Análisis del libro:"Los príncipes que no son azules". Aaron R. Kipnis (página 2)
Enviado por Lilliana Marín Badilla
CONCLUSIONES
Con base en la lectura considero que este texto es muy valioso, práctico y sobre todo metódico, porque permite al lector, en especial a los hombres que se enfrentan a él desde un lugar de identificación, acercarse paso a paso a las experiencias de otros (donde se verán reflejados), y podrán aprender de ellas, no solo a partir de sus historias sino de las propuestas confrontativas y analíticas planteadas por Kipnis.
Considero que este texto es un llamado a la comunicación asertiva planteado por Gil'Adí (2000), como "esa habilidad de expresar nuestras emociones y pensamientos, facilitando actuar en pro de nuestros mejores intereses y derechos, sin infringir o negar los de los demás" (p.22) orientada sutilmente en cada una de las misiones.
A través de su lectura, es posible reconocer que el autor desea desarrollar y transformar el pensamiento propio y el de sus compañeros participantes. Es decir, que a través de la reflexión de lo que son, dónde y cómo están, busca trascender la mente egoísta planteada por Massoni (s.f.) cuando expresa "todas las experiencias del ser humano se registran en su mente […] estableciendo diferentes niveles entre ellos la mente egoísta, como la que busca su autoconservación, se distingue por su respuestas inmediatas, pues ejecuta y desea de forma irracional, sin una intención positiva y puede destruir o matar con tal de conservar la fantasía de la sobrevivencia, pero sin conectarse con su mundo interior"(p.16). Es decir, lleva a los hombres a reflexionar sobre sus orígenes más allá de un patriarcado que más bien les ha hecho daño con sus mitos, estereotipos de lo que son y "deben ser, como hombres héroes y mártires" y los invita a "ser concientes de sus propias heridas, del dolor, el aislamiento, la aflicción, la opresión, la ira y la frustración […] donde los arquetipos del Mártir y Héroe son claramente respuestas patológicas, papeles sociales antiguos como programas para perder el alma" (p.105).
También, hace un llamado a una conciencia colectiva (hombres y mujeres) en busca de una verdadera equidad, lejos de un revanchismo que lo que provoca es más dolor, más resentimiento y más soledad.
Realiza una crítica muy acertada acerca del movimiento feminista, el cual considera pavimentó el camino duro y lleno de hoyos hacia la liberación de los hombres también, pero que por la mala interpretación y la no sanación de las propias heridas de las mujeres a través de una historia real de violencia y discriminación que no se puede negar. Se produce una falta de empatía, es decir, "esa habilidad esencial en nuestras relaciones interpersonales, donde se escucha al otro para captar, respetar y reafirmar sus emociones a fin de desarrollar intimidad y apertura en esas relaciones interpersonales" Gil'Adí (2000:56). Lo que ha provocado a través de la historia un distanciamiento nocivo para ambos.
Lo anterior no lleva a reflexionar acerca de la necesidad de que los hombres y las mujeres seamos más congruentes con nosotros mismos (as) en la forma en que vinculamos unos con otros, como señala Gil'Adí (2000) debemos buscar "la armonía y balance que existen entre nuestros pensamientos y emociones, con un elemento importante adicional de conciencia" (p.65), acerca de lo que estamos haciéndonos mutuamente. De ahí que estemos de acuerdo con Arrien (1996), cuando señala que "nadie puede probar que la violencia sea el efecto de una determinación genética o que el ser humano es violento y agresivo por naturaleza, lo cierto es que no se nace sabiendo dialogar, con el hábito de la tolerancia y la inclinación de fundamentar la convivencia en el respeto mutuo. Todo se aprende. Estas acciones se adquieren con el ejercicio" (p.309). Ejercicio que debemos elegir y practicar cada uno de nosotros por responsabilidad y conciencia en la búsqueda de relaciones verdaderamente equitativas, a pesar de nuestra propia historia teñida o no de violencia, de abandono y sobre todo de pobreza en todo plano (físico, social, económica…).
Se puede concluir también que el texto nos lleva a reflexionar acerca de la necesidad imperativa de dar a conocer, desarrollar, incorporar y vivenciar las habilidades de la inteligencia emocional, en especial porque los hombres han sido condicionados y socializados a ser seres racionales, a suprimir sus emociones y a Dar esperando una "recompensa aunque sea en especie (o sea sexual para probar su ser "macho"), por lo tanto, si se fomenta el desarrollo y práctica de la inteligencia emocional, las relaciones entre los sexos mejorarían ya que como anota Carballo (2002) "cuando las personas conocen e interpretan con eficacia sus habilidades emocionales, se proyectan con mayor claridad hacia los sentimientos de los otros y contribuyen a dar satisfacción a sus vidas y a dominar hábitos mentales que favorecen su Propia productividad […] estas personas con un coeficiente elevado, se sienten bien consigo mismas, con los demás y con el universo social que les rodea. Además son socialmente equilibradas en sus relaciones interpersonales" (p.81. Es decir tendríamos una sociedad más sana, con menos problemas sociales, porque tendríamos más capacidad para resolver los problemas que nos depara la vida, sin el uso y el abuso de la violencia que se está acrecentando día a día y además con formas de vincular libres de apego afectivo como lo caracteriza Riso (1999) en su libro amar o depender, tales como: su vida está regida por el principio del placer y la evitación inmediata de todo estímulo aversivo, por insignificante que sea…), baja tolerancia a la frustración (es la incapacidad para elaborar duelos, de procesar pérdidas y el no aceptar que la vida no gira a nuestro alrededor, y la ilusión de permanencia (es crear el anhelo de la continuación y perpetuación ad infinita. Típica de muchas relaciones que vivencian hombres y mujeres en nuestra sociedad contemporánea.
Además, el autor realiza un recorrido muy interesante alrededor del tema de la respuesta sexual desde los inicios del ser ? hombre, cómo durante sus experiencias sexuales tempranas se encontraban bajo una ansiedad tremenda (que no se aleja de lo que están experimentando nuestros (as) adolescentes hoy en día) y realiza un análisis acerca de la importancia de la sensualidad como un elemento masculino, donde "hacer el amor, es un momento para disfrutar, dejarse ir, renovarse y volverse a llenar" (p.284); experimentando intimidad sin tener que probar "el hombre super pene que es". Lo que nos remite a la necesidad de que las personas, hombres y mujeres desarrollen un coeficiente elevado en el amor, a saber, esa "conciencia emocional aguzada para evitar confundir el enamoramiento o la sensualidad con un amor duradero; aceptación para experimentar las emociones que podrían perjudicar una relación si se deja enconarse y conciencia activa vigilante que nos avise de lo que va bien o de lo que no". Y es de esto de lo que Kipnis (1993) anota, de la importancia del autoconocimiento, del autodominio, de la automotivación, de la empatía, pero sobre todo de esa autoconfianza que reafirme a los hombres en un lugar menos amenazante para su autoestima y hace un llamado a "construirse a sí mismos desde la autoaceptación, la sanación y el amor". De ahí que si los hombres pueden lograr conectarse con sus sentimientos y emociones y aprendan a ser más asertivos con los y las demás; puedan llegar a ser personas mucho más felices y como afirma Seagal(s.f.) podrán resolver mejor sus problemas y tomar mejores decisiones.
Para cerrar las conclusiones, considero que el autor hace un llamado a las mujeres para que seamos conscientes que los hombres son seres humanos que sienten, no súper hombres o animales de trabajo y provisión. Que reconozcamos que muchas veces son invisibilizados por ellas mismas (por ejemplo en el periodo del embarazo, el parto, el cuido y verdadera guarda crianza y educación de los hijos (as)). Que muchos de ellos renuncian a sus sueños, sacrifican su salud y hasta sus vidas en servicio de sus familias… y aún así son inadecuados y no es suficiente lo que aportan. Eso sí, aclarando que no es un llamado a que se les tenga lástima, sino una llamado a la conciencia femenina para que les dejemos cuidar a nuestros hijos y puedan ser ejemplos para ellos. Realiza una reflexión acerca de las formas en que se "construye la codependencia" masculina, reforzada muy convenientemente por las mujeres, en cuyo flagelo están atrapadas muchas parejas, situación que las imposibilitan para el goce verdadero y el crecimiento real de ambos como seres únicos, individuales, independientes, que aunque pueda que en algún momento tengan diferentes intereses, esto no les provoca conflictos dañinos.
Se deduce que todo lo antes mencionado se puede lograr si cada participante (lector o lectora), es responsable de sí mismo (se hace cargo de sí), de su proceso, su desarrollo y sobre todo de su deseo.
Por otra parte hago eco de las palabras de Bonino (1998), cuando afirma que "los cambios culturales y la lucha de las mujeres, junto a los estímulos políticos-sociales y la voluntad individual y grupal de muchos varones, están generando cambios en dirección hacia el trato igualitario y equitativo en algunos integrantes del colectivo masculino. Situación que los está llevando a entrar en conflicto con la masculinidad dominante y a considerar realmente a las mujeres como sujetos de iguales derechos, con quienes se puede/ se debe compartir las responsabilidades domésticas, el trabajo y el poder". Por lo que hay esperanza y al parecer el primer paso está dado con este tipo de trabajos.
