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Los vínculos encubiertos entre la CIA y los militares golpistas de Chile (página 2)


Partes: 1, 2

A toda acción o proceso histórico se le puede encontrar una explicación (que, me atrevería a decir, nunca se muestra como verdad única y/o absoluta), a través de la influencia desde otro hecho o proceso que ya ha pasado anteriormente, es decir, de los antecedentes.

El estudiar los antecedentes del proceso de vinculación entre la CIA y los militares, es aceptar que no se está hablando de un hecho aislado y que, por tanto, tiene sus orígenes en ciertas inquietudes de los actores o en coyunturas, las cuales se estaban dando en aquella época. Para entender mejor el proceso de desarrollo de las redes, es necesario tener utilizar una tipología analítica, desde la cual se desprenden dos categorías. La primera es la siempre necesaria contextualización del escenario histórico en el cual se centra el estudio de los antecedentes. La segunda parte explica brevemente cuáles fueron las principales medidas que se tomaron en conjunto entre la CIA y las FF.AA, producto de las coyunturas que ocurrían en ese momento y de las necesidades que generaban. Se verá más adelante que estos planes no son aislados si se toman en cuenta las características de los vínculos que la CIA establece con los militares después. Es por eso que se justifica al menos su caracterización y los resultados que tendrían.

  • 1. Salvador Allende como opción real: la urgencia de impedir su ascenso

Parte de darle una mirada a los antecedentes, es observar en qué escenario estarían ocurriendo. En este caso, se verá qué fue lo que llevó a los norteamericanos a poner atención dentro de lo que estaba ocurriendo en Chile en la posterioridad de las elecciones de septiembre de 1970. Esto debido a que es un momento clave, donde EEUU encuentra en la mayoría relativa de Allende una amenaza clara, consistente en la concreción su "miedo al comunismo" o, incluso, la intensificación de un panorama que empezaba a ser adverso desde antes. Pero antes, también debe considerarse el contexto mundial de la Guerra Fría – el que claramente tuvo influencia dentro de los procesos ocurridos en aquella época – y la concordancia del proceso chileno dentro de este escenario. Todo esto se justifica en función de observar cómo se van articulando los intereses del gobierno norteamericano, que tenía a la CIA como principal herramienta de inteligencia.

1.1) El contexto mundial de la Guerra Fría y la relevancia de Chile: El concepto "Guerra Fría" es utilizado dentro de la historiografía, y otras ciencias sociales, para dar cuenta del período contemplado entre el fin de la Segunda Guerra Mundial y la caída de la URSS. Es decir, se contempla principalmente entre los años 1947 y 1991. Esta pugna se dio justamente entre la URSS y los EEUU, representando cada uno ideologías opuestas dentro de la hegemonía mundial; la primera representaba al bloque "comunismo-oriental", mientras que la segunda representaba al bloque "capitalista-occidental". Por tanto, se pude hablar de una especie de repartición del mundo, en torno a "áreas de influencia" de cada potencia. Se le denomina, específicamente y particularmente, "fría" por el hecho de que jamás se concretó un enfrentamiento armado directo entre los bloques opositores. Esto a causa, principalmente, del temor a una guerra nuclear entre ambas potencias. En el fondo, fue mucho más dentro del denominado Tercer Mundo donde la Guerra Fría se tornó "caliente", por decirlo de alguna manera. Los aliados antagónicos de ambas potencias se enfrentaban, siendo apoyados por una u otra dependiendo de la bandera que alzaran para justificar los enfrentamientos.

En el caso específico de América Latina, puede decirse que esta zona se encontraba históricamente dentro de la esfera de influencia norteamericana. A su vez, luego de la Revolución Rusa y, principalmente, luego de la crisis de 1929, diversas ideologías fieles a los postulados "marxista-leninistas" – o parecidos a ellos – se introducen en los países latinoamericanos, marcando el inicio de las pugnas políticas, al interior de los diversas naciones, entre quienes anhelaban cambios estructurales radicales para combatir las injusticias e inequidades (al estilo soviético, chino desde los 50 u otro que pudiera verse como modelo) y los que defendían los intereses del capital o la institucionalidad democrática, la cual era utilizada como un arma discursiva por parte de EEUU – lo cual derivó en los 60 y 70 en variados golpes militares alrededor del continente. A su vez, 1959 triunfa la Revolución Cubana, hecho que aumenta la influencia "anti-capitalista" o "anti-imperio" (oposición a EEUU) dentro de diversos sectores sociales de los países latinoamericanos. El caso de Cuba cala hondo en los demás países, los cuales toman conciencia de que es posible hacer una "revolución" al estilo socialista o comunista dentro de América Latina. A su vez, para EEUU esto se veía como una amenaza que no debía traspasar las fronteras cubanas.

