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Matisse, Henri

Enviado por tcafici


    1. Resumen
    2. Fauvismo 1905-1908
    3. Su arte como espiritu exterior
    4. Conclusión
    5. Pinturas
    6. Bibliografía

    Resumen

    EL VITALISMO DEL COLOR

    Entre las muchas cosas que vemos de Matisse en su obra, es el vitalismo que la impregna.

    Primero, la pintura de Matisse llegó a ser -y no sólo a aparecer- como una expresión directa de la vida sensible. La pintura viene del contacto de los sentidos con el mundo y aparece como una respuesta que el artista formula usando un lenguaje cuyo elemento central es el color. Para Matisse, lo esencial es justamente el elemento cromático de la pintura, es decir, la vitalidad de lo sensible, expresándose rápidamente en la creación y organización de superficies coloreadas. El dijo que "el Fauvismo es la parte viviente de los maestros, sobre todo de los coloristas". Los Fauves respaldaron una aceptación irónica de la vida en el plano de la expresión, elevado por ellos a la categoría de actitud primera del espíritu. De ahí mismo arranca la trascendencia que Matisse restituye a lo decorativo, considerado como simple adorno por la estética plástica tradicional. Pero, si se entiende a la pintura como vida sensible, y al color como su medio, cambiará la significación que se atribuye a lo decorativo, dado que su creación habrá de adquirir el carácter necesario de aquellas actividades que son impuestas por la naturaleza misma del espíritu humano. Decora, juega con el color y secundariamente con la línea, llevado por un impulso tan espontáneo y tan insustituible como el que lo lleva a cantar. Tal vez sea ése el sentido de la afirmación de Matisse, cuando asegura que expresión y decoración son lo mismo.

    Los Fauves iniciaron en la pintura una revolución natural; la revolución del espacio pictórico. ¿Buscó Matisse, con el decorativismo, una naturalidad más profunda?. El juego pictórico en Matisse se nos aparece tan natural y tan primario como la respuesta del órgano sensorial ante el estímulo que lo impresiona, el espacio y la luz tienden a ser expresados a través del color, animado con toda la fuerza de su irracionalidad. Lo cierto es que el color produce una especie de liberación cuando sus combinaciones coinciden con oscuras y fundamentales necesidades perceptivas.

    Nacionalidad: Francia Le Cateau (1869) – Niza (1954) Estilo: Fauvismo

    Los primeros pasos del gran maestro del fauvismo francés no tuvieron como objetivo el arte sino el Derecho, estudiando la carrera y ejerciendo de pasante de abogado en Saint-Quentin. A los 21 años se despertó su vocación artística tras leer un tratado de Goupil, estudiando primero en la Academia Julien de París y después en la Escuela de Bellas Artes a las órdenes de Gustave Moreau. En estos años finales del siglo XIX se inicia su intensa relación con Rouault y Marquet. Sus frecuentes visitas al Louvre por indicación de su maestro provocarán sus inicios tradicionales hasta que contactó con Pissarro, evolucionando hacia el Impresionismo, realizando numerosos paisajes. El divisionismo y Cézanne también influirán en estos momentos iniciales. Pero será el fauvismo el estilo que marque definitivamente sus trabajos, caracterizados por la simplificación del natural debido a la supresión de detalles, otorgando enorme importancia al color, que protagoniza la mayor parte de sus obras.

    FAUVISMO 1905-1908

    El Salón de Otoño de 1905 que se celebró en París se vio sacudido por un terremoto de luz y color: una de sus salas se reservó para un grupo encabezado por Matisse, Derain y Vlaminck. Los lienzos que presentaron ostentaban, orgullosos, gamas cromáticas estridentes y agresivas, hasta tal punto que de allí salieron como el grupo de los Fauves, que en francés significa "las fieras". Nunca estuvieron muy cohesionados como grupo, puesto que jamás siguieron unos postulados determinados, ni realizaron un manifiesto programático. Las similitudes formales y la intención rompedora fue lo que les agrupó, efímeramente. Sus temas eran más afines al naïf de Rousseau que a los expresionistas, con los cuales se compenetraban perfectamente en el aspecto formal. Sus temas son inocuos, bucólicos, retratos, interiores, visiones idílicas del hombre en la naturaleza, paisajes hermosos… Su realización es muy colorida y atrevida: es una explosión de colores violentos y arbitrarios, en disonancia deliberadamente calculada. Tratan de transmitir una reacción emotiva del pintor ante el tema elegido. No buscan la representación naturalista, sino realzar el valor del color en sí mismo. Las figuras resultan planas, lineales, encerradas en gruesas líneas de contorno, lo que les aproxima a la estética Art Nouveau. El fauve más destacado fue Matisse, que se caracteriza por su sencillez casi infantil. Desprecia la perspectiva y el modelado en favor de las tintas planas, y su decorativismo resulta bárbaro en su osadía. La espontaneidad calculada de su pintura busca la conexión inmediata con el espectador, para transmitirle la emoción anímica del artista cuando realizó la obra. El hecho de no haberse definido como grupo dotó de una vida efímera al movimiento fauve, que en 1908 se disuelve, siguiendo cada uno de sus miembros caminos divergentes.

