual", la autora plantea que "…se ha podido encontrar en estudios realizados sobre las antiguas civilizaciones orientales, referencias a exámenes escritos y orales en la antigua China, sobre todo a la selección de funcionarios de la administración imperial."[5]. Lo cual también expresan Torres Fernández, P. y Galdós Sotolongo, S. A., refiriéndose al mismo término, al plantear que:"Los historiadores sitúan su origen en la China Imperial del siglo III a.n.e., cuando se introdujeron varias pruebas de habilidades prácticas y académicas parar combatir (como el manejo del arco), en la selección de los funcionarios del Estado y la batalla por reducir la influencia de la burocracia."[6]

Con la creación de la escuela como institución se organiza el proceso mediante una serie de reglamentaciones e indicaciones a cumplir. En la "Didáctica Magna" de Juan Amus Comenius (1592-1670) en el capitulo XXVI se plantea: "no hay que inferir tampoco de esto que la escuela debe estar siempre llena de gritos, golpes y cardenales, sino por el contrario, colmada de vigilancia y atención, tanto por parte de los que aprenden como de los que enseñan."[7]

José Agustín Caballero publicaba en el Papel Periódico de La Habana (creado en 1790): "…no es suficiente instruir, es preciso fomentar y animar las acciones loables por los ejemplos, los elogios y las recompensas."[8]

El Informe sobre la Escuela Náutica, creada el 24 de febrero de 1812, presentado por José de la Luz y Caballero (1800-1862) a la Real Junta de Fomento de Agricultura y Comercio, el 11 de diciembre de 1833, se retoma el papel del ejemplo del maestro como método por excelencia para educar y evaluar, cuando se es consecuente con la palabra y la acción, tal y como lo realzará su maestro José Agustín Caballero, en él se plantea: "…ni hay otro medio eficaz de predicar costumbres que el ejemplo, ni los mejores planes de enseñanza pasan de meros pliegos de papel sin honrados y hábiles preceptores." "Háganse respetables y serán respetados los maestros."[9]

Por su parte, José Martí Pérez (1853-1895) en el artículo "Sobre los oficios de la alabanza" escribía:"El elogio oportuno fomenta el mérito; y la falta del elogio oportuno lo desanima. Sólo el corazón heroico puede prescindir de la aprobación humana; y la falta de aprobación mina el mismo corazón heroico." "La adulación es vil, y es necesaria la alabanza." "La alabanza injusta daña quien la recibe: daña más a quien la hace."[10]

En una sistematización más actual, se reconoce a Henry Farol como el pionero de la conceptualización teórica de la Evaluación con la obra "Administración General e Industrial" en 1916, en la que se establecen los principios básicos de la administración. Estos principios fueron utilizados en las ciencias de la educación, de forma tal, que en los momentos iniciales, el control empresarial y la evaluación escolar tuvieron un desarrollo paralelo.[11]

Durante los primeros años de la década del 30´ del siglo XX se propone el término de Evaluación Educacional por Ralph W. Tyler. En 1942, Tyler, citado por Valiente-Álvarez, plantea una definición de evaluación vista como, "…proceso que permite determinar en qué grado han sido alcanzados los objetivos educativos propuestos"[12]. En la citada obra, (Valiente-Álvarez) se señala que evaluación para Achig "….es un juicio de valor de la misión y los objetivos de una determinada institución, en perspectiva de cambio, con amplia participación de sus integrantes, que se sustenta en una rigurosa y sistematizada información, con la finalidad de ayudar para que comprendan su realidad, reflexione y se proyecte hacia niveles de calidad y pertinencia"[13].

A mediados del siglo XX se renuevan las concepciones sobre evaluación existentes hasta el momento, esto estuvo liderado por importantes estudiosos del tema, tales como: Crombrach y Glaser, Eisner, Screven, Stufflebeam y Stake, Pohpam y el Join Comité of Standards for Educational Evaluation, los que proponen reconceptualizar el concepto de evaluación, desarrollando nuevas propuestas y modelos evaluativos. En el ámbito internacional se destacan los trabajos de R. Tyler (1942), L. Cronbach (1973), Stufflebeam (1971), M. Scriven (1977), Parlett y Hamilton (1972), Stake (1975) y E. Eisner (1979), T. Tenbrink (1984). En el año 2003 se publican en INTERNET los estudios de L. V. Toranzos, E. Castaño y colaboradores, P. Arregui, J. Pavez, N. Lima Santos, Ch. Páez, D. F. Andrade y Torres Sambrano.

