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Dependencia a la marihuana (página 2)


Partes: 1, 2, 3

Partes: 1, , 3

Pautas para el diagnóstico

La identificación de la sustancia psicotropa involucrada, que puede hacerse mediante los datos proporcionados por el propio individuo, de los análisis objetivos de muestras de orina, sangre, etc., o de cualquier otra fuente (muestras de sustancias en las pertenencias del enfermo, síntomas y signos clínicos o información proporcionada por terceros).

Muchos de los que consumen sustancias psicotropas no se limitan a una sola. No obstante, la clasificación diagnóstica del trastorno debe hacerse, cuando sea posible, de acuerdo con las sustancias (o de la clase de sustancias) consumidas más importantes. Por ello, en caso de duda, hay que tener en cuenta la sustancia o el tipo de sustancia que causa el trastorno presente en el momento y aquella que se consume con más frecuencia, en especial cuando se trata de un consumo continuo o cotidiano.

Únicamente en los casos en los que el consumo es errático e indiscriminado o en los que se recurre a una mezcla inseparable de diferentes sustancias, debería codificarse en F19, trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de múltiples sustancias psicotropas o de otras sustancias psicotropas. Si se hubiera identificado el consumo de varias sustancias concretas, todas ellas deben ser codificadas.

El uso patológico de otras sustancias no psicotropas como laxantes, aspirinas, etc., debe codificarse de acuerdo con F55, abuso de sustancias que no crean dependencia (con un cuarto carácter para especificar el tipo de sustancia consumida).

Los casos en los que los trastornos mentales (particularmente delirium en la edad avanzada) sean debidos a sustancias psicotropas, pero sin la presencia de uno de los trastornos incluidos en este capitulo (por ejemplo uso perjudicial o síndrome de dependencia) deberían codificarse en F00-F09. Cuando un cuadro de delirium se superpone a uno de los trastornos incluidos en esta sección debería codificarse mediante F1x.3 ó F1x.4.

Cuando hablamos de dependencia, nos referimos a un conjunto de síntomas, según el CIE-10, es un síndrome que presenta diferentes características, en este caso necesitamos considerar dicho síndrome, desde el momento en que categorizamos este vicio, como dependencia.

F1x.2 Síndrome de dependencia (definición al principio).

Pautas para el diagnóstico

El diagnóstico de dependencia sólo debe hacerse si durante en algún momento en los doce meses previos o de un modo continuo han estado presentes tres o más de los rasgos siguientes: a) Deseo intenso o vivencia de una compulsión a consumir una sustancia. b) Disminución de la capacidad para controlar el consumo de una sustancia o alcohol, unas veces para controlar el comienzo del consumo y otras para poder terminarlo para controlar la cantidad consumida. c) Síntomas somáticos de un síndrome de abstinencia (ver F1x.3, F1x.4) cuando el consumo de la sustancia se reduzca o cese, cuando se confirme por: el síndrome de abstinencia característico de la sustancia; o el consumo de la misma sustancia (o de otra muy próxima) con la intención de aliviar o evitar los síntomas de abstinencia. d) Tolerancia, de tal manera que se requiere un aumento progresivo de la dosis de la sustancia para conseguir los mismos efectos que originalmente producían dosis más bajas (son ejemplos claros los de la dependencia al alcohol y a los opiáceos, en las que hay individuos que pueden llegar a ingerir dosis suficientes para incapacitar o provocar la muerte a personas en las que no está presente una tolerancia). e) Abandono progresivo de otras fuentes de placer o diversiones, a causa del consumo de la sustancia, aumento del tiempo necesario para obtener o ingerir la sustancia o para recuperarse de sus efectos. f) Persistencia en el consumo de la sustancia a pesar de sus evidentes consecuencias perjudiciales, tal y como daños hepáticos por consumo excesivo de alcohol, estados de ánimo depresivos consecutivos a períodos de consumo elevado de una sustancia o deterioro cognitivo secundario al consumo de la sustancia.

Una característica esencial del síndrome de dependencia es que deben estar presentes el consumo de una sustancia o el deseo de consumirla. La conciencia subjetiva de la compulsión al consumo suele presentarse cuando se intenta frenar o controlar el consumo de la sustancia. Este requisito diagnóstico excluye a los enfermos quirúrgicos que reciben opiáceos para alivio del dolor y que pueden presentar síntomas de un estado de abstinencia a opiáceos cuando no se les proporciona la sustancia, pero que no tienen deseo de continuar tomando la misma.

