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Realidades, sueños y esperanzas de una América Latina maravillosa

Enviado por madlu28


    Las barras y las estrellas se adueñan de mi bandera y nuestra libertad no es otra cosa que una ramera y si la deuda externa nos robó la primavera al diablo la geografía se acabaron las fronteras.

    Si el Norte fuera el Sur, Ricardo Arjona.

    Un universo mágico donde todos sueñan y aún cuentan con la esperanza de sobrevivir a la crisis, el hambre, la pobreza y la esclavitud. Una película cuya banda sonora relata las hazañas y los retos de un pueblo que no se rinde ante nada, primero morir antes que dejar de amar.

    América Latina es eso, una saga de películas que día a día plantea nuevas historias, nuevas problemáticas y nuevas causas justas para alcanzar la libertad que le fue robada hace 509 años, cuando un grupo de españoles, sin esperanzas de vida en su Europa, vinieron a recuperar en tierras desconocidas lo que habían perdido, aquel poder arrebatado por otros que vieron en sus riquezas la salida perfecta a una posible crisis.

    Y así, no sólo España fue protagonista de la sentencia de muerte de Latinoamérica, una tierra llena de riqueza e identidad. También Inglaterra en el siglo XIX, luego de la supuesta independencia de los españoles, vino e impuso sus condiciones de Rey que se está quedando sin Reino decidido a conquistar nuevos territorios. A cambio de favores, esclavos y materia prima, engañó a los ingenuos indígenas que veían venir la mejor vida con la ayuda o más bien el mandato de un país que estaba sufriendo una grave crisis por las imposiciones de Napoleón Bonaparte y que buscaba reivindicar su poder ante sus gentes.

    Ambos, encontraron en esta tierra fértil, rica y amada, la oportunidad de recuperarse y de no perder el poder que los había identificado hasta el momento. Era imperdonable verse ante el mundo como unos derrotados, cuando durante años construyeron el prestigio que estaban a punto de perder. Y ahí, la tarea de Latinoamérica fue devolverles la credibilidad para que las otras potencias no pensaran que los reyes se habían quedado sin reino.

    La tierra de las crónicas fabulescas, de amores desenfrenados, de dictadores operantes, "ángeles peatones y pecados renovados" » , ha inspirado a poetas, músicos y escritores de otras partes, que aún se preguntan al igual que Antonio Pigafetta, un navegante florentino acompañante de Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, cuál es el encanto de estas áreas, donde él afirma que vio "…cerdos con el ombligo en el lomo; unos pájaros sin patas, cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho… Y contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo" ¡ ; criaturas extrañas, un tanto ficción, pero tan reales como para ser dignas de engalanar los paisajes latinoamericanos, con la desdicha de no adornar los de ellos.

    Y es que Pigafetta y muchos de los viajeros y colonizadores de América Latina, no podían creer que en la realidad todavía existieran lugares donde brillara cada espacio por escondido que fuera. Un lugar donde sus gentes, los antepasados indígenas, todavía reían y se llenaban de orgullo por adorar un dios Sol o un cacique cualquiera que se bañaba en una laguna cubierta de oro. Un lugar donde el orgullo se centraba en querer la tierra, hacerla fértil y digna de ser conquistada y conservada por propios, no por extraños.

    América Latina, siempre catalogada como perdedora y segundona, por aquellos que aprovechándose de su poder le han exprimido todo lo bello y grande que unida la pudo haber convertido en una gran potencia, de no ser por los gobernantes inútiles y ansiosos de ser protagonistas que entregaron a la suerte la riqueza de un pueblo, también ansioso pero de credibilidad, fe y orden por los que manejaban su destino.

    Como dice un pedazo de la canción "Carabelas" de Ricardo Arjona, por culpa de "…Esos sueños de estafa y de saqueo, ese gusto por el oro y esas ansias de poder, el cáncer que aún enferma al heredero, es la historia de una tierra condenada a padecer" y a depender política, económica y socialmente, mientras sea necesario de las grandes potencias que no ven en América Latina nada más que la despensa que satisface sus necesidades, aquellos que de una u otra forma siempre han dependido de estas tierras para poder sobrevivir en el concierto mundial.

