Muchas pérdidas son irreparables por su misma naturaleza, pero; dentro de nosotros subyace la resiliencia, y por esta misma razón, podemos acceder a conductas y estilos de vida nuevos; que si lo queremos, pueden cambiar la vida en un antes, y un después. La aceptación; genera una realidad diferente, es la instancia en que eliges conscientemente dejar de ser víctima, y sentirte como tal, además, has de saber que, la finalidad de la aceptación; es acceder a una mejor calidad de vida, y alejar toda posibilidad de venganza, porque la venganza; nada deja, solo prolonga el dolor y la barbarie.
Detectar los pensamientos negativos que surgen sobre las situaciones, o las personas que te causaron sufrimiento, y cambiarlos por otros que te ayuden a seguir en la conquista de mejores estados mentales, es posible. Al reinterpretar la historia encontramos; grandes oportunidades de aprendizaje, y de éxito. Aceptar no es hacerle un favor a otra persona, en realidad, los únicos beneficiados somos nosotros mismos. La aceptación nos permite acceder a mejores estados de conciencia y conciliación endógena.
Por otro lado, aceptar también es; aceptarse, sé que después del hecho; eres una persona que ha cambiado, que ha crecido por medio del dolor y sufrimiento, es muy probable que hayas aprendido algo, no volverás a ser la misma persona, sé que suena duro; pero muchas veces el dolor refina, sé que crecer es doloroso y demanda compromisos viscerales. Para lograr la aceptación hemos de involucrarnos emocionalmente, físicamente, socialmente, etc., es toda una transformación, y toda una experiencia. Suele suceder que a veces; nosotros mismos, no cumplimos con la norma de respeto hacia los otros, en un proceso de aceptación; hemos de quedar completamente comprometidos e involucrados desde el interior. La aceptación no es fácil, es exigente, dolorosa, requiere compromiso y coherencia. Yo me comprometo.
La educación para la paz, también, se puede desarrollar fuera de las aulas, mediante actos públicos, intervenciones terapéuticas, atención medico-psiquiátricas, actividades lúdicas y dialogo con las personas en las comunidades, en los barrios, en los pueblos, en las iglesias, es decir; escenarios hay muchos para hacerlo, solo falta tu compromiso; se, un transformador.
El compromiso con la cultura de la paz, no sólo debe ser de víctimas, victimarios y facilitadores; es también cuestión de la sociedad en general, es decir; es cuestión que a todos nos corresponde. Merece la pena recordar que siempre estamos a la espera de que alguien nos resuelva nuestros problemas, y en muchos casos la vida, y no; este problema es de todos los colombianos; no es del presidente, no es del alcalde, no es del ejercito, no es de la policía; el compromiso con la cultura de la paz, es un proyecto que solo le corresponde a seis personas, (yo, tu, el, nosotros, vosotros y ellos) no huyamos del esfuerzo, comprometámonos. Yo me comprometo.
(1) Es necesario desarrollar formas diferentes de pensar, de sentir, de actuar, de interpretar, en fin: (el sentido de pertenencia y fidelidad a la patria, el sentido de responsabilidad, la vida, la muerte, la pobreza objetiva y subjetiva, Dios, el sexo, la familia, los hijos, el ser, el estar, el deber, el trabajo, el estudio, lo social, el concepto de propiedad, de privacidad, de colectividad, de democracia, de existir, de hablar, de exigir, el otro, los otros, etc.) hagamos una nueva lectura de estos puntos; merece la pena la verdad.
Muchas veces tomamos decisiones con un garrote, y resolvemos problemas con un revólver, (espero no ser percibido como psicopático)
(2) Hay que partir de la paz interior; de esa paz positiva que hace posible que el ser humano se desarrolle con todas sus capacidades y talentos, tenemos que trabajar nuestros afanes belicosos, nuestras manías y nuestros conflictos internos, te juro; no es nada del otro mundo, basta con un poco de voluntad y ganas de crecer como persona y como sociedad. Tú puedes, y eres indispensable, además; esto no lo logramos sin tu compromiso; recuérdalo.
(3) Hay que narrar los hechos tal como sucedieron en verdad; no aumentar las cosas desagradables, hay que asumirlas como fueron en realidad; o de lo contrario; nunca podremos apropiarlas y mucho menos transformarlas, no juguemos a ser la victima cuando no lo somos en realidad, todo lo que se construye con mentiras; se colapsa por las verdades, se genuino se honorable.