Dentro de este contexto, Chile comienza a llevar a cabo un proceso, que lo encaminará a tomar una posición relevante en el concierto mundial de la Guerra Fría. En 1970 tenía como presidente a Eduardo Frei Montalva. Aquel mandatario había impulsado variadas reformas entre las cuales se destacan algunas de carácter económico como la "chilenización" del cobre y el incremento del gasto público, así como de carácter social como la Reforma Agraria (que también tenía un carácter económico), impulsó la organización de trabajadores rurales, así como una política de movilización social inducida desde el Estado. Frei (el mismo al que EEUU apoyó en su campaña de 1964, justamente para evitar que saliese Allende) abrió las puertas, por medio de las reformas que promovió, para que la sociedad en su conjunto sea un protagonista serio en los vaivenes de la política nacional, además de crear la senda hacia una próxima nacionalización, la cual estaría estipulada dentro del plan de la Unidad Popular. Por tanto, si Allende era ratificado, podía llevar a la sociedad chilena a una amplia profundización de las políticas de Frei, encaminando al socialismo (aunque no marcadamente soviético), a la nacionalización de la economía (lo cual iba en contra de los intereses económicos norteamericanos) y a la suma dentro del bloque opositor: el "comunista", pudiendo representar un nuevo modelo tan o más peligroso que el cubano para EEUU: el socialismo por vías democráticas.

1.2) EEUU con los ojos puestos en el posible Chile de la UP: Que Chile esté siguiendo un camino hacia el socialismo con la elección de Allende, no dejó de ser un problema para las cúpulas de poder de EEUU. Era, probablemente, el siguiente paso hacia una Latinoamérica que se estaba soltando de su influencia, y posiblemente la "Vía Chilena al Socialismo", como se indica en documentos desclasificados, era mucho más preocupante que Cuba, por el hecho de haber sido elegido democráticamente y por estar en una zona geográfica cercana a países claves como Argentina o Bolivia, además del peligro de influencia incluso a otros países occidentales (el caso de Italia es emblemático debido a la fuerza de su Partido Comunista). Por tanto, se desprende que los EEUU vieron con absoluta intolerancia la asunción de Allende al poder, hecho que de concretarse podía considerarse como grave, según lo que pensaba, por ejemplo, el presidente Nixon.

A través del memorando "Génesis del Proyecto FUBELT" de 16 de septiembre de 1970 (poco después de haber sido electo Allende por sufragio universal) se desprende: "El Presidente solicitó a la Agencia impedir que Allende acceda al poder o derrocarlo. El presidente autorizó diez millones de dólares para este propósito, si fuese necesario. Adicionalmente, La Agencia llevará a cabo esta misión sin coordinarse con los Departamentos de Estado o de Defensa."[1] Por lo tanto, decididamente el presidente y, en efecto, la inteligencia, se muestran interesados a establecer recursos que permitan tomar medidas urgentes para evitar la llegada de la UP al poder.

1.3) ¿Por qué las FF.AA?: Justamente para los planes conspirativos de EEUU, las FF.AA representaban el recurso de suma urgencia que necesitaban para este momento de amenaza a los intereses. Ahora bien, ¿por qué los militares representaban aquel recurso? Se desprende de otras investigaciones que para el período de Eduardo Frei, algunos sectores de los militares habían comenzado a asomarse nuevamente dentro de la política, en especial a partir de la toma del regimiento "Tacna" o "tacnazo" – hecho que se concreta debido a reivindicaciones que englobaban netamente el ámbito militar, pero se le consideró también un cuestionamiento serio al gobierno. Se plantea que "el "Tacnazo" sembró el ímpetu deliberativo entre los miembros de los institutos armados transformándolos rápidamente en personajes públicos, claves en la resolución del conflicto político."[2] El ser un actor que retornaba a la escena política y que, además, poseyera la ventaja de las armas (lo cual era sumamente favorable, a vista de EEUU), los hacía ya parte seria de las consideraciones norteamericanas de establecer vínculos serios.

Por otro lado, habían sectores de las FF.AA (en especial muchos de los altos mandos) que estaban fuertemente influenciados por la "Doctrina de Seguridad Nacional". La Escuela de las Américas – y otras instituciones formadoras impulsadas por EEUU – "(…) modificó en cierta medida las tareas militares, las cuales deberían concentrarse en la lucha contrainsurgente en sus respectivos países."[3] Osea, las doctrinas impulsadas desde EEUU tuvieron la característica de ser fieles a las ideologías "anti-comunistas" y del "enemigo interno", que respondían a las necesidades de la Guerra Fría De esta manera, se tenían preparados a los militares chilenos para rechazar una amenaza para EEUU y que, a través de la doctrina, se transformó – a los ojos de los militares – en una de amenaza para el "orden" de Chile: en este caso, Allende era la principal amenaza. Por tanto, si se considera que los militares estaban bastante influenciados por las doctrinas militares norteamericanas – sumándole su "politización" – los militares juntaban características que hacían ver no muy complicadas las vinculaciones.

