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La planificación financiera estratégica (página 2)


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El segundo engaño se refiere a "ver hacia atrás". Si el precio de ayer era superior al precio de hoy, se estima que el día de hoy la acción está infravaluada. Se llega a la conclusión errónea que la empresa deba esperar hasta que vuelva a aumentar al precio que tenía antes; se pensaría que al venderse hoy se estaría vendiendo a un precio demasiado bajo lo cual lesionaría los intereses de los actuales accionistas.

Si estos dos tipos de engaños perturban las mentes de los administradores (y para ser más precisos del consejo de directores), la empresa no habrá de decidirse a emitir acciones comunes en ningún año. Si el precio estuviere subiendo, habríamos de esperarnos a que subiera aún más, o si el precio actualmente estuviera bajo, habríamos de esperar a que se recuperara.

Considérense pertinentes algunas recomendaciones al respecto. Si existe una forma de salir del problema si es que los administradores estén dispuestos a escuchar. Los especialistas en teoría señalan que el mercado de capitales es eficiente y en cualquier momento del tiempo siempre reflejará toda la información que se tiene disponible. Además, señalan que los cambios a corto plazo en los precios de las acciones respecto del precio actual habrán de ser al azar. El precio actual es un reflejo preciso del valor de la empresa en el momento presente salvo que el mercado no tuviere disponible para los administradores información valiosa. Por tanto, saldrá sobrando que los miembros del consejo de administración se preocupen respecto a la conveniencia de emitir ahora o después acciones comunes, considerando que pudiera aumentar o disminuir el precio de éstas en el futuro, ya que los inversionistas habrán de poseer toda la información relevante para tomar su decisión. Conforme esta forma de razonar, cualquier día es tan bueno como cualquier otro para poder emitir acciones.

Es cierto que en algunos casos el desarrollo de los eventos indicará que se haya tomado una mala decisión, pero no existe forma alguna para poder pronosticar el día de hoy los resultados de una decisión que se tome el día de hoy.

Los precios de las acciones y las tasas de interés Durante los periodos de altas tasas de interés los administradores podrán llegar a afirmar que el precio de sus acciones es demasiado bajo, pero no deberán olvidar que las tasas más elevadas se emplearán para descontar los futuros flujos, particularmente del crecimiento futuro. Consideremos el uso de una fórmula de valuación bastante conocida:

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Si la tasa de crecimiento fuera del 10% por año, y el dividendo fuera de $1 y el costo de financiamiento con capital fuese del 11%, entonces el valor o precio de la acción seria de $100:

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Ahora, si el incremento en las tasas de interés provocan que el costo del financiamiento con acciones aumente al 15%, entonces se tendrá:

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Los administradores quienes observan que el precio de las acciones de su empresa disminuyó de $100 a $20 encontrarán muy difícil llegar a convencerse que no ha habido ningún error en cómputo si por otra parte pueden constatar que las operaciones de la empresa siguen siendo igual de rentables que antes y siguen aumentando al mismo nivel en el presente año como en el pasado. Sin embargo, el problema es que el costo del dinero ha aumentado y esto sí puede motivar tal disminución en el precio de las acciones.

Si bien, información especial tan sólo disponible para el consejo de administración habría de conducir a que se difiriera la emisión de acciones comunes, existe un argumento convincente para que se convenza que se deban emitir las acciones. Si se supone que el valor presente de la inversión del efectivo que se haya de recibir sea positivo, en este caso aun cuando las acciones pudieran considerarse que están infravaluadas en el mercado, tal infravaluación habría de verse compensada por el incremento en valor neto resultante de la aplicación del efectivo obtenido mediante la emisión de las acciones.

Algunas corporaciones habrían de proceder a contraer pasivos a corto plazo con el fin de obtener recursos, esperando que el precio de las acciones aumente. Esta estrategia podría considerarse razonable si existieran razones sólidas para pensar que las acciones comunes están infravaluadas. Una segunda estrategia podría ser el emitir pasivos a largo plazo en sustitución de los fondos de capital social los cuales son mucho más costosos.

Emisión de acciones comunes: estrategia básica Se desean tomar en consideración los aspectos básicos de estrategia que son considerados en la decisión de emitir mayor cantidad de acciones comunes.

Un aspecto determinante es el control. Si la emisión de una mayor cantidad de acciones incrementa la posibilidad de pérdida de control por parte de los accionistas que actualmente controlan la empresa, existirá una fuerte resistencia para que se emitan esas acciones. Puesto que la única forma de poder asegurar que se tiene el control de una sociedad anónima es mediante la posesión de más del 50% de las acciones, los tenedores del 50% de las acciones muy probablemente no querrán que se emitan más acciones puesto que esto podría reducir su porcentaje de propiedad a menos del 50%, si ellos tienen alternativas.

