Sistemas de expulsiones del cuerpo humano contra el sistema de escape en un producto
Enviado por José Manuel Castorena Machuca
- Sistemas de expulsiones del cuerpo humano
- La pus
- La leche
- El sudor
- Las lágrimas
- La caspa
- La saliva
- La cera en las orejas
- El sarro
- El acné
- Los lubricantes de los aparatos sexuales
- Los mocos
- El excremento
- La menstruación
- El vómito
- El semen
- La orina
- Ahora, mediante el enfoque de sistemas veamos la comparación del sistema excretor de un aparato o motor
- Plataforma teórica
Sistemas de expulsiones del cuerpo humano
¿Se imagina que nuestros sistemas excretores de orina, sudoración, mucosidades, etc., no funcionaran bien? Sería un caos en nuestro cuerpo ¿no cree usted estimado lector de este artículo?
La mayoría provocan repulsa y son objeto de tabúes, pero sin ellos nuestro cuerpo difícilmente sobreviviría. Nos referimos a los humores, un grupo insólito de secreciones, fluidos, líquidos y mucosidades.
Nuestro cuerpo está literalmente plagado de aperturas que nos permiten respirar, escuchar, ver, refrigeramos, ingerir nutrientes, expulsar, residuos, reproducirnos y amamantar a los vástagos.
Cada una de estas aberturas ofrece a los microbios la posibilidad de colarse en el organismo y causas un desaguisado que puede ser letal. Es por ello por lo que no hay una sola entrada corporal, desde la boca hasta un poro en la piel, que no esté debidamente protegida por algún mecanismo de defensa.
Gran parte de los humores de nuestro organismo participan en este cometido. El constante lavado de los ojos por las gotas de lágrimas, cargadas de anticuerpos y productos lubricantes, limpia de gérmenes y partículas la delicada superficie ocular. La saliva que continuamente baña la boca mata algunos microbios, como las bacterias que forman la placa bacteriana y el sarro, y conduce hacia el estómago a otros indeseables, que son achicharrados por los ácidos del estómago. Y unas glándulas situadas en el interior de los oídos segregan cerumen, una sustancia oleosa con acción bactericida.
Todos los conductos respiratorios están tapizados por mucosas que humedecen, lubrican y previenen el ataque de los agentes infecciosos. Mediante una serie de pelos microscópicos llamados cilios, que realizan constantemente un molimiento de barrido, estos mocos son renovados constantemente con el fin único de mantener viva su eficacia.
En ocasiones, las glándulas mucosas trabajan a destajo si amenaza algún peligro. Por ejemplo, la irritación de la nariz o los bronquios por un virus provoca una descarga copiosa de mucosidad que con frecuencia atora las vías respiratorias. Los mocos también son expulsados de forma violenta por medio del estornudo. Aunque éste es un arma de doble filo: hay científicos que sostienen que algunos de ellos constituyen un ardid ideado por los agentes viriles para dispersarse.
La tos, que opera bajo un estricto control del cerebro, también es un mecanismo eficiente para expulsar del cuerpo los microorganismos y partículas indeseables.
El aparato digestivo cuenta con sus defensas especiales. Aunque no seamos conscientes, el encargado de la digestión vigila estrechamente todo lo que nos llevamos a la boca. Si un alimento contaminado por un microbio o una toxina logra superar las barreras de la saliva y las mucosas del primer tramo del tracto digestivo, unos receptores en el estómago pueden dar la voz de alerta. Si esto ocurre, el cerebro activa los mecanismos de las náuseas y el vómito. Este último expulsa la toxina antes de que siga absorbiéndose.
Los problemas en el otro extremo del aparato digestivo se resuelven de una forma muy distinta. En situación normal, los desechos alimenticios son eliminados en forma de heces, que contienen un elevado número de bacterias. Ahora bien, ante una infección e intoxicación, se produce la diarrea un mecanismo de defensa que a veces se trata de interrumpir sin que se sepa lo que esto puede acarrear para la salud del organismo. Los científicos han comprobado que la administración de anti diarreicos prolonga el tiempo de rehabilitación de los pacientes, debido a. que estos fármacos sólo están encaminados a atajar un mecanismo de defensa natural.
Por último, el aparato reproductor, tanto masculino como femenino, cuenta con auténticas murallas contra los patógenos, aunque en el caso de la mujer la batalla contra los. Microbios es más problemática, debido a que tienen una abertura distinta. No obstante, el tracto reproductor femenino posee numerosas defensas, como es la mucosa cervical. Dotada de una poderosa facultad antimicrobiana, esta secreción mucosa se desplaza constantemente desde la cavidad abdominal hasta el exterior. La menstruación también constituye una forma útil de sanear los conductos femeninos.