  • 2. Manos a la obra contra el enemigo

Como se dijo anteriormente, para EEUU era necesario hacer algo al respecto. De esta manera, el gobierno norteamericano puso manos a la obra al contactarse y coordinarse con aquel sector de la sociedad que – además de estar en desacuerdo con el resultado de las elecciones – tenía las vías para tomar medidas antes de que asumiera el candidato socialista: el ala de las FF.AA influenciado por la ya nombrada "Doctrina de Seguridad Nacional" y su resquemor al ascenso de Allende. Esto a través, principalmente del plan llamado Track II, el cual era la continuación de Track I. Ambos planes representaban la concreción de las medidas que se pensaba que se debían tomar para impedir una "catástrofe" de un eventual gobierno de la UP.

Track I era, más bien, la vía "legal" y primera opción. "Esta maniobra, vista como una solución constitucional al problema Allende, consistía en inducir una cantidad suficiente de votos parlamentarios para elegir a Alessandri en ves de Allende en el entendido de que Alessandri renunciaría de inmediato, abriendo así el camino para una elección especial en que Frei podía legalmente presentarse como candidato."[4] El punto en contra que se tenía era que para llevar a cabo este proceso, era que necesitaba la aprobación del entonces presidente Frei para que se lleve a cabo la operación, lo cual no se dio, por lo que se vio necesario pasar a Track II.

Track II fue netamente organizado por la CIA y "(…) a espaldas del Comité 40 u otros organismos (…)"[5] Dentro de este plan, se encontraba el atentado al General René Schneider, el cual fue asesinado por error, ya que el plan era raptarlo. En un telegrama de la Estación de la CIA en Santiago del 19 de Octubre del 70, se explicita: "Los militares no admitirían estar involucrados en el rapto de Schneider del cual serán culpados los izquierdistas."[6] En resumen, Track II era un plan de tipo insurrecional que contemplaba hacer a un lado a los militares con influencia de la "doctrina Schneider" (constitucional) y realizar un golpe de estado antes de que asuma Allende.

A fin de cuentas, ambos planes fracasaron sin vuelta atrás, y el error del asesinato a Schneider significó el punto final de las aspiraciones, y un apoyo a Allende, en tanto que la nación quedó estremecida con el asesinato, volcándose a favor de la "democracia".[7]

Capítulo II:

Los vínculos no han muerto. El monitoreo a los militares y sus efectos

A pesar de que el principal plan compartido entre el ala golpista de los militares y la CIA había fracasado totalmente, los vínculos, tal como era el interés norteamericano y probablemente de las FF.AA, no se cortaron. Esto porque, como se verá, existían fuertes razones para mantenerlos. Aun así, estos vínculos pasan a ser mucho más cuidadosos y manejados a raíz del contexto nuevo en que se debían ejercer y de los aprendizajes del pasado.

En este capítulo se busca describir los métodos a los cuales recurría la CIA, con el fin de mantener vínculos con el cuerpo armado chileno, en el periodo entre el 4 de noviembre de 1970 y el 11 de septiembre de 1973. Se planeta la existencia de distintas fases evolutivas en la utilización de las redes de inteligencia, las cuales iban correlacionadas con las tendencias que eran posibles de observar dentro de las FF.AA chilenas y el contexto en que se establecían los vínculos. Esto da la posibilidad de reflexionar acerca de los objetivos que tenía la agencia de inteligencia norteamericana con respecto a este vínculo encubierto.

  • 1. ¿Por qué mantener los vínculos?

Luego de la ascensión de Allende al poder, podría plantearse que mantener los contactos, que se tenían antes de la llegada de la Unidad Popular, iba a ser mucho más difícil, lo que funcionaría como desincentivo para la inteligencia norteamericana. Pero al menos esta última afirmación no fue así en lo absoluto.

Dentro de los organismos de Estado norteamericanos, la idea de hostilidad con la posibilidad de un Chile socialista cundía hondo, y no por el hecho de que haya asumido finalmente este gobierno aquella percepción iba a disminuir; al contrario, la preocupación iba a ser mayor. El problema era cómo acceder a la opción de derrocar a un Allende constitucionalmente elegido, osea, por sufragio universal y a través de la vía democrática. En torno a esto, surgirían varios problemas, como se verá más adelante, en cuanto al camino que la inteligencia norteamericana debía seguir para generar un clima propicio que se incline hacia el derrocamiento de Allende: el debate se incrementaría a favor de buscar nuevas estrategias. Había una sola cosa que no estaba en discusión para los norteamericanos: no se podía asumir una derrota.

De esta manera, los vínculos con todo organismo que apoye la iniciativa de salida de Allende de La Moneda, debía ser mantenido, incluyendo los vínculos con las FF.AA. A continuación se verá por qué era indispensable la existencia de vínculos mutuos.

1.1) Las cenizas de Track I y II: Es evidente que "Track II marcó un quiebre en la naturaleza de las relaciones entre funcionarios de Estados Unidos y militares chilenos."[8] Se marcó un cambio en las concepciones acerca de cómo se debían mantener aquellos vínculos durante el periodo de presidencia allendista; es decir, podría plantearse que las consecuencias de Track II son un factor explicativo de las lógicas con las cuales se iban a impulsar las ideas anti-Allende. Por tanto se puede hablar de una trascendencia en cuanto a las motivaciones que se crearían desde aquel momento.

