La maduración del niño y el entorno facilitador: Lecciones valiosas… (página 2)
Enviado por Felix Larocca
Bien trajeado con terno y corbata, "don Quico", como respetuosa y afectuosamente lo llamaran, era por todos venerado. Abstemio de licor y tabaco, hombre de poco comer, era delgado al modo que fuese su esposa. Escueto en sus apariencias y estilo de vida, aunque discretamente elegante. Proyectaba una figura que toda familia de importe, anhelaba que estuviera presente, en momentos y ocasiones especiales.
De haber procreado hijos, muchas personas de distinción, los hubiesen deseado, para desposar con los propios.
Alejado de todo bullicio, discreto, lacónico, estudioso, taciturno y devoto, como no tuviera hijos, dedicaba su existencia a sus libros y a su esposa. La palabra uxorious le aplicaría, si la misma existiese en el idioma español.
Se recibió de médico en las décadas tempranas del siglo XX cuando la Meca de la medicina residiera en París o en Berlín, y cuando, la ciencia médica era — y quizás, todavía puede que sea — la profesión más elegante que la imaginación romántica pudiese concebir. Tiempos ya idos, cuando ser médico fuera, serlo con "M" mayúscula, y no como miembro de gremios agitadores.
La leyenda lo tiene que Quico salió del país, como lo hicieran tantos dominicanos, hijos de familias de buenos medios. Familias que, entonces, enviaban sus hijos varones al extranjero en búsqueda de la educación, que a éstos les garantizaría una posición social, basada, no en la aristocracia del abolengo, sino en la meritocracia del intelecto.
Y, ¿qué mejor carrera para elegir que la de la Hermandad de Escolapio o Asclepios?
Quico, no estaba sólo en sus empeños, a él lo habían precedido y lo siguieron, muchos galenos santiagueros, que se destacarían en sus especialidades clínicas y que, al retornar al país, hicieran de la misma ciudad su destino profesional.
Para una reseña histórica de la medicina, léase: ¡Médico! (en monografías.com).
Santiago de los Treinta Caballeros
Pueblo, que en esos días fuera, "grande", por los estándares de entonces, y que asimismo fuese conocido como "La Ciudad Corazón", por su localización geográfica en el centro de la parte de la isla Hispaniola que el 27 de febrero del 1844 los dominicanos arrancaron del vasallaje haitiano.
Pelea de gallos por Yoryi Morel (1903-1979)
Una vez durante mi niñez, en nuestro pueblo, tenían consultorios los doctores José de Jesús Álvarez y Salomón Jorge, entrenados en Francia, el Dr. Mario Penzo, entrenado en Alemania y, el genio de los genios, el Dr. José de Jesús Jiménez que como autodidacta se entrenó a sí mismo, se tornó polígloto, botánico destacado, clínico excepcional, publicado en el extranjero (citado por un caso de Ainhum o Dactilosis Espontánea en el libro de texto de Cecil & Loeb), además de ser experto ajedrecista.
Los padres de Quico viajan y visitan al futuro médico
Dicen las lenguas locuaces, de las que muchas hubieran en mi ciudad natal, que luego de haber esperado un par de años para ir a verificar en persona el progreso académico del futuro doctor, los padres decidieron embarcarse y hacer el cruce trasatlántico, que los llevaría a Francia.
Cuando, finalmente, llegaron a París, encontraron al hijo en buenos espíritus, rebosante de entusiasmo y salud, y dispuesto a darles el recorrido de rigueur de la Ciudad de la Luz. Lo que, de inmediato, se hiciera.
Satisfechos, aunque cansados, por la extendida gira turística y las visitas a los diversos sitios de interés, los papás, casi al punto de reembarcarse para retornar a su hogar, le preguntan al hijo: "Y, ¿dónde queda la Sorbona?" "No sé." — fue la, sincera respuesta — "Aún no he ido".
Algo, que fuese remediado de inmediato.
Años después
Caricatura por Príamo Morel
Una vez, cuando yo apenas cumpliera seis años, mi mamá me llevó a ver a Quico, porque sospechaba que yo sufría de la tosferina. Epidemia que había hecho de sus víctimas a todos mis amigos cercanos.