El síndrome de dependencia puede presentarse a una sustancia específica (por ejemplo, tabaco y diazepam), para una clase de sustancias (por ejemplo, opiáceos) o para un espectro más amplio de sustancias diferentes (como en el caso de los individuos que sienten la compulsión a consumir por lo general cualquier tipo de sustancias disponibles y en los que se presentan inquietud, agitación o síntomas somáticos de un estado de abstinencia, al verse privados de las sustancias). Incluye: Alcoholismo crónico. Dipsomanía. Adición a fármacos.

El diagnóstico de síndrome de dependencia se puede especificar mas con los siguientes códigos de cinco caracteres: F1x.20 En la actualidad en abstinencia. F1 x.21 En la actualidad en abstinencia en un medio protegido (hospital, comunidad terapéutica, prisión, etc.). F1x.22 En la actualidad en un régimen clínico de mantenimiento o sustitución supervisado (por ejemplo, con metadona, con chicles o parches de nicotina) (dependencia controlada). F1x.23 En la actualidad en abstinencia con tratamiento con sustancias aversivas o bloqueantes (por ejemplo, disulfiram o naltrexona). F1x.24 Con consumo actual de la sustancia (dependencia activa). F1x.25 Con consumo continuo. F1x.26 Con consumo episódico (dipsomanía). Aunque según la clasificación estas categorías corresponden a otro trastorno, es necesario que lo retomemos y lo utilicemos en este trabajo, porque si bien es cierto, son otras categorías de trastornos, estos tienen que ver entre si, es una cadena, un trastorno lleva al otro, por ello retomamos el síndrome de abstinencia con delirium.

F1x.4 Síndrome de abstinencia con delirium

Trastorno en el que un síndrome de abstinencia (ver F1x.3) se complica con un delirium (ver las pautas de F05.-).

Los síntomas prodrómicos típicos son insomnio, temblores y miedo. A veces el comienzo está precedido por convulsiones de abstinencia. La tríada clásica de síntomas consiste en obnubilación de la conciencia y estado confusional, alucinaciones e ilusiones vividas en cualquier modalidad sensorial y temblor intenso. Pueden aparecer también ideas delirantes, agitación, insomnio, inversión del ciclo sueño-vigilia y síntomas de excitación del sistema nervioso vegetativo.

Excluye: Delirium no inducido por alcohol u otras sustancias psicotropas (F05.-).

El diagnóstico de síndrome de abstinencia con delirium puede concretarse más con cinco caracteres: F1x.40Sin,convulsiones. F1x.41 Con convulsiones.

No vamos a continuar con las otras categorías, porque el trabajo se centra sólo en las primeras categorías, incluso las categorías antes citadas son muy debatidas, por ejemplo, no se ha visto que una persona dependiente al Cannabis, haya convulsionado, o incluso el delirium es muy cuestionado, sin embrago, estos sólo son algunos síntomas, habría que considerar los demás, porque la dependencia es claro que si existe, y también el síndrome de abstinencia.

ETIOLOGÍA.

Factores genéticos.

Hay toda una discusión respecto a si es o no genético el problema de la dependencia al Cannabis, algunos sostienen que no es así, a continuación explicaremos un estudio que muestra lo contrario:

Las sensaciones agradables o desagradables que experimenta una persona al fumar marihuana están fuertemente condicionadas por su herencia genética, según indica un nuevo estudio patrocinado por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos de América. El estudio se basó en el análisis de datos sobre más de 8 000 pares de gemelos varones del Registro de Gemelos de la Era de Vietnam. De ellos, 352 pares de gemelos idénticos y 255 de gemelos fraternos declararon que habían usado marihuana más de cinco veces. Los doctores Michael Lyons, Ming Tsuang y colegas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard compararon las respuestas de los gemelos idénticos y las de los fraternos a una serie de preguntas detalladas y confidenciales sobre cómo se sentían después de fumar marihuana y si habían experimentado alguna de 23 posibles reacciones que iban desde confusión y paranoia (reacciones negativas) hasta sensaciones muy agradables. Como era de esperar, los que tenían sensaciones agradables usaron la marihuana con mayor frecuencia que los demás. Las experiencias descritas por los gemelos idénticos fueron muy similares, pero no así las de los gemelos fraternos. Como es bien sabido, los gemelos idénticos o monocigóticos comparten todos sus genes, mientras que los fraternos solo comparten alrededor de la mitad de los genes.