El término evaluación ha sido trabajado y precisado por varias autores Stufflebeam, 1971; Albiu, 1972; definen la evaluación como un "proceso orientado a delimitar, recoger, analizar y valorar informaciones en función de las necesidades de quienes toman decisiones."[14]

No se puede dejar de mencionar en la vinculación ciencia y técnica, teoría y práctica, todo el legado que Ernesto Guevara y Fidel Castro han dejado en el plano económico y político. El estilo de trabajo del Che, en ese sentido, marcó pautas importantes en el desarrollo de las empresas, la organización, la planificación y el control, la utilización del ejemplo como herramienta de formación de los hombres, respondieron a las necesidades del perfeccionamiento, como actos de conciencia, mediante una actitud disciplinada, la superación sistemática y el amor al trabajo.

Fidel Castro ha desempeñado un papel trascendental que ha devenido culminación de todo un proceso en el que se hace explícito el recuento de algunos de los presupuestos filosóficos sociales y políticos filosóficos que le aportaron Marx, Engels y Lenin, entre los que se destaca:

"El socialismo es la ciencia de llevar al pueblo al desarrollo del país, llevar a las masas a su participación directa en el desarrollo de la patria, ganar a las masas para la gran causa (…) la ciencia de crear, preservar, desarrollar el más amplio vínculo (…) del partido con las masas, el socialismo es la ciencia de dirigir con métodos correctos (…) la ciencia del ejemplo."[15]

Por su parte, Arango Hoyos (2006), plantea que: "Evaluar constituye un proceso orientado a efectuar juicios de valor que iluminen los procesos de toma de decisiones…"[16]. Esta definición es asumida por los autores del presente trabajo, ya que en ella se evidencian los propósitos de la investigación.

Las definiciones que anteceden y sustentan el presente trabajo, emiten el término juicios de valor, visto el valor como categoría que capta el ser de las cosas, lo que significan las cosas para el hombre, así como los resultados de la actividad anterior en un momento dado y la valoración como reflejo subjetivo en la conciencia de los hombres de la significación que para él posean los objetos de la realidad. "Fuera de las relaciones activas del sujeto con el objeto es imposible concebir el valor; y la relación valorativa consiste en uno de los modos en que el hombre asimila la realidad"[17]. Por consiguiente, es imposible considerar la actividad práctica social desvinculada de los valores. La concepción de cualquier problema teórico presupone el análisis de cualquier aspecto valorativo de la conducta humana. La filosofía marxista – leninista permite transformar el valor en conocimiento.

En el país numerosos autores han analizado e investigado la problemática de la evaluación educativa en general y la del desempeño profesional en particular, así como el mejoramiento del desempeño del docente como acto formativo, ese es el caso de los investigadores Castro Pimienta (1999), Valdés Veloz (2000), Rico Montero y colaboradores (2001), Añorga Morales (2001), Roca Serrano (2001), Piñón González (2001), González González y Valcárcel Izquierdo (2001), Parra Vigo (2002), López López y López Hurtado (2002), Ferrer Madrazo (2003), entre otros.

Por otra parte, la investigación "La autoevaluación institucional como factor de transformación de la dirección educacional en los centros politécnicos" (Arango Hoyos, 2006) define cuatro grandes tendencias en los patrones de comportamiento de la evaluación a nivel mundial, las cuales recogen en cada una, la preferencia hacia el aspecto interno de la evaluación (autoevaluación).

Las relaciones entre evaluación y autoevaluación constituyen un tema polémico en el orden teórico y práctico. Para un enfoque teórico la autoevaluación forma parte de la evaluación como proceso general, pero la experiencia demuestra que si bien para autoevaluarse se requiere del conocimiento amplio sobre la evaluación, también la autoevaluación debe ser fase previa y necesaria para los procesos de evaluación externa.[18]

Riaño Valle, F. señala en su Tesis de Doctorado (1999) que: "la autoevaluación es el análisis permanente, crítico y autocrítico, sistemático y participativo de las etapas de las diferentes funciones que les son reconocidas a un centro"[19]

Conde Fernández, B. D. en su Tesis de Maestría (2002) refiere que la autoevaluación "…resulta el procedimiento evaluativo ideal para dar respuesta a las necesidades de autoconocimiento e identificación de los factores que intervienen favorable o negativamente para la toma de decisiones en la formulación de las acciones pedagógicas y administrativas con vista a la reconstrucción académica"[20]

En esta investigación se asume la definición planteada por Arango Hoyos (2006), "la autoevaluación es aquella que se realiza por los propios actores o miembros de la institución que se evalúa, vinculado directamente a los procesos objetos de evaluación"[21], que considera la autoevaluación institucional como proceso que educa a los actores de la institución y contribuye con su desarrollo a transformar la dirección educacional.[22]

En el artículo "La autoevaluación en la formación profesional pedagógica", Mena Camacho, E. (2004) plantea: "Las relaciones entre los conceptos de autorregulación, autoconciencia y autovaloración, sirven de base para acercarse al concepto autoevaluación (…). En estudios realizados por diferentes autores, el concepto autoevaluación se abre paso considerada como vía, instrumento, técnica, objetivo en sí misma, mecanismo de autoeducación, acción dinámica, momento esencial del proceso de evaluación, entre otras. Desde esta perspectiva la autoevaluación va convirtiéndose en una necesidad impostergable del proceso formativo de la personalidad"[23] Estos planteamientos resultan importantes para esta investigación por cuanto expresa elementos que resultan coherentes con la propuesta que se presenta.

Se parte de la consideración de que la autoevaluación está constituida por un conjunto de procesos de naturaleza esencialmente pedagógica y psicológica, que en sus bases teóricas, se encuentran teorías y conceptos pedagógicos, sociológicos, psicológicos, metodológicos y de dirección.

Fundamentos filosóficos, psicológicos, pedagógicos y sociológicos que sustentan la propuesta

La fundamentación filosófica del sistema de acciones que se propone tiene su base teórica y metodológica en el método materialista dialéctico, el cual permite el análisis y la interpretación de los sucesos que tienen lugar en el proceso de autoevaluación que acontece en las instituciones educativas, donde desempeñan un papel preponderante las relaciones de comunicación que se establecen entre todos los participantes en el mismo. El sistema de acciones trata de dar solución a las carencias que presentan dichas personas para el desempeño de sus funciones desde una perspectiva marxista, aplicando métodos científicos, tratando de analizar las problemáticas en sentido general y particular, donde la relación del ser y el pensar se desarrollen y proyecten en un ambiente histórico concreto, atendiendo a las características de las mismas, a fin de lograr los objetivos propuestos.

Se tiene en cuenta la unidad de la teoría con la práctica; el perfeccionamiento del sujeto en el desarrollo de su actividad práctica y transformadora como resultado de sus interacciones sociales, así como la influencia de la interrelación entre las diferentes agencias socializadoras, fundamentalmente la institución escolar, la empresa y la comunidad en la educación y desarrollo del hombre. Se concibe también la unidad entre la actividad cognoscitiva, práctica y valorativa, lo cual debe manifestarse en el desempeño profesional de directivos y docente y concretarse en sus relaciones de comunicación.

La autoevaluación se debe concebir con carácter proactivo, sistémico, continuo, planificado, como proceso, atendiendo a necesidades específicas, individuales e institucionales, para lo cual se requiere que todos los implicados estén motivados y que asuman la responsabilidad y el compromiso que tienen con su formación y con la de los demás, ya que cumplen una función primordial, pues son los encargados de fomentar personalidades capaces de recibir, impulsar el progreso científico-técnico, el desarrollo cultural, la actitud ante la vida, es decir, fortalecer al hombre en toda su humanidad como capital básico de la sociedad, lo cual se debe evidenciar en su propio desempeño profesional.

