Descargar

La consolidación de las estructuras urbano-arquitectónicas en Cuba durante el período de 1900-1930 (página 3)

Enviado por Carlos V�zquez


Partes: 1, 2, 3

La concesión constructiva recayó en la entidad norteamericana Warren Brothers Company, con excepción del tramo Matanzas – Santa Clara, adjudicado a la Compañía Cubana de Contratistas, S.A. El financiamiento lo obtuvo el Chase National Bank por un empréstito de cien millones de pesos.

Entre los criterios fundamentales esgrimidos al definir la ruta de la Carretera Central, prevaleció la intención de interrelacionar extensas zonas fértiles con los principales centros de población. Otro criterio de peso fue el máximo aprovechamiento del trazado de los viejos caminos y carreteras, estrategia que ahorró tiempo y dinero, además de disminuir la extensión de los terrenos a expropiar.

Las obras constructivas se iniciaron en marzo de 1927. La apertura se realizó por tramos; el último se abrió tres años y nueve meses más tarde, con los objetivos ampliamente satisfechos, de 1 140 Km. de carreteras construidos entre Pinar del Río y Santiago de Cuba, 680 Km. cruzaron zonas por donde no existían más que caminos vecinales y en 450 Km, se aprovecharon las vías existentes, modificándole el ancho y la alineación a la vez que se aplicaba la capa de hormigón.

Se ejecutaron 1 732 obras de fábrica, de ellas 23 puentes metálicos, 106 cruces a nivel, 49 con el ferrocarril público. Vale destacar la siembra de más de 30000 árboles a los lados de la vía. La Carretera Central con el Km cero ubicado en el Capitolio Nacional, unió las capitales provinciales y unos 60 pueblos, circunstancia que favoreció el desarrollo de estas localidades muy por encima de las que quedaron fuera de ruta.

Como consecuencia inmediata, se abarataron los costos de transportación por carretera, se incentivó el comercio y las actividades relacionadas con los vehículos automotores, se facilitó la explotación de las riquezas naturales y agrícolas de extensas regiones aún vírgenes.

Colateralmente, al calor de esta obra se estudiaron las canteras de áridos de las regiones cercanas a la vía, lo que influyó positivamente en el desarrollo del hormigón en los años ulteriores. Todavía hoy puede circularse por la añosa Carretera Central que, desafiando la modernidad, muestra su sombreada y zigzagueante ruta al viajero.

ESTIPULACIONES TECNICAS DE LA CARRETERA CENTRAL.

– Rasantes:

5 % como máximo y, en lo posible, limitarlos al 3 %.

– Alineaciones:

114 mts. El radio menor de las curvas; en caso de tener más de 4 grados, ensancharlas y peraltarlas.

– Visibilidad mínima de las curvas:

110 mts.

– Ancho del pavimento:

6 mts. en zonas despobladas y 8 mts. en las urbanas.

– Requerimientos del pavimento:

Base de hormigón hidráulico en proporción 1: 2-1/2: 5 con 0.15 mts. de espesor en el centro y 0.23 mts. en los extremos; en la superficie, hormigón bituminoso de 0.15 mts. de espesor.

– Obras de fábrica:

Calculadas para soportar 20 t. de peso en sus dos vías.

– Protecciones:

En los terraplenes de más de 2 mts. De altura, uso de defensas protectoras formadas por postes de hormigón hidráulico y 2 hileras de cables de acero.

– Señalizaciones:

De tres tipos, uniformes en toda la vía: postes kilométricos de piedra compacta de grado fino, forma rectangular y redondeada en el cabezal; pacas de aluminio fundido montadas en postes de aceros, con los nombres de las localidades, señales internacionales de tránsito de forma triangular, en acero fundido.

Estilos predominantes de este período

Ecléctico:

El eclecticismo llegó a Cuba con casi un siglo de retraso respecto a Europa, sin embargo, es interesante constatar que a pesar de ese desfasaje cronológico, existe una serie de constantes que coinciden. En ambos casos fue una arquitectura cuyo surgimiento estuvo asociado a una cultura burguesa que sustituyó a la aristocrática y de ahí su afán grandilocuente por demostrar superioridad y lujo. Es la materialización de la idea de construir un mundo que no se tuvo y que se desea poseer.

En la primera década del siglo XX en Cuba, en particular en La Habana, se construyeron numerosos edificios que por sus características formales y espaciales marcan una diferenciación con la arquitectura neoclásica precedente. Los primeros ejemplos cubanos de la arquitectura ecléctica prácticamente nacieron en el siglo.

Es difícil establecer una relación cronológica estilística precisa atendiendo a las diferentes filiaciones presentes en la arquitectura ecléctica habanera. La fecha de construcción de una edificación es un elemento importante para caracterizarlo, pero resultan esquemáticas algunas generalizaciones que absolutizan la relación entre la dotación y el estilo utilizado. Sería necesario particularizar de qué parte de la ciudad se trata, para qué funciones y en relación con qué clase social se asocia el edificio en cuestión, por solo citar algunos parámetros a tener en cuenta. Mientras en la calle Reina, en fecha tan temprana como 1903, se levantaron edificios indiscutiblemente eclécticos, en áreas de la ciudad distantes al centro, como Marianao y la Víbora, una década más tarde seguían construyéndose viviendas neoclásicas. Estas casas, en forma más o menos modesta, repitieron pedestales, cornisas platabandas de manera tal que les corresponde mucho mejor el calificativo de neoclásicas, que el de eclécticas. No obstante, se hace necesario establecer periodizaciones que ayuden a estudiar y a comprender esta arquitectura.

El arquitecto Leonardo Morales, en su artículo: "La Arquitectura en Cuba de 1898 a 1929", divide ese período en tres etapas: de 1898 a 1902, caracterizada por la construcción de edificios provisionales de influencia americana, de los cuales no quedaron huellas; de 1902 a 1909, en la que se hace sentir con gran peso la influencia catalana, y 1909 a 1929, momento que el autor denomina de adaptación de los estilos históricos. Esta periodización merece una particular atención por haber sido hecha por un importante arquitecto que desempeñó un rol protagónico en la arquitectura de aquellos años. Es interesante destacar en este trabajo, además, la intención presente entre líneas de encontrar una arquitectura nacional a pesar de la importación de estilos e influencias foráneas.

A lo largo de la década del 30 y coincidente con las últimas variantes del eclecticismo y contaminadas con él, se desarrollaron de forma progresiva los códigos de la arquitectura llamada neocolonial y del Art-Decó, corrientes que establecieron una transición hacia la arquitectura moderna.

Clasificaciones:

Mientras se desarrolló la arquitectura ecléctica en Cuba, esta no era llamada por ese nombre. En las publicaciones de entonces se hablaba de cada estilo usado en específico. El arquitecto Pedro Martínez Inclán, en su Libro "La Habana Actual" publicado en 1925 en los pies de fotos de residencias eclécticas, escribe "Casa Moderna". El término "moderno" en este caso es usado en relación con la arquitectura del período colonial. Para referirse al eclecticismo menor, donde generalmente no se admite una influencia en particular, utiliza el calificativo "estilo indefinido".

A la arquitectura ecléctica se le llamó por ese nombre de manera generalizada con el advenimiento de la arquitectura moderna. El término ecléctico se usó en muchos casos con carácter peyorativo, adecuado para referirse a todo aquello que considerasen incoherente o mal diseñado. A su vez el eclecticismo fue llamado "carnaval de estilos" o "batalla de los estilos" y aunque quizás esos epítetos no fueron utilizados inicialmente con sentido despectivo, más tarde asumieron su intención.

Están además y con carácter mayoritario aquellos edificios que combinan en ellos más de una influencia, a los que atendiéndose al significado del término les corresponde con más razón la denominación de eclécticos. Así, si se desea identificar a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en la calle Reina, se diría que es neogótica y fue construida en el período de la arquitectura ecléctica. Sin embargo, cuando se hace referencia al Palacio Presidencial debe calificarse como una edificación ecléctica por la multiplicidad de códigos e influencias que están presentes en su diseño.

.

Fig 17 a,b. Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y Palacio Presidencial

La presencia de lo clásico:

El período en que se desarrolló esta arquitectura en La Habana abarca aproximadamente cuatro décadas. A lo largo de ellas se produjeron múltiples evoluciones, cambiando circunstancialmente el estilo preferido para ser usado. Esto condujo a una gran variedad en la medida en que se superponían unos con otros y en que evolucionó la manera de asumir el vocabulario clásico como organismo rector de las composiciones.

El empleo de los órdenes clásicos fue un elemento restrictivo de las composiciones. A pesar de las múltiples interpretaciones que se hicieron de esta narrativa, "lo clásico" sigue siendo identificable e identificante del eclecticismo habanero. Eso que se ha definido como la finalidad de la arquitectura clásica, lograr una armonía demostrable entre las partes, fue una máxima presente en quienes construyeron la ciudad de La Habana aunque muchas veces no hayan tenido conciencia de ello.

Eclecticismo mayor. Edificios Públicos:

Los edificios públicos se caracterizan por una notable influencia de arquitectura de los Estados Unidos, en particular de Nueva York, la que se manifestó, entre otros aspectos por su gran números de pisos, la sobriedad de sus adornos, las larguísimas líneas verticales de sus fachadas, sus grandes cornisas y la distribución monótona de sus huecos que por las necesidades del clima se hacen en Cuba más anchos.

Residencias:

En las residencias particulares construidas en los nuevos repartos, los arquitectos explotaron al máximo las posibilidades que brindaban estas urbanizaciones. El no tener que estar atados a las restricciones de la medianería permitió un manejo inédito de los volúmenes que se adecuaron muy bien a las nuevas funciones introducidas dentro del marco de vida de la burguesía durante aquellos años.

Las viviendas dejaron de ser prismas regulares y estrictamente simétricos. Generalmente el portal no circunda estas residencias perimetralmente. Se descompone en pequeños pórticos desiguales que diferencian la jerarquía de los distintos accesos. Se usan columnas redondas pareadas o combinadas en las esquinas con columnas cuadradas. Se introduce la línea curva como elemento dinámico en las composiciones tanto en los portales como en cuerpos cilíndricos adosados a la edificación.

El uso de segundos y terceros niveles cuyas áreas no corresponden exactamente con el primero se traduce en terrazas que enfatizan el juego de volúmenes. Un elemento que influye de forma notable en la complejidad volumétrica apuntada es el techo. Las cubiertas inclinadas, con mayores pendientes que las usadas durante el período colonial y de evidente influencia anglosajona, combinadas con el uso de torres miradores, fueron un recurso compositivo al que apelaron muchos arquitectos para coronar estas residencias.

El acceso se enfatizó de múltiples formas. Además del uso de pórticos se utilizan columnas gigantes, frontones o fuentes cornisas.

Fig 18. Portales de la Avenida Reina.

Los jardines y pasillos que circundan estas casas contribuyen a otorgarle un sello de jerarquía. Sus dimensiones varían según lo exigido por las reglamentaciones urbanas de cada zona. Se produce con ellos la pérdida del tejido urbano tradicional de ascendencia hispánica que condicionó las zonas compactas dentro de la ciudad. Predominó la vivienda individual, tan independiente y aislada de la calle como los recursos de los dueños lo permitieron. La verja exterior acentúa la intención de independencia de delimitar el espacio particular. Balaustradas, rejas o simples muros, se levantan como barreras entre los propietarios y la ciudad.

En los elementos del lenguaje clásico predominan las cornisas, las decoradas claves de los arcos, las ménsulas y los frisos se refuerzan y combinan con guirnaldas, medallones y escudos; fruto de una gran creatividad e inventiva. Las balaustradas resultaron ser las favoritas para pretiles, terrazas, balcones o muros perimetral.

Eclecticismo menor:

Entre el neoclasicismo del siglo XIX y el eclecticismo menor no se produce una ruptura violenta. Por el contrario en este último persisten elementos del primero, reinterpretados a la luz de una visión historicista o simplemente de la improvisación popular. A este eclecticismo menor, que el arquitecto Daniel Taboada, bautizó como "arquitectura popular de las vacas flacas", corresponde una parte significativa del patrimonio habanero construido.

Esta arquitectura se desarrolla fundamentalmente en las zonas compactas donde la medianería condiciona una sucesión infinita de fachadas. La decoración se convierte en el elemento capaz de identificar y particularizar cada edificación.

La obligatoriedad en estas zonas del portal público en las calles de primero y segundo orden implica el uso multiplicado de las columnas. Acompañadas de arquitrabes o de arcos, rematadas por capiteles de las más variadas formas, las columnas constituyen un elemento esencial en la imagen de la ciudad de La Habana.

El eclecticismo menor fue edificado generalmente por maestros constructores, los que con gran habilidad y oficio combinaron metros y metros lineales de elementos decorativos prefabricados.

Los portales, además de jerarquizar las calzadas, los convierten en ejes lineales comerciales. La variedad es enorme, diferentes pavimentos, diferentes zócalos, di rejas, techos, columnas que forman homogéneas y uniformes galerías.

Hacia los portales se abren grandes puertas y ventanas generalmente del mismo tamaño, engalanadas con platabombas, molduras o guardapolvos eclécticos, salpicados en casos puntuales con motivos Art-Nouveau. El tamaño, las proporciones, la decoración y disposición de esos vanos en relación con el muro, constituyen los principales elementos en la composición de las fachadas.

En los niveles superiores generalmente se repite la ubicación de las puertas y ventanas del primer nivel, proyectadas en este caso directamente sobre las calles. Los balcones corridos o individuales con rejas o balaustradas, se alinean horizontales, constituyendo junto con las columnas un sello particular de la ciudad. Los pretiles, tan variados y azarosos como el diseño de las rejas o de los capiteles, fueron el remate más utilizado en estas edificaciones. La balaustrada fue el motivo decorativo que se prefirió para ellas.

La medianería característica, unida a la forma y tamaño de los lotes estableció un tipo de vivienda que con sutiles variaciones, se repite como solución generalizada en las viviendas unifamiliares. Los primeros locales son la sala y la saleta, uno a continuación del otro, intercomunicadas por grandes vanos. La sala es el único lugar que tiene vínculo directo con el exterior, la acera o el portal según el caso, a través de una puerta y una ventana, que generalmente es de piso o techo. La saleta se comunica a través de una puerta con el patio y con la sucesión de habitaciones que la continúan. Las habitaciones varían en cantidad en cada vivienda y se intercomunican entre sí a través de puertas por el patio, que corre paralelo a ellas, por puertas y ventanas. Las principales variaciones dentro de este tipo se dan fundamentalmente por las características y ubicación del patio y el baño. Esta disposición de los locales y las circulaciones determina una de sus principales características, la visibilidad desde el acceso hasta el fondo de la vivienda, por los que se les conoce popularmente como "viviendas de tiro al blanco".

Cada local de estas casas tenía su propia identidad. En la sala se usaban muebles de estilo, menos cómodos que los de la saleta, la verdadera área de estar de la familia. El pavimento de estos dos lugares era trabajado como una alfombra, con cenefas decorados de variado colorido. Las habitaciones tenían un piso menos elaborado, se pintaban de colores claros, rosados o verde pálido. En las destinadas a hombres solos o ancianos se utilizaban los azules o grises. En el comedor se utilizaban al igual que en las fachadas, las tonalidades del amarillo. El patio es rectangular, cerrado sin columnas, con pavimento de cemento pulido generalmente, en el que los usuarios colocaban macetas con algún tipo de vegetación. Estas viviendas tenían un puntal aproximado de cuatro metros, lo que permitía cumplir con los metros cúbicos por habitaciones que exigían las Ordenanzas Sanitarias para lograr un adecuado intercambio de aire en ellas.

Art – Decó:

El estilo, conocido por Art-Decó es arte decorativo por excelencia, para el cual la arquitectura tiene un papel secundario, por eso sus construcciones no van mucho más allá de un neoclásico. Se impone, de manera definitiva en la Exposición Mundial de las Artes Decorativas de París, en 1925 también se le conoce como Arte Industrial de Lujo.

El Art-Decó no significa únicamente una curva radial del ángulo recto del Bauhaus, sino también representa una época muy precisa, es además textural, elegante, suavemente femenino, admite animales, pájaros, ángeles y lavandas; sus colores son prusia, verde pálido y rosa. Nunca altera la exactitud y geometría de sus formas. La firma del artista cobra ilimitado valor. Si en Art Nouveau la marca o las ciclas de un taller llegan a sustituir la rúbrica del creador, se hacen de estas en cada caso, un diseño único, muy elaborado, garantía de calidad.

En el marco de la exposición de 1925, se ponen de manifiesto dos tendencias principales: por un lado el Art-Decó, expresión de artistas fieles a la decoración, deseosos de perpetuarla, de salvar dentro de ella a la obra única; del otro, los creadores que conscientes de la evolución social de entre guerras tratan de poner orden en ese "territorio virgen" que es el nuevo apartamento. Estos últimos son los creadores del Livingroom que actuando en función de la vida moderna parecen más interesados en el arreglo de cocinas y baños que en la decoración de salones.

Al estilo de vida propuesto por el Art-Decó, se enfrenta un nuevo arte de vivir que cuestiona el provecho de la decoración tradicional.

Art Nouveau:

Surgido casi contemporáneamente exaltó, asimismo, las técnicas artesanales pero con la aceptación de la intervención de la máquina. Esta tendencia de múltiples nombres: Art Nouveau, Liberty, Sezessión, Jugenstil, Modernismo, introduciría el concepto de la estética aplicada como cualificación de los objetos, con lo cual abarca artistas y artesanos en una paralela dimensión en cuanto a estructura social en la cual se encontraban insertos.

A principios del siglo XX, los maestros de obras catalanes traen a Cuba la modalidad de Art Nouveau. De este modo, la rica tradición de la herrería criolla, incorpora con facilidad las nuevas formas europeas. Un ejemplo lo podemos ver en la Casa Art Nouveau situada en Habana No. 1012 entre San Isidro y Desamparados.

Conclusiones

En la etapa comprendida entre 1900 – 1930 se comienza a desarrollar la configuración del contexto urbano concebido con el Plan Director de Forestier, donde prevalecían las construcciones monumentales como son: el Capitolio una maravilla arquitectónica y considerado Patrimonio Monumental del Caribe, el edificio Bacardí una joya del Art-Decó cubano, el Hotel Nacional de Cuba de estilo ecléctico, innovador e integrador, muestra una solución estructural trascendente para el período en que fue construido. De hecho, es una de las primeras edificaciones cubanas en emplear el sistema porticado de vigas de acero revestidas de hormigón que colocó al país en una posición de avanzada en lo que respecta al empleo de técnicas constructivas, La Loja de Comercio proyectada por el arquitecto español Tomas Mur, de 1907 a 1909 se construyó en la Plaza de San Francisco entre las calles Lamparilla, Oficios, Baratillo y Obrapía, ahora La Habana Vieja, es uno de los edificios más excepcionales de la primera década de este siglo.

Estas son algunas de construcciones más significativas símbolo del poder político – económico de la burguesía republicana de la época. Dado todo este desarrollo urbano arquitectónico alcanzado y la introducción del automóvil se hacía necesario construir una vía que uniera al país de oriente a occidente, entre los criterios fundamentales esgrimidos al definir la ruta de la Carretera Central, prevaleció la intención de interrelacionar extensas zonas fértiles con los principales centros de población. Otro criterio de peso fue el máximo aprovechamiento del trazado de los viejos caminos y carreteras, estrategia que ahorró tiempo y dinero,

Estas grandes obras de inicio de siglo tenían un estilo ecléctico y a mediados del 20, se introduce el Art- Decó como una nueva corriente estilística. La carretera Central se convirtió en la vía idónea para expandir por todo el país el desarrollo urbano arquitectónico alcanzado en la época.

Bibliografía

  • 1) .Aedo Astorga, Atma. Tropicana. En Obras: La revista cubana de la construcción (Ciudad de La Habana) No. 2, 1999.

  • 2) .Batista, Eugenio. "La casa cubana". En Artes Plásticas. (La Habana) No. 2, 1960.

  • 3) .Boneno Miranda, Miguel. Edificio Bacardí. Joya del Art-Decó cubano. En Obras: La revista cubana de la construcción (Ciudad de La Habana) No. 6, 1998.

  • 4) .Camacho, Alberto. "Las nuevas tendencias arquitectónicas". En Arquitectura. (La Habana) No. 6, 1929.

  • 5) .Estévez, Reinaldo y Zayas, Eduardo. FOCSA, edificio apartamental de propiedad horizontal. En Arquitectura / Cuba. (La Habana) No. 311, 1959.

  • 6) .Labrada Curbelo, Caridad. Cultura en Turismo con Amelia Pelaez (Cuidad de la Habana) No. 8, 1999.

  • 7) .Quintana, Nicolás. "Arquitectura cubana… una búsqueda de la verdad". En Arquitectura / Cuba. (La Habana) No. 309, 1959.

  • 8) .Rivas Vázquez, Estela y Diaz Blardones, Marcos. Hotel Nacional de Cuba. En Obras: La revista cubana de la construcción (Ciudad de la Habana) No 7, 1999.

  • 9) .Rodríguez, Luis Eduardo. La década incógnita. Los cincuenta, modernidad, identidad y algo más. En Arquitectura Cuba: Nueva época (Madrid España) No. 376, 1997.

  • 10)  .Segre, Roberto. Arquitectura y urbanismo de la Revolución cubana. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1989.

  • 11)  ._____________. "Siglo XX (1900-1935). La ciudad de la seudorepública". En Arquitectura / Cuba (La Habana) No. 340, 1971.

  • 12)  ._____________. "Siglo XX (1935-1959). La metrópolis ficticia del subdesarrollo". En Arquitectura / Cuba (La Habana) No. 340, 1971.

  • 13)  ._____________. La vivienda en Cuba, República y Revolución. Universidad de La Habana, 1981.

  • 14)  .Segre, Roberto y Rallo, Joaquín. Introducción histórica a las estructuras territoriales y urbanas de Cuba (1519-1959) ISPJAE, 1981.

  • 15)  .Sol, Gladis. Regresa un coloso de la cultura. En Obras: La revista cubana de la construcción (Ciudad de La Habana) No. 7, l999.

  • 16)  .Soto, Emilio De. Album de Cuba (1952 – 1957) Tomos, 1 al 7, La Habana.

  • 17)  .Vega Botana, Mónica. El Capitolio Nacional, una maravilla de la arquitectura. En Obras: La revista cubana de la construcción (Ciudad de La Habana) No. 1, 1997.

  • 18)  .Villegas, Eduardo y González, Javier. Rehabilitación de la Lonja del Comercio. En Arquitectura Cuba: Nueva época (Madrid España) No. 378, 1998.

  • 19)  .Weiss, Joaquín. Arquitectura colonial cubana. Cultural S.A. La Habana, 1934.

  • 20)  ._____________. Arquitectura contemporánea cubana, La Habana, 1947.

  • 21)  ._____________. Medio siglo de arquitectura cubana, Universidad de La Habana, 1950.

  • 22)  .Zordaya, María Victoria. De cuando ornamento no era delito. Apuntes sobre el eclecticismo cubano. En Arquitectura Cuba. Nueva época (Madrid España) No. 373, 1998.

 

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Lic. Ángel Dunis Vargas Cañizares

Lic. Yaliuska Granado Salas

Lic. Wilma Villamil Lorenzo

Enviado por:

Carlos Vázquez

carlos[arroba]jativision.icrt.cu

Departamento de Ingeniería

Curso 2009-2010

1 de Diciembre de 2009

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente