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Antropoceno. La nueva edad del exhibicionismo escatológico: La Edad de la coprofilia Moral

Enviado por Felix Larocca


  1. La Era del Antropoceno
  2. Parásitos que son monógamos? y, personas que no lo son
  3. La civilización fecalizada
  4. Toxoplasma gondii: Parásito Rex
  5. En resumen
  6. Bibliografía

En otras palabras que en nuestros instintos y en sus funciones no somos diferentes de otros grupos de seres vivientes que se comportan filogenéticamente como nosotros.

Éste es, precisamente, el propósito de esta ponencia: Tratar de entender nuestros instintos y nuestras pulsiones desde un punto de vista que clarifiquen para nosotros, cómo es, que, con inusitada frecuencia, los usamos de manera anti-intuitivas para nuestro detrimento y perjuicio — algo, que es muy extraño, sin mucho decir. FEFL: en El sexo como función y el sexo como proceso

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos88/sexo-como-funcion-y-sexo-como-proceso/sexo-como-funcion-y-sexo-como-proceso#ixzz3VjHFDUO6

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La Era del Antropoceno

Nuestro Antropoceno es una época que requiere ser calificada (como otras han, previamente sido) por su sesgo moral y definición de lo que sus valores éticos (o carencia de los mismos) representan.

¿Qué es el Antropoceno?

Oficialmente, por los últimos 11,700 años hemos vivido en la época del Holoceno.

Del griego por "totalmente nuevo", el Holoceno es un mero parpadeo en tiempo geológico durante cuyo transcurso mucho ha ocurrido en la historia de nuestro planeta.

Dentro de ese lapso telúrico las placas tectónicas han movido los continentes poco menos de media milla, una persona, de idoneidad moderada, puede cubrir la escala de los cambios al planeta en una breve caminata de ocho minutos. La temperatura ha sido progresivamente más cálida debido al calentamiento de nuestro mundo, producto de la polución ambiental. Los niveles de los océanos se han elevado 115 pies por derretimiento de hielo, y paisajes modernos se han elevado 600 pies, como resultado de la disipación del peso de sus glaciares.

Pero, la nueva ola que — con tendencias ciertas — ha transformado el Holoceno ha sido el número de las personas en existencia y el impacto negativo de la tecnología y el avance destructivo de fuerzas explotadoras, las que, ignorando el daño que producen continúan su avance inexorable.

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La demografía ha sobrepasado la geología.

Lo antedicho es la razón por la cual se ha desatado una estampida académica para declarar que vivimos en una nueva Era. La Era del Antropoceno — la Edad de los seres humanos. (Leer más: http://es.wikipedia.org/wiki/Antropoceno).

El término original, fue acuñado por el ecólogo Eugene Stoermer en los 1980s y llevado a la atención pública en el año 2000 por el ganador del Premio Nobel, el científico atmosférico Paul Crutzen. El vocablo mismo, hoy permanece bajo consideración en la Comisión de Estratigrafía Arqueológica de la Sociedad Geológica de Londres.

La falta de una descripción precisa y apropiada de este neologismo "científico" ha hecho del Antropoceno un enigma para designar los cambios actuales que han ocurrido en la relación interdependiente que sabemos existe entre la Naturaleza y el ser humano (o, entre la Naturaleza y todos los seres vivientes, por extensión).

Muchos eventos, desde la proliferación de los nuevos métodos de aplicación a la agricultura científica, la revolución industrial universal, la manufactura y detonación de la bomba atómica y otras expresiones del poder de nuestro género para cambiar su relación con el mundo natural han imprimido su definición a esta época, mal designada como "Época del hombre".

Hoy, ya no existe una Naturaleza que reside aparte, fuera, e independiente de los seres humanos. Nosotros lo hemos trasformado todo en nuestro entorno — alterando la Naturaleza misma — y, por ende la hemos alterado dentro de nosotros mismos.

Lo hemos cambiado todo: Desde la estructura del ADN, transformándolo en instrumento sujeto a nuestra modificación y alteraciones, como igualmente hemos cambiado el clima, el aire que respiramos, la supervivencia de ciertas especies animales que ya no existen y, asimismo hemos secado los ríos — los que hemos incendiado con desechos tóxicos — hemos emponzoñado y extinguido ciudades (Chernóbil y Times Beach, por ejemplo), hemos causado desequilibrios ecológicos y aun hemos trastornado en su curso normal, alterando el ritmo de las mismas estaciones.

La Naturaleza — como dicen los filósofos agnósticos sucede con el caso de la divinidad — es parcialmente una creación humana, lo que hace del Antropoceno la más reciente de tres revoluciones geológicas mayores: Tres tipos de órdenes que otrora se pensaran que eran auto-regulatorios han sido probados que fueran creaciones humanas de particularidades tan endebles como fueran frágiles.

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Lo primero que sucumbiera a la ola de cambio fue el campo tembloroso de la política, con su control del destino de naciones y sus habitantes. Luego pereció la ciencia económica la que, como esperanza de proveer impulso, promover avance y progreso pecuniarios, resultaría al fin y al cabo en ser nada más que un logro artificial y pasajero; y, ahora, la misma Naturaleza se ha unido a las cosas que no nos son tan naturales e imperecederas como creyéramos que fuesen en tiempos pasados. (Para un artículo balanceado al respecto: http://avidly.lareviewofbooks.org/2015/03/22/the-inhuman-anthropocene/).

Con cambios en lo último, nos encontramos en medio de una lucha para preservar nuestros valores tradicionales para aplacar las fuerzas inexorables del cambio destructivo y desmoralizante que se ha generado.

Movidos por la evidencia de la emergencia de un orden colectivo en el cual se manifiesta una preferencia al hedonismo, representado por el nuevo imperativo universal del vivir por el placer (como entendemos en sus dos aspectos, función y proceso). En esta lección, hemos decidido añadir nuestras consideraciones filosóficas para dar sentido a una etapa naciente de nuestra existencia en este albergue terrenal que algunos llamamos Gaia.

Lo que los medios de comunicación nos dicen

Los periódicos nos anuncian constantemente — con la viveza contundente con que hacen los noticieros gráficos — la proliferación de crímenes inimaginables contra la humanidad y la inocencia cometidos por órdenes políticos, éticos y morales nunca antes vistos en la historia.

Niños de edad pre-púber producen sus propios filmes pornográficos, personas inocentes y pías son masacradas mientras adoran sus dioses en las mezquitas musulmanas — ultimados por sus propios coetáneos — pilotos sacrifican las vidas de los pasajeros que viajan en sus naves por razones ególatras, mientras que gobiernos — que se llaman a sí mismos democráticos — producen más armamentos para la guerra que pupitres para la enseñanza, mientras — que al hacerlo — alardean públicamente del tamaño de sus reservas de bombas atómicas, mientras se identifican a ellos mismos como teocracias establecidas.

Ahora, consideremos un caso en cuestión que se conforma al título de esta lección

En su explícita y estimulante autobiografía erótica The surrender (La rendición), Toni Bentley una australiana, ex bailadora profesional de ballet nos ofrece lo que para ella es una experiencia erótica de valor especial y de significado tan singular que amerita ser compartida con un mundo, presumiblemente, con el mundo intelectual en el caso en cuestión. La obra aludida se traduce como la introducción por la escritora al universo de la sodomía, escrita como "memoria genital".

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El Propio Rey Juan Carlos de Borbón no escapa el estigma asociado con esta afición sexual

En esta aventura de índole lasciva, la autora no escatima — como tantos otros autores similares, cuando explotan este género, tampoco lo hacen — ningún esfuerzo a darle al acto sexual un tono de dignidad y decoro, que en nuestra cultura universalmente se asigna a esta actividad en su expresión cuando es aberrante, que, tanto como sucede con la de comer sirve diversos propósitos — a veces ilógicos — para nuestra especie.

La misión que la autora se propone al escribir su obra es la de introducirnos al acto del sexo anal (sodomía) y a los placeres epicúreos que ella ha descubierto son asociados con el mismo.

