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Bioterrorismo: una antigua arma impulsor de los cambios políticos-sociales

Enviado por syanez


    1. Resumen
    2. Las enfermedades armas biológicas
    3. Conclusiones
    4. Bibliografía

    Resumen

    Actualmente se supone que el ataque terrorista contra los Estados Unidos mediante el envío de cartas con ántrax es una nueva modalidad de terror, sin embargo desde los inicios de la civilización las enfermedades causadas por microorganismos y sus productos se usan como arma para destruir ciudades y países; la táctica de matar gente en tiempos de guerra por enfermedad, no es nueva, en la Europa oriental del siglo XIV cadáveres de víctimas de la peste bubónica se lazaron con catapultas por encima de las murallas de una ciudad sitiada y acabaron con los pueblos.

    En otra ocasión cuatrocientos años más tarde, oficiales británicos entregaron deliberadamente mantas infectadas de viruela a los indios norteamericanos durante negociaciones de paz en la guerra francesa e india, esta acción provocó una epidemia que contribuyó a la rendición de los indios. El objetivo de este trabajo es señalar brevemente algunas de las enfermedades que desde la antigüedad se usan como armas biológicas de destrucción masiva.

    Palabras clave: epidemia, endemia, pandemia, enfermedad.

    I. Introducción

    En el mundo los cambios político-sociales no siempre se deben a guerras por el poder, puede ser que terroristas lo consigan mediante diseminar secretamente el virus de la viruela en tres centros comerciales de cualquier país del mundo. El virus infecta los compradores, en una semana se diagnostica viruela a veinte personas, el virus se propaga en los siguientes días, los sistemas oficiales y privados de salud no son suficientes, las fronteras de países vecinos se cierran, la economía se desestabiliza, veintiún días después, la enfermedad se propaga a un número de estados estados y luego a otros países cercanos, para entonces se reportan 16,000 personas infectadas y 1,000 fallecidas, se calcula que tres semanas después, la cantidad de enfermos asciende a 300,000 y una tercera parte morirá, esto no es el argumento de una película de ciencia ficción, puede ser el impacto negativo de un ejercicio de simulación realizada en junio de 2001 por investigadores de los Estados Unidos de América, para prever lo que probablemente sucedería, si se produjera un ataque biológico de destrucción masiva.

    Las enfermedades fueron y son uno de los principales factores de la selección natural de los seres vivos en los que se incluye la raza humana, en la actualidad las agencias internacionales de salud y gobiernos de las naciones del mundo se asocian para buscar estrategias que permitan controlarlas y mejoren la calidad de la vida humana (1, 3,7), desde el descubrimiento de los microorganismos como responsables de una amplia gama de enfermedades: lepra, tuberculosis, peste bubónica, cólera, fiebre tifoidea, brucelosis o fiebre de malta etc., son motivo de preocupación de las autoridades sanitarias que promueven el diseño y aplicación de adecuados sistemas de drenaje, de campañas de vacunación y eliminación eficaz de fuente de contaminación, con esto el promedio de la vida humana se incrementó en los países desarrollados y en algunos países subdesarrollados, pero es insuficiente en países pobres o en extrema pobreza (2,5,6).

    Mientras que los presupuestos invertidos en estos programas son limitados, en el lado opuesto las armas usadas en las guerras y su complejidad aumentan principalmente en los países del primer mundo e incluso en los países pobres como la India. En el mundo se descubrió que los microbios producen enfermedades infecciosas hasta finales del siglo XIX, que abrió nuevas posibilidades para su aplicación como arma, el progreso en la medicina conducen al descubrimiento de fármacos, de vacunas útiles para prevenir y tratar enfermedades, no obstante, pese a ello, las epidemias microbianas infecciosas matan a más de diecisiete millones de personas cada año, unas cincuenta mil por día, mientras hombres y mujeres brillantes dedican su vida a evitarlas, otros de igual calibre centran su interés en conquistar a seres humanos por medio de epidemias como armas de destrucción masiva.

    ¿En qué consiste la guerra biológica? esta expresión alude a la propagación deliberada de enfermedades en humanos, animales o plantas, para conseguirlo se les infecta con microorganismos vivos al blanco de ataque, los agentes patógenos se multiplican y/o sus toxinas, causando los síntomas devastadores de la enfermedad; algunas armas biológicas incapacitan a las víctimas, otras las matan, existen incluso para atacar y destruir cultivos agrícolas.

    Por más de veinticinco años, los Estados Unidos, la ex Unión Soviética y otras naciones trabajaron para desarrollar armas biológicas, por ello en 1972 se prohibió este tipo de armamento, aunque países continuaron en secreto con esa investigación, acumularon agentes biológicos letales y los medios para lanzarlos contra sus objetivos. ¿Qué condujo a la proscripción oficial de estas armas?, se explica a continuación: en 1970 los agentes biológicos no son prácticos en el campo de batalla, su efecto no es inmediato, los síntomas son lentos y su eficacia varía, son atractivas para quienes deseen causar epidemias mortales, se pueden fabricar en secreto, la identidad del agresor es fácil de mantener oculta, un ataque biológico es silencioso e invisible, de acción lenta y letal para provocar terror, los atentados contra cultivos agrícolas o ganado ocasionarían escasez de alimentos y crisis económica. Otro atractivo de las armas biológicas es su costo relativamente bajo, un estudio realizado para calcular el precio de diversos armamentos para matar civiles en una extensión de un kilómetro cuadrado, en contraste con armas convencionales que costarían 2,000 dólares, las nucleares 800, los gases neurotóxicos 600, y con biológicas sólo un dólar.

    Es evidente que grupos terroristas realizan experimentos con armas biológicas, existe diferencia entre experimentar con éstas y su aplicación, para lograr su propósito el terrorista o la organización debe superar problemas técnicos, en primer lugar, obtener el microorganismo patógeno, en segundo la forma correcta, segura de manipularlo y almacenarlo, en tercero su producción masiva, en pequeña concentración los microorganismos son tan letales que destruyen con relativa facilidad cultivos agrícolas, un hato de animales o la población de una ciudad, no es fácil que los agentes biológicos supervivan fuera del laboratorio, pero una fracción alcanza el objetivo planeado, requiriéndose cantidades mayores para un ataque masivo.

    El terrorista debe mantenerlo vivo, mientras lo transporta desde el lugar donde lo produce o guarda hasta el sitio de liberación, debe conocer su dispersión, asegurar que las partículas que lo transporten sean del tamaño adecuado, que se extiendan por una zona geográfica, lo bastante amplia y que su concentración sea la necesaria para lograr una epidemi (2,5).

    A un equipo estadounidense de investigadores especializados en guerra biológica, les tomó más de diez años diseñar un sistema confiable de dispersión, cuando los microorganismos se liberan en la atmósfera, la luz solar y la variación de temperaturas a la que quedan expuestos les causan la muerte, para convertir un agente biológico en arma debe conocerse a fondo si supervive en el aire o ambiente, por estos obstáculos técnicos, no es de extrañar son pocos los atentados terroristas con armas biológicas, así el número de victimas mortales es reducido. Recientemente en EUA, las cartas contaminadas con ántrax mataron a cinco personas, trágico, pero se habrían causado más víctimas con un pequeño explosivo o con una pistola, los investigadores calculan que desde 1975 el 96% de los atentados terroristas con armas químicas o biológicas fallaron o causaron daño a un máximo de tres personas. Al reconocer lo difícil del éxito de un atentado biológico, el British American Security Information Council señaló: "aunque los gobiernos reciben amenazas de terrorismo químico y biológico, la mayoría de los analistas creen que las situaciones catastróficas con numerosas víctimas son posibles pero improbables".

    Aun cuando no haya elevadas probabilidades de un ataque de este tipo, las consecuencias serían terribles, el hecho de que tanto dificultades técnicas como la historia, indican que no son probables los ataques biológicos graves, las malas noticias son que la historia no es una guía segura del futuro, aunque los atentados del pasado fallaron, los del futuro podrían tener éxito (5-7)

    Existe inquietud por terroristas decididos a provocar epidemias, ya que tienen tecnología perfeccionada, con recursos económicos equiparables a los presupuestos generales de algunos gobiernos del primer mundo.

    Un analista comentó: "los gobiernos, por despiadados, ambiciosos y extremistas que sean, se negarán a ceder armas no convencionales a terroristas, por que no ejercen control, es probable que la empleen más para intimidar, que para una verdadera guerra".

    Lo que en realidad preocupa a los expertos es que con ofertas lucrativas, se consiga que científicos especializados trabajen para terroristas, esto más que una dificultad técnica, es de ética, por ello, la biotecnología es motivo de preocupación, estos científicos conocen la manera de modificar agentes patógenos letales y fáciles de manejar, mediante ingeniería genética alteran microorganismos inocuos para que produzcan toxinas, que no sean detectadas por los métodos de análisis habituales o bien hacerlos tolerantes a los antibióticos de amplio espectro, así como para las vacunas normales, microbiólogos deserta ron de la ex Unión Soviética, generaron un tipo de peste resistente a dieciséis de los más comunes antibióticos, los futuros avances en la biotecnología y la ingeniería genética aumentan las opciones para seleccionar agentes patógenos de alto riesgo para la población civil; estos microbiólogos son capaces de diseñar o crear armas biológicas mortales y resistentes a cualquier clase de biocidas o antimicrobiano, fáciles de producir, usar, adaptar, de manera que sus efectos sean predecibles, manejables con microorganismos patógenos programables para morir después de un número determinado de divisiones celulares de modo que matan y desaparecen; es posible de que en el futuro se inventen armas sofisticadas que resulten indetectables, altamente especializadas que inhiban el sistema inmunológico de las víctimas, por lo que en lugar de contraer una enfermedad específica, sean propensas a otras, si aparece un virus, semejante al del sida, ¿quién podría saber si se trata de una mutación natural o es el producto de una manipulación genética realizada por un laboratorio de armas biológicas?, el progreso cambia el pensamiento de los militares, un oficial naval de los E. U. escribió: "los creadores de armas solo han explorado el potencial de la revolución biotecnológica, el hecho es que lo que hasta hoy se ha logrado, no es nada comparado con lo que puede fabricarse.

    II. Las enfermedades armas biológicas

    arsenal antiguo y moderno para la guerra

    a) Ántrax o el nombre de ántrax maligno o carbunco.

    Esta enfermedad infecciosa es causada por Bacillus antracis, bacteria que forma esporas, los primeros síntomas tras la inhalación de sus esporas se asemejan a los del resfriado común, luego aparecen graves problemas respiratorios, la víctima entra en choque siendo mortal, en las personas expuestas al ántrax, la infección se controla con antibióticos, el tratamiento temprano es esencial, la demora reduce las posibilidades de supervivencia, la propagación directa de persona a persona es improbable, diríamos casi imposible, en la segunda mitad del siglo XX países como EUA y la ex Unión Soviética, produjeron ántrax para utilizarlo como arma biológica.

    La cantidad de naciones que se sospecha mantienen programas para el desarrollo de estas armas aumentó de diez en 1989 a diecisiete en 1995, actualmente no se sabe cuantos de esos países producen ántrax, según una evaluación del gobierno de EUA, la dispersión de 100 kilos de ántrax en aerosol en una ciudad puede ser tan mortal como una bomba de hidrógeno (3).

    b) Botulismo.

    Es el nombre de una intoxicación por una neurotoxina producida por la bacteria Clostridium botulinum. por el consumo contaminado con este veneno bacteriano caracterizada por parálisis muscular progresiva; los principales síntomas del botulismo son visión doble o borrosa, párpados caídos, dificultades para hablar, deglutir, con sequedad en la boca, la debilidad muscular comienza en los hombros desciende por el cuerpo, luego la parálisis de los músculos respiratorios ocasiona la muerte, el botulismo no se propaga de una persona a otra, porque es un veneno estomacal, esta toxina es una arma biológica predilecta no sólo por que es una de las sustancias más tóxicas que se conocen, y es relativamente fácil de producir y transportar, además, las personas intoxicadas necesitan cuidados intensivos por tiempo prolongado, se sospecha que varios países del primer mundo y algunos del tercero la desarrollan para su arsenal biológico (2, 6).

    c) Peste.

    Es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Pasteurella pestis, los primeros síntomas de la peste neumónica son: fiebre, dolor de cabeza, debilidad y tos, luego se produce una septicemia, a menos que se administren antibióticos, la muerte es inevitable y rápida, la enfermedad se transmite de persona a persona a través de gotitas de saliva, en el siglo XIV la peste mató en China en cinco años a unos trece millones de personas y en Europa entre veinte y treinta millones, durante las décadas de 1950 y 1960, tanto EUA como la ex Unión Soviética desarrollaron técnicas para propagar la peste neumónica, hoy se cree que miles de microbiólogos contribuyen a convertir esta enfermedad en un arma biológica (5).

    d) Viruela.

    Esta enfermedad infecciosa es causada por un virus, los primeros síntomas son: fiebre alta, fatiga, dolores de cabeza y espalda, después aparecen dolorosas ampollas que se llenan de pus, un tercio de las víctimas muere, la viruela fue erradicada en 1977, aunque su vacunación habitual cesó a mediados de la década de 1970, en los países del primer mundo se desconoce si las personas vacunadas de entonces, poseen inmunidad o no, no existe tratamiento eficaz probado contra la enfermedad; la viruela se transmite de persona a persona a través de saliva, la ropa de cama contaminada propaga el virus, en 1980 la Unión Soviética logró un exitoso programa para producir el virus de la viruela y adaptarlo para su lanzamiento con misiles balísticos intercontinentales, además intentó desarrollar viruela que es más infecciosa y patogénica (1, 4).

    La sofisticación para eliminar a un enemigo en la guerra es más sutil con el tiempo, así las armas biológicas parecen una moda actual, aunque en realidad la humanidad las empleó desde sus orígenes, evidencias durante las cruzadas señalan que ejércitos cristianos lanzaban cabezas de soldados turcos muertos por peste bubónica o negra para causar epidemias entre las tropas turcas, se cree que esta enfermedad originaria en Asia se extendió desde ahí todo mundo por acciones como la que se describió. Posteriormente en Italia se registró que dos reinos en conflicto, uno en estado de sitio y otro como sitiador pelearon por meses, hasta que un día uno de los soldados del ejército sitiador, le comunicó al comandante responsable del sitio, que a pocos kilómetros del lugar, había peste negra, el comandante pensó un momento y luego le ordenó que con cuidado trajera un par de cadáveres de ese lugar a la zona del sitio, cuando los soldados llevaron los cadáveres, los colocaron sobre las catapultas y los lanzaron sobre las murallas del castillo, luego el comandante agregó: "aléjense y esperen", dos semanas después las puertas del castillo se abrieron y dos hombres en agonía aparecieron, el comandante ordenó: "sin tocarlos mátenlos, quemen todo en el castillo y tómenlo".

    En 1700, un comandante inglés envió cientos de cobijas contaminadas con viruela provenientes de un hospital cercano como regalo para un grupo de naciones indias, el resultado fue una epidemia que prácticamente los exterminó, con ello la conquista de sus tierras fue sencilla.

    Un hecho similar sucedió durante la conquista del imperio azteca con la introducción de la viruela por Veracruz, México, que no sólo acabó con esta civilización precolombina. También elimino a la población nativa cubana y peruana en el imperio inca (4) y facilitó la conquista de América.

    Entre 1939 y 1945, los japoneses tuvieron una unidad conocida como 730, en la cual desarrollaron investigación sobre enfermedades infecciosas como: cólera, peste, fiebre amarilla etc., para buscar formas de dispersión eficaces, realizaron experimentación con prisioneros chinos, australianos, filipinos e ingleses, que capturaron durante su dominio en el pacífico, el resultado fue diversas estrategias para transportar enfermedades desde el pacífico hasta costas del oeste de Norteamérica mediante globos de hidrógeno que a 11,000 metros de altura alcanzaron las corrientes del aire continental y en un promedio de 86 horas los transportaron hasta las costas de ese país, estos globos contenían perlas de cerámica que en su interior transportaban pulgas infectadas con la bacteria de la peste bubónica, afortunadamente estos globos en su mayoría explotaron durante el viaje, mientras que unos pocos al aterrizar en EUA causaron la muerte de una familia de 5 miembros simultáneamente, y aunque la explosión de los globos mató las pulgas, demostró que es posible trasladar una enfermedad desde un continente a otro.

    Al concluir la segunda guerra mundial con la rendición de Japón, los norteamericanos negociaron la libertad y la inmunidad de los miembros de la unidad 730, a cambio de la información obtenida durante los primeros 3 años de investigación, desde entonces gobiernos del primer mundo mejoran sus armas biológicas con arsenales de bacterias y virus de un alto grado virulencia. Información reciente revelada por agencias de salud pública internacionales indican que las armas biológicas son una parte importante de arsenales bélicos, incluso en países en extrema pobreza como los africanos (5)..

    Por lo anterior, la Organización Mundial de la Salud, reconoce la creciente amenaza de las armas biológicas para provocar epidemias que se propaguen a escala internacional, los países del primer mundo están en peligro potencial, la diseminación de patógenos como la viruela, peste y ántrax puede ser catastrófica, no sólo por la enfermedad y muerte que causarían, también por el pánico que generarían (5).

    A diferencia de las bombas y gases neurotóxicos, las biológicas son sutiles, el periodo de incubación de la enfermedad hace que pocas personas ingresen en hospitales, los síntomas desconciertan a los médicos, cuando los profesionales de la salud se dan cuenta de lo que sucede, ciudades enteras reportan una verdadera epidemia.

    Si actualmente se libera el virus de la viruela, la mayor parte de la población mundial estaría indefensa, pues el índice de mortalidad que ocasiona del 30%, podría matar dos mil millones de personas.

    III. Conclusión

    Es evidente la necesidad de establecer conciencia y consenso entre los gobiernos del mundo para evitar el empleo de armas biológicas, no sólo mediante una verdadera educación en pro de la vida, por el espeto a los derechos humanos, así como la justa repartición de la riqueza podrían minimizar el riesgo de una guerra biológica de pronóstico reservado para el futuro de la humanidad.

    Dedicatoria: A los miembros de la operación "white coat" de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que ofrecieron sus vidas voluntariamente para encontrar cura para algunas de las enfermedades aquí descritas. A Maria del Rosario, Esthela Mercedes Julieta Sanchez Y, por su ejemplo de lucha y superación personal y humano.

    IV. Bibliografía

    1. Atlas, K.M. 2000. Many faces-many microbes. American Society for Microbiology. Herndon, VA. U.S.A. pp:10-25.

    2. Gilligan, P.H., Smiley, L.M. and Shapiro D.S.1997. Cases in medical microbiology and infectarious diseases. 2° ed. American Society for Microbiology. Herndon. VA U.S.A. pp:6-12, 20-35.

    3. Sánchez-Yáñez J. M., Farías-Rodríguez R. y Velazco-Mendoza M.2002. El impacto de la viruela en la conquista de México. CUATRO VIENTOS 32:20-24.

    4. Rosenberg, E. 1999. Microbial ecology and infectious disease. America Society for Microbiology. Herndon. VA. U.SA pp:10-35.

    5. Organización Panamericana de la Salud. Organización Mundial de la Salud .200. 126. a Sesion del Comité Ejecutivo. Washington,.D.C. E.U.A: pp:3-16

    6. Trujillo-Arriaga, F.J. 2005. Inocuidad alimentaria: Pasado, Presente, Futuro. Cuautitlan2.unam.mx/30inocuidad-alimentaria.htm.

    7. Seefoó, J.L. 2005. La calidad es nuestra la intoxicación….de usted!!!: Atribuciones de la responsabilidad en la intoxicaciones por plaguicidas agrícolas. Zamora, Michoacán, 1997-2001. El Colegio de Michoacán. CONACYT. publica[arroba]colmich.edu.mx

     

    Juan Manuel Sánchez-Yáñez

    Laboratorio de Microbiología Ambiental. Instituto de Investigaciones Químico Biológicas.

    Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Mich. México