Los resultados del estudio sugieren que los genes predisponen la fisiología individual de forma que determina las sensaciones que produce la marihuana. Si bien no se identificaron los genes específicos que determinan esas sensaciones, hay razones para creer que son los que intervienen en el sistema de recompensas del cerebro. Por otra parte, de ello podría desprenderse también una hipótesis similar sobre el uso de otras sustancias adictivas, como el alcohol y la cocaína.

También tuvieron un efecto importante ciertos factores ambientales, como la facilidad de conseguir la marihuana, expectativas en cuanto a los efectos de la droga, influencias de amigos y contactos, y otros factores que son diferentes aun en el caso de gemelos idénticos. Se determinó además que el ambiente compartido o familiar antes de los 18 años no tenía influencia detectable en la respuesta a la marihuana. Si se consideran las influencias genéticas y ambientales en conjunto, los resultados sugieren que, si bien los factores sociales son importantes, las diferencias individuales asociadas con factores genéticos quizá en el sistema de recompensas del cerebro influyen en la decisión de continuar o no el uso de marihuana. Es decir, los factores ambientales llevan al individuo a experimentar con la droga, pero la herencia genética determina si continúa usándola o no.

Alan I. Leshner, Director del NIDA, declaró que el haber descifrado el vínculo entre los factores genéticos y las sensaciones de alguien que consume marihuana abre vías importantes para prevenir el abuso e investigar tratamientos. Quizá aun más importante, los resultados arrojan luz sobre el consumo de drogas y la adicción no solo como problemas sociales, sino también como cuestiones de salud afectadas por la situación biológica de cada individuo. (Este es un comunicado de prensa, sacado de página Web https://www.edu.red.htm 2004)

FACTORES NEURO-QUÍMICOS.

Estos factores están ligados a los genéticos, porque se describe la influencia en los neurotransmisores, pero lo que determinará la adicción será la predisposición genética, es decir, por consumir la sustancia existirán alteraciones neuroquímicas, pero no todos los que la consuman y tengan estas alteraciones se convertirán en adictos (Glascote. Sussex. Jaffe. Ball y Bill, 1975)

Sin embargo es necesario tomar en cuenta los efectos que producen en el SNC el consumo de Marihuana:

Si se fuma, los efectos de la marihuana comienzan apenas entra la droga al cerebro y duran de 1 a 3 horas. Si la marihuana se ingiere en un alimento o bebida, el inicio de los efectos a corto plazo es más lento, generalmente comenzando entre media hora y una hora después, y los mismos duran más, hasta 4 horas. Si se fuma la marihuana, se deposita mucho más THC en la sangre que al comerla o beberla. A los pocos minutos de inhalar el humo de la marihuana, el corazón comienza a latir más rápido, los pasajes bronquiales se relajan y se ensanchan, y los vasos sanguíneos en los ojos se dilatan, haciendo que los ojos se vean rojos. El corazón, que normalmente late de 70 a 80 latidos por minuto, puede aumentar su ritmo en unos 20 a 50 latidos por minuto o, en algunos casos, hasta puede duplicarse.

Este efecto puede ser mayor si se usan otras drogas con la marihuana. Cuando el THC llega al cerebro, el usuario se siente eufórico o "entra en onda" (estar "high"), porque ésta actúa sobre el sistema de gratificación cerebral, es decir, las áreas del cerebro que responden a estímulos como la comida y la bebida, así como a la mayoría de las drogas de abuso. El THC activa el sistema de gratificación de igual manera que lo hacen casi todas las drogas, es decir, estimulando las células cerebrales para que liberen una sustancia química llamada dopamina. El usuario de marihuana puede experimentar sensaciones placenteras, los colores y sonidos le parecen más intensos, y el tiempo le parece transcurrir muy lentamente. Siente la boca seca y repentinamente tiene mucha hambre o mucha sed. También le pueden temblar las manos y las puede sentir frías.

