- Resumen
- Introducción
- Marco teórico referencial del proceso de formación profesional permanente y su contextualización en la universalización de la Educación Superior
- Antecedentes históricos de la formación profesional permanente y su contextualización en el proceso de universalización de la Educación Superior
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
Resumen
El presente artículo científico refiere un estudio de la formación profesional permanente del docente universitario y su contextualización en la universalización de la Educación Superior que se concreta en el municipio Jiguaní, de Granma, Cuba. La formación profesional competente constituye un proceso vital intencionado socioculturalmente, signado por el carácter progresivo del crecimiento y desarrollo profesional, como matriz emprendedora de excelencia en docencia universitaria; es aquí donde se concreta toda la actividad de superación de los profesionales de la docencia que tienen su rol de formadores de profesionales en los espacios multicontextuales donde se implementa la universalización de la Educación Superior en Cuba.
Introducción
La universidad del siglo XXI debe enfrentar retos y desafíos que demandan las profundas transformaciones que impone la sociedad del conocimiento; donde el rol profesional del docente adquiere una mayor connotación como agentes impulsores del desarrollo cultural a partir de brindar las múltiples opciones de solución a problemas socio-profesionales que cada momento epocal lo necesita de manera urgente.
La formación profesional competente constituye un proceso vital intencionado socioculturalmente, signado por el carácter permanente y progresivo del crecimiento y desarrollo profesional, como matriz emprendedora de excelencia en docencia universitaria; es aquí donde se concreta toda la actividad de superación de los profesionales de la docencia que tienen su rol de formadores de profesionales en los espacios multicontextuales donde se implementa la universalización de la Educación Superior en Cuba.
El proceso de universalización de la Educación Superior en Cuba adquiere matices significativos dado la complejidad de la gestión y dinámica que debe tipificarlo para alcanzar su finalidad como institución social, encargada de preservar, desarrollar y promover cultura, adquiriendo gran valor práctico el proceso de formación permanente de los profesionales que se desempeñan en las filiales universitarias de diferentes localidades de la provincia de Granma.
El proceso de formación permanente es normado en el Sistema Nacional de Educación en Cuba, con particularidades en los diferentes niveles de sistematización, constituyendo una dirección principal del trabajo en el nivel de Educación Superior; precisando que toda actividad que promueve el tránsito a estadios de desarrollo profesional superiores, es la clave del proceso de formación permanente en profesionales que se desempeñan en la docencia universitaria.
La existencia de resultados investigativos acerca del proceso de formación permanente de profesionales en trabajos de autores como Álvarez, C., (1994); Herrero, E. y Valdés, N., (2004); Horruitiner, P., (2006) y Fuentes, H., (2008) refieren a la existencia de diversas denominaciones: formación continua, posgraduada, superación posgraduada; significando la necesidad de desarrollar el proceso con un perfil amplio, signando gran valor al proceso de formación permanente como vía para dar solución a los problemas que se manifiestan en las instituciones de Educación Superior.
La universalización de la Educación Superior en Cuba es un proceso que ha permitido hacer un acercamiento de la ciencia y la tecnología al desarrollo de la localidad, en pos de lograr transformaciones en lo económico, político y social mediado por la implementación de aportaciones sustentadas en bases científicas; por tanto, esta perspectiva requiere de mantener estabilidad y progresividad en la preparación científica técnica, así como pedagógica de los docentes encargado de la formación de profesionales con alto nivel de competitividad y compromiso con la sociedad.
En los contextos donde se desarrolla el proceso de universalización constituye una premisa la preparación de los docentes y por consiguiente el logro está dado en la forma de organización, gestión y dinámica de las actividades y acciones conducentes a sostener la sistematicidad de la formación profesional de los docentes en aras de promover y alcanzar la actuación profesional de excelencia.
En la Filial Universitaria del municipio Jiguaní de la provincia de Granma, Cuba se desarrolla el proceso de universalización de la Educación Superior, donde el colectivo pedagógico realiza su desempeño profesional fundamentalmente en los procesos sustantivos universitarios: docencia, investigativos y extensionismo universitario; manteniendo vínculo con los niveles de superación sistemático que mantienen los profesores durante la interacción sujeto-objeto y sujeto-sujeto contentivos en el proceso de formación de profesional.
