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La danza de la muerte (página 2)

Enviado por Mario Alberto Geller


Partes: 1, 2, 3

agradeciendo al coronel su amplia y generosa colaboración en el plan de búsqueda y traslado de técnicos especializados. Justamente Eichmann y Guth entraron a la Argentina como técnicos, Pavelic y Schroeder como ingenieros, Sakic, Roschmann, Schwamberger y Mengele como mecánicos, así consta en los registros de su entrada al país. Ante la dificultad de obtener empleos dignos para estos especializados, Fuldner en 1950 creó CAPRI, una empresa ligada a la estatal Agua y Energía que ganó una licitación dentro del plan quinquenal peronista para medir ríos en Tucumán. Hasta allí se dirigió Eichmann con otros ex camaradas de las SS ahora devenidos en técnicos de CAPRI. En mayo de 1960, cuando Eichmann fue capturado en Buenos Aires por un comando secreto israelí, Coordinación Federal se acercó a la casa de Fuldner en el coqueto barrio de Palermo Chico intentando rastrear el paradero del jerarca nazi.Fuldner se acordaba perfectamente de la fecha de ingreso al país de Eichmann, el 14 de julio de 1950 a bordo del Giovanna C, como consta en su declaración ante Coordinación Federal aquel día.Fuldner murió en 1992 en Madrid. Allí su hija negó recientemente ante un periodista español las actividades a favor de los nazis de su padre. Hoy el único sobreviviente de aquellas reuniones con Perón en la Casa Rosada es Rodolfo Freude, quien a los 76 años administra un importante imperio económico. Apodado cariñosamente Rudi por Perón en aquella época, Freude guarda hoy un hermético silencio desde sus oficinas del piso 19 de Corrientes 327. Una empleada judía que comparte la cochera del edificio y que prefiere no ser identificada admite que tiembla cuando se cruza con el recio ex jefe de la División Informaciones enfilando hacia su automóvil al final de cada día….. ".

Luego continuó con algunos de los siguientes, deteniéndose en las partes más significativas:

"El Mundo – Crónica – 8 de Mayo de 2005, número 499

«Tras la capitulación de Alemania, en marzo de 1945, Perón confió a Rodolfo Freude, su guardaespaldas y jefe de la policía secreta, la creación de una agencia con sucursales en España Italia y Suiza, para facilitar la huida de los jerarcas nazis, una tarea a la que contribuyeron el papa Pío XII y los responsables de la Cruz Roja. Freude eligió como brazo operativo a Carlos Fuldner, otro argentino de origen alemán que en 1922 volvió a la tierra de sus antepasados seducido por la propaganda nazi. Dos magnates germano-argentinos, Luwdig Freude, padre de Rodolfo y principal accionista de la compañía naviera Nordisk GA y Friedich Schlottmann, propietario de la gigantesca fábrica textil Sedalana, aportaron el dinero para la falsificación de los documentos y el éxodo de 300 agentes hitlerianos.".

"La Capital – Año CXXXVIII Nº 48917 –  domingo, 30 de octubre de 2005  

Osvaldo Aguirre / La Capital

-¿El anticomunismo es lo que relaciona a los nazis con los argentinos que los ayudan?

-Eso es lo que abre la compuerta. Esos primeros criminales que se reúnen en la Casa Rosada para organizar el gran escape que vendría después eran personas que habían llegado con la ayuda de la Iglesia argentina. El engranaje principal pasa a ser Carlos Horst Fuldner, que nació en el barrio de Belgrano, en Buenos Aires, de padres alemanes y llega a Alemania siendo un adolescente. Se une a las SS y al final de la guerra viaja constantemente entre Berlín y Madrid organizando una ruta de escape. Fuldner tenía un pasaporte alemán y otro argentino y es la persona que tiene estas reuniones en la Casa Rosada, donde están Perón, Rodolfo Freude, que era el jefe de la División de Informaciones, Pierre Daye, un criminal de guerra belga muy importante que llega a la Argentina ayudado por Caggiano y monseñor Barrere, que era el obispo de Tucumán. Ellos arman la ruta que en el año 1948 se perfecciona con Fuldner en Europa y con un pasaporte oficial argentino, que dice "enviado especial de la presidencia". Y Fuldner es el que se dedica a rescatar a criminales pesados de la SS como Adolf Eichmann. Los franceses, los croatas y los belgas son criminales de guerra terribles. pero tienen la virtud, para el gobierno argentino, de que son católicos. Yo entrevisté a Wilfred von Owen, que fue secretario privado del ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels.

Cuando le pregunté si había tenido contacto con los nacionalistas argentinos, puso cara de asco: "eran católicos, y yo soy pagano", me dijo.