    Una canción, un poema, un cuento, una fábula y hasta un chiste, esa es la historia de América Latina, llena de saqueos, bellezas interrumpidas y el retorno de muchos reyes que no pudieron conquistar sus propias regiones, y aquí, encontraron la forma de protagonizar hazañas, y al estilo de un Mesías, salvar un pueblo, eso sí, bajo el sacrificio del mismo y el privilegio personal.

    De tantas injusticias, robos y pecados, de todas esas cosas el pueblo latinoamericano ha sido víctima, de la ignorancia y la falta de memoria y el querer conservar lo extraño sin valorar lo propio. El miedo por mostrarse al mundo tal como es, el miedo a convertirse en una región independiente que puede ser libre dejando a un lado la función a la que se ha sometido desde que fue colonizada. Puede dejar de ser ficción conservando la fantasía y esa alegría que la hace diferente al resto del mundo, en ninguna otra parte el pueblo se une para rendirle tributo a la pereza, a la lluvia, al verano, al silletero o a Joselito Carnaval.

    Que otra región le heredó al pueblo griego esas ganas de vivir en la ficción, eso sí, un poco más aterrizados en la vida real, involucrando los problemas históricos y políticos que en lugar de ayudarle a descubrir la inmensidad del cielo, han llevado a que se preocupe por lo básico y lo común, los problemas y lo demás que lo resuelvan los mismos de siempre, los que conservan el poder por los siglos de los siglos.

    Será que Latinoamérica aún está dispuesta a soportar que los "opresores se dispongan a dominar otros diez mil años más…" µ . Todavía estará en condiciones de seguir gritando "Jamás se logrará lo que queremos" ³ . Acaso no es suficiente con saber que haber dejado ir todas las riquezas hacia tierra ajenas, hace que ahora sea un punto aparte, un espejismo y una tierra invisible para los demás, que además de ser la mejor de las películas de la historia que traen una mezcla de ficción con realidad, con un ingrediente de comedia; es la saga interminable que no ha podido salir del fondo de las injusticias y juegos tontos que no le permiten progresar.

    Personajes exóticos, creaciones alocadas y carnavales donde los habitantes de la región de los contrastes pueden liberar todos sus pecados, todos aquellos deseos que en días normales no se pueden disfrutar con gusto y placer, porque las costumbres de la sociedad conservadora, impuesta por los colonizadores no permiten que se sacien en veneno y actos prohibidos todas las culpas y sueños forasteros de los que anhelan gritar al mundo que existen y que al igual que todos disfrutan de lo pagano.

    Una religión impuesta por los colonizadores a un grupo de nativos que ya tenían dioses en los cuales confiaban plenamente, les atribuían la creación de todas las cosas. Dioses y creencias que no los invitaban a sentir temor y vergüenza por su cuerpo, al contrario premiaban a quienes se amaban y se respetaban.

    Pero aún así, impuesta o no el catolicismo no se conserva como la única religión establecida en la tierra de la película mágica; todavía los latinoamericanos se dejan influenciar por el montón de nuevas creencias que nacen a lo largo y ancho del mundo. Los protestantes, los adventistas y muchas otras, logran acaparar la atención de los confundidos, que sin comprender su propio origen buscan identidad en los muchos dioses que acompañan todos los días a las abuelas y los niños que buscan la felicidad plena.

    Y es que definitivamente si hay "más religiones que niños felices", sobre todo en esta Latinoamérica pobre y necesitada de recursos para sobrevivir, porque al igual que su historia, sólo ha sido derrochada por los que nunca sudaron su mantenimiento.

    El "Vaticano prohíbe los anticonceptivos… Prefiere niños con hambre que un preservativo"c , y así, el pueblo latinoamericano, oprimido en sus creencias se deja llevar por las normas canónicas, y cada día hay más niños sufriendo, con hambre, sin padres y sin educación, porque con cierta culpa de la iglesia no pueden disfrutar de lo que sus antepasados perdieron por no tener bajo su propiedad unos papeles que los hicieran dueños y señores de las tierras que habían cuidado para heredar a la descendencia.