La euforia pasa después de un tiempo y entonces el usuario puede sentir sueño o depresión. A veces, el uso de marihuana produce ansiedad, temor, desconfianza o pánico. (pagina web: nida.nih.gov/ResearchReports/Marihuana/marihuana3.html)

Acción serotonérgica. – Existen evidencias dela interacción de cannabinoides con receptores de serotonina. Los primeros son canales iónicos y están involucrados en emoción, dolor y emesis. En neuronas del ganglio nodoso, la anandamida, inhiben las corrientes inducidas por serotonina, corrientes que son bloqueadas por el antagonista. Los ligandos cannabinoides, anandamida y no afectan la unión del agonista al receptor pero modifican la unión de serotonina de un modo dependiente de dosis. Esto indica que actúan de modo alostérico en algún sitio modulador de 5-HT3 (Gabriel Nahas, 1976).

La marihuana es una droga depresora del Sistema Nervioso Central, tiene decenas de elementos psicoactivos, el más potente el THC (tetrahidrocannabinol), que tiene su propio receptor en el cerebro.

El THC es soluble en grasa, por lo que dura alrededor de 1 mes en el organismo, al ser fumado pasa a la sangre y es transportado rápidamente al hígado, pulmones y los tejidos grasos, como el cerebro. El THC , o delta-9-tetra-hydro-cannabinol, tiene un receptor específico en el cerebro que facilita su asimilación. Existe en el cuerpo humano una sustancia similar al THC, la anandamida cuyas utilidades se desconocen, pero el THC se queda durante semanas en el cerebro humano dificultando las sinopsis en determinados lugares cerebrales. Su eliminación variará de cada persona (pagina Web. Psiquiatría.com)

La acumulación de THC en las neuronas entorpece la memoria del cerebro, provoca grandes deficits de memoria a corto plazo, disminuye la capacidad de aprendizaje y de concentración, letargo, paranoias y problemas de locomoción. El THC podría generar problemas psiquiátricos en aquellos usuarios crónicos con una condición esquizofrénica pre-existente, pueden despertar la locura. (Gabriel Nahas, 1976)

A continuación observaremos un cuadro donde se específica los efectos de la marihuana.

Los efectos de la marihuana en el cerebro

Cuando se fuma marihuana, su ingrediente activo, el THC, viaja por el cuerpo incluyendo al cerebro para producir sus efectos diversos. El THC se adhiere a sitios llamados receptores de cannabinoides ubicados en las células nerviosas del cerebro, afectando la manera en que éstas funcionan. Hay abundancia de receptores de cannabinoides en las partes del cerebro que regulan el movimiento, la coordinación, el aprendizaje, la memoria y las funciones cognitivas superiores, como el juicio y el placer.

Regiones del cerebro en que los receptores de cannabinoides son abundantes

Región del cerebro

Funciones asociadas con esa región

Cerebelo

Coordinación de los movimientos corporales

Hipocampo

Aprendizaje y memoria

Corteza cerebral, especialmente las regiones cingulada, frontal y parietal

Funciones cognoscitivas superiores

Núcleo accumbens

Gratificación

Ganglios basales – Sustancia negra reticulada – Núcleo entopeduncular – Globo pálido (globus pallidus) – Putamen

Control del movimiento

Regiones del cerebro en donde hay una concentración moderada de los receptores de cannabinoides

Región del cerebro

Funciones asociadas con esa región

Hipotálamo

Funciones de disposición corporal (regulación de la temperatura, equilibrio de la sal y el agua, función reproductiva)

Amígdala cerebral

Respuesta emocional, miedo

Médula espinal

Sensaciones periféricas, incluyendo el dolor

Tallo del cerebro

Dormir y despertar, regulación de la temperatura, control motor

Sustancia gris central

Analgesia

Núcleo del tracto solitario

Sensación visceral, náusea y vómito

Cuadro tomado de pagina web: Organización Panamericana de la Salud (2006)

FACTORES PSICO-BIOLÓGICOS.

La literatura nos muestra ciertas categorías que se deben considerar, porque, a lo que se le llama psicológico, se debe revisar, hasta que punto los análisis psiquiátricos nos dan ciertas referencias para encontrar el límite entre lo biológico y lo psicológico, es decir, los factores psicológicos también pueden tener una base biológica, por ejemplo la depresión, o la ansiedad. En este sentido es preferible, llamarle emociones, a lo que la literatura tradicional llama factores psicológicos, y de ahí, hacer una valoración de otras categorías, a las que le podemos llamar factores subjetivos.

Entre las corrientes descriptivas del fenómenos, y algunas explicativas, que abordan la dependencia a la marihuana, tenemos: el enfoque ecológico-ambiental, el psicodinámico, teorías de la personalidad, del aprendizaje, el enfoque cognitivo conductual.