…".

"Diario Castellanos   Jueves 2 de Octubre de 2003 – Rafaela, Argentina

Ludwig Freude fue el principal aportista de fondos para la campaña electoral de Perón y su retoño cosechó los puestos públicos ya mencionados. Desde la CIDE de entonces y Migraciones fue montada una operación de "rescate" de criminales nazis acompañada por los cardenales Copello y Caggiano, con la anuencia del Vaticano. Carlos Fuldner, también germano -argentino y capitán de las SS- fue incorporado por Freude al plantel de espías, una de cuyas misiones era "perturbar los actos de los partidos políticos opositores". Fuldner organizó el viaje a la Argentina de Adolf Eichmann, Josef Mengele, Erik Priebke, Josef Schwamberger y Gerhard Bohne, entre otros, bajo la directa supervisión de Perón. La cuadrilla nazi empleada en el espionaje se completaba con Jacques de Mahieu -Wafen SS-; Branko Benzón -criminal de guerra croata, luego médico personal de Perón-; George Gilbaud, pro nazi francés, que recibió el encargo de reestructurar el sistema bancario argentino, fue asesor de Miranda y confidente del "líder".

… ".

"Foro Segunda Guerra Mundial – El Presidente Perón era ODESSA

Publicado: Dom Abr 08, 2007 4:40 pm

El día 10 de marzo de 1.945 los ejércitos aliados, en su imparable avance, ocupan la ribera occidental del Rhin desde los Países Bajos hasta la ciudad de Koblenz. Sólo faltan siete semanas para que Hitler se suicide en su Búnker en Berlín, y ocho para que la rendición incondicional de Alemania sea una realidad.

Ese mismo día, aterriza en el Aeropuerto de Madrid (Barajas) un avión procedente de Alemania con un cargamento de obras de arte. En ese avión viajaba Carlos Horst Alberto Fuldner Bruener, nacido en Buenos Aires, capital de las SS y quien había combatido con el grado de teniente en la División Azul, cuyas funciones eran, entre otras, las de intérprete y enlace entre españoles y alemanes.

Una vez en España, se instala en la ciudad de El Escorial, a unos 50 Kilómetros de Madrid, protegido por sus antiguos compañeros de armas junto con el cargamento de obras de arte que acompañaba.

Posteriormente se traslada a Madrid, a un piso en la Calle del Duque de Sesto, según informan los servicios de espionaje de los Alíados, que en vano intentan varias veces detenerlo para ponerlo a disposición de sus Tribunales de "justicia". Pero Fuldner disponía de suficiente habilidad y recursos económicos, en parte fruto de las obras de arte que consigue vender, y sobre todo unas excelentes relaciones personales; entre los más destacados, Rafael Finat (Conde de Malladle), los hermanos Dominguín, el Vizconde de Uzqueta, Radu Ghenea, este último embajador del gobierno pro – germano de Rumania en Madrid. También se reúne asiduamente en el elitista restaurante Horcher de Madrid (propiedad del alemán Otto Horcher), con el belga Pierre Daye y con el francés Charles Lesca o L’Escat; todos ellos fugitivos de los aliados, así como con Branco Benzon, ex embajador de Croacia en Berlín y ahora residente en Madrid.

A finales de 1.947 viajó de Madrid a Buenos Aires, Carlos Fuldner. Poco después, este ex – capitán de las Waffen – SS reaparece públicamente en Europa como un influyente funcionario de la Dirección General de Inmigraciones y adscrito a la División de Informaciones que dirigía Rodolfo Fraude (El pasaporte de Fuldner decía de él: "Envíado especial del Presidente de la República Argentina").

Fuldner debía encargarse de la operación de rescate de emigrados. Héctor Magistralli, secretario general de la Dirección de Migraciones argentina, declaró que la misión del germano – argentino era "buscar confidencialmente a esa clase de personas, que en la generalidad de los casos, eran sacadas subrepticiamente de Alemania y llegaban al país con documentación ajena, con conocimiento del Presidente de la Nación".

Fuldner, con el beneplácito del jefe de la policía y del ministro de Justicia, estableció su centro de operaciones en Suiza. El interés del estado Helvético era similar al de Franco, es decir, quitarse de encima el compromiso de los refugiados alemanes. Aunque parte de la amabilidad suiza se debía a los sobornos que distribuían generosamente Fuldner y sus ayudantes por hacer la vista gorda o apoyarles en sus gestiones.

Con ayuda de Benito Llambí, compañero de armas de Perón y embajador en Berna, Fuldner consiguió crear rutas de escape pare los alemanes que habían quedado atrapados en su país una vez ocupado por los aliados. Para ello contó con la eficaz colaboración del Vaticano y de los agentes de la DAIE en Italia. Eichmann, Mengele, Priebke, Gerhard Bohne, Josef Schwammberger y otros nazis, utilizaron esta vía.

Los contactos de Fuldner fueron muy eficaces en la tarea de localizar a los nazis "ocultos", y ofrecerles la vía de escape. Según informes confidenciales norteamericanos, en sólo dos semanas se produjeron diez entradas ilegales de alemanes en Suiza. Los billetes de la compañía holandesa KLM a Buenos Aires, eran pagados en muchas ocasiones por la legación argentina en Roma. Las operaciones de fuga, tenían además, otros patrocinadores que aportaban fondos. Según la policía suiza, poderosos industriales desde la propia Alemania y Austria.

En septiembre de 1.949, fue cerrada por las autoridades suiza la oficina de emigración argentina en la Marktgasse de Berna, pero su misión estaba cumplida: mas de 300 emigrados habían escapado ya a Argentina….".

"El Protagonista – DOMINGO, ENERO 07, 2007 – La auténtica Odessa

Fuente: UKI GOÑI

El capitán SS Carlos Fuldner en su pasaporte alemán, 1935. (MRE)Yo lo ignoraba al abordar la labor, pero algunas piezas de ese rompecabezas las había tenido casi literalmente frente a mi puerta desde siempre. Sin saberlo, al mirar por la ventana de mi apartamento, durante años había estado viendo pasear por la acera al nieto de Fritz Thyssen, el magnate de la industria alemana que financió el ascenso de Hitler al poder en la década de 1930. Cuatro puertas más abajo, junto a la residencia del embajador suizo, está el chalet en el que vivió el capitán de las SS Carlos Fuldner, el agente de Himmler que coordinó la principal ruta de huida nazi y que protegió a Eichmann, entre otros. Era como si hubiera estado en Berlín, Munich o Viena. Pero no: estábamos en la tranquila zona de las embajadas de Buenos Aires. La calle sigue ignorado su siniestro pasado. Tampoco yo era consciente de la presencia del notorio vecino cuando, de niño, en la década de 1960, pasaba en bicicleta frente a la casa de Fuldner. ¡Qué gran oportunidad perdida para haberlo entrevistado!

Las lujosas casas y las elegantes y sinuosas calles del barrio de Palermo Chico desmienten la creencia de que los colaboradores de Hitler estuvieron poco menos que condenados a vivir en la miseria durante su largo «exilio» en Argentina. La mayoría podía presumir de vivir en los lugares más selectos en una ciudad que, con razón, se enorgullecía de ser «el París de Sudamérica». Algunos, como Fritz Thyssen, que murió en Buenos Aires en 1951, lamentaron haber ayudado al nazismo. El magnate tuvo un enfrentamiento con el Führer y pasó gran parte del último período de la guerra en campos de concentración alemanes. Otros, como Fuldner, mantuvieron su lealtad a la causa mucho después de la muerte de Hitler. Desde mi ventana, al otro lado de la avenida, casi puedo ver la atractiva casa de ladrillo rojo donde hasta no hace mucho vivió Thilo Martens. Éste era un millonario alemán que introdujo ilegalmente en Argentina las modernísimas radios que utilizaban los agentes de Hitler para comunicarse con Berlín. Después de la guerra, Martens habría gestionado transferencias de dinero para algunos de los más notorios nazis que huyeron a Buenos Aires con la ayuda de Fuldner. Pero su pasado nazi no impidió que el anciano colaboracionista fuese secuestrado por los generales de la dictadura genocida que gobernó Argentina durante el período 1976-1983, quienes se embolsaron una parte sustancial de su fortuna….".

"Clarín.com  »  Edición Domingo 28.03.1999  »  Zona  »  

Evita y las cuentas secretas en Suiza

TESTIMONIOS

Evita y las cuentas secretas en Suiza

Una comisión suiza investiga si Eva Perón abrió, durante su único viaje a Europa en 1947, cuentas secretas en Berna y Zurich. Por entonces, el gobierno abrió en ese país una oficina que ayudó a jerarcas nazis a huir a la Argentina.

Juan Gasparini: Especial desde Ginebra

Los contactos de Eva Perón con un grupo de banqueros suizos durante su visita a Europa en 1947 están siendo investigados hoy por la Comisión Bergier, encargada de determinar, por mandato del gobierno y del Parlamento suizos, si en aquella oportunidad Eva Perón abrió cuentas bancarias secretas en Berna y Zurich, las dos ciudades que visitó.Los expertos suizos, bajo la dirección del historiador Jean-Francois Bergier, han solicitado el documental que sobre aquella visita de Eva Perón hizo el periodista suizo Frank Garbely en Suiza, Italia, Alemania y la Argentina. El filme fue presentado por la televisión suiza que emite su señal en alemán el 23 de noviembre del año pasado y también en un festival celebrado en la ciudad de Soleure en enero último.Por el mismo documental se ha interesado también la Secretaría de Inteligencia del Estado de la Argentina (SIDE), cuyo agente en Ginebra, el ex intendente de la Ciudad de Buenos Aires Leopoldo Frenkel, solicitó una copia y la envió a Buenos Aires.Cuentas suizas, refugios nazisLa repercusión que tuvo el documental hizo que el diputado socialista por Ginebra, Jean Ziegler, interpelara al gobierno federal suizo al que exigió el bloqueo preventivo de las eventuales cuentas de Eva Perón que pudieran descubrirse en Suiza. La película, titulada Secretos de Evita: el viaje a Suiza, muestra la conexión entre el recorrido de Eva Perón por Europa y la apertura de una oficina en Berna para coordinar la emigración a la Argentina de europeos con antecedentes nazis, incluyendo alemanes que habían cometido crímenes durante la Segunda Guerra Mundial que acababa de finalizar.Entre otros antecedentes relevados por los investigadores suizos se ha establecido que, paralelamente a la existencia de la sede oficial de la Embajada argentina en Berna, se inauguró en la capital suiza un despacho en el 49 de la calle Marktgasse, para canalizar la fuga de técnicos alemanes a la Argentina. Allí trabajaron varios funcionarios argentinos, algunos de ellos con doble nacionalidad, como Carlos Fuldner, Herbert Helferich, Georg Weiss, Enrique Moss, ex cónsul en Berlín, y un teniente coronel de apellido Ahrens, todos, según los servicios secretos suizos, intrigantes aventureros y nazis a 110 por ciento. Weiss era miembro de la Gestapo y Fuldner capitán de la SS y agente de Heinrich Himmler, reciclado en la División Informaciones de la Casa Rosada.Las actividades de esta enigmática oficina dependían de la Presidencia de la República, siendo su responsable directo Rodolfo Freude, miembro de la secretaría privada del primer mandatario Juan Perón. Se trata del hijo de Ludwig Freude, otrora magnate de la industria de la construcción en Argentina, considerado por varios documentos oficiales recientemente desclasificados en Estados Unidos, Inglaterra y Suiza, como testaferro del ministro de Relaciones Exteriores de Hitler, el barón Von Ribbentrop. Rudolf Freude vive aún en Buenos Aires.¿Por qué Suiza favoreció el tránsito de perseguidos alemanes a la Argentina? Los indicios que están surgiendo de la Comisión Bergier indican que, a cambio, Suiza se benefició con el conocimiento de los avances tecnológicos alemanes, de los cuales eran portadores algunos fugitivos. La oficina de la Marktgasse estuvo activa hasta 1950 y desde ella se financió incluso el escape de alemanes escondidos entre las ruinas del Tercer Reich. Los técnicos de Hitler de paso hacia la Argentina eran interrogados en Suiza, debiendo acreditar sus conocimientos. Uno de los administradores de ese tráfico fue el oficial de inteligencia del ejército suizo, Paul Schaufelberger, oficial de informaciones con grado de mayor, luego ascendido a coronel.Técnicas militaresUn mes atrás, la silueta de Schaufelberger emergió en el diario Le Temps de Ginebra. Especialista en técnicas militares, trabó una oscura relación con la Argentina. Desde 1942 dirigió un comando independiente del ejército helvético, encargado de averiguar los avances científicos de sus colegas alemanes. Fue oficial tratante de informadores alemanes en Alemania que espiaban para Suiza. Conoció la existencia de los cohetes V-1 y V-2 con los que Alemania intentó modificar el curso de la guerra un año antes que los británicos, los que recién dispusieron de estos datos en 1943. Al concluir la guerra su preocupación eran los planos de aviones a reacción y los nuevos modelos de misiles. Un proyecto suizo contó con sus conocimientos en 1951. Su esposa, lo acompañó en su fulgurante carrera militar, llegando ella al grado de coronela suiza.En 1951, la Embajada de Suiza en Argentina trasmitió una invitación personal del general Juan Perón para que el coronel de Estado Mayor Paul Schaufelberger visitara la Argentina. ¿Cuál fue el objetivo de esa invitación y qué ocurrió realmente? ¿Agradecimiento por los servicios prestados o un intercambio personal de informaciones como prefería Schaufelberger, que apetecía de la conversación antes que de los informes escritos? La Comisión Bergier, que encontró la sugestiva invitación, deberá pronto develar el misterio.Las vacaciones suizas de MengeleEntre los técnicos alemanes que emigraron a la Argentina, estuvieron Adolf Heichmann, Josef Schwamberger, Eduard Roschmann y el croata Ante Pavelic. Algunos llegaron como ingenieros. Otros como mecánicos. Fue el caso de Josef Mengele, el ángel de la muerte, que experimentó con la especie humana en el campo de concentración de Auschwitz.Mengele arribó a Buenos Aires con un pasaporte obtenido en la Cruz Roja a nombre de Helmut Gregor, documento de identidad que le fue proporcionado por un diplomático suizo en Génova el 21 de marzo de 1949, antes de embarcar. El semanario israelita de Zurich Israelitische Wochenblatt acaba de revelar que viviendo en la Argentina, Mengele volvía periódicamente a Suiza para pasar sus vacaciones y ver a su hijo Rolf, que residía cerca de Ginebra, y a su esposa, Martha. Esta se desplazaba desde Alemania a un departamento alquilado en Zurich para encontrarse con su marido. Los movimientos de la familia Mengele eran conocidos por la policía helvética y también por la policía alemana, que no hicieron nada para llevarlo ante los tribunales que lo buscaban afanosamente. Sintiéndose quizá acosado por los cazadores de nazis, Mengele abandonó la Argentina para guarecerse en Brasil, donde murió ahogado en el mar….".

"Saber & Poder – Viernes, mayo 05, 2006 –

HOSPITALIDAD

El rescate del material humano sobrante del Tercer Reich trajo aparejado el problema de encontrar trabajo para los recién llegados, que en una gran cantidad de casos eran oficiales SS sin conocimientos profesionales o experiencia previa en el mundo laboral. En 1950 por lo tanto, Carlos Fuldner constituyó la Compañía Argentina para Proyectos y Realizaciones Industriales (CAPRI). Nacida bajo la inspiración de Ludwig Freude (…) el directorio incluía entre sus miembros al ex espía nazi y amigo de Perón, August Siebrecht. El hecho de que CAPRI era una bolsa de trabajo para nazis desocupados era tan conocido en la comunidad alemana que se la rebautizó como la Compañía Alemana Para Recién Inmigrados (…) La compañía tenía sus oficinas en la avenida Córdoba 374, junto con la institución bancaria Fuldner y Compañía, que atendía en el quinto piso del edificio.

Actuaba en el ámbito del ente estatal Agua y Energía Eléctrica bajo un decreto regulatorio del año 1947. Hasta 1955 se dedicó al estudio del curso de ríos en la provincia de Tucumán (…) bajo una adjudicación ganada por Fuldner dentro del plan quinquenal peronista. A CAPRI se unió también Carlos Schulz tras perder su puesto como edecán del coronel Domingo Mercante. Schulz organizó el trabajo de campo en Tucumán, proveyendo a sus empleados de documentos de identidad "CAPRI" firmados por el jefe de policía de la provincia, una ocurrencia ingeniosa que facilitó luego la obtención de documentos oficiales argentinos para varios fugitivos. Schultz organizó también la sucursal de CAPRI en el pueblo abandonado de Cadillal, a 32 km. de la ciudad de Tucumán, abriendo una casilla de correo allí donde llegaban las cédulas de identidad obtenidas para los alemanes, incluyendo una a nombre de Ricardo Klement, el alias tras el cual se escudaba la siniestra figura de Adolf Eichmann, ordenador del transporte de judíos a los campos de concentración del nazismo durante la guerra….".

"INTRODUCCIÓN

Ignacio Klich

En lo que hace a la documentación para el ingreso, a diferencia de lo publicado por la prensa sobre el arribo de Adolf Eichmann y/o Josef Mengele a Buenos Aires con pasaportes argentinos, la mayoría de los casos estudiados por Jackisch llegó con papeles de la Cruz Roja, documentos que también aceptaba México; con pasaportes de sus propios países o de otros; y también con documentación deficiente. Esto no significa afirmar que algunos no hubieran tenido documentos argentinos a su disposición, como los argentinos nativos Charles Lescat y Carlos Fuldner (buscado por los franceses como posible criminal de guerra el primero, y para ser interrogado por británicos y estadounidenses en su calidad de ex miembro de la inteligencia nazi en España el segundo), o el diseñador aeronáutico alemán Kurt Tank y miembros de su equipo. A modo de contraste, por más plausible que parezca, la insinuación del abogado de Priebke en la Argentina, Pedro Bianchi, en el sentido de que había jugado un papel en la entrega de 2.000 pasaportes en blanco para fugitivos nazis, durante su actuación como el embajador más joven de Perón en Europa, es algo que queda por confirmar debido a la llamativa ausencia de un legajo personal de Bianchi en el archivo de la Cancillería. Y la historia de los pasaportes en blanco en sí tiene cierto sabor a refrito de un memorando del Ministerio del Interior argentino de la década de 1960, plagado de inexactitudes de todo tipo. En lo que respecta a los llegados con "documentación deficiente", en referencia al hecho de que no habían cumplido con uno o más de los requisitos argentinos para el ingreso al país, completar satisfactoriamente esta área de investigación requiere tomar el conjunto de hallazgos de todas las demás unidades que revelan interesantes elementos de relevancia para este tema, y proceder luego a un análisis desapasionado que evite generar la impresión de que todos los beneficiarios de esta actitud acogedora automáticamente resultaron ser criminales de guerra fugitivos. Una equiparación de esta naturaleza se ve refutada por algunos de los que ingresaron al país autorizadamente con documentación deficiente….".

"La conexión nazi del general Perón

El principio del hilo entre Sofindus y Perón aparece en 1946, cuando el presidente argentino creó los servicios de inteligencia y puso al frente a Rodolfo Rudi Freude, hijo del alemán Ludwig Freude, un multimillonario amigo de Perón. Con el fin de coordinar el traslado de los nazis perseguidos a Argentina, Perón designó en 1947 a Horst Alberto Carlos Fuldner, excapitán de las SS de origen argentino, y creó en Génova la Delegación Argentina de Inmigración en Europa.

LAS RUTAS DE FUGA

Fuldner, que nació y pasó su niñez en Buenos Aires, recibió formación militar en Alemania y fue agente particular del jefe de las SS Heinrich Himmler. Debido a ese cargo, participó en las actividades de Sofindus en Madrid. Finalizada la guerra y con un pasaporte de enviado especial del presidente de Argentina , Fuldner se convirtió en una pieza clave para lograr las autorizaciones, articular las coberturas y trazar las rutas utilizadas por los fugitivos que se refugiarían en Argentina, entre los que cabe destacar a Josef Mengele, el médico de Auschwitz; Adolf Eichmann, teniente coronel de las SS y ejecutor de la Solución Final; Gerhard Bohne, administrador del programa de eutanasia de Hitler; Erich Priebke, implicado en la matanza de las Fosas Ardeatinas de Roma, y Joseph Schwammberger, responsable de la represión de judíos en Polonia. En 1947, bajo el paraguas institucional de Freude y con la participación de Fuldner, el entonces embajador en Berna y hoy difunto Benito Llambí abrió un Centro Argentino de Emigración en la capital helvética. Allí se tramitaron visados y salvoconductos para que unos 300 criminales nazis viajaran a Buenos Aires con papeles de identidad extendidos a hombres falsos. Los archivos federales suizos atestiguan el paso de Fuldner por aquella central de reclutamiento, que funcionó hasta 1949.

Una vez en Argentina, Fuldner –que murió en Madrid en 1992– continuó asistiendo a los nazis fugados."

El país del Martes/29-May-2007

Eichmann volvería a escuchar hablar de Argentina, y mucho. Terminada la guerra, el mundo comenzaba gradualmente a entender la dimensión de lo que terminaría llamándose Holocausto. Eichmann tuvo suerte de no caer en manos rusas, ya que los soviéticos colgaron sin más trámites a prácticamente todo el que vistiera el uniforme negro de la SS. En 1948, el director de Asuntos Judíos pedía asilo en Argentina por medio de Carlos Fuldner, el asesor especial de Juan Domingo Perón para la "inmigración de nazis, ustachas, rexistas y demás traidores a sus países ocupados por los nazis". El trámite de Eichmann tiene fecha de dos meses posterior al de Schammberger y menos de un mes de los de Priebke y Mengele."

El país del Domingo/15-Dic-2002

LA HISTORIA DE LA LLEGADA DE LOS NAZIS A ARGENTINA

Uki Goñi: La Odessa que creó Perón

"…

–¿Y lo dejaron investigar?

–No querían, hicieron lo imposible para alejarme pero temían un escándalo. Allí descubrí que cada inmigrante tiene un legajo y en cada libro de llegadas quedaba anotado el número de legajo. Así encontré las llegadas y los números de Mengele, Eichmann, Priebke, y pedí los legajos. No estaban, habían desaparecido. Los habían limpiado. Se armó un gran revuelo, y un día un funcionario me dice, "¿qué quiere que haga? ¿que le admitamos que nos ordenaron quemarlos en 1996? Nunca lo admitiremos." Aún así, hubo información valiosísima. Por ejemplo, que los expedientes de inmigración de Mengele y Priebke tienen números consecutivos, lo que muestra que fueron abiertos por una misma persona, al mismo tiempo. Esto ocurre muy frecuentemente, con varios criminales de guerra. También aparece claramente que el año de mayor actividad es 1948, cuando el capitán de las SS Carlos Fuldner está en Suiza trayendo nazis. Por ejemplo, ese año se abre el expediente de Eichmann, que llega en 1950.

–O sea que la leyenda negra se quedó corta. No fue que llegaron sino que los trajeron.

–Por eso el libro se llama la auténtica Odessa, porque acá se trata de una organización que nace de las reuniones que Perón, el propio Presidente de la Nación, tuvo en la sala de gabinete de la Casa Rosada con loscriminales de guerra. Los papeles muestran que Perón financió esta empresa, que envió a Fuldner a tener reuniones para organizar todo esto al más alto nivel en Suiza, con un pasaporte oficial que decía "enviado especial del Presidente de Argentina". Lo fantástico es que esto estuvo oculto por 50 años. A mí no me interesa el tema nazis, lo que yo quería demostrar es que en este país vivimos sobre un iceberg gigantesco que todos desconocemos, que pretendemos no ver. En mi libro anterior, "Perón y los alemanes", documento la historia del nacionalista argentino Juan Carlos Goyeneche que es enviado durante la guerra como enviado de Perón para juntar apoyo a un golpe contra el gobierno de Castillo. Goyeneche se entrevistó con Himmler, con Ribbentrop, tal vez con Hitler, con Mussolini, pidiendo financiamiento para el golpe. Mussolini acepta y manda una carta a Castillo en estos términos que llega a Buenos Aires el mismo día del golpe de 1943. Siempre se dijo que el golpe del GOU había sido financiado por el Eje y cuando se ven estos documentos… Pero los mismos mlitares que derrocaron a Perón en 1955 nombran a Goyeneche secretario de información pública."…".

Domingo 16 de febrero de 1997

Una historia que genera controversias

La rama nazi de Perón

"…

El nexo entre los allegados -en Migraciones- y la oficina de Rodolfo Freude -en la presidencia- era Carlos Horst Fuldner, un germano-argentino que había sido capitán de la SS en Alemania. De vuelta en la Argentina, Fuldner fundó la empresa CAPRI, donde consiguió empleo Adolf Eichmann, el arquitecto del holocausto judío de Hitler. Eichmann fue raptado de la argentina por un comando israelí en 1960, juzgado en Jerusalén y ejecutado en 1962. Sus últimas palabras antes de ser colgado fueron: "¡Viva Alemania! ¡Viva Argentina! ¡Viva Austria! ¡No olvidaré!" "Perón, que había ordenado el operativo de salida clandestina, con Santiago Peralta tenía un hombre de su máxima confianza a la cabeza de las autoridades migratorias," escribe Meding. "Por el lado del gobierno, Rudi Freude, secretario de la Presidencia al principio del mandato de Perón, se encargaba de allanar el camino desde Alemania a la Argentina, con el apoyo tanto de Guillermo Staudt, hijo del importante industrial Ricardo Staudt, como también de Horst Fuldner, que atendía la organización de la operación secreta en Italia….".

ARCHIVO – Domingo 27 de setiembre de 1998

Los lazos de Perón con el Tercer Reich

"…

Horst Alberto Carlos Fuldner, alto, rubio, bien vestido, tenía 34 años y su vida hasta ese momento había sido bastante agitada. Nacido en la ciudad de Buenos Aires el 16 de diciembre 1910, hijo de inmigrantes alemanes que luego regresarían a Alemania. Fuldner fue un temprano adherente al nazismo.

A los 21 años ingresó en las SS con el número 31.710. Medía 1,76 metro, calzaba zapatos talle 44, profesión: "exportador". Hablaba correctamente alemán, castellano, francés e inglés. En marzo de 1932 era admitido al NSDAP (Partido Nazi), en Munich con el número 999.254. Para 1933 se había mudado a Kassel. Debe de haber causado buena impresión ya que fue ascendido rápidamente hasta el grado de sturmhauptführer en septiembre de 1934.

Durante ese año fue enviado a Prusia del Este y trabajó para la newsletter de las SS. Compró un auto cero kilómetro con dinero de la organización y tuvo problemas en devolver el préstamo, arrastrando una deuda de 5000 marcos. Fue asignado a tareas administrativas. A pesar de la preocupación que generaban los negociados en que se involucraba se lo consideraba astuto y eficiente.

Su vida personal, sin embargo, era un caos. Fracasó en todo, incluso en su matrimonio. El 22 de noviembre de 1934 se había casado con Hanne Kraus, una alemana de 21 años. Pocos meses después abandonó a su mujer embarazada y a su suegra. Según sus amigos era extremadamente infeliz. A fines de 1935 entró en crisis y su talento para los negocios turbios lo hizo caer en desgracia. Estafó a un empresario en Munich y a una empresa naviera en Hamburgo. Desertó de las SS.

En noviembre de 1935, con su pasaporte argentino, se embarcó a bordo del buque Antonio Delfino rumbo a Buenos Aires. Fue interceptado por el Cap Arcona que viajaba en dirección a Hamburgo.

Intentó suicidarse. Envió un cable a Himmler. Obligado a descender en el puerto de Bramenhave, fue allí entregado a la policía secreta. Llevado prisionero a Alemania fue enjuiciado por deserción (fahnenflucht), por sustraer documentos de su propio legajo, por deudas de juego y por robo de dinero.

Fuldner pasó algún tiempo en la cárcel y en enero de 1936 fue degradado (oeffentlich degradiert) y expulsado por sus camaradas. Su anillo con la calavera de las SS fue ritualmente fundido, la máxima humillación que podía sufrir un integrante de la guardia nazi. En medio de este desorden nació su hija Ingrid, el 26 de mayo de 1936. En 1937 se desecharon los cargos de fraude en su contra. La última entrada en su legajo (un documento con obvios signos de haber sido depurado) data de 1938 cuando pidió reingresar en las SS, solicitud que le fue denegada.

Los datos de su vida posterior son menos detallados. Antes de iniciarse la guerra habría vuelto un tiempo a la Argentina, probablemente visitó los Estados Unidos también. Luego sirvió como teniente e intérprete castellano-alemán en la División Azul, el cuerpo de 47.000 soldados españoles que bajo mando alemán combatió en el frente ruso entre agosto de 1941 y marzo de 1944. Viajaba frecuentemente a Berlín.

En algún momento formó parte de la megacorporación nazi Sofindus. Avenida del Generalísimo 1, Madrid, que controlaba las más importantes empresas alemanas de España. Para no perder la costumbre, el SS argentino se halló nuevamente envuelto en un desfalco que le haría perder el "empleo".

Pero aquel día de noviembre de 1944 cuando bajaba la escalerilla del avión en Madrid, Fuldner renacía de sus cenizas. Se hallaba ahora en una "misión especial" del SD para la cual venía provisto de su pasaporte alemán y su pasaporte argentino, a los que agregaba las particulares debilidades financieras que distinguían su carrera.

En la embajada alemana en Madrid, donde se vivían momentos de gran ansiedad por el "amargo final" que se avecinaba, Fuldner se reunió con el diplomático Josef Schoof y con el secretario de legación Wilhelm Petersen, uno de los enlaces nazis del nacionalista argentino Juan Carlos Goyeneche. Fuldner les explicó que su misión comenzaría recién después de concluida la guerra.

También se reunió con el agregado militar alemán en Madrid, coronel Hans Doerr (éste había tenido reuniones con el coronel argentino Carlos Vélez durante 1944), pero rehusó revelarle detalles de su misión: solamente confirmó que tenía que ver con la posguerra. "Lo más importante es salvar la situación presente", decía Fuldner.

Fuldner había llegado a Madrid con los bolsillos repletos. Pagó 45.000 pesetas por un automóvil apenas después de su arribo. El 23 de diciembre de 1944 volvió a Alemania, para regresar una vez más a Madrid el 10 de marzo de 1945. Disponía de un avión cargado de obras de arte (art prints) que deseaba vender en España.

Vivió en la casa del vizconde de Uzqueta, Gonzalo Serrano Fernández de Villavicencio, un ex miembro de la División Azul. Por presión de los aliados, la policía española comenzó su búsqueda. Fue ocultado en El Escorial por antiguos compañeros de la División Azul, vivió con una mujer alemana en la calle Modesto Lafuente 33, huyó a la localidad de Tarrasa, cerca de Barcelona.

Pasado el susto, comenzó a mostrarse públicamente. Era amigo de los hermanos Dominguín, los más famosos toreros de España,y del ex embajador rumano en Madrid Radu Ghenea, con quien pronto compartiría reuniones secretas en la Casa Rosada, en Buenos Aires….".

Finalmente otro recorte llamó su atención.

Partes: 1, 2, 3
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