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Causas de la independencia (Ecuador) (página 2)

Enviado por Fernanda Gabriela


Partes: 1, 2

Los doctores Morales y Quiroga concurrían a los domicilios de los Marqueses de solanda, de Villaorellanay de Miraflores para hacerles conocer el éxito de la revolución; igualmente fueron enviados mensajeros a las haciendas de "El Obraje" para solicitar la presencia del Marques de Selva Alegre.

Avanzada ya la mañana queda constituida la Junta Suprema de Gobierno con la redacción del acta respectiva.

Con la vigencia de esta acta, se transforma, de hecho, la estructura política reinante y se consolida la naciente Junta Suprema d Gobierno, cuyo presidente fue designado Dn. Juan Pío Montufar, Marques de Selva Alegre.

El 10 de agosto de 1809 muy temprano, dos ciudadanos de Quito Ante y Aguirre se presentan en la residencia del presidente con una carta en la que se redactaba la resolución que había tomado la Junta Soberana, debido a las anomalías observadas durante muchos años con los que se encontraban al mando de los territorios de Quito.

En esta carta se indicaba también sé hacia conocer al Rey Fernando VII, que los hermanos trasatlánticos habían resuelto formar gobiernos provisionales para la seguridad personal y que todas las autoridades designados por el rey Fernando VII, habían cesado en sus funciones.

A las 6 de la mañana se formo en la plaza frente al palacio un grupo numeroso de ciudadanos, al mismo tiempo que sonó una salva de Artillería o saludo real, y la banda militar estuvo tocando piezas nacionales hasta la 9 de la mañana, a esa hora se reunieron los miembros del nuevo Gobierno Ejecutivo, compuesto por el Marques de Selva Alegre como presidente; de los marques de Orellana, de Solanda, y de Miraflores , del Conde de casa Guerrero, de Dn. Manuel Zambrano, Dn Miguel Mateuy Dn Pedro Montufar, Quienes tenían como ministros a Morales y Quiroga. Se publico la declaración relativa a la instalación de la Junta, y se redacto la formula del juramento que debían prestar todos los que formaban parte del nuevo gobierno.

Luego se visito a todos los cuarteles y se preguntaba si querían seguir siendo dominados o querían un propio gobierno constituido, a lo que se acogieron la mayoría de cuarteles exclamando ¡Viva Frenando VII ¡ ¡Viva Quito!

Este grito se regó por todo el territorio y en todos los cuarteles se procedió a realizar el siguiente juramento "JURO POR DIOS Y POR LA CRUZ DE MI ESPADA DEFENDER A MI LEGITIMO SOBERANO FERNANDO VII, SOSTENER SUS DERECHOS, MANTENER LA PUREZA DE LA SANTA IGLESIA CATOLICA, ROMANA Y OBEDECER A LAS AUTORIDADES CONSTITUIDAS".

A las trece idas de instalado el nuevo gobierno, se dirigió en cuerpo a la iglesia del Carmen Alto, cada uno llevaba un traje diferente para ser distinguido en sus cargos.

02 de agosto de 1810

Después de que el Presidente de la Junta, Juan Pío Montufar, entregó las funciones a Juan José Guerrero, el 12 de octubre de 1809, empezó a cundir el descontrol, la incertidumbre dentro de las filas criollas, posiblemente porque carecían de un verdadero líder militar y porque las fuerzas españolas al mando del Crnl. Manuel Arredondo, que fueron enviadas por el Virrey de Perú, entraban a Quito el 24 de noviembre de 1809.

Arredondo y Arrechaga retoman la presidencia y niegan haber ofrecido no tomar represalias sobre los insurgentes del 10 de agosto de 1809…

A través de una ley en donde se declaraba con pena de muerte a todos los participantes de la sublevación.

Acto seguido son capturados los cabecillas del movimiento subversivo, entre los cuales constaban;

Crnl. Juan Salinas

Dr. Dn. Juan de Dios Morales

Dr. Manuel Rodríguez Quirola

Dr. Dn Juan Pablo Arenas

Tcnl. Francisco Xavier Ascazubi

Dn Pedro Montufar

Tnte. Dn. Juan Larrea y Guerrero

Entre otros

Además de estos patriotas fueron capturados una cuarentena de patriotas que tuvieron participación en el movimiento revolucionario, para los cuales fue dictada la sentencia de muerte para algunos y destierro para otros.

