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Independencia ayer, ¿independencia hoy?

Enviado por ALFONSO INSUASTY


  1. Resumen
  2. Desarrollo
  3. Referencias bibliográficas

Resumen:

Durante más de treinta años se forjó, gracias a numerosas rebeliones, como la de los indígenas, negros y el mismo movimientos comunero de 1781, la gesta de la independencia contra la dominación española; hoy el múltiple y diverso pueblo Colombiano, continúa en resistencia, viviendo nuevas formas de colonización y dominación. Identificaremos en la presente revista, algunos problemas que merecen reflexión, hacia procesos de cambio por condiciones de vida digna, que posibiliten la autonomía de los pueblos y la definición de su devenir en beneficio de los diversos pueblos que conforman a Colombia y disminuyendo los servicios hacia los grandes intereses internacionales.

Palabras clave: independencia, dependencia, condiciones de vida digna, resistencia, construcción de nueva sociedad.

Abstract

For over thirty years was forged, thanks to numerous rebellions, such as indigenous people, blacks and the same movements commoner 1781, the geste of independence against Spanish domination, multiple and diverse today continues in resistance Colombian people, living new forms of colonization and domination. Identified in this journal, some issues, that merit consideration, to change processes for dignified living conditions, enabling the autonomy of peoples and the definition of evolution for the benefit of the various peoples that make up Colombia and reducing services to large international interests.

Keywords: independence, dependence, dignified living conditions, resistance, construction a new society

Desarrollo

Ya en 1600, como lo señala el cronista Fray Pedro Simón (1529), se consolidaban, mucho antes de los criollos, rebeliones de negros, oprimidos por su condición de esclavos. En 1529 ya existía un Palenque (lugar rodeado por palos en el que habitaban los rebeldes negros) "La Ramada", pero es en 1600 que se declara la primera República independiente en el norte de Sur América, cuando el negro Domingo Biojo, Bico, Bioo o Bioho se levanta y lidera un numeroso grupo de negros que reclaman su libertad e independencia, ya cansados de los excesos en la construcción de la Muralla de la ciudad de Cartagena y los múltiples excesos de "sus amos".

Es así que Domingo Bioho organiza su gente, en un terreno cenagoso llamado "la Matuna", un grupo de negros independientes, se da un gobierno autónomo. Será en 1603 cuando aquejados por sus ataques a la ciudad de Cartagena, que, Don Gerónimo de Suazo y Casasola, gobernador de la ciudad firmó con domingo un armisticio que permitió a los palenqueros pasear por Cartagena, así mismo se prohibió a los españoles entrar armados a su palenque y se les permitió cobrar tributo. Este ejemplo se replicó paulatinamente en todo el territorio, Domingo era su héroe y su conductor. Luego del asesinato de cuatro españoles a manos de Matuneros, se desplegaron más de 250 hombres ejecutando a Domingo y su capitán Lorencillo. Domingo, Guerrero mítico, considerado según la antropóloga Nina de Friedman (1979) Guerrillero y terrorista, Bioho aparecerá luchando, según relatos populares, aún después de su muerte, y será ahorcado en varias oportunidades, será entonces un personaje inmortalizado en el saber y sentir de su pueblo. Brindamos un sentido homenaje a Domingo Bioho.

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A este primer alzamiento en 1600, se suman tiempo después, los de Simacota, Mogotes y Charalá, en Neiva, los mineros y comuneros de Guarne, Sopetrán y Rionegro, en Tumaco y Casanare, la liberación de los esclavos indios en las minas de Mariquita, Tolima, y el de los Comuneros del Socorro en 1781, todos en el mismo año, que no apuntaban propiamente contra la autoridad real, sino contra la mala administración de virreyes y funcionarios de las colonias, los manejos amañados, corruptos, el clientelismo, el favoritismo, el beneficio a una élite, de ciertos círculos del poder económico, los altos impuestos, los abusos y el mal gobierno etc., todo éste fue el escenario para que se gestarán los Insurrectos levantamientos de 1810 y 1811

Pero rebelarse contra la monarquía, contra el poder hegemónico imperante de la época, lograr unidad en la lucha y el separarse de las creencias Religiosas que terminan dominado la conciencia y el actuar de los pobladores, no fue ni es un proceso para nada fácil y cómo era de esperarse, la respuesta contra estos "alzados", contra éstas luchas por mejores condiciones de vida, fue arrasadora, es por ello que a líderes como el capitán comunero José Antonio Galán, se le sometió a tratos crueles y fue posteriormente condenado a muerte y al descuartizamiento como mensaje para los demás amotinados y advertencia para quienes conspiraban por transformaciones profundas en la sociedad de entonces.

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En las grandes transformaciones políticas siempre surgen y se desarrollan tendencias ideológicas contrapuestas o complementarias. Así sucedió en el movimiento de 1810, las propuestas de Nariño y Torres, (la guerra de la mal llamada Patria Boba) planteaba una diferencia fundamental en torno al carácter de nación unitaria o confederación de pueblos. Se trataba de un punto estratégico para el futuro de lo que sería la sociedad colombiana. Bolívar y Santander, no coincidían, t a m p o c o , c o n las de Vargas y Caldas.. y esto, como para mencionar los más identificados dirigentes de la revolución de independencia; pero, a pesar de que no se manifestaban en forma organizada coincidían en un ideal común que les permitió alcanzar su plan: su proyecto de liberación.

La lucha revolucionaria de independencia aglutinó cuatro tendencias ideológicas: 1) Los enciclopedistas democráticos, opuestos al control eclesiástico sobre las mentes como a la unidad de religión y estado, con una nueva mentalidad sobre la sociedad y el poder político; entre ellos sobresaldría Pedro Fermín de Vargas. 2) Los liberales democráticos influidos por la Revolución Norteamericana y la Revolución Francesa con su sistema de gobierno democrático del que los estadounidenses fueron vanguardia mundial con su liberación de Inglaterra en 1782 y los franceses contra la monarquía; Nariño y Santander partieron de allí. 3) Los liberales monárquicos, radicales en sus luchas contra el colonialismo, no convencidas de la democracia o influidas por regímenes europeos exitosos por entonces, con influencias de los revolucionarios franceses, temerosos de la experiencia gala, de excesos y dubitaciones; allí estaría Miranda y se encuadraría también Bolívar con su constitución boliviana y su tentación monárquica con los ingleses. 4) Los escolásticos radicales, ceñidos a la fe católica, con fidelidad a la monarquía, unas veces con tendencia a unirse a España como provincia otras empeñados en la separación definitiva, unas inclinados a la construcción nacional otras partidarios de confederación de pueblos y regiones; podrían señalarse a católicos fervorosos como Torres y Caldas partidarios de esta alternativa como resultado de la lucha de 1810.

Tarea bien difícil era la de unir en un sólo movimiento revolucionario tendencias tan disímiles, no resultaba fácil llevarlos a una guerra contra la potencia todavía la más poderosa del mundo, difícil fue aglutinar un ejército sin recursos, sin armamento moderno y sin militares experimentados.

Eso fue lo que logró Bolívar, unió, aglutinó, suavizó las diferencias, perseveró, mantuvo el ánimo guerrero, señaló el objetivo fundamental, aprovechó los recursos del medio, entendió el ánimo del pueblo y dirigió la revolución.

El movimiento de independencia de 1810 a 1819 nos liberó de la dominación colonial de España, lo que significó un cambio profundo de las instituciones, de la política y de la economía; fue una auténtica revolución violenta. Allí fueron ejecutados grandes dirigentes, murieron en el campo de batalla jóvenes promesas de la nación, cayeron en la lucha miles de campesinos, indígenas y esclavos incorporados al ejército libertador, Nueve años de lucha, de batallas, de cárcel, de sufrimiento y de gloria, también de confrontación interna en tanto no toda la población estaba a favor de la independencia, por ejemplo, la alta nobleza criolla pro española, el alto clero, grandes terratenientes de concesiones realengas, se mantuvieron con el dominio español hasta el final. También entre los grandes dirigentes de la revolución hubo división ideológica, desacuerdos tácticos, hasta guerra civil. Pero aún y todo éste panorama, triunfó la constancia, el acuerdo, la persistencia y la visión de que había que liberarse de España y en medio del enfrentamiento interno predominó la unidad final que llevó al triunfo de la revolución.

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Escudos de Colombia desde 1717 hasta nuestros días.

Quienes dirigieron la revolución fueron conscientes que se debía orientar una transformación radical de la educación, que sin lograrla, no podría reconstituirse un nuevo país libre de una mentalidad colonial pues apenas se iniciaba el gobierno independiente; en ésta lógica, el vicepresidente Santander, que reemplazaba a Bolívar mientras se desarrollaba la campaña del sur, introduce cambios drástico de concepción fundamental en el sistema educativo, por ejemplo, la enseñanza del filósofo positivista Bentham pasa a reemplazar la escolástica y entregarle al Estado el control educativo para formar los nuevos maestros laicos. Era lógico, se había logrado el poder político con la derrota de la colonia, pero no se había consolidado el triunfo sobre las mentes del pueblo.

No puede dudarse que se operó un cambio radical de la sociedad neogranadina. Feneció el régimen colonial, acabó la dominación política, se acabó el virreinato, los virreyes y los administradores y los funcionarios que representaban a España tuvieron que salir, los habitantes de cada nueva nación pudieron escoger sus gobernantes y los pudieron cambiar y los pudieron juzgar, así mismo tuvieron la capacidad de definir su economía, de organizar su producción, de tomar posesión de sus recursos naturales y de su riqueza. Y hay que resaltarlo, cualquiera haya sido su posterior desarrollo, si no hubiera sido así, hubiera sido imposible poner las bases de éste nueva forma de gobierno.

Otro problema a enfrentar fue el de las divisiones territoriales de la colonia que no definían nacionalidad, los límites no tenían carácter de nación, es así que en el momento del grito de independencia, surgieron distintas declaraciones y constituciones que denotaban la ausencia de cohesión nacional. Es así que en Cartagena, Santa Marta, Antioquia, Chocó, Socorro, Casanare, Neiva, Mariquita, Pamplona y Tunja, se dieron juntas de gobierno independientes o constituciones propias, todas en lo que antes se llamaba Virreinato de la Nueva Granada; no sería fácil unirlas, cohesionarlas, integrarlas en una sola nación.

Tomó un siglo la transformación ideológica que significó el derrumbe de la concepción arraigada profundamente en la conciencia popular sobre el origen divino de la autoridad real.

La independencia nacional es soberanía, es la libre determinación de una nación para definir el carácter de Estado en sus constituciones y para escoger su sistema de gobierno sin interferencia extranjera. El movimiento de 1810 inició una larga lucha de nueve años en Colombia y de casi quince en el resto de América Latina para lograrla y consolidar dicha independencia. Pero después de dos siglos, ese objetivo de la lucha de 1810 sigue vigente.

Hoy, 200 años después, la sociedad cuenta en proporción, con condiciones de vida similares a las que motivaron el levantamiento por la independencia:

De acuerdo con los datos proporcionados por DANE (2010), la población colombiana, por debajo del nivel de pobreza, ascendió al 66,3 por ciento. En el sector rural la miseria permaneció inalterada en cerca del 33%, uno de cada tres.

Estos indicadores de pobreza se presentan más preocupantes si se tiene en cuenta que se han acelerado en estos últimos 6 años, en relación a la medición anterior, en 1980 registró 50 por ciento, en 1997 55 por ciento con un crecimiento medio anual del 0,6 por ciento. Entre 1997 y 2003 el crecimiento anual medio ha sido del 3,2 por ciento (cinco veces mayor).

Hoy Colombia está entre los once países con peor distribución del ingreso, el coeficiente de Gini, que mide estas desigualdades, muestra poca o nula modificación en estos diez años y permanece en 0,59.

Colombia, teniendo tierras de sobra, depende cada vez más de la comida importada, dos décadas de cierres de industrias mientras las nuevas brillan por su ausencia y la economía se desnacionaliza y tiende a especializarse en la minería de las trasnacionales. Suárez Aurelio (2010), ¡A especializarse en minería! ¡Y extranjera! ¡Como en la colonia española!

En 2002, la inversión extranjera total era de 22 mil millones de dólares y ahora pasa de 75 mil, por poco se cuadruplica, con todo y la soberanía que ello implica. Hoy, con la instalación de las bases militares, se comparte el monopolio de la fuerza con el ejército estadounidense, degradándose la soberanía nacional, hacia la recolonización plena; en tanto, a la par, la democracia se ha vuelto una caricatura.

El "libre comercio" como está concebido beneficiará a las trasnacionales y a unos cuantos criollos, pero no sacarán al país de la encrucijada en que se encuentra.

¿Está Colombia, entonces, condenada a ser una plutocracia empobrecida, corrupta y violenta que grita y hace creer que todo está bien?

Por supuesto que no. El país posee los dos recursos claves para la prosperidad de las naciones: enormes riquezas naturales y un pueblo inteligente, creativo y trabajador como el que más, según se reconoce en los países donde tantos colombianos han tenido que irse a trabajar porque en su patria esa posibilidad elemental les es negada por una distribución de la riqueza totalmente inequitativa e injusta.

Colombia empezará a resolver sus problemas cuando desde la dirección del Estado se impulse un proyecto de unidad nacional que tenga como propósito supremo el progreso de toda la nación y no sólo el unos pocos, de manera que a ellos les vaya bien mientras que al resto de país le va mal.

Una unidad tan amplia como amplia es la unidad social que se propone, que va desde los obreros y los campesinos hasta los empresarios no monopolistas, pasando por las capas medias de todos los sectores.

Hoy son vigentes como hace 200 años, las luchas por una mayor democracia participativa real, no electorera, el progreso, la superación de la pobreza, disminuir sustancialmente el desempleo, eliminar la corrupción, la búsqueda de una salida negociada del conflicto armado, sancionar ejemplarmente los crímenes de estado, la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación, impedir todo TLC neoliberal, el afianzamiento de la Soberanía Nacional, la normalización de las relaciones con los países hermanos.

La sangre derramada por los Comuneros, abono el camino de la Independencia, que en su primera fase, fue rematada en Boyacá por Bolívar y sus soldados en 1819. la idea es que como sociedad, continuemos en la lucha por la dignidad y la soberanía, evitando toda muestra de dominación, tan criminal como aquella, pero fundados en la razón y el diálogo.

Referencias bibliográficas

Arrazola, Roberto. (1970). Palenque, primer pueblo libre en América. Ediciones Hernández. Cartagena.

Arciniegas, Germán (2009). La libertad, el destino de América. Planeta. Bogotá.

De Friedman, Nina, (1979). Guerreros y ganaderos en Palenque. Carlos Valencia Editores, Bogotá.

Ocampo T José Fernando (Mayo de 2010) Conmemoración del Bicentenario (III): 1810: La lucha política. Bogotá. www.moir.org

Robledo Jorge Enrique. (2010) El Empresariado y un proyecto de unidad Nacional, Bogotá. En: www.moir. org

Suárez Montoya Aurelio (2010). 2000-2009. Una década de retroceso. Bogotá. www.moir.org

Fotos tomadas por José Valencia en Bogotá 2009

 

 

Autor:

Alfonso Insuasty Rodríguez

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