¡Aplauso!

Pero, no solamente es a Toni Bentley a quienes aquí consideramos, sino que asimismo dirigimos nuestra atención a las noticias que nos ofrece como algo extraordinario y de suficiente valor las que nos brinda MailOnlineUK cuando nos informa acerca del vuelo de Londres a Dubái que fuera cancelado por la pestilencia (producto evidente de la deposición fecal de un pasajero) que emanara de uno de los sanitarios del aeroplano en cuestión.

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Al ojear el reportaje, desde las sombras calladas, muchos blogueros aficionados, al leer las susodichas noticias, parece que gozaron de la oportunidad de ofrecernos una atisbo del desenfreno olfatorio que apareciera en las noticias en sus blogs como motivo de humor escatológico. (Ver más: http://www.dailymail.co.uk/travel/travel_news/article-2994583/British-Airways-flight-Dubai-forced-return-Heathrow-Airport-foul-odour-toilet.html).

Es como si fuese que en el Antropoceno no hemos reparado mucho en el sentido de ética que aún entre las bacterias y los microorganismos pueda existir y que en nuestra falta de sensibilidad al respecto, optamos por ignorar.

Veamos

Parásitos que son monógamos… y, personas que no lo son

En su obra Parasite Rex el destacado científico Carl Zimmer rinde tributo al humilde microbio Esquistosoma manzoni a quien designa como formando en sus uniones reproductivas las parejas "más monógamas, existentes en el reino animal".

Veamos

Es así como lo hacen: Un macho se une a una sola hembra, con quien se fuse, permaneciendo consolidado con ella, aun después de que ella muere y — en el caso de los que esquistosomas que son gay (porque, estos últimos trematodos existen) si los separan de su pareja retornan invariablemente a su yunta homosexual sin fallo.

¿Quién dijo que el sexo como función solamente serviría un propósito meramente reproductivo? Como presumiéramos de antes, que la comida serviría uno de auto-preservación; específica de cada especie, de acuerdo a un plan natural de orden magistral. (Véase el Plan ECHA).

Pero no es así. La pornografía — para muchos, fuente de placeres indecibles — y otras formas de erotismo simbólico como actualmente sucede con la llamada gastronomía, en la que se producen espectáculos de mucha lubricidad en aras del consumo por los gourmands de lo que se considera gourmet hoy — por su ubicuidad — han trascendido los límites que toda razón pudiese imponer.

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Toni Bentley: https://www.youtube.com/watch?v=xCG29ORA8s0

La civilización fecalizada

La fecalización en el comportamiento es aguda en nuestras existencias, dominadas como lo están por las bacterias que nos penetran y que controlan aun nuestro pensamiento. (Leer más: http://www.kurzweilai.net/do-gut-bacteria-control-your-mind).

Por ejemplo, ya sabemos que ciertos investigadores nos presentan como posibilidades ciertas, que lo que comemos y su destino final (sea éste equilibrio homeostático u obesidad) cae bajo la influencias de gérmenes que controlan nuestras mentes, guiando nuestros pensamientos hacia la comida que las bacterias en cuestión prefieren que nosotros consumamos, como el feto controla el comportamiento materno. (Leer más: http://www.scientificamerican.com/article/fiber-famished-gut-microbes-linked-to-poor-health1/).

Veamos cómo lo hacen

Las bacterias en nuestros cuerpos — que exceden numéricamente nuestras propias células — afectan nuestros apetitos por lo que decidiremos comer y (que a ellas les conviene que comamos), lo que a largo plazo resulta en nuestra obesidad.

La colectividad diversa de nuestros microbios, conocida conjuntamente como el microbioma intestinal, dirige nuestro comportamiento alimentario y selecciones dietéticas a favor del consumo de nutrientes en particular en los que ellas (las bacterias) requieren, en lugar de lo que a nosotros nos concierta.

Algunos géneros microbianos prefieren las grasas, otros el azúcar, competiendo entre ellos por el control de su ecosistema, que consiste precisamente, en nuestro tracto gastrointestinal.

Las bacterias pueden ejercer sus influencias a través del nervio vago, que conecta 100 millones de células nerviosas (o neuronas) que se extienden desde el tracto digestivo hasta la base del cerebro, alterando receptores gustativos, produciendo toxinas que hacen que uno se sienta indispuesto o mal humorado, o descargando sustancias químicas que hacen que uno se sienta eufórico o ajustado.

Los microbios gastrointestinales viven bajo la presión selectiva de manipular los comportamientos alimentarios del anfitrión para aumentar su propia idoneidad, a veces, a perjuicio de la del individuo que las alberga.

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Toxoplasma gondii

Los microbios pueden lograr estos fines bajo dos tipos de estratagemas:

(1) Generando ansias por comestibles en las que ellos se especializan a costas de los que requiere el anfitrión, o (2) induciendo disforia hasta que se consuman las comidas que requieren para sus fines. Lo que puede resultar en el soslayo de lo que el organismo necesita a favor de las necesidades del huésped.

De todos los parásitos que controlan nuestros comportamientos, el más exitoso de ellos es el Toxoplasma gondii, causante de la toxoplasmosis, por nosotros estudiado en otras lecciones.

Toxoplasma gondii: Parásito Rex

Imaginemos un mundo sin temores donde se pueden asumir riesgos extremos con confianza, ya que carecemos del poder protector de nuestras ansiedades y temores instintivos.

La aversión maquinal que un ratón siente hacia un gato, mantiene al roedor lejos de las garras (mandíbulas) de la muerte.

En un mundo sin temores, un simple organismo unicelular (un protozoo), el Toxoplasma gondii puede anular los instintos de supervivencia más básicos del ratón. El resultado siendo que el roedor no se distancia huyendo del felino, sino que siente una atracción fatal hacia el mismo.

Pero este agente infeccioso no solamente posee una relación especial con el gato, sino que los seres humanos infestados por el mismo, no son excepción.

Los científicos estiman que estos parásitos residen dentro de nuestros circuitos neurales en un 95% de los habitantes de algunos países.

Para la gran mayoría de las personas infectadas (miles de millones) este microbio altera la composición neural de las células cerebrales transformando en maneras sutiles el comportamiento de sus anfitriones.

La historia

El T. gondii fue descubierto en el 1908, y, ya, a fines del Siglo XX, se determinó que el Toxoplasma sólo puede reproducirse sexualmente en el intestino del gato desde donde se elimina con las heces fecales.

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Toxoplasmosis

Dentro de un nuevo organismo, el parásito comienza su división asexual dentro del anfitrión. Durante esta etapa inicial el microorganismo invasor puede causar la toxoplasmosis en huéspedes susceptibles o inmunocomprometidos, produciendo daños extensivos. Las mujeres embarazadas están especialmente a alto riesgo, ya que el parásito puede invadir el feto en estado de desarrollo resultando en aborto y defectos congénitos.

En personas saludables, durante esta etapa de la infección los síntomas son leves, el sistema inmune controla el parásito y el toxoplasma se oculta en un quiste durmiente dentro de las células del organismo invadido en lo que se llama un "quiste epitelial".

Una vez infectada la víctima permanecerá siendo un transporte por vida. Nuestro sistema inmune es incapaz de eliminar los quistes formados y no existen remedios conocidos para erradicarlos.

La toxoplasmosis (detectable con una prueba sanguínea) ha sido a lo largo del tiempo considerada una condición relativamente benigna. Al fin y al cabo, muchas personas son portadores del parásito sin ninguna manifestación de daño al cuerpo.

Aunque recientemente los investigadores están reexaminando esta creencia.

En los años 1980s investigadores detectaron comportamientos inusuales en algunos ratones infectados con T. gondii. En el 1994 la epidemióloga Joanne Webster observó que ratas infestadas con quistes de este parásito se comportaban de manera distinta de cómo lo hacían sus homólogas saludables. En lugar de huir instintivamente de gatos (como es "comportamiento normal" de estos roedores) los ratones se aproximaban al felino, convirtiéndose en presa fácil.