En el informe Church aparece explícitamente que al momento de fallar el intento de golpe, lo que llevo a que Allende asumiera, el Comité 40 autorizó a la CIA a financiar grupos chilenos opuestos al nuevo presidente.[9] Los planes, por tanto, no dan cuenta de una pasividad y de una aceptación de una derrota contra el socialismo, sino por el contrario tal como se afirma más arriba. Dentro de esta lógica, Henry Kissinger (con fecha 6 de Noviembre de 1970) en una conversación con el presidente Nixon y el director de la CIA, entre otros, afirma que está de acuerdo con que los militares de EE.UU. "deberían mantenerse en contacto con sus colegas chilenos y tratar de fortalecer nuestra posición en Chile."[10] En la misma conversación, el presidente Nixon hace una afirmación de importancia: "Nunca estaré de acuerdo con la política de poner cuesta abajo a los militares en América Latina. Ellos son un centro de poder sujeto a nuestra influencia."[11] Estos dichos dan cuenta de que se está dando gran importancia a los militares, y si se toma en cuenta que la opinión de Nixon era fundamental, se estaba en presencia de un incentivo muy claro de mantener los vínculos con la institución armada. Además, se manejaba también la no despreciable información de que los "(…) oficiales chilenos que estaban al tanto de que los Estados Unidos en una ocasión habían intentado provocar un golpe para evitar que Allende fuera Presidente, deben haber sido sensibles a las señales de que los Estados Unidos continuaban apoyando un golpe"[12]

Las afirmaciones de Kissinger y Nixon mostrarían la intención de mantener la vinculación, y quizá reforzar los esfuerzos por mantenerla ante la coyuntura desfavorable, así como la autorización del Comité 40 sería el impulso institucional que necesitaría la CIA para encarnar aquellos deseos de los altos mandos norteamericanos. En resumen, las cenizas de los "Track", y especialmente de Track II, al menos en los días posteriores de la llegada de Allende al mandato de Chile, produjeron efectos que mantenían el interés por los vínculos. Ahora bien, es importante plantearse la pregunta de si los funcionarios norteamericanos tenían la intención de generar una estimulación al golpe, lo cual quedaría como una incógnita a dilucidar luego.

1.2) ¿El golpe como último recurso?: ¿Era el golpe, luego de que ascendiera Allende, una posibilidad cierta? Los datos obtenidos suelen inclinar hacia una reflexión que invita a pensar que se consideraba al golpe como una posibilidad cierta, pero no segura. Esto a causar de que para la CIA, como se ha venido planteando, tener a un Allende gobernando dentro de su zona de influencia era algo que requería actuar con suma urgencia, pero a su vez era indispensable ser cautelosos. Y es esa cautela, que no se debía ignorar, lo que muy probablemente entregó a los norteamericanos ciertas dudas acerca de apoyar directamente un golpe militar. Sería aquello lo que más tarde determinaría el sumo cuidado con que se debían establecer los vínculos y planes a seguir.

Se podrían buscar argumentos que refuten aquella postura "anti-golpe" como objetivo de la CIA, aparte de la ya conocida preocupación sobre su zona de influencia y las intenciones de presionar a través de varios medios al gobierno de Allende. Entre estos, surge uno que no estaría de más indicar: en Track II la CIA no solamente respaldaba un golpe, sino que lo exigía, en tanto que incluso amenazó a ciertos militares con cortarles la ayuda si es que éstos se negaban a actuar. El punto es que luego de que asumió Allende la asistencia no se suspendió[13]Sin embargo, aquellos hechos en sí no logran demostrar una intención de golpe clara, ya que aquella ayuda que no se cortó pudo haber sido utilizada para formas de vinculación que no tenían que ver directamente con la realización de un pronunciamiento golpista (armamento, apoyo logístico directo, etc).

La anterior incógnita nos lleva por el camino de comprender de mejor manera los objetivos que tenían los vínculos, lo cual era reflejo de la base ideológica de los métodos de vinculación, siendo quizá la parte esencial de aquellos, pero, como veremos, ni mucho menos la única.

  • 2. Los monitoreos e informes: en qué consisten y cuál es el objetivo

"Cuando Allende asumió el poder, poco quedaba del aparato de propaganda financiado por la CIA. Sin embargo, se mantuvo un núcleo que fue suficiente para permitir que funcionara eficazmente una oposición en contra de Allende aun antes de que asumiera."[14]. Ante esto, la CIA finalmente adoptó un propósito para contactar a los militares, consistente en la recolección de inteligencia a través de monitoreos constantes e informes. La idea era mantener de manera encubierta los monitoreos. En esta fase evolutiva que se plantea al inicio del capítulo, es justamente la primera etapa: el monitoreo con fines informativos.

