En los seres humanos el miedo a la incertidumbre los hace festejar
Enviado por José Manuel Castorena Machuca
- Honrar a los muertos
- Adorar vírgenes por temor a algo desconocido
- Navidad y año nuevo
- Rosca de reyes
- Conclusión
Honrar a los muertos
¿Ha visto usted que un animal haga fiesta cuando muere uno de su especie?
¡Yo tampoco!
En cambio en algunas culturas cuando muere un ser querido se les lleva música cuando se les está enterrando a su muerto… o se le ofrecen alimento y bebida allí en su tumba.
¿Será de alegría porque se murió?
¿O es más bien un temor a lo desconocido o a una incertidumbre sobre la condición de su muerto?
Muchos ven las diversas formas de superstición como una curiosidad o una fuente inofensiva de apoyo psicológico. La fallecida antropóloga Margaret Mead comentó: "Las supersticiones reflejan nuestro deseo vehemente de que una cosa se convierta en realidad o de evitar que nos ocurra algo malo. Aceptarlas unas veces y rechazarlas otras nos permite disfrutar de lo mejor de ambos mundos". Con todo, el que desee complacer a Dios (Jehová o Yahvé) debe preguntarse si la superstición y el cristianismo son compatibles.
En estatuas egipcias a veces se representa a Isis ofreciendo el pecho a su hijo en una pose que recuerda mucho las estatuas y pinturas de la Virgen y el Niño de la cristiandad, que se hicieron comunes más de dos mil años después. Con el tiempo, Osiris el esposo de Isis alcanzó popularidad como el dios de los muertos porque ofrecía esperanza de una vida eternamente feliz para las almas de los difuntos en el más allá.
Hator era la diosa egipcia del amor y el gozo, la música y el baile. Llegó a ser la reina de los muertos, que los ayudaba con una escalera para que llegaran al cielo. Como explica la New Larousse Encyclopedia of Mythology, se le celebraban grandes fiestas, "sobre todo en el Día del Año Nuevo, que era el aniversario de su nacimiento. Antes del amanecer las sacerdotisas sacaban la imagen de Hator a la terraza para exponerla a los rayos del Sol naciente. El regocijo que venía después era un pretexto para un verdadero carnaval, y el día terminaba con canciones y borracheras".
Por ejemplo, cada 2 de noviembre, multitud de fieles acuden a los cementerios para celebrar el Día de Muertos. Sobre las tumbas de sus seres queridos depositan flores, alimentos y bebidas alcohólicas; algunos hasta llevan conjuntos musicales para que interpreten las canciones preferidas del difunto; asimismo, muchos católicos levantan en sus casas altares donde colocan un retrato del finado.
La Enciclopedia de México señala que ciertas prácticas de esta celebración en honor de los difuntos parecen "conservar elementos de las ceremonias indígenas de los meses ochpaniztli y teotleco, durante las cuales se ofrendaban a los manes [las almas de los muertos] flores de cempasúchil y tamales de maíz, en una época del año en que acaban de levantarse las cosechas: fines de octubre y principios de noviembre". Como lo indica esta obra, algunas de las costumbres son un reflejo de festividades similares que se llevaban a cabo en tiempos prehispánicos, en las que reinaba un espíritu de carnaval.
Adorar vírgenes por temor a algo desconocido
Tanto la veneración de la divinidad femenina como otros aspectos de esta fiesta se remontan al culto de la diosa madre azteca Cihuacoatl, llamada también Tonantzin, que quiere decir "Nuestra [querida] madrecita". Según el libro México a través de los siglos, esta diosa, así como su hijo Huitzilopochtli, fueron traídos por los aztecas a Tenochtitlán, antigua capital del Imperio azteca y actual Ciudad de México.