    Autorretrato 1918

    Matisse descendía de una familia de comerciantes de cereales. Empezó a pintar en 1890, año en que abandona sus estudios de jurisprudencia. En París se inscribe en la Academia Julien y luego en la Academia de Bellas Artes dirigida por Moreau, que proponía que no se copiaran las obras de modo mimético. En el Louvre frecuentó a los grandes maestros, e incluso llegó a copiar sus cuadros. Pronto puso en tela de juicio la noción de estricta imitación de la realidad. Matisse apuesta por la esencia y no tanto por la apariencia de realidad fotográfica.      Para él el color es el que da entidad a la pintura, el color puede desempeñar el papel de dibujo, de perspectiva, de sombra de volumen… . Observa que la vida es color y lo plasma en su pintura. La supresión de sombras y su sustitución por colores puros hace que la pintura brille más que nunca. Matisse dibuja con el color y lo distribuye en el espacio de modo que éste quede sugerido sin que se produzcan las deformaciones de la perspectiva.      El arte de Matisse es amable, de gran luminosidad, apacible, pero no por ello ingenuo, sino de gran virtuosismo e inteligencia. Sus ventanas se abren al silencio, y la luminosidad no provoca sombras, ni degradaciones, sino que se mantiene en un estado de plenitud y de serenidad que oculta el esfuerzo realizado. En sus obras vuelca la alegría de la meditación, exenta de inquietudes. Su obra es un resultado de orden, imaginación, disciplina y libertad. Propone un arte calmado que reconforte al hombre fatigado, que lo serene. Su espíritu domina sobre la obra. Su arte es un camino hacia la profundidad de sí mismo, llegados a esta meta, descubrimos el silencio.      Matisse trabaja a base de amplias áreas de color, mostrándose con ello heredero de Gauguin. La pintura se hace presente a través del grumo y del empaste, sentimos la pintura como materia. La mancha plana de color provoca en nosotros un valor plástico y figurativo. Matisse construye sobre el color.

    SU ARTE COMO ESPIRITU EXTERIOR

         En torno a 1908-1909 Matisse publica cartas en las que habla de lo que él entiende por "arte". He aquí algunos de los fragmentos reveladores que salieron de sus propios labios: "El pintor ya no necesita preocuparse de detalles insignificantes, para ello está la fotografía que lo hace mejor y más rápido.., la pintura es para representar visiones interiores…, ver ya es en sí un acto creador, requiere un esfuerzo, todo lo que vemos se deforma por nuestras costumbres occidentales… hay dos maneras de expresar las cosas: señalarse brutalmente y otra evocarlas con arte, se evoca lo que la mirada produjo en nosotros como acto que requiere trabajo…, el pintor debe tener simplicidad de espíritu…".      La Naturaleza la entiende como principio generador. "Con los colores se pueden conseguir efectos encantadores… basta que se junten o se alejen…". En él prima el instinto. La pintura cambia de estado con lo sensorial, se produce una metamorfosis. "La palabra Impresionismo no puede mantenerse para pintores nuevos que entienden la primera impresión como engañadora". "El Neoimpresionismo señaló el primer intento de ordenar los elementos del Impresionismo, el Fauvismo quebrantó la tiranía del Divisionismo…, yo alcancé el alarde luminoso. Lo que trato de lograr ante todo es la expresión… . Mi sueño es un arte lleno de equilibrio, pureza, reposo, sin temas inquietantes, de alivio a lo intelectual…".

     Lujo, calma, voluptuosidad, 1904, óleo sobre lienzo, 98´5 x 118´5 cm

     Lujo, calma, voluptuosidad 1907, óleo sobre lienzo, 207 x 137 cm

     La raya verde, 1905, óleo sobre lienzo, 60 x 41 cm

     Cortina amarilla, 1914-1915, óleo sobre lienzo, 146 x 97 cm

     Peces rojos, 1911, óleo sobre lienzo, 140 x 98 cm

     Odalisca, armonía en rojo, 1926, óleo sobre lienzo, 38 x 55 cm

     

     Desnudo sobre almohadón azul, óleo sobre lienzo

     Argelina, 1909, óleo sobre lienzo, 80 x 65 cm

     Lorete con turbante blanco, 1916, óleo sobre lienzo

    Cronología.