La pus
La pus es un humor espeso de aspecto opaco que aparece en la superficie de las heridas, abscesos y superficies ulceradas infectadas. Está constituido básicamente por una mezcla aleatoria de suero, células del sistema inmune vivas y muertas, y bacterias responsables de la supuración.
En realidad, la pus no es otra cosa que el legado de una brutal batalla entre los linfocitos o glóbulos blancos y una agente patógeno. La detección de éste en el organismo hace que las células inmunológicas del organismo se pongan en pie de guerra. Entre los linfocitos que acuden al campo de batalla cabe destacar los neutrófilos y los macrófagos, que atacan y destruyen las bacterias, los virus y otros agentes.
Su forma de operar es muy agresiva, ya que practican la fagocitosis, es decir, la ingestión celular del agente invasivo. Ahora bien, casi todos los neutrófilos y muchos, si no la mayor parte, de los macrófagos mueren finalmente. Tras varios días, aparece una cavidad en el tejido inflamado que contiene diferentes cantidades de tejido necrótico, linfocitos muertos y líquido tisular. Tras desaparecer la infección, la fracción celular de la pus se autolisa y es reabsorbida por los tejidos vecinos.
La leche
Durante el embarazo, la hormona prolactina, que es secretada por la hipófisis de la madre, estimula la secreción de leche en las glándulas mamarias. Ahora bien, la acción de otras dos hormonas -los estrógenos y la progesterona- limita su producción a unos pocos mililitros antes de nacer el bebé: el líquido que fluye por el pezón recibe el nombre de calostro.
Después del alumbramiento, la concentración de las dos hormonas inhibidoras cae en picada y, gracias a la intervención de la hormona oxitocina, se produce lo que se conoce como subida de la leche: ésta es impulsada desde los alvéolos mamarios hasta los conductos galactóforos, que desembocan en los pezones.
La leche materna es el alimento ideal para el bebé. Además de proporcionar los nutrientes necesarios de la forma más fácil de digerir, contiene anticuerpos y glóbulos blancos que protegen al bebé de las infecciones. Además, cambia favorablemente el pH de las heces y la composición de la flora intestinal del pequeño.
El sudor
La piel humana contiene unos tres millones de glándulas sudoríparas, que se encargan de producir el sudor y transportarlo a la superficie mediante conductos. Existen dos tipos de glándulas sudoríparas: las ecrinas, que permiten refrigerar el cuerpo, y las apocrinas, que nos confieren, el olor personal. Estas últimas también son las responsables de la producción de feromonas, sustancias que influyen en la atracción sexual.
El sudor, que está compuesto principalmente por agua y cloruro sódico (sal), ayuda a mantener frío el cuerpo. Por esto las personas sudan más cuando hace calor. La cantidad de líquido que se pierde por medio de la sudoración es muy variable; depende del ejercicio físico, la temperatura ambiental y el estado psíquico del individuo (las personas sudan más cuando están estresadas o nerviosas). Normalmente, el volumen del sudor es de 100 mililitros al día, aunque durante el ejercicio físico intenso y a temperaturas elevadas la pérdida de agua a través de la piel se eleva en ocasiones hasta dos litros por hora. Se estima que un hombre exuda 18,000 litros durante toda su vida y una mujer 20,000.
Las lágrimas
¡Ojos que no ven, el corazón no llora!
Las lágrimas son un líquido transparente y salino que baña la superficie del ojo para mantenerla constantemente húmeda. Además, contienen anticuerpos, sustancias inmunológicas que ayudan a prevenir las infecciones oculares. Cada día, las glándulas lagrimales, que se localizan cerca del ángulo externo del ojo, producen media de 30 mililitros de lágrimas. Estas alcanzan la superficie ocular por medio de unos pequeños conductos que acaban en los párpados. El movimiento intermitente de esta especie de cortinillas ayuda a extender la humedad sobre la superficie del ojo. El drenaje de las lágrimas ocurre a través del conducto naso lagrimal, un canal que desemboca en la nariz.
Un componente importante de la película lagrimal son los denominados lípidos meibomianos, una secreción de color amarillo o blanquecino producida por las glándulas de Meibomio de los párpados. Estos lípidos tienden a acumularse en los bordes de los ojos. Al secarse, forman las legañas.
¡Así que no reprima sus lágrimas…hasta Jesús lloró cuando vio que su amigo Lázaro había muerto!
La caspa
Normalmente uno se siente incómodo cuando suelta este talco del cuero cabelludo ¿No me diga que no?
Asociada a la dermatitis seborreica, una inflamación de las capas superficiales de la piel, la caspa no es otra cosa que la descamación seca o grasienta del cuero cabelludo, a veces con picores pero sin pérdida de pelo. En los casos más graves aparecen pápulas amarillentas o rojizas a lo largo de la raya del pelo, detrás de las orejas, sobre las cejas, en la región nasal y en el pecho.
La causa exacta de la dermatitis seborreica se desconoce, y podría tener un origen distinto en bebés y adultos. En los primeros, la aparición de caspa estaría asociada a alteraciones hormonales, ya que el problema surge en la infancia y desaparece en la pubertad. Recientemente, los dermatólogos han descubierto que el desencadenante de esta dermatitis podría ser la levadura Pityrosporum ovale, uno de los microbios residentes en el cuero cabelludo. En las personas con caspa, la capa córnea de la piel aparece alterada. La eliminación de células maduras y queratinizadas sucede en grupos compactos que forman pelotillas de color blanco o amarillento.
Hasta solo de verla aquí en la imagen, como que da comezón ¿A poco no?
La saliva
Sin duda ha escuchado la expresión… ¡se hacía agua la boca!
Hay tres tipos de glándulas salivales que producen saliva: las parótidas, las submandibulares y las sublinguales. No obstante, existen numerosas glándulas accesorias y pequeñas en la membrana mucosa que tapiza la boca y la lengua que, junto con las tres primeras, producen a diario entre 800 y 1,500 mililitros de saliva. Esta contiene dos tipos de secreciones proteicas: una serosa rica en ptialina, enzima que interviene en la digestión de los almidones, y otra mucosa, que contiene mucina, mucosidad que cumple funciones de lubricación y protección de la superficie bucal. Así es, la mucosidad impide que los tejidos bucales se ulceren y aborta la proliferación de bacterias y otros gérmenes, lo que de paso sirve para evitar la caries dental.
Por otro lado, nuestra saliva, que tiene un pH de 6 a 7, es muy rica en iones de potasio y bicarbonato.
La cera en las orejas
O llamada comúnmente "cerilla"…y por favor no trate de quitarla por métodos que pongan en riesgo ahora sí "su sentido del oído", pues puede romper alguno de los componentes internos del oído.
También conocida por los médicos como cerumen, la cerilla de los oídos es una sustancia de naturaleza aceitosa que es secretada por las glándulas del epitelio que recubren el conducto auditivo externo y los folículos pilosos. Su función es básicamente protectora, ya que atrapa los microorganismos, el polvo y otras partículas que pueden dañar las estructuras del oído. También atrapa las células muertas del epitelio auditivo. Así pues, la idea popular de que el cerumen es sinónimo de suciedad no es del todo exacta, pues constituye un eficiente, aunque rudimentario, sistema de auto limpieza.
La cerilla se acumula en masas cilíndricas, duras y parduscas que, en determinadas circunstancias, obstruyen el canal auditivo y causan dolor, picor y una pérdida temporal de la audición. En estos casos, el médico retira el tapón de cera irrigando el canal con agua caliente. Esto no es factible cuando el tímpano está perforado o infectado.
El sarro
¡Necesita una limpieza dental y piensa en tiempo y recursos que tiene que emplear para ir a hacérsela!
La acumulación de bacterias es una de las causas principales de dolencias periodentales, que inflaman y destruyen irreversiblemente las estructuras que rodean y sostienen las piezas dentales, como encías, huesos y capa exterior de la raíz del diente.
El cepillado incorrecto, por ejemplo, permite que los gérmenes proliferen en la base externa de los dientes, a nivel de las encías, y se depositen en una película blanda y viscosa. Ahora bien, si la placa dental permanece más de 72 horas en la dentadura, se solidifica y forma el sarro. Este puede causar una inflamación dolorosa y sangrante de las encías que se conoce como gingivitis. Si ésta no se ataja a tiempo con una buena higiene bucodental, existe el peligro de que la placa invada las estructuras que sostienen el diente. Aparece entonces la periodontitis o piorrea, que sí requiere un tratamiento médico.
El acné
¡Ah, cómo sufren los adolescentes con este problema…y hasta algunos que ya pasaron de la juventud!
A la edad de dos años, las glándulas sebáceas de la dermis comienzan a funcionar. Anexas a los folículos pilosos, estas glándulas acinosas secretan un líquido oleoso, llamado sebo, que fluye a través de los mencionados folículos y lubrica la piel. Además, algunos de los ácidos grasos y otras sustancias que componen el sebo otorgan a las personas su olor característico.
¡Y todos sabemos que un acné mal cuidado, puede desembocar en una cara marcada para toda la vida!
Durante la pubertad, la mayor producción de hormonas masculinas o andrógenos en ambos sexos desencadena una producción excesiva de sebo. Este se oxida y forma un taponamiento ennegrecido en el poro de la piel. Aparecen entonces las espinillas o granos sebáceos. Para empeorar la cosa, en esta acumulación de grasa y células muertas proliferan bacterias, como la Propionibacterium acnés, que transforma las grasas en compuestos irritantes y favorece la formación de pústulas. Estamos entonces ante la ineludible firma del antiestético acné, el trastorno más común de la piel, pues afecta a 3 de cada 4 adolescentes.
Los lubricantes de los aparatos sexuales
¡Imagine qué dolor experimentaría los seres humanos cuando los actos sexuales en lugar de ser placenteros fueran dolorosos!
Durante la estimulación sexual, los órganos sexuales masculinos y femeninos se lubrican, para de este modo facilitar la cópula y aumentar la sensación de placer. Sin una lubricación satisfactoria, el acto sexual se torna casi imposible, ya que provoca, sobre todo en el pene, sensaciones de rascado y dolor.
En las fases tempranas de la excitación femenina, los impulsos nerviosos llamados parasimpáticos, además de promover la erección del clítoris, hacen que las denominadas glándulas de Bartholin, situadas debajo de los labios menores, secreten moco. Este juega un papel importante en la lubricación durante el coito, aunque también participa el epitelio vaginal, que produce grandes cantidades de mucosidad. En el hombre, la lubricación del pene corre a cargo de las glándulas uretrales y bulbo uretrales (glándulas de Cowper), que secretan moco. Este fluye a través de la uretra durante el coito y colabora en la lubricación de la vagina.
Los mocos
¡No seas sucio, límpiate los mocos!… nos decían cuando éramos pequeños.
Todas las vías respiratorias, desde las fosas nasales a los bronquios, se mantienen húmedas por una capa de moco que reviste completamente su superficie. Este líquido pegajoso se segrega en parte por las denominadas células caliciformes aisladas, que están situadas en el revestimiento epitelial, y en parte por las pequeñas glándulas submucosas.
Además de mantener húmedas las vías respiratorias, los mocos atrapan los microbios, el polen y otras partículas extrañas del aire inspirado. Un ejército de cilios, especies de escobillas que emergen del epitelio respiratorio, baten sin interrupción con el fin de que el moco fluya lentamente, a una velocidad de 1 cm/s, desde la nariz y los bronquios hacia la faringe. Después, la masa mucosa es deglutida o expulsada al exterior mediante la tos.
El excremento
¡Aquí sí de plano, no inserto ninguna imagen….solo imagínela el lector!
Por término medio, una persona defeca al día aproximadamente 150 gramos de heces, el producto final de la digestión. La conversión del quimo -sustancia espesa y cremosa que resulta de la acción del ácido clorhídrico sobre los alimentos en el estómago- en excremento tiene lugar en el intestino grueso, concretamente a nivel del colon. Los millones de bacterias instaladas en este tramo intestinal producen vitaminas K y B, y gases como hidrógeno, anhídrido carbónico, metano y sulfuro de hidrógeno. Estos últimos son los responsables de las flatulencias.
Normalmente, los excrementos están formados por tres cuartas partes de agua y una cuarta parte por materia sólida. Esta, a su vez, contiene una gran variedad de elementos. Por ejemplo, un resto sólido de 100 gramos está compuesto por 30 gramos de bacterias muertas, de 10 a 20 gramos de grasas y una misma cantidad de materia inorgánica, 3 gramos de proteínas y 30 gramos de productos no digeridos, restos de pigmento biliar y células epiteliales desprendidas.
El color café de las heces se debe a un par de sustancias que derivan de la bilirrubina. Nos referimos a la urobilina y la estercobilina.
La menstruación
Dicen las jovencitas, "a visita mensual", "la caperucita roja" …bueno como usted la llame….lo importante es que sea puntual mientras todavía no se casa, porque cuando no llega la visita…¡ah qué sufrimiento por parte de las jóvenes y también apuro de los varones!
Al final del ciclo menstrual y a falta de implantación del huevo, la secreción de estrógenos y progesterona cae en picada, ocasionando una cascada de acontecimientos que desembocan en la menstruación o regla. El primer efecto de la reducción hormonal es que la tortuosa red de vasos sanguíneos que riegan las mucosas del endometrio experimenta un prolongado espasmo. Este priva brutalmente a la mucosa de irrigación sanguínea, lo que provoca su necrosis y desprendimiento.
La masa de tejido descamado y de la sangre que acaba de acumularse después de la relajación del espasmo, inician las contracciones del útero, que expulsan el contenido uterino. Durante la menstruación 3 normal se pierden de 50 a 100 mililitros de sangre, o sea, el equivalente a medio vaso por término medio. En la mayoría de los casos, el líquido menstrual no forma coágulos, ya que junto con el material necrótico endometrial se libera fibrolisina, enzima que disuelve los coágulos y licua la sangre.
El vómito
Es una reacción o mecanismo de defensa de su organismo…. ¡así que hágale caso!
La expulsión violenta del contenido del estómago a través de la boca se denomina vómito. Se trata de una de las formas más llamativas por las que el organismo elimina las sustancias que considera tóxicas o nocivas, así como alimentos en mal estado. También constituyen un estímulo especialmente potente para el vómito la irritación o la inflamación del estómago, del intestino o de la vesícula biliar.
Tanto el vómito como la náusea -sensación desagradable en el abdomen que con frecuencia concluye con lo primero- están causados por la activación del denominado centro bilateral del vómito, que se localiza en una estructura del cerebro denominada bulbo raquídeo. Este desencadena las reacciones motoras automáticas necesarias para provocar el acto del vómito. En su primera fase, se produce una serie de movimientos antiperistálticos que hacen que la comida acumulada en regiones intestinales tan alejadas como el íleon retroceda hasta el duodeno y el estómago. La contracción de éstos, junto a la relajación parcial del esfínter esofágico inferior, permite que el contenido gastrointestinal pase al esófago. Lo que ocurre a continuación es casi inevitable: se abre el esfínter esofágico superior, se cierra la glotis, se eleva el paladar blando, para cerrar el acceso a la nariz y, por fin, una fuerte contracción hacia abajo del diafragma y de los músculos abdominales expulsa con violencia el vómito.
El semen
Usted sabe que la palabra viene de semilla, y bien utilizada porque se siembra en el óvulo que fértil la recibe para que haya descendencia humana.
Cada testículo humano está compuesto por hasta 900 túbulos seminíferos en espiral, cada uno de más de .05 metros, en los que se forman los espermatozoides. Antes de ser eyaculadas durante el acto sexual, estas células móviles viajan por diferentes conductos para ser bañadas en un líquido especial conocido como semen. El 10 % de éste está compuesto por esperma.
El resto es un líquido procedente de la vesícula seminal (aproximadamente el 60%) y la glándula prostática (aproximadamente el 30%). Esta última secreta un fluido poco denso y lechoso que contiene calcio, iones citrato, y fosfato, enzimas de coagulación y profibrinolisina.
Por su parte, cada vesícula seminal, un tubo tortuoso, lobulado y revestido de un epitelio secretor, impregna los espermatozoides con un material mucoso rico en ácido cítrico, fructuosa y otras sustancias nutritivas, así como en prostaglandinas y fibrinógeno. Este forma un débil coágulo que mantiene el semen en las regiones profundas de la vagina, a la altura de la cérvix.
La orina
Ahorita vengo voy a "mi arbolito" o voy a echar una firma dicen los jóvenes, pero si calculan mal…no llegan.
Además no conviene el aguantarse porque causa otros trastornos en el organismo y en el mismo aparato urinario.
Una persona adulta micción entre una y ocho veces al día, y vierte en total un promedio de 1.5 litros de orina. Controlado por las neuronas del tronco cerebral, el deseo de orinar se produce cuando la vejiga –el depósito corporal donde se acumula, alcanza un volumen de 250 mililitros, aunque se puede retrasar voluntariamente hasta medio litro. Más que un desecho, la orina es un fluido que contiene sustancias del cuerpo eliminadas porque en ese momento no las necesita. Fabricado en los glomérulos de los riñones, este líquido está constituido por agua en un 95%, urea en un 2.5% y una mezcla residual de minerales, hormonas, enzimas y pigmentos. Estos son, precisamente, los principales responsables del color de la orina. No hay que olvidar que éste, dependiendo de su concentración, puede ser desde incoloro, hasta amarillo oscuro. En este caso, el tono es debido a la presencia de unas sustancias colorantes llamadas cromógenos, como la urobilina, una sustancia derivada de la bilirrubina.
Ahora, mediante el enfoque de sistemas veamos la comparación del sistema excretor de un aparato o motor
SISTEMA DE ESCAPE DE UN PRODUCTO
Lo que no se vale aquí es que se identifique usted tanto con su automóvil, que cuando lleve su auto al mecánico y le diga: ¡ando echando humo por el escape!
Diagnosis de averías a través de los humos de escape.
Cuando el motor ha adquirido su temperatura de funcionamiento no debe producir humos anormales por la salida del escape. Si ello se produce es señal de la existencia de alguno de los defectos que vamos a considerar a continuación. Hay que saber distinguir bien la coloración del humo de escape ya que ello nos proporciona importantes pistas sobre algunas graves averías del motor.
Los humos anormales pueden ser de tres coloraciones básicas:
Negros Azules Blancos. En líneas generales, los humos negros indican excesiva riqueza de la mezcla. Los humos azules, consumo de aceite por formar parte éste de la mezcla. Los humos blancos indican la existencia de vapor de agua en el proceso de combustión. Cuando el motor no está caliente, y por lo tanto no ha alcanzado aún su correcta temperatura de funcionamiento, puede muy bien presentar síntomas de humos de coloración negra o blanca, aunque ello no tiene ninguna importancia. En el primer caso tenemos la riqueza de la mezcla provocada por el starter mientras el segundo caso se produce sobre todo en invierno y es debido a que el tubo de escape está muy frío y los primeros gases calientes de la puesta en marcha provocan una condensación que produce vapor de agua y se mezcla con los gases de escape. Al calentarse el motor estos humos desaparecen. HUMO NEGRO EN EL ESCAPE
Como ya se ha indicado es señal evidente de riqueza excesiva de la mezcla suele ir acompañado con el síntoma de un consumo excesivo de gasolina y al desmontar las bujías, del grado térmico adecuado, las vamos a encontrar con los electrodos negros. Cuando el humo es muy abundante el motor pierde toda su potencia e incluso le cuesta mucho arrastrar, en primera velocidad, al automóvil. Si se advierten estos síntomas es señal evidente de que el carburador está proporcionando una mezcla extraordinariamente rica al motor.
Los puntos que hay que revisar son los siguientes:
1) Filtro de aire muy sucio
Cuando el filtro de aire llega a taponarse reduce automáticamente la entrada del aire hacia el carburador. De este modo la dosificación de la mezcla se descompensa y cuando el motor aspira, la succión de gasolina es proporcionalmente mayor que la de aire. La mezcla se enriquece y el humo del escape se vuelve cada vez más negro.
Hay que cambiar el filtro inmediatamente.
2) Estárter averiado que no se retira
Después de haber arrancado el motor en frío, una avería en el estárter le impide retirarse de modo que la mezcla resulta permanentemente excesivamente rica. Este síntoma suele ir acompañado de una velocidad de ralentí o marcha lenta excesivamente rápida y alta de vueltas. Hay que desmontar el estárter y comprobar sobre todo el mando, el estado del circuito de agua y las marcas de puesta a punto (M) que coincidan.
3) Nivel de gasolina demasiado alto
Por perforación del flotador o cuba puede haberse introducido líquido en el interior del mismo y afectar a su peso. En estas condiciones el nivel del combustible sube en todos los pozos de la cuba del carburador y la mezcla se enriquece tanto más cuanto mayor es la diferencia.
Revisar también el estado de la válvula de aguja o punzón para ver si cierra por completo cuando la boya está alzada.
4) Presión de gasolina demasiado elevada
Hay que pasar a comprobar la presión proporcionada por la bomba de gasolina. Si esta presión resulta demasiado elevada el flotador puede no tener la suficiente fuerza como para controlar la entrada de gasolina en la cuba. 5) Surtidor principal flojo
Cuando un carburador no se ha revisado en mucho tiempo puede tener el defecto de haberse aflojado el (o los) surtidores principales. La gasolina que penetra en los pulverizadores no queda controlada por el orificio calibrado de los surtidores y el enriquecimiento puede ser extraordinario. Comprobar el estado de los surtidores y apretarlos si estar flojos.
6) Surtidor de automaticidad obstruido
Si es el surtidor de automaticidad el que se encuentra obstruido, impide el paso del aire de emulsión y con ello se producen grandes efectos de enriquecimiento de la mezcla. Es necesario comprobar que el surtidor de automaticidad no esté obstruido y además que sea del tamaño requerido para las características del carburador que se manipula.
7) Reglaje incorrecto del ralentí
Un ralentí excesivamente rico, además de ser altamente contaminante, significa un despilfarro muy importante de combustible que se traduce en un enriquecimiento de la mezcla con todos sus inconvenientes. Es necesario revisar el estado de la emisión de CO y el reglaje del régimen indicado por el fabricante, que suele hallarse entre las 750 a 900 rev/min.
8) Respiración de los gases del cárter obstruido
Aunque de menor importancia, también hay que tener en cuenta que si los tubos de respiración del cárter se encuentran obstruidos van a significar un enriquecimiento de la mezcla. Muchos fabricantes aconsejan la revisión de estos conductos cada 40.000 kilómetros. Si esta limpieza no se ha efectuado nunca puede ser la causa de un indebido enriquecimiento.
9) Distribuidor invierno/verano mal colocado
Este dispositivo tiene su importancia también en la formación de la mezcla debido a la diferente densidad del aire si está caliente o frío. Un aire de admisión excesivamente caliente desequilibra la mezcla proyectada.
HUMO AZUL EN EL ESCAPE
El humo azul en el escape es siempre causado por un consumo indebido de aceite. Por cualquiera de los puntos que vamos a ver a continuación puede pasar aceite a la cámara de combustión y éste sale al exterior a través del escape pero dando una coloración azulada al humo.
En los motores de dos tiempos esta tonalidad del escape es corriente ya que el engrase se efectúa a través de su mezcla con la gasolina; pero en los motores de cuatro tiempos el humo del escape debe ser incoloro durante la marcha normal y, en todo caso, ligeramente negro en el momento de las grandes aceleraciones.
Las causas principales de un humo azul serán las siguientes:
Mal estado de los aros del pistón
El ajuste entre los aros del pistón y las paredes del cilindro no se realiza con la suficiente efectividad. El aceite pasa desde el cárter a la cámara de combustión en donde se quema con la mezcla.
Comprobar la compresión del motor para ver si son los segmentos los culpables. Si se comprueba que los segmentos están deteriorados, se tendrán que cambiar. Mal estado de los retenes de las válvulas
El aceite de la parte alta de la culata puede entrar a través del vástago de válvula y su guía hacia el colector de admisión. Luego la aspiración del motor lo succionará hasta el interior de la cámara de combustión produciéndose así su consumo. Para evitar el gasto, las válvulas suelen estar provistas de un retén que impide esta pérdida. Cuando estos retenes se echan a perder el consumo de aceite se hace muy notable. En este caso el humo es particularmente azul cuando se acelera después de un periodo de ralentí, tendiendo a aclararse con el funcionamiento. Revisar el estado de los retenes y cambiarlos para eliminar la avería.
Motor muy viejo y desajustado
La entrada de aceite en la cámara de combustión se puede producir también por un mal estado general del motor. Los pistones no ajustan bien con las paredes del cilindro y ello ocasiona la subida del aceite hasta la cámara de combustión y su posterior quemado. El consumo de aceite es muy elevado.
El motor debe ser reacondicionado por completo.
Uso de aceite de densidad inadecuada
La utilización de aceites de una densidad inadecuada para el motor en concreto pueden hacer que la temperatura del aceite lo haga extremadamente fluido, se rebaje el valor de la presión y se produzcan fugas a través de los retenes de las válvulas o de los aros. Aunque este caso no se presenta en los aceites multigrado hay que tenerlo en cuenta cuando un motor humea con tonalidad azulada. Turbocompresor en mal estado
En los motores equipados con turbocompresor la presencia de humos azulados en el escape resulta a veces bastante frecuente. Ello es debido al sistema de engrase de la máquina soplante y a la alta temperatura que ésta inevitablemente adquiere. El aceite se vuelve muy fluido y pasa a través del tubo de retorno a los cojinetes y de allí hasta el escape.
No se trata de una avería del motor, pero sí del turbo, de modo que hay que desmontarlo y ajustarlo. Las juntas de hermeticidad de aceite del turbo pueden también haberse deteriorado.
HUMO BLANCO EN EL ESCAPE
El humo blanco es debido a la participación del agua en la combustión, la cual forma vapor de agua que se mezcla con los gases de escape. Durante el arranque en tiempo frío y húmedo, el humo blanco es normal en el funcionamiento del motor pues es el calor de los gases lo que condensa el vapor de agua de la atmósfera que existe en el interior del tubo de escape. Pero este humo ha de desaparecer en cuanto el motor está caliente. Las dos principales causas que pueden ocasionar esta avería son las siguientes: 1) Rotura de la junta de la culata o de la cabeza de cilindros
Una rotura de la junta de culata ha abierto una brecha que pone en comunicación un paso de agua entre bloque y culata con la cámara de combustión. Cuando se produce aspiración por parte del pistón el agua es succionada hacia el interior de la cámara de modo que la brecha puede ser muy pequeña para tener ya buena importancia. Previamente se habrá observado un consumo exagerado de líquido de refrigeración, cuyo nivel hay que reponer con demasiada frecuencia. Cuando el paso de agua es importante el humo salido por el escape se vuelve muy espeso y muy blanco. Hay pérdida importante de potencia y no se puede circular mucho tiempo en estas condiciones.
Hay que desmontar la culata y sustituir la junta.
2) Culata agrietada o alabeada
Puede darse el caso de que no sea la misma junta la culpable de esta avería. La misma culata puede haberse alabeado por un mal apriete de sus pernos en una mala reparación, o puede haberse agrietado de modo que permita la salida del líquido de refrigeración que vaya a caer sobre la cámara de combustión. Los síntomas y el resultado es el mismo que en el caso anterior pero la reparación puede ser más complicada pues la culata deberá soldarse para taponar la brecha. En los motores Diesel debido a la forma de alimentación de los cilindros, los humos indican otro tipo de averías o desajustes en el motor.
1) Humos negros
Los humos negros son debidos a combustiones incompletas, por estar el combustible parcialmente quemado. Estas combustiones producen residuos carbonosos que, al ser expulsados por el tubo de escape, originan un humo cuyo color oscila del gris oscuro al negro, según la densidad u opacidad de los residuos. El humo negro en el escape se debe principalmente a las siguientes causas: - Combustible con bajo índice de cetano. - Filtro de aire sucio. - Mal reglaje de la bomba, con un caudal excesivo en la inyección. - Holgura insuficiente en el reglaje de válvulas. - Sobrecargas excesivas del motor. - Baja compresión en los cilindros. - Inyectores sucios u obstruidos. - Fugas por la válvula de escape. - Cámaras de combustión sucias. 2) Humo azulado El humo azulado indica generalmente que el combustible sale sin quemar, produciendo humos en el escape que oscilan del blanco grisáceo al azul. Las causas que originan este color del humo en el escape son las siguientes: El humo azul blanquecino, es normal cuando el motor está frío. Si el humo persiste al tomar temperatura el motor, generalmente acompañado de golpeteo, indica que alguna tobera del inyector está abierta o con insuficiente presión en la regulación de la inyección. Comprobar si hay algún muelle roto y tarar los inyectores a la presión correspondiente.
- El humo azul, a cualquier velocidad y carga del motor, indica que el aceite de engrase se quema en los cilindros. Comprobar la holgura en los segmentos y en las guías de válvulas.
Así que mi estimado lector, imagínese si el sistema de escape funciona mal en un motor, más terrible será que funcione mal el sistema de escape en un ser humano.
Y las personas que son muy materialistas, no van a revisiones médicas, ¡ah, pero eso sí!, cuando su automóvil, anda fallando, van con el mecánico y le dicen: ¡me anda fallando el escape, o ando echando humo por el escape!
En fin siempre es bueno, comparar los sistemas y relacionar los sistemas de escape de un ser humano y los de un producto.
Estimado lector, así como lleva usted su automóvil para revisión, debería por lo menos una vez al año hacerse un chequeo médico….recuerde chéquese, mídase y muévase o haga ejercicio, porque hasta los sistemas de su automóvil se deterioran si no lo usa.
Plataforma teórica
1.- Administración en las Organizaciones
Fremont e. Kast ? James E. R.
Editorial Limusa, 2404
2.- Administración y Control de los Materiales
En una Empresa Manufacturera.
José Manuel Castorena Machuca
Editorial CECSA, 1987
3.- Enfoque de Sistemas
Gerez A. – Grijalva
Editorial Limusa,2004
4.- Teoría General de Sistemas Aplicados
John P. Van Gigch
Editorial Trillas, 2005
5.- La Tecnología Educativa como apoyo en el Proceso de la Enseñanza y el Aprendizaje.
José Manuel Castorena Machuca.
Editorial ITSLP, 2006
6.- Bajo todos los cielos estrellados, reinarán siempre la Ética y los Valores.
José Manuel Castorena Machuca.
Editorial ITSLP, 2006.
7.- Apuntes de ingeniería de sistemas, jmcastorena, 2014, ITSLP.
8.- Imágenes tomadas de google.com, 2014. Insertadas solo para ilustrar algunos párrafos, si no son del agrado del lector, sírvase sustituirlas por las que más le acomoden de acuerdo a su referencia cultural y biológica para construir su propio conocimiento.
9.-
Autor:
Dr. José Manuel Castorena Machuca
ITSLP, Depto. De Ing. Industrial.