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La necesidad de introducir las TIC en la carrera de Agronomía. SUM-Caimito (página 2)


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Entonces, antes de continuar, debemos precisar a qué llamamos TIC y de cuerdo con Castañada (2005) se entiende por Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) los procesos y productos derivados de las nuevas herramientas (hardware y software), soportes de la información y canales de comunicación relacionados con el almacenamiento, procesamiento y transmisión digitalizados de la información. Mientras que Rosario (2006) por su parte considera TIC al conjunto de tecnologías que permiten la adquisición, producción, almacenamiento, tratamiento, comunicación, registro y presentación de informaciones, en forma de voz, imágenes y datos contenidos en señales de naturaleza acústica, óptica o electromagnética.

Por lo tanto somos del criterio de que las TIC, en síntesis, son poderosas herramientas informáticas relacionadas con la transmisión de información, con potencial suficiente para influir en la adquisición de habilidades y conocimientos. Cuestiones estas que bien pueden ser aprovechadas en el ámbito escolar, más aún en el escenario universitario.

Pongamos un ejemplo: hoy existen programas informáticos que permiten que un piloto, realice una simulación de un vuelo sin necesidad de realizarlo realmente, lo que desarrolla habilidades y conocimientos teórico-prácticos que le avalan experiencia para realizarlo con más probabilidades de éxito cuando se enfrente a un vuelo real en una aeronave.

La idea que queremos transmitir es que desde su llegada al mundo de la educación, de acuerdo con Cañas (2007a) las TIC, han generado un gran número de expectativas, que con el transcurso del tiempo y la constatación de las experiencias acumuladas, ponen en evidencia, que no todo el potencial que las mismas encierran se transforma necesariamente en efectividad del PDE; dependiendo, claro está, del uso adecuado o desmedido que estas tengan dentro del propio proceso.

De acuerdo con lo anterior, somos del criterio de que estas tecnologías han influido en los procesos tradicionales de enseñar, aprender e investigar. La información tecnológica, como una importante área de estudio, está incidiendo en los métodos de enseñanza y de aprendizaje que se emplean para todas las carreras, lo que crea expectativas y retos.

Nuestro país no ha estado ajeno ante tal situación y es por ello que la escuela superior cubana se ha visto inmersa en un profundo proceso de transformaciones dentro de las que sobresalen principalmente: la universalización de la enseñanza (Alarcón, 2008) y la introducción de las TIC en el proceso docente educativo (Vidal et al., 2004; Salinas 2005; Ruiz y Castañeda, 2005; Chang, 2007 y Borges, 2009) las que en conjunto han podido elevar la calidad y preparación de nuestros egresados a niveles internacionales. Desde luego, que mucho han tenido que ver, la voluntad política del estado cubano, la excelencia y competitividad del claustro y la flexibilidad de los actuales modelos pedagógicos.

La NUC ha asumido la educación permanente para impulsar el proyecto del cambio educativo y la utilización de las TIC como medios para facilitar la construcción de conocimientos y mejorar la eficiencia de la educación convencional; así como, un recurso para ampliar el ámbito de la acción educativa. Por lo tanto es importante que el profesor vea la necesidad del empleo de estas en la asignatura, lo que sin lugar a dudas constituye un gran desafío para los modelos de enseñanza, ya que el conocimiento trasciende el momento de la clase y es posible alcanzar en diversos nuevos escenarios.

Nuevas exigencias y retos se presentan entonces a la Universidad contemporánea entre los que podemos citar: la eficiencia académica, competir en el mercado de producción y difusión de conocimientos ante la pérdida de exclusividad en ese campo, desarrollar la investigación básica y aplicada, contribuir a una formación ciudadana centrada en el aprendizaje y en valores, transformar los currículos, asimilar y desarrollar el uso de las TIC e incorporar a la cultura universitaria la creatividad, la flexibilidad y la capacidad de adaptación. La respuesta de la Universidad contemporánea a tales exigencias y retos ha sido conceptualizada como Universidad del Siglo XXI o Nueva Universidad Cubana (Alarcón, 2008).

Esta NUC -revolucionaria, internacionalista, humanista y científica, abierta a toda la sociedad– se distingue de la universidad clásica, básicamente porque trasciende sus muros tradicionales y desarrolla sus procesos en íntima relación con las comunidades, perfeccionándolos continuamente como parte de una interacción de la que todos participan.

En consecuencia con lo anterior, actualmente nuestro país está inmerso en un proceso continuo de transformaciones dirigidas a ampliar cada vez más las oportunidades de acceso a la universidad hasta conquistarlo a plenitud y consustancialmente multiplicar y extender los conocimientos para contribuir al desarrollo de una cultura general integral del pueblo y con ella a su bienestar material y espiritual (Alarcón, 2008). Por eso, desde el año 2002, la universalización de la enseñanza ha convertido a nuestro país en una gran aula universitaria con nuevos escenarios y nuevos modelos pedagógicos, haciéndose presente en todos los municipios (Achiong et al., 2010). En ellas las TIC han desempeñado un papel protagónico y decisivo, sin cuyo rol habría sido muy difícil de logar este reto.

Es por ello que todas las instituciones de Educación en nuestro país han sido dotadas de modernas tecnologías, dentro de las que sobresalen claro está, las disponibles en los centros de educación superior, tanto en las cedes centrales como en las municipales y unidades docentes. Donde se disponen de laboratorios con máquinas computadoras disponibles tanto para profesores, como para estudiantes, de modo tal que ambos accedan a las nuevas posibilidades que brindan los entornos digitales como recurso en el PDE.

Sin lugar a dudas las exigencias de la vida contemporánea, el desarrollo impetuoso de la ciencia y la tecnología, así como la creación de un nuevo modelo educacional en la ES basado en la semipresencialidad y apoyado en las TIC obligan a repensar la actividad docente (Salinas, 2005), y utilizar los llamados métodos productivos dirigidos a incentivar la actividad intelectual y la creatividad de los estudiantes para lograr su desarrollo integral (Cañas, 2007b y Horruitiner, 2006). Es por ello que analizaremos con más profundidad cómo se manifiesta este fenómeno en la semipresencialidad.

La semipresencialidad y la necesidad de las TIC

La semipresencialidad caracteriza un enfoque del proceso de formación en el que se combinan ayudas pedagógicas presenciales con otras mediadas por recursos tecnológicos, extendiendo la influencia del profesor más allá del momento en que se encuentra con sus estudiantes; adaptable en intensidad a los requerimientos de éstos y a los recursos tecnológicos disponibles para llevarla a cabo (Salinas 2005 y Horruitiner, 2006).

Como ya dijimos anteriormente, reconocemos la existencia de una infraestructura tecnológica en cada una de nuestras universidades, cedes municipales u unidades docentes; sin embargo, las tecnologías por sí solas no producen conocimiento, pero empleadas adecuadamente como medio de enseñanza pueden llegar a lograr un refuerzo de este saber y contribuir con el aprendizaje del estudiante.

Es por ello que el desarrollo del modelo pedagógico semipresencial propio de la Universalización demanda de investigaciones pedagógicas que permitan desarrollar estrategias, métodos y acciones que aseguren una debida calidad en la masividad de la enseñanza, y en la cual las TIC promuevan la eficacia y la eficiencia de la formación y contribuyan a resolver los problemas educativos.

Esta modalidad de estudios se soporta en diferentes escenarios de aprendizaje; por tanto, los medios deben elaborarse teniendo en cuenta esta situación. Tal sistema es completo si se logran combinar los que propician una mejor comunicación en los encuentros presenciales con aquellos dirigidos a apoyar la autopreparación de los estudiantes (Horruitiner, 2006; Borges, 2009; González, 2002 y Hernández, 2008). Sin embargo hoy es frecuente encontrar instituciones de ES de este tipo, con insuficiente creatividad y capacidad para dar solución a determinadas situaciones que se dan en los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Pongamos un ejemplo que sucede en la práctica cotidiana. En la provincia La Habana, la Facultad de Agronomía abrió sus aulas en gran parte de sus municipios que la componen. En Caimito, un territorio eminentemente agrícola, se estudia desde el curso 2005-2006 en la modalidad semipresencial con favorables resultados, con la incorporación a las aulas de graduados de nivel medio superior y técnicos que laboran en las empresas de la localidad. El plan de estudios de la carrera relaciona una serie de asignaturas que requieren de una actividad práctica considerable, que en la mayoría de los casos no es posible cumplir, fundamentalmente, por la limitada presencia del profesor en el aula. La asignatura Botánica que se imparte en el primer año de la carrera tiene entre sus objetivos el de familiarizar a los estudiantes con las principales especies vegetales de importancia agrícola, tanto beneficiosas como perjudiciales; lo que precisa que el estudiante sea capaz de identificar, habilidad ésta, muy relacionada con la imagen visual y la caracterización, rasgos distintivos y demás aspectos que se puedan extraer de la visualización del material.

Sin embargo y aunque muchos de los estudiantes son egresados de institutos politécnicos de la rama, y gran parte de ellos laboran en centros de producción agrícola, existen dificultades en el logro de este objetivo; lo que pone al descubierto, por un lado, el limitado tiempo para el contacto con éstas "in situ" y por otro, la inexistencia de alternativas que pudieran ayudar a desarrollar estas habilidades, todo lo cual se revierte en la calidad de la clase y en la limitación del conocimiento adquirido por el estudiante.

Otro ejemplo lo constituye el caso que se presenta en las asignaturas: Sanidad Vegetal y Fisiología Vegetal, por solo mencionar algunas; en la que los materiales necesarios para la docencia, vivos o conservados, en la mayoría de los casos no constituyen medios de enseñanza inalterables. Los primeros solo se presentan en una determinada época y condición climática del año y por tal motivo, resulta difícil que en el momento de la clase se pueda contar con una muestra fresca de los mismos y los segundos, pierden color, textura y consistencia en medios de conservación. Estos elementos son determinantes en la labor de reconocimiento e identificación por parte del estudiante, sobre todo de aquel que se enfrenta por primera vez al mismo. De ahí que en estas asignaturas los objetivos: reconocer e identificar, que aparecen en los programas de estudio, no se podrán cumplir a cabalidad si no se toman medidas en busca de alternativas que contribuyan a minimizar el impacto desfavorable sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje en los territorios.

El reclamo recae entonces sobre el profesor, ya que por su formación profesional es la persona capaz de conducir y guiar científicamente el proceso de aprendizaje del estudiante hacia niveles superiores de desarrollo en la medida de que sea capaz de crear los espacios de aprendizaje que propicien la formación de niveles cualitativamente superiores de actuación del estudiante. En esta concepción el profesor no es un facilitador sino un orientador del aprendizaje (González, 2002 y Salinas, 2005). Una alternativa factible de pocos recursos y de muy buenos resultados es el empleo de las tecnologías en la realización de herramientas que apoyen la docencia, al tiempo que se propicie espacios para el progreso intelectual del estudiante.

La digitalización y los nuevos soportes electrónicos han dado lugar a nuevas formas de almacenar y presentar la información. Los tutoriales multimedia, las bases de datos en línea, las bibliotecas electrónicas, los hipertextos distribuidos, son nuevas maneras de presentar y acceder al conocimiento que superan en determinados contextos las formas tradicionales de la explicación oral, la pizarra, los apuntes y el manual. Son conocidas las ventajas de las simulaciones de procesos, la representación gráfica, la integración de texto, imagen y sonido o de la navegación hipertextual. Las bibliotecas tradicionales cambian su contexto y sus funciones. Debemos tener en cuenta que estas herramientas permiten que los profesores, además de utilizar materiales comerciales, desarrollen ellos mismos sus propios materiales, adaptados al contexto de sus estudiantes. Todas estas herramientas se agrupan en el término TIC (Silvio, 2000).

El uso de las TIC en la Universalización implica además como ya se ha enunciado, una oportunidad para la elaboración y utilización de programas de apoyo curricular, ello significa que se pueden crear un sistema de medios didácticos, con la variedad y alcances necesarios, que tome en cuenta las características, conocimientos y recursos propios del profesional. El soporte didáctico estará integrado por un conjunto de documentos textuales, gráficos, audiovisuales, multimedia, etc. que sirvan de apoyo al proceso de aprendizaje, y le confieran estructura y soporte documental al conocimiento.

Importancia de la introducción de las TIC en el PDE

Para el profesor la integración de las TIC al PDE debe significar saltos trascendentales en su actividad docente, éste debe aprovechar las potencialidades de estos medios para realizar un proceso de enseñanza-aprendizaje dentro del modelo pedagógico que le corresponda actuar (Collazo, 2007). Por ello es necesario que los docentes reflexionen sobre algunas interrogantes: ¿Cuál y cómo es su concepción sobre el proceso pedagógico? ¿Cómo entiendo el papel del estudiante en este proceso y su finalidad? ¿Cuál es mi rol, para qué y por qué utilizar los medios de enseñanza? ¿Necesita realmente mi asignatura de ellos?

En las condiciones de la modalidad semipresencial el proceso de enseñanza-aprendizaje en la ES adquiere una cualidad didáctica esencial: la combinación de diferentes métodos, medios y formas organizativas que se conciben y desarrollan con la articulación de diversas y novedosas estrategias y estilos de enseñanza-aprendizaje y de avanzados recursos materiales como medios de este proceso, donde se destacan las TIC. Se emplean tanto los soportes planos y audiovisuales de la información como los digitalizados y a distancia (Ginoris, 2007).

De acuerdo con lo anterior, somos del criterio que el problema que se presenta en las asignaturas Botánica, Sanidad Vegetal, y Fisiología Vegetal, por solo mencionar algunas, con el cumplimiento de los objetivos: identificar y reconocer, bien pudiera ser paleado con la introducción armónica de las TIC. Se considera que con la realización de medios de enseñanza digital (software o multimedia), que contenga la información necesaria (documentación, fotografías, videos, entre otros) pudiera por un lado, dar solución a la situación que se presenta en las asignaturas, ya que con estos medios el profesor propicia el desarrollo de las habilidades de reconocer e identificar, a la vez que crea espacios para la familiarización con las TIC.

Particularmente la situación que presentan las asignaturas de la carrera de Agronomía anteriormente citadas bien pudiera verse resuelto con la articulación de alguna alternativa soportada en las TIC con el empleo de imágenes. Por un lado, hay imágenes que tienen un gran poder de activación de la atención de los espectadores. Las imágenes de acuerdo con Malosetti (2005) citado por Expósito (2010) son poderosos vehículos de transmisión de ideas, valores, emociones. Además dice Buck (2005) citado por Expósito (2010) que intensifican la experiencia e iluminan realidades que de otro modo pasarían inadvertidas. En el ámbito educativo, muchas imágenes tienen la capacidad de hacer ingresar a las escenas de formación, temas, preguntas, problemas que tal vez por las vías habituales no entrarían. De esta manera estaríamos familiarizando al estudiante con la muestra (imagen), lo que propicia el desarrollo de las habilidades de reconocer e identificar.

Otra particularidad de las imágenes es que son objetos no didactizados, no concebidos para enseñar en sí mismas. Esto puede generar inquietud y cierta incomodidad (Expósito, 2010). Por esta razón es que la alternativa resuelta a emplear debe ir acompañada de la didáctica individual del profesor, de un texto o voz; de otra manera estaríamos creando otro problema: el de la interpretación libre y desordenada de los conocimientos implícitos en el medio.

Por lo tanto insistimos en que el trabajo del personal docente para la elaboración de estos medios de enseñanza debe estar presidido por un enfoque en sistema del proceso de formación, donde cada uno de esos recursos pedagógicos se integre al logro de los objetivos propuestos en la asignatura.

Uso de las TIC como medio de enseñanza en el PDE

De acuerdo con Horruitiner (2006) los medios de enseñanza, constituyen un sistema de materiales docentes y de recursos tecnológicos destinados a apoyar las actividades presenciales y la autopreparación de los estudiantes; devienen parte importante del éxito de la modalidad de estudios semipresencial -vistos no como un fin en sí mismo, sino como herramientas pedagógicas esenciales para facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje-, ya que contribuyen a resolver los problemas que se derivan de la disminución en la presencialidad respecto a otras modalidades.

Entre los medios más utilizados están:

  • Medios impresos: textos y guías para trabajar con el texto; guías de la carrera, guía de asignatura, guía de video, entre otros.

  • Medios audiovisuales: videos, trasparencias, audiocasetes, radio y TV educativa.

  • Medios informáticos: softwares educativos, materiales en formato digital, laboratorios virtuales, multimedias, correo electrónico, Internet, entre otros.

Especialmente queremos detenernos en la definición de software educativo, ya que este término será abordado más adelante y es que según Marqués (1999) el software educativo es cualquier programa computacional cuyas características estructurales y funciones sirvan para apoyar el proceso de enseñar, aprender y administrar ; es decir, un material de aprendizaje especialmente diseñado para ser utilizado en una computadora en el PDE.

La ES cubana centra hoy su atención en el empleo de softwares educativos en prácticamente todas las carreras, para lo cual se ha concebido un sistema de trabajo dirigido a asegurar, al nivel requerido, tales objetivos. El problema planteado es sumamente complejo, requiere de una total comprensión de la importancia de esta tarea por todos los protagonistas: profesores, estudiantes y directivos; por supuesto que no están exentos de limitaciones materiales en relación con el equipamiento, la conectividad, etc., pues supone nuevas cualidades en el proceso de formación que lo transforman sustancialmente (Horruitiner, 2006).

Es por ello que la labor del profesor se refuerza con estas nuevas herramientas, toda vez que éste puede utilizarlas para extender su influencia educativa fuera de las aulas, sin límite de tiempo y horario utilizando los recursos informáticos disponibles en la universidad, que dicho sea de paso, no han sido pocas las inversiones que ha realizado el gobierno cubano en materiales y equipamiento tecnológico, que hoy están hoy en manos de profesores y estudiantes de la totalidad de las universidades y demás centros universitarios del país.

La integración curricular de los medios de enseñanza digitales está condicionada a las decisiones que los profesores tienen en torno a ellos, es decir, respecto a la selección, diseño y evaluación de los mismos. Estas implican siempre un esfuerzo de la coordinación y adecuación a la experiencia personal y contextual donde se va a llevar a cabo el uso didáctico.

El entorno educacional entonces debe concebirse como un campo de interacción de ideas, representaciones y valores. Es así como desde el 2004 surge la tendencia de integrar en un mismo producto, todas o algunas de las tipologías de software educativo como material didáctico digital. A esta nueva herramienta se le ha denominado hiperentorno educativo o hiperentorno de aprendizaje, o simplemente entorno educativo digital, que parte de un sistema informático basado en tecnología hipermedia, y que contiene una mezcla de elementos representativos de diversas tipologías de software educativo (Pérez et al., 2000). Actualmente, se realizan investigaciones dirigidas a analizar el diseño didáctico de los hiperentornos de enseñanza-aprendizaje desde una concepción desarrolladora, con el fin de obtener un impacto positivo con esta tecnología en la NUC.

De cualquier manera hay que resaltar la urgencia entonces de que cada colectivo de asignatura realice un banco de problemas donde se reflejen las necesidades de medios de enseñanza digitales para enfrentar la docencia (documentación bibliográfica, prácticas virtuales, tutoriales, orientaciones, etc.) muchos de los cuales pueden ser resueltos con la adecuada y medida introducción de las TIC al PDE que desarrolla; sin necesidad de caer en una competencia por colocar la mayor cantidad de información digital, en una carpeta, sitio web o plataforma educativa determinada. Esto a la larga crearía otro problema, la incapacidad de poder procesar toda esa información, y cumplimentar el objetivo propuesto. Es ineludible por tanto la preparación de docentes y estudiantes para asumir las necesarias transformaciones que se evidencian en la Universidad apoyada en las TIC.

Entonces son los profesores de los Centros Universitarios Municipales (CUM) que dominan y conviven con las situaciones particulares que se presentan en su asignatura, los que deben trazar estrategias para aminorar el impacto de estas en la formación de sus estudiantes y crear alternativas para lograr la solución de las mismas. Aunque creemos que por la experiencia acumulada de los profesores en las cedes centrales, y por la pedagogía desarrollada al impartir la asignatura durante tantos años, debemos continuar la consulta sistemática y avalar lo que realizamos en el municipio, a fin de recibir de estos cualquier orientación y criterio al respecto; pero nuestro protagonismo tiene que estar implícito en la elaboración de estos medios de enseñanza digitales.

Sin lugar a dudas que esta nueva tarea significará necesariamente la introducción de una serie de transformaciones, sobre todo, en el modo de pensar y de actuar de estos profesionales que imparten docencia en el municipio, muchos de los cuales se encuentran contratados a tiempo parcial, y se enfrentan a la docencia por primera vez. Esto a la vez es otro reto importante, pero puede verse fortalecido con el trabajo en conjunto del colectivo pedagógico.

Se evidencia entonces una nueva etapa que supone un cambio en relación con el papel desempeñado por los profesores y estudiantes, y en general toda la comunidad universitaria en el logro de ese objetivo. No se trata, simplemente, de introducir la computación y las TIC en los procesos universitarios; se trata en esencia, de transformar tales procesos con la introducción de esos recursos (Abreu et al., 2001; Salinas, 2005; Horruitiner, 2006; Collazo 2007; Cañas 2007b y Chang, 2007).

El docente universitario tendrá entonces que entrar a analizar entre "lo cómodo" y "lo práctico" de realizar o no un nuevo medio de enseñanza en la asignatura. En este punto de vista, "lo cómodo" pudiera radicar en la orientación de investigaciones extraclases, estudios independientes, entre otros; pero lejos de mitigar el problema se crearía otro, el de la desigualdad de posibilidades materiales de los estudiantes de realizar la actividad con éxito por un lado, y el de la libre y desordenada interpretación del fenómeno por el otro. Sin embargo "lo práctico" y realmente lo que se espera y a lo que estamos llamados los docentes es a crear entornos de aprendizaje y medios de enseñanza que apunten directamente sobre el problema desde la didáctica personal del docente con el apollo de las TIC a su alcance.

Consideramos citar entonces, un fragmento del concepto de Revolución proclamado por el comandante en Jefe Fidel Casto Ruz, el primero de mayo de 2000: "…es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado…" Somos del criterio de que no debe temérsele a las transformaciones, ni oponerse a ellas; más aún, si éstas pueden influir de manera positiva sobre un proceso, solo que hay que prepararse para realizarlas en el momento más oportuno.

Principales transformaciones para la introducción de las TIC en la Universidad

De acuerdo con Salinas (2005) los principales cambios en la universidad se dan en cuanto a manifestaciones básicas: Implicaciones institucionales, cambios en el rol del profesor, cambios en el rol del estudiante y cambios en el proceso de enseñanza-aprendizaje (cambios metodológicos):

Este autor plantea que entre los cambios que se dan en la institución, podemos destacar que el impacto de las TIC, conducen irremediablemente a plantear un cambio de rol del profesor, de la función que desempeña en el sistema de enseñanza-aprendizaje en el contexto de la ES. Comience el planteamiento por una reflexión sobre este rol, o comience por la introducción de las TIC en el proceso, habrá que afrontar el binomio rol del profesor y papel de las éstas en la docencia universitaria.

Continúa diciendo que el rol del profesor cambia de la transmisión del conocimiento a los estudiantes a ser mediador en la construcción del propio conocimiento por parte de estos. Se trata de una visión de la enseñanza en la que el dicente es el centro de atención y en la que el docente juega, paradójicamente, un papel decisivo. Promueve en primero el crecimiento personal y enfatiza la facilitación del aprendizaje antes que la transmisión de información. La institución educativa y el profesor dejan de ser fuentes de todo conocimiento, y el profesor debe pasar a actuar como guía de los alumnos, facilitándoles el uso de los recursos y las herramientas que necesitan para explorar y elaborar nuevos conocimientos y destrezas; pasa a actuar como gestor de los recursos de aprendizaje y a acentuar su papel de orientador. En relación con lo anterior el autor de este trabajo reitera la importancia de que el profesor comprenda la necesidad que tiene el empleo de estas tecnologías en el PDE y en definitiva en su asignatura y asuma su responsabilidad en el proceso de estas ineludibles e inmediatas transformaciones.

Finalmente este autor expresa que al igual que el profesor, el estudiante ya se encuentra en el contexto de la sociedad de la información, y su papel es diferente al que tradicionalmente se le ha adjudicado. Es indudable que los estudiantes en contacto con las TIC se benefician de varias maneras y avanzan en esta nueva visión del usuario de la formación. Esto requiere acciones educativas relacionadas con el uso, selección, utilización y organización de la información, de manera que el alumno vaya formándose como un maduro ciudadano de la sociedad de la información. El apoyo y la orientación que recibirá en cada situación, así como la diferente disponibilidad tecnológica, son elementos cruciales en la explotación de las TIC para actividades de formación en esta nueva situación.

No debemos pensar ahora en la idea de sustituir el aula por la Web o cualquiera de los recursos digitales que se decidan emplear. Coincidiendo con el pensamiento de Horruitiner (2006), "La clase sigue siendo un aspecto de primer orden en el proceso de formación". Lo que ahora se defiende es un concepto que añade una nueva cualidad: Si antes el profesor sólo disponía de las actividades presenciales con los estudiantes para ejercer su influencia, ahora dispone de un nuevo recurso; diferente, en tanto no se requiere la presencia de ambos en un mismo lugar y al mismo tiempo.

Como vemos la idea esencial que debe prevalecer no es introducir la computación y las TIC en las asignaturas y en las Universidades porque sí. Es transformar las asignaturas con el empleo de esos recursos, sobre la base de las actuales concepciones de la ES cubana, con lo cual se fortalece el papel del profesor en el proceso de formación y el enriquecimiento cultural del estudiante.

Los docentes y la implementación de las TIC en el PDE

De acuerdo con Horruitiner (2006) este proceso de transformaciones sólo puede llevarse a cabo cuando se dispone de un claustro preparado. Si el profesor no domina estas herramientas, entonces no podrá incorporarlas a su ejercicio docente, limitando con ello la contribución de su asignatura a estos objetivos. Por tanto, constituye hoy una importante prioridad la elevación del dominio de las TIC por parte de los profesores.

Esta preparación abarca no sólo a los docentes a tiempo completo que laboran en los CUM sino que resulta indispensable también para los profesores a tiempo parcial, los que en muchos casos constituyen mayoría en estos centros. Es precisamente en estas instituciones donde la articulación con las TIC resulta de una importancia primordial, dadas las condiciones de menor presencialidad del modelo pedagógico que allí se aplica. Además, como mencionamos anteriormente, muchas de estas instituciones adolecen de locales especializados e infraestructura adecuada para realizar las prácticas de laboratorios; sin embargo, en su mayoría estos centros están dotados de locales con computadoras que se pueden y deben explotar en la autopreparación y las tareas extractases.

En relación a lo anterior lamentablemente hoy vemos que en los CUM los docentes muchas veces presentan dificultades con la adecuada utilización de los medios de enseñanza digitales y las TIC en general. Todo lo cual refleja la contradicción; de que aún cuando los estos centros han sido provistos de forma prioritaria de medios de enseñanza y de las TIC, los docentes, partiendo del desconocimiento que muestran sobre las concepciones que rigen el uso de estos medios, ignoran por consiguiente, la dinámica que se puede establecer entre ellos, limitando así su utilización (Lombillo, 2006). De ahí debe ser una política de la universidad capacitar a los docentes en términos de desarrollo y potenciar el vínculo entre lo tradicional y el apoyo de las TIC.

Es importante destacar que todo el desarrollo científico y tecnológico experimentado por la sociedad en el pasado y en el actual siglo, ha implicado igualmente nuevas demandas de formación, a partir de necesidades no siempre asumidas por las universidades con la rapidez requerida, que conducen gradualmente a una competencia en el mercado de producción del conocimiento (Horruitiner, 2006) y con ello al surgimiento de instituciones alternativas a la universidad, con el mismo propósito de capacitar a personas para el desempeño de nuevas funciones, con lo cual se va produciendo un fenómeno de pérdida de exclusividad de las universidades como instituciones generadoras de conocimientos especializados.

Hay ejemplos ilustrativos de esa realidad, donde la universidad queda muchas veces en desventaja, dada la capacidad de dichas instituciones de disponer de amplios recursos materiales, financieros y humanos para el cumplimiento de sus objetivos de capacitación. Como es el caso de los Joven Club de Computación y Electrónica, con más de 25 años de experiencia. Estos centros de educación-instrucción están diseminados por todo el país, con más de una instalación en cada municipio; y donde la calidad y variedad de cursos que se imparten colaboran en gran medida, con la alfabetización de la sociedad del territorio, lo que es en definitiva su objeto social principal. En relación con lo anterior, recientemente estas instituciones han asumido con responsabilidad la tarea que las universidades les han encomendado de actuar como centros de capacitación y postgrado a profesores de los CUM del territorio, en materia de tecnología educativa. En la actualidad se imparten cursos para desarrollar habilidades en los profesores en el trabajo con las plataformas interactivas como es el caso de Moodle, orientado recientemente por el Ministerio de Educación Superior (MES), entre otras.

En entrevistas realizadas a los profesores que tienen a su cargo la impartición de la carrera de Agronomía en Caimito, todos dicen conocer las tecnologías y reconocen la necesidad de su utilización en el PDE; pero muchos coinciden en la falta de preparación para el dominio y la introducción de estas en su asignatura; a la vez que resaltan el limitado tiempo del que disponen para la elaboración de materiales didácticos digitales, ya que la gran mayoría de estos docentes están contratados a tiempo parcial y esto, unido a que imparten a asignaturas como mínimo en el curso, hacen que muchos no vean las tic como alternativa de apollo en la docencia, sino como una varialte o plan fuera de su alcance en las condiciones actuales.

Se plantea entonces la necesidad de iniciar un nuevo sistema colaborativo entre los especialistas informáticos y los profesionales de la educación (Chang, 2007). Así de esta forma el resultado podrá ser positivo y de calidad, pues los primeros dominan el manejo de las tecnologías y los segundos, el contenido que debe llegar al estudiante en cualquiera de los escenarios y general en ellos conocimiento.

Por lo tanto las acciones estratégicas deben encaminarse al desarrollo y fortalecimiento de habilidades en los docentes para el uso de estas tecnologías en la ES (Reymond et al., 2009). Esto les permitirá dominar los métodos y procedimientos de la enseñanza y la educación, basados en la utilización consciente de los conocimientos pedagógicos, metodológicos y tecnológicos de manera armónica.

De esta manera las TIC pone en manos del profesor un amplio espectro de herramientas y recursos para configurar su base material de estudio. No obstante, la transformación no resulta un proceso fácil y mucho menos uniforme, llegando al estudiante una oferta con muchas altas y bajas. Ello pasa por la necesaria redefinición de políticas institucionales, que deben concebir un cambio progresivo y escalonado, donde el profesor, como experto en los contenidos, resulta un motor impulsor del cambio pero no el único actor del proceso.

Los estudiantes y el manejo de las TIC en el PDE

Consideramos oportuno entonces, a esta altura del análisis, realizarnos las siguientes interrogantes: ¿Es capaz el estudiante manipular la información y extraer un conocimiento desde medios digitales? ¿Están los estudiantes preparados para operar estos soportes? ¿Constituirá otro problema mayor la introducción de las TIC en la asignatura?

Las respuestas bien pudieran estar en la siguiente afirmación de Horruitiner (2006). De acuerdo con este autor los contenidos asimilados por los estudiantes en los cursos específicos de computación –los cuales muestran la tendencia a su reducción, dada la mejor preparación de los estudiantes a su arribo a la Universidad– son sistemáticamente utilizados por las restantes materias, incorporándolos a distintas tareas docentes a cumplir por el estudiante. Ya en algunas carreras, incluso, constituye un requisito indispensable el empleo de determinados recursos informáticos para aceptar como válido un trabajo investigativo estudiantil, una tarea extractase o simplemente el estudio individual.

Tal enfoque trasciende los recursos básicos de la computación, tales como el empleo de procesadores de texto, tablas de Excel, bases de datos, presentaciones en Power Point y otras similares. Ya los estudiantes, al ingresar a la ES, cada vez con mayor frecuencia, dominan esos fundamentos. La prioridad está hoy en asegurar el empleo de otros recursos, de mayor alcance, propios del quehacer profesional, que los familiarice con los sistemas de uso más frecuentes en su actividad profesional (Horruitiner, 2006). Más allá de la necesaria "alfabetización en TIC", que los estudiantes cada vez llevarán más asumida cuando lleguen a la universidad, surge la necesidad de integrar en los planes docentes las aplicaciones de las TIC como contenido transversal e instrumento profesional.

Lo anterior supone una tendencia, ya hoy bastante generalizada en prácticamente todas las carreras de la ES cubana, que asegura el empleo de estos recursos con la participación de las diferentes disciplinas. Esta tendencia se consolida año tras año y de modo gradual se convierte en un aspecto esencial en la formación, en correspondencia con la importancia de esa preparación, sin la cual no es posible desempeñarse como profesional en la época actual.

En este aspecto y coincidiendo con Salinas (2005) la institución universitaria, en cualquiera de los modelos pedagógicos, debe garantizar que los estudiantes estén familiarizados con el uso de la web, las herramientas de comunicación, los sistemas de búsqueda de información, trabajos con softwares educativos, que dispongan de habilidades para la investigación y la resolución de problemas en su entorno real que les permitan trabajar de manera autónoma, sin la presencia continuada del profesor. Así, integrar estrategias de educación presencial con actividades propias de la educación a distancia, que fundamentan las modalidades mixtas no resulta de mayor dificultad siempre y cuando los roles de los actores y las características del modelo a asumir en la institución estén lo suficientemente claros e integrados.

El desarrollo de los materiales y su selección requieren de la integración de textos impresos, voz, videos, páginas Web, archivos, datos y tecnología, sin excluir la combinación con actividades presenciales. Implica por tanto integrar los componentes de la formación en función de las necesidades de los estudiantes y sus limitaciones de disposición de tecnología, así como de los requerimientos del aprendizaje específicos. Resulta absurdo elegir una tecnología a la que no tienen acceso los posibles estudiantes. Hay que asegurar que todos tengan las mismas posibilidades de acceder a los materiales y de mantener una comunicación fluida.

En fin, se perseguiría dotar a los estudiantes de criterios para la toma de decisiones propias sobre el uso de las tecnologías de nuestra cultura y sociedad. Introducir medios en la clase es enriquecerla; mejorar las posibilidades comunicativas entre el docente y el dicente y fundamentalmente contribuir a activar los procesos lógicos del pensamiento para que los estudiantes puedan establecer más claramente las propiedades de los objetos, hechos y fenómenos de la realidad (Lombillo, 2006).

La intención de este trabajo no es la de identificar entre profesores y estudiantes, quién está mejor capacitado para asumir el empleo de las TIC en el proceso de enseñanza-aprendizaje; sino la de resaltar que al éxito de la tarea solo se llega con la participación activa de ambos como sistema. Los primeros volcarán sus experiencias, habilidades y conocimientos en los medios que sea necesario utilizar en clases; y los segundos, con la destreza y habilidad para manejar los medios y guiados por las orientaciones de los primeros, serán capaces de extraer de los medios el conocimiento y formar y desarrollar su aprendizaje que en definitiva es el objetivo de la introducción de las TIC en la ES. Sin lugar a dudas que ambos necesitarán, primero, de un tiempo extra docente para realizar sus funciones; y segundo, y no menos importante, de medios materiales imprescindibles para llevar a cabo estas como: la existencia de locales adecuados, computadoras y demás accesorios disponibles para unos y otros.

Necesariamente retomamos la tesis de que las TIC no implican de por si una mejora en la calidad de la formación. La revolución no radica en ellas sino en la forma de utilizarlas para que contribuyan efectivamente a la innovación pedagógica. Solo bajo ese enfoque se puede llegar a considerar una verdadera herramienta de apoyo en la docencia. No hay que pensar que la revolución está en la TIC sino en la manera de utilizarlas.

Muy relacionado con lo anterior, consideramos oportuno abordar entonces acerca del papel que desempeñan las TIC en la formación y/o desarrollo de de valores en los estudiantes, por la significación y el aporte de éstos al PDE, y en definitiva, su contribución al éxito o al fracaso de la introducción de estas tecnologías.

Los valores y las TIC en la universidad

En la época en que vivimos y el indudable protagonismo de las TIC en todos los ámbitos de la vida es lógico suponer que se trate de desentrañar las relaciones que puedan existir entre aquellas y los valores. De hecho son múltiples las interrogantes en este sentido. ¿Cuál es el lugar de las TIC en la problemática de los valores? ¿Contribuyen a formar y/o fortalecer valores o antivalores? ¿Constituyen un valor en sí mismas? ¿Cómo pueden favorecer la formación de valores en este mundo tan desigual?

Somos del criterio de que no se deben dar respuestas definitivas a estos cuestionamientos ya que el fenómeno es relativamente nuevo, y de una gran complejidad. Sin embargo y dado que la época actual está sellada por el desarrollo incontenible de las TIC y su presencia en los procesos educacionales se incrementa considerablemente se hace necesario de forma muy breve hacer referencia a esta relación que algunos consideran beneficiosa y otros la consideran excluyente.

En el siguiente documento de la UNESCO citado por Cañas (2007a) puede leerse:

"Actualmente la región enfrenta un escenario donde el impacto de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías es cada vez mayor. La capacidad de dichos medios para intervenir en todas las áreas públicas y privadas ha modificado tanto los patrones de consumo como los valores e identidades de las personas".

Aquí nos encontramos con el reconocimiento del carácter pernicioso que pueden adquirir los modernos y novísimos medios de comunicación, entre los cuales, por supuesto, incluimos a las TIC. Claro, esta situación es mucho más frecuente en países del primer mundo, por el acceso casi masivo de todos los sectores de la población a la red de redes (Internet). Hoy nuestro país no se encuentra en condiciones para asumir la conectividad en cada municipio, ni en cada CUM, por cuanto consideramos que esta característica nociva no es relevante por el momento, ya que no se trata de que el estudiante acceda libremente a la información sino que se apoye en los materiales clasificados y facilitados por su profesor.

¿Significa esto que debemos renunciar a utilizar las mismas en nuestra labor?

En este mismo documento de la UNESCO citado por Cañas (2007a) al referirse a las carencias que afectan a la educación en la América Latina y el Caribe se afirma lo siguiente:

"La introducción de nuevas tecnologías de la información y la comunicación es aún muy limitada, siendo que éstas pueden ofrecer oportunidades muy importantes para garantizar acceso, circular información y usar nuevas herramientas complejas para apoyar los procesos de aprendizaje"

Agregaríamos solamente que no solo apoyan los procesos de aprendizaje, en muchos casos constituirían el entorno donde se realiza el aprendizaje de algunas temáticas y nociones medulares para el desarrollo del aprendizaje individual del estudiante. Retomando el ejemplo anterior de las asignaturas Botánica, Fisiología Vegetal y Sanidad Vegetal; si el estudiante no observa con claridad, -ya sea por el contacto con el material vivo o a través de medios digitales con imágenes y/o videos y otras informaciones-, no se encuentra en condiciones de cumplir el objetivo de reconocer y/o identificar las principales especies vegetales en la primera asignatura antes mencionada; identificar el o los elementos minerales deficientes en una plantación, por la sintomatología y las alteraciones que estos provocan en las plantas en la segunda materia y reconocer e identificar las principales plagas y enfermedades que se presentan en los cultivos de interés agrícola en la tercera asignatura; por solo mencionar algunos ejemplos.

No cabe duda que las limitaciones en la utilización de las mismas constituyen una de las barreras que enfrenta la educación en nuestra región (Cañas, 2007a). Por tanto, independientemente de la polémica alrededor de las TIC y sus posibilidades formativas o deformadoras, se asume que las mismas constituyen un factor fundamental para garantizar un aprendizaje permanente de calidad.

La disciplina Biología, que agrupa entre otras, a las asignaturas a las que este trabajo hace referencia (Botánica, Fisiología Vegetal, y Sanidad Vegetal), señala dentro del sistema de valores los siguientes: amor a la naturaleza, amor a la profesión, humanismo, compañerismo, apreciación estética, ética profesional, responsabilidad, patriotismo, capacidad de comunicación y honradez; los cuales no son muy difíciles de formar o desarrollar en el medio de enseñanza elegido, siempre y cuando se haga una adecuada selección de los materiales que el estudiante debe estudiar.

Quisiéramos llamar la atención al hecho de que si reflexionáramos sobre los valores y antivalores capaces de ser potenciados (o minimizados) por las TIC encontraremos que según Cañas (2007a), todos ellos forman parte de la producción espiritual de la humanidad desde mucho antes que apareciesen las actuales tecnologías de la información y las comunicaciones. Por tanto éstas, por sí mismas no forman ningún valor ni antivalor sino que contribuyen a la creación o destrucción de los mismos.

No es necesario hacer una lista de los valores y antivalores que las TIC pueden desarrollar. Todo depende de los objetivos que se propongan en su utilización, y la comprensión de que la tecnología tiene que subordinarse al modelo pedagógico, aunque influye en este último.

Desde el punto de vista de la influencia de las TIC en los procesos educativos y específicamente con respecto a los procesos de formación de valores o antivalores, hay que decir que en la literatura se habla del rol de estas tecnologías en la formación de valores como la solidaridad, la unidad, el aprecio por la cultura universal, la lucha por la paz, contra la globalización, cooperación, justicia, responsabilidad, y otros, y , específicamente en la actividad educativa se destacan los hábitos y habilidades en los procesos de selección y tratamiento de la información, la motivación, desarrollo de concepciones interdisciplinarias y transdisciplinarias, formación de estrategias de aprendizaje, la colaboración y cooperación en el aprendizaje, etc. (Cañas, 2007a).

Conclusiones

El impacto de las TIC en la Universidad han producido cambios a todos los niveles, sin embargo la utilización de estas en correspondencia con los medios de enseñanza tradicionales es insuficiente y no deja de ser una variable de impacto para el PDE a que aspiramos.

La necesidad del empleo de las TIC en la NUC, y especialmente en los CUM se está convirtiendo en una realidad que obliga a las universidades a tomar posiciones ante la misma ya que esas abren cada vez más posibilidades para proporcionar instrucción y facilitar el aprendizaje.

Recomendaciones

La implementación paulatina y organizada de softwares educativos o productos multimedia en las asignaturas; con especial énfasis en aquellas en que su empleo adecuado sea capaz de revertir el incumplimiento de los objetivos y tareas claves en el PDE.

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Autor:

Ing. Maugly Cabañas Echevarría

Profesor Instructor

Universidad Agraria de La Habana, Cuba

Partes: 1, 2
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