Bloque histórico, estructura, superestructura y relaciones de fuerza: Gramsci (página 2)
Enviado por Esteban Rossi
2) Un momento sucesivo es la relación de las fuerzas políticas; es decir, la valoración del grado de homogeneidad, autoconciencia y organización alcanzado por los diferentes grupos sociales. Este momento, a su vez, puede ser analizado y dividido en diferentes grados que corresponden a los diferentes momentos de la conciencia política colectiva, tal como se manifestaron hasta ahora en la historia. El primero y más elemental es el económico-corporativo: un comerciante siente que debe ser solidario con otro comerciante, un fabricante con otro fabricante; o sea, es sentida la unidad homogénea del grupo profesional y el deber de organizarla pero no se siente aún la unidad con el grupo social más vasto.
Un segundo momento es aquel en el que se logra la conciencia de la solidaridad de intereses entre todos los miembros del grupo social, pero todavía en el campo meramente económico. Ya en este momento se plantea la cuestión del Estado, pero sólo en el terreno de lograr una igualdad político-jurídica con los grupos dominantes, ya que se reivindica el derecho a participar en la legislación y en la administración y hasta de modificarla, de reformarla, pero en los cuadros fundamentales existentes. Un tercer momento es aquel en el que se logra la conciencia de que los propios intereses corporativos, en su desarrollo actual y futuro, superan los límites de la corporación de grupo puramente económico y pueden y deben convertirse en los intereses de otros grupos subordinados.
Esta es la fase más estrictamente política, que señala el neto pasaje de la estructura a al esfera de la superestructuras complejas. Es la fase en la cual las ideologías ya existentes se transforman en "partido", se confrontan y entran en lucha hasta que una sola de ellas, o al menos una sola combinación de ellas, tiende a prevalecer, a imponerse, a difundirse por toda el área social, determinando además de la unidad de los fines económicos y políticos, la unidad intelectual y moral, planteando todas las cuestiones en torno a las cuales hierve la lucha no sobre un plano corporativo sino sobre un plano "universal" y creando así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados. El Estado es concebido como organismo propio de un grupo, destinado a crear las condiciones favorables para la máxima expansión del mismo grupo; pero este desarrollo y esta expansión son concebidos y presentados como la fuerza motriz de una expansión universal, de un desarrollo de todas las energías "nacionales". El grupo dominante es coordinado concretamente con los intereses generales de los grupos subordinados y la vida estatal es concebida como una formación y una superación continua de equilibrios inestables (en el ámbito de la ley) entre los intereses del grupo fundamental y los de los grupos subordinados, equilibrios en donde los intereses del grupo dominantes prevalecen pero hasta cierto punto, o sea, hasta el punto en que chocan con el mezquino interés económico-corporativo…
3) El tercer momento es el de la relación de las fuerzas militares, inmediatamente decisivo según las circunstancias. (El desarrollo histórico oscila continuamente entre el primer y el tercer momento, con la mediación del segundo.) Pero este no es un momento de carácter indistinto e identificable inmediatamente en forma esquemática. También en él se pueden distinguir dos grados: uno militar en sentido estricto, o técnico-militar, y otro que puede denominarse político-militar.
En el curso del desarrollo histórico, estos dos grados se presentaron en una gran variedad de combinaciones. Un ejemplo típico que puede servir como demostración-límite, es el de la relación de opresión militar de un Estado sobre una nación que trata de lograr su independencia estatal. La relación no es puramente militar, sino político-militar; y, en efecto, un tipo tal de opresión sería inexplicable sin el estado de disgregación social del pueblo oprimido y la pasividad de su mayoría; por lo tanto la independencia no podrá ser lograda con fuerzas puramente militares, sino militares y político-militares… El elemento decisivo de toda situación es la fuerza permanentemente organizada y predispuesta desde hace mucho a la que se puede llevar adelante cuando se juzga que una situación es favorable (y lo es sólo en la medida en que una fuerza semejante existe y está impregnada de ardor combativo). Es por ello una tarea esencial velar sistemática y pacientemente por formar, desarrollar y tornar cada vez más homogénea, compacta y consciente de sí misma a esta fuerza. Esto se ve en la historia militar y en el cuidado con que en todas las épocas los ejércitos fueron preparados para iniciar una guerra en cualquier momento» [4]
Entonces, las ideologías ya existentes se transforman en "partido", se confrontan y entran en lucha hasta que una sola de ellas (o una combinación), tiende a prevalecer, imponiéndose y difundiéndose por toda la sociedad. Determinando, además de la unidad político- económica, la unidad intelectual y moral, planteando todas las cuestiones en las que se desplegó la lucha sobre un plano "universal" y creando así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos aliados y subordinados.