Para la determinación de qué entender por desempeño profesional, se tomó como referencia el estudio teórico realizado por los investigadores del departamento de Dirección Científica de la Universidad de Ciencias Pedagógicas "Héctor A. Pineda Zaldívar" y que están contenidos en el Informe de presentación de resultados de proyecto de investigación: sistematización acerca del desempeño profesional pedagógico. Alternativa pedagógica para su mejoramiento; perteneciente al programa ramal no. 2. La Educación Técnica y Profesional. Transformaciones actuales y futuras, y se asume la definición de desempeño profesional pedagógico allí planteada: "El proceso sistémico y complejo de actividad – comunicación que desarrolla el docente o directivo en la realización de las funciones y tareas inherentes a las dimensiones de trabajo de su rol profesional, a partir del despliegue de sus competencias, y que se expresa en un resultado, que atiende a las demandas sociales de la escuela, en un contexto históricamente determinado"[24]

Los individuos se convierten en personalidades que entablan por medio de sus actividades y de la comunicación, relaciones histórico-concretas, entre sí y con los objetos y sujetos de la cultura. La Cultura es el conjunto de valores materiales y espirituales obtenidos por el hombre en el proceso de la práctica histórico social. Constituye un índice del nivel de desarrollo social. Está indisolublemente ligada al progreso social. "La Cultura es el resultado de la actividad de toda la humanidad y en su desarrollo intervienen todos los hombres. Es por eso que todo hombre es digno de elevarse a los niveles más altos de la cultura universal"[25]

La Ciencia, en virtud de su conexión con el quehacer práctico, tiene una relación directa y estrecha con el destino de los hombres, de ahí su papel creciente en la sociedad, reconociendo al individuo, con personalidad propia, como su valor supremo y promoviendo que sobre ese mismo individuo, se revierta lo mejor de los resultados que se obtienen a través de ella, obteniendo un ser social superior, capaz de transformar su realidad y a sí mismo, en función de hacer ciencia para todos, incrementando la cultura que le ha antecedido.

El proceso de autoevaluación institucional tiene como base un enfoque dialéctico y humanista, centrado en el desarrollo integral de la personalidad, considerando la unidad de lo afectivo y lo cognitivo, lo instructivo y lo educativo. En el trabajo se asume una concepción filosófica general del hombre y la educación, que parte del materialismo dialéctico e histórico, concretándose fundamentalmente en el enfoque histórico cultural de L. S. Vigotsky (1896-1934), acerca de la formación y desarrollo de los procesos psíquicos y la personalidad, clásico exponente de la psicología de orientación marxista.[26] Se asumen la concepción del enfoque histórico cultural, encaminada a resaltar, diagnosticar y resignificar el papel activo del hombre y la compresión sistemática del comportamiento humano, en tanto hay que reconocer "…que todos los recursos humanos de una sociedad son imprescindibles para su funcionamiento y desarrollo".[27] En este caso se hace énfasis en el papel activo del sujeto y todo lo que su presencia involucra. Se referencian los aportes Vigostkianos porque se asume la zona de desarrollo actual y la zona de desarrollo próximo, tomando como punto de partida las vivencias y experiencias acumuladas que poseen los sujetos, desarrollando el sistema de acciones a través de la interacción con las personas de más potencialidades demostradas en su desempeño y la atención a la diversidad que las mismas presentan.

Desde el punto de vista sociológico se asume la concepción de la educación como fenómeno social basada en la preparación del hombre para la vida, para interactuar comunicativamente con el medio, transformándolo y transformándose a sí mismo, de ahí su función social. Tiene su punto de partida en los estudios relacionados con el comportamiento del sujeto en el medio social, o sea, lo relativo a la socialización, entendiendo esta como algo que no ocurre de modo abstracto para dar lugar al desarrollo del individuo, sino que es la condición material que caracteriza el entorno social que envuelve al sujeto, resultando imprescindible para transformarse como ser humano, distinguiéndose su papel activo. En la propuesta se precisa el tratamiento a la educabilidad del sujeto, la educación como categoría más general y el porqué y el para qué es necesaria. Las relaciones sociales que establece la escuela como sistema abierto, deben quedar armónicamente conjugadas, ya que son de distinta naturaleza y muy complejas. El hombre necesita poseer nuevos conocimientos y habilidades según los cambios tecnológicos que van sucediendo en el mundo de hoy, de manera que su perfil tiene que ir encaminado a ampliar las vías posibles para lograrlo, la educación tiene que enseñarlo a aprender, a pensar, a investigar, a estudiar, en relación con la sociedad en que vive. Por su contenido tiene un marcado carácter histórico y clasista, mientras que su esencia se manifiesta en la socialización del individuo, mediante el desarrollo armónico y multifacético de la personalidad.

La Personalidad es un conjunto concatenado de rasgos y particularidades internas del hombre como reflejo de las condiciones objetivas en que el mismo se desenvuelve. Cualidades socialmente condicionadas e individualmente expresadas, que tienen su nivel de desarrollo dependiendo del punto en que sean progresivas sus relaciones con el mundo circundante. "… pero la esencia humana no es algo abstracto e inmanente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales"[28] El Individuo es el hombre concreto con características propias y portador de relaciones sociales. Es producto de una Formación Económica Social específica, de la cual logra asimilar y reproducir la cultura que ha formado, que le va a ser brindada a partir de las condiciones históricas y objetivas y respondiendo a los intereses de la clase en el poder. El individuo podrá ser más completo mientras más completa sea su asimilación de los contenidos sociales. Por tanto, un elemento muy importante para el funcionamiento adecuado de la Sociedad, lo constituye la asimilación y reproducción (como acción transformadora) individualizada de sus contenidos socialmente valiosos, los cuales están sujetos a un fuerte condicionamiento histórico y clasista. La socialización es una vía de la individualización.

Teorías sobre sistemas de acciones

El objetivo del trabajo es presentar un sistema de acciones, por lo que es importante plantear las definiciones que al respecto se asumen.

Sistema: "es un conjunto de componentes interrelacionados entre sí, desde el punto de vista estático y dinámico, cuyo funcionamiento está dirigido al logro de determinado objetivo".[29]

Acción:"es el resultado de una actividad práctica, cuyo fin es el conocimiento, la producción de una cosa, u obrar bien. Así puede ser considerada como la unidad mínima de la actuación o de la conducta humana".[30]

Sistema de acciones: "son las actividades interrelacionadas que se planifican, organizan, ejecutan y controlan para alcanzar un objetivo determinado y que se desarrolla teniendo en cuenta la concepción teórica-metodológica y práctica de un proceso educativo".[31]

Análisis de los resultados del diagnóstico

El análisis de los instrumentos aplicados permite arribar a las siguientes valoraciones:

  • La confección de los Planes de Tiempo de Guerra y de Contingencia, constituyen momentos marcados por desconocimiento y desinterés, lo cual no denota una evolución ascendente, en muchos casos no son caracterizadores de la institución.

  • Los Planes de Tiempo de Guerra y de Contingencia son considerados instrumentos de trabajo necesarios en la realización de los ejercicios que se convocan como parte de la preparación para la defensa a diferentes niveles, pero solo en esos momentos son analizados y valorados.

  • En el análisis que se efectúa para autoevaluar su concreción, existen discrepancias, que vienen dadas, entre otras razones, por la no existencia de una cultura autoevaluativa y por la tendencia a rechazar el proceso de autoevaluación de estos planes, por su poca implicación en otros procesos que acontecen, que se consideran de mayor relevancia en función del objeto social de la institución.

  • Los directivos están insuficientemente preparados para llevar a cabo un proceso de autoevaluación de los Planes de Tiempo de Guerra y de Contingencia como profesionales de la educación.

  • El proceso de autoevaluación no es parte de los métodos y estilos de dirección, ya que no lo consideran importante para mejorar su quehacer diario, ni existen incentivos que promuevan el desarrollo de este proceso.

  • La autoevaluación no es objetiva ni precisa, no toma en cuenta las potencialidades y limitaciones que se deben fortalecer en los directivos y docentes en función del desarrollo institucional.

Estructura del sistema de acciones

edu.red

Objetivo general: Proponer un sistema de acciones de autoevaluación para contribuir al perfeccionamiento de los Planes de Tiempo de Guerra y de Contingencia de la Filial Universitaria "Mártires de Chile", en función del desarrollo institucional.

Etapa I: Planificación y organización del trabajo.

Acción I: Creación de la comisión de autoevaluación.

Objetivo: Crear la comisión de autoevaluación de la Filial Universitaria "Mártires de Chile", que dirigirá el desarrollo del proceso, para contribuir al perfeccionamiento de los Planes de Tiempo de Guerra y de Contingencia, en función del desarrollo institucional.

Acciones específicas:

  • 1. Selección de los miembros de la comisión, teniendo en cuenta las responsabilidades que ocupan dentro de la institución, el balance entre los años de experiencias y la calidad que han tenido las autoevaluaciones realizadas por ellos con anterioridad.

  • 2. Planificación y organización de la preparación previa de la comisión de autoevaluación.

3. Presentación de los miembros de la comisión de autoevaluación de la institución.

Etapa I: Planificación y organización del trabajo.

Acción II: Diseño de instrumentos para la caracterización de los planes.

Objetivo: Elaborar las técnicas e instrumentos que permitirán diagnosticar los conocimientos que los directivos y docentes poseen sobre la autoevaluación; su utilización en las actividades planificadas en la institución educativa, así como de las carencias que presentan sobre como instrumentarla como método y estilo de trabajo, en función del desarrollo institucional.

Acciones específicas

  • 1. Diseño de los instrumentos para el diagnóstico que permitirá conocer en qué contenidos presentan déficit los directivos y docentes a partir de las necesidades del trabajo que desempeñan, atendiendo a sus características y el objetivo a alcanzar en este sistema de acciones.

Los instrumentos aplicados fueron los mismos que se utilizaron en la etapa de diagnóstico de la investigación.

Etapa II: Desarrollo del trabajo.

Acción III: Aplicación de instrumentos para la caracterización de los planes.

Objetivo: Diagnosticar los conocimientos que los directivos y docentes poseen sobre la autoevaluación; su utilización en las actividades planificadas en la institución educativa, así como de las carencias que presentan sobre como instrumentarla como método y estilo de trabajo, en función del desarrollo institucional.

Acciones específicas:

  • 1. Aplicación de los instrumentos.

  • 2. Calificación y procesamiento de la información obtenida con los instrumentos aplicados.

  • 3. Valoración de los resultados en la comisión y determinación de las decisiones necesarias a adoptar.

Etapa II: Desarrollo del trabajo.

Acción IV: Acciones que contribuyan a la autoevaluación.

Objetivo: Aplicar las acciones para contribuir al perfeccionamiento de los Planes de Tiempo de Guerra y de Contingencia de la Filial Universitaria "Mártires de Chile", a partir del diseño de las mismas, teniendo en cuenta las carencias detectadas por la aplicación de las técnicas e instrumentos y ofreciendo el tratamiento metodológico necesario, en función del desarrollo institucional.

Acciones específicas:

1. Desarrollo de las acciones de preparación sobre el tema.

  • Estudio de los antecedentes y referentes teóricos que sustentan el proceso de evaluación y autoevaluación.

  • Consulta de los documentos rectores establecidos para el desarrollo del proceso.

  • Trabajo de mesa para el estudio del sistema de acciones propuesto, por parte de los miembros de la comisión.

  • Debate acerca del sistema de acciones propuesto y las condiciones objetivas que favorecen o entorpecen su puesta en práctica. (en varias sesiones).

  • Realización de una reunión metodológica dirigida por la comisión de autoevaluación, sobre los antecedentes y referentes teóricos que sustentan el proceso de evaluación y autoevaluación como tipo de trabajo docente–metodológico que viabiliza el análisis, debate y toma de decisiones acerca de temas vinculados al proceso pedagógico para su mejor desarrollo.

  • Realización de un taller metodológico con el objetivo de debatir acerca del proceso de autoevaluación y en el cual los profesores presentan experiencias relacionadas con el tema tratado. Se proyectan alternativas de solución a dicho problema a partir del conocimiento y la experiencia de los participantes.

  • Elaboración de estudios de casos que se producen en el desarrollo del proceso pedagógico, donde intervienen conocimientos del tema.

  • Partes: 1, 2
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