Por lo anterior, creo que todo es cuestión de tiempo, voluntad y deseo de construir una sociedad más justa, más equitativa y solidaria, para una mejor vida en común. Pero esto solo se podrá dar en mayor escala cuando los hombres hayan construido un sí mismo fuerte ( su YO), un otro respetado (ella – él) y un colectivo conciente (un nosotros).
OPINIÓN PERSONAL
Una vez realizada el análisis del texto, considero que es un libro de suma importancia para todas las personas, sin importar el sexo. Es decir, es muy importante no solo para los hombres que están cuestionándose su historia o su lugar en la sociedad y o el mundo, sino para las mujeres, ya que su lectura nos permite darnos cuenta que ellos son seres humanos y no máquinas de trabajo o de respuesta sexual, que son muy diferentes a nosotras no solo biológicamente, sino en la forma en que vivencian e interiorizan los procesos de educación, socialización y sobre todo de culturación en cuanto a lo que "deben ser erróneamente como hombres". Pero al mismo tiempo muy semejantes a nosotras en su humanidad, en su historia y en la forma en que ellos también sienten, sueñan, desean y añoran no solo expresarse, sino ser comprendidos.
Asimismo, estimo que es un texto extenso y hasta podría decirse que en ocasiones denso en su contenido y como todo texto de este tipo, requiere de su tiempo para degustarlo, analizarlo, pensarlo y sobre todo reinterpretarlo desde el lugar donde sea leído, en este caso particular, desde un lugar femenino. Lo importante de su lectura, radica en que invita a reflexionar el hecho de que "la noción convencional de que los hombres de algún modo son más privilegiados que las mujeres está comenzando a verse como un chiste malo" (p.36). Esto porque es cierto, en nuestra sociedad a las mujeres se nos enseñan muy sutilmente a depender, a vivir para otros, a perdernos en el otro y sobre todo a vernos en el otro, pero sin pensar en ese otro, que pueda ser que no soporte tanta carga, que desee un rato de tranquilidad después de un día insoportable en el trabajo, que tal vez lo que desea es bañarse y comer; pero que no tiene la capacidad de comunicar sus necesidades en la forma en que las mujeres esperamos, y son mal interpretados, acrecentándose sus problemas con los reclamos que vienen después de su "agotado silencio".
Considero que este texto si bien es cierto puede ser una "guía" para quienes desean encontrar-se con su alma masculina y sanar ? se de las heridas provocadas por el revanchismo de los sexos; puede provocar que los lectores reflexionen sobre su lugar en la sociedad que les tocó vivir, sobre lo que han hecho y estén haciendo para ser mejores hombres y o mujeres más concientes, más compañeras, más empáticas, más libres e independientes de y con sus hombres y porqué no menos "víctimas mártires", como hasta el momento gracias a la ideología machista han sido muchas mujeres, en especial aquellas que han mal entendido y o mal interpretado un feminismo que lo que buscaba era revelar las relaciones de desigualdad e inequidad entre los sexos, pero desde una perspectiva alejada de la masculinidad o como diría el autor, sin considerar "el alma masculina".
Por otra parte, opino que es un texto que nos lleva a conocer la mitología masculina o inversa de "nuestra mitología femenina", lo que le da una visión diferente y panorámica al asunto de quienes somos y cuál o dónde se encuentran nuestras diferencias ? semejanzas. Las que al final notamos que son pocas, es cuestión de ponerse en el lugar del otro como hombre y no como macho y dar ?les la oportunidad de que se expresen no como nosotras nos expresamos. Y es ahí precisamente donde está nuestra tarea, si realmente nos interesa (n), el hacer el esfuerzo por interpretar sus silencios y no tomarlos como agresión, mirarles a los ojos y ver en ellos su alma, pero también tratar de que se pueda construir un él, una ella y un nosotros, para no ser extraños en un mismo espacio y o mudos (as), en un mundo de palabras y símbolos que están ahí para ser interpretados y o para darles un significado.
Me parece que es un texto mitológico- poético, histórico y terapéutico, que busca llevar a sus lectores; especialmente a los hombres a iniciarse en la búsqueda de su alma masculina y hace un llamado muy sutil, pero muy puntual para que dejen de ser "afeminados" y a las mujeres les invita a que se unan y dejen su lugar de "víctimas ? mártires demandantes". Y lo más importante, es el hecho de que haya una preocupación y una ocupación de que los lectores encuentren sugerencias prácticas para ir rompiendo los viejos y añejos mitos y estereotipos masculinos y puedan ir desprendiéndose de sus "armaduras" y de su papel del ideal heroico que los tenía (o los tiene) constreñidos.
Lo que en cierta forma me preocupa es si en realidad las mujeres estamos preparadas para convivir con este nuevo "tipo de hombre o caballero", que propone Kipnis, es decir un hombre más conciente de su "engaño socio cultural ideológico", de su lugar y su papel en el hogar, la familia y la sociedad, un hombre que va a defender sus espacios donde en ocasiones no habrá lugar para su mujer (amante…), pero sin violentarla, un hombre conciente de lo que quiere y que está dispuesto a ir y luchar por ello. Un hombre con la capacidad y la libertad de expresar sus sentimientos y emociones sin represión y con mayor valor… menos codependiente. Creo que la mujer deberá trabajar con él y junto a él y sobre todo deberá realizar un trabajo consigo misma, desarrollar un coeficiente emocional alto, para que junto a su compañero logren crecer juntos en verdadera armonía, con una comunicación asertiva, pero con el mayor y mejor ingrediente, el amor. Y de esta manera ella como mujer, pueda acompañar a su compañero (esposo…) en el viaje hacia el encuentro con el alma masculina y porqué no, hacia el encuentro con una masculinidad, que hasta el día de hoy está en pañales.
Por otra parte, estoy de acuerdo con el autor cuando señala que "nuestros hijos necesitan saber que hay hombres en la comunidad, además de sus padres (los que los tienen), con quienes pueden relacionarse, de quienes pueden aprender y por quienes pueden ser aceptados y admirados"; el problema es que el movimiento hacia una masculinidad "desprejuiciada", se está quedando entre los "ilustrados académicos que en este momento está preguntándose por…" mientras que el ciudadano común está sumergido en su ignorancia, entre su ahogado miedo y su reacción primitiva ante una sociedad que va más rápido que él. Mientras "esos hijos" cada día ven sus hogares jefeados por madres, con un padre que no ejerce su paternidad responsable (muchos se conforman con el pago de una mísera pensión, sin tomar en cuenta el sustento afectivo que sus hijos o ambos, necesitan). De ahí que es necesario que este tipo de literatura, llegue a más hombres y mujeres que deseen abrir espacios para reflexionar y decidir lo mejor para sí mismos y los demás.
BIBLIOGRAFÍA
Arrien, A. (1996). UNESCO en el desarrollo y en las innovaciones de la educación en Centroamérica. Cincuenta aniversario de la Organización de las naciones Unidas para la educación, la ciencia y la Cultura. (1946-1996). En: Antología del curso Educación para la expresión de la Sexualidad. Universidad de Costa Rica. Primer semestre 2004.
Carballo, S.(2002). Intervenciones para ayudar a construir la inteligencia emocional. En revista Educación. Número 26, volumen 1. Universidad de Costa Rica.
Gil´Alí, D. (2000). Congruencia. En Inteligencia emocional en la práctica. Manual para el éxito personal y organizacional. Antología del curso Educación Sexual. Universidad de Costa Rica. Primer semestre 2004.
Gil´Alí, D. (2000). Asertividad y empatía. En Inteligencia emocional en la práctica. Manual para el éxito personal y organizacional. Antología del curso Educación para la expresión de la Sexualidad. Universidad de Costa Rica. Primer semestre 2004.
Massonni, R. (s.f.): El sexo. La energía fundamental de la vida. En antología del curso Educación Sexual. Universidad de Costa Rica. Primer semestre 2004.
Kipnis, A. (1993). Los príncipes que no son azules…o los caballeros sin armadura. Editorial Vergara. Buenos Aires. Argentina.
Riso. W. (1999) Amar o depender. Cómo superar el apego afectivo y hacer del amor una experiencia plena y saludable. Editorial Norma. Bogotá. Colombia.
Seagal, J. (s.f.) Coeficiente Elevado en el amor. En antología del curso Educación Sexual. Universidad de Costa Rica. Primer semestre 2004.
Seagal, J. (s.f.). Tu y tus sentimientos. En antología del curso Educación Sexual. Universidad de Costa Rica. Primer semestre 2004.
En Red.
Bonino, Luis (1998). Los varones frente al cambio de las mujeres.
En red: http://www.edualter.org/material/masculinitat/varones.htm
Autor:
Lilliana Marín Badilla
2004
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