Plan estratégico para la atención de la persona adulta
Enviado por Ing.Licdo. Yunior Andrés Castillo S.
- Presentación
- Introducción
- Enfoque estratégico del plan
- Situación de las personas adultas mayores
- Resultados de la consulta de opinión a las personas adultas mayores
- Lineamientos del plan estratégico nacional
- Plan de acción
- Bibliografía
- Agradecimientos
El envejecimiento de la población es uno de los temas prioritarios del desarrollo social en el siglo XXI. La disminución de los niveles de mortalidad y el descenso de la fecundidad han permitido que una porción considerable de la población viva hasta una edad avanzada. Por ello, no debe extrañar que el envejecimiento, en virtud de los cambios sociales, económicos, culturales y políticos, despierte un interés creciente en el país y en la comunidad internacional.
Este proceso de transición que está ocurriendo aceleradamente en países como Costa Rica, provoca que la estructura de edades de la población esté perdiendo su forma estrictamente triangular, debido al incremento de la proporción de personas de edades avanzadas y a la disminución relativa de la población menor de 15 años.
Dicha tendencia hacia la longevidad se vislumbra como un fenómeno progresivo que llevaría, en el caso costarricense, a triplicar la población adulta mayor en un lapso de tres décadas. De esta manera; mientras en 1999 la población de 60 años y más, abarcaba un 7.9% de la totalidad de los habitantes; se estima que para el año 2030, este grupo social estará conformado por un 18.5% de la población total.
Esto permite observar que es una población adulta mayor que además de crecer aceleradamente en número, tiene y va a tener aún más, una larga vida, lo que generará una importante demanda de servicios.
Si bien, en el pasado se debía dedicar la mayor parte de los recursos para la atención de la salud de las personas en sus primeros años de vida; en el presente y en el futuro, sin desatender a éstos, hay que pensar en este grupo poblacional que crecerá en el tiempo.
El proceso de envejecimiento en nuestro país es un auténtico reto que plantea la necesidad de nuevas respuestas, con el fin de propiciar un envejecimiento y una vejez con calidad.
Como lo señalan la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, hay que entender el envejecimiento como una etapa del desarrollo humano y como un proceso que envuelve factores de índole biológica, psicológica y sociocultural. Esto obliga a tomar en cuenta las características de cada grupo de la población, de acuerdo con el contexto histórico en que se desenvuelve.
En razón de lo anterior, y basados en lo establecido en la Segunda Asamblea Mundial de Envejecimiento señalado en el Plan de Acción de Madrid y en la Estrategia Regional de Implementación para América Latina y el Caribe del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento, es que desde el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor hemos realizado estrategias conjuntas y articuladas con el fin de propiciar un envejecimiento con calidad de vida, fomentando la autonomía y la participación activa de las personas adultas mayores en su entorno. Dichas estrategias las presentamos en este "Plan Estratégico Nacional para la Atención de la Persona Adulta Mayor 2006-2012", el cual favorecerá el respeto irrestricto a los derechos de las personas adultas mayores tomando en cuenta la dignidad y la justicia en el más amplio sentido de la palabra Dr. Fernando Morales Martínez PRESIDENTE JUNTA RECTORA CONSEJO NACIONAL DE LA PERSONA ADULTA MAYOR
En el mes de noviembre de 1999, la Asamblea Legislativa de Costa Rica aprobó la promulgación de la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor, No. 7935, con el fin de garantizar el cumplimiento de los derechos y beneficios de este sector de la población.