(4) Desvincular la relación entre conflicto interno emocional y conflicto generado por las relaciones interpersonales; es en este ultimo donde encontramos diferentes variables, muchas veces hacemos de algo sin importancia un hecho verdaderamente violento o catastrófico, es ahí; donde encontramos el verdadero reto, la valoración objetiva de lo que nos pasa; es de hecho la mejor opción, y es esto; lo que nos habilita para entrar en disposición de hacer la paz.
(5) Tu existes, yo existo; y como tal hemos de vernos, bienvenida la moral como un deber hacer, bienvenida la ética como un deber ser. Yo me comprometo, por los míos, y por los tuyos. Colombianos somos todos, y como tal; somos responsables los unos de los otros.
Mi resentimiento y todos mis demonios son mi problema, y como tal los asumo, y por esta razón; me comprometo con una mejor conducta. Nadie es más responsable que yo, de las valoraciones subjetivas que hago frente a mi propia vida, y circunstancias. Entenderé que los conflictos se asumen desde métodos serenos, creativos y solidarios, las imposiciones solo acarrean resentimientos y rencores.
Los resentimientos y los rencores, se constituyen en la piedra angular de la violencia, una persona rencorosa, y resentida; es una bomba inteligente.
Habilidades que hemos de desarrollar, y tener en claro:
(1) Nada justifica la violencia, nada ni nadie puede legitimar el terror.
(2) Las respuestas violentas; solo agravan el conflicto y muchas veces lo prolongan en el tiempo.
(3) Lo que logramos con métodos violentos, mentirosos y mañosos; sólo lo podemos mantener con los mismos métodos, el que imita al malvado siempre lo supera, la corrupción y la violencia no son inherentes al ser humano, solo son actitudes, vicios, conductas y adefesios oscuros; mal intencionados que ostentan cerebros poco evolucionados.
(4) Debemos entender que en algunos casos el fin, no justifica los medios, ningún ser humano ha de ser visto como medio; el ser humano es un fin en sí mismo antonomasia.
(5) Lo bien logrado, lo decoroso, lo cristalino; llevará en su fin la paz y la nobleza; estos actos constituyen el honor de los hombres y la grandeza de las naciones, es así; como empiezan las grandes trasformaciones, las naciones se hacen grandes primero en el corazón de sus ciudadanos; y luego son las manos de estos ciudadanos las que hacen y modelan la grandeza.
(6) La cultura de paz como compromiso, es la mejor herencia que podemos dejar a nuestros educandos y a las futuras generaciones de colombianos, y colombianas. Yo me comprometo.
Recordemos (a riesgo de parecer fatigoso) que en nuestra sociedad parece ser; que a menudo quien obtiene más es quien más grita, mas pega, mas falsifica pruebas, mas corrompe, mas roba, mas difama y mas mata inclusive, vamos a terminar con eso; todos los colombianos vamos a denunciar al corrupto, al matón, al ladrón, al que amenaza, al traficante, los colombianos no vamos a comer más cuento, de ahora en adelante en Colombia pierden los corruptos, los mañosos, los mafiosos y todas esas entidades que justifican su existencia, matando, secuestrando, torturando, poniendo bombas y atentando contra nuestros hombres y nuestras mujeres insignes, contra nuestra patria y además; traficando y mintiéndole al país y aun, a los vecinos, no mas adefesios de esos, todos con el gobierno, todos con lo que hemos construido como democracia. Si a la democracia yo me comprometo.
Si a nuestras instituciones, si a nuestro ejército, si a nuestra policía, si a nuestros jueces, si a nuestros fiscales, si a todas las instancias que soportan nuestra democracia y le dan forma a nuestra bien amada libertad, si a los diálogos de paz. Yo me comprometo.
Si a la democracia, no a los violentos. Yo me comprometo.
(7) No debemos satanizar a las personas, ni a los actores del conflicto; porque ellos son eso precisamente; personas, solo que eligieron otro régimen para justificar su existencia, es conveniente no etiquetar a las personas por sus comportamientos; recordemos el principio de dignidad que tenemos todos como sujetos de derechos; esto es notable para la salud del dialogo y el proceso de conciliación nacional; a la cual nos veremos evocados prontamente, lo hecho; ya fue hecho, no esperemos la hora de la venganza; esperemos la hora de la justicia para el bienestar de todos los colombianos, yo me sumo a la conciliación, yo me sumo a la paz, yo me sumo al perdón que se puede otorgar, yo me sumo a un país mejor, yo me sumo a la desmovilización y al sometimiento, yo me sumo a la paz, yo me sumo al compromiso. Debemos condenar los hechos de barbarie desde todo punto de vista, pero también; debemos ser compresivos con las personas; es la hora de la justicia, y que sea ella; la que juzgue los hechos, no a la venganza. Yo me comprometo.
(8) El otro es una realidad importante; se que tenemos puntos de vista distintos; pero es trascendental como yo; es otro yo al que hay que reconocer, hay que tener sensibilidad ante sus necesidades. Sus alegrías, tristezas y sus sueños muchas veces se parecen a los míos, le rinde honores a la misma bandera y también, sueña con un país mejor, el y yo, somos lo mismo; no desconozcamos eso; no olvidemos por un solo momento que es un colombiano, un hermano de especie y tenemos que acogerlo. Los colombianos tenemos que aprender a perdonar, aceptando la realidad, tal cual se nos presenta y empezar a vivir sin esa carga emocional delirante que se hace tan pesada con el paso del tiempo; ya estamos cansados de barbaries, empecemos a educarnos para la paz, eduquémonos en voluntad por nuestros hijos, por un país mejor, por un mejor mañana, aún estamos a tiempo, pensemos en la generaciones de colombianos y colombianas que aun no nacen, dejémosles un país prospero, no un país en ruinas; qué bueno que puedan vivir en paz estos ciudadanos y ciudadanas aún no nacen, bienvenidas las generaciones futuras, bienvenidos los niños y las niñas que tienen la gracia de transformarlo todo con su encanto, inocencia, y sonrisa, bienvenida la paz que hay en la sonrisa genuina, en la mirada sincera, en los acuerdos, en la elegancia, en el decoro, en la mano amiga, en el respeto que merecemos todas las personas, en el interés por el país; y en las instituciones que soportan nuestra democracia; las cuales, garantizan nuestras libertades, en fin…, . Yo me comprometo.
(9) Descubramos entre todos lo que nos une, y lo que nos estimula; no busquemos lo que nos separa; sino aquello que nos une, busquemos aquello que nos permita entender que somos de los mismos, que somos colombianos y colombianas y que todos tenemos una gran responsabilidad con la paz nacional, con la conciliación, con el perdón; tenemos un gran compromiso con todos; porque todos somos responsables de todos, ningún ciudadano colombiano se puede sustraer a este compromiso; la transformación y la toma de conciencia es el imperativo nacional actual; es así de simple, y serio el compromiso. Yo me comprometo.
Es importante que no te declares neutral ante la violencia, o los actos violentos; la educación para la paz, exige un rechazo permanente, claro y valiente ante los hechos violentos e intolerantes; recuerda, en este proceso tu también cuentas, eres definitivo y definitiva; sin importar en qué lugar del mundo estés, y cual sea tu ocupación; solo se necesita que seas decoroso, decorosa, honrado, honrada, colombiano o colombiana; que quiera un mejor país para sus hijos, y sus hermanos de especie. Todos los colombianos que hoy vivimos, tenemos un compromiso con los colombianos que aún no nacen, es así de fácil; y así de serio el compromiso.
No quiero oír, (nunca mas), a un colombiano decir, (me siento feliz de estar vivo; en medio de tanto muerto) Yo me comprometo.
(Nunca más, nunca más, nunca más)
Dios salve a Colombia y a los colombianos.
Seamos siempre decorosos y firmes en lo justo; no seamos cómplices del delito con nuestro silencio e indiferencia. No aumentemos los hechos para lograr beneficios, seamos decorosos, honrados, veraces; pero sobretodo; mejores ciudadanos; ese es el verdadero reto.
(Un gran abrazo) donde quiera que estés; colombiano o colombiana.
Colombiano; me gustaría oírte decir (Yo me comprometo), esto; donde quiera que estés.
Reconocer y valorar la realidad tal cual es; después de un hecho traumático; es sinónimo de aceptación, no de perdón. El perdón es opcional, la aceptación es el imperativo que nos ayuda a acceder a una mejor calidad de vida.
Hay muchas cosas que se pueden perdonar, y hemos de hacerlo, hay otras que son susceptibles de un no. La aceptación tiene como finalidad seguir viviendo con decoro, y además, libres de resentimientos y venganzas.
¿Cómo perdona y olvida una persona; cuando la falta esta en su hueso, está en su alma, está en su historia personal, está en su carne, está en su hijo, está en lo que más ama?, en fin
Sería muy grato saber, que en Colombia; no han vuelto a matar.
Mi posición frente al perdón es radical, y la razón es simple, lo veo desde el puto de vista psicológico, y conozco el impacto que produce en las personas. Desde un punto de vista cognitivo, es algo así como hacer regalos a alguien que no los merece. Desde un punto humanista, seria pasar por alto la tragedia y hacer como si nada paso. No, el perdón libera las responsabilidades, y hace normales las barbaries.
También, es importante reconocer que muchas veces; motivamos conductas en personas simples, y por esta misma razón, sus respuestas son grotescas.
Acceder a la aceptación, nos permite, entrar en disposición de consentir una mejor vida; sin carga delirante, o venganza que nada bueno dejan, pero sí no lo hacemos, en cambio; pueden aumentar el dolor, y el sufrimiento, pasando con facilidad de una generación a otra.
La cultura de paz; es hacernos un poco mas lucidos, y coherentes; entendiendo que, somos responsables de lo que pasa en el país, además, de cada uno de los colombianos, también, depende la paz. La cultura de paz, no es una moda, es un estilo de vida.
(Egomet compromitto cum sua humanitas de pax)
(Egomet compromitto enim meus rus; enim noster pueritia enim suum generatim futurus).
Sinceramente
(HERM)
(1) Palladino Connie D PH D. Como desarrollar la autoestima ED Iberoamericana S.A. de. CV. México 1999.
(2) Lafarga, J. Violencia y Efectos Psicológicos "Las dos caras de la agresividad: violencia y salud", Revista Psicología Iberoamericana, Vol. 3 1995.
(3) Rogers, C. (1986), El Proceso de Convertirse en Persona, Buenos Aires. ED. Piados.
(4) Erich Fromm. Ética y psicoanálisis. ED Fondo de cultura económica breviarios Bogotá Colombia 1997.
(5) Diccionario de pedagogía. Autor. Ander Ezequiel. ED. Magisterio del rió de la plata. 1999. Argentina. 2da edición.
(6) Pedagogía y Saberes. Universidad Pedagógica Nacional Facultad de Educación. Revista No 16. Bogotá, D.C., Colombia, 2001.
(7) Vélez Correa Luís Alfonso. Ética médica. Interrogantes acerca de la medicina, la vida y la muerte. ED. CPIB. Medellín Colombia. 1996.
(8) Si ¡de acuerdo! Como negociar sin ceder. Autor. Roger Fisher, William Ury y Bruce Patton. ED. Norma 2003 2da impresión. Colombia.
(9) El poder adaptativo Autor. Hugo Edgar Ruiz Monroy. Publicado en (www.buenastareas.com) y en (www.monografias.com) 2008 Bogotá Colombia
(10) Personalidad y mecanismos de defensa y o agresión. Autor. Hugo Edgar Ruiz Monroy. Publicado en (www.buenastareas.com) y en (www.monografias.com) 2008 Bogotá Colombia.
(11) Psicoterapia ecléctica. Autor. Hugo Edgar Ruiz Monroy. Publicado en (www.buenastareas.com) y en (www.edu.red) 2008 Bogotá Colombia
(12) Henderson James. Cuando Colombia se desangro. ED. Ancora editores. Bogotá Colombia 1984.
(13) Prueba Psicosocial. Autor. Hugo Edgar Ruiz Monroy. Publicado en (www.edu.red) 2008 Bogotá Colombia.
(14) Los jinetes de la cocaína. Fabio Castillo. Primera Edición Nov. 1987 Bogotá. Tomado del ciberespacio servidor (google).
(15) Casuística derivada del ejercicio profesional del autor; de estas modestas líneas.
Autor:
(HERM)
HUGO EDGAR RUIZ MONROY
Terapeuta Psicosocial. Psicoterapeuta. Eticista. Bioeticista. Psicobioeticista. Biopolítico. Humanista. Docente.
Título original: (CULTURA DE PAZ— UN COMPROMISO)
Breviarios para un mejor entendimiento.
(2006-2008)
Bogotá Colombia
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