El segundo aspecto concierne a los efectos económicos directos. Podrían determinarse las consecuencias económicas mediante un análisis convencional de presupuesto de capital, pero para ilustrar los efectos sobre las acciones comunes habrá de adoptarse otro enfoque diferente.

Supóngase el caso que una empresa tenga 1 000 000 de acciones comunes en circulación y que sus acciones tengan un precio de mercado de $40 por acción. La administración tiene información que le permite deducir que las acciones tienen un valor intrínseco de $50 por acción. La compañía está contemplando la conveniencia de emitir 500 000 acciones a un precio de $40 con el fin de financiar una inversión. ¿Deberá hacer la emisión a pesar de que el precio de las acciones está infra-valuada? Una posible estrategia podría ser el emitir pasivo hasta en tanto transcurra el tiempo necesario para que el mercado reconozca el, valor intrínseco de las acciones. Habrá de pasarse por alto esta alternativa, no porque no sea digna de consideración, sino con la finalidad de simplificar las cosas. Supóngase que existen razones bien fundadas para que la empresa no pueda contraer pasivos.

Si bien existe un incentivo real de no emitir las acciones comunes en vista de que el precio de cada acción se encuentra infravaluado (un precio de mercado de $40 en contraste con un valor intrínseco de $50), existe una necesidad de recabar mayor información antes de que se pueda tomar una decisión.

Supóngase que con los $20 000 000 de recursos obtenidos mediante la emisión de las 500 000 acciones se haya de obtener un incremento en valor (tanto real como percibido) de $30 000 000. Cada nueva acción común habrá de aumentar $60 de valor. Puesto que el valor actual intrínseco por acción es de $50 existirá un incremento en el valor intrínseco de las actuales acciones que están en circulación y, por tanto, se habrá de juzgar deseable que se emitan nuevas acciones.

Si bien la explicación anterior es suficiente para justificar la emisión de acciones, podrán presentarse otros cálculos. Los $30 000 000 de nuevo valor agregado al actual valor de mercado de $40 000 000 nos da un total de setenta millones para 1 500 000 o sea $46.67 por acción. Esto es superior que el actual precio de mercado de $40 por acción; por tanto, las acciones se deberán emitir. Cálculos similares podrían efectuarse usando el valor intrínseco por acción actual, y se habría de llegar a la misma conclusión.

Si el valor resultante de la emisión de las nuevas acciones de $22 500 000 o $45 por acción la decisión dejará de ser clara. Los $45 son menores a $50 que es el valor intrínseco por acción; por tanto, el valor por acción habría de diluirse. El valor total por acción después de la emisión habría de reducirse de $50 por acción. Por otra parte, los $45 son superiores al precio de mercado que es de $40 por acción. Si el mercado en efecto considera que el valor agregado en verdad es de $22 500 000 podremos esperar que el precio de mercado se incremente de $40 a $4l.67 (los $64 500 000 de valor total dividido entre 1 500 000 acciones). Por tanto, si el valor por acción añadido a la empresa es mayor que el precio de mercado, pero inferior al valor intrínseco, la decisión más apropiada no es obvia.

Si se está dispuesto a suponer que existe un mercado eficiente, en donde se supone que el mercado tiene acceso a la misma información a la cual tiene acceso la administración, entonces el valor de $50 se considerará que no es relevante. Las acciones deberán emitirse en tanto que el nuevo valor por acción sea superior al precio actual de mercado.

Se ha supuesto que el mercado será capaz de medir el cambio de valor derivado de la nueva inversión y que el valor de mercado es exactamente igual a la medición de valor por parte de la administración. Si hubieren grandes diferencias, de nuevo no podría llegarse a tomar una decisión definitiva respecto a si se deban o no emitir acciones comunes.

Una utilidad "justa" En el mes de noviembre de 1979 la Mobil Corporation contrató espacio de dos páginas en el New York Times para poder explicar y justificar el nivel de sus utilidades. Dentro de la información proporcionada se incluyó la tasa de rendimiento sobre capital promedio, la tasa de rendimiento sobre capital contable, las utilidades por dólar de ventas, la utilidad por galón, y una comparación de utilidades y la cantidad de inversiones en proyectos de inversión.

Si se juzgará qué tan buenas son las utilidades de una empresa sujeta a regulación y que opera dentro de una industria sujeta a vigilancia para efectos de fijar los precios para el siguiente periodo, habría que sentirse obligados a utilizar algunas de las medidas anteriores. Pero, ahora considérese a una empresa competitiva que opera dentro de una industria competitiva. ¿Qué habrá de considerarse como un nivel apropiado de utilidades suponiendo que la empresa ha operado de conformidad con las leyes del gobierno? Muchas personas habrían de responder que a la empresa se le habrá de permitir que alcance el máximo de utilidades posible. Si las utilidades que perciba son excesivas comparados con las utilidades que obtienen industrias menos rentables, el capital habrá de fluir hacia la industria que tenga utilidades excedentes. Las utilidades excedentes sirven como función principal para atraer capital lo cual habrá de reducir las utilidades excedentes hasta que se alcance el nivel normal. Esta es la forma como supuestamente funciona el sistema de libre empresa, y será la forma como operará si el gobierno no llega a interferir con el proceso.

Desafortunadamente, gran cantidad de personas no confían en el mecanismo anterior, depositando más bien su confianza en la opinión de los "servidores públicos" quienes habrán de establecer lo que haya de ser un nivel justo de utilidades. Habrán de decir que la industria no representa un mercado de competencia perfecta dado que el número de empresas es limitado o porque los precios de hoy para los productos vendidos son demasiado elevados en contraste con los precios pasados. El hecho de que los precios elevados pudieran actuar tanto como un medio de racionamiento, así como una señal o indicador que se requiere de mayor cantidad de capital, habrá de descartarse, o pasarse por alto.

Debe reconocerse que las acciones comunes constituyen valores que incorporan riesgo elevado. Si se obtienen utilidades, los accionistas podrán obtener rendimientos muy elevados, pero también se podrán obtener pérdidas. Muchas inversiones en acciones comunes conducen a rendimientos negativos. A los accionistas comunes será a quienes se les entregue en última instancia lo que les corresponda cuando una empresa esté distribuyendo sus activos a las personas que aportaron capital. Los pagos a los accionistas son los primeros que se suspenden durante los tiempos de crisis. La característica de amortiguador brindada por la flexibilidad de las acciones se considera de gran valor para una empresa cuyo interés es el de sobrevivir.

Un enfoque diferente En sección anterior se señaló que la fórmula para el costo de la fuente de financiamiento proveniente de capital social se basaba en el criterio que tal costo habría de ser igual a la tasa de interés que iguala el valor presente de todos los futuros dividendos respecto del precio de las acciones.

Existe un enfoque diferente que puede ser utilizado basado en la teoría denominada, "modelo de determinación del precio de acciones basado en activos de capital". Básicamente en este modelo se añade un factor que refleja los riesgos de la empresa a la tasa de los valores emitidos por el gobierno, libres de riesgo. El riesgo de la empresa que se considera relevante para este modelo se basa en el grado en que los negocios de la empresa están relacionados con el rendimiento obtenido al invertir en el mercado (para precisar mejor puede decirse que el riesgo se mide utilizando la correlación existente entre el rendimiento de las acciones de la empresa respecto a la tasa de rendimiento del mercado). Se argumenta que esta correlación constituye el único riesgo que el mercado demanda una compensación por él (todos los demás riesgos se pueden diversificar).

Teóricamente hablando, el costo de capital proveniente del capital social, y utilizando el modelo de determinación de precios basado en activos de capital, habrá de coincidir con el costo de capital que pudiera determinarse utilizando el modelo de valuación basado en el valor presente de los dividendos que hayan de pagar las empresas a los accionistas. Es lógico suponer que algunos problemas de estimación o cálculo hayan de provocar algunas diferencias, pero esto no habrá de significar que los dos modelos sean inconsistentes.

Acciones preferentes y planificación financiera

¿Qué podrá hacer una empresa que no puede emitir pasivos pero que desea aprovechar el apalancamiento? ¿Y qué deberá hacer si se desea tener mayor capital social pero no se quiere que se diluya el control de los accionistas comunes? El tipo de valor que permite encontrar una respuesta a estos objetivos se denomina acciones preferentes.

La emisión de acciones preferentes constituye un método de financiamiento que, desde un punto de vista a corto plazo de las acciones de una empresa emisora, tiene menos riesgo que las obligaciones y más riesgo que las acciones comunes. Se trata de valores representativos de capital social de renta fija, pero el pago de dividendos es opcional. Si bien uno podría esperar que el rendimiento sobre acciones preferentes fuera superior al rendimiento de las obligaciones para compensar a los inversionistas del mayor riesgo, debido a las particularidades de la Ley, el rendimiento antes de impuestos a favor de los accionistas preferentes es frecuentemente menor que el rendimiento que se paga sobre las obligaciones emitidas por la propia empresa, aun cuando las obligaciones tengan menos riesgo.

Comparación del pasivo con las acciones preferentes Las acciones preferentes son similares a las obligaciones (pasivo) en cuanto que se especifica un pago anual determinado. Respecto del pasivo, la cantidad que se paga se denomina intereses, en tanto que los pagos que se hacen a los accionistas preferentes se denominan dividendos. El compromiso legal de una compañía de pagar intereses sobre el pasivo es mucho mayor que la obligación que se paguen dividendos a los accionistas preferentes. La falta de pago de los intereses podrá llevar a una empresa a la quiebra, en tanto que la falta de pago de dividendos no podrá llevar a la empresa a la quiebra; se puede entonces concluir que el pasivo resulta ser mas riesgoso desde el punto de vista de la empresa emisora.

Todas las obligaciones emitidas por las sociedades anónimas tienen fechas de vencimiento, y en algunos casos tales emisiones de obligaciones establecen la creación de tondos de amortización. Las acciones preferentes podrán o no tener fechas de vencimiento y/o fondos de amortización. Obviamente la inclusión de tales características haría que se asemejaran más las acciones preferentes al pasivo que al capital social común. Recientemente se han efectuado emisiones deacciones preferentes que establecen una provisión para recompra en cada unode los años para un fondo de amortización, o se establecen cláusulas quepermitan que se rediman las acciones preferentes de una manera obligatoria. La inclusión de una fecha de vencimiento es considerada por los tribunalesfiscales como una condición necesaria para que un valor se pueda clasificarcomo pasivo (aun cuando no exista razón fundamentada para tal requisito). Sihubiere una fecha de vencimiento, deberá existir alguna cláusula que prevea elretiro de la deuda. Tal medio para poder liquidar la deuda se denomina fondo deamortización. El establecimiento de una fecha de vencimiento hace que seincremente el riesgo al poder verse imposibilitado de pagar al prestamista. Si laempresa no tuviere los fondos para poder pagar la deuda a su vencimiento podrá ser llevada a suspensión de pagos. Por el contrario, las acciones preferentes no involucran tal riesgo si no se estableciera cláusula alguna respecto al retiro, y aun cuando las acciones preferentes pudieren tener fecha de vencimiento, resulta sumamente difícil que los accionistas preferentes puedan provocar la quiebra de la empresa emisora. Comparación de las acciones preferentes con las acciones comunes Al comparar la emisión de acciones preferentes con la emisión de acciones comunes, resulta sumamente sencillo confundir el tema tratado comparando las acciones preferentes con la retención de utilidades. Cuando esto sucede, se habrán de estar considerando dos decisiones, una de ellas se refiere a la conveniencia de pagar dividendos o retener utilidades, y la otra de determinar qué es más conveniente, el financiar las inversiones con capital social común o con acciones preferentes.

Las acciones preferentes y el público inversionista ¿Son las acciones preferentes una buena inversión para las personas? Un inversionista que no pague impuesto sobre la renta, o un impuesto muy pequeño podrá encontrar muy atractivo invertir en acciones preferentes con tasa elevada de rendimiento en contraste con invertir en acciones comunes con lasa baja de rendimiento, pero muy probablemente habría de resultar igual de favorecido si invirtiera en obligaciones emitidas por sociedades anónimas que pagaran tasas elevadas de interés.

Si las acciones preferentes, sin ninguna otra característica especial, se pueden considerar muy favorables para las empresas inversionistas, resulta difícil encontrar algunas ventajas para el gran público inversionista. Las sociedades anónimas no deberán intentar vender grandes cantidades de acciones preferentes a personas físicas. Unos cuantos inversionistas podrán ser atraídos por los rendimientos elevados, pero la realidad es que los principales inversionistas en acciones preferentes habrán de ser las propias empresas o sociedades anónimas.

Las acciones preferentes y la política contable Antes de que apareciera el APB 16 (aplicable a partir de 1970), la contabilización conocida como de "combinación de intereses" podía ser utilizada respecto a acciones preferentes. Supóngase un caso en que la participación de los dueños de una empresa pueda ser adquirida en $800 000 000. El valor contable de las acciones tiene un valor de $7 000 000.

Si se emplearan $800 000 000 de pasivo, la empresa adquirente habría de tener esa suma de pasivo en su balance general después de su adquisición. Conforme el sistema de combinación de intereses, si se emplearan $300 000 000 de acciones preferentes y $500 000 000 de acciones comunes, las acciones preferentes con dividendo del 10% se habrían de presentar a menos de $7 000 000. Se habrían de pagar $30 000 000 de dividendos por año.

Aun cuando parezca extraño, la situación anterior se podrá encontrar dentro de los balances generales de las principales corporaciones. Si bien el empleo del sistema de combinación de intereses se ha restringido por la profesión contable, los restos o las consecuencias de su empleo aún pueden sentirse.

En el balance general de Amerada Hess Corporation presentado en 1971 se mostraba un capital social preferente por $7 606 956. El resto de las cuentas del capital contable se referían implícita o explícitamente al capital social común. Una nota aclaratoria que aparecía al pie de los estados financieros señalaba que el valor total de liquidación forzada aplicable a las acciones excedía el valor a la par (valor reportado) en $753 088 644. El valor de mercado de las acciones preferentes (basado en un valor por acción de $110) era de $837 000 000. El estado de resultados presentaba la "utilidad neta" y "la utilidad neta por acción", pero no señalaba a cuánto ascendían los dividendos a los accionistas preferentes; sin embargo, el estado de utilidades retenidas consolidado si contenía esta información. Se constató que los dividendos a favor de los accionistas preferentes ascendían en $30 527 311 comparado con una utilidad neta de $133 249 241 y con el saldo para el capital social preferente que se mostraba en el balance y que era de $7 606 956.

La Sun Oil Company en su informe anual para el año de 1971 revela un saldo de $17 072 000 para la partida de capital social preferente dentro del estado de posición financiera y aclara que estas acciones tienen un valor de realización forzosa de $887 738 000. Con base en un valor de mercado de $36 por acción, estas acciones tienen un valor de mercado de $615 000 000 y pagaron un dividendo en efectivo de $40 994 000.

Realmente no está clara la idea de qué es lo que se propone informar con el saldo de la partida de Capital Social Preferente. En la actualidad la partida sirve para llamar la atención de que existen acciones preferentes en circulación. La cifra que se presenta -por ejemplo, el valor nominal- habrá de ser de muy poca utilidad para el analista.

Si la práctica actual es lo más que se puede hacer, seria preferible que no se presentara cifra alguna para el capital social preferente y tan sólo se incluyera una nota aclaratoria que dijera que existen acciones preferentes en circulación, pero sin tratar de hacer valuación alguna. Esto habría de ser consistente con la práctica contable referente a opciones de compra de acciones que se otorgan a los administradores, pero obviamente no constituye esto una práctica deseable.

Podrán existir otras posibilidades que habrían de constituir algunas mejoras a la práctica actual. Estas habrán de referirse a emplear:

  • 1. Valores de mercado (bien sea al momento en que se hizo la emisión o el precio actual de mercado).

  • 2. La determinación del valor presente de los dividendos a favor de los accionistas preferentes, utilizando una tasa de descuento determinada de una forma independiente.

  • 3. Valor de liquidación de las acciones.

  • 4. Precio en que se pudieran retirar las acciones de la circulación.

Cualquiera de las alternativas anteriores habría de superar la práctica actual. Pero resulta sumamente difícil que la industria pueda aceptar estos cambios. Las acciones preferentes frecuentemente eran emitidas cuando existían fusiones y adquisiciones de empresas. La ventaja para la administración de que el capital social preferente estuviera infravaluado era que los activos también estaban infravaluados y por ende los futuros gastos también habrían de estar subvaluados y las utilidades estarían sobrestimadas. El hecho de que las acciones preferentes mostraran su valor económico frecuentemente tendría como consecuencia una situación depresiva sobre las utilidades. Desde el punto de vista de la administración este efecto sería poco deseable, pero la función del contador independiente es revelar eventos económicos, no debiendo intentar manipular las utilidades para dejar complacidos a los administradores.

Acciones preferentes con vida determinada La emisión de acciones preferentes que tengan una fecha de vencimiento podrátener ventajas y desventajas.

Las dos principales objeciones son que una acción preferente de vida determinada se asemeja al pasivo y, por tanto, algunos contadores (e inclusive la Comisión Nacional de Valores, consultar ASR 26S) consideran que deba clasificarse como pasivo (cuando menos con preferencia al capital social común). En segundo término, el hecho de que tenga un vencimiento implica que se deberán efectuar desembolsos de efectivo. Un tesorero de una empresa en desarrollo no le agrada que el efectivo que se tenía destinado para otros fines sea empleado para retirar las acciones preferentes Un argumento a favor de las acciones preferentes de vida limitada es que elvalor se habrá de convertir en una inversión más deseada por un tesorero de unacorporación quien desea percibir un rendimiento elevado, pero no tan elevadocomo el que se exigiría por razón del riesgo más elevado en las accionespreferentes de vida ilimitada. Desde, el punto de vista de un inversionista quientiene fondos para invertir a corto plazo, tales acciones habrían de constituirvalores bastante atractivos, dado que el plazo de vencimiento es corto. El riesgode insolvencia persiste, pero una serie de inversiones debidamente planeadas endiversas empresas con bajo nivel de riesgo habría de reducir el riesgo a nivelesadecuados.

Acciones preferenciales Las acciones preferenciales son similares a las acciones preferentes salvo que se supone habrán de estar subordinadas a las acciones preferentes (recibiendo una clasificación a un nivel inferior a la de las acciones preferentes).

Conversión de acciones comunes a acciones preferentes Durante la década de 1970 la American Financial Corporation ofreció a sus accionistas comunes el derecho de convertir sus acciones comunes a acciones preferentes. Esta conversión se realizó sobre la base de una acción preferente por una acción común. En esos días las acciones comunes estaban pagando $0.04 por año en tanto que las acciones preferentes pagaban $1 .80.

Aun cuando la compañía no estaba obligada a retirar la emisión, tenía el derecho de retirar las acciones a partir de 1987 a $20 por acción más dividendos acumulados.

El objetivo perfectamente definido para tal oferta era brindarles a los accionistas la oportunidad de elegir entre un flujo de efectivo relativamente seguro derivado de los dividendos en contraste con el aparente riesgo del incremento en el valor de las acciones comunes. Un objetivo implícito era el de disminuir el número de acciones comunes, aumentando las utilidades por acción y el futuro crecimiento de éstas.

Planificación financiera e inflación

La inflación es algo frustrante para los administradores de las empresas. Sienten que tienen una obligación de hacer algo respecto a tal situación. El hecho de que exista inflación está fuera de su control inmediato, pero la realidad es que una serie de decisiones si están bajo su control. Desafortunadamente los ajustes que se hacen con motivo de la inflación frecuentemente son de naturaleza equivocada. Las empresas con mucha frecuencia mezclan y enfrentan los diversos ajustes posibles y terminan con cálculos que son motivo de gran confusión. En primer término, habrá de utilizarse el pasivo para contrarrestar los efectos inflacionarios, para posteriormente discutir hasta qué grado el proceso de decisiones de inversión de una corporación (utilizando los métodos de tasa interna de rendimiento o valor presente neto) deba de verse afectado por pronósticos de inflación.

Si actualmente existe inflación, podría esperarse que los precios deban de cambiar drásticamente en el futuro e intuitivamente se concluye que deba hacerse un ajuste. Por consiguiente existe la obligación a definir cuatro términos respecto del análisis que se haya de hacer:

"Dólares corrientes": representan ingresos y costos que son medidos conforme sean medidos cuando el efectivo es recibido y desembolsado.

"Dólares constantes": representan ingresos y costos en dólares corrientes que son ajustados para reflejar cambios en poder adquisitivo. Todos los dólares reflejan el mismo poder de compra después de ajustes.

"Tasas nominales de interés": representan el costo real del dinero medido en dólares corrientes.

"Tasa real de interés": representa el costo del dinero si dólares constantes son utilizados.

Si se combinan los dólares equivocados de una inversión con la tasa de interés equivocada habrán de surgir errores graves dentro del presupuesto de capital bajo condiciones inflacionarias. Asimismo, cabe señalar que las generalizaciones simplistas generalmente son inexactas. Por ejemplo, considérese la conclusión que uno deba estar endeudado durante un periodo inflacionario.

Planificación financiera a corto plazo

La planificación financiera a corto plazo se ocupa directamente de los activos y pasivos a corto plazo o circulantes en una empresa.

Los activos actuales más importantes son: cuentas por cobrar, existencias o inventarios, tesorería y títulos negociables. Los pasivos más importantes son las cuentas por pagar y los prestamos bancarios a corto plazo.

Estos activos y pasivos de corto plazo son los componentes del fondo de maniobra o capital neto de trabajo, que no es más que la diferencia entre los mismos (Ac-Pc).

Para que una empresa funcione eficientemente debe tener capital invertido en instalaciones, maquinaria, inventarios, etc. El costo total de estos activos son las llamadas necesidades acumuladas de capital de la empresa. Estas pueden cubrirse con financiación a largo o corto plazo de acuerdo a las variaciones que presente en el período. Para obtener un mejor nivel de financiación a largo plazo en relación con las necesidades acumuladas se tiene en cuenta: ajustes de vencimientos, necesidades permanentes de fondo de maniobra y la comodidad de los excedentes de tesorería.

Las variaciones en la tesorería y en el fondo de maniobra las podemos analizar observando las fuentes y los empleos de las mismas.

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En general las fuentes implican: aumento del pasivo y patrimonio y disminución del activo de la empresa.

Los empleos implican: aumento del activo y disminución del pasivo y el patrimonio de la compañía.

El problema del directivo financiero es prever las futuras fuentes y empleos de tesorería que le dan dos pautas: lo alertan sobre las necesidades de tesorería y le proporcionan un standard con respecto al que puede juzgar la evolución de las decisiones tomadas.

El presupuesto de tesorería se inicia con una previsión de las ventas de la empresa que se convierten en cuentas por cobrar y así en la principal fuente de tesorería de la empresa. En cuanto a las salidas, estarán dadas por cuentas por pagar, gastos de personal, administrativos y otros, inversiones de capital e intereses, impuestos y pago de dividendos.

El siguiente paso es elaborar un plan de financiación a corto plazo que se puede dar vía endeudamiento bancario (con o sin garantías) o vía diferimiento de cuentas por pagar.

Los planes financieros a corto plazo se elaboran mediante procedimientos de prueba y error, es decir, se traza el plan, se observa su desarrollo, luego se ajusta cuantas veces se pueda hasta que no se puedan mejorar más.

Estrategias en la gerencia de portafolios de renta fija

Otro problema a menudo crucial en la planificación financiera es que las actuales decisiones de inversión de capital dependen de las futuras oportunidades de inversión. A menudo, encontramos empresas que invierten para entrar en un mercado por razones estratégicas: es decir, no porque la inversión inmediata tenga un valor actual neto positivo, sino porque introduce a la empresa en el mercado y crea opciones para subsiguientes inversiones posiblemente provechosas. En otras palabras, tenemos una decisión en dos etapas.

En la segunda etapa -el proyecto anterior- el directivo hace frente a un problema normal de presupuesto de capital. Pero en la primera etapa los proyectos pueden merecer la pena, principalmente por las opciones que traen consigo. En principio, el directivo financiero podría valorar la primera etapa del proyecto por su «valor estratégico», utilizando la teoría de valoración de opciones.

A veces hay tres etapas o más. Piense en el proceso seguido por una innovación tecnológica desde que nace, mediante la investigación básica, hasta el desarrollo del producto, la producción piloto y prueba de mercado y, finalmente, la producción comercia en amplia escala. La decisión de producir a escala comercial es un problema normal de presupuesto de capital. La decisión de realizar una producción piloto y una prueba comercial es como comprar una opción para producir a escala comercial. Comprometer fondos en el desarrollo del producto es como comprar una opción para una producción piloto y una prueba comercial. La inversión es investigación en la primera etapa es como adquirir una opción para comprar una opción para adquirir una opción. Nos atrevemos a predecir que la teoría de valoración de opciones permitirá posiblemente un análisis formal de decisiones secuénciales de inversión como las que acabamos de discutir y que, con el tiempo, la planificación financiera no será considerada como la búsqueda de un único plan de inversión, sino más bien como la gestión de la cartera de opciones que la empresa tiene. Esta cartera no consiste en opciones bursátiles de compra y venta, sino en opciones reales (opciones para comprar activos reales en términos posiblemente favorables) u opciones para comprar acciones reales. Puede pensar en la planificación financiera, en parte como un proceso de:

  • Adquirir opciones reales.

  • Mantener esas opciones: a diferencia de las opciones financieras, las opciones reales basadas en tecnologías, diseño de productos y otros elementos competitivos normalmente pierden su valor si se ponen en la estantería y se olvidan.

  • Ejercer las opciones reales con valor en el momento oportuno.

  • Desechar opciones que están demasiado «lejos del dinero» y son muy caras de mantener

Planificación financiera internacional

Existen dos dimensiones principales de una estrategia financiera internacional conforme se visualiza por un gerente de finanzas, de la alta gerencia. La primera de estas dimensiones se refiere al impacto económico de las decisiones financieras y de inversión que se están tomando. El segundo impacto se refiere al efecto de las decisiones sobre las ganancias contables reportadas. Algunos ejecutivos habrían de colocar el impacto sobre las utilidades contables en primer término dentro de la lista de consideraciones relevantes.

Además de la decisión que se pueda tomar en una empresa, también tenemos decisiones que se pueden tomar a nivel gobierno. Las decisiones gubernamentales y las instituciones influyen en gran forma sobre la balanza de pagos entre países y empresas y, por tanto, afectan los tipos de cambios de las monedas. Por su parte, las variantes en los tipos de cambio en la moneda también afectan las estrategias de las corporaciones.

La balanza de pagos y las tasas de cambio En esta era de las corporaciones multinacionales y de la dependencia de países, unos con otros, se considera indispensable que todos los ejecutivos de finanzas tengan un conocimiento al menos básico de las finanzas internacionales. Si bien existe un mayor número de cosas similares que diferencias entre las finanzas internacionales y las nacionales, uno deberá comprender las diferencias que existen.

Existen muchas diferentes formas para medir la balanza de pagos. Para efectos de la presente sección habrá de considerarse que la balanza de pagos está compuesta por la suma de cinco subtotales:

  • 1. Inversiones netas (las inversiones en países del extranjero menos su inversión en los E.U.A.).

  • 2. Consumo neto (exportaciones totales de bienes de consumo menos importaciones de bienes de consumo).

  • 3. Intercambio neto de activos productivos (total de exportaciones de bienes de capital menos importaciones de bienes de capital).

  • 4. Ingreso neto de inversiones (ingresos de inversiones menos ingresos sobre inversiones estadounidenses realizadas por extranjeros).

  • 5. Misceláneo (v.g. transacciones gubernamentales).

Todos los países desean tener una balanza de pagos positiva. Pero igualmente importante a tener una balanza de pagos es el conocer la causa para que exista una balanza positiva o negativa. Considérense los cuatro primeros subtotales y su electo sobre la balanza de pagos.

La balanza de pagos para los E.U.A. constituye un problema interesante. Si la balanza de pagos de los E.U.A. es positiva y grande, buena parte del resto del mundo habrá de tener problemas de liquidez (se ha dicho que si E.U.A. estornuda, el resto del mundo habrá de tener un resfriado). Si la balanza de pagos de este país es negativa por razón de consumo excesivo, el valor del dólar se debilitará creando un diferente conjunto de problemas.

Si la balanza de pagos es negativa, los extranjeros tendrán derechos en contra de los E.U.A. y que serán satisfechos ya sea mediante la venta de valores (para hacer que la balanza de pagos regrese a cero) o mediante la venta de oro por las entidades de los E.U.A. En tanto que el flujo de oro que se deriva de transacciones tales como la inversión en activos reales del extranjero no se considera un evento negativo, el flujo de salida de oro derivado del consumo se considera negativo en el sentido de que tarde o temprano habrá de desaparecer, o tendrá que compensarse con alguna otra transacción.

Existe un problema derivado de comparar las importaciones y exportaciones sin llegar a identificar cuál es su objetivo. La importación de caviar o de pieles tiene un diferente significado que la importación de máquinas herramienta o turbinas. Por una parte, las vidas de los diferentes productos habrán de diferir. Pero la distinción principal es análoga a la diferencia para un país en desarrollo el importar equipo de pesca o por el contrario importar pescado. Para poder evaluar el significado económico de una balanza de pagos negativa, será necesario conocer qué es lo que se está importando.

Si los E.U.A. tuvieran una balanza de pagos negativa muy considerable provocada por la importación de bienes de consumo y si el resto del mundo considera que el país está viviendo a un ritmo mayor del permitido, tarde o temprano el país habrá de consumir todo su crédito y tendrá que reducir el propio consumo o proceder a incrementar la cantidad de sus exportaciones.

Una balanza de pagos negativa, lo suficientemente grande y que haya de persistir durante largos periodos de tiempo habrá de implicar un cambio de manos en la propiedad de los factores de producción del país. Los derechos de los extranjeros que efectúen préstamos u otorguen créditos al país podrán estar representados por bonos emitidos por el gobierno, depósitos bancarios a plazos, pasivos de las empresas, propiedades de bienes raíces o acciones comunes, pero tales derechos tenderán a aumentar cuando un país esté acumulando grandes cantidades de saldos negativos en las balanzas de pagos a través de grandes periodos de tiempo.

La balanza de pagos de un país, particularmente los subtotales, habrán de afectar las tasas de cambio a las cuales se esté cotizando la moneda de un país.

Bibliografía

BIERMAN, Harold. (1984). Planeación Financiera Estratégica. "Guía del administrador para mejorar resultados expresados en utilidades". México: Editorial Continental, S.A. Segunda edición. pp 254.

BREALEY, Richard y Stewart Myers. (1994). Principios de finanzas corporativas. Colombia: Mc Graw-Hill. Cuarta edición. pp 1203.

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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA.

"ANTONIO JOSÉ DE SUCRE".

VICE-RECTORADO PUERTO ORDAZ.

DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA INDUSTRIAL.

CÁTEDRA: INGENIERÍA FINANCIERA.

Ciudad Guayana Junio del 2004.

La planificación financiera estratégica.

Profesor: Ing. Andrés Blanco.

 

 

Autor:

Medina, Edyulis.

Porras, Julie.

Ramos, Andrés.

(Grupo # 7)

Partes: 1, 2
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