En la Ley se crea el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor, (CONAPAM), como ente rector en materia de envejecimiento y vejez, encargado de formular las políticas y los planes nacionales que garanticen condiciones favorables para la población adulta mayor del país. El CONAPAM es un órgano de desconcentración máxima, adscrito a la Presidencia de la República, con personalidad jurídica instrumental para cumplir con los fines y las funciones establecidas en la Ley; esta dirigido por una Junta Rectora integrado por los siguientes miembros: El Presidente de la República o su representante, quien la presidirá; el Ministro o Viceministro de Salud; el Ministro o Viceministro de Educación Pública; el Ministro o Viceministro de Trabajo y Seguridad Social; el Presidente Ejecutivo de la Junta de Protección Social de San José; el Presidente Ejecutivo del Instituto Mixto de Ayuda Social; el Presidente Ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social; un representante de las universidades estatales, electo por el Consejo Nacional de Rectores; un representante de la Asociación Gerontológica Costarricense; un representante de las asociaciones de pensionados; un representante de la Federación Cruzada Nacional de Protección al Anciano. El CONAPAM cuenta con un Sistema Nacional Técnico de Apoyo para la Atención Integral de la Persona Adulta Mayor, (SINATEC), conformado por las personas que tengan a cargo las acciones programáticas relativas a las personas adultas mayores en las diferentes instituciones. La Junta Rectora del CONAPAM es asesorada por un Consejo de Notables constituido por personas que han participado activamente y cuentan con amplia experiencia en los temas de envejecimiento y vejez. Poseen una clara identificación con las personas adultas mayores, así como un compromiso genuino para trabajar en favor de la defensa de los derechos de este grupo de la población. En el año 2000, con el apoyo técnico del Fondo de Población de las Naciones Unidas, (UNFPA), y del SINATEC, la Junta Rectora del CONAPAM aprobó el primer "Plan Estratégico Nacional para la Atención de la Persona Adulta Mayor 2001-2005" y el "Plan de Acción 2001-2005", con el fin de orientar el trabajo del CONAPAM en sus esfuerzos por lograr que las personas adultas mayores disfruten de una mejor calidad de vida, contando para ello con la solidaridad y el apoyo del resto de las instituciones y las/os ciudadanos costarricenses. Tomando en cuenta la experiencia acumulada por el CONAPAM, -desde su creación a la fecha- y los cambios que han tenido lugar en el ámbito nacional, económico, social e institucional, se consideró importante hacer una revisión crítica del trabajo realizado y, a partir de esa revisión, proyectar el trabajo del CONAPAM para los próximos años. Con tal fin, se acordó la elaboración de un nuevo Plan Estratégico Nacional para la Atención de la Persona Adulta Mayor 2006-2012.
Para la elaboración de este nuevo Plan, se nombró una Comisión Coordinadora (CC) como la responsable de preparar y conducir este proceso, el cual dio inicio en el mes de abril del 2005 y concluyó en el mes de febrero de 2006. La expectativa es que el "Plan Estratégico Nacional para la Atención de la Persona Adulta Mayor 2006-2012", se constituya en un instrumento para el bienestar y el ejercicio de los derechos de las personas adultas mayores de nuestro país.
Este documento fue sometido al conocimiento y aprobación de la Junta Rectora del CONAPAM, como órgano de máxima autoridad con respecto a la atención de las personas adultas mayores, en sesión ordinaria Nº 140, celebrada el lunes 24 de abril de 2006.
1. Enfoque estratégico del plan
1.1 Marco conceptual El envejecimiento se concibe como un proceso universal que dura toda la vida y por el cual atraviesan todos los seres humanos. Pese a que se reconoce la universalidad del fenómeno, se entiende que no es un proceso uniforme sino más bien diferenciado, en la medida de que todas las personas envejecen de manera diferente, de acuerdo con factores físicos, psicológicos, económicos, sociales y culturales específicos. La conceptualización del envejecimiento como un proceso multidimensional, estrechamente determinado por las características del contexto histórico social-cutural particular en que se produce, obliga a que las políticas estatales de atención a este sector poblacional deban partir de una calificación amplia e integral del problema, que reconozca los diferentes aspectos involucrados. El reconocimiento de este tipo de relaciones es lo que ha posibilitado, por ejemplo, el desarrollo de enfoques como el de "políticas saludables" de la Organización Panamericana de la Salud.
A partir de estos elementos, se señalan como principios que deben regir la atención de las personas adultas mayores, los siguientes:
Atención integral (acceso a servicios que les aseguren mayores niveles de bienestar).
Realización personal (oportunidad para desarrollar plenamente su potencial, sus capacidades y habilidades de acuerdo con sus preferencias personales).
Independencia (mantener su independencia mediante el equilibrio entre el bienestar físico, intelectual, social, emocional, mental y espiritual que les permita desenvolverse por sí mismas).
Igualdad de oportunidades (no podrán ser discriminadas en ninguna situación por razones de edad).
Dignidad (derecho a vivir con dignidad y seguridad, ser tratadas con respeto y consideración y verse libres de explotaciones y de malos tratos, físicos o mentales).
Participación (derecho a participar en la vida social, económica, política, educativa, cultural, deportiva y recreacional del país)
Permanencia en el núcleo familiar y comunitario (derecho a permanecer integradas a su familia y a la comunidad, participando activamente en las decisiones que afectan su bienestar).
En nuestro país, en el año 1999, se publica la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor, No 7935, que propone un enfoque centrado en el reconocimiento de los derechos de las personas adultas mayores, con el propósito de garantizarles una vejez con calidad.
En el ámbito internacional, en el año 2002, fueron aprobados por la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento y la Declaración Política. El Plan de Acción constituye la base para la formulación de políticas y acciones a favor de las personas adultas mayores en tres áreas prioritarias: Las personas de edad y el desarrollo, el fomento de la salud y el bienestar en la vejez y la creación de un entorno propicio y favorable. Por su parte, en la declaración política se establecen los compromisos de los gobiernos para responder a los desafíos que plantea el envejecimiento a las formas de organización social, económica y cultural. Otro documento a tomar en cuenta para guiar la formulación de las políticas en nuestro país son los acuerdos tomados por los países participantes en la Conferencia Regional Intergubernamental sobre el Envejecimiento, celebrada en Chile, 2003. El resultado de la Conferencia fue la Estrategia Regional de Implementación para América Latina y el Caribe del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre Envejecimiento La Estrategia Regional de Implementación para América Latina y el Caribe del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre Envejecimiento, como lo ha señalado el Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, plantea metas, objetivos y recomendaciones para la acción a favor de las personas adultas mayores en cada una de las tres áreas prioritarias acordadas en Madrid. Representa un marco de referencia regional que los países deben adaptar a sus realidades nacionales con el fin de responder eficazmente a las necesidades e intereses de las personas adultas mayores, propiciando la creación de condiciones que favorezcan un envejecimiento individual y colectivo con seguridad y dignidad. Este conjunto de aspectos han servido de base para la formulación del presente Plan Estratégico, en el marco de la nueva política de atención integral de las personas adultas mayores.
1.2 Significado y alcances de la planificación estratégica La planificación estratégica se refiere a una modalidad particular de planificación que numerosas instituciones públicas y privadas, han venido desarrollando en las últimas décadas, con el propósito de poder proyectar de manera más consistente, objetiva y crítica su quehacer, buscando con ello superar las limitaciones que metodologías de planificación anteriores presentaban. Algunas de esas limitaciones se referían a aspectos como los siguientes: Se trataba de metodologías que no consideraban suficientemente el entorno cambiante en que se desenvuelve la institución y cómo éste condicionaba su desarrollo; la escasa o nula participación de los diversos actores interesados dentro del proceso de planificación; la no consideración de la influencia de factores internos o externos en la definición de los resultados y las metas; la carencia de una visión de largo plazo, estratégica; y/o la ausencia de indicadores de resultados e impactos, claros y precisos.
La planificación estratégica es caracterizada como "un proceso que permite a los dirigentes de una organización tomar decisiones sobre las mayores orientaciones de ésta, desde su misión hasta sus planes, tomando en cuenta entre otros aspectos: – los cambios del ambiente, – las capacidades institucionales y – los valores de los dirigentes" (Gestión Norsud, 1993: 165). Para la Fundación Acceso, "la planificación estratégica brinda instrumentos que nos orientan a conseguir resultados deseables y posibles" (Acceso, s.f.: 4), partiendo del análisis de las situaciones y contextos que condicionan nuestro quehacer. Para el CONAPAM, la elaboración del primer Plan Estratégico Nacional 2002-2005, -a raíz de la promulgación de la Ley No. 7935, Ley Integral para la Personal Adulta Mayor-, fue una oportunidad importante porque permitió plasmar en un solo documento, por primera vez en el país, las líneas estratégicas y acciones nacionales a favor de las personas adultas mayores, así como la posibilidad de unir los esfuerzos de diferentes instituciones públicas, organismos privados y la sociedad en general. No obstante, un balance crítico de los avances y resultados de este primer Plan, reveló que fue muy poco lo que realmente se logró llevar a cabo, por diversos factores, entre los cuales cabe mencionar lo ambicioso y general de las acciones propuestas; la ausencia clara del aporte de cada institución para el cumplimiento de lo propuesto y; sobre todo, la ausencia de instrumentos de seguimiento y evaluación. Este segundo Plan Estratégico Nacional 2006-2012, permite una mayor proyección y vigencia a las acciones propuestas. Además, la idea es que lo propuesto en este Plan logre insertarse en el Plan Nacional de Desarrollo, con el fin de asegurar su cumplimiento y articulación con el resto de las políticas nacionales, así como que se disponga de mecanismos e instrumentos de seguimiento y evaluación que aseguren su cumplimiento. 1.3 Metodología La elaboración del presente Plan Estratégico conllevó el diseño de una metodología por parte de la CC. La primera acción que se llevó a cabo fue la integración de la CC, con miembros de la Junta Rectora, del Consejo de Notables, del SINATEC, personal administrativo del CONAPAM y el apoyo técnico de un consultor del UNFPA. Las primeras dos tareas de la CC fueron: El diseño del proceso de elaboración del Plan Estratégico y el diseño del Plan de Trabajo. Ambos temas fueron conocidos y aprobados en una de las primeras sesiones de la CC. De acuerdo con el Plan de Trabajo, el proceso inicio con la elaboración de un diagnóstico de la situación de las personas adultas mayores que incluyó varios componentes:
Un análisis de las principales tendencias socio-demográficas en relación con la población adulta mayor, a nivel internacional y de Costa Rica.
Una caracterización de la situación social y económica de las personas adultas mayores en Costa Rica, así como un señalamiento de los principales desafíos que se derivan de ese análisis para las entidades que trabajan con las personas adultas mayores y la sociedad costarricense en general.
Un proceso de consulta con diversos actores relevantes (expertos en el tema de envejecimiento y vejez, instituciones responsables, organizaciones sociales, personas adultas mayores) para obtener sus puntos de vista con respecto a los problemas específicos que afectan a la población adulta mayor.
La información recolectada en esta etapa de diagnóstico se sistematizó y sirvió de base para redactar un primer documento. Posteriormente, el proceso se subdividió en dos momentos o fases: Por un lado, se llevó a cabo un proceso de evaluación con los representantes del SINATEC de los avances y resultados del primer Plan Estratégico ejecutado por el CONAPAM, para lo cual se llevó a cabo un taller en donde se hizo un análisis de cada uno de los componentes y resultados planificados. Por otro lado, se llevó a cabo un proceso de consulta con personas adultas mayores, para obtener su opinión sobre su situación económico-social y necesidades más sentidas. Esta parte del proceso fue sumamente importante, ya que contribuyó a precisar mejor los aspectos esenciales que debía contemplar el Plan. Esta consulta no se planteó como un estudio estadísticamente representativo, sino como un trabajo de tipo cualitativo, que permitiría, mediante la técnica de entrevista, captar con cierto detalle las percepciones de las personas adultas mayores, sobre temas considerados clave para el proceso de elaboración del Plan Estratégico Nacional.
Con esta finalidad, se recogió información correspondiente a condiciones de vida diversas, por lo que se seleccionaron grupos de distintos estratos sociales y zonas geográficas, así como a grupos de personas adultas mayores institucionalizados, (residentes en un hogar o centro diurno), y no institucionalizados.
Los mecanismos empleados para establecer contacto con los grupos de personas adultas mayores, fueron los siguientes:
Se coordinó con los clubes de AGECO de diversas comunidades, para efectuar la entrevista uno de los días de reunión del club.
Se coordinó con las instituciones que atienden a población adulta mayor, afiliadas a FECRUNAPA (hogares y centros diurnos) para entrevistar grupos de beneficiarios.
Se logró establecer contacto con organizaciones sociales y grupos religiosos que no trabajan específicamente con personas adultas mayores pero que cuentan con algunas de ellas entre sus miembros, con las cuales se realizó la entrevista.
Con respecto a la técnica de entrevista utilizada, ésta consistió fundamentalmente en realizar preguntas abiertas, a partir de las cuales las personas entrevistadas expresaron sus opiniones[1] Una vez concluida la etapa de diagnóstico, se elaboró la propuesta de líneas estratégicas y componentes del Plan, así como para hacer un trabajo de revisión y actualización de la misión y visión del CONAPAM. Posteriormente, en un taller con miembros del SINATEC, se hizo un trabajo de revisión de esta propuesta y de elaboración de resultados, indicadores, actividades y responsables para cada una de los componentes y líneas estratégicas priorizadas. En este proceso se incluyeron las observaciones y sugerencias formuladas por las personas adultas mayores, en el proceso de consulta. De esta manera, se garantizó que sus puntos de vista quedaran debidamente recogidos.
Elaborado el Plan Estratégico Nacional 2006-2012, se llevó a cabo un proceso de validación con los diferentes grupos de adultos mayores que habían sido consultados en la etapa diagnóstica. La metodología empleada en este proceso fue la siguiente: En la etapa de validación, se consultó nuevamente a los grupos de personas adultas mayores que habían sido entrevistados con anterioridad. Esto se hizo mediante "talleres de validación", que se desarrollaron mediante tres pasos: en primer lugar se presentó a los grupos una síntesis de las opiniones expresadas por ellos en la entrevista anterior; en segundo lugar el contenido del documento de Plan Estratégico Nacional, especialmente la priorización de líneas estratégicas realizada y el Plan de Acción; y en tercer lugar se les solicitó que, teniendo en cuenta la información presentada, valoraran si el Plan Estratégico elaborado respondía a las necesidades y problemas que habían sido planteados por ellos.
Durante la discusión generada en estos talleres, se trató de registrar la valoración general de las personas entrevistadas sobre el Plan, y de precisar también aspectos específicos del mismo que, según su opinión, requirieran ser modificados o aclarados. Concluida la etapa de consulta, se procedió a la elaboración del documento final de Plan Estratégico Nacional preliminar y, posteriormente, a la discusión y análisis del documento por parte de la CC. Una vez revisado, el documento fue presentado a consideración de la Junta Rectora del CONAPAM para su discusión y aprobación final.
2. Situación de las personas adultas mayores
2.1 Transición demográfica El proceso de transición demográfica mundial en el siglo XX se convirtió en una verdadera revolución. La esperanza media de vida al nacer pasó de 46 años en 1950 a 66 años en el año 2002 y se prevé que para el 2050, ésta haya aumentado en 10 años más (ONU, 2002: 5-6). Este rápido crecimiento en la esperanza de vida de la población mundial, explica que el número de personas mayores de 60 años en el año 2000, pasó a ser de alrededor de 600 millones y que en el año 2050, según proyecciones oficiales, llegará a ser de casi 2.000 millones. Esto significa que la población adulta mayor en el mundo, pasará de un 10% en 1998 a un 15% en el 2025. El grupo de personas adultas mayores que crece más rápidamente es el de los que tienen 80 años de edad o más. En el año 2000, su número llegó a 70 millones y se proyecta que en los próximos 50 años esa cifra aumentará más de cinco veces. En cuanto a los países en vías de desarrollo, se prevé que la población adulta mayor se cuadruplicará en los próximos 50 años. Por ejemplo, según el Informe de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, realizada en Madrid por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Asia y América Latina, la población adulta pasará de un 8% en 1998 a un 15% en el 2025. En Europa se percibe un aumento en la población denominada de edad, de 20% al 28% en 1998, y en América del Norte del 16% al 26%. Además, algunos países desarrollados para el 2050 tendrán el doble de personas de edad que de niños. En razón de lo expuesto, en el siglo XXI, el envejecimiento de la población se ha convertido en uno de los temas prioritarios para todos los países del mundo. Estas tendencias al envejecimiento de la población mundial suponen la adopción de medidas por parte de los países, para poder hacer frente a este nuevo desafío. Este sector poblacional tiene necesidades económicas y sociales específicas que tendrán que atenderse; la cobertura y sostenibilidad de los sistemas de pensiones deberán revisarse; y por último, las sociedades deberán prepararse para aprender a obtener el mayor provecho social, cultural y humano de esta nueva oportunidad que se le plantea.
2.2 Características socio-demográficas de las personas adultas mayores en Costa Rica El Censo del 2000 determina que en Costa Rica hay 213.332 personas mayores de 65 o más años, de las cuales el 47. 22% son hombres (100.744) y el 52. 78% (112.588) son mujeres. La distribución por zona de residencia es la siguiente: 64.19% (136.934) adultos mayores viven en el área urbana y el 35.81% (76.398) residen en el área rural. Finalmente, la población adulta mayor representa el 8.1% del total de habitantes de nuestro país. (Censo 2000) Estos datos demuestran que en los últimos años, en Costa Rica, disminuyó drásticamente la fecundidad y se redujo la mortalidad, lo cual conduce a un aumento de las personas de mayor edad. Las consecuencias de esta evolución demográfica son claras. Según estimaciones del Centro Centroamericano de Población, (CCP), de la Universidad de Costa Rica, las y los costarricenses nacidos durante la década de 1960, entrarán en su sexta década para el 2020, lo cual tendrá un impacto muy significativo en los sistemas de salud y de jubilación. Más recientemente, la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (INEC, Julio del 2002), muestra datos significativos, como el hecho de que hay 338.506 personas mayores de 60 años[2]de este total, 158.049 son hombres y 180.457 son mujeres. Esta misma encuesta muestra que 46.311 personas de 60 años o más, pertenecientes a zona urbana, están ocupadas y 1.288 personas están desocupadas. En cuanto a la zona rural, 34.532 personas de 60 años o más están ocupados y 499 personas están desocupadas; asimismo, el 27% (80.843 personas) pertenecen a la Población Económicamente Activa (PEA) y, de este total, 64.007 son hombres y 16.836 son mujeres, lo cual muestra una considerable cantidad de personas que se encuentran en estos rangos de edad que por diferentes motivos continúan laborando. Esta misma encuesta muestra que hay 79.578 personas de 65 años o más, que están pensionadas o jubiladas (46.876 son hombres y 32.702 son mujeres). Estimaciones realizadas por el INEC, señalan que en el 2025 el porcentaje de personas adultas mayores alcanzará un 14% del total de la población, es decir, una de cada siete personas tendrá más de 65 años. El aumento es producto del incremento paulatino de la esperanza de vida en los costarricenses. Esta misma fuente señala que la esperanza de vida promedio en la población costarricense alcanza los 78 años de edad.
En cuanto al crecimiento poblacional a nivel de cantones, el mayor envejecimiento de su población en el 2000, lo presentan: San Mateo, Montes de Oca, Nicoya, Santa Cruz y San José. Los cantones con el menor porcentaje de personas mayores son: Sarapiquí, Garabito, Talamanca, Pococí y Matina. Sin embargo, la presencia de diversos fenómenos sociales como las migraciones internas, están llevando a una reducción progresiva o aceleramiento del envejecimiento demográfico en algunas regiones del país. El CCP argumenta que las poblaciones jóvenes son las que tienden a migrar más. Por ejemplo, se estima un mayor envejecimiento de la población en cantones rurales de expulsión o salida como Nandayure y Hojancha, y un menor envejecimiento en cantones receptores de inmigrantes, como por ejemplo Guácimo y Bagaces en lo que es zona rural y La Unión y Alajuelita en zonas urbanas. Cabe destacar que la provincia de San José es la que tiene la mayor cantidad de población adulta mayor, con 50.438 personas. A nivel de todo el país, el cantón central es el que alberga la mayor cantidad de personas entre los 65 y 74 años, en total son 14.040 personas. (Censo 2000) La Encuesta de Hogares de Julio del 2004 muestra el nivel de pobreza de la población de 65 años y más. De acuerdo a esta Encuesta, 16.962 personas adultas mayores están en condición de extrema pobreza y 48.766 no satisfacen sus necesidades básicas; es decir, el porcentaje de las personas adultas mayores que se encuentran en extrema pobreza y los que no satisfacen sus necesidades básicas ascienden al 26.39%, lo que refleja una categoría considerable con condiciones socioeconómicas adversas.
En cuanto a las diferencias entre géneros, están en condición de extrema pobreza 8.257 hombres y 8.705 mujeres, y en cuanto a los que no satisfacen sus necesidades básicas, 23.496 son hombres y 25.270 son mujeres. Para un total de 31.753 hombres en estas condiciones, y en el caso de las mujeres hay 33.975 en las mismas circunstancias. En lo que respecta a la cobertura actual del sistema de pensiones, el Estado de la Nación expone que en Costa Rica una gran cantidad de personas llegan a la edad adulta y no son parte de algún régimen de pensiones vigente, es decir, una de cada dos personas laboralmente activa está excluida de este beneficio. (PNUD, 1999: 86). Dentro del contexto de los regímenes de pensiones, destaca el hecho, de que a junio de 2005, 93.202 personas se encuentran pensionadas bajo el Régimen No Contributivo de la Caja Costarricense de Seguro Social. A esa fecha, 6.041 personas adultas mayores eran jefes de familia y 41.890 eran personas adultas mayores solas. El monto de la pensión que recibían a la misma fecha era de ¢15.971. (Boletín Estadístico Mensual, RNC, junio, 2005).
3. Resultados de la consulta de opinión a las personas adultas mayores
Como parte del proceso de elaboración del Plan Estratégico Nacional para la Atención de la Persona Adulta Mayor 2006-2012, se llevó a cabo un proceso de consulta a las personas adultas mayores, con el propósito de contar con información actualizada y de primera mano acerca de su situación, problemas y necesidades. Los objetivos que se le definieron a esta consulta, fueron los siguientes:
Establecer los problemas y las necesidades que las personas adultas mayores entrevistadas de Costa Rica reconocen enfrentar, tomando en cuenta su condición socioeconómica (estratos sociales) y región del país en donde residen. Además, priorizar necesidades de atención de las personas adultas mayores de Costa Rica, a partir de la consulta realizada.
La metodología que se utilizó[3]consistió en la realización de entrevistas colectivas a grupos de entre seis y ocho personas adultas mayores, conformados de la manera más homogénea posible, en cuanto a la zona de residencia y estrato social de los integrantes de cada grupo[4]En total, se entrevistaron quince grupos de adultos mayores, de los cuales cuatro corresponden a un estrato social bajo, siete a un estrato social medio y cuatro a un estrato social alto. A continuación se presentan los principales resultados obtenidos de la consulta, ordenados de acuerdo con las preguntas utilizadas en la entrevista.
3.1 Ser una persona adulta mayor: Una experiencia ambivalente La condición de persona adulta mayor es percibida de manera ambivalente por las/los entrevistadas/os, pues aunque se valora positivamente algunos aspectos de esta condición, también se considera el ser una persona adulta mayor, como una experiencia difícil y problemática.
En ninguno de los grupos entrevistados se logró formular una valoración decididamente favorable o desfavorable sobre la experiencia de ser una persona adulta mayor. Invariablemente, las/los entrevistados señalaron tanto aspectos positivos, como negativos. El siguiente cuadro ilustra esas dos facetas de la experiencia de ser una persona adulta mayor, con algunas expresiones extraídas de las entrevistas:
Tabla No. 1: ¿Qué significa ser una persona adulta mayor?
Fuente: Elaboración propia a partir del resultado de la consulta a la población adulta mayor (CONAPAM, Enero 2006).
Como se observa, las/los entrevistados describen la condición de personas adultas mayores, tanto en términos de autorrealización, de satisfacción y de beneficios derivados de esa condición, como de pérdida de autonomía y de limitación.
3.2 Principales necesidades de las personas adultas mayores El siguiente cuadro presenta las necesidades de las personas adultas mayores, señaladas como las más importantes en todos los grupos entrevistados y la frecuencia con la que éstas fueron mencionadas.
Tabla No. 2: Principales necesidades de las personas adultas mayores
Fuente: Elaboración propia a partir del resultado de la consulta a la población adulta mayor (CONAPAM, Enero 2006).
Como puede observarse, las principales necesidades mencionadas tienen que ver sobre todo con el ámbito de las relaciones familiares y personales; la calidad de la interacción con la familia, la posibilidad de compartir con otras personas de la comunidad mediante distintos espacios de socialización y de actividades de recreación, son percibidas por las personas adultas mayores como las necesidades esenciales para su bienestar. Igualmente aparece relevado el tema de la autonomía, expresada como la posibilidad de tomar decisiones propias, que está también muy vinculado con las características de las relaciones familiares de las personas adultas mayores.
Luego aparecen señaladas las necesidades que tienen que ver con los ingresos y la satisfacción de las necesidades materiales, tales como el contar con una pensión que permita cubrir esas necesidades, o con el apoyo de los hijos desde el punto de vista económico.
Con la misma frecuencia fueron mencionadas también las necesidades de asistir a actividades de tipo religioso o espiritual y de recibir ayuda para la realización de las actividades de cuidado personal y de la salud. Esta última se encuentra asociada también al ámbito de las relaciones familiares. También con igual frecuencia se señaló el transporte como una necesidad de las personas adultas mayores, y se especificaron una serie de problemas relacionados sobre todo con el sistema de tiquetes mediante el cual ha venido operando el subsidio al transporte en autobús de estas personas. Se señaló, especialmente el maltrato de parte de los conductores de los autobuses y la dificultad de tener que acudir a retirar los tiquetes con frecuencia, en vez de que les fuesen entregados para un período más largo.
Se menciona con menor frecuencia la salud como una necesidad, lo cual podría indicar que la atención de la misma es un área en la que se experimentan menos carencias. También se señalan, con menor frecuencia, la vivienda y el contar con servicios y tarifas preferenciales, y en último término el que existan hogares y albergues disponibles para las personas adultas mayores que no puedan vivir con algún miembro de su familia, o como fue expresado en algunos casos, que prefieran no hacerlo.
Es importante destacar que, entre las necesidades anteriores, algunas fueron señaladas con mayor énfasis entre los grupos residentes fuera del área metropolitana y otras entre los grupos correspondientes al área metropolitana, o bien fueron expresadas con variantes entre una y otra zona. Así, aunque todos los grupos entrevistados comparten las necesidades señaladas en el cuadro anterior, de acuerdo con la zona de residencia encontramos las siguientes particularidades:
Tabla No. 3: Necesidades de las personas adultas mayores específicas, según la zona de residencia
Fuente: Elaboración propia a partir del resultado de la consulta a la población adulta mayor (CONAPAM, Enero 2006).
En las zonas ubicadas dentro del Área Metropolitana, el tema del transporte se encuentra asociado a los problemas con el uso de tiquetes de autobús y con el traslado en taxis. Con respecto a estos últimos, algunas personas entrevistadas expresaron la necesidad de que se establezca algún tipo de subsidio, pues les resulta prácticamente imposible subir y bajar de los autobuses, por lo que deben utilizar taxis con mucha frecuencia.
En las zonas ubicadas fuera del Área Metropolitana, el problema del transporte se relacionó especialmente con la dificultad para acudir a citas médicas en hospitales relativamente distantes de su comunidad. Aunque estas citas suelen ser espaciadas a lo largo del tiempo, el viaje en autobús resulta cansado por tratarse de una distancia mayor, y el costo es más alto porque además generalmente necesitan de un acompañante.
Además, fuera del Área Metropolitana, al tema del transporte no se le concedió la misma importancia; con un nivel de prioridad más alto se señaló la necesidad de una pensión. Una variante específicamente mencionada en estas zonas, con respecto a los problemas relacionados con las pensiones, es la dificultad para obtenerlas, debido, según las/los entrevistados a que en estas zonas las personas mayores suelen ser propietarias de un terreno, el cual ya no pueden cultivar, pero les impide calificar para una pensión del régimen no contributivo, aún cuando no cuenten con otros ingresos.
También se señaló en estos grupos, que los servicios en los cuales se ofrecen tarifas preferenciales, por ejemplo el cine u otros espectáculos, de cualquier manera son inaccesibles para ellos, y se planteó la necesidad de que se promuevan otras actividades recreativas en las cuales ellas/os puedan participar.
Las necesidades señaladas también presentan algunas particularidades según el estrato social al que pertenezcan las personas entrevistadas. A continuación se presentan las necesidades de las personas adultas mayores, que fueron señaladas específicamente en cada estrato social:
Tabla No. 4: Necesidades de las personas mayores, específicas según estrato social
Fuente: Elaboración propia a partir del resultado de la consulta a la población adulta mayor (CONAPAM, Enero 2006).
Cabe agregar además, que las personas adultas mayores de estrato social bajo, se perciben a sí mismas como especialmente vulnerables, según las palabras de un entrevistado, "más que las personas pobres de otras edades", pues al no estar en condiciones de trabajar o no conseguir empleo, "si el gobierno no nos ayuda, estamos en problemas muy graves".
En cuanto a la vivienda, se señaló además de la carencia de ésta; el problema de no poder obtener ayuda del Estado para mejorarla cuando se tiene, pues esta pertenece a algún familiar o se tiene en precario.
Con respecto a la "ayuda social", ésta se ejemplificó como la que otorga el IMAS y en cuanto a ésta se mencionó la necesidad de que esta institución atienda un número mayor de personas adultas mayores, pues algunas personas entrevistadas señalan no haber recibido ayuda porque ya "se había llenado el cupo" destinado a esta población.
Por otra parte, también es posible observar algunas particularidades en las necesidades señaladas por las personas que se encuentran "institucionalizadas" (que residen en un hogar o albergue), y aquéllas que no lo están, como puede apreciarse en el cuadro siguiente:
Tabla No. 5: Principales necesidades de las personas adultas mayores, diferenciadas según la condición de "institucionalizadas" y "no institucionalizadas"
Fuente: Elaboración propia a partir del resultado de la consulta a la población adulta mayor (CONAPAM, Enero 2006).
Como se observa, las necesidades vinculadas a las relaciones familiares, aparecen, para las personas "institucionalizadas", bajo la forma de tener contacto con la familia, mientras que para las "no institucionalizadas", aunque existe el contacto, al parecer éste no necesariamente garantiza "el respeto y la compañía" que las personas adultas mayores requieren.
En ambas situaciones, se expresa la necesidad de compartir también con otras personas fuera del ámbito familiar. En el caso de las personas "institucionalizadas" esta necesidad expresa como "ser tratados como parte de la sociedad", lo cual puede reflejar un sentimiento de aislamiento y exclusión con respecto a la comunidad, mayor que el experimentado por las personas adultas mayores que viven con sus familias.
También se indagó sobre la percepción de las personas adultas mayores acerca de sus necesidades, relacionadas con la condición de género. Las respuestas obtenidas sobre este punto, se pueden dividir en dos grupos: uno que considera que no existe ninguna diferencia entre las necesidades de las personas adultas mayores mujeres y hombres, y otro que afirma que existen necesidades específicas de las mujeres adultas mayores y de los hombres adultos mayores, tal como lo muestra el cuadro siguiente:
Tabla No. 6: Necesidades de las personas adultas mayores según género
Fuente: Elaboración propia a partir del resultado de la consulta a la población adulta mayor (CONAPAM, Enero 2006).
Es interesante destacar que en los casos en los cuales se afirmó que los hombres y las mujeres adultos/as mayores son iguales, esto parece percibirse como una "pérdida", como un deterioro de la situación que caracterizó otras etapas de la vida de estas personas, en las cuales las diferencias y los roles de género se encontraban claramente establecidos. Se trata de una "igualdad" conseguida finalmente no por el mejoramiento de la situación de las mujeres en la familia y en la sociedad, sino por el debilitamiento de la posición de los hombres a causa del envejecimiento. Esto es lo que parecen reflejar las dos frases textuales que, con propósitos ilustrativos, se incluyen en la columna de la izquierda.
Ahora bien, en cuanto a los casos en los cuales sí fueron percibidas diferencias entre las necesidades de las mujeres y de los hombres, se observa que ambas situaciones –la de los varones adultos mayores y la de las mujeres en la misma condición poblacional- presentan desventajas. Los adultos mayores parecen encontrarse en una situación menos favorable desde el punto de vista de la integración afectiva con el grupo familiar y del uso del tiempo libre. Las adultas mayores, en cambio, sufren las consecuencias de no haber realizado un trabajo remunerado que les permita contar con una pensión, lo cual las coloca en una situación de mayor dependencia.
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