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Industrias culturales: consumo y recepción (página 3)


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Una actitud de esa forma tan distanciada y callada es vista como pusilánime dentro de dicho contexto popular. De modo que Bourdieu, sostiene que entre ambos gustos se encuentre una distinción de forma y contenido, con respecto a la fotografía el individuo de gusto noble o puro se inquieta por la forma de fotografiar lo fotografiado, mientras que el individuo de gusto popular se interesa por la imagen. Por otro lado lo que interesa a Bourdieu es el hecho de que "los procesos sociales de selección y consumo responden a concepciones diversas, a disposiciones estéticas disímiles y a conceptos divergentes sobre lo que se considera o no una obra valiosa, fuertemente correspondientes con las clases socio-simbólicamente constituidas. El trasfondo de la propuesta bourdesiana, consiste en que una clase al considerarse legítima, tiene una contrapartida ilegítima, es aquí donde el piensa que se ejerce una violencia simbólica por parte de las posiciones dominantes hacia las dependientes. Esto es, que las formas de apreciación no son igualmente evaluadas en el espacio social, y no implican, por lo tanto, las mismas condiciones de validez recepcional."[56]

Será entonces, a través de los análisis de Bourdieu, se dirigen a responder y a corroborar la idea en Benjamin, de que la sensibilidad estética está en directo contacto con las condiciones sociales, de ese modo no necesariamente el arte "no deber ser", en un sentido como lo detectó Adorno desde un comienzo, sino más bien que el arte "es" dependiendo de su contexto de percepción.

Sin embargo, la élite ha procurado a lo largo de los años, en su proyecto de ilustración, un enculturación desde una educación estética pura, que rechace cualquier función. Se podría decir pues, que la escuela crítica, recae en un proyecto ilustrativo, donde la razón y la estética respondan a cánones establecidos, desde arriba, desde lo puro, como reacción a lo popular.

De ahí su temor, como le evidencia Barbero, y lo reitere Lizarazo, que las grandes obras maestras caigan en manos de una percepción muy diferente a la suya, y valoren dichas obras como vacías y llenas de sin sentido. No se percataron de que las experiencias estéticas podrían variar y de que podría existir una estética popular de la cual pudieran gozar, sin ningún problema. De ese modo los productos massmediáticos, pueden no significar en una estética popular, y de ese modo no puede haber un consumo simbólico estandarizado.

De otro lado es interesante revisar en Lizarazo el señalamiento que realiza con respecto a las dos clases de gustos que establece Bourdieu, debido a que es un reduccionismo, del cual no tiene en cuenta las diferentes retículas indígenas, que responden a distintos modos de recepción:

"Así como es posible deslindar tajantemente los objetos culturales de élite y los objetos culturales populares, en tanto buena parte de la recepción cultural legítima se efectúa en relación con obras de arte indígenas o campesinas y, a su vez, la cultura indígena usa permanentemente los utensilios y bienes masivos tanto en su vida diaria como en su producción cultural, tampoco es posible dividir llanamente la apreciación cultural y massmediática en dos o tres estratos únicos."[57]

De otro lado también se encuentran los grupos como los rockeros, desde su posición como grupos socioculturales, en sus preferencias culturales buscan conformar una identidad:

"(…) se definen por un gusto musical en torno al cual se constituye un estilo de vida, o los empleados, obreros, comerciantes informales y vendedores ambulantes que se identifican más directamente con tradiciones populares híbridas no necesariamente vinculadas a una sola nacionalidad."[58]

El autor considera, que dentro de cada ámbito cultural se reticulan múltiples opciones diferenciales que conviven de forma compleja. Como dentro de los sectores hegemónicos, hay diferentes gusto por el modo de vida, por un lado se encuentran aquellos que desean un modo de vida estadounidense y por otra parte están quienes prefieren identificarse con un universalismo cultural, el cual esta relacionado con el tipo de vida europeo. De uno u otra forma hay un reconocimiento entre estos grupos sociales y sus significaciones, a la vez que las diferentes formas de consumo, gracias a los diferentes medios que pueden conectar la información, pero que no generan una influencia en el consumo.

Esto no implica, advierte Lizarazo, que esto sea una libre democracia de elección, sino un fuerte enfrentamiento entre los diferentes grupos, en donde se hallan exclusiones y alianzas, pero que no se forma como una pirámide de poder sino como un complejo flujo cultural, que se descentra, que se muestra de forma transversal, en un caos total, que no corresponde a una sola racionalidad. Vemos pues, como se muestra a través de la identificación del gusto legítimo y el gusto popular, el telón de fondo de lo que transcurre en la recepción comunicativa de los massmedia, demostrando a su vez que no solamente hay un gusto sobre otros, y reconocer el conflicto de la relación entre visiones o arbitrarios culturales.

En Martín-Barbero esta diferencia de gustos y de formas de ver el mundo y la cultura, esta asociada a un concepto de matrices culturales, que denotan el origen que proviene de una herencia y de unas hibridaciones. Siendo así, que son por medio de estos proceso históricos que se configuran las cosmovisiones y los comportamientos de dichas clases. En un estudio del profesor Jorge Nieves, encontramos una aplicación de este concepto de Matrices Culturales en la conformación de la cultura del Caribe Colombiano que desde su origen se configuró a partir de la mezcla de diferentes tradiciones y culturas: cultura amerindia, cultura popular española, y culturas africanas, todo esta implica, que en el fondo del caribe popular: todas estas, se condensaron en una proceso histórico de colonización, produciendo una matriz Cultural Híbrida. Este concepto de Matrices culturales, posee una fuerte relación o semejanza, con la noción de "Habitus" en Pierre Bourdieu, proveniente de la raíz latina de la palabra costumbre, entendido como disposición durable e incorporada en los individuos y grupos de individuos. Concepto que constituye un principio generador y un sistema de prácticas sociales. Lo cual puede entenderse también como un sistema de disposiciones adquiridas, permanentes y transferibles, que generan y clasifican acciones, percepciones, sentimientos y pensamientos en los agentes sociales de una cierta manera, generalmente escapando a la conciencia y a la voluntad.

De ese modo al igual que las Matrices Culturales, "el habitus" actúa en el fondo de un proceso histórico de formación. Si bien se establecía dentro del imaginario aristocrático, que su disposición estética era esencial, sin considerarlo una "interiorización de la exterioridad" o "historia hecha cuerpo". De ese modo se obtiene a partir de la costumbre o el hábito histórico.

Ahora bien, no todas las experiencias de aprendizaje e interiorización son iguales, de tal manera que hay un aprendizaje desde la niñez que inculca dentro de la subjetividad gustos y modos de actuar, dependiendo también de las instituciones y de los campos sociales. De ahí se desprende lo que se llama "habitus de clase", como el conjunto de gustos y prácticas de una categoría social determinada; estilos que implican la totalidad de las prácticas de un agente (opiniones políticas, experiencias sexuales, creencias y convicciones filosóficas, valores morales, inclinaciones estéticas, entre otras), incluidos los aspectos que escapan con más frecuencia al control de la conciencia y la voluntad por parecer familiares o "naturales", como en el caso de la "hexis corporal", es decir, de la forma de llevar el cuerpo y comportarse, de moverse, caminar, gesticular, cuidar y percibir el cuerpo.

Es así entonces, que todos los actores sociales no abordan los mensajes de los massmedia de igual forma aislada y atomizada. Pero aun hay más:

"Pero, en tanto las condiciones sociales (pertenecer a una u otra clase) no son disposiciones absolutamente finalistas (destinos totalmente inevitables), los agentes actúan en los espacios del juego que configura el mundo social, y dependiendo del tipo de estrategia que realizan, de las alianzas que logran y de las acciones que emprenden, son capaces de desplazarse transversalmente de unos campos a otros y desbordar sus condicionamientos de clase. Esto es, participan simultáneamente en múltiples campos, en los cuales desarrollan estrategias y desplazamientos para modificar (según las posibilidades del juego) sus condiciones de vida. "[59]

Habrá la necesidad, entonces, de explicar el concepto de campo social, para entender un poco más de lo que se esta hablando. Este concepto es complementario a la noción de "Habitus", el cual constituye un esquema ordenador para la comprensión de la realidad social. Estos campos sociales, van más allá de las clases sociales como intraclases, cuando es el caso de agentes de una misma clase social, es el caso las instituciones de élite, como un club social, como también puede ser de otras clases sociales, como un grupo indígena o campesinos autónomos; o interclases, cuando se conforma entre diferentes clases sociales. Es el caso de la academia (medicina, arte, filosofía, literatura, etcétera), donde se compone de diferentes orígenes, campos políticos. Esta teoría de los campos permite comprender como se dan las revoluciones en los distintos campos, por medio de la destrucción de los paradigmas, aunque suene un poco al estilo de Kuhn, representada por dos bandos, por un lado se encuentra la hegemonía, que a través de procedimientos ortodoxos, pretende sostener su legitimidad dentro del campo, y por otro lado se encuentra el bando que busca estrategias para desbancar a los consagrados por medios de técnicas heterodoxas, y en ese sentido hayan el sentido practico del habitus para poder situarse dentro de la misma línea del poder; es decir que invierten en capital cultural (es decir el discurso hegemónico y aceptado socialmente, comportamiento, y educación que permita acreditar sus bases de competencia), y capital económico para posicionarse como competencia ante la hegemonía, y ganar legitimidad y por tanto capital simbólico.

No solamente se establecen las recepciones en las clases sociales, sino que depende ya de los campos dentro de los cuales se desplazan los agentes sociales desbordando sus condicionamientos de clase, ya que dichos campos sociales pueden ser intrasociales. En ese sentido, lo que compete ahora son los campos de recepción donde se encuentran las microconfiguraciones de las percepciones de las clases sociales.

Para reforzar más esta idea, se clasificaron dos clases de campo de recepción: permanentes y transitorios. Un caso de campos de recepción permanentes puede ser el del núcleo familiar, en el cual siempre existirá un poder legítimo, que establece las reglas de juego y un discurso legítimo. Por consiguiente, cualquier discurso producido solo será aceptado de acuerdo a su pertinencia, y esa pertinencia las establece quien tenga el poder simbólico, por tanto establece las condiciones de aceptación. Pero por otro lado siempre existirá una contraparte que busque deslegitimar el discurso hegemónico, a través de la heterodoxia por medio de la subversión discursiva, y de la sugerencia de otras opciones válidas.

Es pertinente revisar las discusiones que se crean acerca de que tipo de programas se deben o no se deben ver, a su vez que el tipo de practicas que son permitidas realizar. Y también se encuentra los campos de recepción transitorios, ejemplificado por eventos irregulares como una obra de teatro o una película que es vista por un grupo, en el cual se halla inserta un complejo de opiniones divergentes.

Por todo lo anterior, el autor concluye el estudio Bourdesiano acerca del consumo y recepción de la siguiente forma:

" (…) la comprensión de las prácticas del consumo de los massmedia realizadas por un sujeto implica el reconocimiento de que la decodificación se produce en el seno de un campo de recepción estructurado, con participantes en cierta disposición interpretativa (dimensión hermenéutica del habitus) según una competencia semiósica formada y valorada socialmente." [60]

Sin embargo, las conclusiones con respecto a Bourdieu no llegan hasta ahí, debido a que los intereses en este trabajo son diferentes, dado que se presenta esta teoría como contrapartida a los estudios frankfurtianos.

La estética valorada desde Adorno y Horkheimer comprende, como hemos visto en Bourdieu una visión unilateral, que implica unas bases desde el movimiento ilustrativo. Este corresponde al de una percepción de élite, entendida desde un esencialismo ahistorico, es decir que no considera la opción más realista, que consiste en una estética que proviene de una educación e interiorización esbozada desde hace siglos, pero que es a su vez inconsciente. Siendo consecuente con esto anterior, se establece unos imaginarios inconscientes, dentro de cada clase o gusto social. Y que por otro lado hay una visión diferente, que esta denominada como el gusto popular o bárbaro, en el que se encuentra incluido una estética funcional y de valoración muy diferente a la legítima. Sin dejar de lado la clase media que puede ser, aquella que surge de las industrias culturales, en los análisis de la escuela crítica.

De todas formas, no puede hablarse de una vulgarización sino que hay disposición para entender ciertas obras provenientes de la élite. Más que industrias culturales se debe hablar de una circulación cultural masiva y multiforme, que corresponde a diferentes disposiciones y diferentes cosmovisiones o semiosis. Se puede ver por ultimo, como las premisas de la escuela crítica pierden fuerza ante los análisis empíricos de los estudios socioculturales, debido a su interdisciplinariedad como se describió en el apartado anterior. Se estudió el fenómeno desde una perspectiva no solo unilateral sino también falta llegar al campo de la recepción.

La posición en Benjamin, parece ser aquella que pudo analizar el contexto social dentro del cual el arte era consumido y procesado, de ahí que pudo concluir que: la percepción o sensibilidad corresponden a condiciones tanto sociales como históricas.

Conclusiones

Después de haber analizado, las vertientes de una línea de discusión con respecto las culturas de masas y consumo, desde una visión (Escuela de Frankfurt) y su contrapartida (Bourdieu), se podrá presentar la conclusión de dicha situación. De una parte se mostrará, en primera medida, lo referente a la concepción de cultura, dentro del marco de la escuela crítica, y su visión acerca de la industrialización. En segunda medida se abordará lo referente al tema de el consumo cultural, como una alternativa de estudios a los massmedia, o industrias culturales, dentro del marco de lo popular.

  • Lo que en una primera parte parece ser una crítica, resulta siendo una base conceptual sobre la cual, despliegan toda una serié de acusaciones en contra del pueblo, como un conjunto de hombres vulgares, que no poseen ni la más mínima gota de símbolos culturales. La burguesía parece ver en el pueblo la solución para legitimar su poder, en una doble visión. En una parte les hace ver al pueblo que son quienes deciden quien será su gobernante, pero por otro lado, ven en él una reafirmación de su cultura (la burguesa) negando la de los sectores populares: ven en ellos una barbarie absoluta, desconociendo que en el fondo se mueven imaginarios culturales que no responden a los cánones estéticos de la alta clase. Se analiza al pueblo o a la masa como un conjunto amorfo y vacío. De esta manera la visión frankfurtiana, hereda desde el fondo esta visión. Por una lado se puede observar como Adorno, piensa que el hombre trivial, no puede responder a ciertas obras que a lo largo de la historia han correspondido a una élite, sin ir más allá a las manifestaciones culturales de lo popular. No se contempla la experiencia ni las condiciones sociales en las que la estética popular se expresa, y les parece inconcebible, a raíz de su falta de educación, que estas clases respondan a unos símbolos propios. La crítica es pues un visión unilateral de las industrias culturales, no entendida como una circulación masiva de diferentes manifestaciones y estéticas, sino una vulgarización de las obras aristocráticas. Es de esa forma como se conecta este estudio con los estudios sociológicos, que se desprende, de la visión de Benjamin, quien analiza no desde la unificación, sino desde la experiencia y la técnica, las que median entre cultura y pueblo, a partir de la noción de sensibilidad como dependiente de unas condiciones tanto de modos de producción técnica, como condiciones sociales y económicas.

  • De este modo, es importante recalcar la posición de la innovación de una corriente de estudios interdisciplinares, que permitieron desplegar la perspectiva unideterminista de la cultura de masas. Por una parte la intervención de la Psicología permitió identificar la diferencia de percepciones de los individuos, y la sociología demostró que las condiciones sociales junto a las interrelaciones configuraban el interés hacia diferentes temas y productos. Si desde una izquierda se buscaba la reivindicación de la clase obrera, eso sucedería por vía de la toma del poder y de una instrucción intelectual, desconociendo la cotidianidad como significativa e irrelevante; más por otro lado la situación se muestra diferente: una historia realmente larga en la que lo popular no responde a un arribismo, ni a una mimesis de lo culto, sino a unos códigos y símbolos diferentes, en donde la familia deja de ser un campo de reproducción de fuerza de trabajo, y se presenta como un espacio de libertad y organización. Y como dice Martín-Barbero "no toda forma de consumo no es interiorización de los valores de otras clases", de esta manera no representa una simulación, sino una forma de protesta a una vida más digna. De esta manera los estudios de Bourdieu, dieron cabida a los análisis de los popular dentro de América Latina, por dos razones: Una, con las investigaciones del sociólogo francés las condiciones sociales y las disposiciones estéticas se resaltaron como punto de partida a la hora de los estudios massmediáticos, y segundo por que dentro de la concepción del gusto popular, se limitaba las disposiciones a lo puramente pragmático y funcionalista, desconociendo las prácticas de tal clase en el otro lado del mar atlántico. Muy contrario a esto se demostró que, dentro de las clases populares, que rebasaron la conclusión bourdesiana, en donde lo popular respondía a las percepciones de lo funcional o pragmático, y es desde este punto donde las investigaciones massmediaticas en Latinoamérica, se retoman desde lo popular y sus apropiaciones y transformaciones de los productos culturales, ya que el consumo no solo debe entenderse solo desde la óptica naturalista e instrumentalista. De ahí que la noción de consumo cultural será reevaluada por Canclini,[61]como " el conjunto de procesos socioculturales en que se realizan la apropiación y los usos de los productos"[62], una aspecto más que sobrepasa a las nociones de un compulsión consumista.

Canclini, presupone en los estudios interdisciplinares una avance supremo antes los obstáculos unilaterales que en un comienzo no permitieron un mejor análisis del fenómeno. De esta manera los sectores populares en Latinoamérica se convierten en el centro de los estudios, ya que es en ellos donde se imprime una amalgama de cotidianidad e imaginarios, que permiten una investigación del consumo. Siguiendo la línea Cancliana, Barbero, se incrusta en el propósito de la investigación de lo popular, donde la familia a través de la televisión, como uno de los medios tecnológicos al alcance económico de todas las clases, se convierte en un modo de configuración de los espacios sociales. En esa medida, es en América latina donde, lo popular encuentra su genero en el melodrama, como medio de reconocimiento de sus visiones. En donde hay un encuentro con los parientes y con las instituciones que fallan, y el sueño de una vida digna. Es en este vía, donde se pretende de un u otra manera rastrear las vivencias y los imaginarios urbanos y populares, que surgen y mueren en las nuevas construcciones del ser urbano latino, dentro del cual se introduce un historial de prácticas y de gustos que con el paso del tiempo se convierten inconscientes e involuntarios. Que se manifiestan como luchas, dentro de las competencias culturales, por el logro de la legitimación, que desde la historia de lo popular se manifestó mediante una industria popular, en lo que se denominaba literatura de cordel o colportage.

De otra parte también, se inscribe una propuesta dentro del panorama latinoamericano, desde la visión de Beatriz Sarlo, en la cual existe la noción de lectura, como "la actividad por medio de la cual los significados se organizan en un sentido"[63], de este modo las lecturas centralistas, que pretenden unificar lo heterogéneo, pierden su validez y restituyendo a su vez la legitimidad del placer, tanto de las lecturas cultas y eruditas como las lecturas populares, con su placer de repetición y el reconocimiento.

En Colombia se plantea la revisión de un sentido en lo popular como el telón de fondo de los grandes imaginarios que atraviesan el pensamiento de lo urbano, que se sitúa en una mezcla a raíz de la colonización española. De esta forma se estudian los comportamientos, la estética y el pensamiento de dichos sectores, diferenciándolos del poder hegemónico, el cual se circunscribe en el marco de lo colono (lo colono implica dentro del marco de lo latino como todo lo proveniente de la realeza española y su cultura, como hegemonía, a esto se añade las ciencias y la estética euro-céntrica plasmada en su pensamiento). Al igual que en Colombia, otros países latinos, se encuentran en el trabajo de revisar lo popular, como un espacio de lucha y de resistencia hacia lo culto, debido al constante contacto con los bienes culturales institucionales, ya sean estatales o comerciales, son apropiados pero por medio de una resignificación, como medio de estrategia, que a su vez se vincula dentro de una formación para las competencias culturales.

Es así entonces como se muestran las implicaciones de las visiones unilaterales, que desde un comienzo desconocen lo popular como espacio de producción simbólica, y que gracias a un análisis interdisciplinario se desarrolla una amplia contribución a la percepción de lo cultural, como una circulación de manifestaciones, en la que se imprimen unos usos y unas apropiaciones de lo cultural.

Bibliografía

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Daniel Alberto Moreno Orjuela

[1] En Nietzsche encontramos una visión del filosofo como experimentador, que a la vez de experimentar tienta a los demás, transgrediendo con lo existente, creando, inventando conceptos, como un artista sin escrúpulos, para poder dominar mediante sus invenciones, algo así como sirviéndose de los medios sin importar quien salga perjudicado, para obtener o llegar a su fin. Véase KLOSSOWSKI P. Nietzsche y el círculo vicioso. Terramar ED, Argentina. Véase el capitulo acerca del Eterno retorno: una versión política.

[2] El concepto de industrias culturales o cultura de masas será desarrollado más adelante por medio de los tres autores mencionado, de otro lado es importante decir que este concepto es el eje central de este documento.

[3] S, FREUD. El malestar en la cultura. Madrid: Alianza Editorial, 1993,p. 41.

[4] www.walterbenjamin.org.ar/down/Caracter%20afirmativo%20de%20la%20cultura.doc

[5] Ibíd. , p. 2.

[6] Ibíd. , p. 3.

[7] Ibíd. , p. 4

[8] Ibíd. , p. 4

[9] Ibíd. , p. 4.

[10] Ibíd. , p. 5.

[11] Ibíd. , p. 6.

[12] Ibíd. , p. 7

[13] J. MARTÍN-BARBERO, De los medios a las mediaciones, C.A.B, Bogotá, 2003, pp. 6-7

[14] www.walterbenjamin.org.ar/down/Caracter%20afirmativo%20de%20la%20cultura.doc. , p. 7

[15] H. Marcuse, El Hombre Unidimensional, Editorial planeta de Agostini, Barcelona, 1993, p. 87

[16] Adorno, TH. W. "Cultura y Administración" en Sociológica ED. TAURUS. Madrid, España, 1986. pp. 383-401.

[17] Ibíd. , p.383.

[18] Ibíd. , p. 384.

[19] Max Weber, Grundriss der Sozialökonomik, Tübingen, 1947, sección III, "Wirtschaft un Gesellschaft", 3ª parte, cap VI, pp. 610 y SS., [versión castellana, Economía y sociedad, México, FCF, 1944, tomo IV, pp. 88 y SS.] pp. 610 y SS.,[versión castellana citada p.103]"

[20] ADORNO, op. cit., p.385.

[21] Ibíd. , p. 387.

[22] Ibíd. , p.388.

[23] Ibíd. , p. 388.

[24] Ibíd. , p. 390.

[25] Ibíd. , p. 391.

[26] Como es sabido en la teoría marxista se forjó un esquema en el que la "superestructura" (jurídico-cultural) dependía necesariamente de la infraestructura (economía), es decir, por las relaciones económicas de producción. En ese sentido en la escuela crítica se planteo que, los totalitarismos del siglo XX aparecen como configuraciones de estructuración continua en las que economía y sociedad, política y cultura se compenetran indisolublemente hasta constituirse en sistemas estáticos presididos por la conciencia reificada de las masas.

[27] BENJAMIN, Walter, La obra de arte en la época de su reproducción técnica, en Discursos interrumpidos I. Edición Virtual www.philosophia.cl/ Escuela de Filosofía Universidad ARCIS., p. 2.

[28] Ibid. , p. 2

[29] J, MARTÍN-BARBERO, De los medios a las mediaciones. Bogotá, 2003 pp. 133-162.

[30] Ibíd., p. 5.

[31] Ibíd., p. 7.

[32] Ibíd. , pp.8-9.

[33] Ibíd. , p.10.

[34] Sin embargo, ante dichas teorías hay que tener presente que las limitaciones del cine siempre han estado presentes, en un primer momento se podría decir que el cine esta presto a las interpretaciones subjetivas del director y a las adaptaciones de los guiones. De esa parte podremos ver que se encuentran las decepciones por parte del espectador ante su imagen ilustrada en su mente, de ese modo el cine siempre demostrara dichas limitaciones, por eso siempre estarán las mil y una versiones de las diferentes obras literarias.

[35] Ibíd.. , p. 19

[36] Véase: U. ECO, Apocalípticos e integrados ante la cultura de masas, Lumen, Barcelona, 1975. en el capitulo Cultura de masas y "niveles" de cultura. En este capitulo Eco estable los dos bandos ideológicos al respecto de la cultura de masas. Los unos son los apocalípticos, quienes creen que el establecimiento de una industria cultural implica el desmoronamiento de los valores culturales aristocráticos, y a su vez el fin del hombre crítico, en ese lado se encuentra Marcuse y Adorno, incluso Nietzsche. Por otro lado se encuentran los integrados quienes defienden que la masificación es la oportunidad de expandir el pensamiento y los valores culturales para lograr una civilización global. En ese sentido Benjamin se considera el puente de la discusión.

[37] LIZARAZO, Diego. "La reconstrucción del significado": Ensayos sobre la recepción social de los massmedia. Addison Wesley Longman de México S.A. de C.V., México DF., 1998. pp. 20-21.

[38] Ibíd. , p.21.

[39] Ibíd. , p.22

[40] Ibíd. , p.23.

[41] Ibíd. , pp. 23-24.

[42] Ibíd. , p. 25

[43] Ibíd. , p.25

[44] LIZARAZO, Diego, "La reconstrucción del significado": Ensayos sobre la recepción social de los massmedia. Addison Wesley Longman de México S.A. de C.V., México DF., 1998. pp. 77-111.

[45] Ibíd. , p. 80.

[46] Ibíd. , p. 80

[47] Ibíd. , p. 81

[48] Ibíd. , p. 82

[49] Ibíd. , p. 83

[50] Ibíd. , p. 83

[51] Bourdieu, Sociología y Cultura, Ed. Grijalbo S.A., México D.F., 1990. pp. 9-50.

[52] LIZARAZO, Diego, "La reconstrucción del significado": Ensayos sobre la recepción social de los massmedia. , p. 84

[53] Ibíd. , p. 85.

[54] Ibíd. , p. 86.

[55] Ibíd. , p. 86

[56] Ibíd. , p. 90

[57] Ibíd. , p. 91.

[58] Ibíd. , p. 91.

[59] Ibíd. , pp.105-106.

[60] Ibíd. , p. 109

[61] Canclini, NESTOR. El Consumo Cultural: un propuesta teórica, en El consumo cultural en América latina (Compilación de Ensayos), SUNKEL, GUILLERMO (coordinador). Convenio Andrés Bello, Bogotá D.C. , 1999. pp. 26-49.

[62] Ibíd.., p. 34.

[63] SARLO, Beatriz. Lo popular como dimensión: tópica, retórica y problemática de la recepción, mimeo, Buenos Aires, 1985, p.11.

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