Cuando los ciudadanos criollos tuvieron conocimiento de esto, decidieron organizarse para tratar de rescatar a los patriotas de las cárceles donde fueron llevados.

Es así que el 2 de marzo de 1810, a las 13:30 que un grupo de bravos patriotas armados de rudimentarios revólveres y puñales irrumpieron en una de las cárceles para liberar a sus coterráneos, pero la falta de coordinación jugo un papel desagradable , puesto que mientras los patriotas liberaban a una parte de los presos de unas celdas , los presos de otras cárceles eran eliminados y además los guardianes de esas celdas eran llamadas a reforzar loas cárceles que habían sido allanadas por los patriotas.

Además algunos compatriotas habían sido recluidos en algunas celdas de alta seguridad a donde no pudieron llegar los patriotas para liberar a sus coterráneos, produciendo así una masacre dentro de las celdas, inclusive en presencia de unas niñas menores de edad que habían ido a visitar a su padre las cuales se salvaron de milagro, pero quedaron en sus mentes las imágenes de la matanza suscitada esa tarde en la cárcel y que acabaron con la vida de sus progenitores.

No satisfechos con dar muerte a los recluidos en las cárceles, salieron a las calles de la cuidad y empezaron a matar a toda persona que creían sospechosas, cometiendo así muchos desmanes y robos en el pueblo.

Solo la intervención conciliadora del Obispo Cuero y Caicedo, hizo que se detuviera la matanza y los desmanes que se producían durante horas interminables.

Las autoridades españolas pretendieron justificar la masacre con la versión de que los cuarteles habían sido asaltados por ciudadanos ebrios y por la muerte del Capt. Encargado de los calabozos el cuál dio la orden de que echen fuego a los presos, por lo que procedieron a dar muerte a todos los presos-

Constitución española de 1812

Tras el levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses, ocurrido el 2 de mayo de 1808, se produjo en numerosos territorios un fenómeno espontáneo de resistencia que se agrupó en las llamadas Juntas. Estas comprendieron que su unión y agrupación produciría una mayor eficacia.

El 25 de septiembre del mismo año se constituyó la Junta Suprema Central Gubernativa con sede primero en Arranques y luego en Sevilla. Sus funciones fueron las de dirigir la guerra y la posterior reconstrucción del Estado.

Se plantearon dos posibilidades sobre el futuro político español. La primera de ellas, representada fundamentalmente por Jovellanos, consistía en la restauración de las normas previas a la monarquía absoluta, mientras que la segunda posibilidad suponía la promulgación de una nueva Constitución.

Después de Sevilla, las Cortes se trasladaron a San Fernando, entonces conocido como La Isla de León, efectuando su primera reunión el 24 de septiembre de 1810 en el actual Teatro de las Cortes. Posteriormente, tras un brote de fiebre amarilla y el avance francés, a Cádiz.

La Constitución de Cádiz no fue un acto revolucionario, ni una ruptura con el pasado. Desde la legalidad del momento, quienes eran los legítimos representantes, la acordaron. Comenzaron los actos del citado 24-09-1810 con procesión cívica, misa y la petición encarecida del Presidente de la Regencia, el Obispo de Orense a los reunidos que cumplieran fiel y eficientemente sus cometidos.

09 de octubre de 1820

Prendida la primera llama de la Libertad el 10 de agosto de 1809, en Quito luz de América, y sellado con el más grande sacrificio el 2 de marzo de 1810, constituyo el sagrado holocausto, que abono en terreno fecundo y heroico del movimiento de Guayaquil, hasta alcanzar ufanos la gloriosa libertad, terminando para siempre con el yugo español..

Al amanecer del día 9 de octubre, a las 2 de las madrugada, el Capt. Febres Cordero, se dirige al cuartel de los "Granaderos", cuyo cuerpo estaba listo y sobre las armas, permanecían en silencio para no despertar sospechas.

Febres Cordero tomó media compañía de Granaderos y se dirigió hasta los cuarteles de Artillería, irrumpiendo al cuartel y apoderándoce de todo el armamento y municiones.

Se detuvo al Comandante de Las fuerzas reales, al Gobernador, y a todos los personajes que se encontraban asumiendo el mando y oprimiendo a la sociedad entera con sus leyes y reglamentos drásticos.