Un grupo social podrá ser hegemónico si "individualiza" los rasgos fundamentales de la situación histórica concreta para hacerse protagonista de reivindicaciones de otras clases.
SUPERESTRUCTURA: SOCIEDAD CIVIL Y SOCIEDAD POLÍTICA
El campo de la sociedad civil es extremadamente amplio, ya que constituye el de la ideología. Sólo las ideologías ligadas a una clase fundamental y su concepción del mundo son esenciales, en tanto que orgánicas y constitutivas del bloque histórico como tal. Las distintas ramas de la ideología (arte, derecho, medios de comunicación, vida intelectual, economía, ciencia, etc.) no son más que los diferentes aspectos de un mismo todo.
Gramsci afirma que todos los hombres son filósofos. Esto se funda en que, aún en la menor actividad intelectual, el lenguaje, está contenida una determinada ideología. Por ideología se entiende una "concepción del mundo que se manifiesta implícitamente en el arte, en el derecho, en la actividad económica, en todas las manifestaciones de la vida intelectual y colectiva". [5]
La ideología, como concepción del mundo de la clase dirigente, debe difundirse en toda la sociedad, aunque no posee la misma homogeneidad en todas las capas sociales. Dentro del análisis de Gramsci los dos extremos estarán constituidos por la filosofía y el folklore. Para este pensador la filosofía es la "piedra angular" de la ideología, ya que al poseer el máximo de coherencia influye sobre las normas de vida de prácticamente todas las capas sociales (en las clases auxiliares y subalternas ésta se manifiesta en el "sentido común").
En cuanto a la sociedad política, esta agrupa el conjunto de las actividades de la superestructura que se relacionan directamente con la coerción. Se trata de la conservación, por la violencia, del orden establecido.
"Por ahora se pueden fijar dos grandes planos superestructurales, el que se puede llamar de la "sociedad civil", que está formado por el conjunto de los organismos vulgarmente llamados "privados", y el de la "sociedad política o Estado", y que corresponden a la función de "hegemonía" que el grupo dominante ejerce en toda sociedad y a la de "dominio directo" o de comando que se expresa en el Estado y en el gobierno "jurídico"." [6]
La división entre sociedad civil y sociedad política es meramente funcional, a fines de lograr su explicación desde la teoría. En sí representan una unidad dialéctica, donde consenso y coerción son utilizados alternativamente, según las circunstancias históricas y las necesidades de la clase dirigente.
Para que la hegemonía sea sólidamente establecida es necesario que sociedad civil y sociedad política estén igualmente desarrolladas y orgánicamente ligadas, para permitir su uso alternativo por parte de la clase dirigente.
Para Gramsci el terreno esencial de la lucha contra la clase dirigente se sitúa en la sociedad civil, ya que el aspecto central de la hegemonía reside en el monopolio intelectual.
Los intelectuales poseen una función clave en relación con el resto de la sociedad. Todos los hombres son filósofos, pero no todos cumplen la función de intelectuales.