    1887 y 1888

    Cursa estudios de jurisprudencia entre, en la Universidad de París, que se ven interrumpidos por una larga y grave enfermedad que le retiene en cama hacia 1890. Durante su convalecencia empieza a pintar y en 1981, ya recuperado, vence la oposición de sus padres y abandona la carrera de leyes para entrar en la Escuela Julián, donde estudia bajo la dirección de Bouguereau.

    1892

    Entra en el Estudio de Gustav Moreau, en la Escuela de Bellas Artes, donde cursa estudios de pintura durante cinco años. Es allí donde conoce a Rouault y a Manguin.Asiste también a los cursos nocturnos de la Escuela de Artes Decorativas donde entabla amistad con Marquet.

    1896-97

    Su primera exposición data en el Salón de la Sociedad Nacional. Ese mismo verano conoce a Rodin y Pisarro y se interesa por la pintura impresionista.

    1898

    Viaja a Londres, animado por Pissarro, donde descubre la obra de Turner; también visita Córcega y Toulousse. Las obras producidas durante estos viajes son las conocidas como protofauvistas, por la riqueza de su colorido y el grueso empaste; son fundamentalmente paisajes. De vuelta en París, asiste durante algunos meses a las clases de Carrière, en cuyo taller conoce a Derain y a Puy. Descubre en estos momentos a Cézanne (le compra a Vollard las Tres Bañistas).

    1901

    Se inicia en la escultura siguiendo las enseñanzas de Rodin. Expone en el Salón de los Independientes y conoce a Vlaminck. Reconoce que la obra de Vlaminck y Derain es cercana a la suya y en 1903 participa en el Salón de Otoño junto a Camoin, Derain y Manguin; en 1904 pinta Lujo, calma y voluptuosidad, que será adquirido por Signac, donde muestra su interés por las teorías y técnicas del divisionismo, que muy pronto abandonaría en favor de la exaltación del color y el sentimiento propios del fauvismo.

    1905

    Año de la presentación de una nueva tendencia que el crítico Vauxcelles bautizaría como Fauve, es decir, fieras, en el Salón de Otoño. Los Stein adquieren en ese momento la obra Mujer con Sombrero. Su obra Retrato de la Sra. Matisse, causa, a pesar de sus reducidas dimensiones, un gran impacto en el Salón debido a la sabia saturación de los colores chillones; "…pocos cuadros fauvistas están tan completamente sustentados tan solo por el color como este…" (Jacobus); Matisse utiliza aquí el color en todas sus posibilidades expresivas.

    1906

    Expone de nuevo con el grupo de los Fauves (Manguin, Marquet, Puy, Derain, Van Dongen, Rouault) en el Salón de Otoño y realiza su primer viaje a Africa, donde le impresionan los trabajos de arte popular, sobre todo los tejidos y las cerámicas. Pinta Naturaleza muerta con tapete rojo. En 1907, por medio de Gertrud Stein, conoce a Picasso y realiza su primer viaje a Italia.

    1908

    Ilusionado por transmitir sus ideas a los artistas más jóvenes, abre una academia que sólo mantendría hasta 1911 y realiza su primera exposición individual en Nueva York, en la galería de Alfred Stieglitz. En 1908 pinta su famosa obra Armonía en Rojo, una escena de interior con naturaleza muerta, figura y paisaje visto a través de la ventana, donde Matisse trata de dar a este tema la grandiosidad que normalmente sólo se reservaba a los desnudos; el interior está decorado con un arabesco que se refleja en las formas del paisaje en el fondo, que se presenta como un preludio de los que más tarde realizaría en Africa.

    1909

    Recibe del coleccionista ruso Schukin el encargo para pintar dos grandes paneles La Danza y La Música; la primera "…puede ser interpretada como una demostración anticubista de como las figuras pueden unirse a través del arabesco y de los intensos contrastes de color contra el fondo abstracto;… las fuentes de este mural son variadas, desde las figuras de los vasos griegos a las imágenes greco-romanas de las Tres Gracias…" (Carrá).

    1911

    Viaja a Moscú para instalar los paneles en casa de Schukin y conoce los iconos y las artes decorativas bizantinas, que pasarán a ser un elemento esencial en su repertorio estilístico; son claro ejemplo de ello El Estudio Rojo, "…donde la simplicidad del colorido sigue siendo uno de los grandes logros del arte contemporáneo, incluso tras los logros de artistas como Barnett Newman y Mark Rothko…" (Jacobus), la superficie del cuadro es mate y plana y representa el estudio del artista, esta vez sin el artista y sin modelo, solamente con cuadros y algunos otros objetos.

    1913

    Participa con varias obras en el Armory Show neoyorquino y en la Secesión berlinesa. El estallido de la guerra provoca el traslado de él y su familia (se había casado en 1898 con Amélie Parayre con quien tenía dos hijos) a Collioure donde conoce a Juan Gris.

    1916

    Pasa el invierno en Niza por primera vez; la placidez y el lujo de la Costa Azul, resultan ser muy de su agrado y decide pasar allí la mayor parte del tiempo. "…Me parece estar en un paraíso que no tenemos derecho a analizar…" . Comienza en su obra una etapa de intimismo, con interiores, desnudos, odaliscas y naturalezas muertas como temas predominantes.

    1925

    Realiza un nuevo viaje a Italia y su estilo se hace mas robusto, como muestra Figura Decorativa, considerada la obra culmen de la preocupación de Matisse por el desnudo en un decorado oriental; la figura se presenta esquemática y monumental.

    Empieza a alcanzar un éxito evidente (en 1927 obtiene el premio del Carnegie International de Pittsburg y vende prácticamente todo en la exposición de Dudensing Gallery en Nueva York).

    Datan de estos años Odalisca con pantalones grises, donde retoma la temática orientalista en el estudio de París, fuera del lugar de origen, lo que pone de manifiesto su capacidad para crear en su estudio un "…paraíso artificial…" una perpetua invitación al viaje… (Jacobus).

    1929 / 1933

    Se le organizan exposiciones retrospectivas en Berlín, Basilea, Nueva York y París. Recibe el encargo del coleccionista americano Barnes para su fundación en Merion, Pennsylvania. Estos murales retoman el tema de la danza, en un esquematismo que se adapta perfectamente a su función decorativa, en "…una sensación armónica, viva y movida, de arquitectura y pintura…" (Matisse).

    1940

    Tras la derrota francesa, Matisse piensa en emigrar a Brasil, pero finalmente retorna a Niza; en 1941 sufre una grave enfermedad intestinal; tras su recuperación retoma el trabajo con fuerzas.

    1944

    Su mujer es arrestada y su hija deportada, Matisse se vuelca en el trabajo. Al finalizar la guerra, expone con Picasso en el Victoria and Albert Museum de Londres, seguida de una gran retrospectiva en el Salon de Otoño de París.

    1948 / 1950

    Trabaja en la decoración de la Capilla del Rosario de Vence (donde residía desde 1944). Se publica Jazz, una colección de reproducciones de los famosos papiers découpés (papeles recortados), acompañados de un texto poético del propio Matisse. La obra más ambiciosa hecha con papeles recortados es La Piscina de 1952, donde las figuras estan distorsionadas para crear el efecto de hallarse bajo el agua.

    1949

    Vuelve a Niza y se organiza en el Museo de Lucerna su primera gran exposición antológica con más de trescientas obras. En los últimos años de su vida, los reconocimientos a su trabajo se suceden con la concesión del premio de la Bienal de Venecia (1950), la retrospectiva del Museo Nacional de Tokio (1951), la apertura de un museo dedicado a su obra en su ciudad natal y la individual en el Museo de Arte de San Francisco (1952).

    Muere el 3 de Noviembre de 1954 en Niza a la edad de ochenta y cinco años.

    Conclusión

    Su búsqueda se dirigía quizá hacia lo simple, hacia lo simple o primero, hacia una especie de piedra filosofal de la pintura. La luz misma llega a ser un acorde entre las superficies intensamente coloreadas. De tal modo se expresa en la pintura de Matisse una de las formas del vitalismo artístico. Por el color, la pintura es vida, respuesta vital, y no interpretación o comentario de la vida, y, por amplio que sea el registro de sus motivaciones posibles, sin esta condición, que la acerca a la música, es decir, al fondo primigenio de las artes, tiende a aproximarse a la menos artística de ellas, a la literatura.

    PINTURA # 1

    "La Raya Verde" 1905

    Museo Statens, Copenhagen – Dinamarca

     En el Salón de Otoño de 1905 los cuadros de Matisse, fueron expuestos, uno de ellos la Raya Verde o también conocido como la Madame Matisse. Madame Matisse aparece tocada con un elegante sombrero, girada en tres cuartos y dirigiendo su profunda mirada hacia el espectador. El intenso colorido se convierte en el protagonista, aplicado con largas y empastadas pinceladas que recuerdan al impresionismo. Los colores son arbitrarios, rompiendo con la estructura habitual del color, siguiendo a Cèzanne. Así, en el rostro de la dama apreciamos toques de color lila, verde, azul o amarillo. El resultado es una obra cargada de elegancia e intensidad, en la que el espectador disfruta de la estridencia tonal que identifica el estilo fauvista, y especialmente de Matisse. En su cara traza una bisectriz de color verde dividiendo el cuadro en dos mitades. Su lado derecho repite el color verde que la divide, mientras que el izquierdo repite los tonos de su vestido. Esta Línea actúa como una sombra divisora artificial formando un lado más claro y otro mas oscuro, en términos cromáticos un lado mas fresco y uno mas caliente. La Luz natural esta dirigida directo a los colores y las gruesas pinceladas le dan una imagen dramática.

    PINTURA # 2

    La Odalisca, 1921, Centro Georges Pompideu, Paris.

    La delicia de la odalisca se basa en su naturalidad; mujer llenita, ni muy perfecta, ni muy delgada. Existe un triangulo de luces que a simple vista no es notorio, que sugieren provenir de una ventana natural, así como dos vetas de luz en la frente y en la punta de la nariz. Una tímida ceja se deja entrever tras la sombra del brazo que la cubre. La otra delineada, aparece magnífica e incita a seguirla cual camino sagrado. La realidad del trazo se pierde en la semejanza con la fotografía, y la sombra alrededor del cuello es testigo que refleja la perfección que se deja adivinar entre el juego de conformaciones anatómicas que se izan hacia la parte superior del cuadro

     Los ojos, un tanto virginales de la odalisca, cubiertos por el manto atemperado de sus cejas, se parecen a las madrugadas de las luciérnagas de abril, se ensombrecen tras un vómito de pinceladas y luego, se destilan al alba, como si fueran parte del beso de los amantes en horas prohibidas. El color de sus labios, en este caso es tan fuerte, que se lleva la luz intencionalmente colocada para tratar de opacar tales carnosidades de fuego. El deseo de los labios – El lip inferior sensualmente de más grosor- es inversamente proporcional a la mirada y las mejillas sonrosadas así lo delatan. Empapadas en histamina claman por una caricia de lo que sea y con lo que sea. Los hombros de la odalisca parecen invitar al espectador a cubrirse de ellos de una manera salvadora, como si fuera el único elemento a aferrarse

    El rojo calidísimo en las posaderas es suficiente, para imaginar la temperatura que el pintor quería expresar de las delanteras de la odalisca, las que se aprecian parcialmente pero satisfaciendo totalmente los requerimientos eróticos de su tiempo. El blanco sobre un diestro y tibio muslo también alcanza a cubrir "infielmente" al pubis en su porción izquierda, avizorando que con anterioridad, ya ha estado más destapadito. El azul tras la espalda y sostenido por la mano derecha, indica el velo que al descubrir el pecho, traduce la independencia que siguió a la toma de la bastilla. Los pies, de ésta odalisca, no merecen descripción. Realmente, parecen perfectos, ustedes analicen, y si no les parece: pues se reciben comentarios a esta columna. Proporción pedestre, color, textura y casi suavidad invitan a ciertas mórbidas caricias que no vienen al caso, o si vienen, los distraería.

    Unos dicen que Henri, murió de mal de amores, otros que se cortó todos los dedos (de ambas manos) al finalizar "L'odalisque" como sentimiento de culpa al no percibir la perfección de su amada, aludiendo que era el colmo que la pintura no le hablara.

    BIBLIOGRAFÍA

    Internet

    www.palabrasmalditas.net/portada/content/view/113/34/

    www.artehistoria.com

    http://www.spanisharts.com/history/del_impres_s.XX/arte_sXX/vanguardias1/fauvismo_matisse.html

    http://es.wikipedia.org/wiki/Henri_Matisse

    http://www.ibiblio.org/wm/paint/auth/matisse/green-stripe/

    http://www.abcgallery.com/M/matisse/matisse-4.html

    http://www.musee-matisse-nice.org/

    Enciclopedias.

      

    Tomás Cafici

    Carolina Benvenutti

    Lorena Coughlan