Ya al amanecer los ciudadanos Guayaquileños celebraban el triunfo de la revolución y además el pueblo se armó y se dirigió al cuartel de los "Granaderos", para prestar su contingente para la defensa, Febres Cordero se sorprendió de este acto de heroísmo,De esta manera se redacta el ACTA DE INDEPENDENCIA DE GUAYAQUIL el 9 de Octubre de 1820, para lo cual firman algunas figuras claves de la Revolución para aportar con su valor al pueblo Guayaquileño.

03 de noviembre de 1820

Los patriotas cuencanos de 1820 habían decidido acabar con el yugo colonial para encontrar la ruta de su propio destino. José María Vázquez de Noboa, Joaquín Salazar y Lozano, Tomás Ordóñez, León de la Piedra,

José Cisneros, Pedro y Felipe Serrano, Vicente Toledo, Joaquín Astudillo, Zenón de San Martín, Gerónimo Illescas, Fernando Coronel, José Moscoso, Ambrosio Prieto, son algunos nombres de los conspiradores.

Antonio Díaz Cruzado, Gobernador representante de la autoridad española, había accedido a entregar el mando a los patriotas el primer día de noviembre de 1820, pero al ser descubierto el proyecto, fue tomado prisionero y enviado a Quito por los caminos del Cañar.

Le sucedió en el cargo Vásquez de Noboa, Segundo Alcalde, quien el tres de noviembre mandó a pregonar bandos reales en la plaza central de Cuenca, lo que fue aprovechado por los rebeldes para sorprender a la escolta y desarmarla: todo había sido planificado con el secreto apoyo de Vázquez de Noboa.

Los patriotas, provistos de armas -escasas, por cierto-, se apertrecharon en la plaza de San Sebastián, para preparar el ataque al cuartel rigurosamente guarnecido por l09 soldados realistas al mando de Antonio García Tréllez.

La plaza central -hoy Parque Calderón-, era escenario de repetidas escaramuzas, con la reacción del pueblo en favor de la independencia. ¡Que viva la libertad, abajo los chapetones, abajo la terquedad!, eran los gritos de la gente ansiosa de acabar con el dominio extranjero.

Tomás Ordóñez, que había sufrido una herida de bayoneta en una pierna durante el asalto a la escolta, recorría por la ciudad sobre una acémila sin ensillar alentando los ánimos de todo el mundo e invitando a sumarse al movimiento libertario.

Las fuerzas eran desiguales. Al atardecer, por seguridad, los patriotas prefirieron trasladarse al barrio de El Vecino, desde donde se podía dominar la ciudad y también conseguir refuerzos de gente que venía por los caminos del norte.

"Esta situación, grave de suyo, y mucho más aún para una ciudad donde era ésta la primera vez que se oía el estrépito de un combate, se prolongaba sin esperanza alguna de solución. Las horas del día 3, desde la del asalto, todas las de la noche del mismo día, y las del 4 siguiente, gastadas en infructuosa lucha, eran para descorazonar aún a los más bravos. Parece que los patriotas pensaban ya en una retirada definitiva, y que aún la habían comenzado por los dos caminos de El Rollo, cuando asomó allí, este último día, el célebre cura de Chuquipata, el maestro Javier de Loyola, con numerosos refuerzos de gente blanca y de indígenas armados", escribe Octavio Cordero Palacios.

Reforzados, los patriotas, rehicieron filas. Al caer de la noche se apoderaron de la plaza central, tomaron el cuartel que abandonaron en fuga los realistas y proclamaron triunfales la independencia de Cuenca.

El cura Loyola se sumó a la lista de héroes de la jornada y el pueblo le aclamaba con entusiasmo: "¡Que viva el cura Loyola, que viva la libertad. Abajo los chapetones, que muera la terquedad!", era la copla que resonaba en las calles de la ciudad.

Batalla de Pichincha 24 de mayo de 1822

A las 8:00 de la mañana llegamos a las alturas del Pichincha que dominan a Quito, dejando muy atrás nuestro parque CUBIERTO CON EL Batallón Albión: Mientras las tropas reposaban, la Compañía de Cazadores del Paya fue designado a recorrer las avenidas; seguía luego el Batallón Trujillo (del Perú) dirigido por el Crnl. Santa Cruz, Comandante General de la División del Perú. A las nueve y media dio la compañía de los Cazadores con la División Española, que marchaba por nuestra derecha a la posición que teníamos; y roto el fuego se sostuvo mientras conservó municiones; llega el Batallón Trujillo y se comprometió al combate; muy especialmente las dos compañías de Yaguachi reforzaron este Batallón conducido por el Crnl. Morales, en persona, El resto de nuestra infantería a las órdenes del General. Mires seguía el movimiento excepto las dos compañías de Magdalena con el Sr. Crnl. Córdo v marcho a situarse por la espalda del enemigo, pero encontrándose con obstáculos invencibles, tuvo que volverse.