"La relación entre los intelectuales y el mundo de la producción no es inmediata, como ocurre con los grupos sociales fundamentales, sino que es "mediata" en grado diverso en todo el tejido social y en el complejo de las superestructuras, en los que los intelectuales son los "funcionarios"… Los intelectuales son los "empleados" del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político, a saber: 1) el "consenso" espontáneo que las grandes masas de la población dan a la dirección impuesta a la vida social por el grupo fundamental dominante, consenso que históricamente nace del prestigio (y por lo tanto de la confianza) que el grupo dominante deriva de su posición y de su función en el mundo de la producción; 2) del aparato de coerción estatal que asegura "legalmente" la disciplina de aquellos grupos que no "consienten" ni activa ni pasivamente, pero que está preparado para toda la sociedad en previsión de los momentos de crisis en el comando y en la dirección, casos en que no se da el consenso espontáneo" [7]
HEGEMONÍA
Mientras que la noción de dominación enfatiza el ejercicio de la coerción (primacía de la sociedad política), la idea de hegemonía pone su acento en la organización del consentimiento (primacía de la sociedad civil, dirección moral e intelectual). Este término fue un concepto totalmente nuevo en el discurso marxista.
Simbólicamente, Gramsci tomó la obra de Maquiavelo como punto de partida para esta nueva teoría. Afirmando la necesidad de una "doble perspectiva" en toda acción política utilizó la comparación con la figura del Centauro en Maquiavelo (la bestia y el hombre). Así, Gramsci explica los niveles de la fuerza y el consenso, la autoridad y la hegemonía, etc.
El sistema hegemónico de poder se basa en el grado de consenso que se obtiene de las masas populares (clases subalternas), a las que la clase dirigente domina. A su vez, esto lleva a una consiguiente reducción en la cantidad de coerción necesaria para reprimirlas. Los mecanismos de control por los que la clase hegemónica se asegura el consenso constituyen una red de instituciones culturales que van desde las escuelas o iglesias hasta los paridos, los periódicos y las asociaciones, etc. A través del conjunto de ideologías se llega a una subordinación pasiva por parte de las masas explotadas. A esto es necesario añadir la adhesión de clases aliadas secundarias (clases aliadas o auxiliares) en un compacto bloque social bajo la dirección política de la clase hegemónica.
Vale destacar que, al igual que la sociedad civil y la sociedad política, hegemonía y dictadura o dominación no están totalmente separadas en la realidad concreta. Incluso en un sistema hegemónico, la clase dirigente se enfoca principalmente hacia la clase auxiliar o aliada, que constituye su base social, pero por otro lado, en caso de ser esto necesario, suele utilizar la coacción frente a las clases opositoras o subalternas. Es decir, si bien en la hegemonía hay una superioridad de la sociedad civil, ésta nunca es total, sino que las relaciones son dialécticas y se modifican en los distintos momentos históricos.
"El ejercicio "normal" de la hegemonía en el terreno clásico devenido del régimen parlamentario se caracteriza por la combinación de la fuerza y el consenso que se equilibran en formas variadas, sin que la fuerza rebase demasiado el consenso…" [8]
La clase dirigente está en una situación preeminente en un doble nivel: estructural, debido a ser la clase económicamente fundamental del período histórico, y de igual forma superestructural, ya que posee la dirección ideológica gracias al bloque intelectual. Los grupos aliados poseen un papel secundario en ambos niveles (reforzando el papel de la clase fundamental). Esto refleja la desigualdad de hecho entre ambos grupos. Pero, al ser los grupos auxiliares de gran importancia para mantener la situación hegemónica, se deberán tener en cuenta sus intereses específicos, siempre y cuando éstos no entren en contradicción con los fundamentales de la clase dirigente.
Entonces, el hecho de que la hegemonía presuponga indudablemente que se tienen en cuenta los intereses y tendencias de los grupos sobre los cuáles se ejerce dicha hegemonía, formándose así un cierto equilibrio de compromiso en el que un grupo dirigente hace sacrificios, también es igualmente indudable que tales sacrificios o compromisos puedan relacionarse con lo esencial, no debemos perder de vista el hecho de que el grupo dirigente es también el rector de la actividad económica.
Las clases subalternas estarán generalmente excluidas y se las neutralizará, asegurando su "pasividad". En este sentido, Portelli desarrolla el concepto gramsciano de "transformismo", el cuál consiste en la integración de los intelectuales de las clases subalternas a la clase política, para decapitar la dirección de esos grupos. Es un proceso orgánico que consiste en la "decapitación intelectual" de las clases subalternas.
A grandes rasgos, un grupo social es dominante sobre los grupos enemigos que tiende a "liquidar" o someter por la fuerza armada y es dirigente respecto a los grupos afines o aliados.
Para finalizar este desarrollo creo importante destacar que del concepto de hegemonía Gramsci desprende una estrategia revolucionaria para la conquista del poder político, retomando la concepción leninista de la alianza entre el campesinado y el proletariado, para adaptarla a la situación particular de Italia.
Weber
DIVISIÓN DEL PODER EN LA COMUNIDAD: CLASES, ESTAMENTOS Y PARTIDOS
Weber se centrará, en este aspecto de su análisis, en la división del poder dentro de la comunidad. Para él, el poder económico debe ser analizado como cualquier otro tipo de poder.
Por poder entiende "la probabilidad que tiene un hombre o una agrupación de hombres, de imponer su propia voluntad en una acción comunitaria, inclusive contra la oposición de los demás miembros. Como es natural, el poder "condicionado económicamente" no se identifica con el "poder" en general". [9]
Es decir, el poder puede tener un valor "por si mismo" (honor social) y esto es algo que no se debe pasar por alto.
Los fenómenos de la distribución del poder dentro de una sociedad están representados por las "clases", los "estamentos" y los "partidos".
"hablamos de una "clase" cuando: 1) es común a cierto número de hombres un componente causal específico de sus probabilidades de existencia, en tanto que, 2) tal componente esté representado exclusivamente por intereses lucrativos y de posesión de bienes, 3) en las condiciones determinadas por el mercado (de bienes o de trabajo) ("situación de clase")… Por consiguiente, la "posesión" y la "no posesión" son las categorías fundamentales de todas las situaciones de clase, tanto si tienen lugar en la esfera de la lucha de precios como si se efectúa en la esfera de la competencia. Sin embargo, dentro de ésta se diferencian las situaciones de clase según la especie de bienes susceptibles de producir ganancias o según los productos que puedan ofrecerse en el mercado… todas estas situaciones producen una diferenciación en la posición de clase ocupada por los poseedores, lo mismo que el "sentido" que dan y pueden dar al aprovechamiento de sus bienes, ante todo de sus bienes monetarios, es decir, según pertenezcan a la clase de los rentistas o a la clase de los empresarios. Y también se diferencian considerablemente entre sí los no poseedores que ofrecen los productos del trabajo según los utilicen en el curso de una relación continuada con un consumidor o sólo cuando las circunstancias lo requieran. No obstante, corresponde siempre al concepto de clase el hecho de que las probabilidades que se tienen en el mercado constituyen el resorte que condiciona el destino del individuo. La "situación de clase" significa, últimamente, en este sentido la "posición ocupada en el mercado"." [10]
Weber discute con la teoría marxista al criticar sus empleos "seudo científicos" de los conceptos de "clase" y de "interés de clase". Para este autor, basándose en su individualismo metodológico, lo que existe son innumerables situaciones de clase, que pueden ser similares entre si, cada una determinada por la relación que el individuo entabla con los medios de producción y según sus diferentes calificaciones. Así, las clases no "son" por si mismas comunidades, y que el hecho de que en determinadas circunstancias, un grupo de individuos reaccione en respuesta al perjuicio de sus propios intereses económicos, no significa más que una acción de masas propiamente dicha. Es una acción realizada no por individuos pertenecientes a una misma clase, sino entre miembros de diferentes clases.