Cuando nos recibió, encontré al médico, poseído de tal serenidad y aplomo, que me disipó de inmediato el miedo que me invadiera al prospecto de recibir la inyección anticipada.
Todavía retengo en mi mente las memorias de ese transcendental instante. El olor de la esponja de alcohol, y la ligera molestia que la medicina causara al ingresar bajo mi piel. Como asimismo recuerdo, que por la primera vez en mi vida, el dolor me resultó indiferente — porque no lloré — y que decidiera, como ese hombre — en ese instante — algún día vestir una bata blanca y poder aliviar el sufrimiento de otros.
Neuronas espejos e identificación idealizada funcionando en tándem.
Lo que todavía me impresiona, es que me parece, que esa inyección me curó rápidamente la infección de que sufriera.
Había un elemento de trance hipnótico en esa visita que persistiría en mi imaginación de joven y que perduraría para siempre.
Rendición artística de las "Neuronas espejo"
Desde ese momento decidí por la carrera médica.
Pero hay más.
En una ocasión, cuando todavía transitaba en mi adolescencia, mi mamá se enfermó y mi papá fue a buscar a Quico, ya que el doctor Jiménez, a quien ella prefiriera, estaba de viaje. Al percibir la llegada del pariente, sin poder contenerse, la enferma exclamó exasperada: "¡Yo esperaba que me trajeran un médico!", lo que no molestó al sazonado galeno en lo más mínimo.
Quico estaba emparentado con dos de los artistas más salientes de su país: Yoryi Morel, uno de los mejores y más aclamados de nuestros pintores, y Príamo Morel, el mejor de nuestros caricaturistas.
Príamo era — como se cree que sean los genios — persona excéntrica y extraordinaria. Una de sus peculiaridades consistía en que a muchos de sus amigos les indujo a aprender el código Morse, porque en lugar de dirigirles la palabra, les silbaba en staccato, los sonidos de las letras de ese alfabeto. "A" era un breve pitido, seguido por uno más largo.
Otro propósito de esta lección
Hemos repetido, en previas ocasiones, que para ser responsables de ciertos actos en nuestras vías, que todo comienza con la decisión de actuar. Lo que presupone una libre voluntad y una consciencia en proceso de asistir en este mecanismo mental y — por supuesto, emocional — si lo que decidimos es carrera, vocación o matrimonio — entre otros asuntos de la mayor importancia.
Nos ocuparemos en el espacio que sigue a estudiar los mecanismos neuro-psicológicos que subyacen el proceso de hacer decisiones cruciales, de cómo las neuronas espejo entran en juego y mencionaremos el fenómeno psicológico de la identificación durante el proceso de la maduración emocional.
Imagen adaptada de mi trabajo Neuronas espejo: Neurociencia aplicada (en monografías.com)
Mientras tanto el rol crítico, que las actividades de la dopamina, juegan en este proceso, se puede encontrar en el artículo Madoff (I).
Continuando
Para entender los procesos normales del desarrollo psicosexual humano — desde que Freud mostrara el camino — se parte de lo patológico, desde dónde, de abajo hacia arriba, se llega a lo "normal".
Esta manera de proceder es consistente con el método de investigaciones neurológicas. Recordando aquí que Freud comenzó su carrera como especialista en esa rama de la medicina, siendo orientado hacia la psiquiatría por el neurólogo más prominente de toda la historia: el ilustre Jean-Martin Charcot (1825-1893). (Véase, Celebrando la Naturaleza. Celebrando la mujer. en monografías.com).
Contrario a la creencia popular que nos lleva a creer que Freud, cuando fuera a París a estudiar bajo Charcot, lo haría por muchos años. La realidad fue muy distinta, su tenencia con el Maestro fue breve, ya que se extendió desde octubre del 1885 a febrero del 1886. Sólo por unos cuatro meses y medio.
La influencia que Charcot, en Freud ejerciera, se limitó a despertar el interés del último en los síntomas de la histeria y en el uso de la hipnosis. Éste fue método de terapia que Freud eventualmente abandonaría favoreciendo el de la catarsis mental, desde donde, finalmente, surgió el psicoanálisis.
Más adelante, los aspectos de la función mental, dentro del psicoanálisis, que aquí nos ocupan, provinieron de las labores de Heinz Kohut, el más distinguido de los psicoanalistas que ha producido el Instituto de Chicago.
Omnipotencia infantil
Las variedades de transferencias narcisistas de acuerdo a Kohut
Durante sus labores en el tratamiento de personalidades narcisistas, Kohut se vio obligado a modificar las elaboraciones teóricas, del psicoanálisis clásico freudiano, formulando las propias.
Para los fines de su concepción técnica, Kohut describió:
La Transferencia en Espejo
La Transferencia Idealizadora y la
Transferencia Gemela
Como asimismo alterara la arquitectura del concepto virtual del narcisismo, rindiéndolo más accesible, razonable, y cercano a la realidad del infante, al que tuvo la osadía de darle un nuevo nombre: El Complejo de Telémaco, lo que — de estar vivo — hubiese provocado la rabia de Freud, para quien este complejo fuera una idea inamovible. (Para apreciar las contribuciones de Kohut, recomendamos: Encontrarse a uno mismo en monografías.com).
Telémaco
En la mitología greca, Telémaco — en el idioma antiguo Τηλέμαχος Têlémachos "el que lucha lejos", en alusión a su padre — es el hijo de Odiseo y Penélope, y además, personaje en La Odisea de Homero.
Este carácter era todavía un infante cuando su progenitor marchó a la Guerra de Troya.
En los casi veinte años de la ausencia del papá. El niño creció hasta hacerse adulto. Mientras que su madre, a pesar de estar rodeada de hombres que anhelaban hacerla su esposa, permaneció en la espera fiel del ausente marido.
Luego de que los dioses decidieran que Odiseo podía retornar a su patria, Atenea, se trasladó a Ítaca y advirtió a Telémaco que fuese a Pilos para facilitar el retorno de su padre y para asistirlo en combatir los candidatos al amor de la madre.
Y así fue.
Decisiones.
El engañador Madoff
En mi artículo acerca del desfalco que plasmara Madoff, expreso lo siguiente:
El instante de la importante decisión fatídica
"El desfalco financiero comienza con una determinación inicial por quien lo planea, cavila, ensaya, conforma en su mente y, más adelante, ejecuta
"Pero, para hacer esta decisión, primero, esa persona, debe de abandonar todo sentido de recato y decencia que pudiese albergar hasta ese instante."
Más adelante continúo, añadiendo:
"Todo se resume al proceso de hacer decisiones que afectan a otros y que repercuten en quienes las formulan siempre y cuando las ejecuten. Aunque la posibilidad del castigo siempre la deniegan
"Pero, ¿cómo es que, como especie, logramos formular decisiones meditadas y abstractas?
"Hacemos decisiones por el uso de actividades del cerebro, de la aplicación de la razón, y por medio del control de la influencia dictatorial de nuestras emociones.
"Muchos pensadores, a través de nuestra historia, reflexionarían en este importante mecanismo como parte de un proceso esencial
"Como de costumbre, Platón sería el primero. Para él la mente era como una cuadriga tirada por dos caballos. Un caballo representaba el cerebro emocional, y el otro, el cerebro racional
"El alma asistida por el cerebro racional, decía el sabio, es el auriga que mantenía con su látigo los dos animales, conflictivos en sus comportamientos, bajo su control. De esa manera dividiría nuestras mentes como una entidad rasgada por la tensión existente entre la razón y las emociones
"Esta división de la mente es uno de los legados más indelebles que permanecen consagrados en nuestra cultura occidental."
Nuevas ciencias y nuevos modos de comprender este mundo en que vivimos, basados en el entendimiento de los comportamientos de animales, emergen cada día.
Entre las recién llegadas, tenemos la genopolítica, acompañada por sus hermanas cercanas, la neuropolítica y la fisiología política.
Ratón ludópata
La proliferación de disciplinas innovadoras es necesaria debido a la enorme complejidad de nuestros comportamientos.
¿Por qué somos cómo somos y, por qué actuamos cómo lo hacemos?
Para explicarlo, Freud nos habló del narcisismo primario y del narcisismo secundario.
El narcisismo primario encapsula la suma de las necesidades primordiales que tenemos que satisfacer para el logro de nuestra supervivencia.
Estas pulsiones instintivas nos proveen con la orientación biológica que nos guía en la búsqueda de esos objetivos básicos.
Por ser tan esenciales y por estar ligadas a nuestra propia capacidad de sobrevivir, conservan configuraciones primitivas del animal, que en nosotros habita, que lucha por la supremacía del vivir, asociado a los gozos vinculados a la acción de la dopamina cerebral.
Nosotros, somos animales que nacimos siendo los más dependientes e indefensos. Por ello, nos resulta perentoria la aplicación de todos los programas con que venimos dotados para asegurar nuestra progresión ininterrumpida. De ello derivan los celos, el egotismo, la acumulación de posesiones, la envidia y el ansia por el poder ilimitado — de ello derivan todas nuestras pasiones.
La historia bíblica de Caín y Abel, y de la "fundación" de Roma por los gemelos Rómulo y Remo, son leyendas elocuentes de los celos entre hermanos. De los que el psicoanálisis ampliamente nos enseña, y que forman parte de la parte lóbrega del narcisismo primario.
Ese mismo, siendo el narcisismo que inspira los dictadores, los economistas que asesoran gobiernos corruptos y motiva a todos quienes venden sus conocimientos, falsificándolos, por el dinero que les ofrece el mejor postor.
Narcisista pueril.
El narcisismo puede afectar la razón
En este tipo de narcisismo, se ha demostrado, que predomina un componente animal que trasciende los límites entre especies distintas.
En un reciente estudio reportado en el portal Discovery, se revela que ratas adictas al juego de azar, en situaciones experimentales, aprendieron a apostar sus bolitas de comida para controlar las recompensas obtenidas.
Estas "decisiones", hechas por ratas, estaban correlacionadas con los niveles de la serotonina del cerebro del roedor. Cuando estos niveles se bajaran intencionalmente por los investigadores, las ratas, como sucede a los jugadores adictos — o ludópatas — perdían su capacidad de juzgar las consecuencias de sus acciones, perdiendo todo control de sus impulsos, actuando de manera impulsiva y contraproducente.
Tornándose, en consecuencia, incapaces de escoger la opción más conveniente, como anteriormente pudieran.
Jinetes de la apocalipsis.
Cuando nos detenemos a pensar en lo complejo que resulta ser este proceso de hacer ciertas decisiones, la importancia de la omnipotencia infantil se considera.
La omnipotencia infantil
Dotado de una dosis abundante del narcisismo primario, nutrido por el desvelo de una madre confortante, el niño se cree dueño del mundo en que se desarrolla y crece.
A medida que se transforma en un ser más consciente de su entorno, el infante comienza a extender su ámbito social y da cupo a las existencias y necesidades de otros con quienes comparte su entorno. Familiarizándose con el hecho de que aún los animales domésticos tienen sentimientos y gozan de prerrogativas.
El narcisismo secundario caracteriza el individuo "civilizado". Representando la misma persona que intuye los valores éticos y morales de la sociedad en que se integra y que está dispuesta a obedecer las leyes que gobiernan el grupo, no por miedo a ser castigada, sino porque de no hacerlo así, se sentiría mal.
El narcisismo patológico (NP) existe en factores de gradaciones. No es como el embarazo, del cual se dice que no puede estarse "un poquito embarazada". En el NP, no domina el principio del "todo o nada", característico de la contracción cardíaca o de la transmisión del impulso de ciertas neuronas.
Por ejemplo lo encontramos en disfraz en algunos clérigos que se escudan detrás del hábito religioso para ocultar sus perfidias o en la retórica de algunos políticos que en éste depende para justificar el envío de sus compatriotas a la muerte cierta, o para justificar el tratamiento inhumano de prisioneros de guerra. (Véase, El poder detrás del Trono en monografías.com).
Soy como papi.
Cuando se descubrieran las neuronas espejo y su significado para las ciencias del comportamiento, se abrió al mismo tiempo una oportunidad para evaluar el fenómeno de la empatía.
Aunque, asimismo se abrió una ventana de oportunidad para poder darle una base de referencia al fenómeno de la identificación. Fenómeno psicológico que no admite una simple definición en medio de una gama posible de las mismas.
Identificaciones
La identificación primaria, existe cuando el niño muy joven empieza a incorporar, integrar, e imitar los elementos constructivos que caracterizan las figuras que lo cuidan y nutren. Este fenómeno, como todos los fenómenos psicológicos, se concibe de manera inconsciente. Desde ese entonces, el niño comienza a repetir y a expresar lo que otros hacen.
La identificación proyectiva
Aquí la describimos por su utilidad heurística en el ámbito clínico.
El concepto fue introducido por Melanie Klein en el año 1946. Refiere a un proceso psicológico en el cual una persona envuelve el ego de tal manera que su comportamiento hacia el objeto de la identificación, invoca en la otra persona precisamente sus pensamientos (¿espejo?), sentimientos o comportamientos, por éste proyectados.
La identificación proyectiva difiere de la proyección simple en que en ella existe el elemento de una profecía que acarrea su propio cumplimiento. Donde una persona, creyendo algo falso acerca de otra, se relaciona con esa persona en una manera que la otra altera su comportamiento para que se cumpla. La segunda persona es influida por la proyección y comienza a comportarse como si ella fuera en realidad caracterizada por los pensamientos o creencias proyectados. Todo este proceso permanece fuera del conocimiento consciente de ambas partes.
Neuronas espejo en acción
Un ejemplo clásico de este fenómeno es el del esquizofrénico paranoico que desarrolla la falsa creencia de que está siendo perseguido por la policía. Temiendo los vigilantes comienza a actuar de manera ansiosa, sigilosa y furtiva cerca de los agentes de la ley, de manera que invita sospechas de su parte, mientras que ellos comienzan a buscar razones para detenerlo.
Otras variedades importantes del proceso de identificación son la identificación con el agresor o las identificaciones histéricas, entre las cuales, la más famosa es la folie à deux.
Procedamos ahora a describir las identificaciones "saludables" que resultan de la resolución de conflictos comunes en el desarrollo psicosexual del individuo.
Para Freud, la universalidad del Complejo de Edipo era un fait accompli. Algo que, sus fervientes seguidores procuraron corroborar a todo costo. La famosa antropóloga Margaret Mead, fue, de entre todos sus prosélitos, quizás la más apasionada en este respecto, cuando escribiera, su obra — hoy puesta en duda — Coming of Age in Samoa. Libro que concibiera, como mujer recién graduada de 23 años y, que la propulsó en el mundo de la fama intelectual — para muchos exagerada o inmerecida — que adquiriera en su vida complicada.
Lo que postulaba Freud, fue que, luego de haber resuelto la situación conflictiva de la tríada que, el Complejo de Edipo presentara. El niño se identificaría con el padre del mismo sexo, continuando su desarrollo psicosexual, logrando una vida feliz y libre de conflictos — como en los cuentos de hadas.
Pero, no es necesariamente, así como sucede. Lo que sí es cierto, es que el mecanismo de las identificaciones posee un componente neural muy definido y definitivo para explicar y mejor entender este puzle.
El proceso neurocientífico de la identificación
Todo comienza en la niñez temprana y, durante el proceso del desarrollo infantil.
El cerebro poco desarrollado del bebé percibe su entorno de manera esencialmente desorganizada y difusa. El sistema activador reticular aún no filtra los estímulos sensoriales de manera eficiente, la visión es imprecisa — pero el olfato y el gusto están esencialmente bien desarrollados — ésta es la fase oral de la cual Freud hablara.
Mientras esto transcurre, la corteza pre-frontal está activa y asiste en el reconocimiento de caras familiares. El tálamo, y el hipocampo, adquieren y preservan memorias que les llegan de muchas localizaciones anatómicas encefálicas y periféricas. Mientras que la amígdala cerebral distribuye las emociones asociadas con la ansiedad y el miedo, contribuyendo al sosiego emocional.
Por su parte, el tronco encefálico está activo durante este proceso, ya que transmitirá los impulsos nerviosos recibidos, provenientes del sistema límbico, hacia la médula espinal.
A medida, que el infante crece, y que estas funciones se establecen firmemente, el bebé comienza a percibir su entorno de manera sistemática y compleja.
Despliega un sentido de la importancia de la música, no sólo porque la escucha, a veces sin entenderla, pero, porque su mamá le canta "baladas de amor", como dice el Himno de las madres dominicano.