El Batallón Paya pudo estar firmado, pero consumidos los cartuchos de estos dos cuerpos, tuvieron que retirarse, no obstante su brillante comportamiento. El enemigo se adelantó, por consiguiente, algún poco; Y como el terreno apenas permite entrar más de un batallón de combate, se dio orden al Payaque marchase a bayoneta, lo ejecuto con un brío que hizo perder al enemigo en el acto la ventaja que había obtenido y comprometido nuevamente el fuego, la mezcla del terreno permitió que los españoles aún se sostuviesen.

El enemigo destacó tres compañías de Aragón a flanquearnos por la izquierda; Y a favor de la espesura del bosque conseguía estar ya sobre la cima, cuando llegaron las compañías de la Albión que se había atrasado con el parque; y entrando con la bizarría que siempre ha distinguido a este cuerpo, puso en completa derrota los de Aragón. Entre tanto, El Crnl. Córdova tuvo la orden de relevar al Paya, con las dos compañías del Magdalena y este jefe, cuya intrepidez es muy conocida, cargo con un denuedo admirable y desordenado al enemigo y derrotándole, la victoria coronó a las doce del día a los soldados de la Libertad. Reforzado este jefe con los Cazadores del Paya, con una compañía del yaguachi y con los tres de la Albión persiguió a los españoles, entrándose hasta la Capital y obligando a sus restos a encerrarse en el Fuerte del Panecillo.

Los resultados de las jornadas del Pichincha sido la ocupación de esta cuidad y su fuerte es el 25 por la tarde, la posición y tranquilidad de todo el Departamento, y la toma de 1.100 prisioneros de tropa, 160 oficiales, 14 piezas de Artillería, 1.700 fusiles, fornituras, cornetas, cajas de guerra y cuantos elementos de guerra poseía el Ejército español.

Cuatrocientos cadáveres enemigos y doscientos nuestros han regado el campo de batalla: Además tenemos 1.190 heridos de los españoles y 140 de los nuestros. Entre los primeros contamos al Tnte, Molina, Subt. Mendoza, y entre los segundos a los capitanes Cabal, Castro y Alzuro, Tnte. Calderón y Ramírez y a los Subts. Borrero y Arango.

Los cuerpos todos han cumplido su deber: jefes, Oficiales y Tropa se disputaban la gloria del triunfo: El boletín que dará el Estado mayor recomendará a los jefes y subalternos que se han distinguido; y yo cumpliré con el deber de ponerlos en consideración del Gobierno; en tanto: hago una particular de la conducta del Tnte. Calderón, que habiendo recibido sucesivamente cuatro disparos no quiso retirarse del combate. Probablemente morirá , pero el Gobierno de la República sabrá compensar a su familia los servicios de este oficial heroico.

La caballería española va dispersa y perseguida por el cuerpo del combate Cestaris, que antes había yo interpuesto sobre Quito y Pasto.

La gran Colombia

El sueño de Bolívar, influido por la conformación de Estados Unidos y su éxito económico, era formar una gran nación americana de estados confederados. Consciente de las dificultades de dicho proyecto, buscó que Colombia se convirtiera en uno de los ejes de la política mundial y en una fuerza opositora al colonialismo europeo. Consideraba que sólo mediante una gran unidad supranacional era posible garantizar la libertad, el progreso económico y el desarrollo democrático.

Ya desde la independencia de Nueva Granada, en 1819, el proyecto de Simón Bolívar contemplaba la formación de una gran nación en la que estuvieran incluidos la Capitanía General de Venezuela y el Virreinato de Nueva Granada, del cual formaba parte la Audiencia de Quito. Eran tres distritos: Distrito de Venezuela, Distrito de Cundinamarca o Nueva Granada y Distrito del Sur, cuyo presidente era Simón Bolívar; pero la Gran Colombia nunca logró una real integración.

De un día a otro, las ciudades que habían luchado por regir sus propios destinos eran parte de un territorio cuyo centro de decisiones y eje de interés se ubicaban muy lejos. Una vez más el territorio de lo que sería Ecuador, el Distrito del Sur, se sentía relegado y desplazado del poder político y de la conducción económica. Se percibía que el gobierno bogotano trabajaba a favor de intereses ajenos y reproducía el centralismo virreinal tan combatido. Pronto, distintas medidas de corte liberal entraron en conflicto con los intereses de las élites locales serranas, del clero, de comerciantes e incluso del fisco, y mostraron la división intrínseca del Distrito del Sur. Mientras la Costa se beneficiaba de las políticas de apertura comercial, la Región Andina -de vocación artesanal y manufacturera- vio desmoronarse su economía.

En 1824 el gobierno de Bogotá recortó el territorio de lo que había sido la audiencia, llevándose Popayán y Pasto a la jurisdicción de Cundinamarca. En 1828 Perú invadió la provincia de Loja y llegó casi hasta Cuenca. Contaba con el respaldo de algunos terratenientes que rechazaban la incorporación a Colombia. Pero el ejército peruano fue vencido por Sucre, jefe superior del sur. Las continuas guerras, la crisis económica, la reducción de territorios de lo que había sido la Audiencia de Quito y, principalmente, su situación de marginalidad y el poco respeto a sus intereses, hicieron insostenible la pertenencia del Distrito del Sur a la Gran Colombia.

Lo que aceleró la separación de Venezuela y la gran colombia fue la discrepancia de opiniones entre federalistas y centralistas. Quito no había tenido una representación real en las deliberaciones constitucionales y solo fue hasta 1822 que se une a la Gran Colombia. A pesar de existir apoyo a la Constitución de Cúcuta, más específicamente en Guayaquil, Quito y Venezuela ansiaban una constitución federalista, es decir una que les permitiera tener un control y libertad regional sin imposiciones centrales fuertes; en particular el cuerpo militar Venezolano esperaba ejercer más poder en su región.

A los miembros del ejército se les había permitido votar en las elecciones desde la Constitución de Cúcuta en especial como justo reconocimiento al esfuerzo realizado en las campañas libertadoras. En 1827 el congreso decide reducir ese derecho e hizo un cambio constitucional para excluir desde los sargentos hacia abajo, ya que excluir la cúpula militar era un movimiento muy atrevido.

En Abril de 1828 se reúnen en Ocaña los representantes de los municipios (parroquias) para elegir el congreso constituyente que reformaría la Constitución de Cúcuta. Los Santanderistas (federalistas) lograron una gran representación. El descontento de los Bolivarianos fue tal que decidieron abandonar las deliberaciones por lo cual no se logró el quórum. Esta incapacidad para ejercer la democracia y de resolver los conflictos bajo el diálogo, la negociación y el voto, optando más bien por el abandono, fue un comportamiento que persiguió como mal fantasma a los partidos tradicionales durante el siglo XIXX y XXX y fue causa generadora de violencia. A pesar de todo se nombran los miembros en las elecciones del 1 de julio de 1828.

Bolívar con su ferviente deseo de ver una Gran Colombia unida decide hacer imponer su voluntad en forma dictatorial como último recurso y presenta, en Agosto de 1828, una constitución que había desarrollado en la que se incluía Perú y Bolivia (pues Bolivia ya se había separado de Perú), con un fuerte gobierno central y una presidencia de por vida en la que el presidente podría tener la facultad de nombrar su sucesor. Esa fue la chispa final que incendió a los Santanderistas pues vieron en esa propuesta un retroceso a una monarquía y llegaron al punto de intentar asesinar al libertador en Septiembre 25. Adicionalmente, los líderes venezolanos vieron con bastante recelo las intenciones de Bolívar y en Noviembre de 1829 deciden separarse de La Gran Colombia y así lo dejan saber en la convención de Enero. Bolívar finalmente renuncia a su posición durante la convención constitucional de Enero de 1830 (también llamada el Congreso Admirable), adicionalmente, empezaba a mostrarse enfermo.

Los Quiteños, al saber que Venezuela se había separado y que Bolívar se retiraba en forma definitiva, tomaron la resolución de separarse. Y con esto se desvanece la Gran Colombia después de 11 años de existencia.

El descontento militar y el de los grupos liberales se acentúan y conlleva a la dictadura del General Rafael Urdaneta. Finamente en Diciembre de 1830 muere el libertador Simón Bolívar.

Batalla de Ibarra

La Batalla de Ibarra o Batalla de la Ribera de Tahuando fue un enfrentamiento ocurrido el 17 de julio de 1823 entre tropas independentistas lideradas por Simón Bolívar y tropas realistas lideradas por Agustín Agualongo. El coronel Agustín Agualongo comandante realista de Pasto, aprovechando un posible descanso de Bolívar en El Garzal, en la provincia de Los Ríos, se sublevó el 12 de julio de 1823. Bolívar, escuchando que Agualongo había vencido al coronel Juan José Flores. Se pone en marcha a acabar con la insurrección de Pasto.

Simón Bolívar después de 7 días de marchas forzadas vence a Agualongo. Bolívar reunió a sus tropas en Otavalo, y el 17 de julio de 1823, derrota a Agualongo en las calles de Ibarra, y cerca de la hacienda la Victoria, que se ubica al otro lado del Río Tahuando, lugar donde está la famosa piedra Chapetona, que recuerda el hecho. Se dice que sobre esta piedra se encaramó Bolivar para dirigir a sus tropas a la victoria. La batalla guarda especial importancia por ser la única dirigida personalmente por El Libertador en territorio ecuatoriano y por supuesto te ire a matar

Manuelita Saenz

Nació en Quito el 27 de diciembre de 1793, se educó en el Monasterio de la concepción, aprendió tres idiomas. A los 19 años se casó con el naviero ingles James Thome en Panamá, el mismo que fue asesinado en 1847.

El 16 de junio de 1822, conoció al gran libertador Simón Bolívar cuando hacia su entrada triunfal en Quito. Al llegar Bolívar a la Plaza Mayor, Manuela le arroja una corona de ramas de laurel, este acto le causo bastante sorpresa al Libertador que desde ese instante se quedo maravillado.

Luego de algunos encuentros amorosos en la Hacienda Cataguango, que luego se convirtió en la leal consejera, desinteresada partidaria, sumisa, servidora, genio titular y la más enamorada de las mujeres.

Manuelita Saénz se convirtió en héroe en tres ocasiones por haber salvado la vida al libertador por parte de sus enemigos, por lo que le pusieron el sobre nombre "LA LIBERTADORA DEL LIBERTADOR".

Se separaron para siempre en mayo de 1830 cuando Bolívar renunció a la Presidencia, pero esta no cesó en sus múltiples manifestaciones a favor de su amante Bolívar.

En enero de 1834, fue deportada de Colombia por Santander, paso en algunos calabozos, luego de salir libre se radico en Paita donde acabo su existencia por una peste de difteria un día 23 de noviembre de 1856, a la edad de 59 años.

Simón Bolívar

Caudillo de la independencia hispanoamericana (Caracas, Venezuela, 1783 – Santa Marta, Colombia, 1830). Nacido en una familia de origen vasco de la hidalguía criolla venezolana, Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores de la Ilustración (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu…) y viajando por Europa. En París tomó contacto con las ideas de la Revolución y conoció personalmente a Napoleón y Humboldt. Afiliado a la masonería e imbuido de las ideas liberales, ya en 1805 se juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su país de la dominación española. Y, aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas; además, suministró al movimiento una base ideológica mediante sus propios escritos y discursos.

En 1810 se unió a la revolución independentista que estalló en Venezuela dirigida por Miranda (aprovechando que la metrópoli se hallaba ocupada por el ejército francés). El fracaso de aquella intentona obligó a Bolívar a huir del país en 1812; tomó entonces las riendas del movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias un manifiesto que incitaba de nuevo a la rebelión, corrigiendo los errores cometidos en el pasado (1812).

En 1813 lanzó una segunda revolución, que entró triunfante en Caracas (de ese momento data la concesión por el Ayuntamiento del título de Libertador). Aún hubo una nueva reacción realista, bajo la dirección de Morillo y Bobes, que reconquistaron el país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-15); pero éste realizó una tercera revolución entre 1816 y 1819, que le daría el control del país.

Bolívar soñaba con formar una gran confederación que uniera a todas las antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de Estados Unidos. Por ello, no satisfecho con la liberación de Venezuela, cruzó los Andes y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que dio la independencia al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia). Reunió entonces un Congreso en Angostura (1819), que elaboró una Constitución para la nueva República de Colombia, que englobaba lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; el mismo Simón Bolívar fue elegido presidente de esta «Gran Colombia». Luego liberó la Audiencia Quito (actual Ecuador) en unión de Sucre, tras imponerse en la batalla de Pichincha (1822).

 

 

 

 

Fernanda Gabriela

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