    Todas son discrepancias, a pesar de ser un pueblo creyente que tiene como patrona a la Virgen de Guadalupe, que se apareció a Juan Diego, un indígena mexicano ( cosa extraña o creación de los colonizadores), Latinoamérica conserva algo de lo que los españoles e ingleses trataron de desaparecer. Todavía se aferran a la santería, el vudú y la brujería, siguen siendo esclavos del horóscopo y el tabaco, y buscan la felicidad eterna con muñecos que punzados con alfileres amarran al ser querido y le prohíbe que ame otras cosas.

    Y lo que más duele es la traición y sé es protagonista cuando se demuestra que nadie puede contra la furia de un latino; y hay venganzas por traiciones y amores forasteros, se riega por los territorios desolados de poder y bienestar la sangre de los que murieron en pecado, porque se debe juzgar "el sexo más que el crimen contra la vida"b , mejor dicho ante todo el honor.

    Y se conservan las creencias y los países de las maravillas crean brujas, duendes y locos para entender el mundo, entonces imaginan y así son felices, sueñan y se aman. No hay nada más placentero para el latinoamericano que vivir el presente y con la baraja conocer el futuro y crear un mundo que puede devolver los males deseados a los enemigos. Y es que todo debe ser vengado, para que los otros paguen por el mal que hacen, eso hace feliz al latinoamericano, porque es una de las formas de crear un futuro sin personas y sistemas malos.

    Es una combinación de santería y catolicismo, del bien y el mal, una mezcla que muy posiblemente contribuirán en la salvación del mundo. Crean imágenes, rostros y estatuas en las que se deposita toda la confianza para que salven al pueblo del hambre y la traición de los poderosos. Y se quejan de los malos gobiernos, pero no actúan ante los actos perversos y dejan que los sigan manipulando, que los opresores continúen con su protagonismo y sentados en sus hamacas conservan la esperanza de ser vencedores del mañana, pero sin lucha, sin sudor, que todo lo hagan los gobernantes, al fin y al cabo el pueblo no es protagonista.

    Gobernantes dueños del poder, títeres de las dinastías poderosas que para mantener su honor hacían sentir temor al pueblo, asesinaban, secuestraban y robaban, porque era más importante ser útil para el de fuera que beneficioso para el pueblo. Esos dictadores de opereta, cuya forma de gobierno fue toda una obra cómica, vulgar y de mal gusto, que castigó a un pueblo inocente que aún siente las consecuencias de esos regímenes despóticos.

    Esos militares ficticios que ante el temor del pueblo sentían también temor de alguna vez ser juzgados por las personas sometidas a su mandato. Un montón de Hitler latinoamericanos que con vestuarios extravagantes, llenos de plumas, objetos ordinarios, pieles y medallas jamás ganadas hacían con el pueblo lo que sus mayores hicieron con ellos en el pasado. Espantaban sus culpas, sufrimientos y pesares con la muerte y la pobreza de niños, adultos y ancianos que tal vez en ocasiones desearon no salir a ver la luz del día.

    Personajes que parecen de la fantasía pero que son tan reales como que Estados Unidos ahora es el dueño y casi señor del mundo. Hombres como Juan Vicente Gómez, dictador venezolano, que para lograr el temor y la obediencia del pueblo le daba cerveza a los presos con restos de vidrios para que cuando orinaran les saliera sangre y fuera de las cárceles por los caños, las personas vieran los restos de una tortura contra los que no obedecían.

    Un circo completo, así se le puede llamar a la democracia latinoamericana, una bufonada donde los malandros son los gobernantes y los ingenuos protagonistas el pueblo confiado. Una mezcla de razas que aunque semejantes no logran verse como iguales, como hermanos y compañeros de sufrimiento. La libertad proclamada hace dos siglos de los esclavos negros, que completan la alegría de estas tierras con sus cantos, bailes y chistes, que en su pasado y aún en el presente no tienen la aceptación de mestizos y blancos que se encargan de negarles la oportunidad de ser grandes.

    Los campesinos, ahora obreros o desplazados, dueños de nada, sólo de la pobreza y el engaño, trabajan para mantener la felicidad de ricos y gobernantes, sin derecho al dominio de sus propias tierras, ni oponerse a las injusticias para conseguir el "apoyo" total de los gobiernos injustos. Indígenas que se dividieron y se mezclaron en el común de la gente, sin apoyo y protección del gobierno, sin respeto por parte del resto del pueblo, sin participación en la vida política de sus países.

    Gobiernos que alejaron al pueblo de toda participación en las decisiones mundiales, sin oportunidad de aportar en conocimiento y tecnología, siempre considerados inferiores, incapaces de dar a portes al desarrollo de la política, la ciencia y la economía. Dominados por un estilo de vida ajeno a lo que ya se habían acostumbrado. Definitivamente sin tener al menos la posibilidad de ser protagonistas de su propia película, la de los contrates y realidades ilógicas.

    Una América Latina que se cree desarrollada, pero que es tan ignorante como falta de identidad propia, porque desde su colonización no se le ha permitido explotar por cuanta propia lo que tiene. Siempre dominada y odiada, proyectando una imagen falsa, feliz pero igualmente desdichada. Ahora es un pueblo que dejó de ser colonia de Europa para convertirse en la República de Riquezas para Estados Unidos.

    Mezcla de culturas que aún no entiende la importancia de trabajar unida, de defender sus derechos, de ser única. Es una región considerada de segunda clase porque vive a despensas de lo que hagan otros, enseñada a no luchar por lo verdaderamente propio. Acostumbrada a valorar lo ajeno sin considerar al menos importante la riqueza que todavía se puede rescatar.

    Los gobiernos son grandes protagonistas del atraso al que ha estado sometido el pueblo latino durante tantos años, ellos son los que se han encargado de dar prioridades a ciertos grupos de personas que privilegian a los Estados con la riqueza propia de unos pocos y necesaria para la mayoría, los países están bajo el control de grupos económicos que se han ganado la confianza de los mandatarios porque son dueños del dinero o las propiedades necesarias para mantener el deseo de los corruptos, que son egoístas al pensar en sus necesidades y no en las del pueblo que están protegiendo.

    Es preocupante, que mientras gran parte de la población mundial se muere de hambre, los grupos económicos contribuyan al enriquecimiento de los países, presionando la creación de nuevas armas militares que agilizan la desaparición de lo que no es útil y que buscando el bienestar de unos pocos, oprimen para que la educación sea cada vez de más baja calidad y que no contribuya al crecimiento intelectual del ser humano.

    Hay un mundo ficticio y utópico al que todos están acostumbrados, espacios donde se estimula la fantasía que impone patrones de belleza que sirven de mediadores para no mostrar la cara oculta de la verdad. Todo está disfrazado, nada es real, ni siquiera los gobernantes, que desde que son candidatos se centran en lo estético, prometiendo acabar con la desigualdad social para generar nuevas oportunidades, sin la gente darse cuenta de que esta es una forma de entretener y mantener contentos a los inconformes, mientras ellos sacan provecho.

    Y así poco a poco los medios de comunicación toman gran importancia en la sociedad latinoamericana actual, se encargan de vender estereotipos del hombre vencedor y opresor, que es admirado por los más débiles y aplasta la imagen del perdedor; así se visualiza con mayor claridad quienes son los que en la realidad controlan el destino de todos, las élites económicas estancan la idea de crecimiento e igualdad que difunde la democracia, y haciendo uso de su fuerza, controlan a los espectadores de los medios de masas, que cada día quieren ser dueños de grandes emporios para salir de la crisis a la que están sometidos y bajo la idea de cambio se dejan engañar de los sonidos e imágenes propios de los "bellos", privilegiados y por siempre ganadores.

    Los medios roban la atención y controlan el tiempo y el destino de los individuos, son generadores de poder porque estimulan en las personas la idea de ganar y de parecerse a los mejores, crean patrones de irrealidades que ayudan a que el oprimido sea cada vez más manipulado por los que están detrás del televisor, la radio y la internet.

    Ahora, el control total es ejercido por personas que con la ayuda de máquinas buscan cautivar a los que nunca han tenido la oportunidad de expresar lo que de verdad sienten, pues siempre han sido manipulados y obligados a seguir comportamientos que no son propios del mundo en el que "crecieron".

    Y que más decir de los tantos culpables del desmoronamiento casi lento de América Latina; pero, a pesar de tantas injusticias, catástrofes, guerras y finales interminables, el pueblo latinoamericano continúa con al esperanza de pasar de oprimido a poderoso, no tanto a opresor porque seguramente nadie quisiera repetir lo que ellos han vivido. Un pueblo expectante que espera la llegada de personas sabias que los lleven a descubrir el mundo bueno, el que los valore sin importar la distinción de razas y la gran variedad de gustos, bailes y costumbres.

    América Latina es vitalidad, porque después de tantas de injusticias y castigos y de no conservar el amor por lo propio no se ha olvidado de que existe y todavía le queda la capacidad de recordar y ayudar a los otros, es consciente de su crisis y de los malos momentos que el destino le ha entregado, y sigue ahí VIVA, con más ganas de luchar y de no quedarse dormido, de recuperar los gobiernos y el poder, de que el pueblo sea por fin protagonista de una nueva historia no se marque por el chiste y la mentira, sino por la esperanza y la grandeza.

    Existe un pueblo soñador, que frente a la opresión, el saqueo y el abandono, tiene una respuesta "LA VIDA. Ni los diluvios ni las pestes; ni las hambrunas, ni los cataclismos; ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de vida sobre la muerte"J . Y es eso, lo que hace que América Latina sea cada vez más fuerte, y que a pesar de estar en crisis constante, da la oportunidad a nuevas vidas que sufrirán, es seguro, que nacen entre la miseria y el caos, pero que tiene las mejores posibilidades de construir un mejor fututo, de sudar una bandera y de no permitir que la deuda externa le siga robando la primavera y la tranquilidad a este pueblo dulce y salvaje, joven y viejo.

    El Nuevo Mundo que sigue acumulando riquezas que respeta las diferencias y no es ajeno a los atropellos. Y es que sabe que la igualdad aunque compleja de comprender no es simplemente poseer los mismos derechos, la igualdad es saber identificarse como personas que conviven y comparten los mismos problemas e ideas. Que hay una igualdad cuando sé es libre del miedo y de sí mismo, al encontrar la forma de expresar lo que se siente y piensa, al identificarse como miembro de una sociedad que culturalmente es poderosa y puede romper todos los estigmas de opresión y prohibición.

    Todavía quedan metas por alcanzar, sueños que se pueden desempolvar, que pueden ser salvados del olvido es no " es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria", de lo que los indígenas quisieron. Todavía hay tiempo de conservar lo poco que queda pero que puede hacer de esta tierra una mar de encantos y sacrificios justos. Porque no hay en el mundo lugar más bello y mágico, que con el carisma de sus gentes y la belleza de sus paisajes logre cautivar al más simple de los visitantes.

    Una región que ha enfrentado la peores batallas y que ha soportado durante 509 años los atropellos más horrendos, pero que ahí está, tan viva y saludable, con las ganas de seguir sonriendo a pesar de que su realidad sea ajena a lo que siempre han querido ser UNA TIERRA LIBRE Y FELIZ.

    Y declaremos a LATINOAMÉRICA élite, del nuevo mundo y de las nuevas tendencias, de las potencias, de la vida, de la fuerza, la esperanza y la valentía porque aún se conserva con la eterna responsabilidad de mantener por siempre su VITALIDAD.

    Este ensayo se terminó el 9 de abril de 2004.

    BIBLIOGRAFÍA

    • ÁNJEL R., José Guillermo. De Dictadores, Ángeles Peatones y Pecados Renovados. Colección de Ensayo Latinoamericano. Editorial UPB. 1997. Medellín.
    • Canciones de Ricardo Arjona: Si el Norte Fuera el Sur, Noticiero, Carabelas y Mesías.
    • ROMANO, Vicente. La formación de la mentalidad sumisa. Colección el pez en la red. Bogotá 2002.
    • GALEANO, Eduardo. Venas Abiertas de América Latina. Bogotá. Círculo de Lectores.
    • GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel. La soledad de América Latina.
    • HOBSAWM, Eric. Gente poco corriente. Capítulo 23: El Viejo Mundo y el Nuevo: 500 años de Colón. Barcelona. 1999
    • GALEANO, Eduardo. Memorias del fuego – Las caras y las masacres- Tomo 2. Bogotá. Tercer Mundo Editores. 2003.
    • Otros documentos sobre América Latina.
    • Parciales de los cursos Historia de la Sociedad e Historia Latinoamericana.

     

     

     

    Autor:

    Maderley Ceballos García

    Estudiante de Quinto semestre de Comunicación Social – Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín.