- Introducción
- Desarrollo
- Emprendimiento e innovación y desarrollo de las MIPYMES
- Conclusiones
- Bibliografía
Las constantes modificaciones económicas y del mercado, en función de las exigencias de sus clientes, obligan a las empresas a desarrollar aún más sus estrategias de competitividad. En esta perspectiva, dicha tendencia ha condicionado a las organizaciones a adoptar nuevas modalidades gerenciales, a asumir figuras que posibiliten su permanencia en el mercado para mantener niveles de productividad y eficiencia que satisfagan a los clientes por medio de elevados estándares de calidad y con un excelente servicio situación ésta que también afecta las mipymes (micro,pequeña y mediana empresa).
Las mipymes representan un segmento empresarial de gran importancia, aunque la mayoría carece de la gestión adecuada para ser sostenibles, y necesitan entre otros aspectos explicitar su propósito fundamental a todos sus integrantes.
A simple vista en las mipymes, el pensamiento estratégico y la creatividad se consideran por algunos académicos y personal de la práctica como dos términos totalmente irrelevantes para su quehacer. Lo anterior establece uno de los problemas fundamentales de la mayoría de estas empresas, las cuales no perciben la importancia de aplicar y fortalecer el pensamiento estratégico y la creatividad diariamente en sus negocios, para contrarrestar las amenazas provenientes del contexto emergente, tanto interno como externo, de la organización, en particular la poderosa competencia de la gran empresa, y garantizar su sostenibilidad en el tiempo, lo que les permite avanzar hacia el futuro de manera satisfactoria.
El uso de las siglas MIPYMES, está muy generalizado en el mundo académico, institucional, social y empresarial; pero aún no existe un consenso universal en los criterios de tamaño que las determinan. Esta ambigüedad se debe, por un lado, a los diferentes criterios para clasificar este tipo de empresas y a los diferentes límites umbral utilizados en éstos, y por otro lado, a factores estructurales del desarrollo económico como el nivel de precios o la productividad.
En Europa una MIPYME es una empresa con menos de 250 empleados, mientras que en Estados Unidos el límite se encuentra en 500 (Comisión Europea, 2006).
A nivel general para definir el tamaño de una empresa se suelen utilizar dos tipos de criterios: los cuantitativos que se pueden medir y los cualitativos que tienen en cuenta las características de la empresa.
Los cuantitativos por su adaptabilidad, sencillez y claridad en la aplicación son los más utilizados. Entre estos criterios se encuentran los relativos a las personas, como el número de empleados, el número de accionistas o el número de clientes; y los relativos a factores monetarios, como el volumen de negocio, el total de activos, los beneficios o el valor añadido (Maruri, 2015).
En cuanto a los criterios cualitativos, los más utilizados son el grado de identificación o independencia entre la propiedad y los gestores, la cuota de mercado, el control organizativo o el sistema de información interno y externo.
En la Tabla 4 se expone la clasificación de MIPYMES según la Comisión Europea, la cual está en funcionamiento desde el 2005 y reemplaza la versión anterior de 1996. Esta clasificación utiliza tres criterios para clasificar las empresas según su tamaño: volumen de negocio, total de activos y número de empleados.
Tabla 4. Definición de MIPYMES en la Unión Europea
Categoría de empresa | Plantilla | Volumen de negocio (anual) | Balance general (anual) en euros |
Mediana | <250 | =50 millones € | =43 millones € |
Pequeña | <50 | =10 millones € | =10 millones € |
Micro | <10 | =2 millones € | =2 millones € |
Fuente: Comisión Europea (2006).
Interesa destacar que así como es obligatorio respetar los umbrales referidos a la plantilla de personal, una MIPYME puede optar por cumplir bien el criterio del límite del volumen de negocio o el del balance general, es decir si supera uno de los dos no pierde su condición (Comisión Europea, 2006). Aunque una empresa cumpla estos requisitos, si es subsidiaria de una empresa grande, ésta no se considera MIPYME debido a que tiene acceso a asistencia técnica o de capital de la empresa matriz.
Una definición cualitativa de las MIPYMES, se puede realizar mediante las siguientes características generales:
El capital es aportado y la propiedad adquirida por un individuo o un pequeño grupo de éstos. Normalmente la aportación es la mínima para constituir la empresa, manteniendo estructuras de capital débiles aunque éste sea un factor importante de crecimiento para el futuro.
Las barreras de entrada son bajas, es muy común encontrar empresas que nacen tan sólo de la experiencia de sus propietarios en determinados oficios.
La dirección y gestión de la organización es usualmente llevada por los mismos propietarios. Esto le da independencia a la hora de tomar las principales decisiones.
Normalmente la gran parte de las operaciones se realizan a nivel local. No son los líderes del mercado donde operan, tienen cuotas relativas de mercado reducidas (Acero, 2013).
En América Latina las mipymes representan el 90% de las empresas, y generan más de la mitad de los empleos y una cuarta parte del PIB.
Son un elemento crucial para desarrollo económico de la región. Sus oportunidades de crecimiento se multiplican anualmente de forma exponencial, de la misma manera que lo hacen los retos que deben afrontar para subsistir, que pueden resumirse en cómo integrarse en el comercio regional, renovarse, innovar o mejorar la calidad de los empleos que generan.
Las mipymes latinoamericanas tienen una amplia presencia en todos los sectores productivos desde el comercio y la industria hasta los servicios, la salud o los sistemas financieros, y una importante influencia en la creación de tejido social. De hecho, se calcula que cerca del 60% de latinoamericanos trabajan en empresas de cinco o menos empleados.
Paradójicamente, a pesar de su importancia y trascendencia, la situación que atraviesan no da pie a celebraciones. Son muchos los desafíos que afloran desde diferentes ámbitos, pero los más apremiantes tienen que ver con la baja productividad, competitividad y eficiencia y, a nivel estructural, con una alta informalidad laboral y fiscal.
El problema con las pymes de América Latina, coinciden los expertos, no tiene tanto que ver con el número de empresas, sino con su escaso crecimiento y con la baja calidad del empleo que generan. Si bien la creación de empresas es elevada en comparación a Asia, por ejemplo, las compañías que sobreviven suelen crecer a un ritmo menor que sus pares en las regiones más avanzadas. Esta situación, que se explica esencialmente por la falta de innovación, limita las posibilidades expansivas del entramado de las mipymes de la región y, con ello, ralentiza el crecimiento de los países (Rodríguez, 2011).
"Los países latinoamericanos deberían propiciar un contexto económico e institucional que fomente la innovación y ayude a fortalecer el capital humano, al tiempo que alienta la competencia y el aumento de la productividad. Cuando existe una sana competencia, las empresas tienden a explorar nuevos mercados de exportación, hecho que contribuye tanto a su mayor profesionalización y crecimiento como a su internacionalización" (Malaret, 2014).
Las pequeñas empresas, según el experto, han estado en el centro de las políticas públicas que apostaban por paliar la escasez de crecimiento empresarial, hecho que ha propiciado programas gubernamentales para respaldar a las pymes. El acceso a estos programas ha estado generalmente supeditado al número de empleados.
Emprendimiento e innovación y desarrollo de las MIPYMES
Prácticamente un tercio de los trabajadores latinoamericanos son autónomos o pequeños empleadores, como se explica en el Reporte de Economía y Desarrollo de 2013. Pocos de estos emprendedores llegan alguna vez a contratar un trabajador; la mayoría siguen siendo muy pequeños incluso tras décadas de operación.
"En general, el grado de innovación de los emprendedores de América Latina es más bajo que el de otras regiones como Asia, Europa o Norteamérica. Esto hace que el crecimiento empresarial latinoamericano sea más lento y, en consecuencia, no genere tantos empleos de calidad" (Malaret, 2014).
Paralelamente, en promedio, las empresas latinoamericanas invierten en I+D sustancialmente menos que las de países de ingresos altos, y la mayor parte de esta inversión corre a cuenta del sector público.
Pero la falta de innovación en América Latina no solo implica a las mipymes. De hecho, las multinacionales latinoamericanas también registran déficit de innovación en relación a las multinacionales extranjeras. Esta situación evidencia que en la mayoría de los casos, las empresas salen al exterior para vender el mismo producto, y no tanto para conectarse a las cadenas de valor.
La informalidad es también un elemento que limita el afianzamiento de este tipo de empresas en América Latina. Según los expertos, para que la formalización sea atractiva es necesario facilitarles y disminuir los costos de los procesos burocráticos y, al mismo tiempo, crear incentivos, como podrían ser simplificar los trámites, reducir las tasas impositivas, crear más programas de apoyo a su desarrollo y financiamiento, o programas de compras del estado dirigidas a la mipyme.
Estas medidas deberían contribuir a que las pymes de la región se conviertan en una fuente de creación de empleo y en un motor económico de las economías nacionales. Y esto, dado el actual clima de desaceleración que vive América Latina, amerita esfuerzos por parte de todos los actores involucrados, desde las propias pymes hasta los gobiernos.
En Latinoamérica: Ofrecen un campo experimental muy grande para la innovación y generación de riqueza; 5.1 millones de empresas en total que emplean a 27 millones de personas.
En Europa (UE de los 25), existen aproximadamente 23 millones de MIPYMES, que representan el 99% de todas las empresas, y las cuales emplean cerca de 75 millones de personas (Comisión Europea, 2006).
Este desarrollo de las mipymes aporta un conjunto de ventajas tales como:
Capacidad de generación de empleos. Las micro y pequeñas empresas necesitan de una inversión menor en comparación de las medianas y grandes empresas, este factor hace que la generación de empleos por cada peso invertido sea mucho mayor.
Asimilación y adaptación de tecnología. Son más adaptables a las nuevas tecnologías y a nuevos procesos, ya que debido a su juventud y ausencia de vicios operativos, es más sencillo comunicar e implementar los cambios.
Producción local y de consumo básico. Se convierten en pequeños motores económicos de la localidad, pues en su conjunto operan como una red en donde cada empresa satisface la necesidad de otra y a su vez se encuentran y satisfacen las necesidades.
Flexibilidad a los cambios y tamaño de mercado. Debido a su tamaño de operación son bastante moldeables en sus productos y servicios, a pesar de los cambios en los mercados y sectores a nivel macro económico la flexibilidad de las mipymes les permite cambiar de mercado o sector sin mayores problemas dentro de la organización (Rodeloy, 2007).
Resolución de conflictos personales dentro de la organización. Son creados mediante vínculos personales muy fuertes, debido a su tamaño el director general, quien a menudo es el dueño, está en contacto constante con sus empleados. Esto hace que dentro de la organización todos los involucrados se conozcan y sean más fácil la resolución de conflictos.
No requiere mucho capital. La micro empresa puede arrancar operaciones con un capital bajo. Usualmente se piensa que una de las barreras para emprender es el capital inicial.
Mantiene una unidad de mando. Cuando la empresa comienza a crecer, la comunicación entre diferentes departamentos comienza a ser más distante y se presentan problemas operativos en la misma el mando único permite una adecuada vinculación.
Producen y venden artículos y servicios a precios competitivos. Con esto nos referimos a que venden a precios bajos, sino que, su estructura de costos es moldeable.
Cuentan con una organización simple, tienen una gran movilidad y dinamismo.
No obstante a ello presentan un grupo de problemas que se expresan como desventajas actualmente y que se centran fundamentalmente en:
Falta de conocimiento empresarial. No es lo mismo tener un conocimiento empresarial fundamentado, trabajado, estudiado y desarrollado. Crear una empresa solo basándose en la lógica o sentido común de una persona.
Estancamiento empresarial. Solo se enfocan en pasar el primer mes de operación, producción, o nóminas y les falta visión a largo plazo para generar empresas trascendentes.
No anticipan cambios.
No tienen formación financiera.
Creen que los impuestos no son parte de los costos de operar en un país.
No saben o no quieren asociarse.
No saben innovar modelos de negocio.
No contratan personal especializado y capacitado.
No tienen auto exigencia de calidad.
Falta de liderazgo.
Las mipymes constituyen una forma de organización y gestión extendida tanto en países del primer mundo como en los países emergentes y en vías de desarrollo incluyendo Cuba que constituyen una alternativa viable y necesaria para el desarrollo económico y social, entre otros aspectos por su impacto en las fuentes de empleo, sin embargo los resultados del análisis y la síntesis de la bibliografía consultada evidencia la utilización de una visión cortoplacista y centrada en las situaciones internas preferentemente que atenta contra su competitividad y sostenibilidad, mostrando la necesidad de desarrollar como sustento de su sistema de gestión en enfoque estratégico.
Acero, R. C. (2013): Introducción a la dirección estratégica I, Economía Ganadera: Análisis Estratégico, Area de Organización de Empresas.
Comisión Europea (2006): web de la Secretaría General de la Comisión.
Malaret, M. (2014): Director corporativo de sectores productivos y financieros de CAF. McGraw Hill.
Maruri, C. K. S. (2015): Mipymes y negocios familiares, ventajas y desventajas, LinkedIn Corporation © 2017.
Rodeloy, C. C. (2007): "La Actitud Estratégica" en Contribuciones a la Economía, julio 2007. Texto completo en http://www.eumed.net/ce/2007b/rcc-0707.htm.
Rodríguez, J. V. (2011): Administración de Pequeñas y Medianas Empresas. Universidad Autónoma de Guadalajara, A.C. México.
Autor:
Ing. N´kupete Lagos Lidimu.
Dr. José R. Castellanos Castillo.
Dra. Gislena Mesa Contreras.