La emancipación cultural se produce hacia 1830, es en ese momento cuando se inicia el romanticismo en Hispanoamérica. Las letras del ámbito iberoamericano se desprenden de la tradición neoclásica y enciclopedista que habían heredado de la España dieciochesca y de manera veloz o gradual comienza a incorporar por cuenta propia aportes del romanticismo y del positivismo europeos. Esta autonomía intelectual puede llamarse" literatura de la independencia", en la cual la empresa libertadora y la constitución inicial de las nuevas nacionalidades son exaltadas con pasión y entusiasmo, pero con ciertas pautas artísticas y filosóficas que todavía sugerían cierto agrado de dependencia.
Con el texto "Romanticismo Americano" el ciclo que se inicia con la emancipación cultural abarca un prolongado y difícil período de conflictos y de esfuerzos integradores, que culmina al cabo de casi medio siglo con la definitiva consolidación de los países latinoamericanos.
Durante este, lapso, es casi imposible separar la acción política de la actividad creativa, ya que ambas están estrechamente enlazadas en la obra de quienes emprendieron la obra de quienes emprendieron la obra de convertir las comunidades recién constituidas en una estructuración estables, armónica y pacífica. A medida que transcurre el siglo XIX, especialmente en la segunda mitad se va realizando y explicitando cada vez más tal independencia.
Una característica es que se pretende no sólo un americanismo literario en cuanto al tema sino también en cuanto a la lengua: "Nula, pues, la ciencia y la literatura españolas, debemos nosotros divorciarnos completamente y emanciparnos a este respecto de las tradiciones peninsulares, como supimos hacerlo en la política, cuando nos proclamamos libres. Quedamos aún ligados por el vínculo fuerte y estrecho del idioma: pero éste debe aflojarse de día en día, a medida que vayamos entrando en el movimiento intelectual de los pueblos adelantados de Europa "( Juan María Gutiérrez, 1837).
También ingresarán al paisaje americano, alentados por el interés en el "color local " postulado de Europa, quedan fascinados por el paisaje o por el primitivismo de sus habitantes.
Prolifera a lo largo del siglo el denominado "cuadro de costumbres", en el cual se enmarcan las costumbres peculiares de una determinada región.
Se plasman los tipos humanos propios de América, aunque reflejados sólo en sus aspectos individuales, exteriores lo más y casi sin excepción idealizados, especialmente el indio, que da origen a una abundante literatura indianista, ajena al planteo del problema social.
Se describen los problemas americanos, vistos generalmente desde la acción política, un ejemplo de ello es "Facundo " de Sarmiento , que tiende a encerrar la realidad americana en esquemas previos, muchas veces deformantes.
La renovación del lenguaje prolifera en el vocabulario con americanismos, regionalismos, galicismos y neologismos.
Durante el romanticismo crece la producción literaria americana y se inicia las críticas y la historia de las literaturas nacionales.
Se amplía el cultivo de los géneros y hay una mayor calidad estética.
En la poesía las innovaciones se concentran en la polimetría, es decir, en las combinaciones estróficas, y en predominio de la lírica, de la confesión personal, tan ajena al neoclasicismo , durante el romanticismo se consolida la poesía popular y gauchesca.
La prosa literaria casi llega a predominar en el romanticismo. Nace el cuento, la crónica de viaje, el cuadro de costumbre, la biografía literaria, ensayos y memorias, pero sobre todo se produce una cantidad extraordinaria de novelas. Muchas novelas fueron difundidas a través de diarios y periódicos, otras en cambio fueron escritas especialmente.
Se cultiva la novela histórica, sentimental y costumbrista; en menor medida y sólo en los últimos años la novela social.
Mientras el romanticismo se desarrolla en las Islas británicas, la literatura en la lengua inglesa se enriquecía en los Estados unidos con la producción de escritores tan destacados como Washington Irwing, que tras un viaje a España como embajador, escribió unas poéticas leyendas de la Alhambra; Fenimore Cooper, iniciador, con obras como El último Mohicano, de un tipo de relato- el de las luchas de pieles rojas y blancos- que el cine ha popularizado más tarde, y el autor más representativo: Edgar Allan Poe, creador de bellos poemas y de una serie de Cuentos en su mayos parte fanáticos y terroríficos, que denotan una lúcida inteligencia y una prodigiosa capacidad para la sugestión poética de los misterioso u horrible.
Nacimiento de un espíritu americano .Las sociedades Literarias y Científicas. La emancipación americana y el romanticismo. Polémica de 1842. Bello y Sarmiento. Las luchas políticas y su espejo, la literatura y el Romanticismo en Argentina , Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, Cuba. Mexico. Centro América y antillas, Brasil y estados Unidos.
Desde principios del siglo XVIII comenzaron a llegar al Nuevo Mundo viajeros ilustres procedentes de Europa. A su contacto iniciase un despertar espiritual y se produce una copiosa literatura geográfica y de costumbres. El costumbrismo se anuncia como signo de futura nacionalidad. De todos los viajeros el más importante, por su obra americanista y más aún por su obra americanista y más aún por la influencia que ejerciera con su prédica personal, es el barón de Humboldt .Frecuento la amistad de los hombres que al poco tiempo serían personajes principales de la independencia.
Otra circunstancia a favor del proceso de emancipación espiritual fue la expulsión de los jesuitas, dispuesto por Carlos III en 1767. Hasta entonces habían sido rectores de la cultura colonial en universidades y conventos.
Por aquel tiempo van apareciendo las sociedades literarias y científicas, a imitación del modelo francés, para el fomento de las Artes y las Ciencias, y que pronto han de ser centros de claro significado político, con sus periodos de doctrina. En Buenos Aires se fundó la "Sociedad Patriótica y Literaria".en Bogotá " Tertuli Eutrapélica"; en Lima "Los Amantes del País".
Ciencia y literatura tienden a hacerse criollas, es decir, propias. Lo popular en la literatura desplaza la tradición temática y retórica. Las figuras de aquel período, Juan Bautista Maziel y M. J. De Labardén .
Este fenómeno se patentiza en el teatro y en el periodismo se suceden esporádicamente hechos sucesivos, seguidos de represión . Estos hechos empiezan a ser glorificados en coplas y romances. El progreso de la imprenta y del periodismo constituye otros factores que han de añadirse a la suma . Así arribamos al ochocientos, en que se da comienzo la insurrección americana, inspirada en ideales románticos.
Los principales caudillos se habían formado a favor del enciclopedismo y de Rosseau. Miranda fue personaje protagónico de la Revolución francesa y el propio Bolivar se dora bien dentro del romanticismo.
Entre los más eficientes figuraron " El Pensador Mexicano", de Lizardi; "La Bagatela", de Nariño;, La Abeja Republicana, en Perú" La Aurora" .
Tiranía y libertad, monopolio y librecambio, conservadores y liberales clásicos y románticos. He aquí la clave para la interpretación de la historia americana el siglo XIX. La caída de Fernando VII determina la creación de órganos nacionales, a semejanza de lo ocurrido en la metrópoli, al parecer como fruto natural las juntas. Esta coyuntura facilita el paso de anhelos, sentimiento ideas, que iban a cristalizar en creaciones nacionales populares. Debilitado el control metropolitano queda la puerta entornada y por ella se cuelan libros y nociones de procedencia europea. Los escritores se orientan y desaparecen los indecisos.
Consolidada la independencia los problemas se esclarecen en un resultado inequívoco, que sirve de base a los programas avanzados. Se concreta el europeismo que en la literatura significa romanticismo.
Hasta 1842, en que tiene lugar la célebre polémica de santiago de Chile, el romanticismo americano se expresa balbuciente. Pese a la profunda conmoción libertadora, la interrumpida batalla caudalista, de una parte, y de otra las pervivencias de la vieja cultura española, arraigada en los mismos personajes de la revolución son causa de que el romanticismo literario se manifieste con poca homogeneidad, por no decir a trompicones. Los modelos costumbristas de Mesonero y Larra, coincidiendo con el gusto general de la época, tuvieron en América numerosos seguidores.
Otro hecho fundamental es la vuelta a Buenos Aires de Esteban Echevarría en 1830, procedente de Francia y cargado de novedades. Diez años después publica " Elvira, o la novia del Plata".
Rabin Chuquisengo