- Introducción
- Filosofía de la ciencia
- Las teorías como estructuras conceptuales
- Las ciencias sociales: intereses y modos de explicación
- Problemáticas y marcos conceptuales en economía
- Crecimiento, acumulación y tendencias profundas: la economía política
- La estática y el equilibrio: la economía marginalista
- Dinámica y desenvolvimiento: Joseph A. Schumpeter
- La importancia de la demanda y del corto plazo económico: John Maynard Keynes
- Dos marcos conceptuales posteriores a Keynes
- Moneda, expectativas y no-mercado. El monetarismo
- Economía institucional, escuela de la regulación y economía evolucionista
- Conclusiones
- Bibliografía
CAPÍTULO 1.
Introducción
Esto nos permite, en primer lugar, afirmar con Popper que la teoría de la tabula rasa es absurda, el aumento del conocimiento consiste en la modificación del conocimiento previo, sea alterándolo, sea rechazándolo a gran escala. El conocimiento no parte nunca de cero, sino que siempre presupone un conocimiento básico -conocimiento que se da por supuesto en un momento determinado- junto con algunas dificultades, algunos problemas. Por regla general, éstos surgen del choque entre las expectativas inherentes a nuestro conocimiento básico y algunos descubrimientos nuevos, como observaciones o hipótesis sugeridos por ellos (Popper, 1972).
Además, el principio de inducción no puede derivarse de la propia experiencia, pues en tal caso se estaría pretendiendo justificar la inducción empleando el mismo tipo de argumentación inductiva cuya validez se supone necesita justificación. Esto significa restar validez al positivismo tradicional, incluso de la mano del positivismo lógico, y decir que en modo alguno afirmamos que sólo lo dado es real. Es importante reconocer, con Carnap, que el calificativo de lógico hace de este positivismo una doctrina lógica, que nada tiene que ver con las tesis metafísicas de la realidad o irrealidad de cosa alguna. La preocupación del positivismo lógico es una preocupación por el modo formal de hablar y no por el modo material de hablar.
Marcos conceptuales y filosofía de la ciencia
El conocimiento no parte nunca de cero, sino que siempre presupone un conocimiento básico -conocimiento que se da por supuesto en un momento determinado- junto con algunas dificultades, algunos problemas. Por regla general, éstos surgen del choque entre las expectativas inherentes a nuestro conocimiento básico y algunos descubrimientos nuevos, como observaciones o hipótesis sugeridos por ellos (Popper, 1972).
Pero este conocimiento básico no está constituido por una única teoría, sino por un conjunto más o menos amplio de teorías, algunas de las cuales se constituyen entre sí en agrupaciones con cierto grado de articulación e interdependencia.
Comunidad ideal de diálogo.
Esto es, un modo particular de decir que el oficio del científico consiste en la argumentación fundamentada, que obliga a «dar razón de» las afirmaciones y «del» lenguaje en que se formulan.
La condición de posibilidad de la Argumentación incluye implícitamente los siguientes supuestos: por una parte, que quienes argumentan hacen una opción por la «verdad». Entiéndase verdad a la luz de lo que se expone anteriormente. Y, por otra, que esta opción sólo resulta coherente si quienes optan por la «verdad» postulan prácticamente la existencia de una comunidad ideal de argumentación, en la que la comprensión entre interlocutores será total.
Esto presupone una situación ideal del diálogo, en la que se excluye la desfiguración sistemática de la comunicación, se distribuyen simétricamente las oportunidades de elegir y realizar actos de habla y se garantice que los roles de diálogo sean intercambiables. La racionalidad de las decisiones, el no-dogmatismo de la argumentación se alcanza sólo procedimentalmente por medio de un diálogo que culmine en un consenso entre los afectados.
Postulado deriva un imperativo: promocionar la realización de la comunidad ideal de argumentación en la comunidad real.
Las ciencias sociales.
En la ciencias sociales el sujeto esté incluido en el objeto da lugar a que se discuta más abiertamente sobre la presencia de Juicios de Valor y sobre el papel de los mismos en la elaboración del conocimiento y de la investigación.
Si tenemos en cuenta que el conocimiento de las ciencias sociales es un elemento esencial del propio sistema social. De esta manera, la objetividad, en el sentido de poder investigar un mundo sin que éste se vea afectado por la investigación, es un absurdo.
De esta diferencia en las relaciones entre objeto y sujeto de conocimiento arrancan, en cierto modo, buena parte de las diferencias que se han establecido entre las Ciencias Naturales y Ciencias Sociales. Estas diferencias pueden presentarse en dos bloques: uno relativo al Fenómeno a explicar y el otro referido a Cómo explicar.
La creencia generalizada de que las situaciones o fenómenos sociales son más complejos procede, en opinión de Popper, de dos fuentes. Una, tendemos a comparar lo que no es comparable: por una parte, situaciones sociales concretas y, por otra, situaciones físicas experimentales artificialmente aisladas. Dos, la creencia de que la descripción de una situación social debería incluir el estado mental e incluso físico de todos los implicados; esta creencia es injustificada, mucho menos incluso que la creencia de que la descripción de una reacción química concreta incluya la de todos los estados atómicos y subatómicos de las partículas elementales implicadas.
Las ciencias sociales, describe perfectamente el carácter de las leyes naturales, las cuales, de hecho, nunca pueden hacer más que excluir ciertas posibilidades.
De acuerdo con Jürgen Habermas, los procesos de investigación se clasifican en tres categorías: ciencias empírico-analíticas, que comprenden las ciencias de la naturaleza y las ciencias sociales; las ciencias histórico-hermenéuticas, que comprenden las humanidades y las ciencias históricas y sociales; y las ciencias de orientación crítica, que abarcan la crítica de la ideología (teoría social crítica).
Para cada una de estas categorías de investigación, se postula una conexión con un interés cognoscitivo específico. En la orientación de las ciencias empírico-analíticas interviene un interés cognoscitivo técnico; en la orientación de las ciencias histórico hermenéuticas interviene un interés cognoscitivo práctico; y en la orientación de las ciencias dirigidas a la crítica interviene un interés cognoscitivo emancipatorio.
Los intereses cognoscitivos aparecen como orientaciones o estrategias cognoscitivas generales que guían los distintos tipos de investigación.
Constituyen, para los sujetos capaces de lenguaje y de acción, condiciones necesarias de la posibilidad de toda experiencia que puede ser objetiva.
Aunque las ciencias tienen que mantener su objetividad frente a los intereses particulares, la condición de posibilidad de esa objetividad que buscan mantener incluye intereses cognoscitivos que son fundamentales.
Los marcos conceptuales en economía.
Sobre las diferencias temáticas se fue organizando originalmente un conjunto de conceptos y categorías que conformaron marcos conceptuales más o menos acabados.
Las temáticas o problemáticas a partir de las cuales los economistas han construido sus marcos conceptuales tienen su origen tanto en la realidad como en su propio sistema de ideas. En diferentes momentos, los economistas han forjado sus conceptos e ideas con finalidades completamente diferentes. Así pues, ningún sistema puede hacerlo todo. Su fuerza y su debilidad son las dos caras de la misma moneda. Lo cual no es más que una consecuencia de nuestra premisa: los conceptos permiten reconocer unas partes de la naturaleza al tiempo que prohíben otras o, simplemente, no posibilitan su estudio.
Con la Economía marginalita, la problemática a estudiar y los conceptos utilizados cambiaron totalmente. Este marco conceptual estuvo representado principalmente por W.S.Jevons, C. Menger, L. Walras y Alfred Marshall. Sus máximas preocupaciones fueron la eficiencia, la escasez, el consumo, el equilibrio parcial y el equilibrio general. Para lo cual desarrollaron los conceptos relativos a: el principio marginal (integración de la teoría del valor y de la distribución; teoría de la empresa y del consumo); bienes económicos y no económicos; sustitución; economías internas y externas; y, elasticidad.
Un nuevo cambio de marco conceptual tuvo lugar con el pensamiento económico de J.A. Schumpeter. Éste se preocupó fundamentalmente por el desarrollo económico y el comportamiento cíclico. Para cuyo análisis presentó qué entendía por: desarrollo económico frente a crecimiento económico; innovación; empresario; competencia monopolio.
La Economía institucional se ha constituido a partir de la vieja economía institucional y el neo institucionalismo. Ambas corrientes dan una importancia central al papel de las instituciones en el funcionamiento de las economías y al cambio institucional como elementos básicos del desarrollo económico. En este sentido, el concepto fundamental de ambas es el de institución. Las principales diferencias son de índole metodológica: Diferentes conceptualizaciones entre los neo y viejos en lo que respecta a: Mercados e instituciones. Los neo institucionalistas se apoyan en el individualismo metodológico, mientras que los viejos institucionalistas prefieren el colectivismo (patrones de socialización, instituciones políticas y relaciones de poder, interacción social).
En este caso, cabe buscar el referente de una lengua en la otra, lo cual no es siempre inmediato y exige interpretación y comprensión del texto. Al igual que la traducción entre lenguas, la traducción entre lenguajes económicos –o paradigmáticos, en general- exige el conocimiento de cada uno de ellos.
La comprensión de la ciencia en general y de la ciencia económica como lenguajes permite una mejor comprensión de su alcance y de sus limitaciones. Facilita la tarea de evaluar nuestro fondo de conocimientos. Al mismo tiempo creemos que facilita el camino para incorporar conocimientos nuevos y, sobretodo, para transmitirlos.
LOS LENGUAJES DE LA ECONOMÍA
Marco conceptual | Concepto fundamentales | problemática | ||
Economía política | Valor de uso de cambio; Renta División del trabajo– Homo o del trabajo; Homo económicos; estado estacionario; capital fijo (constante) y capital circulante | Crecimiento, acumulación, distribución y transformación económica | ||
Economía Marginalista | Principio marginal (integración teoría del valor y de la distribución; teoría de la empresa y del consumo); bienes económicos y no económicos; sustitución; economías internas y externas; elasticidad; distritos industriales. | Eficiencia, escasez, consumo; equilibrio parcial; equilibrio general. | ||
Economía política de Schumpeter | Innovación; empresario; competencia monopolio | Desarrollo económico, comportamiento Cíclico. | ||
Síntesis neoclásica | Modelo IS-LM | |||
Expectativas racionales | Existencia de una relación entre las creencias de los individuos y el comportamiento real de la economía. Expectativas racionales; No existen posibilidades sistemáticas de mejorar la situación económica. | Problemas de programación de la producción y de administración de inventarios. Interacción entre expectativas y realidad. Fracaso de la macroeconomía convencional a la hora de explicar la estanflación. Explicación del ciclo económico. | ||
Economía de la Escuela de Chicago | Concepción del capital como asignación de tiempo. Coste de oportunidad en el tiempo. Costes de adquisición de la información | Conceptualización del Consumo. Conceptualización del capital humano Economía industrial y reglamentación. | ||
Economía Institucional Viejo y nuevo Institucionalismo. | Concepto de institución. Diferentes conceptualizaciones entre los neos y viejos institucionalistas en lo que concierne a: mercados e instituciones. Neo: individualismo metodológico. Viejo: Colectivismo (patrones de socialización, instituciones políticas y relaciones de poder, interacción social). | Importancia y función de las instituciones. Cambio institucional y económico | ||
Economía de la Regulación francesa | Formas de moneda. Formas de competencia. Modalidades de inserción internacional. Formas de Estado. Relación salarial. | Variabilidad en el tiempo y el espacio del comportamiento económico. – Por qué y cómo se pasa del crecimiento económico al estancamiento. – Por qué crecimiento y crisis adoptan formas nacionales diferentes. – Por qué las características de las crisis son diferentes a lo largo del tiempo. | ||
Economía evolucionista | Trayectorias y principio de variación; hábitos, aptitud y adaptación. | Crisis del pensamiento y metáforas transferibles de la biología a la economía. |
PARTE SEGUNDA.- FILOSOFÍA DE LA CIENCIA Y TEORÍAS DEL
CONOCIMIENTO.
CAPÍTULO 2.-
Filosofía de la ciencia
"La ciencia no se ocupa de todas las manipulaciones posibles de laboratorio. En lugar de ello, selecciona las pertinentes para la yuxtaposición de un paradigma con la experiencia inmediata que parcialmente ha determinado el paradigma." (Kuhn, 1962;).
Si las teorías o los paradigmas son previos a la experiencia inmediata, e incluso contribuyen a seleccionarla y definirla, deberíamos acaso centrarnos en esta cuestión y dejar de lado el interrogante respecto a qué papel juega o le resta para y en la investigación científica. Convendrá buscar una respuesta a esto último y, tal vez, con ello nos aproximemos al papel que desempeñan las teorías y los paradigmas.
Solo hay lo dado.
Se adoptaba el criterio de verdadero o falso, ni expresar algo que pudiera someterse a una prueba empírica, ella no constituía una proposición en absoluto; podía tener un significado emotivo, pero literalmente carecía de sentido. "Es gibt nur das Gegebene" ("Sólo se da hay lo dado").
El criterio de verdad o de falsedad de una proposición se hallará en el hecho de que, en circunstancias definidas (dadas en la definición), ciertos datos estarán presentes o no estarán presentes. Si soy incapaz, en principio, de verificar una proposición, esto es, si ignoro en absoluto cómo proceder o lo que tengo que hacer para averiguar su verdad o su falsedad, entonces evidentemente ignoro lo que efectivamente dice la proposición y seré incapaz de interpretarla, y de advenir, con ayuda de definiciones, de las palabras a posibles experiencias, ya que en la medida en que sea capaz de hacer lo anterior, seré también capaz de enunciar, por lo menos en principio, su método de verificación (aun cuando, frecuentemente, a causa de dificultades prácticas sea incapaz de realizarlo).
Una proposición que refiera una situación del mundo y la misma en los casos de ser la proposición verdadera y falsa respectivamente, es una proposición que no comunica nada sobre el mundo, es una proposición vacía, no es posible otorgarle significado. Ahora bien, sólo tenemos una diferencia verificable cuando ésta se realiza en lo dado, ya que sin género de dudas verificable no significa otra cosa que «capaz de ser exhibido en lo dado». Por ende, "Lo que da un significado teorético a un enunciado no son las imágenes y pensamientos a que pueda dar lugar, sino la posibilidad de deducir de ella enunciados perceptivos, en otras palabras, la posibilidad de su verificación" (Carnap, 1935).
Realidad a priori versus realidad a posteriori.
La tarea de este texto remite exclusivamente a la lógica del conocimiento. Esto para Popper consiste pura y exclusivamente en la investigación de los métodos empleados en las contrastaciones sistemáticas a que debe someterse toda idea nueva antes de que se la pueda sostener sistemáticamente. En absoluto trata la cuestión acerca de cómo se le ocurre una idea nueva a un investigador o persona,
Pero antes de introducirnos en los escritos de Popper quisiéramos exponer algunos puntos relacionados con el «problema de la inducción». En particular, uno, sobre la importante distinción popperiana entre verificación y falsabilidad; y, dos, sobre un punto relativo al problema de la inducción que no hemos abordado.
En cuestión de cómo se produce dicho salto pertenece al contexto de la lógica del descubrimiento y puede que no sea conveniente dejar de lado despectivamente este tipo de contexto, como los positivistas, e incluso los popperianos, desean. Pero lo cierto es que la filosofía de la ciencia se ocupa, y se ha ocupado siempre, de forma exclusiva, del paso siguiente del proceso, es decir, de cómo esas conjeturas iniciales se convierten en teorías científicas por medio de su inserción y articulación dentro de una estructura deductiva más o menos coherente y completa y de cómo esas teorías son posteriormente contrastadas con las observaciones. En definitiva, no debemos decir que la ciencia se basa en la inducción: se basa en la aducción seguida de deducción (Blaug, 1980).
Deducción inductiva y provisionalidad.
Para llevar a cabo el contraste de una teoría, Popper distingue cuatro procedimientos. En primer lugar, se realiza una comparación lógica de las conclusiones unas con otras: con lo cual se somete a contraste la coherencia interna del sistema. En segundo lugar, se efectúa un estudio de la forma lógica de la teoría, con el objeto de determinar su carácter: si es una teoría empírica -científica, en palabras de Popper- o si, por ejemplo, es tautológica. En tercer lugar, debe compararse con otras teorías para averiguar si la teoría examinada constituiría un adelanto científico en caso de que sobreviviera a las diferentes contrastaciones a que la sometemos. Y, por último, cabe contrastarla por medio de la aplicación empírica de las conclusiones que pueden deducirse de ellas.
En definitiva, Popper: "su propuesta está basada en una asimetría entre la verificabilidad y la falsabilidad: asimetría que se deriva de la forma lógica de los enunciados universales. Pues éstos no son jamás deducibles de enunciados singulares, pero sí pueden estar en contradicción con estos últimos. En consecuencia, por medio de inferencias puramente deductivas… es posible argüir de la verdad de enunciados singulares la falsedad de enunciados universales. Una argumentación de esta índole que lleva a la falsedad de enunciados universales, es el único tipo de inferencia estrictamente deductiva que se mueve, como si dijéramos, en «dirección inductiva»: esto es, de enunciados singulares a universales." (Popper, 1934). He aquí el primer término del título del presente apartado. El segundo, la provisionalidad, ya ha sido presentado pero prolonguemos la idea; Para Popper las teorías científicas no son nunca enteramente justificables o verificables, pero son, no obstante, contrastables. La objetividad de los enunciados científicos descansa en el hecho de que pueden contrastarse intersubjetivamente."
La experiencia como método y la falsabilidad.
Podemos expresar esta definición de una forma más breve diciendo que una teoría es falsable si la clase de posibles falsadores no es una clase vacía." "Puede añadirse, tal vez, que una teoría hace afirmaciones únicamente acerca de sus posibles falsadores (afirma su falsedad); acerca de los enunciados básicos «permitidos» no dice nada: en particular, no dice que sean verdaderos." (Popper, 1934). Únicamente decimos que una teoría está falsada si hemos aceptado enunciados básicos que la contradigan. Esta condición, siendo necesaria, no es suficiente, pues hemos visto que los acontecimientos aislados no reproducibles carecen de significación para la ciencia: así, difícilmente nos inducirán a desechar una teoría -por falsada-, unos pocos enunciados básicos esporádicos; pero la daremos por tal si descubrimos un efecto reproducible que la refute. En otras palabras, aceptamos la falsación solamente si se proponen y corrobora una hipótesis empírica de bajo nivel que describa semejante efecto.
Popper reduce las teorías de la falsabilidad a los enunciados singulares o, en su expresión, enunciados básicos. Pero, qué los tipo de enunciados singulares constituyen; En su opinión, describe que "todo enunciado descriptivo emplea nombres (o símbolos o ideas) universales, y tiene el carácter de una teoría, de una hipótesis. No es posible verificar el enunciado «aquí hay un vaso de agua» por ninguna experiencia con carácter de observación.
Verdad y verosimilitud.
Podemos decir que el objeto de la ciencia es la verosimilitud, en opinión de Popper (1972), tiene considerables ventajas sobre la formulación, quizá más simple, de que el objeto de la ciencia es la verdad. La búsqueda de la verosimilitud es una meta más clara y realista que la búsqueda de la verdad. "… pretende mostrar, además que mientras que en las ciencias empíricas no podemos manejar argumentos suficientemente buenos como para pretender haber alcanzado efectivamente la verdad, con todo, podemos tener argumentos potentes y razonablemente buenos para pretender haber avanzado hacia la verdad; es decir, que la teoría T2 es preferible a su predecesora T1, al menos a la luz de todos los argumentos racionales conocidos." En este sentido, debe tenerse en cuenta que para Popper toda valoración de teorías es valoración del estado de su discusión crítica.
En primer lugar, si para Popper el objeto de la ciencia es aumentar la verosimilitud y la teoría de la tabula rasa es absurda, el aumento del conocimiento consiste en la modificación del conocimiento previo, sea alterándolo, sea rechazándolo a gran escala. "El conocimiento no parte nunca de cero, sino que siempre presupone un conocimiento básico-conocimiento que se da por supuesto en un momento determinado- junto con algunas dificultades, algunos problemas. Por regla general, éstos surgen del choque entre las expectativas inherentes a nuestro conocimiento básico y algunos descubrimientos nuevos, como observaciones o hipótesis sugeridos por ellos." (Popper, 1972).
En segundo lugar, la contrastación de las teorías científicas forma parte de su discusión crítica o racional. La discusión critica nunca puede producir razones suficientes para decir que una teoría es verdadera; nunca puede «justificar» nuestras pretensiones de conocimiento.
En tercer lugar, debemos recordar qué pretende Popper con la verosimilitud. "Mi objetivo es hacer con la verosimilitud (aunque con un grado inferior de precisión) lo mismo que hizo Tarski con la verdad: la rehabilitación de un concepto de sentido común que se ha hecho sospechoso, a pesar de que en mi opinión es absolutamente necesario para un realismo de sentido común crítico y para una teoría crítica de la ciencia. Es mi deseo poder decir que la ciencia tiene la verdad como fin, en el sentido de la correspondencia con los hechos o con la realidad. También es mi deseo decir (con Einstein y otros científicos) que la teoría de la relatividad es -así lo suponemos- una mejor aproximación a la verdad que la teoría de Newton, del mismo modo que ésta constituye una mejor aproximación que la de Kepler. Además, es mi deseo poder decir estas cosas sin temor a que los conceptos de proximidad a la verdad o verosimilitud sean lógicamente incorrectos o «carentes de sentido».
La crítica intersubjetiva.
La crítica es completamente superflua; y, desgraciadamente, los hombres de ciencia no hacen excepción a la regla, aun cuando hayan logrado librarse superficialmente de algunos de sus prejuicios en el terreno particular de sus estudios. Puede definirse la objetividad científica como la intersubjetividad del método científico." (Popper, 1981)
Dos aspectos del método de las ciencias (naturales) que contribuyen al carácter público del método científico adquieren, en este sentido, gran importancia. Primero, hay algo que se acerca a la crítica libre; así, un hombre de ciencia expone su teoría con la plena convicción de que es inexpugnable, pero esto no convence necesariamente a sus colegas, sino que, más bien, tiende a desafiarlos. Pues, la actitud científica significa criticarlo todo y no se arredran los científicos ni ante las personalidades más autorizadas. Segundo, los hombres de ciencia tratan de zanjar las discrepancias simplemente verbales. Para ello se esfuerzan en hablar el mismo idioma. "En las ciencias naturales esto se logra tomando a la experiencia como árbitro imparcial de toda controversia. Cuando hablamos de «experiencia», nos referimos a una experiencia de carácter «público», como las observaciones y experimentos, a diferencia de la experiencia en el sentido más «privado» de las experiencias estéticas o religiosas; y decimos que una experiencia es «pública» cuando todo aquel que quiera tomarse el trabajo de hacerlo pueda repetirla.
Algunas consideraciones críticas.
Podemos suponer que hay experiencias perceptivas de algún tipo directamente accesibles al observador, pero no sucede así con los enunciados científicos, ni siquiera con los enunciados de observaciones de la ciencia. Estos son entidades públicas, formuladas en un lenguaje público que conllevan teorías con diversos grados de generalidad y complejidad. Los enunciados científicos, incluidos los observacionales, se deben de realizar en el lenguaje de alguna teoría. Los lenguajes teóricos constituyen un requisito previo de unos enunciados observacionales y, estos serán tanto más precisos cuanto mayor sea la precisión del lenguaje teórico que utilicemos. Como también serán tan falibles como lo sean aquellos. Es más, las observaciones problemáticas sólo lo serán a la luz de alguna teoría o lenguaje teórico.
Los enunciados sólo pueden derivarse a partir de otros enunciados, no pueden derivarse a partir de los hechos: los enunciados no pueden derivarse a partir de las experiencias, «al igual que no pueden demostrarse dando porrazos a la mesa». Si los enunciados de hecho son indemostrables entonces es que son falibles. Si son falibles entonces los conflictos entre teorías y enunciados de hecho no son «falsaciones», sino simplemente inconsistencias. Sin embargo, existe siempre la posibilidad de que nuevas formas de pensamiento distribuyan las materias de un modo diferente y conduzcan a una transformación incluso de las impresiones más inmediatas que recibimos del mundo. Cuando consideramos esta posibilidad, podemos decir que el éxito duradero de nuestras categorías y la omnipresencia de determinado punto de vista no es un signo de excelencia ni una indicación de que la verdad ha sido por fin encontrada. Sino que es, más bien, la indicación de un fracaso de la razón para encontrar alternativas adecuadas que puedan utilizarse para trascender una etapa intermedia accidental de nuestro conocimiento (Feyerabend, 1970).
La institucionalización de la ciencia como crítica al positivismo lógico.
La institucionalizada son un conjunto de normas a la que apelamos en los juicios de percepción ordinarios. Dada la inestabilidad de las teorías científicas, no es probable que un científico califique de «verdadera» tout court ni siquiera a una teoría tan exitosa como la relatividad especial. No obstante, la comunidad científica considera que la teoría de la relatividad especial es un «éxito científico» de hecho constituye un éxito sin precedentes, como la electrodinámica cuántica que produce «predicciones exitosas» y que «está avalada por un gran número de experimentos». Y son los demás miembros de la sociedad quienes les delegan estos juicios.
La diferencia entre este caso y los de las normas institucionalizadas de verificación a los que me he referido antes -dejando a un lado la evanescencia del adjetivo «verdadero», es el role especial desempeñado por los expertos y la deferencia institucionalizada hacia ellos que este caso conlleva; sin embargo, esta circunstancia no es más que un ejemplo de la división del trabajo intelectual por no mencionar las relaciones de autoridad intelectual. Son las autoridades nombradas por la sociedad, cuya autoridad se reconoce mediante multitud de prácticas y ceremonias, quienes juzgan que la relatividad especial y la electrodinámica cuántica son las «mejores teorías científicas que tenemos» y es en este sentido en el que dicho juicio está institucionalizado. Putman llama concepción criterial de la racionalidad a cualquier concepción de acuerdo con la cual la aceptabilidad racional se define mediante normas institucionalizadas.
Si es que existe tal cosa como la racionalidad (y nos comprometemos a creer en alguna noción de racionalidad al tomar parte en las actividades de hablar y argumentar) entonces la actividad de argumentar en favor de una posición que la identifica a lo que las normas institucionalizada determina ya como instancias de racionalidad, es una actividad que se autor refuta. Pues esas normas no pueden garantizar por sí solas la corrección, o la probable corrección, de ningún argumento de esa índole.
CAPÍTULO 3.
Las teorías como estructuras conceptuales
Uno de los rasgos cruciales del falsacionismo sofisticado es que sustituye el concepto de teoría, como concepto básico de la lógica de la investigación, por el concepto de series de teorías. Lo que ha de ser evaluado como científico o pseudocientífico es una sucesión de teorías y no una teoría dada. Pero los miembros de tales series de teorías normalmente están relacionados por una notable continuidad que las agrupa en programas de investigación. Esta continuidad representa un papel vital en la historia de la ciencia; así, para Lakatos, los principales problemas de la lógica de la investigación sólo pueden analizarse de forma satisfactoria en el marco suministrado por una metodología de los programas de investigación (Lakatos, 1978).
Los programas de investigación científica.
Un programa de investigación consiste en reglas metodológicas: algunas nos dicen las rutas de investigación que deben ser evitadas (heurística negativa), y otras, los caminos que deben seguirse (heurística positiva). "Se puede señalar que la heurística positiva y negativa suministra una definición primaria e implícita del «marco conceptual» (y, por tanto, del lenguaje).
La metodología de Lakatos es más exigente que el convencionalismo. Ofrece criterios de progreso y de estancamiento internos a los programas, y también reglas para la eliminación de programas de investigación completos. Se dice que un programa progresa mientras sucede que su crecimiento teórico se anticipa a su crecimiento empírico; esto es, mientras continúe prediciendo hechos nuevos con algún éxito (cambio progresivo de problemática); un programa está estancado si su crecimiento teórico se retrasa con relación al crecimiento empírico; esto es, si sólo ofrece explicaciones post-hoc de descubrimientos casuales o de hechos anticipados y descubiertos en el seno de un programa rival (cambio regresivo de problemática). Si un programa de investigación explica de forma progresiva más hechos que un programa rival, supera a este último, que puede ser eliminado o archivado.
-La estructura y el carácter lingüístico de las revoluciones científicas.-
La teoría kuhniana del conocimiento científico.
Para Kuhn, «ciencia normal» significa investigación basada firmemente en una o más realizaciones científicas pasadas, realizaciones que alguna comunidad científica reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento para su práctica posterior (Kuhn, 1962). Una ciencia normal determina los problemas y métodos legítimos de un campo de la investigación para generaciones sucesivas de científicos.
Una de las cosas que adquiere una comunidad científica con un paradigma, es un criterio para seleccionar problemas que, mientras se dé por sentado el paradigma, puede suponerse que tienen soluciones. Ésos son los únicos problemas que la comunidad científica admitirá como científicos o que animará a sus miembros a tratar de resolver.
Por otra parte, en los campos hacia los que el paradigma dirige la atención del grupo, la ciencia normal conduce a una información tan detallada y a una precisión tal en la coincidencia de la teoría y de la observación como no podrían lograrse de ninguna otra forma.
Además, esa minuciosidad y esa precisión de la coincidencia tienen un valor que transciende su interés intrínseco no siempre muy elevado.
Implicaciones de las revoluciones científicas.
Las revoluciones científicas cambian los problemas científicos, las normas que permiten su identificación y también la admisión de soluciones, el mundo o universo científico, pero también cambia el significado de los conceptos establecidos y familiares de una comunidad científica particular. Cuatro, pues, parecen ser las implicaciones mayores de los cambios de paradigmas. Y, quizá no sea un exceso de simplicidad decir que con las revoluciones científicas lo que cambia es el lenguaje teórico y, de ahí, se altere el concepto de las entidades que componen el universo científico, las entidades mismas y, también en el curso del proceso, los criterios por medio de los cuales una comunidad científica se ocupa del mundo.
Guiados por un nuevo paradigma, los científicos adoptan nuevos instrumentos y buscan en lugares nuevos. "Lo que es todavía más importante, durante las revoluciones los científicos ven cosas nuevas y diferentes al mirar con instrumentos conocidos y en lugares en los que ya habían buscado antes." Los cambios de paradigmas hacen que los científicos vean el mundo de investigación, que les es propio, de manera diferente (Kuhn, 1962). Pero lo que cambia con las revoluciones científicas no puede reducirse completamente a una reinterpretación de datos individuales y estables.
Con un cambio revolucionario acontece un cambio en el modo en que las palabras y las frases se relacionan con la naturaleza, es decir, un cambio en el modo en que se determinan sus referentes. Pero, este cambio no es exclusivo de las revoluciones científicas, pues "lo que caracteriza a las revoluciones no es simplemente el cambio en el modo en que se determinan los referentes, sino una clase de cambio más restringido." "…, hablando en términos generales, el carácter distinto del cambio revolucionario en el lenguaje es que altera no sólo los criterios con los que los términos se relacionan con la naturaleza; altera, además, considerablemente, el conjunto de objetos o situaciones con los que se relacionan esos términos." (Kuhn).
Así En la mayoría del proceso de aprendizaje del lenguaje estas dos clases de conocimiento: conocimiento de palabras y conocimiento de la naturaleza, se adquieren a la vez; en realidad no son en absoluto dos clases de conocimiento, sino dos caras de una sola moneda que el lenguaje proporciona. "Si tengo razón, dirá Kuhn, la característica esencial de las revoluciones científicas es una alteración del conocimiento de la naturaleza intrínseco al lenguaje mismo, y por tanto anterior a todo lo que pueda ser completamente descriptible como una descripción o una generalización, científica o de la vida diaria." (Kuhn, 1981)
Feyerabend y la inconmensurabilidad.
Los anterior apartado otorgando son de suma importancia al lenguaje y, en particular, nos dan a conocer los cambios de paradigmas científicos son cambios de lenguaje. Nuestro propósito en el presente apartado es proseguir de la mano de Feyerabend con algunos aspectos relativos al lenguaje, al cambio de lenguajes y a la confrontación de los mismos, especialmente a la posible inconmensurabilidad de los lenguajes o de parte de ellos.
Expresiones lingüísticas e inconmensurabilidad.
Para Feyerabend El descubrimiento de que ciertas entidades no existen puede forzar al científico a re describir los sucesos, procesos y observaciones que se pensaba que eran manifestaciones de ellas y que se describían, por tanto, en términos que suponían su existencia. O pueden obligarle a usar nuevos conceptos mientras que las viejas palabras seguirán en uso durante un tiempo considerable. Ello nos lleva a la inconmensurabilidad entre las teorías. Pero, ¿son inconmensurables dos teorías particulares? No es una pregunta completa. "Las teorías pueden ser interpretadas de maneras diferentes. Serán conmensurables en unas interpretaciones, inconmensurables en otras."
Kuhn, Feyerabend y la inconmensurabilidad.
Kuhn ha observado que los diferentes paradigmas (a) emplean conceptos que no pueden reducirse a las habituales relaciones lógicas de inclusión, exclusión e intersección;(b) hacen que veamos las cosas de forma distinta (quienes trabajan en paradigmas diferentes no sólo tienen conceptos diferentes, sino también percepciones diferentes); y, (c) contienen métodos diferentes (instrumentos tanto intelectuales como materiales) para impulsar la investigación y evaluar sus resultados.
Kuhn sustituyó la noción de teoría por aquella otra más compleja y sutil de paradigma. La conjunción de los elementos (a), (b) y (c) hace a los paradigmas completamente inmunes a las dificultades y las tornas incomparables entre sí.
Por su parte, la investigación de Feyerabend partió de determinados problemas en el terreno (a) y se refirió de modo exclusivo a las teorías. Se preguntó cómo debían interpretarse los enunciados observacionales. "Interpreté los lenguajes observacionales en función de las teorías que explican lo que observamos.
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