En el trabajo direccionado para los profesores de la Filial Universitaria de Jiguaní, se manifiestan determinadas limitaciones en torno a la formación profesional desde el punto de vista científico, técnico y pedagógico entre las que se denotan:
Limitaciones de los profesores para actuar como facilitadores e impulsores de aprendizaje autónomo y contingencia de autoformación.
Limitaciones en estudiantes y profesores para la reconstrucción y/o construcción de saberes con alto nivel de significación y sentido socio-profesional, con actuación independiente.
Limitaciones en profesores y estudiantes en cuanto a la actualización cultural necesaria y suficiente para desempeñarse con excelencia durante la dirección del proceso de formación de profesionales de nivel superior.
En consecuencia a las limitaciones anteriores, permite precisar como generalidad la existencia de insuficiencia en la formación permanente de los profesionales de la docencia universitaria en relación con los avances de la técnica y la pedagogía, limitando una actuación de excelencia pertinente en el proceso de formación de profesionales en contexto donde se desarrolla el proceso de universalización de la educación superior; constituyéndose en el problema científico de la presente investigación.
La dilucidación de las manifestaciones externas e internas del proceso de formación profesional permanente tiene sus causales en:
Asistematicidad de las acciones de formación profesional permanente en la Filial Universitaria de Jiguaní.
Carencia de perfeccionamiento de la estrategia de formación profesional permanente contextualizada.
Consideraciones teóricas metodológicas del proceso de formación profesional permanente y su contextualización en la universalización de la Educación Superior.
Desarrollo
Marco teórico referencial del proceso de formación profesional permanente y su contextualización en la universalización de la Educación Superior
El Sistema Nacional de Educación en Cuba con la finalidad de alcanzar estadios de desarrollo que permitan atemperar a todas las generaciones a cada momento epocal transitado bajo la influencia del vertiginoso desarrollo de los avances científicos técnicos que integran nuevos conocimientos a la cultura tan necesarios para mantener una interacción con el contexto socio-histórico-cultural en que se desarrolla el hombre del siglo XXI.
La Educación Superior en su concepción de sistema adquiere gran significación en la contemporaneidad, pues los centros de educación superior muestran transformaciones esenciales, como síntesis de la relación existente entre universidad-sociedad, en este sentido, para mantener niveles altos en la profesionalización de los recursos humanos requieren de promover el proceso de formación profesional permanente en la multiplicidad de contextos donde se desempeñan los docentes universitarios.
La formación como categoría ha sido objeto de estudio desde referentes de filosofía, sociología, psicología y pedagogía con consideraciones teóricas y metodológicas aportadas en resultados de trabajos investigativos de autores tales como López (2000); González (1995); Valdés (2000); Blanco (2000); Tejada (2007); Álvarez de Zayas (1989) y Fuentes (2010) quienes consideran que la formación forma parte del sistema categorial de la pedagogía; que signa un proceso que demanda de cambios consustanciales para el perfeccionamiento continuo de las metas y fines planteados a partir de ideales que le corresponden; por tanto estas consideraciones permiten aseverar la integración de este proceso a los demás que interactúan y subordinan a él.
Por otra parte, la formación dilucidada desde el contexto de la Educación Superior es considerada como proceso y resultado en la preparación del hombre como ser social (Álvarez de zayas, 1999 y Horruitner-Silva, 2006); de esta manera totalizadora contentivo de instrucción, de desarrollo y educativo; donde la integración y sistematización de estos procesos dotan al profesional de sistema teóricos conceptuales, de habilidades, de valores y culturales mediante la actualización científica técnica pedagógica promoviendo el desarrollo de las potencialidades profesionales que le permite resolver problemas durante su desempeño en la práctica pedagógica.
El carácter desarrollador de la formación en el contexto de la Educación Superior está intencionado alcanzar el más alto nivel de funcionalidad de las facultades y capacidades físicas y mentales; propósito con posibilidades de lograrlo en unidad con el proceso de instrucción, donde se contempla la preparación científico técnico de profesionales capacitados para interactuar con las exigencias que impone la sociedad del conocimiento.
Se comparte con lo señalado por Domínguez (2012) de que el proceso de formación aun no logra responder desde la práctica a las transformaciones que requiere dicho proceso en todas sus dimensiones y referido fundamentalmente a alcanzar una permanencia en la preparación de profesionales en la diversidad de contexto donde se desarrolla la Educación Superior.
En este sentido, se hace necesario dilucidar desde la teoría y la práctica como la formación puede ser comprendida en condiciones de formalidad que permite mantener y superar el nivel de conocimiento de los profesionales con carácter ascendente y sistemático. Es decir, las relaciones entre los procesos sustantivos determinan necesidades de superación en los profesionales.
En la Pedagogía de la Educación Superior la categoría formación es analizada a partir de la intencionalidad que tiene una acción que ejecuta el estudiante y que a la vez determina la calidad de una propuesta formativa.
Los momentos epocales requieren de un profesional de la docencia universitaria preparado para dar soluciones a problemas que se dan en el proceso docente educativo, de manera que es necesario centrar acciones conducente a mantener la superación profesional; en tanto el proceso de formación permanente implica la formación de sistemas culturales con bases científicas técnico con énfasis en la Pedagogía de avanzada, con nuevas formas y métodos que permitan en los profesores un accionar más eficiente en la dirección de procesos formativos en la universidad.
En teoría de la educación planteada por García y García (2001) la formación es interpretada asumiendo como punto de partida lo pedagógico, psicológico, antropológico, sociológico y filosófico del carácter formativo del individuo como ser social que necesita poseer cultura profesional y pedagógica como condición para actuar de manera consciente en contextos universitarios y facilitar el aprendizaje en profesionales en formación.
Tiene significación para los intereses de esta investigación, sistematizar la formación determinada por el estado del sujeto, que desde un enfoque integrador y dialéctico se subraya por Montoya (2007); Fuentes (2011) y Matos (2010) al argumentar desde las premisas que sustentan las concepciones teóricas de la Pedagogía de la Educación Superior, la esencia del proceso de humanización, la contextualización desde lo socio-cultural como proceso que permite la creación y transformación del ser humano, activando dinámicas que gestionan los procesos sustantivos universitarios (académico-investigativo-laboral).
La formación de carácter permanente en el profesional que se desempeña en contextos universitarios constituye un aspecto de ineludible valor, pues si bien el profesional necesita de una óptima formación científica- técnica-pedagógica, también es cierto que la misma debe convertirse en una acción sistemática y progresiva que permita el crecimiento y desarrollo profesional connotado por el paradigma del significado y sentido que sostenga la formación profesional mediante la actuación profesional.
Desde esta perspectiva de análisis entonces se asume de la definición de formación de profesionales planteadas por Fuentes (2010) el carácter procesal, la intencionalidad contextualizada a las demandas sociales, con desempeños laborales y profesionales en correspondencia con los avances de la ciencia, la tecnología, el arte y dispuestos a crecer tanto en el orden de preparación técnica y profesional como en sus condiciones personales y espirituales lo que se resume en profesionales comprometidos, flexibles y trascendentes.
Un proceso de formación profesional permanente, en la actual sociedad donde se interactúa la superación en conocimientos científicos y técnicos de avanzada debe desarrollarse con acciones renovadoras influenciada por el modelo pedagógico de universalización de la Educación Superior, con trascendencia en la labor pedagógica creativa que debe caracterizar al profesor universitario.
La aseveración de que el profesor es el centro del proceso de formación profesional permanente, desde un enfoque humanista, en esta investigación se asume que el proceso de formación profesional permanente está intencionado a transformar a los propios profesores, dado al papel activo del sujeto en el aprendizaje y a las potencialidades que posee para sistematizar un proceso de perfeccionamiento en la superación cognitiva multidimensional.
En el proceso de formación profesional permanente de profesores universitarios tienen valor lo expresado por Chávez (2005) que la formación expresa la dirección del desarrollo y que a la misma se llega a través de aprendizajes particulares, destrezas o habilidades como medios para alcanzarla, es decir entre formación y aprendizaje existe una estrecha relación. El reconocimiento de esta relación permite dilucidar que a medida que se enriquece el conocimiento de las ciencias la concepción de aprendizaje como elemento esencial de la formación profesional adquiere nuevas definiciones.
La universidad contemporánea a decir de lo apreciado por Hernández y Pérez (2011) desde la relación que establece con la sociedad, es fuente de producción y reproducción de conocimientos y tecnologías. La nueva universidad cubana surgida en su contexto afianza sus procesos sustantivos y en particular la educación de postgrado en la medida en que logre pertinencia social y excelencia académica con una dinámica desarrolladora, diversificándose y profundizándose según lo exijan las circunstancias concretas del contexto de desempeño.
La educación de postgrado en Cuba se estructura en: superación profesional y postgrado académico. La superación profesional la programa y realiza la educación superior y centros autorizados para ello; pero el postgrado académico solo pueden ser estructurada y ejecutada por las instituciones de educación superior y, excepcionalmente, por aquellas instituciones científicas autorizadas por el Ministerio de Educación Superior o por la Comisión Nacional de Grados Científicos si se trata de programas de doctorado (MES, 2004, p. 4-5). Las formas organizativas principales de la superación profesional son el curso, el entrenamiento y el diplomado, y las del postgrado académico la especialidad, la maestría, el doctorado (los dos niveles) y el postdoctorado. Otras formas que complementan la superación profesional son la autopreparación, la conferencia especializada, el seminario, el taller y el debate científico, la divulgación de los avances del conocimiento, la ciencia, la tecnología y el arte. Días (2006).
De esta forma, la formación de postgrado convierte a los actores locales en productores y generadores de conocimiento y desarrollo con habilidades para identificar y brindar solución a problemas sociales, económicos que promuevan el bienestar humano local. En tal sentido Fuentes (2005), expresa que el proceso de formación de postgrado pretende capacitar a los graduados universitarios, primeramente para sus puestos de trabajo y luego para las crecientes demandas de la sociedad.
En Cuba la educación de postgrado es una de las direcciones principales de trabajo de la Educación Superior dirigido a promover la formación permanente de los graduados universitarios. Sustentado sobre bases políticas, económicas, académicas, científicas, administrativas y jurídicas que armonizan los múltiples factores que intervienen en el desarrollo del sistema.
La superación profesional tiene como objetivo la formación permanente y la actualización sistemática de los graduados universitarios, el perfeccionamiento del desempeño de sus actividades profesionales y académicas, así como el enriquecimiento de su acervo cultural. (Res 132/2004)
En tal sentido, la formación permanente constituye una vía esencial para la preparación de los docentes universitarios, en particular en el contexto de universalización, a partir de las nuevas demandas y el papel transformador que los mismos ejercen en la sociedad en el contexto local.
La formación permanente a decir de Herrero y Valdés (2004), es un continuo que acaba con el final de las capacidades para el aprendizaje. No solo visto desde un carácter personológico, sino su necesidad se fundamenta también en la diseminación de gran cantidad de información a revisar para encontrar aquella que es significativa para el desarrollo de diferentes ramas del conocimiento. Baute e Iglesias(2011) destacan que la actualización constante de saberes, habilidades, valores y modos de actuación de los docentes, les permite dar respuesta a las exigencias sociales.
En particular, la superación del profesor universitario se atempera a los cambios bruscos de su entorno, lo que requiere su contextualización y personalización a partir de un diagnóstico en el perfeccionamiento del proceso de enseñanza aprendizaje y por tanto la formación de profesionales con las exigencias que demanda la sociedad actual.
Advine (2010), Balmaceda (2010), González (2003, 2006, 2008), Angulo(2006), Ramírez (2006), Baute e Iglesias (2011) proponen alternativas de formación del profesorado universitario contextualizadas a las condiciones de la enseñanza en la Universidad Cubana Actual. Convergen en demostrar como regularidad la orientación hacia la formación pedagógica de estos docentes que les permita apropiarse de la cultura universitaria, así como la impartición de los conocimientos con un enfoque pedagógico.
La formación permanente del docente debe entenderse como un proceso de actualización que le posibilita realizar su práctica pedagógica y profesional de manera significativa, pertinente y adecuada a los contextos sociales en los que se inscribe, articulada al ejercicio mismo de la práctica pedagógica y concibe al docente como un profesional idóneo para reconstruir el conocimiento pedagógico, a partir de la experiencia a la que se enfrenta diariamente. (Camargo M, Gloria C, Franco M, Londoño S, Zapata F, Garavito C, consultado en Dialnet. Marzo de 2014)
La superación sistemática de todos los profesores de los centros de educación superior adscritos al Ministerio de Educación Superior se institucionaliza con la Instrucción 03 del 2008, la cual sistematiza la necesidad de preservar, enriquecer y potenciar los logros que ha tenido ese nivel educacional en el país.
Como respuesta al incremento del claustro con la universalización de la universidad y la preparación como docentes de los nuevos profesores que se incorporaron a las aulas de las sedes universitarias municipales, hoy filiales universitarias, procedentes de la producción y los servicios, con experiencia profesional, pero que deben perfeccionar su formación profesional y como profesores universitarios ante la apertura de nuevas carreras y la necesaria renovación del claustro.
Con la incorporación de profesionales que se desempeñan en la producción y los servicios como profesores universitarios convierte a la superación continúa en una prioridad, con el fin de salvaguardar la calidad alcanzada en la docencia, la investigación y la extensión universitaria. En este proceso es importante considerar los saberes, vivencias, experiencias, tradiciones y valores del profesorado cubano, que han posibilitado la obtención de innegables éxitos en la formación de profesionales.
El mismo ofrece una variable y flexible oferta de posgrado, que contempla la formación político–ideológica del claustro, la preparación pedagógica, en sus especialidades y en la formación para la investigación; el empleo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en los procesos universitarios; el conocimiento de idiomas; la preparación en los problemas sociales de la ciencia, la tecnología y la sociedad; la dirección de procesos sustantivos universitarios y otros aspectos relevantes para la superación del profesorado.
Con este sistema se potencia el trabajo de formación integral de los profesores, los prepara para que puedan realizar una mejor labor educativa con los estudiantes, facilita la promoción de categorías docentes del claustro, el aumento de su producción científica, un mejor vínculo con la sociedad y en general contribuye a la renovación del rol del profesor universitario en los centros de educación superior del Ministerio de Educación Superior.
La Universalización de la Educación Superior, después de la campaña de alfabetización y la reforma universitaria de 1962, es la más profunda transformación educacional ocurrida en Cuba, solo posible por el desarrollo alcanzado en los indicadores del sistema educativo en la población. Con ello se añade la necesidad de transformaciones enriquecedoras en el modo de actuación de los profesionales incorporados como profesores universitarios teniendo en cuenta que muchos de ellos no son graduados con formación pedagógica, además de mostrar carencias en la actualización en su perfil profesional.
La universalización de la educación superior se hace realidad con el inicio del siglo por la necesidad de incorporar a jóvenes de los diferentes programas de la revolución, acercando su formación a los lugares de residencia, aprovechando la infraestructura del sistema de educación en cada territorio, así como las entidades laborales e industrias como escenarios docentes. Estos aspectos connotan el proceso en Cuba donde el estado financia y asigna recursos que brindan oportunidades en busca de equidad y justicia social.
Un proceso concebido a partir de un modelo pedagógico semipresencial donde el estudiante es el centro del proceso, con un rol activo en su autoformación y el profesor como facilitador del aprendizaje. Con el enfoque de este modelo de formación los sujetos participantes del proceso requieren de habilidades, modos de actuación y herramientas sustentados en las ciencias pedagógicas que puedan direccionar intencionalmente el proceso para formar un profesional con la misma calidad que en los cursos regulares diurnos en las universidades centrales. Se requiere entonces de un sistema de superación que forme a los formadores en respuesta a las demandas y exigencias del contexto.
Esta adecuación de la formación profesional al contexto de la universalización como innovación del sistema de formación profesional justifica transformaciones, según Sánchez (1997), en el conocimiento científico y avances tecnológicos. Pero lo anterior no es suficiente, se requiere de involucrar al docente, dado que las mejoras en el proceso docente educativo va aparejado a producir mejoras en la formación del docente.
Al respecto, Escudero y Bolívar (1995), valoran que una formación valiosa de los alumnos es prácticamente irrealizable al margen de una formación, también valiosa, relevante, efectiva y pertinente de los docentes.
En términos similares se expresa Paniagua (2002) al considerar que garantizar y mejorar el aprendizaje de los estudiantes implica, como prerrequisito, garantizar a los educadores las oportunidades y las condiciones para un aprendizaje como tales, relevante, permanente, pertinente, actualizado y de calidad. No pueden dar lo que no tienen, no pueden enseñar lo que no saben, no pueden influir en aquellos valores y actitudes que no tienen o no comparten, en fin, deben estar bien preparados para su rol fundamental de conductores de las generaciones del futuro, y con una actitud de aprendices permanentes.
En el informe a la UNESCO por la Comisión Internacional sobre educación para el siglo XXI, en su capítulo dedicado al personal docente se plantea que nunca se insistirá demasiado en la importancia de la calidad de la enseñanza y, por ende, del profesorado. Así pues, mejorar la calidad y la motivación de los docentes debe ser una prioridad en todos los países. Por tanto, prestar atención a la formación de docentes, adquiere una connotación cada vez mayor, en un mundo dinámico como el actual, permanentemente sometido a múltiples y acelerados cambios.
Antecedentes históricos de la formación profesional permanente y su contextualización en el proceso de universalización de la Educación Superior
En Cuba, la educación de Postgrado se inicia en 1974 con la aprobación de la ley de grados científicos y la realización de algunos cursos impartidos principalmente por profesores extranjeros.
Con anterioridad las Universidades desarrollaron actividades de postgrado que no respondían a una planificación, distinguiéndose por la inexistencia de conceptos, estrategias y reglamentaciones que encaminaran su propósito. Lastre (2003).
Los primeros planes nacionales que incluían cursos, entrenamientos y estudios de Postgrado fundamentados en las necesidades de la producción y los servicios se realizan a partir del año 1976 con la creación del Ministerio de Educación Superior. Luego, con el perfeccionamiento del Sistema de Educación de Postgrado en el año 1977 se estructura el proceso en dos subsistemas: El Sistema de Grados Científicos y El Sistema de Superación Profesional. El primero selectivo, que posibilitó la formación científica en el país, el segundo de carácter masivo y dirigido a la superación continua de los egresados universitarios. Caracterizado por un notable crecimiento de la red de instituciones con el propósito de acercar la superación profesional a todos los territorios del país con la existencia de 37 centros de educación superior diseminados por toda Cuba.
En 1986 se aprueba el documento Desarrollo y Perspectiva de la Educación de Posgrado en Cuba, con el fin de analizar los problemas, deficiencias y perspectivas de este subsistema educativo.
El consejo de dirección ampliado del MES, en abril de 1992, aprueba el Programa de Educación de Postgrado, que recoge los principios, perspectivas y tareas principales de la Educación de Postgrado. Este documento actualiza los principales aspectos positivos reflejados en las reglamentaciones anteriores de balance y proyección de la Educación de Postgrado y el reordenamiento de las acciones fundamentales a desarrollar. También incluyó elementos conceptuales que se incorporaban o se perfeccionaban, formas organizativas nuevas, y especialmente daba el enfoque del trabajo de la dirección de Educación de Postgrado, los Centros de Educación Superior y los Centros autorizados para la impartición de actividades de Postgrado.
En este mismo sentido en 1993 se emite la resolución 193 del MES que puso en vigor el "Reglamento de la Educación de Posgrado de la República de Cuba", que precisó conceptos, estructuras, funciones y procedimientos generales, además de las figuras del posgrado.
En enero de 1996 se aprueba el nuevo Reglamento de la Educación de Postgrado en Cuba, respecto a la Superación Profesional que tiene como formas principales el curso, el entrenamiento y el diplomado, también incluye otras formas dinámicas de superación profesional tales como seminarios, conferencias, talleres, asesoramientos y consultarías.
Como resultado del perfeccionamiento continuo de la Educación Superior y la universalización de la Educación Superior, en julio del 2004 se aprueba el nuevo reglamento que establece a la Educación de Postgrado como una de las direcciones principales de trabajo de la educación superior en Cuba, y el nivel más alto del sistema de educación superior.
Se caracteriza por una Educación de Posgrado con una alta demanda, debido a las crecientes exigencias de conocimientos, habilidades y valores como único medio de enfrentar los cambios económicos y sociales, el considerable aumento de profesores adjuntos, agentes principales de la universalización, el desenvolvimiento de los programas educacionales y la conversión del estudio en una nueva forma de trabajo, a partir del perfeccionamiento empresarial de sectores que ocupan a un elevado número de profesionales. Lastre (2003)
Concibe la educación permanente de los graduados universitarios como un proceso docente educativo donde concurren procesos formativos, de desarrollo, investigación e innovación. Fundamenta la necesidad de la educación a lo largo de la vida como un proceso de desarrollo en la autogestión del aprendizaje y la socialización en la construcción del conocimiento.
En este sentido la educación de postgrado fomenta la gestión del conocimiento para promover el desarrollo sostenible de la sociedad en una época donde la demanda de información se vincula a los procesos de desarrollo por lo que favorece el acceso a las fronteras nacionales e internacionales más avanzadas de los conocimientos. Y a la vez que atiende demandas de capacitación que el presente reclama, se anticipa a los requerimientos de la sociedad, creando las capacidades para enfrentar nuevos desafíos sociales, productivos y culturales.
La educación de posgrado enfatiza el trabajo colectivo y la integración en redes, a la par que atiende de modo personalizado las necesidades de formación de los estudiantes de este nivel; promueve la superación continua de los graduados universitarios, el desarrollo de la investigación, la tecnología, la cultura y el arte. Para cumplir esta variedad de funciones, la educación de posgrado se estructura en superación profesional y formación académica; de esta última forma parte el Sistema Nacional de Grados Científicos.
En particular la superación profesional tiene como objetivo la formación permanente y la actualización sistemática de los graduados universitarios, el perfeccionamiento del desempeño de sus actividades profesionales y académicas, así como el enriquecimiento de su acervo cultural.
Se adoptan formas organizativas flexibles con rigor de la calidad de las ofertas, desarrolladas en diferentes modalidades de dedicación: tiempo completo o tiempo parcial y con diferentes grados de comparecencia: de forma presencial, semipresencial o a distancia.
Aparejado a este proceso de formación postgraduada de los profesionales, de manera específica se establece la formación continua de los formadores a través del sistema de Superación de los Profesores Universitarios.
En el año 1978 se diseña y pone en práctica el Sistema de Superación de los Cuadros Científico Pedagógico para los docentes del subsistema de la Educación Superior, el cual posteriormente se le denominó Sistema de Superación de los Profesores Universitarios.
La ejecución por más de 10 años de este sistema en la Universidades y Centros de Educación en Cuba permitió establecer algunas regularidades de su diseño y delimitar la contribución al cumplimiento satisfactorio de los objetivos de la Educación Superior Añorga (1989).
En los primeros años el trabajo se encaminó en tres direcciones fundamentales: las Ciencias Pedagógicas, la Filosofía Marxista-Leninista y el Idioma extranjero, posteriormente se introdujo la técnica de computación, la metodología de Investigación Científica, el Panorama de la Cultura Cubana, el uso de la información científica, entre otros. Demostrándose que los elementos integrantes de la formación básica tienen un carácter dinámico que requiere de ajustes constantes en función de las necesidades reales que el desarrollo impone a la actividad docente educativa que desempeñan los docentes de la Educación Superior y a las propias particularidades de cada Centro, Facultad, Departamentos Docentes y del profesor en particular.
La formación especializada, junto a la formación básica, también se incluyó en el Sistema de Superación de los profesores Universitarios, con el objetivo de garantizar el nivel de profesionalidad de los docentes en estrecha interrelación de los conocimientos pedagógicos con los científicos y técnicos.
En el Sistema se utilizaron como formas fundamentales los cursos, entrenamientos y estudios de postgrado (nomenclatura en aquel entonces), las Facultades de Superación de profesores, la obtención de Grados Científicos, la atención diferenciada a los recién graduados incorporados a los claustros de los Centros de Educación Superior (antecedente del adiestramiento Laboral) y a los profesores adjuntos.
Para la planificación y el control de las actividades se concibió el Plan Individual de Superación del Profesor Universitario, al inicio con elementos básicos y luego de un perfeccionamiento, se le incluyeron elementos de mayor complejidad.
En el Informe Delors (1996), se plantea: "Vemos el siglo próximo como una época en la que los individuos y los poderes públicos considerarán en todo el mundo la búsqueda de conocimientos no sólo como un medio para alcanzar un fin, sino también como un fin en sí mismo. Se incitará a cada persona a que aproveche las posibilidades de aprender que se le presenten durante toda la vida, y cada cual tendrá la ocasión de aprovecharlas. Esto significa que esperamos mucho del personal docente, que se le exigirá mucho, porque de él depende en gran parte que esta visión se convierta en realidad".
El propio informe en otro de sus párrafos plantea, "desarrollar los programas de formación continua para que cada maestro o profesor pueda tener acceso frecuente a ellos, en particular mediante las tecnologías de comunicación apropiadas. (…) En términos generales, la calidad de la enseñanza depende tanto (si no más) de la formación continua del profesorado como de la formación inicial".
Además del Reglamento de Educación de Posgrado de la República de Cuba, analizada anteriormente, se dictó la Instrucción 03 del 2008 que regula la superación sistemática de todos los profesores de los centros de educación superior adscritos al Ministerio de Educación Superior como una necesidad para preservar, enriquecer y potenciar los logros que ha tenido ese nivel educacional en el país. Dando respuesta al incremento del claustro con la universalización de la universidad, con miles los nuevos profesores que se incorporaron a las aulas de las sedes universitarias municipales, Hoy filiales universitarias, procedentes de la producción y los servicios, con experiencia en su perfil profesional, pero que deben perfeccionar su formación como profesores universitarios la apertura de nuevas carreras y la necesaria renovación de su claustro.
Este aumento de nuevos profesores convierte la superación continúa en una prioridad, con el fin de salvaguardar la calidad alcanzada en la docencia, la investigación y la extensión universitaria. En este proceso es importante considerar los saberes, vivencias, experiencias, tradiciones y valores del profesorado cubano, que han posibilitado la obtención de innegables éxitos en la formación de profesionales.
El mismo ofrece una variable y flexible oferta de posgrado, que contempla la formación político–ideológica del claustro, la preparación pedagógica, en sus especialidades y en la formación para la investigación; el empleo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en los procesos universitarios; el conocimiento de idiomas; la preparación en los problemas sociales de la ciencia, la tecnología y la sociedad; la dirección de procesos sustantivos universitarios y otros aspectos relevantes para la superación del profesorado.
La implementación del sistema potencia el trabajo de formación integral de los profesores, los prepara para que puedan realizar una mejor labor educativa con los estudiantes, facilita la promoción de categorías docentes del claustro, el aumento de su producción científica, un mejor vínculo con la sociedad y en general contribuye a la renovación del rol del profesor universitario en los centros de educación superior del Ministerio de Educación Superior.
Con el objetivo de gestionar la superación a través de su preparación político-ideológica, pedagógica; en sus especialidades; investigativa; en lenguas extranjeras; en el eficiente empleo de las tecnologías de la información y las comunicaciones; lo que contribuye a su formación más integral y al tránsito por las diferentes categorías docentes. Así como, ofrecer y potenciar la superación continua, pertinente y de calidad de los profesores, de forma diferenciada, de manera que estos mejoren su desempeño profesional en los procesos sustantivos universitarios, alcanzando niveles cada vez más altos de formación posgraduada de acuerdo con sus necesidades y potencialidades.
Conclusiones
Un proceso de formación profesional permanente, en la actual sociedad donde se interactúa la superación en conocimientos científicos y técnicos de avanzada debe desarrollarse con acciones renovadoras influenciada por el modelo pedagógico de universalización de la Educación Superior, con trascendencia en la labor pedagógica creativa que debe caracterizar al profesor universitario.
La universalización de la Educación Superior en Cuba es un proceso que ha permitido hacer un acercamiento de la ciencia y la tecnología al desarrollo de la localidad, en pos de lograr transformaciones en lo económico, político y social mediado por la implementación de aportaciones sustentadas en bases científicas; por tanto, esta perspectiva requiere de mantener estabilidad y progresividad en la preparación científica técnica, así como pedagógica de los docentes encargado de la formación de profesionales con alto nivel de competitividad y compromiso con la sociedad.
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La Educación encierra un tesoro. (1996). Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI presidida por Jacques Delors. Santillana S.A. Madrid, p.167.
Autor:
Lic. Bertha Imilci Ledea Mendoza
Universidad de Granma. Cuba.
Datos del autor.
Nombre y apellidos: BERTHA IMILCI LEDEA MENDOZA
Nacionalidad: Cubana. Ciudad: Jiguaní, Granma, Cuba. Centro de trabajo: Filial Universitaria Municipal, Jiguaní.
Universidad de Granma. Cuba
Graduada del nivel superior en 1988 como Licenciada en Educación en la Especialidad de Matemática, con 26 postgrados, 4 Diplomados, cursos recibidos y 12 cursos impartidos. Culminó un Diplomado en Educación Superior que le otorgó 21 créditos, posee la categoría de Profesor Asistente. Cuenta con una publicación en la Revista Centro Agrícola, 40(3): 5-10; julio-septiembre, 2013. ISSN papel: 0253-5785 ISSN on line: 2072-2001. Uso de hongos micorrizógenos vesículo arbusculares (HMVA) en la producción de tomate (Solanum lycopersicum, L.). Artículo en monografía.com con el titulo: La formación político –ideológica en el profesional de la docencia.
Actualmente es profesora de la Universidad de Granma, se desempeña como Directora de la Filial Universitaria del Municipio Jiguaní.
Coautor:
Drc: Calixto Guerra González