"En oposición a las clases, los estamentos son normalmente comunidades, aunque con frecuencia de carácter amorfo. En oposición a la "situación de clase" condicionada por motivos puramente económicos, llamaremos "situación estamental" a todo componente típico del destino vital humano condicionado por una estimación social específica -positiva o negativa – del "honor" adscrito a alguna cualidad común a muchas personas. Este honor puede también relacionarse con una situación de clase: las diferencias de clase pueden combinarse con las más diversas diferencias estamentales y, tal como hemos observado, la posesión de bienes en cuanto tal no es siempre suficiente, pero con extraordinaria frecuencia llega a tener a la larga importancia para el estamento … En cuanto a su contenido, el honor correspondiente al estamento encuentra normalmente su expresión ante todo en la exigencia de un modo de vida determinado a todo el que quiera pertenecer a su círculo. Con esto marcha paralela la limitación de la "vida social", es decir, no económica o comercial, con inclusión especialmente en el matrimonio, hasta que el círculo así formado alcanza el mayor aislamiento posible." [11]
Si bien no se relaciona directamente con el sentido de este trabajo, creo interesante mencionar el hecho de que para Weber este proceso puede desembocar en la formación de una "casta" cerrada, por medio de la creencia en los lazos de sangre. Esto es, cuando las diferencias son consideradas de base "étnica", existe por lo tanto una casta "naturalmente inferior". Este sentimiento de superioridad de determinados estamentos vive, según Weber "para el presente y del glorioso pasado". Creo que esta reflexión es digna de ser remarcada, debido a que años más tarde, en Alemania, junto a una fuerte reivindicación de su pasado glorioso y la teoría de una raza aria y genéticamente superior, se realizará el exterminio masivo y sistemático del pueblo judío. Si bien el fenómeno nazi se fue construyendo gracias a una serie de acontecimientos históricos de naturaleza muy diversa, considero importante rescatar también una reflexión en torno a rasgos culturales. En Alemania de la época de Weber los judíos representaban un claro ejemplo de gran poder económico pero no así político.
Volviendo a la diferencia entre clases y estamentos, este pensador afirma que "las "clases" se organizan según las relaciones de producción y de adquisición de bienes; los "estamentos", según los principios de su consumo de bienes en las diversas formas específicas de su "manera de vivir"." [12]
Por esta misma razón, Weber adjudica un papel decisivo a los estamentos en el mantenimiento de todas las convenciones, ya que el honor y el modo de vivir poseen en ellos un rol primordial. Por otro lado, en las sociedades modernas, la posibilidad de que los miembros de un grupo puedan llevar el estilo de vida esperado se encuentra económicamente condicionada.
"En tanto las "clases" tienen su verdadero suelo patrio en el "orden económico" y los "estamentos" lo tienen en el "orden social" y, por tanto, en la esfera de la repartición del "honor", influyendo sobre el orden jurídico y siendo a la vez influido por él, los partidos se mueven primariamente dentro de la esfera del "poder". Su acción está encaminada al "poder" social, es decir, tiende a ejercer una influencia sobre una acción comunitaria, cualquiera que sea su contenido. En principio, puede haber partidos tanto en un "club" como en un "Estado". En oposición a la acción comunitaria ejercida por las "clases" y por los "estamentos" -en los cuales no se presenta necesariamente este caso -, la acción comunitaria de los "partidos" contiene siempre una socialización. Pues va siempre dirigida a un fin metódicamente establecido, tanto si se trata de un fin "objetivo" -realización de un programa con propósitos ideales o materiales – como de un fin "personal" -prebendas, poder y, como consecuencia de ello, honor para sus jefes y secuaces o todo esto a la vez.
Por eso sólo pueden existir partidos dentro de comunidades de algún modo socializadas, es decir, de comunidades que poseen un ordenamiento racional y un "aparato" personal dispuesto a realizarlo. Pues la finalidad de los partidos consiste precisamente en influir sobre tal "aparato" y, allí donde sea posible, en componerlo de partidarios. En algún caso especial pueden representar intereses condicionados por la "situación clasista o estamental" y reclutar a sus secuaces de acuerdo con ellos. Pero no necesitan ser puros "partidos de clases" o "estamentales"; casi siempre lo son sólo en parte y con frecuencia no lo son en absoluto. Pueden presentar formas efímeras o permanentes.
Sus medios para alcanzar el poder pueden ser muy diversos, desde el empleo de la simple violencia hasta la propaganda y el sufragio por procedimientos rudos o delicados: dinero, influencia social, poder de la palabra, sugestión y grosero engaño, táctica más o menos hábil de la obstrucción dentro de las asambleas parlamentarias.
Su estructura sociológica es necesariamente muy diversa, y varía de acuerdo con la estructura de la acción comunitaria por cuya influencia lucha, de acuerdo con la organización de la comunidad en clases o estamentos y, sobre todo, de acuerdo con la estructura de "dominación" que prevalece dentro de la misma. Pues para sus jefes se trata precisamente de hacerse con esta dominación. En el sentido general a que aquí nos atenemos, no son productos de formas de dominación específicamente modernas. Consideramos también desde el mismo punto de vista a los partidos antiguos y medievales, a pesar de que su estructura difiere considerablemente de la que presentan los modernos. Mas a consecuencia de estas diferencias que ofrece la estructura de dominación es necesario el examen de las estructuras de dominación social para poder hablar acerca de la estructura del partido, el cual es una organización que lucha por el dominio y, por lo tanto, suele estar también organizado en una forma con frecuencia rigurosamente "autoritaria". Por eso nos ocuparemos ahora de este fenómeno central de todo lo social" [13]
Para Weber, los partidos que triunfen en la lucha por el poder serán los que logren una progresiva burocratización, transformándose en eficaces maquinarias políticas en las sociedades modernas, debido a que serán los más racionalizados.
ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO DE LA DOMINACIÓN: LEGITIMIDAD
La dominación es un caso especial del poder, al igual que lo es el monopolio económico.
Weber ve en la dominación uno de los elementos más importantes en la influencia sobre toda acción comunitaria, si bien muchas veces no es palpable a simple vista, está siempre es parte de las mismas.
"Consiguientemente, entendemos aquí por "dominación" un estado de cosas por el cual una voluntad manifiesta ("mandato") del "dominador" o de los "dominadores" influye sobre los actos de los otros (del "dominado" o de los "dominados"), de tal suerte que en un grado socialmente relevante estos actos tienen lugar como si los dominados hubieran adoptado por sí mismos y como máxima de su obrar el contenido del mandato ("obediencia")…" [14]
Para este intelectual todo régimen de gobierno necesita del dominio en alguna forma. Incluso en el caso de una democracia directa (sólo posible en sociedades cuantitativamente reducidas), por limitada que sea la esfera de poder, deben confiarse ciertas funciones específicas y facultades de mando en una determinada figura. Con respecto a lo anteriormente dicho Weber menciona que el "régimen de dominación directa es inestable en cualquier parte donde se manifieste. Si tiene lugar una diferenciación económica se presenta también la probabilidad (chance) de que los poseedores se apoderen de las funciones de gobierno, no porque estén necesariamente dotados de cualidades personales o de un más amplio conocimiento de las cosas, sino simplemente porque están "desocupados", porque disponen del ocio necesario para hacerse cargo del gobierno y porque están en situación económica de desempeñar sus funciones por poco precio o sin ninguna remuneración en absoluto." [15]
"La dominación comporta una relación de reciprocidad entre dominadores y dominados; dentro de esta relación, la frecuencia real de sometimiento no es sino un aspecto, en el que se advierte la existencia efectiva del poder de mando. Igualmente importante es el significado que dominadores y dominados atribuyen a la relación de autoridad. Del hecho de pronunciar mandatos, los dominadores hacen cuestión de derecho: pretenden tener legítima autoridad para ello, y cuentan, por ende, con ser obedecidos. Del mismo modo, la obediencia de los dominados se inspira hasta cierto punto en la idea de que los dominadores y sus mandatos constituyen un orden legítimo de autoridad" [16]
Entonces, toda relación de dominación se manifiesta mediante su "auto-justificación", es decir, apelando a la legitimidad.
Como método sociológico para analizar sus ideas, Weber realizará una tipología sobre los tres tipos puros de la dominación legítima.
TRES TIPOS PUROS DE DOMINACIÓN LEGÍTIMA: TRADICIONAL, CARISMÁTICO Y LEGAL- RACIONAL
♦ Dominación tradicional: "en virtud de la creencia en la santidad de los ordenamientos y los poderes señoriales existentes desde siempre. Su tipo más puro es el del dominio patriarcal. La asociación de dominio es comunización; el tipo del que ordena es el "señor", y los que obedecen son los "súbditos" en tanto que el cuerpo administrativo lo forman los "servidores". Se obedece a la persona en virtud de su dignidad propia, santificada por la tradición: por fidelidad. El contenido de las órdenes está ligado por la tradición, cuya violación desconsiderada por parte del señor pondría en entredicho la legitimidad de su propio dominio, basado exclusivamente en la santidad de aquéllas. En principio se considera imposible crear nuevo derecho frente a las normas de la tradición. Por consiguiente esto tiene lugar, de hecho, por vía del "reconocimiento" de un estatuto como "válido desde siempre" (por "sabiduría")… Procede exactamente en la misma forma el cuerpo administrativo.
Este consta de elementos que dependen directamente del señor (familiares o funcionarios domésticos), o de parientes, o de amigos personales (favoritos), o de elementos que le están ligados por un vínculo de fidelidad (vasallos, príncipes tributarios)… Con todo, pueden observarse en la modalidad de su posición dos formas características distintas: 1) La estructura puramente patriarcal de la administración: los servidores se reclutan en completa dependencia personal del señor, ya sea en forma puramente patrimonial (esclavos, siervos, eunucos) o extramatrimonial… los medios materiales de administración se aplican en nombre y por cuenta del señor. Dependiendo de él el cuerpo administrativo por completo, no existe garantía alguna contra su arbitrariedad, cuya extensión posible es, por consiguiente, mayor aquí que en otra parte alguna. El tipo mas puro de semejante administración es el dominio sultanesco… 2) La estructura de clase: los servidores no lo son personalmente del señor, sino que son personas independientes, de posición social propia prominente, están investidos con sus cargos (de modo efectivo o conforme a la ficción de legitimidad) por privilegio o concesión del señor, o poseen en virtud de un negocio jurídico (compra, pignoración o arriendo) un derecho propio al cargo, del que no se les puede despojar sin más, de modo que su administración, aunque limitada, es de todos modos autocéfala y autónoma, ejerciéndose por cuenta propia y no por cuenta del señor: dominación gremial…" [17]
Weber ve a la relación patriarcal como al tipo más puro de dominación tradicional, mientras que la administración por medio de plebeyos libres queda relativamente cerca del sistema burocrático racional.
♦ Dominación carismática: "en virtud de devoción afectiva a la persona del señor y a sus dotes sobrenaturales (carisma) y, en particular: facultades mágicas, revelaciones o heroísmo, poder intelectual u oratorio. Lo siempre nuevo, lo extracotidiano, lo nunca visto y la entrega emotiva que provocan constituyen aquí la fuente de la devoción personal.
Sus tipos más puros son el dominio del profeta, del héroe guerrero y del gran demagogo. La asociación de dominio es la comunicación en la comunidad o en el séquito. El tipo del que manda es el caudillo. El tipo del que obedece es el "apóstol". Se obedece exclusivamente al caudillo personalmente a causa de sus cualidades excepcionales, y no en virtud de su posición estatuida o de su dignidad tradicional. De ahí, también, sólo mientras dichas cualidades le son atribuidas, o sea mientras el carisma subsiste. En cambio, cuando es "abandonado" por su dios, o cuando decaen su fuerza heroica o la fe de los que creen en su calidad de caudillo, entonces su dominio se hace también caduco. El cuerpo administrativo es escogido según carisma y devoción personal, y no por razón de su calificación profesional (como el funcionario), de su clase (como el cuerpo administrativo de clase), o de su dependencia doméstica o en alguna otra forma personal (como es el caso con el cuerpo administrativo patriarcal). Falta aquí el concepto racional tanto de la "competencia" como el de "privilegio" de clase." [18]
Así, el tipo de dominación carismática está caracterizada esencialmente por su elemento irracional. Weber cree en la autoridad carismática como uno de los grandes poderes revolucionarios de la historia, si bien no desconoce que en su "forma pura" es por completo autoritaria y dominadora.
La dominación carismática es una relación social específicamente extraordinaria y puramente personal, aunque puede, en determinados casos, asegurarse su continuación por medio de su "conversión" en cotidiana. El portador del carisma puede bien designar un sucesor (búsqueda de signos de calificación carismática, oráculo, etc.), se puede adoptar la idea de "carisma hereditario" (la calificación reside en la sangre), se pueden tradicionalizar sus ordenaciones o pasar de un cuerpo administrativo carismático a uno de tipo legal o burocrático, etc.
♦ Dominación legal en virtud del estatuto: "Su tipo mas puro es la dominación burocrática. Su idea básica es: que cualquier derecho puede crearse y modificarse por medio de un estatuto sancionado correctamente en cuanto a la forma… El equipo administrativo consta de funcionarios nombrados por el señor, y los subordinados son miembros de la asociación… Se obedece, no a la persona en virtud de su derecho propio sino a la regla estatuida, la cual establece al propio tiempo a quién y en qué medida se debe obedecer. También el que ordena obedece, al emitir una orden, a una regla: a la "ley" o al "reglamento" de una norma formalmente abstracta." [19]
Aquí el tipo de funcionario es el de formación profesional, con un contrato y un sueldo fijo, en virtud de un "deber objetivo del cargo" y con un derecho de ascenso conforme a reglas también establecidas.
La burocracia es para Weber el tipo más puro de la dominación legal. Este autor considera que toda la historia del Estado moderno se identifica con el desarrollo de la moderna burguesía, de la empresa burocrática y de un proceso de racionalización creciente.
Autor:
Esteban Rossi
[1] Gramsci, A., "Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno", Nueva Visión, Bs. As., 1998, pág. 19.
[2] Gramsci, A., "Notas sobre Maquiavelo…", Nueva Visión, Bs. As., 1998, pág. 57.
[3] Gramsci, A., "Notas sobre Maquiavelo…", Nueva Visión, Bs. As., 1998, págs. 52 y 53.
[4] Gramsci, A., "Notas sobre Maquiavelo…", Nueva Visión, Bs. As., 1998, págs. 56- 62.
[5] A. Gramsci , "El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce", Nueva Visión, Bs. As., 1998, pág. 12.
[6] A. Gramsci, "Los intelectuales y la organización de la cultura". Ed. Nueva Visión, Bs. As., 1998, pág. 17.
[7] A. Gramsci, "Los intelectuales y la organización de la cultura", Ed. Nueva Visión, Bs. As., 1998, pág. 16.
[8] A. Gramsci, "Notas sobre Maquiavelo,…", Ed. Nueva Visión, Bs. As., 1998, pág. 135.
[9] M. Weber, "Economía y Sociedad", Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pág. 682.
[10] M. Weber, "Economía y Sociedad", Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pág. 683, 684.
[11] M. Weber, "Economía y Sociedad", Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pág. 687, 688.
[12] M. Weber, "Economía y Sociedad", Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pág. 692.
[13] M. Weber, "Economía y Sociedad", Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pág. 693, 694.
[14] M. Weber, "Economía y Sociedad", Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pág. 699.
[15] M. Weber, "Economía y Sociedad", Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pág. 704.
[16] R. Bendix, "Max Weber", Ed. Amorrortu, Bs. As., 1970, pág. 279.
[17] M. Weber, "Economía y Sociedad", Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pág. 708, 709, 710.
[18] M. Weber, "Economía y Sociedad", Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pág. 711,712.
[19] M. Weber, "Economía y Sociedad", Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pág. 707.
[i] "Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo nacen cuando ya se dan o , por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización" (Marx, "Prólogo" a la Crítica de la Economía Política).
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |