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Implicancias de los Tratados de libre comercio (página 2)


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El principal objetivo para el Perú al negociar el Tratado de Libre Comercio es crear condiciones favorables para el comercio con Estados Unidos que generen mayores y mejores empleos y, por consiguiente, mayor crecimiento económico y bienestar para la población en general.

Así como las preferencias comerciales del ATPDEA han generado mayores empleos formales, el Tratado de Libre Comercio, que incluye más bienes y servicios y no está limitado en el tiempo, ayudará, esperamos, a crear más puestos de trabajo, con salarios justos y todas las prestaciones de ley. En el Tratado de Libre Comercio los países se obligan a hacer cumplir su legislación laboral y a no desmejorar las condiciones de los trabajadores para ganar competitividad.

Si bien se busca aumentar las ventas de los productos agrícolas en Estados Unidos, el mayor mercado del mundo, lo que debe implicar un aumento general de la producción, también es verdad que de que algunos productos nacionales importantes podrían tener desventajas para competir con los de Estados Unidos, porque allá son más baratos o de mejor calidad, ya sea porque son más eficientes o porque reciben ayudas internas del Estado, por lo que para ello se deberán establecer mecanismos (como cuotas o salvaguardias) para limitar el ingreso exagerado de dichos productos al país en detrimento de los agricultores nacionales. De cualquier manera, la seguridad alimentaria, es decir, el acceso a una alimentación adecuada y suficiente, no estará comprometida, porque habrá buena disponibilidad de alimentos baratos (nacionales o importados) y mayor capacidad de compra, gracias a la creación de empleos y el mejor desempeño de la economía.

Sabemos que todos los esfuerzos desplegados se han enfocado en lograr un Tratado de Libre Comercio donde se permita a los productos peruanos entrar sin barreras arancelarias ni de cualquier otro tipo al inmenso mercado estadounidense, y en el que se proteja también a los productos más sensibles a la competencia de este país, para darles el tiempo necesario para ajustarse, sin generar un perjuicio a la actividad agrícola o pecuaria. Lo que se quiere es que el congreso estadounidense apruebe el Tratado de Libre Comercio porque, si esto no pasa, los productos peruanos no tendrán acceso preferencial a los Estados Unidos, en tanto otros, como los mexicanos, chilenos, dominicanos y centroamericanos, sí.

Por otro lado, los tratados de libre comercio no están sometidos a término. Es decir, permanecen vigentes hasta que una de las partes proponga a la otra su renegociación o terminación. Esto se realiza mediante un procedimiento regulado por el mismo tratado y por el Derecho Internacional, que se conoce como "denuncia" del tratado.

Los principales objetivos de las negociaciones son: Mejorar el bienestar de la población a través de mejores empleos y un mayor crecimiento económico basado en el aumento del comercio y la inversión nacional e internacional. Ampliar las ventas de nuestros productos y servicios en el exterior, tanto a nivel de número y cantidad como de países destino. En particular, esperamos poder ampliar las ventas de productos agrícolas en el exterior. Lograr que los acuerdos sean favorables para la prestación de servicios y propiciar la exportación de los mismos. Brindar a los inversionistas un ambiente de negocios más estable y seguro. Conseguir que los exportadores peruanos puedan participar en igualdad de condiciones en las compras que realiza el sector público en los demás países. Buscar reglas precisas en materia de ayudas que los países le dan directamente a sus productores, para que haya igualdad de condiciones y no crear distorsiones en el comercio. Igualmente, tener medidas claras sobre las prácticas restrictivas al comercio que aplican algunos países y propiciar normas para enfrentar las prácticas anticompetitivas. Buscar que la propiedad intelectual tenga niveles razonables de protección (con el fin de incentivar la producción de bienes, servicios y creaciones artísticas y literarias en el Perú), pero sin comprometer la salud de la población ni la posibilidad de contar con medicamentos y otros productos a precios accesibles para el público. Igualmente, se negocian limitaciones y excepciones a los derechos de propiedad intelectual. Generar condiciones que logren mayores transferencias de nuevas tecnologías de otros países. Diseñar un sistema efectivo para la solución de las controversias que surjan con ocasión del tratado. No se debe esperar un encarecimiento de los precios de los medicamentos. Por el contrario, y como debe ocurrir con muchos otros productos, al haber mayor oferta y mejores condiciones de competencia, los precios de los medicamentos en general deben tender al abaratamiento, favoreciendo el acceso de todos a las medicinas que requerimos. No obstante lo anterior, no puede negarse que, si se llegara a dar un incremento desmedido del proteccionismo a las patentes de los medicamentos, existe la posibilidad de que algunos de ellos, para tratamientos específicos, puedan encarecerse.

Los consumidores son los más directamente beneficiados de los acuerdos de libre comercio. El beneficio se da de dos formas: en primer lugar, dispondremos de una mayor variedad de productos y servicios para la satisfacción de nuestras necesidades y, en segundo lugar, los conseguiremos con mejores precios. Esto hace que en términos efectivos se tenga mayor capacidad de compra y por tanto de ahorro y beneficios futuros. Pese a que la firma de acuerdos bilaterales es una tendencia que crece, todavía no están claros los impactos de esta estrategia en el intercambio global, lo que se quiere es lo mejor para todos, pero tendremos que esperar para ver los resultados concretos.

Los acuerdos bilaterales han tenido aún más una tendencia creciente, luego que los esfuerzos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) por alcanzar un acuerdo comercial global se estrellaron contra una muralla en Ginebra, en la Ronda de Doha, ello llevó a que los negociadores arremetieron con una profusa actividad de tratados bilaterales de comercio. Pero ¿son estos pactos, que a menudo emparejan a países ricos y pobres, un sustituto eficaz de los acuerdos globales, o son sólo una vía para que los países prósperos exploten mercados externos? En los últimos años, Estados Unidos ha sido uno de los más entusiastas negociadores de acuerdos bilaterales. En los últimos años, Washington firmó tres pactos -Chile, Jordania y Singapur- con diferentes resultados. Su Tratado de Libre Comercio con Jordania, que cubre prácticamente el 85% de los bienes de consumo, entró en vigor a fines de 2001. Desde entonces, las exportaciones jordanas al país norteamericano, incluyendo vestuario y joyas, aumentaron 5 veces, mientras que las exportaciones estadounidenses a la nación de Medio Oriente se han duplicado.

Estas expansiones del comercio implican generalmente más empleos en los países involucrados. "Ha significado 55 mil nuevos puestos de trabajo, de los cuales 19 mil son jordanos", dijo Maher Matalka, director de la oficina económica y comercial de Jordania en Washington. "La mayoría son mujeres que están duplicando o triplicando su ingreso familiar".

Pero los acuerdos comerciales bilaterales pueden tener beneficios más sutiles, de acuerdo a Felipe Larraín, economista de la Universidad Católica. Para el académico, en el tratado bilateral entre Chile y Estados Unidos "se puede ver que hay protección a las inversiones, resolución de controversias e incluso se resuelven restricciones a los flujos de capital". Agregó que el pacto brindó una especie de sello de aprobación a los inversionistas y las agencias evaluadoras de riesgos. "Chile puso en marcha el Tratado de Libre Comercio y el riesgo país descendió. Ahora, tiene lejos el índice más bajo de América Latina", recalcó. Además, habiendo sido firmado el acuerdo con Chile en junio de 2003 entrando en vigencia el año siguiente, gracias a ello, las exportaciones de Chile a Estados Unidos casi se triplicaron mientras que se revirtió la declinación de las importaciones norteamericanas a este país.

En Singapur, el acuerdo bilateral condujo a una mayor exportación de servicios y bienes de consumo. Martin Yuoon, director de desarrollo de mercados de la Federación empresarial de Singapur indicó que el tratado permitió a este país implementar "el régimen más severo de protección de derechos de propiedad del Asia. Esto ha alentado a las industrias de conocimiento intensivo a operar en Singapur y a hacer negocios con nuestras empresas".

No todos, sin embargo, están dispuestos a subirse al carro. Rodrigo Rato, director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI), puso en guardia a los países en cuanto a desplazar sus esfuerzos hacia los acuerdos bilaterales: "La reforma al comercio multilateral sigue siendo la mejor manera de avanzar y los tratados bilaterales tienen costos potenciales de distracción comercial, de confusión y de demanda sobre capacidades institucionales limitadas". La distracción comercial ocurre cuando un país se las arregla para robarle demanda a otro productor más eficiente, por la vía de bajar sus tarifas. Eso podría estar ocurriendo en Chile, dijo Larraín, a costa de países con tarifas más altas, como la república Argentina. Pero nada, sostuvo, impide a los otros bajar sus tarifas: "Chile podrá tener una ventaja, pero eso es parte de las reglas del juego".

Sin embargo, ¿a quién han beneficiado los Tratados de Libre Comercio?, se pregunta Cecilia López Maltraín al comentar estos pactos. Señala que "A fin de año cumpliremos una década desde el primer Tratado de Libre Comercio con Canadá, cuyo anuncio generó inquietudes en la época. Sin embargo, las autoridades destacaron el rol que el país estaba jugando a nivel internacional y la necesidad de que Chile abriera sus fronteras a nuevos mercados". Los Tratados de Libre Comercio se han planificado como parte de la estrategia de desarrollo de ese país del sur, basándose en la siguiente premisa, según López: "mientras más abierto, estable y flexible es el marco legal que regula las inversiones extranjeras, mayores serán los flujos de inversión que ingresarán al país. Se aumenta así la formación de capital financiero y humano. Si a ello, dice el Gobierno, se suman las políticas sociales bien focalizadas, podremos salir de nuestro subdesarrollo". Sin embargo, añade López Maltraín "Hasta ahora, los hechos no parecen coincidir con la estrategia. Un año después de que nuestro país firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, Chile modificó importantes instrumentos de regulación financiera para asegurar la libre circulación del capital estadounidense. ¿Qué ha hecho Estados Unidos? No ha bajado ni un solo centavo los subsidios agrícolas con los cuales competimos en el mercado del Norte. Y, hasta ahora, no ha colaborado en el tan ansiado aumento de la Inversión Directa Extranjera. Nuestras regiones diseñan estrategias para atraer inversionistas y van modificando sus "orientaciones" como región. Hasta ahora el esfuerzo invertido es mayor a la presencia de nuevas empresas que potencien el desarrollo regional. La brecha de desigualdad entre el crecimiento de nuestras provincias y el desarrollo de la Capital sigue avanzando. Por su parte, los Tratados de Libre Comercio no han aumentado los empleos. No tenemos datos objetivos que permitan asegurar que las inversiones extranjeras provocan un aumento en la creación de nuevos trabajos. Al contrario, en los últimos años han ido decreciendo a través de los procesos de tercerización o externalización. Fenómeno instalado por las empresas multinacionales europeas y que también han adoptado algunas compañías nacionales con buenos resultados, en desmedro de ciertos derechos laborales, como el previsional." Y sigue expresando "El sector exportador corresponde a la gran empresa del país, de acuerdo a los volúmenes de tributación. Es el más beneficiado con los Tratados de Libre Comercio, aunque genera menos del 10% del empleo en Chile. Según cifras oficiales de Aduana, nuestros envíos han crecido casi en un 50% respecto al año anterior. ¿Dónde están esas ganancias? A juzgar por los resultados, los acuerdos de libre comercio no están hechos para la mayoría. Los tratados han apuntado a una precarización de las condiciones de vida y no respetan derechos básicos elementales, como la seguridad en el trabajo y la calidad de vida laboral. Sin embargo, han estado acompañados de un fuerte proceso de legitimación social. ¿Por qué será? Porque la mayor parte de la población nacional no conoce en profundidad en qué consisten estos acuerdos" y señala así mismo que ahora que se está a punto de ponerse en vigencia el Tratado de Libre Comercio con China, el cual se ha realizado con mucha rapidez, "al parecer esto ha implicado no considerar ni estudiar las consecuencias sociales del mismo. Las prioridades en materia de políticas públicas se concentran casi monopólicamente en variables comerciales, en la eficiencia, la rentabilidad; pero no existe énfasis igualitario en la búsqueda del bienestar y la mejor calidad de vida de la población. Algunas empresas están pensando trasladar su producción a ese país. Pues el trabajador chino es tan barato que la apuesta vale la pena. Comenzará ahora la competencia por el trabajador. Es probable que las cifras futuras hablen de éxito. Pero este modelo desde hace una década que no genera bienestar en nuestras provincias. ¿Este acuerdo lo hará? Veremos qué nos dice el tiempo".

Algunos críticos consideran también que los acuerdos bilaterales son instrumentos políticos destinados a recompensar a los aliados de los países poderosos. Una crítica más dura sostiene que los acuerdos bilaterales pueden ser atajos para depredar mercados externos que no han sido todavía desregulados o privatizados. Una coalición de organizaciones no gubernamentales lanzó un sitio de Internetbilaterals.org– para ventilar sus acusaciones contra las grandes potencias comerciales que están instruyendo a sus funcionarios a presionar por nuevos acuerdos. "Los países en desarrollo llegan a estas conversaciones ni siquiera con una fracción de ese poder, esa agenda o esa maquinaria", precisó Aziz Choudry, representante de la coalición. "En la práctica, mientras gobiernos como los de Estados Unidos y la Unión Europea tienen gran cantidad de recursos para las negociaciones comerciales, muchos países se ven por su parte forzados a negociaciones desgastantes, en las que un pequeño número de funcionarios tienen que abordar, con pocos recursos, una gama de conversaciones simultáneas sobre comercio e inversiones, en múltiples frentes". Países de ingreso mediano como Singapur, Chile y Jordania no parecen haber sufrido esta suerte. Pero, a pesar del aparente éxito de sus acuerdos, Choudry cuestiona también la utilidad económica de estos tratados bilaterales. "Al tiempo en que la OMC se empantana, los acuerdos bilaterales están lanzando a más países, y por lo tanto a más productores, a una mayor competencia directa por vender los mismos productos en los mismos mercados", dijo. Pero hasta que las conversaciones en la OMC no lleguen a buen término, los tratados bilaterales y regionales seguirán siendo la única opción disponible y, aún cuando sean desgastantes para el país, se tiene que saber asumir el reto y empujar hacia adelante, so peligro de aislamiento comercial.

Además, lograr la apertura comercial es sólo la mitad de la batalla. El otro componente es dirigir esfuerzos para dinamizar los sectores productivos y hacerlos competitivos en el exterior. En este caso, tanto los sectores productivos como el Gobierno no han desarrollado aún un verdadero plan de reconversión para que productores e industriales aprovechen las oportunidades comerciales y minimicen actividades no competitivas, esta falta de desarrollo de un verdadero plan podría traer como consecuencia que todas las buenas intenciones puestas para la apertura de nuevos mercados se vean frustradas y con ello el tan ansiado desarrollo nacional.

CONCLUSIONES

1.- TLC son las iniciales o la abreviatura con que se conoce un Tratado de Libre Comercio. Se trata de un convenio entre dos o más países a través del cual éstos acuerdan unas normas para facilitar el comercio entre ellos, de tal manera que sus productos y servicios puedan intercambiarse con mayor libertad.

2.- Los tratado bilaterales de comercio, son buenos, en tanto observen con atención las soluciones a las desigualdades y a la pobreza que necesariamente puedan generar o ahondar.

3.- Los consumidores son los más directamente beneficiados de los acuerdos de libre comercio. El beneficio se da de dos formas: en primer lugar, dispondremos de una mayor variedad de productos y servicios para la satisfacción de nuestras necesidades y, en segundo lugar, los conseguiremos con mejores precios.

4.- Se debe tener la plena confianza y esperanza de que los procesos bilaterales que se asuman no debiliten, sino que dejen a salvo el proceso de integración.

BIBLIOGRAFIA

1.- GARCIA GRANARA, Fernando. "Los derechos laborales y el Tratado de Libre Comercio". P.77. En Actualidad Jurídica: Publicación mensual de Gaceta Jurídica. 2004. Tomo 130 – Setiembre.

2.- Páginas Web:

*www.elcaribecdn.com/artículo_multimedios.aspx?id

*www.radiohc.cu/espanol/comentarios/set06/comerntario23sept.htm

*www.emol.com/noticias/nacional/detalle/detallenoticias.asp?

*www.adnmundo.com/contenidos /comercio /semana_comercial_ce_220906.html

*www.orpp.com.pe/portada/economia/50339_1.php

*www.rebelion.org/noticia.php?id=37880

*www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/americas/15561299.htm

*www.tlcperu-eeuu-gob.pe/index.php

*www.tlcperuusa.com/

*www.congreso.gob.pe/cip/tlc.index.htm

*www.pucp.edu.pe/economia/tlc-balance.pdf

 

 

 

 

Autor:

Lucía Rosario Díaz Carranza

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