El templo dedicado a Cihuacoatl, situado en el cerro del Tepeyac, fue destruido por los españoles. Según la tradición, menos de cuarenta años después de que Colón pisara el continente, la Virgen de Guadalupe se le apareció en ese lugar al indio Juan Diego y le encargó que le erigiera un templo.
Los aztecas profesaban una gran veneración a Cihuacoatl, a la cual representaban vestida toda de blanco y con la cabellera larga y sin trenzas. La entrada a su templo era tan baja que solo se podía entrar a gatas. Dentro de la sala donde estaba la diosa, se hallaban otras deidades colocadas alrededor de las paredes. Así aparecía ella en el centro como "la madre […] de los dioses".
La fiesta en honor de esta diosa incluía sacrificios humanos, danzas y un desfile de guerreros "aderezados […] con rosas en las manos, al cuello y en la cabeza". Luego, las flores se depositaban en la cima del templo como ofrendas a Huitzilopochtli. Para asistir a esta fiesta, muchos indios, venidos incluso desde Guatemala, recorrían más de 1.600 kilómetros (1.000 millas).
Navidad y año nuevo
"La Navidad no estaba entre las primeras fiestas de la Iglesia." (The Catholic Encyclopedia.)
"La primera mención de la celebración de la Navidad se hizo en un calendario romano primitivo del año 336 A.C." (The World Book Encyclopedia.)
"La observancia de la Navidad no proviene de designación divina, y el N[uevo] T[estamento] no la originó. De hecho, ni a partir del N. T. ni de ninguna otra fuente puede determinarse el día del nacimiento de Cristo. Durante los primeros tres siglos, los padres no hablan de ninguna observancia especial de la natividad." (Cyclopedia of Biblical, Theological, and Ecclesiastical Literature, de McClintock y Strong.)
"Inexplicable como parezca, no se conoce la fecha del nacimiento de Cristo. Los Evangelios no indican ni el día ni el mes." (New Catholic Encyclopedia.)
La Biblia no habla de la Navidad porque no es una doctrina o práctica cristiana. No es de origen divino. Como observó el periódico Daily News, de Sri Lanka: "Es bastante significativo observar que en ninguna parte del Nuevo Testamento se menciona un día especial llamado Navidad que hubiese sido apartado para celebrar el nacimiento de Cristo. […] La Navidad es de origen humano. La Navidad no forma parte de la Biblia".
Respecto a la fecha del 25 de diciembre como el día en que nació Jesús, no existe ninguna evidencia que indique que sea válida. Más bien, la evidencia demuestra lo contrario.
En el libro Celebrations, de Robert J. Myers, leemos: "El relato bíblico sobre el nacimiento de Jesús no indica nada de la fecha en que tuvo lugar. Sin embargo, el informe de Lucas [Lucas 2:8] tocante a que los pastores "moraban en los campos, guardando sus rebaños por la noche", da a entender que Jesús debió nacer en el verano o a principios del otoño. Ya que diciembre es un mes frío y lluvioso en Judea, lo más probable es que por la noche los pastores hubieran buscado refugio para sus rebaños".
En el libro Daily Life in the Time of Jesus (Vida cotidiana en el tiempo de Jesús), de Henri Daniel-Rops, se nos dice algo semejante: "Los rebaños […] pasaban el invierno bajo cubierto; y solo por este detalle puede verse que es poco probable que la fecha tradicional de la Navidad, en el invierno, sea cierta, ya que el Evangelio dice que los pastores estaban en los campos".
The Encyclopedia Americana dice lo siguiente sobre el 25 de diciembre: "En Occidente no se estableció esta fecha hasta aproximadamente mediados del siglo IV, y en Oriente, hasta más o menos un siglo después". Como puede verse, Jesús no nació en esa fecha. Y él no autorizó la celebración de la Navidad, como tampoco lo hicieron sus discípulos ni los escritores de la Biblia.
¿Dónde se originó, entonces, la Navidad? Existe bastante unanimidad sobre este aspecto. La revista U.S. Catholic dice: "Es imposible separar la Navidad de sus orígenes paganos". Y añade: "La fiesta preferida por los romanos era las saturnales, que empezaban el 17 de diciembre y terminaban con el "natalicio del Sol invicto" (Natalis solis invicti) el 25 de diciembre. Entre los años 325 y 350, líderes astutos de la Iglesia de Roma decidieron que el 25 de diciembre sería un día excelente para celebrar el cumpleaños del "Sol de la justicia". Así se originó la Navidad".
La celebración pagana de las saturnales se llevaba a cabo para el solsticio de invierno. La palabra solsticio proviene de dos palabras latinas: sol (el nombre del dios sol) y sistere (la raíz de stare: estar parado). El solsticio de invierno es el tiempo en que las horas diurnas dejan de acortarse y empiezan a ser más largas. Según el antiguo calendario juliano, el día del solsticio de invierno era el 25 de diciembre.
Por consiguiente, The World Book Encyclopedia declara: "En esta celebración [la Navidad] probablemente influyeron las fiestas paganas (no cristianas) que se celebraban en aquel tiempo. Los antiguos romanos celebraban fiestas de fin de año en honor de Saturno, su dios de la cosecha, y de Mitra [el dios sol]". La New Catholic Encyclopedia comenta: "El 25 de diciembre del año 274, Aurelio [el emperador romano] proclamó al dios-solar [Mitra] patrón principal del imperio […]. La Navidad se originó en un tiempo en que el culto al Sol era especialmente dominante en Roma". El libro Celebrations declara: "Con el tiempo, el clero introdujo el […] mundo de las saturnales en la propia Iglesia". Y la Encyclopædia Britannica dice que el día 25 de diciembre era considerado como "la fecha del nacimiento del […] dios [sol] Mitra".
La mayoría de las costumbres relacionadas con la Navidad —el tronco que se quema en Nochebuena, el muérdago, el árbol de Navidad, Santa Claus, la prodigalidad en dar regalos, las diversiones estrepitosas— también tienen sus raíces en el paganismo. No tienen nada que ver con Cristo. Como dice James Hastings en Encyclopædia of Religion and Ethics: "La mayoría de las costumbres navideñas que prevalecen hoy […] no son costumbres verdaderamente cristianas, sino costumbres paganas que la Iglesia ha incorporado o tolerado. […] Las saturnales de Roma suministraron el modelo para la mayoría de las costumbres alegres de la época navideña. Esta antigua fiesta romana se celebraba del 17 al 24 de diciembre".
Por eso, cuando a veces oiga a la gente decir: "Regresemos al verdadero significado de la Navidad", o: "Volvamos a poner a Cristo en la Navidad", recuerde que el significado original de la Navidad proviene, en esencia, de una celebración pagana, y recuerde también que Cristo no tuvo nada que ver con la Navidad. Y cuando algunas personas denuncien el hecho de que la Navidad ha sido comercializada, recuerde que los festejos y los regalos relacionados con la celebración de las saturnales eran un negocio para los comerciantes. Así que por miles de años se ha comercializado con el solsticio de invierno.
Ahora suponga ¿cómo se siente Jesucristo cuando "sus seguidores" a las 12 de la noche del día 24 de diciembre, lo recibieran con un estruendo de todos los diablos por la cohetería y fuegos artificiales?
Y después de eso siguiera una fiesta desenfrenada de baile, comer y beber con utilización de tabaco y drogas… con el eslogan de: "comamos y bebamos porque el mundo se va a acabar"
En 1643, el Parlamento de Inglaterra hasta proscribió la Navidad debido a sus orígenes paganos, pero después volvió a aceptarse. En 1659 también se proscribió en Massachusetts (E.U.A.), pero allí también se volvió a aceptar posteriormente. Y la revista U.S. Catholic dice: "Como los cristianos de E.U.A. […] relacionaban la Navidad con costumbres paganas, no empezaron a celebrarla como una gran fiesta hasta mediados del siglo XIX".
¡Y de la misma manera se recibe el año nuevo… a comer y bailar en exceso hasta que el cuerpo aguante!
¿Supiste que un niño murió por quemar cohetes?
¿Cohetes?… ¡pero si ya no son cohetes, son explosivos!
En mis tiempos si eran cohetes y hasta inofensivos porque se fabricaban a base de pólvora y muy diluida con tierra.
¡Ah; pero por más que les dicen los bomberos a los padres de familia que prevengan que sus hijos no los prendan y se vuelve a caer en los mismos errores con los consiguientes resultados de dedos y manos mutiladas y hasta la pérdida de la vida!
¿Bueno, pero es que las autoridades no hacen nada?
¡Claro que sí lo hacen!…desde que tengo memoria (y vaya que ya son más de sesenta años) cada año repiten la cantaleta ¡Ahora sí se van a prohibir las ventas de cohetes!
Pero creo que en la mayoría de todos los países les gana la ambición por las ganancias vía impuestos que dejan estas mercancías… pero con contadas excepciones de países cultos donde solo se festeja en la plaza principal con fuegos artificiales.
Pero aquí en nuestro país la venta de cohetes es indiscriminada y con su uso aparte de contribuir a la contaminación atmosférica por el ruido y con el envenenamiento del aire hasta las aves caen muertas descorazonadas por el estrés del ruido y la mala calidad del aire.
¿Sí verdad?…ellas qué culpa tienen de la aberración por el temor que sienten los seres humanos ante la incertidumbre y superstición del año nuevo.
Así es, ¿Si no dígame qué tiene qué ver con que para tener dinero y amor el año que entra me ponga unos calzones amarillos o rojos cando termina el año viejo? ¿Verdad que eso solo es un temor mórbido a lo desconocido?
Pero, ¿Entonces cómo se puede enfrentar la incertidumbre?
Pues no es un secreto ya que es como la enfrentan las personas que utilizan su sentido común: con sobriedad, con dedicación y laboriosidad, con conocimiento y sabiduría en acción para construir escenarios más deseables que son los que verdaderamente dan certeza… ¡ah! Y eso genera ahorro en las personas y las instituciones de los países para enfrentar las contingencias.
¿Verdad que sería mejor prepararse para obtener el puesto que deseamos o planear para obtenerlo, sin dañar a otras personas o al medio ambiente o sin extinguir las especies y una vez que lo obtengamos, que lo mantengamos siendo puntuales, honestos, proactivos, asertivos, o propositivos en nuestra acciones o conductas?
Rosca de reyes
Los astrólogos que visitaron a Jesús —sin importar cuántos fueran— no servían al Dios verdadero. La Nueva Biblia Latinoamérica (edición de 1989) dice en una nota: "Los Magos no eran reyes, sino adivinos y sacerdotes de una religión pagana". Acudieron basándose en sus predicciones astrológicas. Si Dios hubiese querido conducirlos al niño, los habría llevado al lugar exacto donde estaba, sin tener que pasar primero por Jerusalén y el palacio de Herodes. Más tarde, Dios intervino para que modificaran su ruta a fin de proteger al pequeño.
Conclusión
El realizar fiestas paganas por temor a la incertidumbre del devenir, realmente es un temor que te obliga a reír de manera falsa…comprada.
Porque después de las fiestas, queda basura en las calles, resacas en los consumidores, y por las enfermedades en riñones, hígado, páncreas, jaquecas por el estrés o la tensión nerviosa debido las irregularidades de sueño de los consumidores al caer en los excesos y con baja productividad en las empresas o lugares de empleo por la desmotivación en el trabajo y los problemas endeudamiento de las tarjetas de crédito y otros pagos atrasados y por los nuevos impuestos al empezar el año.
Y otra vez a enfrentar el desempleo, los accidentes, el terrorismo, las pruebas nucleares, los terremotos y otros desastres naturales… en fin la inseguridad y como una gran mayoría de la población no tiene trabajo, se caerá en el subempleo, y en más vicios sociales como la prostitución y el robo, y bajo los efectos del alcohol y las drogas de seres humanos conduciendo automóviles como locos para aumentar las muertes y enfermedades por los accidentes de tránsito …lo que nuevamente desencadenará en el abuso de menores, maltrato a menores, mujeres y ancianos dentro de los hogares…y en enfermedades mentales que llevan al suicidio…y con nuevos gastos para la familia además de la pérdida de tiempo para arreglar sepelios y aclaraciones…¿Le sigo?… no mejor ya no, ya hasta sentí "ñaca ñaca".
En su libro The Trouble With Christmas (El inconveniente de la Navidad), Tom Flynn expone las conclusiones a las que llegó tras años de estudios sobre las festividades navideñas:
"Un sinnúmero de tradiciones navideñas hunde sus raíces en el paganismo precristiano. Muchos ciudadanos ilustrados y con sensibilidad cultural las rechazarían si conocieran bien sus orígenes, pues a veces tienen connotaciones sociales, sexuales o cosmológicas." (Pág. 19.)
Tras aportar un cúmulo de pruebas, Flynn retoma la idea fundamental: "Una de las grandes ironías de la Navidad es su escaso contenido de cristianismo genuino. Si eliminamos todo lo precristiano, lo restante es en su mayoría pos cristiano, y no cristiano de verdad" (pág. 155).
Por eso el temor hace que el hombre quiera gozar solo del momento, bailando y bebiendo en exceso y de hecho es solo consumismo para hacer gastar hasta lo que no se tiene (endeudamiento) para aparentar felicidad consumiendo tabaco, alcohol, drogas, sexo, alimentos y otros placeres en forma de entretenimiento aunque después vengan los pleitos con los mismos familiares, vecinos, policía y enfermedades por esos excesos. Y claro que sufren más los que menos tienen pues se deprimen y le echan la culpa Dios
Me pregunto si hay otros seres extraterrestres que nos estén observando desde otras estrellas ¿Qué dirán de nosotros los humanos?
Pues creo que dirán que a pesar de que tenemos una enorme masa cerebral, no la sabemos usar y que solo utilizamos una mínima parte de nuestro cerebro.
Pues mire yo no lo había visto desde esos puntos de vista que usted me ha dicho, ¿y cree usted que el próximo año mejoraremos en conducta y ya tendremos menos miedo para enfrentar la incertidumbre y no caer nuevamente en el desenfreno y el despilfarro de los pocos recursos que tenemos?
¡Pues a decir verdad no! Ya que el hombre es el mismo en todas partes… ¿no supo usted que hasta en la estación espacial festejaron?…Pues lo mismo será aunque habitáramos otro planeta.
¡Pero es que son tan bonitas las tradiciones!
Pues sí; pero hasta Jesús les dijo a los líderes religiosos de su tiempo, que debido a sus tradiciones invalidaban las Sagradas Escrituras
Por eso que su año nuevo no empiece y termine como el de todos los demás.
Usted puede decir: para mí y mi familia en año terminará el 26 de Diciembre por ejemplo y cuando llegue ese día, será de tranquilidad, amor y paz como deben ser todos los días y su año nuevo empezará el día 27 de Diciembre y de esa manera evitará que cuando llegue el 31 de Diciembre para todos los demás, usted evitará caer en el consumismo forzado donde los únicos que ganan son los comerciantes, los líderes políticos y los religiosos.
¿No le parece buena idea?
¿No?…bueno por eso se dice que cada cabeza es un mundo… ¡Que todos sus días sean buenos sobre la Tierra!
Autor:
Dr. José Manuel Castorena Machuca
ITSLP, Depto. De Ing. Ind.