2.1) La necesidad de estar encubiertos: A priori podría responderse que la necesidad de encubrir los vínculos tiene sus razones en que no se querían correr riesgos de volver a cometer errores como en los "Tracks". Pero aquello no fue todo.La CIA era la mejor opción para concretar los planes de monitoreo encubiertos, ya que era el organismo que manejaba de forma óptima el control de las operaciones que necesitaban de inteligencia y de operaciones secretas. Ahora bien, dentro las razones que llevaron a los norteamericanos a verse obligados a recurrir a los secretos y a las prácticas "ilícitas" de monitoreo, podrían identificarse principalmente dos: en primer lugar, la cuestión de la imagen externa; y en segundo lugar, la misma composición de las FF.AA.

La imagen que tenía EEUU, para las autoridades de aquel país, era trascendental de conservar, ya que al estar en pleno periodo de Guerra Fría, las esferas de influencia y aliados dentro del bloque occidental observaban los pasos que naciones como la norteamericana (principal líder que llevaba el bastión del bloque occidental) entregaba a través de sus hechos. Kissinger decía (en 06-11-70) en el memorando "Reunión del Consejo de Seguridad Nacional (CSN)":"Nosotros estamos fuertemente identificados con el apoyo a la autodeterminación y respeto a las elecciones libres. (…) Sería por tanto muy costoso para nosotros actuar de modo que aparezcan violados esos principios, los latinoamericanos y otros en el mundo verán nuestra política como una prueba de credibilidad con nuestra retórica."[15] Además, la misma cuestión de la imagen externa desglosa otra razón importante, que era el fortalecimiento de Allende. Se dijo anteriormente que quedarse de brazos cruzados era un error garrafal que daría a Allende la libertad de hacer y deshacer; pero también era un error actuar de manera explícita, porque esto favorecería al mandatario, que sería apoyado por gran parte de su pueblo y naciones extranjeras, perjudicando totalmente la imagen norteamericana en el mundo. Tal como dice el Secretario de Estado William P. Rogers en una conversación del CSN: "Tenemos severas limitaciones respecto de lo que podemos hacer. Una postura pública fuerte sólo lo fortalecerá. Tenemos que tomar cuidadosamente cada decisión en el futuro de modo que lo dañen lo más posible, pero sin una postura demasiado pública, la cual sólo sería contraproducente."[16] Por tanto, si no se actuaba de forma encubierta, podía traer serias consecuencias a la imagen de EEUU, lo cual claramente comprometería gravemente los objetivos.

El otro punto, que se relaciona con la composición de los militares, tiene que ver con encubrir las acciones dentro de gran parte de las FF.AA. Esto debido a que así como existían ramas o fragmentaciones fieles a nuevas ideologías penetradas relacionadas con la "Doctrina de Seguridad Nacional", también estaba la ya clásica ala de tradición "ibañista" que era sumamente constitucional[17]la cual no era fervorosamente contrario a Allende. De esta manera, era inevitable para la CIA dirigirse a muy reducidos agentes de las FF.AA chilenas, con el fin de que la información que se conseguía en los monitoreos no se filtre hacia estas ramas "constitucionalistas" o que pudieran estropear los planes (como paso en el caso Schneider). La sola posibilidad de que se sepan todos los planes de la CIA fuera de los vínculos que aquella establecía, era otro riesgo que seguramente terminaría acabando con los planes de inteligencia, por lo que reforzaba la necesidad de encubrir lo más posible las acciones.

2.2) La función de los informes: Los informes de inteligencia (nombre por el cual aparecen en el informe Church) eran los que cumplían la función de entregar por escrito lo observado y/o averiguado en los monitoreos. En este caso, los informes entregaban datos acerca de las diferentes alas golpistas de las FF.AA, dando cuenta de lo que aquellas planeaban como posibles medidas a realizar en un futuro próximo o lejano. Hubo muchos casos que fueron estudiados gracias a estos informes, y en gran parte gracias a ellos la CIA pudo discriminar efectivamente acerca de a qué grupos poner mayor atención y, como veremos luego, buscar nuevos métodos de vinculación con ellos, como la infiltración.

Fue principalmente desde la segunda mitad de 1971 cuando se empezaron a producir la mayor cantidad de informes que hablaban de aspiraciones golpistas. "En septiembre de 1971, una nueva red de agentes estaba en su lugar y la oficina recibía informes casi diarios de nuevas conspiraciones golpistas."[18] Pero fue, en general, durante todo el periodo de la Unidad Popular cuando la CIA recopila toda la inteligencia operacional necesaria para un golpe de estado.[19]

2.3) El objetivo inicial de los monitoreos encubiertos: A grandes rasgos, luego de Track II, "(…) la CIA volvió a montar su red y se mantuvo en estrecho contacto con los oficiales militares chilenos, con el fin de monitorear el desarrollo de los acontecimientos al interior de las Fuerzas Armadas."[20]

Se plantea además en el informe Church, que no se estaba ejerciendo por estos medios una manipulación directa y/o consciente, ya que el fin era la recopilación de información. Ahora bien, estas "(…) relaciones secretas desarrolladas para la recolección clandestina de inteligencia pueden tener también impactos políticos, a pesar de no haber por parte de los funcionarios norteamericanos una intención consciente de manipular la relación con el fin de obtener dividendos políticos inmediatos."[21] En otras palabras, los análisis de los informes de inteligencia justamente tenían aquel objetivo: analizar una posible infiltración que provoque impacto político, aunque sea a largo plazo. ¿No había una intención claramente golpista, entonces?

  • 3. Ubicación de grupo golpista dentro de las FF.AA: el giro hacia la política agresiva de la CIA

Acaba de mencionarse anteriormente que los monitoreos y sus respectivos informes tenían como fin no solamente observar el comportamiento de las FF.AA chilenas, sino que también analizarlas para evaluar una posible infiltración. Aquello era sinónimo no solamente de una mera influencia política, sino también de una estrategia política mucho más agresiva por parte de la CIA.

Dentro de la tipología hecha al inicio del capítulo, se puede considerar a esta como la siguiente fase a la del monitoreo con fines informativos y analíticos. Esta puede ser considerada una etapa dentro de la cual se han observado esfuerzos muchos mayores en impulsar planes y estrategias de derrocamiento a Salvador Allende, concentrados en un número que no se indica de fragmentaciones militares (al menos en las fuentes primarias analizadas). Esto conlleva a que el impacto e influencia ideológica comienza a ser mucho más localizada y fuerte en comparación a la etapa anterior, lo cual es probable, como se verá, que haya conllevado un giro de la CIA con respecto a sus objetivos finales que buscaban extraer de los vínculos creados.

3.1) Resultados concretos de los monitoreos: Los resultados que arrojaron los monitoreos dieron con el paradero de, como se dijo, alas golpistas prioritarias que, se pensaba, podían ser más factibles de infiltrar. Aunque resultado era el ideal, según algunas reflexiones que se pueden extraer de las fuentes estudiadas, probablemente las esperanzas de haber encontrado aquellos grupos (e incluso más tarde fue uno) no eran los más probables dentro de las posibilidades que la CIA veía. No obstante, más allá de las especulaciones, la oportunidad de inculcar cierto impacto político ya era cierto y se debía aprovechar a través de nuevas formas de vinculación.

3.2) La llamada "Operación Engaño": Una de las nuevas formas de las que se hace referencia es una estrategia consistente en aplicar el convencimiento acerca de mentiras que pudieran incentivar a tomar nuevas posturas dentro de los militares, aquella era la "Operación Engaño". Se da cuenta en las fuentes que (…) la oficina y la central discutieron una "operación engaño" diseñada para alertar a oficiales chilenos sobre una supuesta o inventada infiltración cubana en el ejército chileno."[22] Aquello pudo haber causado algunos efectos, pero para asegurar el impacto, luego se decide incrementar su intensidad.

"Un mes después, la oficina central de la CIA sugirió que la operación engaño se suspendiera, a cambio de pasar información "verificable" al líder del grupo golpista que la central y la oficina percibían como quien tenía mayores posibilidades de éxito."[23] Es decir, se procedía a entregar objetos o pruebas (creados artificialmente) para convencer a los militares en cuestión que los dichos eran ciertos. No se estipula si por si sola la operación entrego resultados óptimos, pero de todas formas aquello no fue lo único que se hizo.

3.3) Acrecentamiento de la infiltración: Los planes se vuelven más agresivos a causa de una necesidad que se estudiaba en la CIA de concretar el objetivo de los monitoreos, que era la infiltración efectiva de los grupos golpistas. "Durante 1972 (…) dedicó [la CIA] una cantidad sustancialmente mayor, en tiempo y esfuerzos, para infiltrar este grupo (en comparación a lo dedicado a los grupos anteriores)."[24] Se había dado un avance al encontrar un grupo elegido. Además, también ya se estaba en contacto con el líder del grupo. [25]

Esta infiltración comienza, a partir de este punto, no solamente a influir políticamente de forma más fuerte, sino que se destinaron más esfuerzos en realizar operaciones tales como el "(…) subsidio de un pequeño boletín noticioso antigubernamental dirigido a las Fuerzas Armadas, su recopilación de listas de arresto y otra información operacional (…)"[26], y sin dejar de lado otras operaciones como la de engaño. No se puede dejar de lado el incremento de los fondos destinados a estos objetivos y quizá a otros relacionados con los militares. "Las ventas militares crecieron abruptamente de 1972 a 1973 y lo hicieron aún más en 1973 y 1974, con posterioridad al golpe."[27]

Sin dudas, estos datos no son menores al considerar los objetivos de la CIA, que inicialmente veían incierta la posibilidad golpista, ¿la verían incierta a esas alturas cuando el gobierno de Allende empezaba a colapsar y los vínculos se reforzaban? Es interesante realizar una reflexión desde el supuesto de un posible vuelco en los objetivos de la CIA, según la coyuntura que comenzaba a ser favorable. Vuelco en los objetivos o no, el incremento de los estímulos para que los militares siguieran el camino del golpe era claro.

3.4) 29 de Junio – 11 de Septiembre: el ser testigos de los hechos: Como se dijo, ya en 1973 el panorama en Chile era preocupante, en tanto que la polarización social y la crisis económica estaban amenazando gravemente la estabilidad del país. Esto llevó a que el día 29 de Junio se haya realizado un intento de golpe. El "tancazo", como se le conoce, representó la concreción de los planes golpistas del ala opositora a Allende. La CIA, en base a las infiltraciones y otras operaciones mencionadas anteriormente, estaba al tanto, así como de los que vendrían después, terminando en el golpe final del 11 de septiembre. Esto no quiere decir que hayan apoyado más allá de ciertos dichos, tal como refleja la siguiente declaración: "Se conversaba mucho entre los oficiales chilenos sobre la posibilidad de algún tipo de golpe…pero este no era el tipo de conversación apoyada, usted sabe, en una planificación seria."[28]

La CIA sabía, entre otras cosas, sobre la huelga de camioneros de julio del 73 planeada y apoyada, entre otros organismos, por los militares. [29]Pero lo más trascendental es que sabían con lujo de detalles acerca de los planes del día 11, tal como se indica uno de los informes: "El intento de golpe comenzará el 11 de septiembre. Las tres ramas de las FF.AA y Carabineros están implicadas. Se leerá una declaración por Radio Agricultura a las 7:00 AM."[30] Además, "(…) advirtió [la Central] que el interés del gobierno de Estados Unidos de estar en contacto clandestino con conspiradores militares – cualquiera fuera el propósito – podía muy bien implicar el apoyo de los Estados Unidos en los planes futuros."[31] Aquello, a pesar de las promesas futuras, no muestra una implicancia directa en la elaboración estratégica, ni menos en la concreción del golpe.

Una reflexión: retomando los objetivos de la CIA

Luego de haber revisado los mecanismos de vinculación implantados por la CIA para con las FF.AA chilenas, vale la pena realizar una reflexión relacionada con los objetivos que tenía la CIA. Lo que se pudo extraer de los documentos desclasificados y el Informe Church habla, como se dijo, de una necesidad por parte de los norteamericanos de mantener las comunicaciones con los militares, en tanto que ellos representaban una posibilidad de cumplir un objetivo. Aquello estaba basado en un ver amenazados sus intereses particulares, lo cual conllevaba a una no aceptación y hostilidad, encubierta, hacia el gobierno de Salvador Allende.

Podría decirse que el ejercicio de influencia es equivalente a la búsqueda del golpe como objetivo final de las operaciones. Probablemente, pero eso no quería decir que la CIA formara parte de la concreción de éste. El punto que genera confusión con respecto a este tema era otro: "No hay evidencias contundentes de asistencia directa de los Estados Unidos en el golpe militar, a pesar de las frecuentes acusaciones en dicho sentido [incluso durante el periodo mismo pre y post golpe]. Más bien, los Estados Unidos (…) probablemente dieron la impresión de que no mirarían un golpe militar con malos ojos."[32] Por otro lado, el hecho de que la central de inteligencia haya declarado apoyar planes futuros, quiere decir justamente aquello: futuros. Por lo tanto, había una constante atención hacia lo que estaba pasando en Chile, sumado a una consciencia de estar influyendo fuertemente hacia una cada vez más viable concreción golpista por parte del ala infiltrada de las FF.AA. Pero lo importante era que el golpe lo hacían los militares, y la CIA solamente realizaba operaciones de infiltración de las cuales esperaba que surtieran algún efecto motivador dentro del ala golpista que estaba siendo infiltrada.

El hecho de que no se haya encontrado evidencia de apoyo directo al golpe, no quita que de todas formas haya existido un deseo de que Allende saliera debilitado y, ojala, derrocado. En otras palabras, los mecanismos que implantaba la CIA para monitorear y luego infiltrar un grupo de los militares tenía por objetivo intentar surtir efectos motivadores y manipuladores para que las FF.AA tomen la iniciativa, lo cual era algo que si podía evidenciarse. "Considérese los contactos que la CIA y los agregados militares siguieron manteniendo con los militares chilenos luego de la inauguración de Salvador Allende; aunque el fin era la recopilación de información, los Estados Unidos se mantuvieron vinculados con el grupo que tenía más probabilidades de derrocar al nuevo presidente. Hacer eso era un arma de doble filo: la diferencia entre recolectar información y ejercer influencia era en sí difícil de precisar. Y como los militares chilenos percibían que sus acciones estaban determinadas por el gobierno de Estados Unidos, las posibilidades de ejercer influencia no tenían que ser manipuladas conscientemente."[33]

Ante esto podría corroborarse que existió una continuidad en las infiltraciones de la CIA, pero sin llegar a tomar un carácter de asistencia directa a los planes netamente golpistas de las FF.AA. Mantenerse vinculados al grupo que tenía más posibilidades de derrocar Allende, pudo haber sido más bien una muestra de interés hacia un plan que los EEUU se podrían haber visto imposibilitados de apoyar, ya sea por razones de principios, de imagen o justamente para mantener cautela y no poner en peligro la posibilidad cierta de derrocar a la UP – en lo que se demuestra un aprendizaje del pasado con respecto a los fallidos "Track". Pero no cabe dudas que su afán por ver a un Allende derrocado fue pilar principal que motivó mantener las vinculaciones encubiertas. Las infiltraciones para provocar incidencia política y motivaciones era el arma que EEUU tenía, a través de la CIA, para abrir una ventana que pudieran llevar a cumplir sus aspiraciones de proteger sus intereses. Por tanto, nunca hubo un vuelco en los objetivos de la CIA, solamente se fueron aplicando las diferentes fases de intervención, a través de vínculos, según la coyuntura lo permitiera.

De esta forma, se podría decir que la hipótesis se corrobora, en tanto que los monitoreos constantes si incluyeron un análisis de los grupos golpistas como fin, en tanto que les daba la posibilidad de realizar una infiltración a futuro. En cuanto esa posibilidad se vio cierta, no se dudó en infiltrar porque, justamente, representaba la concreción del fin último de los vínculos encubiertos en su totalidad: tener incidencia en los militares chilenos para que ellos, por su cuenta, tomen las armas contra Allende.

Fuentes primarias

  • "Acciones encubiertas en Chile, 1963-1973", informe del senado de los Estados Unidos, reproducido por Armando Uribe y Cristian Opaso, Intervencion Norteamericana en Chile (Santiago, Editorial Sudamericana, 2001)

  • Corvalán, Luis. "Documentos Norteamericanos Desclasificados". Taller de Ciencias Sociales, 1er Semestre 2007

  • Soto, Hernán y Villegas, Sergio. "Archivos secretos. Documentos Desclasificados de la CIA". Santiago, LOM Ediciones, septiembre de 1999

BIBLIOGRAFÍA

  • Collier, Simon y Sater, William. "Historia de Chile. 1808-1994".Madrid, Cambridge Universiy Press, 1999

  • Valdivia Ortiz de Zarate, Verónica. "Camino al golpe: el nacionalismo chileno a la caza de las fuerzas armadas". Universidad Católica Blas Cañas. Dirección de Investigaciones, Serie de Investigaciones Nº 11. Santiago, 1996

  • Valdivia Ortiz de Zárate, Verónica. "El golpe después del golpe". Santiago, LOM Ediciones. Primera Edición: septiembre de 2003

 

 

 

 

Nicolás Gómez Baeza

[1] Corvalán, Luis. "Documentos Norteamericanos Desclasificados". Taller de Ciencias Sociales, 1er Semestre 2007; Documento 1, pp. 1

[2] Valdivia Ortiz de Zarate, Verónica. "Camino al golpe: el nacionalismo chileno a la caza de las fuerzas armadas". Universidad Católica Blas Cañas. Dirección de Investigaciones, Serie de Investigaciones Nº 11. Santiago, 1996. pp 41.

[3] Valdivia Ortiz de Zárate, Verónica. "El golpe después del golpe". Santiago, LOM Ediciones. Primera Edición: septiembre de 2003, pp. 32

[4] "Acciones encubiertas en Chile, 1963-1973", informe del senado de los Estados Unidos, reproducido por Uribe, Armando y Opaso, Cristian. Intervencion Norteamericana en Chile (Santiago, Ed Sudamericana, 2001), pp. 67

[5] Ibid, pp. 71

[6] Op. Cit. Corvalán; Documento 2, pp. 3

[7] Collier, Simon y Sater, William. "Historia de Chile. 1808-1994".Madrid, Cambridge Universiy Press, 1999, pp. 282

[8] Op. Cit. Uribe, Armando y Opaso, Cristian, pp. 91

[9] Ibid. pp. 23

[10] Op. Cit. Corvalán, Luís; Documento 4, pp. 2

[11] Ibid.; Documento 4, pp. 4

[12] Op. Cit. Uribe, Armando y Opaso, Cristian, pp. 93

[13] Ibid, pp. 93

[14] Ibid, pp. 76

[15] Op. Cit. Corvalán, Luís; Documento 3, pp. 2

[16] Ibid. ; Documento 4, pp. 2

[17] Op. Cit. "El golpe después del golpe"; pp. 85

[18] Op. Cit. Uribe, Armando y Opaso, Cristian , pp. 93

[19] Ibid. , pp. 96

[20] Ibid. , pp. 93

[21] Ibid. , pp. 22

[22] Ibid. , pp. 93

[23] Ibid. , pp. 95

[24] Ibid. , pp. 96

[25] Ibid, Pp. 97

[26] Ibid, pp. 97

[27] Ibid, pp. 93

[28] Ibid, pp. 168

[29] Informe de la CIA del 25-07-73 en Soto, Hernán y Villegas, Sergio. "Archivos secretos. Documentos Desclasificados de la CIA". Santiago, LOM Ediciones, septiembre de 1999, pp. 15

[30] Soto, Hernán y Villegas, Sergio. "Archivos secretos. Documentos Desclasificados de la CIA". Santiago, LOM Ediciones, septiembre de 1999. pp. 30

[31] Ibid. Pp. 96

[32] Ibid. Pp. 77

[33] Op. Cit. Uribe, Armando y Opaso, Cristian, pp. 33

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