El bebé, luego de haber pasado por los periodos de la sonrisa instintiva, el reflejo de Moro y el reflejo de chupar — no en ese orden preciso — a los ocho meses, avanza a la controvertida etapa de "ansiedad de extraños", que, a veces, crea consternación entre familiares cercanos, que no la comprenden.
El proceso se acelera.
La dicción y la adquisición del lenguaje comienzan en sus formas más rudimentarias, mientras que el niño se prepara para iniciar la locomoción.
Neuronas de espejo están activas durante este período, mientras que la comunicación no-verbal, por empatía, aumenta en su importancia.
La identidad sexual se codifica en el cerebro, mientras que se confirma en el entorno, adoptando sus tonos culturales.
Esta es una progresión fantástica que, muchos profesionales en el campo de las ciencias del comportamiento ignoran, porque prefieren creer que todo lo que, al ser humano afecta, es resultado de mecanismos llamados "dependencias", "codependencias". O de alguna fantasía artificiosa de DSM-ETC.
¿Son el NP o la fraudulencia, cualidades innatas de nuestro género? Si la musicalidad, de acuerdo a los Bach, puede serlo, ¿por qué no?
Existen muchas familias de seres notorios quienes parecen demostrarlo, pero, el problema es, que la mayoría no continúa haciéndolo por muchas generaciones.
No vemos más Bachs en este mundo, como carecemos de Einsteins, Niels Bohrs, Curies, o da Vincis.
Parece ser que los genios, brillan y se esfuman como si fueran estrellas fugaces. Su cometido habiendo sido completado, se extinguen. Sólo la mediocridad, personificada en las pocas dictaduras y familias reales que aún existen, perdura. No sabemos por qué — en un sentido darvinista este fenómeno — antitético, no ha sido erradicado de nuestra especie por la selección natural.
Los tronos son hereditarios, la mediocridad, puede que lo sea, pero, el talento ¿lo es? O puede que todo se resuma a la aleatoriedad de los sistemas que nos gobiernan.
Aún no lo comprendemos, ni podemos explicarlo.
Sesión didáctica.
En resumen
En esta lección nos propusimos, por medio de aplicaciones de conceptos psicodinámicos y neurocientíficos, explicar los fenómenos esenciales que entran en nuestras mentes cuando seleccionamos un curso de comportamiento que definirá nuestras vidas.
No todos percibimos el mundo de manera idéntica, como no todos respondemos a las mismas experiencias de igual manera.
Pero, es posible que, si crecemos — como D. W. Winnicott propusiera — en un "entorno facilitador", donde la idealización sea posible y los espejos que nuestras neuronas reflejan son saludables, que nuestros chances de desarrollarnos como seres capaces de sentir la empatía y practicar la moralidad — ingredientes esenciales para la vida colectiva — serán mejores.
Fin de la lección
Bibliografía
Larocca, F: (2007) ¡Médico.! en monografías.com
Larocca, F: (2007) El Poder detrás del trono en monografías.com
Larocca, F: (2007) Celebrando la Naturaleza. Celebrando la Mujer. en monografías.com
Larocca, F: (2007) La autoestima, la dignidad, el auto-respeto y lo que arruinamos cuando los comprometemos. en psikis.cl y en monografías.com
Larocca, F: (2007) Celebrando la Naturaleza. Celebrando la mujer. en monografías.com
Larocca, F: (2007) Una reseña acerca del Narcisismo Patológico (NP) en monografías.com
Larocca, F: (2009) El cerebro hedonista: El cerebro adicto en monografías.com
Larocca, F: (2009) La "Prueba del Malvavisco" y su — incierta — capacidad predictiva de futuros problemas del comportamiento humano. en monografías.com
Larocca, F: (2009) Bernard Madoff, Quimera: Crimen y Castigo, la neurobiología del engaño y el principio inquebrantable de la Ley Natural (I) & (II) en monografías.com
Zhiusui, L: (1994) The Private Life of Chairman Mao Random House
Larocca, F: (2008) Neuronas espejo: Neurociencia aplicada en monografías.com
Larocca, F: (2008) Encontrarse a uno mismo en monografías.com
Mead, M: (1928) Coming of age in Samoa W. Morrow
Winnicott, D: (1994) The Maturational Process and the Facilitating Environment: Studies in the Theory of Emotional Development IUP
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca
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