LAS EMOCIONES.

En el apartado de el factor genético, encontramos, que el estudio realizado, se basó en la experiencia agradable y desagradable en relación al efecto de la droga, ahora, esta experiencia, tiene también una explicación en este apartado, porque sentir agradable algo o no agradable, depende de las emociones que experimenta, por qué algunos tiene un efecto de paranoia y otros de felicidad.

Las emociones y los afectos no son la misma cosa. Las emociones son eventos que ocurren cuando hay estímulos externos, se pueden expresar en los diferentes sistemas biológicos es también la respuesta a una amenaza, y dura poco tiempo (mientras dura la amenaza), sin embargo, cuando no hay amenaza pero existe una emoción, entonces ya es un indicador de anormalidad; así como también cuando la emoción se prolonga durante mucho tiempo.

El miedo por ejemplo es una emoción, muchos sienten miedo bajo los efectos del Cannabis, y puede ser evidente en el sistema biológico cardiovascular, de manera que la emoción tiene varios componentes, el biológico, el psicológico aquí podríamos hablar del componente cognoscitivo y del subjetivo, en el que podemos considerar la interpretación de los estímulos externos.

El esquema de lo que ocurre en una emoción lo podríamos esquematizar de la siguiente manera:

Los eventos que ocurren en una emoción.

(cuadro tomado de la clase de Bases Biológicas II, 2004)

Hay muchos estudios correlacionales de la situación emocional, y la drogodependencia, particularmente se hará referencia a emociones que se dan en el trastorno depresivo, tomando en cuenta que la depresión no es un estado meramente psicológico, hay otros criterios para determinar, que es una enfermedad, con daños en el funcionamiento cerebral, y los criterios en los que nos basamos, es el CIE-10.

En una revista de salud pública, se publicó un estudio realizado con población colombiana, en el que se relacionó la depresión, con muchas variables, entre ellas la dependencia a los psicoactivos:

"Para el tamizaje de la depresión se aplicaron los criterios de la 10.ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) (19) y del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales en su 4.ª revisión (DSM-IV), y se utilizó una versión modificada de la sección E de la Entrevista Diagnóstica Compuesta Internacional v. 2.1 (CIDI-2.1) elaborada por la OMS. Este modelo permite diagnosticar los episodios depresivos en los últimos 12 meses y en los últimos 30 días y clasificarlos como leves, moderados o graves, según el tipo y la gravedad de los síntomas (1921) (cuadro 1). También se tomaron en cuenta la depresión breve recurrente (4, 21) y la depresión subclínica (19, 20). La dependencia del alcohol se evaluó mediante la CIDI modificada, basada igualmente en los criterios diagnósticos de la CIE-10, y se preguntó acerca del uso de sustancias psicoactivas" (Revista panamericana de salud pública. 2004).

En la investigación se tomó en cuenta la asociación de la depresión, con factores como enfermedades mentales concomitantes, el estudio al final mostró que un 56,3 % de las personas entre los 15 y 54 años de edad que habían sufrido depresión en los últimos 30 días, estaban afectadas simultáneamente por alguna otra enfermedad mental, especialmente ansiedad y los trastornos por el abuso o la dependencia de sustancias adictivas. En el estudio se confirmó que las personas con síndrome de dependencia del alcohol y las que consumen marihuana presentan un mayor riesgo relativo de sufrir episodios relativos.

Este estudio nos está indicando una alta correlación entre el síndrome de dependencia, y otros trastornos, como la depresión y la ansiedad, por lo tanto de aquí nos podríamos hacer la pregunta: ¿qué es primero, la depresión o el síndrome de dependencia a la sustancia?.

En este trabajo nos vamos a orientar por la tesis, de enfermedad pre-condicionante, es decir, primero se sufre depresión, y luego para buscar un alivio a la enfermedad, se busca las drogas, el criterio que nos puede orientar, es la misma clasificación de la enfermedad, según el CIE-10, vemos que también tiene un precondicionante en el código genético.

Normalmente el uso de drogas suele estar precedido por algún tipo de malestar emocional, como expresaron Shelder y Block (1999) que encontraron en un estudio realizado con jóvenes norteamericanos consumidores de diferentes sustancias que se habían caracterizado en la infancia por tener problemas de tipo emocional. Los datos señalan que un temperamento difícil que incluía frecuentes estados de animo negativos y aislamiento social contribuía de forma determinante al inicio y mantenimiento del consumo de drogas (Monografías.2005. Pag. Web)

Como se puede apreciar, las emociones juegan un papel importante, y debe considerarse un factor etiológico, cuando hablamos de depresión, no hablamos de emoción, sino de un trastorno, pero al hablar de este trastorno, nos metemos en el tema de las emociones, y el criterio para optar por esta tesis es un criterio estadístico. Sin embargo al analizar las variables estadísticas, nos metemos en otro factor etiológico:

EL AMBIENTE-CULTURA.

"La proporción de casos con depresión grave fue mayor en mujeres que en hombres, tanto en el último mes (29,2% frente a 19,6%, respectivamente; P < 0,001) como en los 12 meses previos (28,1% frente a 19,1%, respectivamente; P < 0,001). La proporción de personas con síntomas depresivos subclínicos aumentó con la edad y fue de 1,13% (IC95%: 1,0 a 2,6) en el grupo de 18 a 30 años, de 1,38% (IC95%: 0,9 a 2,0) en el grupo de 30 a 45 años, de 1,66% (IC95%: 1,0 a 2,6) en el de 45 a 60 años y de 2,07% (IC95%: 1,2 a 3,3) en los mayores de 60 años". (Revista panamericana de salud pública. 2004)

Los datos nos demuestran, la prevalencia de depresión según el sexo en un período de 12 meses encontrada en el presente estudio coincide con la proyección elaborada para el año 2000 por el estudio GBD. Por lo general, la prevalencia de depresión en mujeres es mayor que en hombres, con una razón de hombre a mujer entre 1,5:1 y 2:1, en dependencia del estudio (4—5, 7—13, 15—17, 26). En la presente investigación, esta razón se elevó a 2:1 y se confirmó la asociación significativa entre la depresión y el sexo femenino.

Estos datos por si mismos no nos explican la premisa que nosotros tomamos aquí, que la depresión es antes que la drogodependencia, sin embargo podemos respondernos esto con otra pregunta, ¿por qué más mujeres? Esto no se explica por razones genéticas, seguramente nos lo puede explicar la situación ambiental, el rol social. Y para ello habría que revisar que se entiende por los roles sociales, por ejemplo el rol del hombre y el de la mujer, el rol del hombre esta muy influenciado por el machismo (Papalia, 1993) , y el machismo tiene mucho que ver en la estigmatización de ciertas enfermedades, como la depresión, se cree que estar triste, sentir deseos de llorar, etc. es una situación sólo de mujeres, entonces hay una abstracción por medio del sentido común en una cultura machista y se construye una forma de ver la realidad, se cree entonces que los síntomas depresivos es cosa de mujeres, los hombres por ello buscan otro refugio y tratan de autocurarse, con la ayuda de la droga, por esta razón, el estudio muestras una alta relación entre drogodependencia y sexo masculino.

Pero el hombre no piensa eso por el simple hecho de ser hombre, hay una construcción histórica y un marco ideológico que determina la actitud, las creencia, lo que se piensa, se siente y se hace (Baró 2001). El sentimiento de indefensa por ejemplo, creer que no se puede hacer nada frente a la dura realidad, a lo que Baró le llamó el fatalismo, y un claro ejemplo, es el movimiento Hippie, que surge en los años 60 en los EEUU, tenían una influencia claramente religiosa, al menos en términos filosóficos, proveniente de la filosofía hindú, reprochaban la guerra que sus gobernantes hacían a otros pueblos y su lema: "sexo, drogas y Rock and Roll" (Papalia, 1993), no era más que el reflejo de una actitud conformista, porque protestaban pero su forma de protestar era a la vez una forma de resignación, porque no buscaban cambiar la realidad lo que hacían era cambiar su mundo por medio del consumo de drogas se abstraían de donde vivían y construían un mundo hiperuranio, que no existía, solo en las mentes de ellos, afectadas por las drogas.

Este punto nos hace entrar en otro factor etiológico:

EL SISTEMA ECONÓMICO-POLÍTICO.

Martín Baró analizó, ciertos comportamientos, desde la psicología de clase. Una categoría que para mi juicio estaba muy influenciada por las ciencias sociales de aquella época, como la influencia de Webber. Sin embargo el problema de esa categoría es que en el fondo se reduce una forma de ver la realidad, muy influenciada por la economía como factor predominante, y concretamente hacemos referencia al modo de producción, en el modo de producción se diferencian claramente dos clases antagónicas, y estas clases tendrán sus comportamientos que estarán determinados por una realidad material, sobre todo el lugar que ocupa en la cadena productiva, este análisis no hay que dejarlo, es necesario tomarlo en cuenta, pero no tomarlo como un todo para explicar ciertos fenómenos y sobre todo el de la drogodependencia.

Cuando hacemos referencia a la categoría "SISTEMA" , no estamos hablando de un gobierno en específico, nos estamos refiriendo a la categoría que el filosofo Wallerstein utiliza: "SISTEMA MUNDO", esta categoría hace referencia a una predominancia en el mundo una predominancia de cultura, de moneda, mercado, poder militar, medios de comunicación etc. Y esta predominancia hace que exista cierta superioridad ontológica en el ser humano, y por lo tanto diferencias bien grandes, no es casual ver la diferencia entre los países del norte y el sur.

Partiendo de esa categoría podríamos tomar de referencia a otros autores, como Franz Hinkelamert, quien critica al Estado de Derecho, entendiendo la categoría de sistema, para él, lo fáctico nos indica que hay mas que un Estado de Derecho, un "ESTADO DE MERCADO" en donde lo que predomina no es el interés por solventar las necesidades del ser humano, sino la de solventar las necesidades de las empresas que tienen el control, por eso para este autor, muchos gobiernos, no buscan gobernar para conseguir el bien común, sino que lo hacen para buscar la eficacia de las empresas, en este sentido, muchos gobernantes sólo reciben ordenes de la empresa.

Este es un factor muy importante, la categoría sistema, es la que nos puede explicar la exclusión social, la marginación el descuido, y una persona en condiciones muy negativas, es más fácil que caiga en las drogas, porque los estresores externos pueden llevar a niveles grandes de desesperación, para explicarnos esto basta hacer referencia al concepto de salud mental en Martín Baró (1990) decía, la salud mental no constituye fundamentalmente un estado psicológico interno cuanto un reflejo de las relaciones sociales mediatizadas en un contexto histórico específico.

Es decir, la convivencia humana en Baró es fundamental, por eso escribía también sobre la necesidad de la reconstrucción del tejido social, en un momento histórico. Para nosotros eso implica hacer una nueva lectura de la realidad-histórica actual, y la prevalencia del mercado sobre el ser humano es un signo muy claro, que ha destruido la convivencia social, ahora bien es necesario dejar claro la categoría aquí empleada, porque no estamos hablando de clases sociales, pueden haber drogadictos en una u otra clase, lo que aquí refutamos es la categoría "SISTEMA" y allí se ven afectadas las dos clases sociales y los estratos en general.

Por ejemplo, en nuestro país, se han realizado estudios sobre la violencia, y se ha llegado a la conclusión, que uno de los factores fundamentales, que explican los niveles de violencia, es el uso de armas, la pregunta es, si esa es la conclusión ¿por qué no se desarma a la población? Pareciera sencilla la solución, sin embargo no lo es, porque surge la otra pregunta ¿quiénes se benefician con la venta de armas?, eso no lo sabemos aquí, pero sería adecuado realizar una investigación sobre ese tema, en todo caso se menciona para explicar la orientación del mercado, y vemos que esta realidad afecta tanto al pobre como a la clase pudiente.

En conclusión si hay exclusión, en la que se excluye a la persona por darle realce a la mercancía, no hay salud mental, este fenómenos difícilmente se podrá evitar.

El apartado anterior es una teorización general de la situación en el SISTEMA, pero puede quedarse muy en abstracto, es necesario concretar lo que se da en las relaciones sociales cotidianas que son parte del sistema, a lo que Lacan le llama la relación con los otros generalizados, y que comienzan con las relaciones primarias, es decir en la familia.

La familia no debe abstraerse del sistema, ésta es el producto y en ella hay ciertos códigos, ciertas normas de convivencia, que muchas veces no son favorables para evitar la drogodependencia, como por ejemplo el aprendizaje vicario (II Congreso Mundial Vasco. (autores no definidos), 1988).

Al tener el joven, o la persona potencialmente adicta, una familia no-estable, pueden existir desplazamientos, y buscar otros grupos a ese factor le podemos llamar:

Partes: 1, 2, 3

Partes: 1, 2, 3
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