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Cómeme a mí gato querido…

Webster sospechó que esta "atracción felina fatal" (como el título de una película), era un una maniobra taimada del parásito para procurar acceso en el tracto digestivo del gato para completar el estadio sexual de su ciclo vital. En los años posteriores se ha demostrado que el parásito (como tantos otros hacen) puede manipular los comportamientos del roedor alterando su actividad neural y su expresión genética.

Pero, antes de Webster, Darwin — refiriéndose a algunos parásitos, avispas en especial — utilizando el ejemplo de las larvas de ichnemonidæ que devoran sus víctimas de adentro afuera, una vez escribió acerca de ellas, "yo no puedo convencerme a mí mismo de que un Dios bondadoso y omnipotente haya creado específicamente un grupo de avispas parásitas que se expresan a sí mismas comiendo vivos a sus huéspedes…" (Continuar leyendo: http://www.scientificamerican.com/article/common-parasite-could-manipulate-our-behavior/).

Varios experimentos bien controlados han demostrado que, aunque roedores sin infecciones evitan áreas que han sido infundidas con el olor de ratones, ratones infectados aparecen insensibles a estos efluvios olfatorios. De hecho, se ha demostrado que el olor ejerce una influencia sexual en ratones enfermos.

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Pero nuestra relación con los parásitos y sus olores es mucho más complicada que lo que a primera instancia aparece y como Toni Bentley describe en su rectal autobiografía.

En su bien investigado libro Scent: The essential and mysterious powers of smell, Annick Le Guérer cita al psicoanalista y otorrinolaringólogo freudiano Wilhelm Fliess afirmando la relación íntima y recíproca que existe entre la nariz y los órganos genitales (no extraña a caninos).

Durante la menstruación, cópula sexual y el embarazo, cambios nasales existen en los huesos de las conchas nasales (turbeculum septi). Fliess describe esos cambios como "localizaciones genitales". "Hinchazón, sensibilidad aumentada, y hemorragias nasales asimismo ocurren durante esos tiempos". En adición, "Sangrados nasales simpáticos (o solidarios) que simulan la menstruación no sólo porque a menudo acompaña el sangrado uterino, sino porque ocurre cuando tal sangrado no puede ocurrir, como en los casos cuando el sangrado menstrual cesa, como sucede durante el embarazo. La relación entre la nariz y los órganos genitales es particularmente notable en la mujer".

Que los microbios estén ocupando un lugar preeminente en las mentes de los científicos ha sido resultado de fenómenos históricos y de malentendidos que han dominado las ciencias por muchos años.

Para muchos autores, nosotros somos los acosadores y los microbios han sido nuestras víctimas en el transcurso de nuestras historias. Sin negar el hecho de que muchas bacterias nos proporcionan beneficios cuando con ellas nos asociamos.

Un ensayo de interés puede leerse en el siguiente portal:

http://aeon.co/magazine/science/bacteria-kill-us-by-accident/?utm_source=Aeon+newsletter&utm_campaign=2cb191f1a4-Daily_newsletter_March_253_25_2015&utm_medium=email&utm_term=0_411a82e59d-2cb191f1a4-68756173

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Pero no nos alejemos de nuestra tarea y de nuestras consideraciones acerca de las reflexiones de Toni Bentley en su libro controvertido.

Antes de proseguir con la conclusión de nuestra tesis nos parece oportuno que ofrezcamos al nuestro lector una oportunidad de investigar en detalle todos los aspectos del coito per anus.

El título en inglés es sugestivo: "¿De veras que quieres meterlo ahí?" (Seguir leyendo: http://www.the-generous-husband.com/2013/09/07/you-want-to-put-it-where/).

En resumen

Leyendo este libro producto de la Era del Antropoceno es como un despertar simbólico dentro de la leyenda evocadora de la famosa Era de Acuario o disfrutando el genio humoroso del incomparable Richard Feynman en su manera característica de enseñar la física humanísticamente, cuando escribiera su incomparable: Surely you"re joking Mr. Feynman. El problema es que MS Bentley no es Richard Feynman o nada que se le aproxime.

