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El pathos barthesiano. Una lectura de fragmentos (página 2)


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Este análisis literario fantaseado podría formalizarse como análisis o discurso literario pa- tético, como sensibilidad de la fuerza (Barthes, 2002: 337). Un análisis tal debería reconocer que en la Novela (cualquier Forma nueva en relación con la práctica anterior) lo patético es enunciable y, por lo tanto, su instancia es la verdad de los afectos, no de las ideas. El pathos entendido en sentido simple (capacidad de ser afectado) y no desde una perspectiva despreciativa, propia de la moral moderna, que condena al pathos por transgresivo (aun más que el sexo, de ahí su obscenidad) a favor de lo racional político o de lo pulsional-sexual. Una crítica patética discriminaría los valores de una obra según la fuerza de los momentos, sin ejercer presión sobre el otro. La Novela se situaría en el espacio de la sensibilidad, eso que genera problemas al lenguaje. El pathos como pasión debe entenderse en este sentido: no una acción (represión, querer-asir, dominio) terrorista y arrogante sobre el otro, sino afec- tación, conmoción, pasividad.

Un análisis literario patético dejaría a un lado las unidades lógicas (análisis estructural) y partiría de la localización de elementos afectivos, aquellos que hacen vivir la Novela: las cimas, los plus de la anécdota. Se trata de un trabajo con los restos que se mantienen luego de la experiencia de lectura y que une pasiva y vitalmente. En última instancia, se podría formular un modo de conocimiento de base en la sensación, que escape a la Doxa. De ahí que el miedo, el amor y el dolor sean motores de escritura del último período barthesiano. Las frases madres ya señaladas respecto a las figuras de Fragmentos, o el interés manifestado por una Poética del Tiempo que hace (2005) son, también, el interés por un vacío del lengua– je que trae la sensación de la vida. El Tiempo que hace produce un único efecto: vale la pena vivir. El haiku, sobre la cuerda floja del Tiempo, es una acción entre la vida y la muerte; es una escritura de la percepción (yo, cuerpo, sensación, momento). Asimismo, el análisis de la conciencia como droga apunta a presentar una hiperconciencia que se levanta sobre un fon- do de afecto, al poner en escena la sensibilidad viva (2004). La hiperestesia conciencial que alcanza Baudelaire sobre el H es que no altera ni convierte al individuo, sino que lo exagera, lo arrastra a su propio exceso, aumentándolo. La hiperestesia conciencial, unión de emotivi- dad e intelecto, se sitúa del lado de la intensidad. La música, nuevo pliegue del tic, toma a su cargo la hiperestesia, suerte de ebriedad sutil, de conciencia-droga. El pathos como instancia de la hiperestesia conciencial desplegada en su exterioridad, incluso como deseo: "El curso existe porque hay un deseo de Neutro: un pathos (¿una patho-logía?)" (Barthes, 2004: 58).

Lo mismo sucede con el amado que, suspendido como persona y vuelto fuerza frente a otras, podría solamente definirse por el sufrimiento o el placer que da. En el fondo, el pensamiento barthesiano tiende a lo Intratable, aquello imposible de interpretar, que no deja nada por decir, sólo presencia: ¡Es eso! Un análisis literario patético sería aquel que, habiendo atravesado en su lectura un Momento de Verdad, presentaría el Amor y la Muerte, sin predicación posible, como pura afirmación. Se comprende que la nueva Novela barthesiana, luego de la muerte de su madre, sea un diario de duelo: lengua patética del duelo, que asume la pérdida para transformarla en otra cosa (nueva práctica de escritura) y rompe con el ronroneo social que lo presiona a autogestionarse en la repetición de su obra.

El pathos, modo de hacerse cargo de lo imaginario, de ingresar en su espesor y revolcarse en él, se conforma como soporte de una ética obscena, creativa, delicada, y de una estética hiperestésica, que pasa del fragmento al diario, pero que mantiene siempre presente lo fútil, una serie de repercusiones de los propios desechos, narcisista y necesariamente inactual.

Bibliografía

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2005a. Cómo vivir juntos. Simulaciones novelescas de algunos espacios cotidianos. Buenos Aires: Siglo XXI.

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Blanchot, Maurice. 2002. La comunidad inconfesable. Madrid: Arena Libros.

Cragnolini, Mónica B. 2006. Moradas Nietzscheanas. Del sí mismo, del otro y del "entre". Buenos Aires: La Cebra.

. 2003. "Temblores del pensar: Nietzsche, Blanchot, Derrida". En Pensamiento de los Confines. Buenos Aires, n.° 12, pp. 11-119 [Consulta: 16 de marzo de 2010]

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. 2006. La literatura y la vida. Córdoba: Alción Editora.

Foucault, Michel. 2004. El pensamiento del afuera. Valencia: Pre-Textos. Lacan, Jacques. 2008. Escritos 1. Buenos Aires: Siglo XXI.

Link, Daniel. 2009. Fantasmas. Imaginación y sociedad. Buenos Aires: Eterna Cadencia.

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Autor:

Mara Campanella

Licenciada en Letras en la Universidad de Buenos Aires. Adscripta a la cátedra de Literatura del Siglo XX, de la misma universidad; desarrolla estudios de posgrado sobre Copi y Clarice Lispector. ?

Enviado por:

César Agustín Flores

Revista del Departamento de Letras

www.letras.filo.uba.ar/exlibris

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