Toni se presta a entrevistas que proponen que el sexo que ella experimentara en la posición anal fue una experiencia cuasi divina, haciéndolo mientras invita las críticas de quienes consideran (sin aspirar a ser microbios) a entender la sexualidad como, ambas cosas: como función y como proceso. Algo que en su esencia aparentemente escapa las percepciones miopes de una persona atascada en el barro del desarrollo del narcisismo fálico.

¿Lo hizo para resarcir un ego agraviado? O ¿para expresar un amor de naturaleza tan elusiva y vaga que no pudo satisfacer en la posición vis-à-vis la mirada tierna de su amante? Nadie, ni Toni misma, pueden suministrarnos la respuesta.

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Así quedamos con un rompecabezas filosófico que no admite solución final.

En una entrevista que diera, Toni concluye de manera parsimoniosa de la siguiente manera:

That"s true actually. Here I am with this book … the phallic pen and all that. Who knows, it"s possible I went so deeply into my submission that a strange balance brought out the other part. It"s very possible that in many ways writing was counterbalance to the vulnerability and the way I kept control.

Also, you know we all have that question: Who"s on top, who"s on the bottom, who"s in control? (Para leer la entrevista: http://www.salon.com/2004/10/08/bentley/).

"La pluma fálica en mano. La necesidad de estar en control y la cuestión de quién está en tope y quien está debajo" reverbera con las palabras mismas del padre de psicoanálisis:

"¿Qué quieren las mujeres?" ("Was will das weib?")." S. Freud en Los estados intersexuales: Nature vs Nature (FEFL)Leer más: http://www.monografias.com/trabajos90/psicologia-del-ego-marie-bonaparte-y-s-freud/psicologia-del-ego-marie-bonaparte-y-s-freud#ixzz3WZpw2fQU

O quizás: ¿Qué quieren las mujeres? como entona Rex Harrison en el musical My Fair Lady: Why can"t a woman be more like a man? Esa es la respuesta final…

Luego, por tanto, y, por consiguiente, podemos concluir que el Antropoceno es una iniciación de la teoría freudiana para el indocto.

Fin de la lección.

Bibliografía

  • Larocca, FEF: El sexo como función y el sexo como proceso en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: Times Beach: Su relación con la dioxina, el Bisfenol A y la contaminación ambiental en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: El sexo como función y el sexo como proceso en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: El sentido del olfato y la neurobiología del ser en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: Curso: Sentido del olfato, problemas y enfermedades en mailXmail.com

  • Larocca, FEF: Abecedario: "H" es por hambre y por el Plan de Echa en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: La pornografía en la edad de la carestía: ¿Iniciativa o crimen? en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: La neurociencia de la pornografía en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: El libre albedrío: Enfermedades y las neurociencias en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: Neurociencia, epigénesis, microbios, la mente arrebatada y la ilusión del libre albedrío en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: El retardo mental en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: La deontología aplicada: La Teoría de la Evolución y el SIDA como paradigma evolutivo en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: La psicología del ego, Marie Bonaparte, S. Freud y la envidia del pene en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: El trasplante fecal, la obesidad y la psiquiatría: ¿Entidades paralelas? en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Larocca, FEF: Los estados intersexuales: Nature vs Nurture en monografías.com, academia.edu.com y researchgate.net

  • Zimmer, C: (2000) Parasite Rex Atria

  • Feynman, R: (1997) Surely you"re joking Mr. Feinman W.W. Norton

  • Fliess, W: (1897) Les relations entre le nez et les organes génitaux de la femme Le seuil, p.24)

  • Le Guérer, A: Scent: (1994) The essential and mysterious powers of smell Kodansha International

  • Burr, C: (2002) The emperor of scent Random House

Además, extensivos enlaces (links), bibliografía adicional y referencias de contribuciones a este tema y otros temas mencionados por este mismo autor, pueden obtenerse en los siguientes portales:

  • Academia.Edu

  • ResearchGate.net y

  • Monografías.com

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Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca